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ESTRUCTURA Y FUNCIÓN DEL CUERPO HUMANO (121)

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A) B)
Figura 6-20. A) Anfiartrosis formada por dos vértebras y el disco intervertebral. B) Esquema que muestra cómo la suma de pequeños
movimientos permite un amplio desplazamiento de la columna vertebral.
diartrosis, la presencia de cartílagos intraarticulares o de
ligamentos u otras formas de limitación de la movilidad
hace que funcionalmente se comporte como una articula-
ción con anatomía y movilidad diferente, por lo que enton-
ces se habla de enartrosis funcional, condilartrosis funcio-
nal, trocleartrosis funcional o trocoide funcional.
6.4.4. Histología de una articulación sinovial
Las diartrosis se caracterizan por tener una anatomía
compleja, ya que las carillas articulares están recubiertas de
cartílago y situadas en el interior de una bolsa denominada
cápsula sinovial (Fig. 6-21).
El espacio sinovial, que es el que existe en el interior de
la cápsula sinovial, está lleno de un fluido, el líquido sino-
vial. El cartílago que recubre las carillas articulares es mu-
cho más liso que el tejido óseo, y esto hace que el contacto
entre los dos huesos, base de la articulación, se haga con
poco rozamiento. Además, el líquido sinovial lubrifica
como un aceite las carillas articulares, y disminuye en gran
medida la fricción durante el movimiento. Disminuir el roce
articular no es la única función del líquido sinovial, ya que
además es el medio por el que se nutre el cartílago articular,
que no está vascularizado. Esta falta de vasos en el tejido
cartilaginoso es necesaria para evitar microtraumatismos
durante el movimiento. Si en un momento dado se fragmen-
ta un trozo de cartílago y queda flotando en el espacio
sinovial, no se necrosará por falta de alimento, sino que
puede llegar a crecer, ya que se nutre a partir del líquido
sinovial. Estos fragmentos sueltos se conocen con el nombre
de ratones articulares y pueden situarse en ciertas zonas de
la articulación en que bloqueen el movimiento.
El contacto entre las carillas articulares de ambos huesos
se puede producir directamente o puede existir tejido carti-
laginoso adicional que aumente la congruencia de la articu-
lación. Este tejido cartilaginoso puede localizarse entre los
dos huesos. Cuando esto ocurre adopta entonces una forma
de doble concavidad y se denomina menisco articular.
Articulaciones con meniscos intraarticulares son la esterno-
clavicular, la temporomandibular, y sobre todo la rodilla,
donde existen dos meniscos para aumentar el grado de
relación entre el fémur y la tibia. En ocasiones, el cartílago
articular rodea uno de los huesos en forma de rodete carti-
laginoso para aumentar el área de contacto o envolver al
otro hueso. Estos rodetes son característicos de las enartro-
sis y se pueden encontrar tanto en la cadera como en el
hombro, donde reciben el nombre de glenoides.
Alrededor de la cápsula articular se disponen los liga-
mentos, unas estructuras de tejido conjuntivo muy denso y
resistente que sirven para estabilizar la articulación. Se ge-
nera un compromiso entre la cantidad de ligamento existen-
te y la movilidad de la articulación. Si existen múltiples
ligamentos de gran fortaleza, la articulación será muy esta-
ble, pero su movilidad será limitada (al menos en alguno de
los ejes cubierto por los ligamentos). Si, por el contrario, la
articulación ha de ser muy móvil, la cobertura ligamentosa
tendrá que ser menor. Esto favorece la inestabilidad de la
articulación y la aparición de luxaciones, que es el término
con que se conoce la salida de uno de los elementos óseos
de la cápsula articular.
Además, en la articulación hay bolsas de tejido adiposo
que actúan como relleno o soporte de la cápsula articular, y
se debe contar con los músculos y tendones que actúan
sobre dicha articulación. Cuando un músculo ejerce una
acción sobre una articulación, él mismo o su tendón deben
«saltar» la articulación, lo que hace que exista una impor-
tante cobertura musculotendinosa sobre la mayoría de las
articulaciones. El tono de estos músculos puede contribuir
de forma importante a la estabilidad de dicha articulación.
6.5. MÚSCULOS
6.5.1. Estructura general y clasificación
Los músculos del sistema osteomuscular están formados
por tejido muscular estriado con control voluntario de la
contracción, que se dispone en forma de fibras y fascículos
musculares. La equivalencia de una célula en el aparato
locomotor es la fibra muscular, y aunque está dotada de
varios núcleos, es la mínima unidad capaz de contraerse de
forma individual. Las fibras musculares son muy largas y se
102 Estructura y función del cuerpo humano

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