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ESTRUCTURA Y FUNCIÓN DEL CUERPO HUMANO (128)

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Frontal
Esfenoides
Etmoides
Hueso lacrimal
Maxilar superior
Hueso nasal
Hueso cigomático
Maxilar inferior
CARA
CRÁNEO
Occipital
Temporal
Parietal
Figura 6-28. Huesos del cráneo y de la cara. Visión lateral. La línea diagonal discontinua divide aproximadamente la cabeza en cráneo
y cara.
las estructuras nerviosas craneales. El principal orificio es el
orificio occipital. Éste está situado en la base del cráneo y
por él sale la médula espinal, que lleva todos los nervios
fuera de la cabeza, y entra la información procedente del
resto del organismo. Además hay orificios para los pares
craneales que terminan en la cara, como los nervios olfato-
rios, los nervios ópticos, los nervios responsables de la
motilidad ocular, los nervios facial y trigémino o el nervio
vestibulococlear.
El hecho de que las suturas craneales no permitan la
movilidad ósea y que el cráneo sea una estructura inextensi-
ble plantea problemas para el crecimiento de la cabeza
durante la etapa infantil. Para permitir el desarrollo del
encéfalo, los huesos del cráneo no están soldados en el
momento de nacer y las suturas son de tipo cartilaginoso,
especialmente en los puntos de unión de más de dos huesos,
como la unión frontobiparietal y la unión occipitobiparietal.
Estos puntos están ocupados por amplias placas cartilagino-
sas que se denominan fontanelas (frontal, occipital) y no se
cierran por osificación hasta pasados los dos años de vida.
Los huesos de la cara son mucho más irregulares en su
conjunto que los huesos del cráneo debido a la presencia de
diversos orificios (ojos, boca y fosas nasales), así como de
las rugosidades y protuberancias para el implante de nume-
rosos músculos. Los principales huesos de la cara son: el
maxilar inferior, también llamado mandíbula, que es un
hueso impar, los maxilares superiores (2), los malares (2),
los lacrimales o unguis (2), los nasales (2), los palatinos
(2), el vómer (1) y los cornetes nasales (Figs. 6-28 y 6-29).
El maxilar inferior es el único hueso móvil de la cabeza y se
articula con el hueso temporal en la articulación temporo-
maxilar o temporomandibular. En los maxilares superio-
res e inferiores existen unos orificios denominados alvéolos
donde residen las piezas dentarias. Cabe señalar aquí que
tanto el esfenoides como el frontal y el etmoides son huesos
del cráneo que colaboran de forma importante en completar
la estructura de la cara.
6.7.3. Músculos del cráneo
Los músculos del cráneo son poco importantes y tienen
como función principal mantener tensa la superficie cutánea
del cráneo, que está constituida por el cuero cabelludo. Son
músculos muy anchos y están interconectados por grandes
zonas fibrosas sin tejido muscular denominadas fascias o
aponeurosis. En realidad existe una continuidad entre el
músculo occipital y el músculo frontal a través de dicha
aponeurosis. El tono de estos músculos sirve para mantener
tersa la frente a pesar de los movimientos de la cabeza, y su
contracción permite arrugar de forma horizontal la frente y
elevar las cejas. Los músculos temporales, de distribución
lateral, se insertan además de en este hueso en la mandíbula
inferior y colaboran en los movimientos de masticación.
6.7.4. Articulación temporomandibular
Esta articulación es la única móvil que existe en la cabeza
(si se exceptúa la articulación de la propia cabeza con el
cuello) y se origina por la relación entre el hueso temporal
del cráneo y el maxilar inferior.
Si se analiza la anatomía de esta articulación, se observa
que el maxilar inferior tiene el extremo articular con una
convexidad elíptica que se adapta de forma incompleta a
una concavidad del hueso temporal (Fig. 6-30). Es decir, la
articulación correspondería anatómicamente a una condilar-
trosis (bicondílea) con cierta incongruencia, pero hay un
menisco intraarticular que hace que la articulación se
pueda considerar como una enartrosis funcional. Como tal
enartrosis está capacitada para un movimiento de ascenso y
descenso de la mandíbula, un movimiento de rotación axial
y un movimiento de propulsión anteroposterior. Pero lo que
ocurre es que las dos articulaciones temporomandibulares
(la derecha y la izquierda) están unidas al mismo maxilar
inferior, que es un hueso único, y esto reduce considerable-
mente la movilidad de esta articulación. En resumen, a
pesar de ser una enartrosis, la movilidad amplia sólo existe
Parte II. Sistemas de relación 109

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