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pares craneales unos son solamente nervios motores, otros sólo tienen funciones sensitivas y algunos son mixtos (con función motora y sensitiva a la vez). En cambio, los nervios raquídeos son todos mixtos. Los pares craneales tienen como función principal dar inervación a todos los órganos de los sentidos. Se nombran mediante numeración romana del I al XII de forma correlativa, según van emergiendo por el encé- falo de la parte craneal a la caudal (Fig. 7-36). El Cuadro 7-4 resume la distribución y funciones de los pares cra- neales. Nervio olfatorio o I par craneal. Conduce los impulsos que se generan en los receptores del olfato, situados en la mucosa nasal, atraviesan la lámina cribosa del etmoides y entran en el bulbo olfatorio para dirigirse hacia el área olfatoria de la corteza cerebral, localizada en la circunvolu- ción del hipocampo. Es un nervio exclusivamente sensitivo. Nervio óptico o II par craneal. Tiene su origen en los cilindroejes que salen de la retina del globo ocular, penetran en la cavidad craneal por los agujeros ópticos, y se juntan y se cruzan formando el quiasma óptico. Los axones que salen siguen por la cintilla óptica. Parte de las fibras van al tálamo, parte van a los tubérculos cuadrigéminos superiores (mesencéfalo), donde se unen a fibras de los pares craneales III, IV y VI, y la mayor parte de ellas siguen hasta la corteza del lóbulo occipital (área visual). Es un nervio ex- clusivamente sensitivo y su función es conducir los impul- sos para la visión. Nervio motor ocular común (MOC) o III par craneal. Se origina en el mesencéfalo y sus fibras inervan todos los músculos extrínsecos, que son los encargados de los movi- mientos voluntarios del globo ocular, a excepción del obli- cuo mayor y del recto externo. Además, inerva el músculo elevador del párpado superior. Lleva fibras parasimpáticas (del sistema autónomo), que se distribuyen por los músculos intrínsecos del ojo (músculos ciliar e iris) y regulan los movimientos involuntarios de las pupilas. Nervio patético o IV par craneal. Nace por la cara poste- rior del tronco, en el mesencéfalo, por debajo de los tu- bérculos cuadrigéminos inferiores. Emerge por delante des- pués de rodear los pedúnculos cerebrales, para dirigirse a la órbita, donde inerva el músculo oblicuo superior del globo ocular. Su lesión impide dirigir la mirada hacia abajo y afuera. Nervio trigémino o V par craneal. Es uno de los nervios más importantes por sus múltiples funciones. Es un nervio sensitivo y motor, y también tiene fibras del sistema para- simpático (autónomas). Se origina en la protuberancia y se divide en dos ramas (la sensitiva es mucho más gruesa que la motora). Inmediatamente, sus fibras se abren en abanico para formar una dilatación, denominada ganglio de Gasser. A partir de éste la rama sensitiva se divide en tres ramas (de donde toma el nombre de trigémino). La primera es el nervio oftálmico, que alcanza la órbita y proporciona sensi- bilidad a la frente, la nariz y el aparato lagrimal. El nervio maxilar inerva la piel del tercio medio de la cara (ala de la nariz, mejillas, labio superior, pómulo y región temporal) y la mucosa nasal y del paladar. También lleva fibras para- simpáticas, que son responsables de la secreción de las glándulas de la boca, las fosas nasales y el aparato lagrimal. El nervio mandibular es el más voluminoso y la única rama mixta, ya que también lleva fibras motoras. Las fibras motoras inervan los músculos masticadores (temporal y maseteros). Las fibras sensitivas recogen las sensaciones de los dien- tes y de las encías del maxilar inferior, así como de las dos terceras partes anteriores de la lengua (interviene en el sentido del gusto), de la piel de la oreja y de la parte posterior de la región temporal. El trigémino es un nervio de múltiples funciones, que se resumen en dar movilidad a los músculos de la masticación y la sensibilidad de la cara. Nervio motor ocular externo o VI par craneal. Es un nervio motor que proporciona inervación al músculo recto externo del globo ocular, y permite el giro del ojo hacia el exterior. Sale del tronco encefálico por el surco bulboprotu- berencial y sigue un trayecto similar al del III par. Nervio facial o VII par craneal. Es un nervio mixto con fibras parasimpáticas. Tiene su origen en los núcleos de la protuberancia, donde nacen dos raíces, la sensitiva (o nervio intermediario) y la motora. Ambas raíces emergen por el surco bulboprotuberancial, cerca de las olivas bulbares, en- tran en el peñasco del temporal y salen del cráneo por el agujero estilomastoideo, atravesando la celda parotídea. En el interior de la glándula parótida se dividen y proporcionan inervación a todos los músculos de la cara. Las fibras moto- ras son las responsables de todos los movimientos de la mímica facial. Algunas fibras de la raíz sensitiva, a su paso por el peñasco, se dirigen hacia el tímpano y el conducto auditivo externo, y otras acaban haciendo sinapsis con fi- bras sensitivas del trigémino (rama mandibular) y colaboran en la conducción de los estímulos generados en los dos tercios anteriores de la lengua. Las fibras del sistema para- simpático influyen en la secreción de las glándulas sublin- guales y submaxilares (salivación). Nervio auditivo u VIII par craneal. También denominado vestibulococlear, es un nervio sensitivo formado por dos ramas: el nervio coclear (responsable de la audición) y el nervio vestibular (responsable del equilibrio). Los impulsos del nervio coclear se generan en el órgano de Corti (en el caracol del oído interno), van ascendiendo hacia el tronco y penetran por el surco bulboprotuberencial hasta alcanzar los núcleos cocleares del bulbo raquídeo. Desde allí algunos axones conectan con los cuerpos genicu- lados internos en el tálamo, otros conectan con los tubércu- los cuadrigéminos inferiores (auditivos) y otros con el siste- ma reticular activador ascendente. Desde los cuerpos geniculados se establece conexión con la corteza cerebral en el área auditiva (lóbulo temporal). Los impulsos del nervio vestibular se generan en los conductos semicirculares y vestíbulo y van ascendiendo, luego abandonan el peñasco junto con las ramas del acústi- co y llegan a los núcleos vestibulares en el tronco encéfáli- co. Existen conexiones con la médula espinal, los nervios oculomotores (III, IV y VI) y especialmente con el cerebelo. Los impulsos conducidos por el nervio vestibular son res- ponsables de los movimientos de la cabeza, tronco y extre- midades, y colaboran en el mantenimiento del equilibrio. Nervio glosofaríngeo o IX par craneal. Es otro nervio mixto con fibras autónomas. Se origina en el surco retrooli- var del bulbo, abandona el cráneo por el agujero yugular 194 Estructura y función del cuerpo humano
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