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ESTRUCTURA Y FUNCIÓN DEL CUERPO HUMANO (235)

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Frecuencias altas (agudos)
Frecuencias mediasVentana oval
Estribo
Ventana
redonda
Frecuencias bajas (graves)
Figura 8-17. Representación esquemática de la modificación
que sufre la membrana basilar según la frecuencia de las ondas
sonoras que inciden en ella.
Cuadro 8-3. Niveles de intensidad de los ruidos más frecuentes
160 dB, aviones a propulsión
140 dB, ruidos que pueden dañar el órgano de Corti
130 dB, despegue de un avión
120 dB, ruidos que producen dolor
100 dB, ruidos que causan malestar
80 dB, tráfico
40 dB, conversación
10 dB, susurro
0 dB, umbral auditivo
entre 1000 y 10 000 Hz y con una intensidad de 0 a 40 dB.
El funcionamiento del aparato auditivo se valora median-
te la audiometría, método que permite detectar los niveles
de audición de un individuo.
Las hipoacusias pueden ser de transmisión o de percep-
ción. Las primeras se producen por lesiones en el oído
externo o el oído medio. La más frecuente, que aparece con
la edad, es la otosclerosis o presbiacusia. Las hipoacusias
de percepción o nerviosas aparecen cuando la lesión está
en el caracol o en el nervio auditivo.
8.4. SENTIDO DEL GUSTO
Es el sentido que permite reconocer el sabor de las sus-
tancias. Los órganos responsables son los botones gustati-
vos, que se encuentran distribuidos en la lengua (en las
papilas) y en el tejido epitelial del paladar y mucosa de la
faringe.
En el dorso de la lengua se pueden identificar tres tipos
de papilas gustativas: las foliadas, situadas en la punta y los
bordes laterales; las fungiformes, localizadas en la parte
central, y las caliciformes, ubicadas en la base alrededor de
la «V» lingual. En el interior de las papilas gustativas se
encuentran los botones gustativos (Fig. 8-18). Estos boto-
nes tienen forma de botella de base ancha, y su cuello se
abre en la superficie de la papila que está en contacto con la
saliva a través del poro gustativo. En su interior hay células
de sostén, y entre ellas células gustativas que tienen una
prolongación apical, con microvellosidades, que se dirige
hacia el poro gustativo. De su base parten las fibras nervio-
sas que conducen el impulso hacia el nervio glosofaríngeo
(recoge las sensaciones del tercio posterior de la lengua) y
hacia el nervio facial y el trigémino (recogen las sensacio-
nes de los dos tercios anteriores). Las sensaciones del pala-
dar y de la mucosa faríngea son recogidas por el nervio
vago. Todos los impulsos son conducidos al bulbo, y desde
allí al tálamo, y finalmente a la circunvolución posrolándica
de la corteza.
Las células gustativas son los receptores del gusto. En
cada botón gustativo hay unas 40 células que viven alrede-
dor de 10 días (están en continua mitosis). Son quimiorre-
ceptores que responden a los estímulos químicos de los
alimentos cuando se mezclan con la saliva. Estos receptores
diferencian cuatro sabores básicos: dulce (en la punta de la
lengua), salado (en los bordes anteriores), ácido (en los
bordes posteriores) y amargo (en la parte posterior de la
lengua). Son receptores de tipo fásico, por lo que se adaptan
rápidamente.
El sentido del gusto presenta una serie de atributos espe-
ciales que le permiten asociarse con el sentido del olfato.
Combinado con el tacto, la textura y la temperatura de los
alimentos, amplía enormemente la gama de los tipos de
sabores. Otros atributos, como los afectivos, permiten perci-
bir los gustos como agradables o desagradables según la
persona, o la cantidad que se deguste.
8.5. SENTIDO DEL OLFATO
En los seres humanos el olfato es un sentido rudimentario
y muy subjetivo, y de difícil estudio debido a su localiza-
ción. Sirve para conocer el olor de las sustancias y participa
en la esfera afectiva y emocional. En los animales su fun-
ción se extiende a la esfera del comportamiento sexual y es
básico para orientarse.
Está localizado en la pituitaria olfatoria. La pituitaria es
un epitelio situado en la parte superior y posterior de la
mucosa nasal (zona del cornete medio) (Fig. 8-19). Entre las
células secretoras de moco y las de sostén se encuentran las
células olfatorias, que son los receptores químicos de los
olores. Son neuronas bipolares (unos 100 millones) provis-
tas en su parte distal de los cilios olfatorios (de 10 a 15 por
célula). Se introducen en el moco y de su parte proximal
surgen los nervios olfatorios, que son amielínicos. Se jun-
tan de 25 a 30 axones que se recubren de mielina y forman
216 Estructura y función del cuerpo humano

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