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ESTRUCTURA Y FUNCIÓN DEL CUERPO HUMANO (266)

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na, ácido clorhídrico y moco hasta que se alcanza una
secreción de 500 mL/hora.
b) Fase gástrica. En esta fase, que se inicia cuando la
comida llega al estómago, el control de la secreción es
humoral. La distensión de la región del antro por los ali-
mentos hace que las células antrales liberen una sustancia,
denominada gastrina, a la circulación sanguínea. La gastrina
llega por vía sanguínea (lo que le confiere características de
hormona) a todas las células gástricas. Como consecuencia
de ello, las células aumentan su secreción, especialmente
las células parietales, que aumentan la liberación de ácido
clorhídrico. La liberación de gastrina se inhibe cuando el
pH gástrico es inferior a 2. Hay sustancias y alimentos
capaces de estimular directamente la producción de gastri-
na (y secundariamente la de HCl), como son el alcohol, la
cafeína o las proteínas. La gastrina produce una secreción
gástrica de unos 200 mL/hora, y aunque la velocidad de
producción es menor, ésta es mucho más sostenida que en
la fase cefálica, por lo que posee una mayor importancia
absoluta.
c) Fase intestinal. Existe un aumento comprobado de
la secreción de jugo gástrico cuando el alimento pasa al
intestino, incluso en ausencia de gastrina. Se sabe que esta
fase tiene un control humoral, pero aún no se ha identifica-
do la hormona responsable, aunque algunos autores la han
denominado gastrina intestinal.
La secreción gástrica es inhibida principalmente por tres
factores. En primer lugar, por la desaparición de estímulos
de las fases cefálica (ya no apetecen los alimentos después
de comer y con el estómago lleno) y gástrica (desaparece la
distensión del antro). En segundo lugar, la liberación de
gastrina se reduce o desaparece cuando el pH del contenido
gástrico es inferior a 1.5-2. Finalmente, existe una hormona
intestinal producida por la presencia de alimento en el intes-
tino y denominada enterogastrona, que es capaz de inhibir
la liberación de jugos gástricos.
La actividad secretora y motora del estómago dura unas
3 horas desde que se empieza a comer hasta que se vacía el
estómago, pero este intervalo es muy variable y depende de
muchos factores. Estos factores pueden ser de carácter ge-
neral o local. Entre los factores generales, son aceleradores
del proceso gástrico el hambre, el ejercicio moderado, como
un paseo después de la comida, o la posición en decúbito
lateral derecho (aunque esta posición no siempre es reco-
mendable dado que puede favorecer la aparición de reflujo
gastroesofágico). En cambio, son factores retardadores, que
incluso pueden llegar a detener el proceso digestivo gástri-
co, el ejercicio muy intenso, las emociones fuertes, o la
presencia de un dolor importante.
Entre los factores locales, se puede citar la consistencia
de los alimentos, siendo los líquidos un factor acelerador, de
modo que cuanto más sólido sea el alimento más tiempo
tardará la digestión gástrica. También es importante la com-
posición de la comida, ya que los glúcidos se asocian a un
vaciamiento rápido, mientras que las proteínas y las grasas
tardan un poco más, sobre todo estas últimas. Finalmente,
existen factores constitucionales que hacen que unos estó-
magos sean más rápidos en el proceso de digestión y vacia-
miento gástrico (estómagos hipertónicos), mientras que
otros son excesivamente lentos (estómagos hipotónicos o
atónicos). El término ortotónico se reserva para definir un
vaciamiento con un ritmo normal.
Aunque, como ya hemos visto, la digestión gástrica es
muy importante, en el estómago prácticamente no existe
absorción (sólo se absorben el agua y algunas sustancias
como el alcohol). El paso de los alimentos desde la luz del
tubo digestivo al torrente circulatorio se realiza en la siguien-
te porción del tubo digestivo, que es el intestino delgado.
10.5. DUODENO Y PÁNCREAS
El intestino delgado es un tubo cuya longitud varía entre
5 y 7 metros, y en el que se distinguen tres porciones sin
solución de continuidad entre ellas: duodeno, yeyuno e íleon.
10.5.1. Anatomía y funciones del duodeno
Es la primera porción del intestino delgado y tiene sólo
unos 25 cm de longitud. Anatómicamente se distinguen
cuatro porciones que forman un cuadrado, por lo que en
ocasiones se habla de marco duodenal (Fig. 10-14). La
primera porción es la que recibe los alimentos que son
capaces de superar el píloro, la segunda porción (descen-
dente) contiene los orificios de los conductos biliar y pan-
creático, la tercera y la cuarta conectan con el yeyuno a
través de un ángulo característico de la curvatura duodenal
denominado ángulo de Treitz.
La importancia del duodeno no radica en su capacidad de
absorción, que es muy reducida, sino en el hecho de que
recibe las secreciones del páncreas exocrino y del hígado,
además del gástrico, ya convertido en quilo intestinal. El
contenido gástrico tiene un pH ácido que no es adecuado
para continuar el proceso digestivo, ya que la mayoría de las
enzimas intestinales deben trabajar en un medio básico.
Además, un pH bajo favorece la aparición de lesiones en la
pared intestinal, que no está preparada como la del estóma-
go para soportarlo. Por ello, en el duodeno se inicia la
digestión básica o alcalina gracias a la secreción pancreáti-
ca, que no sólo es rica en enzimas, sino también en sustan-
cias alcalinas capaces de neutralizar la acidez gástrica.
10.5.2. El páncreas exocrino: anatomía y función
El páncreas es un órgano retroperitoneal de gran tamaño,
localizado en la región epigástrica, con forma de cabeza de
martillo, y en el que se pueden distinguir tres porciones:
cabeza, cuerpo y cola (Fig. 10-14). La cabeza está rodeada
por el marco duodenal y la cola se dirige hacia el hipocon-
drio izquierdo, junto al bazo. Es una glándula doble, con
una porción dedicada a la producción de sustancias que se
vierten al exterior (al tubo digestivo), por lo que tiene
carácter de glándula exocrina, y otra que fabrica sustancias
que se vierten a la sangre, por lo que se trata además de una
glándula endocrina. La porción endocrina se halla limitada a
unos agregados celulares denominados islotes de Langer-
hans, que secretan hormonas tan importantes como la insuli-
na o el glucagón, y que están rodeados por el páncreas
exocrino. A partir de este momento nos dedicaremos exclu-
sivamente a la parte exocrina del páncreas, ya que el pán-
creas endocrino se ha descrito en el capítulo correspondien-
te a la endocrinología (Capítulo 8).
El páncreas exocrino está formado por células secretoras
que se reúnen en forma de racimos, denominados acini
pancreáticos (Fig. 10-15), alrededor de un canalículo donde
vierten sus secreciones. Los canalículos de los diferentes
Parte III. Alimentación y excreción 247

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