Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
Encefalitis autoinmunes CONCEPTO En la última década hemos asistido a un avance exponencial en el conocimiento de las bases biológicas de las enfermedades autoinmunes del sistema nervioso central mediadas por anticuerpos. Así, el térmi- no encefalitis autoinmune hace referencia a este grupo emergente de enfermedades que presentan manifestaciones clínicas y mecanismos inmunopatogénicos comunes. Los síntomas característicos incluyen trastornos neuropsiquiátricos (alteraciones de conducta, psicosis, tras- tornos de memoria u otros problemas cognitivos), crisis epilépticas, trastornos del movimiento o grados variables de alteración del estado de consciencia. En muestras de suero y sobre todo LCR de los pacien- tes es posible detectar autoanticuerpos dirigidos frente a proteínas de superficie neuronal, canales iónicos o receptores sinápticos. Estas enfermedades pueden afectar al encéfalo de forma difusa (p. ej., ence- falitis por anticuerpos antirreceptor del N-metil-D-aspartato [NMDA] del glutamato) o afectar exclusiva o predominantemente a algunas estructuras nerviosas (p. ej., encefalitis límbica [EL]) (tabla 177-1). Las encefalitis autoinmunes pueden ocurrir como manifestación remota de un cáncer sistémico (síndromes neurológicos paraneoplásicos; v. cap. 175, Tumores intracraneales. Complicaciones neurológicas del cáncer) o, más frecuentemente, producirse como una enfermedad autoinmune no paraneoplásica. PATOGENIA La mayoría de las encefalitis autoinmunes están causadas por la activa- ción anormal de mecanismos relacionados con la inmunidad humoral (tabla 177-2). Los pacientes desarrollan autoanticuerpos que reaccio- nan frente a epítopos extracelulares de receptores y canales neuronales importantes para la función sináptica (tabla 177-3). Estos anticuerpos tienen un papel patogénico directo alterando la función y la estructura de los antígenos. Los síntomas y signos clínicos que desarrollan los pacientes reproducen los causados por antagonistas farmacológicos o alteraciones genéticas de estos mismos receptores o canales. Las muestras de tejido cerebral muestran escasa pérdida neuronal e infil- trados linfocitarios en los que se encuentra una población significativa de células secretoras de anticuerpos, como plasmocitos y plasmoblastos positivos para CD138. Las evidencias disponibles no apoyan un papel patogénico para el complemento. En modelos experimentales es posible comprobar para muchas de estas enfermedades que la eliminación de los anticuerpos patogénicos revierte los cambios funcionales o estructurales que han generado en los receptores. Análogamente, estos síndromes mediados por anticuerpos suelen responder a la inmuno- terapia, de modo que la mayoría de los pacientes pueden conseguir una mejoría aceptable incluso tras períodos prolongados con síntomas neurológicos graves. TABLA 177-1 Clasificación de las enfermedades del sistema nervioso central de origen autoinmune Tipo AFECTACIÓN PREDOMINANTE Sustancia blanca Sustancia gris Formas diseminadas Esclerosis múltiple Encefalomielitis aguda diseminada Encefalitis por anticuerpos antirreceptor NMDA Encefalomielitis paraneoplásica Formas focales Neuritis óptica Mielitis transversa Encefalitis límbica Ataxia cerebelosa Síndrome de la persona rígida Encefalomielitis progresiva con rigidez y mioclonus Síndrome opsoclonus-mioclonus NMDA: N-metil-D-aspartato. https://booksmedicos.org 1405 CAPÍTULO 177 Encefalitis autoinmunes Una gran parte de las encefalitis autoinmunes se desarrollan sin un desencadenante inmunológico aparente. En algunos estudios se ha encontrado una predisposición genética basada en la asociación con antígenos de clase HLA (p. ej., HLA-DR7 o -DRB4 en la encefalitis límbica con anticuerpos anti-LGI1). En un porcentaje de pacientes con encefalitis autoinmune, el factor desencadenante de la pérdida de tolerancia inmune es la presencia de un cáncer sistémico. La frecuencia con la que se encuentra un cáncer sistémico varía en función del tipo de autoanticuerpo neuronal. Es importante tener en cuenta que los pacientes con cáncer desarrollan con mayor frecuencia encefalitis causadas por inmunidad celular. En estas encefalitis paraneoplásicas es posible encontrar anticuerpos altamente específicos frente a antígenos neuronales intracelulares. Se cree que estos anticuerpos no tienen un papel patogénico directo y que es la respuesta mediada por linfocitos T citotóxicos la causante de una destrucción neuronal que lleva a déficits habitualmente graves y de muy difícil tratamiento. Algunos pacientes con cáncer desarrollan las manifestaciones neurológicas encefalíticas, u otras, tras recibir tratamiento con fármacos inhibidores del punto de control inmunológico (immune checkpoint inhibitors) como nivolumab, ipilimumab u otros. Por último, algunas encefalitis autoinmunes ocurren poco después de vacunaciones o infecciones sistémicas y cerebrales. Así, la encefalitis herpética puede actuar como desencadenante de una encefalitis con anticuerpos antirreceptor NMDA (v. más adelante). CUADRO CLÍNICO Y DIAGNÓSTICO Las encefalitis autoinmunes pueden afectar a pacientes de cualquier edad y son especialmente frecuentes en niños y adolescentes. Los sín- tomas suelen desarrollarse de modo subagudo y progresar rápidamente en días o semanas. Como excepción, algunas formas de encefalitis con anticuerpos anti-LGI1, CASPR2 o DPPX pueden tener un curso len- tamente progresivo. Algunos síntomas prodrómicos son característicos de ciertos tipos de encefalitis (p. ej., las crisis epilépticas faciobraquiales «distónicas» en pacientes con encefalitis con anticuerpos anti-LGI1). La evaluación mediante RM cerebral puede mostrar hiperintensida- des en secuencias T2 o FLAIR en áreas clínicamente afectas (fig. 177-1), o bien ser normal. En pacientes evolucionados, en especial cuando no han recibido el tratamiento adecuado o si ha habido retrasos en el diagnóstico, las regiones cerebrales afectas pueden mostrar atrofia en la neuroimagen. Las pruebas de neuroimagen funcional como la SPECT o la PET con 18F-fluorodesoxiglucosa (PET-18F-FDG) pueden mostrar TABLA 177-2 Clasificación inmunopatogénica de las encefalitis autoinmunes Criterio Inmunidad humoral Inmunidad celular Mecanismo efector Autoanticuerpos Linfocitos T citotóxicos Localización de autoantígenos Superficie celular Intracelular Desencadenante Frecuentemente sin cáncer Cáncer (síndromes paraneoplásicos) Anatomía patológica Escasa pérdida neuronal, infiltrados linfocitarios Pérdida neuronal, infiltrados linfocitarios Respuesta al tratamiento Frecuentemente buena Pobre TABLA 177-3 Anticuerpos asociados a encefalitis autoinmunes, síndromes asociados y desencadenantes de autoinmunidad Antígeno Síndrome Desencadenante De superficie celular Receptor NMDA Encefalitis difusa clínicamente estereotipada (v. texto) Teratoma de ovario, encefalitis herpética Desconocido en el 50% de los casos LGI1 Encefalitis límbica, crisis faciobraquiales distónicas Desconocido en el 90% de los casos Timoma o cáncer de pulmón (raramente) Receptor GABA-B Encefalitis límbica, convulsiones Cáncer de pulmón, tumor neuroendocrino Desconocido en el 50% de los casos Receptor AMPA Encefalitis límbica Cánceres de pulmón, mama, ovario, teratoma Desconocido en el 30% de los casos Receptor GABA-A Estatus epiléptico Síndrome de la persona rígida Síndrome opsoclonus-mioclonus Desconocido CASPR2 Encefalitis difusa (de Morvan), neuromiotonía Timoma en el 50% de los casos Receptor de glicina Encefalomielitis progresiva con rigidez y mioclono Síndrome de la persona rígida Desconocido DPPX Encefalitis difusa, con hiperexplexia, síndrome diarreico Desconocido Receptor mGluR5 Encefalitis difusa Enfermedad de Hodgkin Desconocido en el 30% de los casos Receptor mGluR1 Ataxia cerebelosa Enfermedad de Hodgkin Receptor de dopamina D2 Movimientos anormales; encefalitis de ganglios basales Desconocido Intracelular GAD Ataxiacerebelosa Síndrome de la persona rígida Epilepsia farmacorresistente Encefalitis límbica Autoinmunidad sistémica (poliendocrinopatía autoinmune) Cáncer (raramente) AMPA: ácido α-amino-3-hidroxi-5-metil-4-isoxazolepropiónico; CASPR2: proteína asociada a contactina de tipo 2; DPPX: proteína similar a la dipeptidil-peptidasa de tipo 6; GABA: ácido γ-aminobutírico; GAD: glutamato-descarboxilasa; LGI1: proteína inactivada en glioma rica en leucina de tipo 1; NMDA: N-metil-D-aspartato. https://booksmedicos.org 1406 SECCIÓN XII Neurología áreas de hiper- o hipofunción en pacientes con RM normal, o bien detectar anomalías en áreas clínicamente silentes. El estudio del líquido cefalorraquídeo (LCR) suele mostrar una pleocitosis mononuclear moderada (generalmente < 100 linfocitos/µL), con leve o moderado aumento de proteínas y glucosa normal. El estudio de bandas oligoclo- nales en LCR es positivo en aproximadamente la mitad de los pacientes. El EEG es patológico en casi todos los pacientes, mostrando ondas lentas focales o difusas, frecuentemente asociadas con algún foco de actividad epileptiforme. Existe un patrón electroencefalográfico (patrón extreme delta brush) muy específico de la encefalitis con anticuerpos antirreceptor NMDA, aunque sólo el 30% de los pacientes lo presenta. En los pacientes con encefalitis autoinmunes es necesario un amplio y cuidadoso diagnóstico diferencial, especialmente con meningoencefa- litis infecciosas, neoplasias cerebrales o leptomeníngeas, enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, enfermedades psiquiátricas con síntomas atípicos, síndrome neuroléptico maligno, reacciones adversas a fármacos o drogas de abuso y encefalopatías metabólicas. La detección de anticuerpos específicos en muestras de suero y LCR de los pacientes es el biomarcador más útil en el diagnóstico de las encefalitis autoinmunes. Junto con la correcta valoración de las manifestaciones clínicas del paciente, es la clave del diagnóstico. Es importante tener en cuenta que en pacientes con encefalitis autoinmu- ne, en especial si son mayores de 60 años, la detección de anticuerpos específicos puede ser el único test anormal, ya que la RM y el estudio de LCR pueden no revelar aspectos inflamatorios. Por estos motivos, es muy importante disponer de una metodología adecuada para su detección. Aunque la mayoría de los anticuerpos son detectables en muestras de suero y LCR, los resultados más fiables de los test dis- ponibles se obtienen cuando la evaluación incluye el LCR. Encefalitis con anticuerpos antirreceptor NMDA Es la encefalitis autoinmune más frecuente. El biomarcador de esta enfermedad son los anticuerpos de clase IgG en el LCR de los pacien- tes, dirigidos frente a la subunidad GluN1 del receptor NMDA del glutamato. Se trata de una encefalitis difusa clínicamente estereotipada. Así, la gran mayoría de los pacientes desarrollan los síntomas escalo- nadamente en una secuencia característica (fig. 177-2). Los síntomas iniciales son psiquiátricos y pueden incluir ansiedad, agitación, alte- raciones conductuales, agresividad, insomnio, alucinaciones visuales o auditivas, síntomas maníacos o psicóticos, síntomas disociativos o incluso conducta catatónica. No es raro que los pacientes alternen entre un estado de agitación psicomotriz y un estado catatónico dentro de un mismo día. Frecuentemente ocurre una desintegración pro- gresiva del lenguaje no clasificable como ninguno de los subtipos de afasia, con una disminución progresiva de la producción verbal, ecolalia y mutismo. Muchos pacientes son ingresados en unidades de psiquiatría en esta primera fase. En días sucesivos prácticamente siempre se añaden otros síntomas, que incluyen alteraciones de la memoria (de difícil diagnóstico debido a las alteraciones mentales), crisis epilépticas (parciales o generalizadas, a veces con estatus), dis- minución progresiva del nivel de consciencia, con estupor o coma, movimientos anormales característicos y síntomas disautonómicos. Las discinesias de carácter coreoatetósico son las más frecuentes, sobre todo en el área orofacial. Además, los pacientes pueden presentar distonía, movimientos estereotipados, rigidez e incluso posturas en opistótonos. Las manifestaciones disautonómicas son hipertermia, fluctuaciones en la presión arterial, taqui- o bradiarritmias (algunos Figura - Secuencia carac- terística de manifestaciones clínicas de la encefalitis con anticuerpos anti-NMDAR, en su forma de expre- sión completa en adultos jóvenes (v. texto). (Tomado de Kayser MS, Dalmau J. Anti-NMDA receptor encephalitis in Psychiatry. Curr Psychiatry Rev 2011;7:189-93.) Figura - RM cerebral en secuencia FLAIR de un paciente con encefalitis límbica y anticuerpos antirreceptor AMPA del glutamato. Obsérvense las áreas anormales de hiperintensidad simétricas en ambos hipocampos (flechas). (Tomado de Lancaster et al. Encephalitis and antibodies to synaptic and neuronal cell surface proteins. Neurology 2011;77:179-89.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1407 CAPÍTULO 177 Encefalitis autoinmunes S E C C IÓ N X II casos con pausas cardíacas que requieren un marcapasos), sialorrea y, en ocasiones, hipoventilación central que requiere ventilación asistida. La gravedad del cuadro hace que muchos pacientes requieran ingresos prolongados en unidades de cuidados intensivos. Con el tratamiento adecuado, la mayoría de los pacientes experimentan una recuperación progresiva en orden secuencial inverso a la aparición de los síntomas. Tras la resolución de los síntomas encefalíticos agudos, durante la fase de convalecencia muchos pacientes experimentan alteraciones de la memoria y la atención, impulsividad, comportamiento desinhibido y disfunción ejecutiva, que pueden tardar muchos meses en desaparecer. La enfermedad puede afectar a pacientes de cualquier edad, aunque es más frecuente en niños, adolescentes y adultos jóvenes (mediana de edad de 21 años). En este último subgrupo, la enfermedad ocurre sobre todo en mujeres, y la mitad de ellas tienen un teratoma de ovario. En niños, el predominio femenino es menos importante, la presencia de tumores es muy rara y la enfermedad suele debutar con discinesias, crisis epilépticas o ataxia, más que con manifestaciones psiquiátricas. La encefalitis por herpes simple puede actuar como desencadenante de inmunidad antirreceptor NMDA, si bien el cuadro clínico resultan- te es diferente de la encefalitis clásica con anticuerpos contra el receptor NMDA y el pronóstico es peor, especialmente en pacientes menores de 4 años. En un reciente estudio prospectivo multicéntrico el 27% de los pacientes con encefalitis herpética desarrollaron síntomas de encefalitis autoinmune dentro de los 3 primeros meses tras completar el tratamien- to con aciclovir. La mayoría de los pacientes desarrollaron anticuerpos antirreceptor NMDA. En estos pacientes, un mecanismo inmunitario postinfeccioso provoca un empeoramiento sintomático diferido con manifestaciones clínicas que suelen incluir síntomas psiquiátricos y conductuales en adultos jóvenes, y discinesias coreoatetósicas en niños. El tratamiento de los pacientes con encefalitis antirreceptor NMDA se basa en la resección del tumor y la inmunoterapia. Habitualmente, la primera línea de inmunoterapia incluye un pulso de corticoides intravenosos en dosis altas, junto con inmunoglobulinas intravenosas en dosis altas o recambio plasmático. Los pacientes suelen comenzar a mejorar sustancialmente en el plazo de 4 semanas. Sin embargo, aproximadamente la mitad de los pacientes requieren inmunoterapia de segunda línea, que consiste en rituximab y/o ciclofosfamida. La mejoría ocurre de modo progresivo y la recuperación completa puede retrasarsemás de 1 año. La eficacia de posibles tratamientos de tercera línea como bortezomib o tocilizumab es incierta debido al escaso número de pacientes tratados y al posible efecto retardado de los tratamientos de segunda línea o al efecto de otros tratamientos utilizados concomitante- mente. Con el tratamiento adecuado, el pronóstico de la encefalitis con anticuerpos antirreceptor NMDA es bueno. Así, el 80% de los pacientes consiguen una puntuación en la escala de Rankin de 0-2 a los 2 años. Los pacientes tienen riesgo de recidivas (15%-24%); el beneficio de tratamientos a largo plazo como azatioprina o micofenolato para evitar recidivas es incierto. Encefalitis límbica Es un tipo de encefalitis debida a una respuesta autoinmune frente a estructuras del sistema límbico, sobre todo de los hipocampos, que se manifiesta clínicamente mediante amnesia predominantemente anteró- grada, ansiedad, depresión, alteraciones cognitivas y crisis epilépticas (crisis parciales complejas más frecuentemente). La RM suele mostrar alteración de la señal (hiperintensidad en T2, FLAIR) de ambos lóbulos temporales mediales. Menos frecuentemente, la afectación es unilateral y plantea problemas de diagnóstico diferencial con un glioma, una encefalitis herpética o cambios transitorios asociados a crisis epilépticas temporales. Tres anticuerpos frente a proteínas de superficie están relacio- nados con esta forma clásica de EL autoinmune: anticuerpos anti-LGI1, antirreceptor GABA-B y antirreceptor del ácido α-amino-3-hidroxi-5 -metil-4-isoxazolepropiónico [AMPA] del glutamato. Con menos fre- cuencia la encefalitis asociada a anticuerpos contra CASPR2 también puede manifestarse como una encefalitis límbica. Cada uno de estos anticuerpos presenta características clínicas y asociaciones particulares. La EL asociada a anticuerpos anti-LGI1 (previamente atribuida a anticuerpos anticanales de potasio dependientes del voltaje) afecta predominantemente a pacientes de edades medias y avanzadas, con un predominio masculino (2:1). El 60% de los pacientes presentan hiponatremia y algunos pueden sufrir sacudidas similares a mioclonías en la cara, los brazos o las piernas (que se han atribuido a crisis epilép- ticas distónicas o tónicas faciobraquiales). Es frecuente la presencia de un trastorno del comportamiento asociado al sueño REM. Raramente, la enfermedad puede evolucionar de un modo más lento de lo esperable para una encefalitis autoinmune. Unos pocos pacientes desarrollan un síndrome de demencia rápidamente progresiva, planteando problemas de diagnóstico diferencial con la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob. Solamente el 10% de los casos con anticuerpos anti-LGI1 son paraneo- plásicos, siendo el tumor más frecuentemente asociado el timoma. Los pacientes con anticuerpos antirreceptor GABA-B desarrollan una EL clásica con manifestaciones epilépticas prominentes. La mitad de ellos tiene un carcinoma pulmonar microcítico, y la otra mitad no se asocia a cáncer. Los pacientes con anticuerpos antirreceptor AMPA desarrollan una EL clásica aislada o asociada a otros síntomas (psicosis, déficits motores, ataxia, coma). Algunos de ellos pueden presentarse exclusivamente con manifestaciones psiquiátricas como confusión, agitación o com- portamiento agresivo. Contrariamente a otras encefalitis autoinmunes asociadas a anticuerpos de superficie, el 70% de los pacientes tienen un tumor oculto (pulmón, timoma, mama u ovario). Los anticuerpos contra la proteína CASPR2 se asocian a encefalitis límbica y al síndrome de Morvan (que representa la combinación de síntomas encefalíticos y neuromiotonía). Los síntomas más frecuentes incluyen encefalopatía (déficits cognitivos, crisis epilépticas), disfunción del cerebelo, hiperexcitabilidad de nervios periféricos, disautonomía, insomnio, dolor neuropático y pérdida de peso. Aproximadamente el 20% de los pacientes tienen un timoma y en los casos de síndrome de Morvan la presencia de un timoma es más frecuente. Síndrome de la persona rígida y encefalomielitis progresiva con rigidez y mioclonus Son dos tipos de encefalitis autoinmunes que se manifiestan clínica- mente, entre otros, con síntomas de actividad continua de las neuronas motoras (rigidez muscular y espasmos). La mayoría de los pacientes con síndrome de la persona rígida tienen anticuerpos anti-GAD. Por otro lado, es posible encontrar anticuerpos frente a la proteína similar a la dipeptidil-peptidasa de tipo 6 (DPPX) en pacientes con encefalitis difusa asociada también a síntomas de hiperexcitabilidad motora de origen en el sistema nervioso central, con rigidez, espasmos musculares y reacciones de sobresalto exageradas (hiperexplexia). Estos pacientes suelen presentarse con síntomas prodrómicos de pérdida de peso, dia- rrea y otros síntomas gastrointestinales prominentes, probablemente por afectación autoinmune del plexo mientérico. Ataxia cerebelosa autoinmune Los pacientes con ataxia cerebelosa autoinmune desarrollan un sín- drome pancerebeloso progresivo, con disartria escandida, nistagmo y grados variables de incoordinación de las extremidades, junto con ataxia de la estática y la marcha. La inmunidad más frecuentemente relacionada con ataxia autoinmune no paraneoplásica son los anticuer- pos anti-GAD. La enfermedad suele afectar a pacientes con diabetes mellitus de tipo 1 de inicio en la edad adulta y poliendocrinopatías autoinmunes, con manifestaciones clínicas propias de la tiroiditis, la anemia perniciosa o el vitíligo. En el suero de estos pacientes es, por tanto, frecuente encontrar autoanticuerpos organoespecíficos (antipero- xidasa tiroidea, antitiroglobulina, anticélulas parietales gástricas, etc.). La ataxia cerebelosa autoinmune puede asociarse a la enferme- dad celíaca. Sin embargo, la asociación de ataxia cerebelosa a rasgos analíticos de hipersensibilidad al gluten (anticuerpos antigliadina y antitransglutaminasa) sin enfermedad celíaca intestinal clínica ni his- topatológica es todavía motivo de controversia. Síndrome opsoclonus-mioclonus Los pacientes desarrollan opsoclonus (movimientos oculares sacádicos involuntarios caóticos en todos los planos de la mirada), junto con Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1408 SECCIÓN XII Neurología mioclonías multifocales y ataxia troncal. No es posible demostrar anticuerpos específicos en la mayoría de los pacientes. Puede asociarse a neuroblastoma en niños o a cáncer de pulmón o de mama en adultos. TRATAMIENTO El tratamiento de los pacientes con encefalitis autoinmunes se basa en fármacos inmunomoduladores y en el tratamiento de los procesos desencadenantes si los hubiera (cáncer sistémico, infecciones). El trata- miento debe instaurarse con rapidez una vez que se han excluido otras causas del proceso para evitar síntomas irreversibles. Como tratamiento de inducción de respuesta se pueden utilizar glucocorticoides en dosis altas, inmunoglobulinas intravenosas, recambio plasmático, rituximab o ciclofosfamida. Los inmunodepresores a más largo plazo, como la azatioprina o el micofenolato, para consolidar la respuesta o prevenir recurrencias se utilizan a veces en algunos de estos síndromes. BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL Dalmau J, Geis C, Graus F. Autoantibodies to Synaptic Receptors and Neuronal Cell Surface Proteins in Autoimmune Diseases of the Central Nervous System. Physiol Rev 2017;97:839-87. Dalmau J, Graus F. Antibody-Mediated Encephalitis. N Engl J Med 2018; 378:840-51. Graus F, Dalmau J. Paraneoplastic neurological syndromes in the era of immu- ne-checkpoint inhibitors. Nat Rev Clin Oncol 2019;16:535-48. Graus F, Titulaer MJ, Balu R, Benseler S, Bien CG, Cellucci T, et al. A cli- nical approach to diagnosis of autoimmune encephalitis. LancetNeurol 2016;15:391-404. https://booksmedicos.org Push Button0:
Compartir