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ELECTRODIAGNÓSTICO DEL SISTEMA NERVIOSO J. Valls Solé, C. Gaig Ventura El electrodiagnóstico neurológico es el conjunto de las pruebas basadas en el registro de la actividad eléctrica de los tejidos excitables que se utilizan para conocer las condiciones funcionales en que se encuen- tran determinados segmentos, circuitos o estructuras de los sistemas nerviosos central (SNC) y periférico (SNP). En su mayoría son prue- bas incruentas que pueden requerir cierta colaboración del paciente, excepto los estudios durante el sueño o el coma, o la monitorización neurofisiológica intraoperatoria. En sus aplicaciones convencionales clásicas, el electrodiagnóstico del sistema nervioso debe entenderse como una continuación del examen clínico y no como una prueba aislada. Por ejemplo, en la exploración mediante EMG, el médico que realiza el examen debe ir seleccionan- do y aplicando una serie de técnicas, según su propio criterio, hasta obtener un conocimiento del estado funcional de la parte del sistema nervioso examinado. El registro EEG y de los potenciales evocados se efectúa habitualmente de modo sistematizado, de tal manera que puede realizarse por personal técnico especialmente entrenado. En cualquier caso, para que los resultados de las exploraciones neurofisiológicas tengan sentido, la interpretación de los resultados debe hacerse por un médico especializado y la conclusión final debe tener en cuenta el contexto clínico. Electroencefalografía Es el registro de la actividad eléctrica cerebral mediante electrodos colocados sobre la piel del cráneo. Las diferencias de potencial eléctrico entre electrodos se amplifican, filtran y presentan en la pantalla en un orden lógico para facilitar su interpretación, comparando entre sí la actividad de las diversas regiones cerebrales. La amplitud media de la señal de EEG es muy baja, de unos 40-100 µV, en comparación con las señales generadas por el EMG, el ECG o por artefactos eléctricos ambientales. Su realización requiere una técnica depurada para ofrecer al clínico la máxima información. El registro EEG estándar se puede complementar con maniobras de activación como la hiperventilación y la fotoestimulación o realizarlo tras privación de sueño. La actividad EEG normal es muy variable y se compone de ondas cuya frecuencia, amplitud, localización y reactividad es diversa. La actividad que predomina en un trazado EEG se conoce como ritmo de fondo o ritmo de base y suele ser simétrica en los dos hemisferios. En un adulto sano despierto y con los ojos cerrados se registra en general un ritmo α (8-12,9 ciclos/s o hertz [Hz]) en las áreas posteriores y β (> 13 Hz) en las anteriores. Típicamente, el ritmo α desaparece al abrir los ojos o con el adormecimiento y el sueño, apareciendo en este último caso frecuencias cada vez más lentas —θ (4-7,9 Hz) y δ (< 3,9 Hz)— a medida que su profundidad aumenta. El EEG es una exploración asequible, relativamente sencilla, para el estudio de disfunciones cerebrales de etiología variable y no necesaria- mente asociadas a cambios estructurales. Los procesos mórbidos en los que el EEG es de utilidad clínica son, entre otros, epilepsia, encefalopa- tías, alteraciones del sueño y la consciencia, y la muerte cerebral. En los pacientes con sospecha de epilepsia, el EEG constituye una exploración básica porque: a) durante una crisis epiléptica con alteración de la cons- ciencia pone de manifiesto casi invariablemente cambios que sustentan este diagnóstico; ello permite, en pacientes con síntomas poco claros, confirmar o excluir el diagnóstico de epilepsia, como en el caso de los pacientes con seudocrisis o con estatus no convulsivo, y b) fuera de las crisis, la presencia y la frecuencia de aparición de la actividad epilepti- forme permitirán orientar el diagnóstico y su gravedad clínica. A pesar de ello, el EEG puede ser normal en aproximadamente el 10%-15% de los pacientes epilépticos en el período intercrisis y en una tercera parte aproximadamente de los pacientes con crisis focales sin alteración de la consciencia. Los elementos que constituyen la actividad epileptifor- me son la punta, la onda aguda, la polipunta y diversas combinaciones de los mismos como la punta/onda (figs. 168-1 y 168-2). La punta y la onda aguda tienen un aspecto similar. Se diferencian porque la primera dura entre 20 y 70 ms, mientras que la segunda se prolonga entre 70 y 200 ms. La onda lenta dura más de 200 ms. Habitualmente, la punta aparece de forma aislada o se sigue de una onda lenta, pero en otras la primera punta tiene a continuación múltiples puntas, para configurar una polipunta, que es el elemento EEG con más valor epileptógeno. El EEG es útil también en la localización del foco epiléptico en los pacientes con epilepsia focal refractaria al tratamiento médico que son candidatos a la resección quirúrgica del área cerebral origen de las crisis. El registro combinado de EEG y vídeo del paciente (vídeo-EEG) es fundamental para reconocer diversos patrones electroclínicos, por ejem- plo, las crisis epilépticas de la parte medial del lóbulo temporal, que se encuentran entre las que mejor responden al tratamiento quirúrgico. En las lesiones cerebrales focales, el papel del EEG se ha reducido a valorar la función eléctrica de la zona y, en especial, su epileptogenicidad. Exploraciones complementarias en neurología Figura - Actividad epileptiforme interictal: brotes de punta y onda (puntas de flecha) o de polipunta (entre las flechas) generalizada en un paciente con epilepsia generalizada. https://booksmedicos.org 1321 CAPÍTULO 168 Exploraciones complementarias en neurología S E C C IÓ N X II El EEG se ha demostrado útil en la monitorización de la isquemia cere- bral, en las encefalitis o en la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob. En la isquemia producida durante una endarterectomía carotídea, el EEG es muy sensible para detectar disfunción neuronal secundaria a la misma y predecir déficits neurológicos en el postoperatorio. En las encefalitis se produce un enlentecimiento en las áreas afectadas y puede aparecer actividad epileptiforme o crisis eléctricas. En la encefalitis herpética, el EEG practicado en las primeras 48 h pone a menudo de manifiesto enlentecimiento focal y ausencia de reactividad del ritmo de fondo en la zona afecta y, más adelante, entre 2 y 30 días tras el inicio de los síntomas, se registran complejos periódicos unilaterales, muy caracterís- ticos. Finalmente, en la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob el EEG es una de las pruebas complementarias capaces de sustentar el diagnós- tico en vida del paciente, con la presencia de complejos periódicos de onda aguda bilaterales, habitualmente en el curso de las primeras 12 semanas de la enfermedad. El estudio EEG en el coma y otras alteraciones de la consciencia es también de utilidad clínica y pronóstica, al igual que en las encefalopa- tías. La observación de un enlentecimiento del trazado puede sugerir sufrimiento neuronal y demuestra la organicidad del coma. Además, la aparición de determinados patrones EEG puede orientar sobre la etiología del proceso y ayudar en la gradación de su gravedad, como en el caso de la hipoxia (patrón brote-supresión primero y ausencia de actividad EEG después, en ausencia de fármacos depresores del SNC), la encefalopatía hepática (ondas trifásicas) o la intoxicación por barbitúricos o benzodiazepinas (actividad β difusa que impregna la mayor parte del trazado, hipoactividad EEG difusa o patrón brote- supresión). También resulta útil el EEG para sustentar el diagnóstico clínico de muerte cerebral. La presencia de un trazado isoeléctrico (o mal llamado plano), es decir, sin actividad eléctrica cerebral por encima de 2 µV, indica, en ausencia de fármacos sedantes, hipotensión arterial o hipotermia graves, un daño cerebral masivo, incluido el tronco cerebral (en este caso, el paciente está en muerte cerebral), o, más raramente, de la corteza cerebral conpreservación del tronco/diencéfalo (estado vegetativo). Potenciales evocados Los potenciales evocados representan la respuesta eléctrica del sistema nervioso a estímulos sensoriales, sean auditivos, visuales o somato- sensitivos, a diferencia del EEG, que muestra la actividad cerebral espontánea. Debido a su baja amplitud, se requiere la repetición múl- tiple del estímulo y la suma y promediado electrónico de la respuesta registrada (entre 100 y 1.000 estímulos). También se incluyen entre los potenciales evocados los que se obtienen en el músculo por estimu- lación transcraneana de la corteza motora por medio de estimulación magnética o eléctrica, conocidos como potenciales evocados motores. Potenciales evocados de tipo visual Se estudian mediante la estimulación luminosa de ambas retinas y la recogida de la respuesta en la zona occipital. El estímulo puede ser una pantalla en forma de damero en blanco y negro o un flash de luz blanca. En circunstancias normales se observa una onda trifásica con un pico positivo a los 90-120 ms que se conoce como P100. Se exploran ambos ojos independientemente y se mide la latencia de la respuesta y su amplitud. Es una técnica muy sensible para detectar alteraciones des- mielinizantes del nervio óptico, como ocurre en la esclerosis múltiple, las compresiones del nervio y las neuropatías tóxicas o metabólicas. Potenciales evocados auditivos de tronco cerebral Se aplica un estímulo sonoro en forma de «clic» mediante unos auricu- lares y se recoge la respuesta en el vértice cerebral y en la zona auricular ipsilateral, que consiste en cinco a siete ondas dentro de los primeros 10 ms después de aplicar el estímulo. El primer potencial está generado en la parte distal del nervio auditivo, cerca de la cóclea, y las siguientes ondas identifican el paso del estímulo auditivo a diferentes niveles, desde la porción proximal del nervio acústico a los núcleos y vías auditivas de la protuberancia baja y el mesencéfalo, ipsilaterales al estí- mulo. Estos potenciales se alteran en caso de lesiones desmielinizantes, destructivas o compresivas de las vías auditivas en su trayecto desde el oído hasta la parte alta del tronco cerebral, como en el neurinoma del acústico, la esclerosis múltiple, las lesiones vasculares o la mielinólisis centropontina. También son muy útiles para determinar la presencia de hipoacusia en pacientes que no pueden colaborar en la audiometría. Potenciales evocados de tipo somatosensitivo Se estimulan eléctricamente el nervio mediano en la muñeca o el tibial posterior en el tobillo y se recoge el potencial evocado en plexo braquial o en rodilla, columna cervical o lumbar y cuero cabelludo. Esto permite medir la conducción a través de fibras sensitivas gruesas que transmiten la sensibilidad vibratoria, artrocinética, táctil a través del cordón dorsal. Estos potenciales se alteran en las lesiones des- mielinizantes, nutricionales, compresivas o destructivas que dañan dichas vías en la médula espinal, el tronco cerebral, el tálamo y la corteza. Para el estudio de la conducción en las fibras finas que trans- miten la sensibilidad termoalgésica a través del haz espinotalámico, se utilizan estimuladores láser o termodos de contacto, que activan los receptores nociceptivos y se utilizan, por tanto, en el diagnóstico clínico del dolor neuropático. Los potenciales evocados somatosensitivos y motores se utilizan, junto con otras técnicas, para monitorización neurofisiológica intraope- ratoria, especialmente útiles en las intervenciones quirúrgicas sobre la médula espinal o el tronco cerebral. En estos casos, los potenciales evocados motores se obtienen en los músculos elegidos al aplicar estímu- los eléctricos mediante electrodos colocados en la superficie del cuero cabelludo sobre la cisura de Rolando. Otros potenciales evocados Aunque de menor utilidad clínica, los potenciales cognitivos indican la toma de consciencia de una señal sensorial. Entre ellos deben mencio- narse el potencial P300 obtenido cuando en una serie de estímulos auditivos monótonos se introduce un estímulo sonoro de diferentes Figura - Actividad EEG ictal: descarga rítmica a 6 Hz con máximo en área frontotemporal derecha (flechas en electrodos F8, T4, en la mitad inferior de la figura; compárese con los canales F7 y T3, en la mitad superior) durante una crisis parcial compleja en una paciente con epilepsia temporal mesial. https://booksmedicos.org 1322 SECCIÓN XII Neurología características y la variación de contingente negativo que se obtiene al detectar la relación temporal entre dos estímulos. Los potenciales premotores son aquellos que ocurren justo antes de la ejecución de un acto motor. El potencial premotor propiamente dicho ocurre alrededor de los 20 ms precedentes a la ejecución de un acto motor, mientras que el potencial de preparación, o bereitschaftpotential, es una ligera desviación del nivel de actividad EEG basal que ocurre hasta 1 s antes de la ejecución de un acto voluntario autopautado. Electromiografía Se entiende por electromiografía el conjunto de pruebas de electro- diagnóstico neurológico que se utilizan para obtener una información cuantificada de la función motora y sensitiva en el individuo sano o en pacientes con enfermedades del SNP o del SNC. Los aparatos de elec- tromiografía están dotados esencialmente de un sistema de detección y amplificación de señales bioeléctricas, de un sistema de reproducción gráfica o de almacenamiento y de un generador de estímulos eléctricos, cuya activación está sincronizada con el inicio del barrido del oscilos- copio. Las técnicas más comúnmente utilizadas son la electromiografía de inserción, la neurografía motora y sensitiva, la estimulación nerviosa repetitiva a baja y alta frecuencia y el estudio de las respuestas reflejas. También existen técnicas neurofisiológicas para el examen de los reflejos de tronco cerebral, algunas funciones del sistema nervioso autónomo, la conducción motora central y otras funciones del SNP y del SNC. Electromiografía de inserción Consiste en el examen funcional de la actividad eléctrica de las fibras musculares. En la práctica convencional se utilizan electrodos de aguja insertados en el vientre muscular. En un músculo normal no debe captarse ninguna actividad eléctrica en reposo. Durante la contracción muscular se observan potenciales de acción, denominados potenciales de unidad motora, que corresponden a la actividad generada por una unidad motora, concepto desarrollado por Leyton y Sherrington en 1925 para definir a la unidad funcional integrada por una motoneu- rona del asta anterior, su axón y todas las fibras musculares inervadas por él. Al aumentar la intensidad de la contracción, los potenciales de unidad motora aumentan en frecuencia (sumación temporal) y en cantidad (sumación espacial), hasta llegar a constituir un patrón de interferencia (fig. 168-3 A). En los músculos de pacientes con enfermedades neuropáticas se observan dos cambios fundamentales: actividad espontánea durante el reposo y reducción del número de potenciales de acción durante la contracción muscular (fig. 168-3 B). La actividad espontánea de dener- vación consiste en fibrilación u ondas lentas, que son los potenciales generados espontáneamente por cada fibra muscular. La actividad espontánea irritativa consiste en fasciculación o descargas repetitivas de potenciales de acción, que se generan en la propia motoneurona o en las terminaciones axonales. La reducción del número de potenciales de unidad motora se traduce en una menor densidad del patrón de interferencia y en la activación a mayor frecuencia de las unidades motoras que todavía pueden reclutarse. A menudo, se observa un aumento del número de fases, duración y amplitud de los potenciales de unidad motora. En los músculos de pacientes con enfermedades miopáticas puede observarse también actividad espontánea en forma de fibrilación y ondas lentas, sobre todo en lasmiopatías inflamatorias. Sin embargo, el cambio más característico se produce durante la contracción muscular. La pérdida funcional de fibras musculares causa deformidades en el potencial de unidad motora y el reclutamiento precoz de un número de unidades motoras mayor que el requerido en un músculo normal para producir una determinada fuerza. Ello dará lugar a un patrón de interferencia denso, con una fuerza relativamente escasa (fig. 168-3 C). El análisis de los componentes individuales de los potenciales de unidad motora puede efectuarse mediante electrodos especiales, denominados electrodos de fibra única, con los que se puede medir el jitter, definido como la variabilidad de latencia en pulsaciones sucesivas entre los potenciales de fibra muscular que componen una misma unidad motora en el área de registro. El estudio del jitter se utiliza para el diagnóstico de procesos en los que existe una disminución de la seguridad en la transmisión neuromuscular, como en la miastenia. La actividad EMG puede registrarse también con electrodos de superficie, lo cual resulta adecuado para el análisis de la actividad muscular global ligada a los movimientos involuntarios tales como el temblor, la distonía o las mioclonías. Neurografía motora y sensitiva La estimulación eléctrica de un nervio motor induce potenciales de acción que recorren todo su axón y activan las fibras musculares por él inervadas. Los potenciales de acción musculares se registran habi- tualmente por medio de electrodos de superficie y se conocen con el nombre de potencial de acción motor compuesto u onda M. Para que su medición tenga relevancia clínica, la onda M debe obtenerse con estímulos de intensidad supramaximal, es decir, que sean capaces de despolarizar la práctica totalidad de los axones del nervio motor. Si se aplican dos estímulos en puntos distintos del mismo nervio y se registra la onda M en el mismo músculo, se puede calcular la velocidad de conducción motora entre los dos puntos de estimulación dividiendo la distancia entre ellos por la latencia (tiempo) diferencial entre las respuestas obtenidas. En la neurografía sensitiva, el estímulo se aplica sobre nervios sensitivos, mientras que en la neurografía mixta se estimula un nervio mixto y se registra la respuesta en otro punto del mismo nervio. El potencial de acción que se registra sobre el trayecto de un nervio en la neurografía sensitiva y mixta es de amplitud mucho menor que el que se registra en el músculo. Por ello, se emplea la técnica de promediado Figura - EMG en un músculo normal (A), en un músculo con denervación por lesión neurógena (B) y en un músculo con afección miógena (C). En cada caso, el trazo superior muestra el registro en reposo y el trazo inferior durante la contracción voluntaria. En reposo se observa silencio eléctrico en el músculo normal y actividad espontánea en el músculo con denervación neurógena (elementos de fibrilación y ondas lentas) y en el músculo con afección miógena (fibrilación). Durante la actividad voluntaria se observan un patrón de interferencia en el músculo normal, un patrón deficitario en el músculo denervado y un patrón de interferencia denso y de baja amplitud en el músculo miopático. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1323 CAPÍTULO 168 Exploraciones complementarias en neurología © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. S E C C IÓ N X II continuo de la señal, de modo similar a lo que se efectúa en el registro de los potenciales evocados. La velocidad de conducción normal en un nervio periférico humano es de alrededor de 50 m/s. Una reducción significativa de la velocidad de conducción nerviosa sugiere una altera- ción de tipo desmielinizante, mientras que una reducción significativa de la amplitud de los potenciales de acción sugiere una alteración de tipo axonopático. La estimulación repetitiva de los nervios periféricos a baja y alta frecuencia se utiliza para mostrar el estado funcional de la unión neuromuscular en pacientes con sospecha clínica de miastenia o de síndrome miasteniforme de Eaton-Lambert. Cuando se estimula un nervio a intensidad supramaximal y a una frecuencia constante de 2-3 Hz, la onda M debe mantener su amplitud sin modificaciones en una persona sana. En cambio, en una persona con miastenia la amplitud decrece a partir del tercer o cuarto estímulo, lo que refleja un defecto en la generación de potenciales de acción postsinápticos. Si en una persona sana se estimula un nervio motor a frecuencia de 20 a 50 Hz, la onda M muestra un aumento moderado de la amplitud como consecuencia de una mayor sincronización de la despolarización de las fibras musculares. Esta facilitación es significativamente mayor en personas afectadas de un síndrome miasteniforme, en el que la llegada de impulsos nerviosos sucesivos permite la liberación presináptica de una cantidad de acetilcolina cada vez mayor, de modo similar a como sucede con el ejercicio. Estudio de reflejos de las extremidades y respuestas tardías La despolarización de un axón por medio de un estímulo eléctrico da lugar a un potencial de acción propagado en las dos direcciones del axón (ortodrómica y antidrómica). Los impulsos conducidos en dirección proximal en fibras motoras y sensitivas pueden producir la activación de las propias motoneuronas, ya sea por vía transináptica, tras la llegada de impulsos excitatorios al cuerpo de la motoneurona a través de los axones sensitivos (onda H), o por vía antidrómica, tras la invasión del cuerpo de la motoneurona por impulsos propagados en los axones motores (onda F). En la práctica clínica, las respuestas H y F se utilizan para examinar la conducción en segmentos proximales de los nervios, incluyendo las raíces y los plexos. En la tabla 168-1 se resumen las alteraciones que se detectan más comúnmente con la electromiografía de inserción, la neurografía y el estudio de reflejos y respuestas tardías. Reflejos de tronco cerebral La mayor parte de la información funcional acerca de los nervios craneales se consigue mediante el estudio de respuestas reflejas. El reflejo del parpadeo se registra habitualmente por medio de electrodos de superficie colocados sobre el músculo orbicular de los párpados. Si se aplica un estímulo eléctrico en el nervio supraorbitario de un lado se obtiene respuesta en los dos lados. La del lado ipsilateral al estímulo está configurada por dos componentes, R1 y R2, mientras que la del lado contralateral al estímulo contiene únicamente la respuesta R2. A través de la obtención de respuestas consensuales, el reflejo del parpadeo permite detectar lesiones en la vía eferente (facial) o aferente (trigeminal). Estudio del sistema nervioso autónomo Las dos pruebas más utilizadas en la evaluación neurofisiológica de las funciones del sistema nervioso autónomo son la respuesta sudomotora simpática cutánea, que detecta la actividad sudoral refleja de glándulas ecrinas en la palma de la mano o en la planta del pie, y la variación del intervalo R-R de la frecuencia cardíaca, que indica el estado funcional de fibras del sistema nervioso autónomo cardiorregulador. En el estudio se incluyen maniobras de respiración profunda, maniobra de Valsalva o el paso de decúbito a bipedestación. Estudio de la vía motora central La corteza cerebral puede activarse mediante la estimulación trans- craneana magnética. Esta técnica se basa en la descarga masiva de la energía eléctrica de un banco de condensadores de alto voltaje, a través de una bobina de hilo de cobre cubierta de material aislante. El paso de la corriente eléctrica por dicha bobina genera un campo magnético perpendicular a ella queda lugar a un nuevo campo eléctrico a dis- tancia. Cuando la bobina se aplica sobre el cuero cabelludo en la zona correspondiente a la corteza motora, se consiguen potenciales evocados motores en varios músculos del organismo. También se puede generar una respuesta en los mismos músculos por estimulación magnética de las raíces. La diferencia de latencia de la respuesta generada por activación cortical y radicular se conoce como tiempo de conducción eferente central, que en individuos sanos en reposo no supera los 9,5 ms en la musculatura de la mano o los 18 ms en la musculatura de la pierna (fig. 168-4). BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL Brown WF, Bolton CF, Aminoff MJ. Neuromuscular function and disease. Basic, Clinical and Electrodiagnostic Aspects, 3rd ed. Philadelphia: WB Saunders; 2002. Fisch B. Fisch and Spehlmann’s EEG Primer. Basic Principles of Digital and Analog EEG, 3rd ed. Amsterdam: Elsevier; 1999. Kimura J. Electrodiagnosis in Diseases of Nerve and Muscle. Principles and Practice. Oxford: Oxford University Press; 2001. Kimura J. Peripheral nerve diseases. En: Daube JR, Mauguière F, eds. Handbook of Clinical Neurophysiology. Amsterdam: Elsevier; 2006. p. 237-62. Marcuse L, Fields M, Yoo J. Rowan’s Primer of EEG, 2nd ed. Amsterdam: Elsevier; 2016. NEUROIMAGEN DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL À. Rovira Cañellas Tomografía computarizada La TC ha sido uno de los avances más relevantes en el campo de la medicina y su introducción en la medicina clínica ha supuesto una revolución en el campo del diagnóstico neurorradiológico. Es una téc- nica ampliamente disponible y de primera elección en diferentes procesos neurológicos, especialmente los de instauración aguda. En ocasiones, los estudios de TC se obtienen tras la administración de TABLA 168-1 Hallazgos de las pruebas de electromiografía en pacientes con enfermedades neuropáticas y miopáticas Técnica Medición Neuropatía axonopática Neuropatía desmielinizante Miopatía Electromiografía Reposo Fibrilación/fasciculación Silencio Silencio/fibrilación Potenciales de unidad motora Anormales Normales/anormales Anormales Patrón de interferencia Reducido Reducido Normal (precoz) Neurografía Velocidad de conducción Normal Reducida Normal Amplitud de potenciales de acción Reducida Normal/reducida Normal/reducida Reflejos Latencia de ondas reflejas Normales Retrasados Normales Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1324 SECCIÓN XII Neurología medios de contraste intravenoso (compuestos que contienen yodo), que aumenta los coeficientes de atenuación de aquellas lesiones que tienen un incremento en la permeabilidad o una ausencia de la barrera hematoencefálica (en condiciones normales estos contrastes no atraviesan la barrera), lo que permite un incremento en la sensi- bilidad y especificidad de esta técnica diagnóstica en la detección y caracterización de lesiones del sistema nervioso central (SNC). Su uso debe realizarse con precaución en pacientes con antecedentes alérgicos al yodo o con insuficiencia renal (riesgo de desarrollar una nefropatía). Las principales indicaciones de la TC en el campo de la neurorradiología son: Traumatismos craneoencefálicos. La TC tiene una gran sensibilidad en la detección de lesiones traumáticas primarias (hematomas epidurales, subdurales o intraparenquimatosos, hemorragias suba- racnoideas, contusiones hemorrágicas o edematosas, fracturas) y secundarias (infartos, hidrocefalia). Si bien la RM tiene una mayor sensibilidad en la detección de determinados tipos de lesiones trau- máticas primarias como la lesión axonal difusa, la TC detecta con suficiente sensibilidad aquellas lesiones que requieren tratamiento quirúrgico urgente, lo que, junto con su disponibilidad y rapidez, hace que esta técnica deba considerarse de primera elección en el estudio del traumatismo craneoencefálico. Ictus. Por su amplia disponibilidad, rapidez de ejecución y probada eficacia, la TC cerebral sigue siendo en la mayoría de las institucio- nes el examen neurorradiológico de primera elección en pacientes que presentan un déficit neurológico de instauración aguda y probable origen vascular. La TC permite diferenciar entre los ictus isquémicos y los hemorrágicos, y descartar la presencia de lesiones intracraneales de origen no vascular causales del cuadro íctico, como tumores o hematomas subdurales. Además, la TC se utiliza para la selección de pacientes con ictus isquémico que pueden beneficiarse de terapias recanalizadoras de las arterias ocluidas, bien mediante fármacos trombolíticos, bien mediante la extracción mecánica del material trombótico (trombectomía mecánica). Estos estudios de TC deben acompañarse de un estudio de angiografía por TC, que permite identificar la arteria ocluida responsable de los síntomas (fig. 168-5). Hipertensión intracraneal. Ante la presencia de una hipertensión intracraneal, la TC debe realizarse de forma inmediata, ya que, en estas situaciones, esta técnica es altamente sensible en la detección de diferentes lesiones (procesos expansivos, hidrocefalia) causantes del cuadro clínico. Deterioro cognitivo. La TC simple es el examen de primera elección en pacientes de edad avanzada con un deterioro cognitivo o con un síndrome demencial, ya que permite identificar causas potencial- mente tratables (tumores, hidrocefalia crónica), además de mostrar hallazgos que orientan al diagnóstico de diferentes enfermedades neurodegenerativas causales del cuadro clínico, como la enfermedad de Alzheimer. En casos de deterioro cognitivo que se desarrollan de forma rápidamente progresiva, o en pacientes jóvenes, la RM debe considerarse la mejor alternativa, ya que detecta con mayor sensibilidad alteraciones que orienten hacia diagnósticos específicos (enfermedad de Creutzfeld-Jakob, diferentes enfermedades neuro- degenerativas primarias) (fig. 168-6). Alteración neurológica en pacientes con riesgo de presentar un proceso infeccioso intracraneal (fiebre, inmunodepresión, infección de senos paranasales o de oído medio). En estos pacientes, la TC permite identificar de forma rápida lesiones infecciosas que requieren un tratamiento urgente, como abscesos cerebrales o empiemas subdu- rales (fig. 168-7). TC avanzada Las técnicas de TC avanzada incluyen la angiografía por TC y la perfusión por TC. Ambas se han introducido en la práctica clínica coincidiendo con la progresiva implantación de equipos de TC multi- detector (TCMD), que permiten obtener estudios cerebrales completos en pocos segundos. Angiografía por TC La angiografía por TC (ATC) se obtiene inmediatamente después de la administración intravenosa de contraste yodado, mediante la adquisi- ción rápida de secciones tomográficas finas en el plano transversal que abarcan el sistema vascular intracraneal y/o cervical, a partir de las cuales se obtienen imágenes tridimensionales angiográficas. La ATC ha demostrado una elevada sensibilidad en la detección de aneurismas mayores de 3 mm, en la caracterización de estenosis de los troncos supraaórticos (fig. 168-8), así como en la detección de oclusiones de las arterias intracraneales (v. fig. 168-5) y de trombosis de senos durales y venas intracraneales. Perfusión por TC Los estudios de perfusión por TC (PTC) se obtienen a partir de la realización de cortes rápidos seriados sobre el parénquima cerebral, en una misma posición anatómica, adquiridos de forma inmediatamente posterior a la administración de un bolo de contraste intravenoso. Esta técnica ofrece información temporal del paso de contraste a través de la red capilar del tejido cerebral y, por tanto, permite calcular mapas hemodinámicos cuantitativos en los que participa el factor tiempo, como son los derivados del flujo sanguíneocerebral y del tiempo de tránsito del contraste a través de la red capilar cerebral. Los estudios de PTC son altamente sensibles en la detección de cambios hemo- dinámicos en la isquemia cerebral aguda, permitiendo determinar la presencia y extensión de tejido cerebral isquémico potencialmente recuperable (penumbra isquémica), tras la restauración farmacológica o mecánica del flujo arterial. La PTC puede utilizarse de forma com- plementaria a la TC simple y a la ATC en la selección de pacientes que han presentado un ictus isquémico agudo candidatos a terapia recanalizadora, especialmente en casos en los que se ha sobrepasado la ventana terapéutica de las primeras 6 h, donde es especialmen- te importante identificar la existencia de penumbra isquémica (v. fig. 168-5). Figura - Potenciales evocados motores obtenidos en la emi- nencia tenar por estimulación cortical del hemisferio contralateral (A y B) y por estimulación en región cervical (C). El tiempo de conducción eferente central se calcula sustrayendo la latencia de la respuesta a la estimulación cervical de la de la respuesta a la estimulación cortical. En cada trazo se han reflejado dos respuestas para mostrar la consis- tencia de los datos. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1325 CAPÍTULO 168 Exploraciones complementarias en neurología © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. S E C C IÓ N X II Figura - RM cerebral en paciente adulto con un cuadro de deterioro cognitivo rápidamente progresivo. Una imagen ponderada en T2 (A) no muestra alteraciones, mientras que la secuencia de difusión muestra una marcada hiperseñal cortical en ambas regiones temporoparietales (B). Un examen de PET con 18F-FDG (C) muestra un hipometabolismo cortical que coincide topográficamente con las alteraciones corticales detectadas en la secuencia de difusión por RM. Figura - Estudio TC simple (A) y de ATC (B y C) en paciente con un ictus isquémico en territorio silviano izquierdo de 4 h de evolución. La TC muestra una leve hipodensidad del núcleo lenticular izquierdo (flecha en A) que refleja probablemente tejido isquémico irreversible. El estudio de ATC en proyección transversal (B) muestra una oclusión de la arteria cerebral media izquierda (flecha). El estudio de perfusión muestra un compromiso hemodinámico que compromete de forma casi completa el territorio silviano (C). La angiografía intraarterial confirma la oclusión arterial (flecha en D), que fue tratada mediante extracción mecánica intraarterial del trombo (E), con recanalización completa de la arteria (F). Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1326 SECCIÓN XII Neurología Resonancia magnética La RM se empezó a utilizar en la práctica clínica al inicio de los años ochenta del siglo pasado, y ya de manera definitiva al final de esa década. Fue a principios de los años noventa cuando se produjo una auténtica explosión en la utilización de la RM, no como una técnica diagnóstica simplemente complementaria a otras más establecidas (radiología convencional, TC, angiografía por sustracción digital), sino como una técnica de primera elección en numerosos procesos patológicos, especialmente en el campo de las neurociencias. Concepto de «señal» La RM es un fenómeno físico por el cual ciertos núcleos atómicos con un número impar de protones y/o un número impar de neutrones tienen la propiedad de absorber selectivamente energía de radiofre- cuencia al ser colocados bajo un potente campo magnético. Cuando los núcleos han absorbido la energía de radiofrecuencia (resonancia) emitida por una antena o bobina emisora de radiofrecuencia, devuelven el exceso energético mediante una liberación de ondas de radiofrecuen- cia (relajación). Esta liberación energética induce una señal eléctrica en una antena o bobina receptora de radiofrecuencia con la que se puede obtener una imagen bidimensional en escala de grises o hacer un análisis espectroscópico (espectroscopia por RM). En los estudios clínicos de RM, el único núcleo utilizado es el de hidrógeno, por su abundancia en los tejidos orgánicos. La intensidad de señal obtenida depende de ciertas características del tejido, como la densidad de núcleos de hidrógeno o la densidad protónica (DP), y sus tiempos de relajación en los ejes longitudinal (T1) y transversal (T2). La ponderación que se quiera obtener de una imagen de RM en alguno de estos tres parámetros básicos se consigue a través de las «secuencias de pulsos» utilizadas, que corres- ponden al conjunto de parámetros técnicos que especifican el modo de estimulación de los núcleos y de lectura de la señal de resonancia. El análisis combinado de imágenes ponderadas en DP, T1 y T2 es lo que confiere a la RM su elevada capacidad de caracterización tisular y, por tanto, una elevada sensibilidad y especificidad en la detección y caracterización de diferentes lesiones del SNC. Técnicas convencionales e indicaciones generales Se incluyen dentro de las técnicas convencionales de RM aquellas que, a partir de diferentes secuencias de pulsos, obtienen imágenes ponderadas en DP, T1 y T2. La capacidad multiplanar y su elevada capacidad de caracterización tisular son las principales ventajas de la RM frente a otras técnicas como la TC. En la actualidad, la RM es la técnica neuro- rradiológica de primera elección en el diagnóstico de múltiples procesos que afectan el SNC, con excepción del ictus en fase aguda, del traumatis- mo craneoencefálico y raquimedular en fase aguda, de los cuadros de hipertensión intracraneal aguda y, en general, de los procesos neurológi- cos de instauración aguda, donde la TC debe considerarse en la mayoría de los casos la técnica de primera elección. Con frecuencia, sin embargo, la RM se utiliza en estas situaciones como técnica de segunda elección para mejor caracterización de las lesiones detectadas inicialmente en la TC o cuando los resultados de esta no sean concluyentes (fig. 168-9). En el resto de las situaciones (enfermedades congénitas, inflamatorio- desmielinizantes, metabólicas y neurodegenerativas), la RM es el examen que debe considerarse como primera elección. Medios de contraste La necesidad de utilizar medios exógenos de contraste para mejorar la utilidad diagnóstica de la RM se hizo patente desde el inicio de la aplicación clínica de esta técnica. Estos medios de contraste contienen gadolinio, elemento de propiedades paramagnéticas que facilita el intercambio de energía de los núcleos de hidrógeno. En la práctica clínica, el gadolinio se emplea habitualmente en combinación con las secuencias ponderadas en T1, ya que el efecto de acortar este tiempo de relajación produce un incremento de señal de determinados tejidos en los que la barrera hematoencefálica está alterada o ausente, de forma similar a como hacen los contrastes yodados en la TC (v. fig. 168-9). Tras su administración intravenosa, el gadolinio se distribuye con rapidez en el espacio intravascular y se elimina mayoritariamente por vía renal. Su administración provoca ocasionalmente en los pacientes cefalea y náuseas. Más raramente produce reacciones urticariformes, y son excepcionales las reacciones anafilácticas. Como el gadolinio libre es muy tóxico, debe administrarse quelado a macromoléculas. Aunque clásicamente se han considerado que estos compuestos eran muy seguros, se ha descrito una relación entre su administración en pacientes con insuficiencia renal grave y eldesa- rrollo de fibrosis sistémica nefrogénica (FSN). La FSN se desarrolla con especial frecuencia tras la administración de quelatos de gadolinio poco estables (no iónicos y de estructura química lineal), mientras que es muy infrecuente con los de mayor estabilidad (estructura macrocí- clica), por lo que los primeros están contraindicados en pacientes con insuficiencia renal grave. La FSN, entidad inducida por el depósito de gadolinio en los tejidos, se caracteriza por una formación excesiva de tejido conectivo que provoca edema y posteriormente fibrosis, que afecta predominantemente la piel. Como consecuencia, se producen hinchazón, engrosamiento, rugosidad y aspereza, que progresan a contracturas incapacitantes y disminución de la movilidad articular. También se asocia dolor en caderas y costillas, y debilidad muscular. La FSN se desarrolla en un período de días a meses tras la administración del contraste, pero en un 5% de los casos aparece de forma rápida, progresiva y fulminante, y puede llegar a ser letal. Recientemente, se ha descrito que la inyección repetida de gadoli- nio, induce un depósito de este elemento en el SNC, especialmente en los núcleos dentados cerebelosos y en los ganglios basales. Este depósito Figura - TC cerebrales tras la administración de contraste en un paciente seropositivo al HIV con cefalea y hemiparesia derecha que muestra un absceso por toxoplasma en ganglios basales izquierdos (flecha en A), y en un niño con disminución del nivel de consciencia progresiva y fiebre que identifica colecciones purulentas epidurales que rodean el lóbulo frontal izquierdo (B). Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1327 CAPÍTULO 168 Exploraciones complementarias en neurología © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. S E C C IÓ N X II de gadolinio, que no se ha asociado a ningún efecto clínico, es más evidente cuando se utilizan compuestos de estructura lineal. Debido a ello, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha establecido una normativa de obligado cumplimiento en los países de la Unión Europea, por la cual debe adoptarse una política restrictiva en el uso de estos medios de contraste (sólo cuando sean estrictamente necesario), y utilizando exclusivamente compuestos de estructura macrocíclica con la dosis mínima necesaria. Técnicas avanzadas Entre las diferentes técnicas avanzadas o «no convencionales» de RM, caben destacar las secuencias de difusión, que son sensibles a los movimientos microscópicos del agua tisular; de perfusión, que analizan la hemodinámica cerebral; de espectroscopia, que detectan y cuantifican diferentes metabolitos tisulares in vivo, y de RM funcional, que permiten analizar la actividad de las diferentes regiones y redes del SNC. Difusión por RM Las imágenes de difusión por RM (dRM) son sensibles al movimiento aleatorio de las moléculas de agua en el tejido cerebral. Cuando en determinadas circunstancias se produce un desplazamiento de molé- culas de agua desde el compartimiento extracelular al intracelular, la difusión tisular de agua se ve restringida por efecto de las barreras Figura - Paciente con historia de ataques isquémicos transitorios de repetición. Una TC simple cerebral no muestra alteraciones (A), pero el estudio de PTC muestra una alteración hemodinámica en el hemisferio cerebral izquierdo (color rojo en B). Una ATC identifica una estenosis grave del origen de la arteria carótida interna izquierda asociada a calcificaciones de la pared arterial (flecha en C), que se confirma en la angiografía intraarterial (D). La estenosis fue tratada por vía intraarterial mediante angioplastia y colocación de una prótesis (E), que consiguió una resolución de la misma (F). Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1328 SECCIÓN XII Neurología que forman las membranas celulares y los orgánulos citoplasmáticos, y también por la reducción de volumen del espacio extracelular. La dRM es, por tanto, capaz de detectar la existencia de edema citotóxico al producir este una restricción del movimiento de las moléculas de agua en el tejido. En la práctica clínica, la dRM ha supuesto una revolución en el diagnóstico temprano de la isquemia cerebral, gracias a su sensibilidad para detectar edema citotóxico (fig. 168-10), pero también de diferentes procesos que producen un aumento del agua intracelular (encefalitis, mielinólisis central pontina, algunas placas agudas de esclerosis múltiple) (v. fig. 168-6), un incremento en la vis- cosidad tisular (abscesos) o una elevada densidad celular (linfomas). La dRM también se está utilizando como marcador específico de la organización de las fibras mielínicas y, a partir de la obtención de mapas axonales (tractografías), es posible realizar una aproximación a la organización de las conexiones corticales y de sus proyecciones en la sustancia blanca. Esta aplicación, que se está utilizando en el estudio prequirúrgico de lesiones cerebrales con el objeto de identificar tractos de sustancia blanca que no deben ser lesionados (fig. 168-11), también ofrece grandes posibilidades para la investigación funcional del cerebro sobre la base de su conectividad y para el estudio del desarrollo cerebral normal y patológico. Perfusión por RM Los estudios de perfusión por RM (pRM) se obtienen con técnicas ultrarrápidas, que se adquieren tras la administración intravenosa de gadolinio. Los estudios de pRM miden el primer paso de este con- traste por la red capilar cerebral proporcionando diferentes parámetros (tiempo de tránsito, volumen sanguíneo, flujo sanguíneo) que ofrecen información hemodinámica. En el estudio de la isquemia cerebral aguda, la pRM en combinación con la dRM (que identifica la exis- tencia de lesión isquémica irreversible) es capaz de detectar zonas de penumbra isquémica potencialmente reversibles con tratamientos de reperfusión (v. fig. 168-10). La pRM también se utiliza para valorar el estado hemodinámico en la enfermedad cerebrovascular crónica (v. fig. 168-10) o en procesos inflamatorios difusos, así como en la caracterización y monitorización de los tumores cerebrales, demos- trando especial utilidad para la detección de restos o recidiva tumoral y para diferenciar esta última de lesiones inducidas por la quimio- o la radioterapia (seudoprogresión, radionecrosis) (fig. 168-12). Una alternativa a los estudios de pRM son las secuencias de arterial spin labeling (ASL), que permite obtener mapas de flujo sanguíneo cerebral a partir del marcaje con un pulso de radiofrecuencia de las moléculas de agua de la sangre arterial, sin necesidad, por tanto, de administrar gadolinio. Espectroscopia por RM La espectroscopia por resonancia magnética de protón (1H-ERM) es una técnica que determina in vivo la concentración de diferentes meta- bolitos en los tejidos. En el tejido cerebral normal, la 1H-ERM muestra resonancias atribuidas principalmente al N-acetilaspartato (NAA), Figura - TC y RM cerebrales obtenidas en un paciente que presenta un síndrome hemisférico subagudo (hemiparesia derecha). El estudio de TC (A) muestra un foco levemente hipodenso en la sustancia blanca periventricular izquierda (flecha). La RM en imagen ponderada en T2 (B) muestra claramente múltiples lesiones hiperintensas correspondientes a placas desmielinizantes indicativas del diagnóstico de esclerosis múltiple. Obsérvese la hiperseñal de una de estas placas en la imagen ponderada en T1 obtenidatras la administración de gadolinio (C), hallazgo que indica un incremento de la permeabilidad de la barrera hematoencefálica y la existencia de actividad inflamatoria. Figura - RM cerebral en paciente con un ictus de 5 h de evolución (hemiplejía derecha). Una imagen ponderada en T2 (A) muestra únicamente una leve hiperseñal cortical frontoparietal derecha, mientras que la imagen de difusión identifica claramente un infarto en territorio silviano (B). La imagen de perfusión identifica un extenso defecto hemodinámico que afecta el territorio silviano (C), y la ARM, una oclusión proximal de la arteria cerebral media (flecha en D). Habitualmente el área lesional detectada con difusión es menor que el área lesional detectada con los mapas de perfusión, lo que indica la presencia de áreas de penumbra isquémica y un potencial beneficio del tratamiento recanalizador. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1329 CAPÍTULO 168 Exploraciones complementarias en neurología © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. S E C C IÓ N X II la creatina y la fosfocreatina (Cr), compuestos que contienen colina (Cho), como son la glicerofosfocolina y la fosfocolina, el mioinositol (mIns) y la glutamina/glutamato (Glx). Los cambios en la concentración de estos metabolitos, así como la aparición de otros que, en condiciones normales, no son identificables (lípidos, lactato, acetato, etc.), son un reflejo de los cambios patológicos que se producen en una zona determinada del parénquima cerebral. La 1H-ERM permite caracterizar lesiones focales (tumores, abscesos) del SNC, pero también detectar alteraciones metabólicas en áreas de tejido aparentemente normales en los estudios de RM convencional, como puede ser la disminución del NAA (lo que indica lesión o dis- función axonal) en pacientes con esclerosis múltiple o infectados por el HIV, o un aumento del complejo Glx asociado a una disminución del mIns (que refleja un incremento de glutamina en los astrocitos) en la encefalopatía hepática. Sin embargo, es en el campo de los tumores donde los estudios de 1H-ERM tienen una mayor utilidad, tanto en el diagnóstico inicial como en el seguimiento, pues los valores de Cho se correlacionan con el grado de malignidad de los tumores astrocitarios (v. fig. 168-12) y con la respuesta frente a un determinado tratamiento. RM funcional La RM funcional (RMf) es una técnica de imagen por RM cuyo con- traste se fundamenta en los cambios que se producen en el lecho capilar en la concentración relativa de oxihemoglobina y desoxihemoglobina, inducidos por un incremento de la actividad cerebral. Ante un incre- mento de la actividad cerebral, se produce un incremento de la actividad sináptica que provoca un aumento en el consumo de oxígeno y en el flujo sanguíneo local. Sin embargo, el aumento en el flujo sanguíneo es mayor que el del consumo de oxígeno, produciéndose un efecto paradójico con disminución en la concentración relativa de desoxihemoglobina, que induce un aumento de la señal T2 en las áreas corticales activadas. Con esta técnica es relativamente sencillo obtener mapas in vivo de las diferentes áreas activas cerebrales durante la realización de determi- nadas tareas (motora, cognitiva) o durante la aplicación de estímulos sensitivos. El uso clínico más habitual de la RMf es la identificación prequirúrgica de zonas funcionalmente críticas (motoras, sensitivas, lenguaje), en relación con lesiones tratables quirúrgicamente (tumores cerebrales, malformaciones cerebrales, lesiones epileptógenas del lóbulo temporal), facilitando la práctica de una cirugía lo menos lesiva posible (fig. 168-13; v. fig. 168-11). La RMf también puede obtenerse en ausencia de tareas o estímulos, si no con el sujeto en estado de reposo. Esta técnica, que se denomina resting-state (RS) RMf, parte de la misma premisa del acoplamiento entre activación y cambio en la oxigenación de la sangre que se utiliza en la RMf, y permite caracterizar una serie de redes del SNC que reflejan distintos sistemas funcionales implicados en diferentes tareas globales del SNC como el sistema ejecutivo, sensorimotor, de atención, visual, auditivo, lenguaje y el llamado sistema por defecto o default- mode network (relacionado con procesos de introspección y de memoria episódica activa) (fig. 168-14). Su ventaja principal en relación con la RMf radica en el hecho que elimina la variabilidad relacionada con el rendimiento en tareas específicas, lo que la hace especialmente útil en pacientes no colaboradores. También a partir de estos estudios es posible obtener mapas de conectividad funcional entre diferentes áreas del SNC, lo cual tiene interés en el estudio de la plasticidad cerebral en diferentes procesos neurológicos. Angiografía por RM La angiografía por RM (ARM) permite el estudio angiográfico de las arterias y venas intracraneales y cervicales. Los estudios intracraneales se adquieren habitualmente utilizando técnicas denominadas en «tiempo de vuelo», que no requieren la administración de gadolinio. Mediante Figura - Estudio combinado de RMf y de tractografía en la valoración prequirúrgica de una recidiva de un glioma frontal izquierdo. Imagen sagital ponderada en T1 tras la administración de contraste que identifica la recidiva tumoral (asterisco) sobre la que se ha superpuesto el área cerebral que se activa durante el movimiento activo de la mano derecha (flecha) y el tracto corticoespinal que se origina a partir de la misma (puntas de flecha). Esta información ayuda a realizar una resec- ción quirúrgica de la lesión evitando lesionar estas áreas cerebrales y, por tanto, minimizando el riesgo de déficits motores tras la cirugía. Figura - RM cerebral obtenida en un paciente con un tumor parietal izquierdo (flecha en A). Imagen ponderada en T1 con contraste (A), mapa de colina obtenido mediante espectroscopia (B) y mapa de volumen sanguíneo cerebral obtenido con un estudio de perfusión (C). El incremento de colina (color rojo en B) indica elevada proliferación celular, y el aumento del volumen sanguíneo cerebral (color rojo en C), una elevada angiogénesis en el seno de la lesión, lo que sugiere el diagnóstico de un proceso tumoral de alto grado de malignidad (glioblastoma). Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1330 SECCIÓN XII Neurología esta técnica se obtienen imágenes en las que se minimiza la señal prove- niente del tejido estacionario y en las que se resalta la que se origina en el tejido en movimiento (sangre circulante). Con relación a la ATC, tiene las ventajas de no requerir la administración de contraste, de visualizar de forma selectiva las venas y arterias, y de no distorsionarse por el efecto del calcio de las placas ateromatosas o de las estructuras óseas de la base del cráneo. La desventaja de la ARM es que sobrevalora las estenosis y no valora correctamente zonas con flujos turbulentos o las arterias dis- tales, ya que la señal obtenida es dependiente de la dinámica y la velocidad del flujo. Por otro lado, las imágenes obtenidas requieren tiempos de Figura - RM cerebral funcional en la valoración prequirúrgica de un glioma parietal izquierdo. Imágenes de RM ponderada en T1 tras la administración de contraste en los planos transversal (A) y sagital (B) que muestran la lesión tumoral (asteriscos). Superpuestas a estas imágenes se identifican las áreas cerebrales que se activan durante el movimientoactivo de ambas manos (flechas). Obsérvese la íntima relación entre el tumor y el área motora dependiente de la activación de la mano derecha (desplazada en sentido anterior por el efecto del tumor), lo que aumenta el riesgo de lesionar esta área durante el acto quirúrgico. Figura - RM funcional cerebral en reposo, que identifica la red del llamado sistema por defecto o default-mode network. Esta red, que está activa en situaciones de reposo y que se desactiva ante la realización de tareas motoras o cognitivas, o frente a estímulos sensitivos, se relaciona con procesos de introspección y de memoria episódica activa, e incluye el córtex medial frontal, la circunvolución angular y el córtex cingular posterior. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1331 CAPÍTULO 168 Exploraciones complementarias en neurología © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. S E C C IÓ N X II adquisición relativamente largos (5-10 min) y están fuertemente ponde- radas en T1, lo cual produce que determinadas lesiones con un T1 muy corto (especialmente, hemorragias subagudas) produzcan artefactos en las imágenes obtenidas. Por ello, la ATC se considera superior a la ARM en el despistaje de aneurismas o malformaciones vasculares en pacientes con hemorragia subaracnoidea o intraparenquimatosa. La sensibilidad y especificidad de la ARM en la detección de oclusiones arteriales intracraneales es elevada, por lo que esta técnica puede utilizarse de forma complementaria a otras secuencias de RM en el estudio del ictus isquémico, con el objeto de identificar lesiones estenótico-oclusivas de las arterias intracraneales causales del cuadro clínico (v. fig. 168-10). La sobrevaloración del grado de estenosis hace que la ARM con técnica en «tiempo de vuelo» no se utilice en el estudio de la patología estenótico-oclusiva de los troncos supraaórticos. En esta situación, son más recomendables las secuencias ponderadas en T1 adquiridas con la administración de gadolinio que, al igual que ocurre con la ATC, obtiene imágenes angiográficas no dependientes de las características del flujo, lo cual evita los errores en la caracterización de las estenosis por efecto de turbulencias o flujo lento. La ARM con gado- linio, junto con el Doppler o con la ATC, se considera en la actualidad una adecuada alternativa a la angiografía por sustracción digital, para identificar y caracterizar lesiones estenóticas de las arterias cervicales. RM de «alto campo» Si bien hasta hace pocos años se consideraba que el campo óptimo en los estudios clínicos de RM aplicados a la neuroimagen era de 1,5 tesla (T), en la actualidad esta consideración la tienen los equipos de 3,0 T. Las principales ventajas de estos equipos son su incremento de señal, factor que puede utilizarse, bien en la reducción de los tiempos de adquisición de los estudios, bien en el incremento de la resolución espacial con el consiguiente incremento de la sensibilidad. Estas ventajas de los equipos de 3,0 T benefician predominantemen- te a aquellas técnicas en las que es importante obtener imágenes con alta señal como son la ARM, la dRM, la pRM, la RMf y la 1H-ERM. Su progresiva implantación en la práctica clínica, está permitiendo incrementar el valor de la RM no sólo como técnica diagnóstica, sino como un auténtico biomarcador tanto en el campo clínico como en el experimental. Sin embargo, no existen evidencias que indiquen que la obtención de estudios de RM con equipos de 3 T tenga un impacto beneficioso en el proceso diagnóstico en relación con equipos de 1,5 T en la mayoría de los casos. Riesgos y limitaciones La RM no es una técnica exenta de riesgos sobre los pacientes y los pro- fesionales, que son sometidos al efecto de un potente campo magnético y a la emisión de ondas de radiofrecuencia. Trabajar bajo un campo magnético implica un estricto control en el acceso a la sala del imán de objetos paramagnéticos que puedan ser atraídos hacia el mismo, con el consiguiente riesgo que ello conlleva. Los estudios de RM están contraindicados en pacientes portadores de elementos, que pueden movilizarse o alterar su función bajo el efecto del campo magnético externo (marcapasos, clips aneurismáticos ferromagnéticos, bombas de infusión, prótesis cocleares). Un listado detallado y actualizado de los diferentes elementos protésicos que pue- den someterse sin peligro para los pacientes a campos magnéticos puede encontrarse en diferentes publicaciones, entre las que destaca http:// www.mrisafety.com (MRI safety, bioeffects and patient management). La claustrofobia es una limitación al estudio con RM que se presen- ta sobre todo cuando se utilizan imanes de configuración cerrada y que, en ocasiones, puede requerir de sedación o incluso anestesia para poder realizar los estudios en los pacientes que la padecen. La utilización de imanes de configuración abierta minimiza la sensación de claus- trofobia, si bien este tipo de equipos no permiten conseguir estudios con la misma calidad que la obtenida con los de configuración cerrada. Angiografía por sustracción digital La angiografía por sustracción digital (ASD) es la técnica de referencia para el estudio vascular intracraneal y cervical. Los estudios angiográficos obtenidos con esta técnica se adquieren inyectando de forma directa contraste yodado en la luz arterial, por lo que se requiere la cateterización previa de la arteria de interés. Las ventajas de esta técnica son su elevada resolución espacial y temporal, la posibilidad de estudiar de forma selectiva y superselectiva un territorio arterial, la óptima delineación de la luz arterial y, sobre todo, la posibilidad de realizar procedimientos terapéuticos oclusivos o recanalizadores intraarteriales. La ASD es, sin embargo, una exploración invasiva con una morbimortalidad que, aunque baja, no es despreciable, la cual se ve significativamente influida por la experiencia del neurorradiólogo, por el tiempo utilizado en el procedimiento y por la existencia de una enfermedad aterosclerótica. Con la progresiva implantación y la probada eficacia diagnóstica de los estudios vasculares no invasivos (Doppler, ATC, ARM), la ASD ha perdido relevancia como técnica diagnóstica de primera elección en la mayoría de los procesos en los que se precisa un estudio angiográfico (despistaje de lesiones arteriales estenótico-oclusivas intracraneales o cervicales, malformaciones vasculares, aneurismas; valoración pre- quirúrgica de procesos tumorales, etc.). Hay que tener en cuenta, no obstante, que sigue siendo la técnica diagnóstica más sensible y la que permite una mejor caracterización de estas lesiones. La ADS tiene una gran y progresiva importancia dentro de la neurorradiología intervencionista, tanto en la terapia recanalizadora (trombectomía mecánica en el ictus isquémico agudo y angioplastia con colocación de prótesis en lesiones estenóticas arteriales extra- e intracraneales) (v. figs. 168-5 y 168-8) como en la terapia oclusiva, con la colocación de espirales electrolargables para el tratamiento de aneurismas (fig. 168-15) o de diferentes materiales de embolización para el tratamiento de malformaciones vasculares intracraneales o intrarraquídeas o para la desvascularización prequirúrgica de procesos tumorales con alto riesgo de hemorragia peroperatoria. Tomografía por emisión de positrones y de fotones Técnicas de medicina nuclear como la tomografía por emisión de positrones (PET) y la tomografía computarizada por emisión de fotón único (SPECT) tienen un papel relevante en el campo del diagnóstico de enfermedades del SNC. Las imágenes se adquieren tras la inyección de un compuesto radiactivo (radiofármaco) quese incorpora al tejido diana. Posteriormente, una cámara con un sistema tomográfico de detectores sensibles a la energía emitida por este radiofármaco permite obtener imágenes del cerebro en las que se valora la mayor o menor actividad biológica de las diferentes zonas cerebrales. La SPECT con radiofármacos que se fijan en el tejido cerebral según el flujo regional, como el 99mTc-HMPAO, se utiliza preferentemente en el estudio de la perfusión cerebral en las enfermedades vasculares y en la epilepsia, pero también en otras entidades, como las enfermedades neurodegenerativas y el traumatismo craneoencefálico, donde se pro- ducen alteraciones globales o focales en el flujo cerebral. Dado que este tipo de radiofármacos se fijan a la sustancia gris según la distribución del flujo en el momento de su inyección intravenosa y que las imágenes pueden obtenerse de forma tardía, se han utilizado en situaciones en las que se modifica el flujo de forma espontánea o inducida. Es el caso de la epilepsia, el análisis de las diferencias en el flujo regional de las imágenes ictales e interictales contribuye a la localización de focos epileptógenos. La administración del radiofármaco se realiza en las unidades de epilep- sia, al inicio de la crisis y las imágenes pueden obtenerse más tarde, una vez estabilizado el paciente. En las enfermedades cerebrovasculares, la exploración tras la administración de fármacos vasodilatadores, como la acetazolamida, puede mostrar las diferencias en la reserva de flujo o la inducción de isquemia por robo de las áreas comprometidas. Los radiofármacos que se unen a receptores de la dopamina permi- ten la caracterización de los trastornos del movimiento. El ioflupano (123I-FP-CIT) es un radiofármaco que se fija en las terminaciones presinápticas de las neuronas de la sustancia negra que terminan en los núcleos del estriado (caudado y putamen). Esta técnica juega un papel básico en la objetivación del sustrato orgánico de la enfermedad y en el diagnóstico diferencial de los parkinsonismos. El uso clínico de los radiofármacos emisores de positrones se centra en la exploración del metabolismo de la glucosa para la identificación de enfermedades neurodegenerativas (fig. 168-16; v. fig. 168-6) y procesos neoplásicos. Aunque muchos radiofármacos PET se han Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1332 SECCIÓN XII Neurología Figura - Paciente con cefalea intensa aguda. La TC cerebral muestra una hemorragia subaracnoidea (A). Una angiografía intraarterial identifica un aneurisma de la arteria comunicante anterior (flecha en B), que fue ocluido de forma completa mediante espirales electrolargables (flecha en C). Figura - Cortes transversales de cerebro, obtenidos mediante técnica de tomografía por emisión de positrones (PET). Imagen de la dis- tribución cerebral normal de 18F-FDG (A). Distribución de un marcador de β-amiloide (18F-flobetapir) en un cerebro sin depósitos de β-amiloide, donde la captación se localiza en la sustancia blanca (B). Hipometabolismo glucídico en ambos lóbulos temporales en un paciente con enfermedad de Alzheimer (flechas en C). En este paciente, los depósitos de β-amiloide se extienden a la sustancia gris (D), con pérdida de la diferenciación con la sustancia blanca, traduciendo la presencia de este biomarcador de forma generalizada en toda la corteza cerebral. (Por cortesía de los Dres. J. Castell y C. Lorenzo, Servicio de Medicina Nuclear, Hospital Vall d’Hebron, Barcelona.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1333 CAPÍTULO 169 Trastornos del sistema nervioso autónomo desarrollado marcados con carbono-11, el corto período de semide- sintegración de este radionúclido (20 min) impide su aplicación en la clínica. El flúor-18 tiene un semiperíodo de 109 min y puede trans- portarse desde los ciclotrones de producción hasta los tomógrafos PET situados en los centros médicos. La 18F-fluorodesoxiglucosa (18F-FDG) se considera el mejor biomarcador de imagen de daño neuronal. Presenta una elevada captación por la sustancia gris, siguiendo el mismo patrón de la glucosa como único sustrato energético cerebral. Se emplea predo- minantemente para detectar y cuantificar la extensión e intensidad de la pérdida neuronal en las enfermedades neurodegenerativas. Los patrones de distribución de las alteraciones de la 18F-FDG, junto con la clínica, la evaluación neuropsicológica, el análisis del LCR y la RM, permiten caracterizar los procesos neurodegenerativos con una elevada precisión diagnóstica. La 18F-FDG también se emplea en el seguimiento de los pacientes, estableciendo el estado inicial, la progresión y su eventual modificación con los tratamientos. Tras el descubrimiento de los derivados de la tioflavina marcados con carbono-11 como biomarcadores de los depósitos de β-amiloide, directamente relacionados con la enfermedad de Alzheimer, se han desarrollado moléculas con las mismas propiedades, pero marcadas con flúor-18. Estas moléculas se utilizan para la detección de los depósitos de β-amiloide, en el diagnóstico diferencial, en la valoración pronóstica de los pacientes y en la evaluación de la eficacia de los tratamientos que intentan modificar la carga amiloidea cerebral. Los aminoácidos como la 11C-metionina se utilizan en la detección de recidivas de los tumores del SNC, especialmente en la diferenciación entre radionecrosis y recaída de la enfermedad. BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL Bargalló N. Neurorradiología. En: Del Cura JL, Pedraza S, Gayete A, Rovira A, eds. Radiología esencial. 2.ª ed. Madrid: Editorial Médica Panamericana; 2018. p. 1359-667. Barkhof F, Jager R, Thurnher M, Rovira A. Clinical Neuroradiology-The ESNR textbook. Cham: Springer; 2020. Naidich T, Castillo M, Cha S, Smirniotopoulos JG. Imaging of the brain. Philadelphia: Elsevier Saunders; 2013. Murphy K, Robertson F. Interventional Neuroradiology (Techniques in Inter- ventional Radiology). London: Springer; 2014. Van Heertum RL, Tikofsky RS, Ichise M. Functional cerebral SPECT and PET Imaging. Philadelphia: Lippincott Williams & Wilkins; 2010. https://booksmedicos.org Push Button0: