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Cálices Pelvis Hilio renal Uréter Papila Pirámides renales o de Malpighi Columnas renales o de Bertin Médula Corteza Figura 12-2. Estructura de un riñón abierto por la mitad. 12.1.1. Estructura interna Cada riñón está cubierto por una cápsula de tejido fibro- so. En su interior (Fig. 12-2) se diferencia la parte más externa o corteza renal, parte de la cual se adentra hacia la médula formando las columnas renales o de Bertin. En la médula se diferencian de 8 a 11 estructuras de forma pira- midal, con la base hacia la corteza y la punta hacia el hilio, que se denominan pirámides renales o de Malpighi (la corteza ocupa las dos terceras partes externas y la médula ocupa el resto). En la punta se forma la papila renal. La unión de dos o tres papilas da lugar a los cálices renales, los cuales se unen para formar la pelvis renal, que abandona el hilio renal para unirse al uréter. 12.1.2. Estructura microscópica Si se observa con el microscopio un corte de una pirámi- de de Malpighi, se puede ver la unidad funcional del riñón, o nefrona, envuelta en una red vascular. En ambos riñones hay de 2 a 3 millones de nefronas, cada una de las cuales es capaz de producir orina. Observando una nefrona se puede simplificar el estudio anatómico y funcional del riñón, ya que todas son iguales y tienen la misma función. Cada nefrona está formada por el corpúsculo renal, que contiene la cápsula de Bowman, y el glomérulo. La cápsu- la de Bowman es una estructura de células endoteliales que se disponen en dos capas que rodean el glomérulo. Éste es en realidad una red capilar con una arteriola aferente y otra eferente, formando un ovillo en el interior de la cápsula de Bowman. De la cápsula de Bowman salen los túbulos con- torneados proximales, formados por célula epiteliales. Es- tos túbulos rodean el corpúsculo y ocupan la zona de la corteza de las pirámides de Malpighi. Se continúan con el asa de Henle, constituida por unos túbulos rectos que des- cienden y se introducen en la zona medular de las pirámides para luego volver a ascender hasta alcanzar de nuevo la corteza. A continuación se forman los túbulos contornea- dos distales, que vuelven a enrollarse para acabar desembo- cando en los túbulos colectores, donde también desembo- can otros túbulos contorneados distales de diferentes nefronas. Todos los túbulos colectores de una pirámide se dirigen hacia la papila renal (Fig. 12-3). 12.1.3. Vascularización de las nefronas La vascularización del riñón depende de la arteria renal, que procede de la aorta y entra en el hilio para dividirse en arterias arciformes en el interior de las pirámides. De estas arterias surgen múltiples divisiones que irrigan las nefronas y forman las arterias aferentes. Éstas se continúan con los capilares glomerulares (en el interior de la cápsula de Bowman) y con la arteria eferente. Luego se forman los capilares peritubulares (alrededor de los túbulos contornea- dos) y de ellos salen los vasos rectos que penetran en la médula siguiendo al asa de Henle. A continuación se en- cuentran las vénulas y finalmente las venas arciformes, que se continúan con la vena renal en su camino hacia la cava inferior (Fig. 12-4). El riñón es uno de los órganos que más sangre recibe. El sistema de vascularización de las nefronas se dispone de Parte III. Alimentación y excreción 301
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