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ESTRUCTURA Y FUNCIÓN DEL CUERPO HUMANO (320)

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Cálices
Pelvis
Hilio
renal
Uréter
Papila
Pirámides
renales o
de Malpighi
Columnas
renales
o de Bertin
Médula
Corteza
Figura 12-2. Estructura de un riñón abierto por la mitad.
12.1.1. Estructura interna
Cada riñón está cubierto por una cápsula de tejido fibro-
so. En su interior (Fig. 12-2) se diferencia la parte más
externa o corteza renal, parte de la cual se adentra hacia la
médula formando las columnas renales o de Bertin. En la
médula se diferencian de 8 a 11 estructuras de forma pira-
midal, con la base hacia la corteza y la punta hacia el hilio,
que se denominan pirámides renales o de Malpighi (la
corteza ocupa las dos terceras partes externas y la médula
ocupa el resto). En la punta se forma la papila renal. La
unión de dos o tres papilas da lugar a los cálices renales,
los cuales se unen para formar la pelvis renal, que abandona
el hilio renal para unirse al uréter.
12.1.2. Estructura microscópica
Si se observa con el microscopio un corte de una pirámi-
de de Malpighi, se puede ver la unidad funcional del riñón,
o nefrona, envuelta en una red vascular. En ambos riñones
hay de 2 a 3 millones de nefronas, cada una de las cuales es
capaz de producir orina. Observando una nefrona se puede
simplificar el estudio anatómico y funcional del riñón, ya
que todas son iguales y tienen la misma función.
Cada nefrona está formada por el corpúsculo renal, que
contiene la cápsula de Bowman, y el glomérulo. La cápsu-
la de Bowman es una estructura de células endoteliales que
se disponen en dos capas que rodean el glomérulo. Éste es
en realidad una red capilar con una arteriola aferente y otra
eferente, formando un ovillo en el interior de la cápsula de
Bowman. De la cápsula de Bowman salen los túbulos con-
torneados proximales, formados por célula epiteliales. Es-
tos túbulos rodean el corpúsculo y ocupan la zona de la
corteza de las pirámides de Malpighi. Se continúan con el
asa de Henle, constituida por unos túbulos rectos que des-
cienden y se introducen en la zona medular de las pirámides
para luego volver a ascender hasta alcanzar de nuevo la
corteza. A continuación se forman los túbulos contornea-
dos distales, que vuelven a enrollarse para acabar desembo-
cando en los túbulos colectores, donde también desembo-
can otros túbulos contorneados distales de diferentes
nefronas. Todos los túbulos colectores de una pirámide se
dirigen hacia la papila renal (Fig. 12-3).
12.1.3. Vascularización de las nefronas
La vascularización del riñón depende de la arteria renal,
que procede de la aorta y entra en el hilio para dividirse en
arterias arciformes en el interior de las pirámides. De estas
arterias surgen múltiples divisiones que irrigan las nefronas
y forman las arterias aferentes. Éstas se continúan con los
capilares glomerulares (en el interior de la cápsula de
Bowman) y con la arteria eferente. Luego se forman los
capilares peritubulares (alrededor de los túbulos contornea-
dos) y de ellos salen los vasos rectos que penetran en la
médula siguiendo al asa de Henle. A continuación se en-
cuentran las vénulas y finalmente las venas arciformes, que
se continúan con la vena renal en su camino hacia la cava
inferior (Fig. 12-4).
El riñón es uno de los órganos que más sangre recibe. El
sistema de vascularización de las nefronas se dispone de
Parte III. Alimentación y excreción 301

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