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ESTRUCTURA Y FUNCIÓN DEL CUERPO HUMANO (342)

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14.1. INTRODUCCIÓN
El aparato respiratorio, tal como se conoce en anatomía y
fisiología, está constituido por todas las estructuras que
colaboran en la obtención de oxígeno desde al aire ambien-
tal y permiten el paso de este gas a la sangre. Está formado
por la suma de un aparato ventilatorio más una membrana
de separación entre el aire y la sangre (membrana respirato-
ria), a través de la cual se difunden el oxígeno y el dióxido
de carbono. La respiración no se acaba cuando el oxígeno
llega a la sangre, sino que el O2 debe ser transportado a todo
el organismo (con la ayuda de la hemoglobina de los eritro-
citos y el aparato circulatorio) para que pueda pasar a las
células y sea utilizado por las mitocondrias para obtener
energía. Este último proceso de obtención de energía en la
mitocondria celular es la auténtica respiración. Para evitar
problemas de terminología, se denomina respiración externa
a los procesos que van desde la obtención del oxígeno
atmosférico hasta el paso del oxígeno a la sangre; respira-
ción interna al paso del oxígeno desde la sangre a cada una
de las células que lo requieren; y respiración celular al
proceso de obtención de energía en la mitocondria por un
mecanismo de fosforilación oxidativa. El objetivo de este
capítulo se centra en la respiración externa, que es la reali-
zada por el aparato respiratorio, de modo que en las siguien-
tes páginas el término respiración será sinónimo de respira-
ción externa.
Por consiguiente, las funciones principales del aparato
respiratorio son: 1) llevar el oxígeno desde el aire hasta los
alvéolos pulmonares; 2) permitir la difusión del oxígeno
desde los alvéolos a la sangre; 3) recoger el dióxido de
carbono de la sangre venosa que se difunde desde los
capilares a los alvéolos pulmonares, y 4) expulsar el CO2
hacia el exterior. Además, este proceso debe realizarse de
acuerdo con las necesidades que en cada instante presente
cada individuo. El aparato respiratorio desempeña otras
funciones, como son las relativas al sentido del olfato, o a
la fonación, que se describirán en el capítulo correspon-
diente.
Anatomía general. El aparato respiratorio está constitui-
do por dos tipos de estructuras con arreglo a su capacidad
para realizar el intercambio de gases. Un primer grupo tiene
una función exclusivamente conductora y está formado por
la nariz, la faringe, la laringe, la tráquea, los bronquios y los
bronquiolos (Fig. 14.1). El segundo grupo tiene además la
capacidad de intercambiar gases con la sangre, y está cons-
tituido por los bronquiolos respiratorios, los sacos alveola-
res y los alvéolos pulmonares (véase Fig. 14.9).
Por razones anatómicas, y desde el punto de vista patoló-
gico, el aparato respiratorio se suele dividir en dos regiones.
La primera comprende las estructuras que hay antes de
entrar en el tórax (vías respiratorias superiores), cuya fun-
ción exclusivamente es conducir el aire. La segunda región
está formada por las estructuras intratorácicas y se conoce
como vías respiratorias inferiores o intratorácicas.
14.2. VÍAS RESPIRATORIAS SUPERIORES
14.2.1. La nariz
Estructura. En su porción externa es una estructura carti-
laginosa prominente localizada en la parte frontal de la cara,
que abre las vías respiratorias por dos orificios situados en
su plano inferior conocidos como orificios nasales o narinas.
A través de estos orificios el aire entra en las cavidades
nasales, que están separadas por una pared al principio
cartilaginosa y luego ósea que se conoce como tabique
nasal. Las fosas nasales se abren posteriormente para comu-
nicarse con la faringe a través de unos orificios denomina-
dos coanas nasales (Fig. 14.2). La cavidad nasal no es lisa
sino que tiene unos grandes repliegues óseos en su pared,
que se conocen con el nombre de cornetes. Toda la región
está tapizada por un epitelio cilíndrico, que en la porción
exterior es escamoso y en la porción interior ciliado y muy
abundante en células productoras de moco. Existen además
unas formaciones pilosas en la región más cercana a los
orificios nasales, y un epitelio especializado en la porción
superior. Este epitelio recibe el nombre de mucosa olfatoria,
ya que tiene las terminaciones nerviosas del primer par
craneal y es donde reside el sentido del olfato.
Función. La nariz participa en tres funciones bien dife-
renciadas. Por un lado, forma parte de los órganos de los
sentidos a través del olfato; por otro, colabora en la fona-
ción mediante la modulación de la voz, y por último condu-
ce el aire desde el exterior hasta la faringe. Pero la nariz no
es un simple conducto, sino que filtra el aire, gracias a los
pelos y a la mucosa ciliada, y lo humedece y calienta. Todo
Estructura y función
del aparato respiratorio
	ESTRUCTURA Y FUNCIÓN DEL CUERPO HUMANO
	CONTENIDO
	PARTE IV INTERCAMBIO GASEOSO Y CIRCULACIÓN
	14 Estructura y función del aparato respiratorio

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