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1956 SECCIÓN XVI Endocrinología predisponentes, como hipopotasemia, alcoholismo, malnutrición o hepatopatía. En los estados que cursan con Osmo muy elevada (> 350 mOsm/kg) es útil añadir furosemida, que incrementa el acla- ramiento de agua libre, aunque su efecto es de escasa duración. Si la sintomatología es moderada o leve, se debe indicar la restricción hídrica (inicialmente, 500-1.000 mL/día), en función de la Osmo. Esta medi- da, con frecuencia, es de efectos limitados, inefectiva (especialmente, si Osmo > 500 Osm/kg) y de difícil adherencia a largo plazo, debido a la presencia de sed. Otro tratamiento que se ha utilizado es la demeclociclina, aunque su nefrotoxicidad limita su empleo. La urea es también de uso escaso por su mala palatabilidad. El aporte de sodio por vía oral representa un aporte de solutos a la orina con la consiguiente natriuresis y el incremento en la eliminación de agua. En la última década se ha introducido el uso de los vaptanes (tolvaptán por vía oral y conivap- tán para uso parenteral), antagonistas de la AVP, que producen un bloqueo de su receptor y una acuaresis sin excreción acompañante de electrólitos por la orina. Se ha demostrado su eficacia y seguridad en hiponatremias leves y moderadas (≥ 120 mEq/L). El tratamiento etiológico o la desaparición de la causa es el único tratamiento defi- nitivo del SIADH. BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL Fenske W, Refardt J, Christ-Crain M. Copeptin in the Diagnosis of Diabetes Insipidus. N Engl J Med 2018;379(18):1785-6. Garrahy A, Moran A, Thompson CJ. Diagnosis and management of central diabetes insipidus in adults. Clin Endocrinol (Oxf.) 2019;90:23-30. Robertson GL. Diabetes insipidus: Differential diagnosis and management. Best Pract Res Clin Endocrinol Metab 2016;30(2):205-18. Verbalis JG, Goldsmith SR, Greenberg A, Korzelius C, Schrier RW, Sterns RH, et al. 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Con la oscuridad, se estimula la síntesis de melatonina, y con la luz, se inhibe, independientemente del ritmo sueño-vigilia. La concentración de melatonina puede determinarse en la sangre, y la de su principal metabolito, el sulfato de 6-hidroximelatonina, en la orina. En cuanto a su papel en la fisiopatología humana, son escasos los trastornos en los que se confirma su papel etiológico primario. En la amenorrea hipotalámica, la anorexia nerviosa, el síndrome de Kallmann y distintas formas de hipogonadismo primario masculino se ha comprobado la existencia de un aumento de las concentraciones plasmáticas nocturnas y diurnas de melatonina. El aumento de la edad se acompaña de una reducción gradual de las concentraciones circu- lantes de melatonina. En pacientes afectados de neuropatía autónoma se observa una pérdida o atenuación de las variaciones circadianas de melatonina y sulfato de 6-hidroximelatonina. No se ha confirmado que la melatonina tenga un efecto oncostático, como algunos trabajos experimentales apuntaban. Se ha implicado también a la melatonina en el síndrome afectivo estacional, caracterizado por episodios depresivos anuales (en el hemis- ferio norte, entre diciembre y febrero, es decir, los días más cortos del año) en pacientes con tendencia a la hipersomnia y ganancia ponderal, y con predilección selectiva por la ingesta de hidratos de carbono. Algunos de estos pacientes responden de forma espectacular a la foto- terapia, y el síndrome depresivo desaparece tras la exposición diaria a varias horas de luz intensa. Los efectos más constantes de la administración de melatonina son sedación y analgesia ligeras. Dosis de hasta 6 g/día no se han acompañado de efectos colaterales importantes. Con dosis tan bajas como 0,1 mg se observa inducción del sueño, reducción de la ansiedad y sedación ligera, con sensación de bienestar. Otro efecto beneficioso de la administración de melatonina es que combate la descompensación horaria (jet lag) que aparece al realizar un vuelo transoceánico de larga duración hacia el este (efecto demostrado en 9/10 ensayos clínicos, con dosis igualmente efectivas desde 0,5 a 5 mg). Los sujetos que recibieron melatonina oral sufrieron menos alteraciones del ritmo sueño-vigilia y recuperaron más rápidamente sus ritmos endógenos de cortisol y melatonina. En resumen, la mela- tonina posee un potencial profiláctico y terapéutico para estabilizar y reconducir ritmos internos alterados, evitando anomalías temporales endógenas y potenciales enfermedades consecuentes. TUMORES PINEALES Los tumores pineales (fig. 236-1 A-C) representan aproximadamente el 1% de los tumores intracraneales y son 10 veces más frecuentes en los niños. Por primera vez, en 2016, la clasificación de la OMS de los tumores del SNC utiliza marcadores moleculares además de la his- tología para definir estos tumores, y define cómo debe estructurarse el diagnóstico de tumores del SNC en la era molecular. Pueden dividirse en tres grupos: 1. Tumores parenquimatosos pineales, que representan el 15%-30% del total y producen melatonina; la clasificación de la OMS de 2016 los clasifica de grado I (pineocitomas, mayormente benig- nos) a grado IV (pineoblastomas, que son altamente malignos). Además, la OMS definió a partir de 2007 los tumores papilares de la región pineal (conocidos como PTPR) como una entidad nueva; son tumores neuroepiteliales raros, macroscópicamente muy parecidos a los pineocitomas, que combinan áreas papi- lares y sólidas, aunque sí se pueden diferenciar microscópica- mente. Su comportamiento es variable, y corresponden a los grados II o III de la OMS en cuanto a diferenciación y pronós- tico (tabla 236-1). 2. Tumores derivados de la neuroglía o astrocitos, el 20% del total, que abarcan desde astrocitomas de bajo grado, astrocitomas intermedios difusos o anaplásicos, hasta los glioblastomas malignos de alto grado. 3. Tumores germinales pineales de origen embrionario (el 50% del total en Europa y Norteamérica o hasta el 80% en Japón), entre los que están los seminomas (germinomas), los carcinomas embrionarios, los teratomas, los coriocarcinomas, los tumores del saco vitelino y los tumores de células germinales mixtos derivados de células germinales ubicadas en zonas anómalas. En los tumores parenquimatosos, la presencia de más de seis mitosis y necrosis y la ausencia de positi- Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org S E C C IÓ N X V I CAPÍTULO 236 Enfermedades de la epífisis o glándula pineal © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 1957 vidad para neurofilamentos se asocian a un peor pronóstico. Los tumores germinales presentan marcadores positivos en la sangre o el LCR para α-fetoproteína o β-hCG. Se ha descrito mayor riesgo de tumores germinales intracraneales en el síndrome de Klinefelter, en el síndromede Down y en la neurofibromatosis de tipo 1. Raramente se han descrito metástasis en la región pineal de un carcinoma de otra localización. La presentación clínica depende de la edad y de la histología. Más del 90% presentan hipertensión intracraneal, frecuentemente con hidrocefalia. En el 50%-70% de los pacientes, la sintomatología inicial comprende cefalea, náuseas, vómitos, visión borrosa, diplopía, afección de pares craneales, papiledema, ptosis palpebral y síndrome de Parinaud (parálisis de la mirada conjugada hacia arriba, midriasis y ausencia del reflejo fotomotor); la presencia de ataxia, hiperfagia o anorexia, la diabetes insípida y el hipopituitarismo reflejan la compresión sobre el cerebelo, el hipotálamo y la hipófisis. Un porcentaje pequeño de tumores pineales ocasiona precocidad sexual, por presencia de β-hCG (que estimula la gónada de forma análoga a la LH), por destrucción de regiones hipotalámicas próximas responsables de la inhibición tónica de la Gn-RH y secreción de gonadotropinas o por reducción de la secreción de melatonina en niños prepuberales que ocasiona pérdida de su capacidad antigonadotropa. La falta de melatonina puede causar alteraciones del sueño o problemas conductuales. La RM y la TC cerebrales permiten la visualización de lesiones expansivas, así como evidenciar la existencia de hidrocefalia y posibles metástasis. El pronóstico de los tumores pineales ha mejorado hoy en día y depende de la histología y de la estadificación del neuroeje. El diagnós- tico histológico es fundamental para optimizar el tratamiento, por lo que se considera indicada la práctica de una biopsia endoscópica o esterotáxica por equipos neuroquirúrgicos experimentados. El tratamiento de los tumores pineales depende de la histología obtenida tras la cirugía (frecuentemente sólo paliativa), que asimis- mo permite resolver la hipertensión intracraneal con una derivación peritoneal. La aplicación de radioterapia o quimioterapia depende del tipo de tumor (v. tabla 236-1). No existe una estrategia definida para el abordaje óptimo de los tumores papilares de la glándula pineal. Según la experiencia reciente, una estrategia mínimamente invasiva como radioterapia o radiocirugía estereotáxica tras una biop- sia diagnóstica fue favorable, evitando los riesgos de una resección quirúrgica agresiva. En la radiografía de cráneo, la glándula pineal aparece calcificada en un 40% de los adultos normales, y en la RM no resulta excepcional el hallazgo de pequeños quistes pineales, clínicamente asintomáticos y de estirpe benigna, que en la mayoría de los casos no requieren tratamiento (fig. 236-1 D). A. Hiperplasia pineal calcificada en un paciente con hipogonadismo hipogonadotropo. B. TC craneal que muestra un tumor pineal calcificado con agrandamiento del asta anterior. C. RM craneal (corte axial medio) que revela una doble lesión (disgerminoma) en la región pineal y en el hipotálamo. D. RM de un paciente con retraso puberal y un quiste pineal. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1958 SECCIÓN XVI Endocrinología BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL Gaillard F, Jones J. Masses of the pineal region: clinical presentation and radio- graphic features. Postgrad Med J 2010;86:597-607. Gerber NU, von Hoff K, Resch A, Ottensmeier H, Kwiecien R, Faldum A, et al. Treatment of children with central nervous system primitive neuroectodermal tumors/pinealoblastomas in the prospective multicen- tric trial HIT 2000 using hyperfractionated radiation therapy followed by maintenance chemotherapy. Int J Radiat Oncol Biol Phys 2014;89: 863-71. Moschovi M, Chrousos GP. Pineal gland masses. UpToDate Version 23.0, 2017. Disponible en: www.uptodate.com (Acceso el 1 de marzo de 2019.) 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Reverter Calatayud Anamnesis A los pacientes evaluados por sospecha de enfermedad tiroidea se les debe realizar una anamnesis dirigida a los antecedentes familiares y personales conocidos de bocio, cáncer de origen endocrino (tiroideo o suprarrenal), alteraciones del tiroides o de enfermedades autoinmuni- tarias, así como los personales de irradiación cervical y tratamiento con fármacos que pueden influir sobre el eje hipotálamo-hipófiso-tiroideo. También es importante valorar la edad del paciente y si concurren determinadas situaciones, como el embarazo o el posparto. Por lo que respecta a la sintomatología, se deben investigar los síntomas locales y sistémicos que aparecen en casos de hipo- o hipertiroidismo. Exploración física Se debe realizar una exploración de la región cervical incluyendo el tiroides y las cadenas ganglionares, así como la general. Esta exploración física debe ser sistemática y rigurosa, y comprende: - trices o lesiones dérmicas. Determinar la presencia de exoftalmos, retracción palpebral o temblor de las manos. explorador situado detrás o delante del paciente. Es aconsejable por delante efectuándola con los pulpejos de ambos pulgares. El tiroides puede palparse sobre todo en personas delgadas. La consistencia TABLA 236-1 a Tipo de tumor Radioterapia Quimioterapiab Tratamiento quirúrgico Tumores de origen glial Astrocitoma pilocítico juvenil No No Resección completa Astrocitoma/glioma intermedio/difuso/anaplásico Local No ↓ Masa tumoral Glioblastoma maligno Local No ↓ Masa tumoral Tumores parenquimatosos Pineocitoma (grado I) Local No Biopsia Tumor intermedio o mixto (grado II o III) Local + craneoespinal Sí en los tumores más indiferenciados Biopsia Pineoblastoma (grado IV) Local; craneoespinal no siempre indicada Edad < 5 años: menor dosis tras quimioterapia Sí (la influencia en el desenlace final no está clara) Biopsia Tumores papilares Local No Resección completa Tumores de células germinales Germinoma Local + craneoespinal (si no hay convencimiento de estadificación negativa) Sí (aislada no es curativa) Biopsia Otros tumores germinales Local + craneoespinal Sí (antes o después de la cirugía) Mayor resección posible, sin inducir ↑ morbilidad aCirugía inicial para obtener una biopsia histológica y colocar una derivación ventrículo-peritoneal si fuera necesario; siempre debe realizarse, con la posible excepción de tumores de células germinales con marcadores diagnósticos elevados. bIncluye cisplatino, etopósido y ciclofosfamida o ifosfamida, y más recientemente se ha propuesto vincristina semanal i.v. y mantenimiento durante 8 semanas con lomustina, cisplatino y vincristina. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org Push Button0:
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