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CAPÍTULO 280 Infecciones causadas por protozoos, helmintos y ectoparásitos © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 2263 ETIOLOGÍA Las enfermedades parasitarias están producidas por protozoos, helmin- tos y ectoparásitos, grupos que engloban a multitud de organismos eucariotas, unicelulares o pluricelulares, genéticamente y taxonó- micamente muy diversos. Constituyen un importante problema de salud pública mundial. Su prevalencia es mayor en los países del tercer mundo, donde afectan a millones de personas al estar ligadas a la pobreza y a condiciones sociosanitarias precarias. En los países desa- rrollados, su incidencia va en aumento por los casos importados y por el incremento de pacientes inmunodeprimidos. EPIDEMIOLOGÍA Las infecciones por protozoos son muy frecuentes, ocasionan impor- tantes repercusiones en la salud, y algunas, elevada mortalidad. En su mayor parte son zoonosis, con excepciones como las producidas por amebas de vida libre (Acanthamoeba spp., Balamuthia mandrillaris, Naegleria fowleri, Sappinia diploidea), Plasmodium humanos, E. his- tolytica y Trichomonas vaginalis. El mecanismo de transmisión directo es infrecuente y, cuando ocurre, puede ser por contacto (oxiuros), venéreo (T. vaginalis, E. his- tolytica en homosexuales), por inhalación (amebas de vida libre), trans- placentario (T. gondii y T. cruzi, e infrecuentemente Plasmodium spp.), en el parto (T. vaginalis) o por transfusiones y trasplantes de órga- nos (T. gondii y T. cruzi, excepcionalmente Plasmodium spp.). El contagio indirecto es el más frecuente. La transmisión fecal-oral a través del agua y los alimentos contaminados constituye la vía de ad- quisición de Cryptosporidium spp., E. histolytica, o T. gondii, entre otros. Algunos, como T. gondii y Sarcocystis spp. (la forma entérica), pueden contagiarse además por la ingestión de carne con quistes. Se transmi- ten por vectores, en ciclo propagativo, por ejemplo, Babesia spp. (ga- rrapatas), Leishmania spp. (mosca de la arena), Plasmodium spp. (mos- quitos) o T. cruzi (chinches). La predisposición del paciente depende de factores genéticos (la ausencia del factor Duffy determina, generalmente, resistencia a Plas- modium vivax), inmunitarios (toxoplasmosis encefálica y sida), edad (G. intestinalis e infancia), profesión (B. coli y relación con cerdos), viajes a zonas endémicas (amebiasis), condiciones socioeconómicas (enfermedad de Chagas y medio rural) y hábitos de vida (prácti- cas homosexuales y E. histolytica). Muchas de las protozoosis más frecuentes y graves se distribuyen por zonas tropicales y subtropicales en países en desarrollo. El clima y los factores geográficos determinan el reservorio animal, la exis- tencia de vectores y la supervivencia del patógeno en el ambiente. La emigración, el turismo, el retorno de trabajadores de zonas endémicas y las adopciones internacionales explican la mayoría de los casos que se ven en zonas indemnes. La facilidad en la movilidad geográfica y la existencia de vectores adecuados justifican la aparición de casos de transmisión autóctona de enfermedades erradicadas y de paludismo en Europa. El cambio climático y el transporte global permiten el aumento de la extensión geográfica de los vectores. Las parasitosis de trans- misión fecal-oral se favorecen por la pobreza, el bajo nivel educativo, el pobre saneamiento (suministro hídrico no seguro, carencias en la evacuación de excretas) y la utilización de aguas fecales para riego y abonado. Los ambientes cerrados facilitan la transmisión de estas enfermedades digestivas. El reservorio de los nematodos intestinales es el ser humano, eli- minan los huevos con las heces [no Enterobius vermicularis (oxiuros)] al medio ambiente donde maduran para hacerse infectantes. En los oxiuros, el mecanismo de transmisión es a través de las manos del parasitado (es frecuente la autoinfestación), los fómites y el ambiente. Otros se transmiten por ingestión de alimentos, agua o tierra con huevos maduros, y las uncinarias (Ancylostoma duodenale, A. ceylani- cum, A. braziliense, A. caninum y Necator americanus), a través de la piel, por la que penetran las larvas filariformes del suelo. El reservorio de los nematodos tisulares es animal y el mecanismo de transmisión es por ingesta de tejidos con larvas (Anisakis spp., Trichinella spp.) o huevos (Toxocara spp.), o bien por invasión a través de la piel (Ancylos- toma spp.). Salvo en el caso de Dirofilaria spp., el reservorio de las filarias es humano, posiblemente exclusivo (como en Loa loa, Mansonella pers- tans, Onchocerca volvulus, Wuchereria bancrofti) o compartido. La transmisión de Dracunculus medinensis se realiza por ingestión de copépodos con el agua de bebida, y el resto por dípteros hematófagos. Entre los cestodos, T. saginata, T. solium y T. asiatica tienen como huésped definitivo al ser humano y como intermediarios a los bóvidos (la primera) y los cerdos (las otras dos). El contagio se realiza al ingerir carne o vísceras infectadas de estos animales. La cisticercosis se produce por exposición (ingestión o regurgitación) de huevos de T. solium. Los huéspedes definitivos de Hymenolepis spp. son el ser humano y los roedores, que se infectan al ingerir los intermediarios, artrópodos. El reservorio de Diphyllobothrium spp. está constituido por mamíferos y aves piscívoras como huéspedes definitivos y por ciertas especies de peces como intermediarios. El contagio se realiza por la ingestión de peces. Echinococcus granulosus y otros Echinococcus tienen como reservorio a cánidos, huéspedes definitivos, y a herbívoros, hospeda- dores intermediarios. Entre los trematodos, el reservorio de Schistosoma spp. es el ser humano, hospedador definitivo, y los caracoles, intermediarios. El contagio es transcutáneo a partir del agua. En Fasciola spp., el hos- pedador definitivo son los herbívoros, accidentalmente el ser humano, y los intermediarios son algunos caracoles. Se adquiere por la ingestión de plantas acuáticas con metacercarias enquistadas. Paragonimus spp. tiene como reservorio el ser humano y animales piscívoros (huéspedes definitivos), caracoles (primer hospedador intermediario) y crustáceos (segundo hospedador intermediario), y la ingestión de estos últimos es el mecanismo de transmisión. Clonorchis sinensis tiene como reservorio el ser humano y animales piscívoros (huéspedes definitivos), caracoles (primer hospedador intermediario) y peces (segundo hospedador intermediario), y la ingestión de estos últimos es el mecanismo de trans- misión. Este patrón epidemiológico es seguido por otros trematodos de ciclo acuático. Las helmintiasis son más frecuentes en las zonas tropicales y subtro- picales, en países en desarrollo y en el medio rural. El clima permite la existencia de huéspedes intermediarios y vectores. La pobreza dificulta el acceso al agua potable y condiciona carencias en la evacuación de excretas, que se utilizan como abono en muchos países. Los hábitos de comer carne, pescado o crustáceos crudos o mal cocidos favorecen la transmisión de algunas helmintiasis, como también la carencia de recursos, que condiciona ir descalzo. Las helmintiasis son más frecuentes en niños. Infecciones causadas por protozoos, helmintos y ectoparásitos S E C C IÓ N X V II Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 2264 SECCIÓN XVII Enfermedades infecciosas PATOGENIA Los protozoos aceden al huésped por distintas vías, oral, sexual, por inhalación, por contacto o por inoculación de artrópodos, y se loca- lizan en él según su tropismo. Algunos viven y se multiplican fuera de las células, y otros pueden o deben hacerlo dentro de ellas. Su patogenicidadestá relacionada con la capacidad de invasión, la acción celular, la producción de sustancias nocivas, la inducción de respuesta inmunológica, la dosis infectante y la localización de la infección. Todos los protozoos son capaces de invadir a distancia, salvo los intestinales (excepto Entamoeba histolytica) y los genitales. Los protozoos intracelulares, tras multiplicarse, destruyen las célu- las: Plasmodium spp. y Babesia spp., los hematíes; Leishmania spp., los macrófagos; Toxoplasma gondii y Trypanosoma cruzi, multitud de tipos celulares, y Blastocystis hominis, Cryptosporidium spp., Cyclospora cayeta- nensis y Cystoisospora (Isospora) belli, las células epiteliales intestinales. T. gondii y Leishmania spp. viven en el fagosoma (vacuola parasitó- fora) y bloquean la formación del fagolisosoma. Leishmania spp. resiste a la fagocitosis por los neutrófilos. E. histolytica es capaz de destruir células directamente y por inducción de apoptosis. Otros producen cambios celulares que alteran la fisiología, como Giardia intestinalis. Balantidium coli y E. histolytica, y generan enzimas hidrolíticas que contribuyen a su acción citolítica y a la lesión tisular. La destrucción celular da lugar a la liberación de sustancias tóxicas (Plasmodium spp.). La respuesta inmunológica frente a los protozoos es compleja. Suele ser insuficiente en el control de la infección y de las reinfecciones. En los extracelulares es humoral, con implicación de los neutrófilos. En los intracelulares es celular, con intervención de macrófagos activados y CD8 citotóxicos. Es mixta en los parásitos intracelulares facultativos. Los protozoos suelen producir infecciones crónicas. Las agudas se relacionan, generalmente, con inmunodeficiencia del paciente. La predisposición individual es muy importante. Los helmintos penetran por distintas vías: oral, cutánea o por inoculación de artrópodos. Muestran diferentes tropismos que per- miten la consecución de su ciclo biológico; hay helmintos digestivos, tisulares, hemáticos o linfáticos. Salvo en contadas especies, Strongy- loides stercoralis, no son capaces de multiplicarse en el ser humano y necesitan varios hospedadores. Su patogenicidad se debe al consumo de nutrientes, efectos mecánicos (irritativos, de ocupación, traumáticos y obstructivos), la liberación de productos tóxicos y la respuesta del hospedador. Los mecanismos inmunes son muy importantes en la patogenia de las helmintiasis para dar lugar a una respuesta inmunológica humoral y celular. La primera, de los tipos Th2 y Treg, es compleja y antiin- flamatoria, los antígenos inducen la síntesis de IL-4, IL-13 e IL-5 responsables de la producción de IgE (IL-4 e IL-13) y eosinófilos. Producen reacciones de hipersensibilidad de tipo 1 o anafilácticas, leves como las provocadas por la migración de algunos nematodos o graves como el shock anafiláctico por la rotura de un quiste hidatídico. La inmunidad celular (hipersensibilidad de tipo 4) es responsable de los granulomas y fibrosis que aparecen en algunas helmintiasis, que tienden a aislar el parásito, como en la triquinosis, la hidatidosis o la esquistosomiasis, y que pueden llegar a calcificarse. Entre los factores favorecedores dependientes del paciente, la inmunodeficiencia celular se correlaciona con la aparición de hiperinfestación por S. stercoralis. Las parasitosis por helmintos pueden tener un curso grave. Existe una gran variedad de artrópodos que ocasionan molestias y acciones nocivas al ser humano: alergias respiratorias, dermatitis de contacto, dermatitis y otras lesiones por picadura, a veces como vehículos de agentes infecciosos. Sin embargo, son pocas las especies que pasan gran tiempo de su vida, o toda ella, en el organismo de sus hospedadores. DIAGNÓSTICO La sospecha clínica y los datos epidemiológicos condicionan la petición del diagnóstico parasitológico y el proceso que ha de seguirse. Un resultado negativo no siempre excluye una infección, se deben solicitar estudios adicionales si persiste la sospecha. La eosinofilia es caracterís- tica en muchas infecciones por helmintos; es una de las causas que debe considerarse. Diagnóstico directo En la tabla 280-1 se resumen los procedimientos parasitológicos más corrientes. En las parasitosis digestivas, la muestra habitual son las heces recién emitidas, salvo en la oxiuriasis, donde se recogen los huevos en las márgenes del ano con una cinta adhesiva transparente colocada en un porta (técnica de Graham). G. intestinalis, Cryptosporidium spp., C. cayetanensis, C. belli y S. stercoralis se pueden recuperar del jugo gás- trico o de una biopsia duodenal. Para Anisakis spp., la gastroscopia es el procedimiento recomendado. Las muestras se envían rápidamente al laboratorio en un recipiente adecuado. En caso de demora, las heces se recogerán en un sistema comercial de transporte o se mezclarán con un conservante (alcohol polivinílico [PVA], Schaudinn, etc.). Para la búsqueda de antígenos o genoma, se pueden refrigerar. Si la primera muestra es negativa o si tras el tratamiento persisten los síntomas, se pueden enviar hasta dos más tomadas en días alternos; en los helmintos se suele recomendar tres muestras, ya que la eliminación de huevos y larvas es intermitente. En los protozoos intestinales el diagnóstico se hace por microscopia, detección de antígenos (enzimoinmunoensayo, inmunocromatografía e inmunofluorescencia directa) y reacción en cadena de la polimerasa (PCR) de distintos tipos. Para ver trofozoítos viables se recurre a prepa- raciones en fresco de heces recientes. Tras la concentración se realizan extensiones que se colorean con diferentes tinciones (v. tabla 280-1). Los helmintos intestinales se diagnostican por observación direc- ta, microscopia o cultivo. Algunos adultos y sus características son observables a simple vista; la microscopia puede ayudar a completar su caracterización (tipo de escólex o proglótides). Las heces para visua- lizar huevos o larvas (S. stercoralis) se pueden utilizar tras emulsión o enriquecimiento (la técnica de Kato-Katz permite la cuantificación). La tinción con Lugol favorece la observación. Los huevos idénticos de diferentes especies se diferencian por PCR. En las parasitosis urinarias, la muestra es la orina. En S. haemato- bium se utiliza la de 24 h, porque la eliminación de huevos es disconti- nua. También es útil para la búsqueda de T. vaginalis en el ser humano y de W. bancrofti. Los parásitos se visualizan tras centrifugación. En las parasitosis genitales, las muestras habituales son el escobillón vaginal y el exudado uretral. El diagnóstico se establece por visión en fresco, preparaciones teñidas con colorantes (Papanicolaou) o anticuerpos marcados (inmunofluorescencia directa), cultivo (medio de Diamond), detección de antígeno (técnica de inmunocromatografía comercial), sonda DNA (técnica comercial) y PCR. En las parasitosis cutáneas se realizarán raspados o biopsias y visión en el microscopio en los ectoparásitos (Demodex spp., Sarcoptes scabiei, Tunga penetrans), extracción de larvas en las miasis e identificación bajo lupa, pellizcos cutáneos para las filariasis cutáneas (M. streptocerca y O. volvulus), punción aspirativa con aguja fina en los oncocercomas y biopsia para la leishmaniasis cutánea y cutáneo-mucosa con extensión, y tinción de Giemsa y cultivo en medio de Novy-Nicolle-McNeal (NNN). La especiación de Leishmania se puede realizar con PCR. En las parasitosis respiratorias, la muestra adecuada es el esputo matutino o el lavado broncoalveolar. Se buscan por microscopia o cultivo larvas de A. lumbricoides, S. stercoralis y uncinarias, ganchos de E. granulosus y huevos de P. westermani, que también pueden verse en el líquido pleural. En las parasitosis tisulares por larvas de helmintos no siempre es posible hacer un diagnóstico directo. En las infestaciones por Echino- coccus spp., el análisis del contenido del quiste permite confirmar el diagnóstico y la caracterizacióngenómica de la especie implicada. La biopsia o la pieza quirúrgica son las muestras que deben emplearse en la cisticercosis (fase larvaria de T. solium y muy raramente de T. crassiceps). En la queratitis por Acanthamoeba spp. se utilizan raspados o biop- sias corneales, y se debe hacer visión en fresco, tinciones y cultivo, si es posible PCR. La PCR en tiempo real del humor acuoso se emplea para el diagnóstico de toxoplasmosis ocular. En las parasitosis del sistema nervioso, la muestra habitual es el LCR. En él pueden demostrarse (visión, PCR) amebas de vida libre, T. gondii (taquizoítos), T. brucei y, entre los helmintos, huevos de P. westermani cuando tiene una emigración atípica. En las parasitosis sistémicas, las muestras corresponden a sangre, biopsias y aspirados (médula ósea, ganglios, LCR). Dentro de los Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org CAPÍTULO 280 Infecciones causadas por protozoos, helmintos y ectoparásitos © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 2265 S E C C IÓ N X V II TABLA 280-1 Estudios y muestras más frecuentemente remitidos al laboratorio de microbiología para el diagnóstico directo de las enfermedades parasitarias Infección Parásito Técnica Muestra Observaciones Urinaria Schistosoma haematobium Examen en fresco Orina Orina de 24 h Tracto digestivo Entamoeba spp. Blastocystis hominis Dientamoeba fragilis Balantidium coli Giardia intestinalis Microscopia: examen en fresco y tinciones Se puede realizar una concentración Heces frescas o con conservantes sin formol Entamoeba histolytica se caracteriza genómicamente Cryptosporidium spp., Cystoisospora belli, Cyclospora cayetanensis Microscopia: Ziehl-Neelsen modificado, auramina, Cystoisospora belli y Cyclospora cayetanensis son autofluorescentes Las muestras duodenales son útiles para Giardia, Cryptosporidium, Cystoisospora, Cyclospora y Strongyloides Microsporidios Microscopia: tinción tricrómica Entamoeba histolytica Detección de antígenos, detección de ácidos nucleicos Giardia intestinalis Detección de antígenos, detección de ácidos nucleicos Cryptosporidium Detección de antígenos, detección de ácidos nucleicos Helmintos Kato u otro método sin formol Strongyloides stercoralis Cultivo Heces frescas Enterobius vermicularis (oxiuros) Técnica de Graham Márgenes del ano Vías aéreas inferiores Paragonimus spp., Strongyloides stercoralis, larvas de Ascaris spp., Echinococcus spp. y excepcionalmente otros parásitos oportunistas Examen en fresco, MIF, cultivo (Strongyloides) Esputo Lavado broncoalveolar Líquido pleural El esputo puede ser adecuado para la observación de Strongyloides y larvas de Ascaris Meningoencefalitis Acanthamoeba spp., Balamuthia mandrillaris, Naegleria fowleri, Sappinia diploidea, Trypanosoma brucei, Toxoplasma gondii Microscopia: examen en fresco, Giemsa Cultivo: amebas de vida libre Detección de ácidos nucleicos Líquido cefalorraquídeo 1-2 mL Sistémicas Plasmodium spp., Babesia spp., Trypanosoma spp., Leishmania spp. Microscopia: Giemsa (extensión y gota gruesa) Detección de ácidos nucleicos Detección de antígenos Sangre y/o médula ósea con EDTA (debe llegar al laboratorio antes de 1 h) Recoger varias muestras durante el acceso febril o en función de la periodicidad del parásito (microfilarias) Microfilarias Test de Knott Sangre 5 mL de sangre con EDTA Toxoplasma gondii Detección de ácidos nucleicos Sangre Cutáneo-mucosas Sarcoptes scabiei, Demodex spp. Estudio morfológico Detección de ácidos nucleicos (Sarcoptes) Raspado cutáneo Biopsia Pestañas (Demodex spp.) Miasis (larvas de distintas especies de moscas), Tunga penetrans (pulga) Estudio morfológico Larvas o pulga obtenidas espontánea, quirúrgica o mecánicamente La identificación de las larvas puede requerir un estudio genético Leishmania spp. Microscopia: Giemsa Cultivo Detección de ácidos nucleicos Biopsia Aspirado Raspado Filariasis cutáneas Pellizco cutáneo Genitales Trichomonas vaginalis Microscopia: examen en fresco, tinción Cultivo Detección de antígenos Detección de ácidos nucleicos Exudado vaginal, exudado uretral Examen en fresco sólo en mujeres, inmediato a la recogida de la muestra Escobillón en hombres, además, orina y semen Oculares Toxoplasma gondii Detección de ácidos nucleicos Humor vítreo o acuoso Acanthamoeba spp. Microscopia: examen en fresco, tinción Cultivo Detección de ácidos nucleicos Raspados o biopsias corneales Visión en fresco, tinciones y cultivo EDTA: ácido etilendiaminotetraacético; MIF: mertiolato-yodo-formol. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 2266 SECCIÓN XVII Enfermedades infecciosas protozoos en malaria, babesiosis, enfermedad de Chagas y enfermedad del sueño (especialmente para T. brucei rhodesiense), los parásitos se pueden buscar en extensiones y gota gruesa de sangre teñidas con Giemsa. En T. brucei y T. cruzi se puede hacer un enriquecimiento por la técnica del microhematocrito. La sangre se puede utilizar para cultivo de T. gondii en líneas celulares humanas. El aspirado de médula ósea se emplea para buscar T. brucei y Leishmania spp. por extensiones teñidas con Giemsa y en el caso de las leishmanias, que también siembran en el medio de NNN. Los aspirados ganglionares se emplean para buscar T. brucei (especialmente para T. brucei gambiense) en extensiones teñidas por Giemsa. Existen pruebas rápidas de detección antigénica en la sangre para la malaria que diferencia P. falciparum de otras especies y para Leishmania en la orina. Están comercializadas PCR en tiempo real para Leishmania spp., Plasmodium spp., T. cruzi y T. gondii, que en este caso ha demostrado su utilidad en la sangre, los tejidos y los fluidos. En la filariasis hemática, la muestra de elección es la sangre, en L. loa, Brugia spp. y W. bancrofti, la microfilaremia es periódica; así, en la loiasis, la toma se hace de día, y en las otras dos, de noche; en M. ozzardi y M. perstans, en cualquier momento del día. La muestra se concentra según el test de Knott. Diagnóstico indirecto Se basa especialmente en la respuesta humoral. Por ello, es de utilidad valorar parámetros que indican una infección reciente, IgM, serocon- versión o títulos de anticuerpos elevados normalizados. Las técnicas más utilizadas son las de inmunoenzimoanálisis. Se utilizan, entre otros, para el diagnóstico de cisticercosis, enfermedad de Chagas, esquistosomiasis, filariasis, hidatidosis, infecciones por Toxocara, leish- maniasis, toxoplasmosis y triquinosis. Las pruebas que ponen de mani- fiesto una respuesta celular están en desuso. TRATAMIENTO Los antiparasitarios se dividen en relación con su espectro en antiproto- zoarios, antihelmínticos y antiectoparasitarios. Algunos están incluidos en los tres grupos o se analizan con los antibacterianos (azitromicina, espiramicina, clindamicina, doxiciclina, rifampicina o cotrimoxazol) o los antifúngicos (anfotericina B o azoles). Muchos no están comer- cializados en todos los países y deben obtenerse como medicamentos extranjeros. La resistencia no es un fenómeno inexistente, y en algunas infecciones los antiparasitarios deben administrarse en asociación. Albendazol, carbamato de benzimidazol. Impide la polimerización de tubulina y la formación de los microtúbulos. Espectro: proto- zoos (p. ej., G. intestinalis), microsporidios (Encephalitozoon spp.), nematodos intestinales (Ascaris spp., Capillariaspp., E. vermicularis, Necator americanus, S. stercoralis, Trichuris trichiura, Trichostrongylus spp.), nematodos tisulares (Ancylostoma spp., Baylisascaris procyonis, Brugia, Gnathostoma spp., L. loa, Toxocara spp., Trichinella spp. y W. bancrofti), trematodos (C. sinensis, Opisthorchis spp.) y larvas de cestodos (Echinococcus spp. y T. solium). Ocasiona molestias diges- tivas, cefalea, mareos, exantemas, alopecia, leucopenia y elevación moderada de las transaminasas. Amodiaquina, 4-aminoquinolina. Actúa como la cloroquina. Espec- tro: Plasmodium spp., incluso en resistentes a cloroquina. Se usa asociada al artesunato. Produce, especialmente, trastornos gastro- intestinales. Se han comunicado hepatitis y agranulocitosis. Antimoniato de meglumina, antimonial pentavalente (Glucantime). Tras ser reducido en el organismo a una forma trivalente, inhibe la tripanotión reductasa. Espectro: Leishmania spp. Ocasiona artral- gias, mialgias, trastornos digestivos, cefaleas, debilidad, exantema, dolor en el lugar de la inyección y alteraciones electrocardiográficas. Está contraindicado en alteraciones hepáticas graves, renales o cardíacas. Contraindicado en el primer trimestre del embarazo. derivados de la artemisina, obtenida inicialmente de Artemisia annua. Son lactonas sesquiterpénicas con un puente peróxido. Se transforman en dihidroartemisina, que dentro de los hematíes se descompone liberando productos que alteran las proteínas de los plasmodios. Espectro: Plasmodium spp. incluido P. falciparum resistente (esquizonticidas hemáticos). Se deben usar en asociación con otros antipalúdicos. Producen toxicidad neurológica y prolon- gación del intervalo QT. Contraindicados en el primer trimestre del embarazo. Atovacuona, hidroxinaftoquinona. Inhibe el transporte electrónico mitocondrial. Espectro: Babesia spp. P. jirovecii, T. gondii y Plas- modium spp. (esquizonticida hemático y hepático), incluido P. fal- ciparum resistente a la cloroquina (tratamiento y profilaxis asociado al proguanil). Ocasiona trastornos digestivos, cefalea, mareos, fiebre y astenia. Está contraindicada en la insuficiencia renal grave. Bitionol, diclorodifenol. Interfiere en la fosforilación oxidativa. Espectro: F. hepatica y Paragonimus spp. Frecuentes efectos secun- darios, particularmente digestivos y cutáneos. Cloroquina, 4-aminoquinolina. Actúa en la vacuola alimentaria del parásito e interfiere en el paso del grupo hemo, tóxico para el parásito, a hemozoína, atóxica. Inhibe la hemopolimerasa. Espec- tro: Plasmodium spp. (esquizonticida hemático y gametocitocida moderado para P. malariae, P. vivax y P. ovale) y E. histolytica. Sirve como tratamiento de la malaria no producida por P. falciparum y en la profilaxis en zonas donde no exista P. falciparum resistente. Produce trastornos gastrointestinales, astenia, mareo, cefalea, visión borrosa y exantema; y prurito, en especial en individuos de etnia negra. Más infrecuentemente, trastornos neuropsiquiátricos. Hemólisis en el déficit de G-6-PD. La infusión parenteral se asocia a toxicidad cardiológica. Dietilcarbamazina, derivado de la piperazina. Hiperpolariza e inmo- viliza microfilarias y las hace susceptibles al sistema inmunitario. Es activa frente a B. malayi, B. timori, L. loa, M. streptocerca, O. vol- vulus (no adultos), Toxocara spp. y W. bancrofti. La destrucción de microfilarias produce hipersensibilidad (reacción de Mazzotti); además, ocasiona alteraciones digestivas, cefaleas, debilidad y dolo- res articulares. Contraindicada en el embarazo. Diloxanida, dicloroacetamida. Se desconoce el mecanismo de acción. Espectro: E. histolytica (acción luminar). Produce flatulencia. Eflornitina, difluorometiornitina. Inhibe la ornitina descarboxilasa. Espectro: T. brucei gambiense. Ocasiona trastornos digestivos, depresión medular, alopecia, pérdida auditiva y convulsiones, habitualmente reversibles al cesar el tratamiento. Estibogluconato sódico, antimonial pentavalente. Características similares al antimoniato de meglumina. Ivermectina, avermectina, lactona macrocíclica. Agonista del GABA, se une a los canales de cloro dependientes de glutamato, con lo que ocasiona parálisis del parásito. Espectro: nematodos intestinales (A. lumbricoides, E. vermicularis, S. stercoralis y T. trichiura), tisulares (Ancylostoma spp., B. malayi, B. timori, Gnathostoma spp., L. loa, M. ozzardi, M. streptocerca, O. volvulus y W. bancrofti) y artrópodos (p. ej., Pediculus humanus capitis, P. humanus corporis, Pthirus pubis, larvas de moscas productoras de miasis y S. scabiei). Infrecuentes efectos secundarios. Contraindicada en el embarazo. Lumefantrina, aril alcohol. Es un esquizonticida hemático. Actúa de forma similar a la cloroquina. Se emplea asociado al artemetero en infecciones por P. falciparum. No se usa en profilaxis. Puede ocasionar trastornos gastrointestinales, cefaleas, mareos, exantema y prurito. Mebendazol, carbamato de benzimidazol. Impide la polimerización de la tubulina. Espectro: nematodos intestinales (Ancylostoma spp., Ascaris spp., Capillaria spp., N. americanus, T. trichiura y Trichos- trongylus spp.) y tisulares (L. loa, M. perstans, Toxocara spp. y Tri- chinella spp.). Efectos secundarios digestivos y cefalea. Mefloquina, 4-metanolquinolina. Activo en Plasmodium spp. (esquizonticida hemático). Actúa de forma similar a la cloroquina. Ocasiona trastornos gastrointestinales, astenia, mareo, cefalea, tras- tornos del sueño, toxicidad neuropsiquiátrica y cardiovascular. Melarsoprol, arsenical trivalente. Se une irreversiblemente al tri- panotión, que protege al parásito del estrés oxidativo y de la lisis inhibiendo la tripanotión reductasa. Espectro: T. brucei. Presenta toxicidad nerviosa, renal, cardiovascular, hepática y arsenical. Puede producir hemólisis en el déficit de G-6-PD. Contraindicado en el embarazo. Metrifonato, derivado organofosforado. Inhibidor irreversible de la colinesterasa. Espectro: Schistosoma haematobium. Produce tras- tornos digestivos, cefalea y vértigo. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org CAPÍTULO 280 Infecciones causadas por protozoos, helmintos y ectoparásitos © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 2267 Metronidazol y tinidazol, nitroimidazoles. Alteran el DNA. Espectro: Blastocystis spp., E. histolytica, G. intestinalis y T. vaginalis, entre otros. Producen sabor metálico, molestias digestivas, intolerancia al alcohol, cefalea, mareos y somnolencia. Infrecuentemente, neu- tropenia transitoria. Miltefosina, hexadecilfosfocolina. Produce apoptosis, posiblemente inhiba la síntesis de la fosfatidilcolina, interacciona con lípidos (fosfolípidos y esteroles) e inhibe la citocromo c oxidasa. Activa en Leishmania spp., Acanthamoeba spp., B. mandrillaris y N. fowleri. Ocasiona vómitos, diarrea, elevación de las enzimas hepáticas y nefrotoxicidad. Teratogénica, debe evitarse el embarazo hasta 2 meses postratamiento. Niclosamida, derivado diclorado de la salicilanilida. Inhibe la síntesis del ATP. Espectro: cestodos (Diphyllobothrium spp., Dipylidium caninum, Hymenolepis spp. y Taenia spp.) y trematodos (Echinos- toma spp., Fasciolopsis buski. Heterophyes heterophyes). Produce escasos efectos secundarios digestivos. Nifurtimox, nitrofurano. Espectro: T. cruzi, T. brucei gambiense. Alte- ra el DNA y los lípidos e inhibe la tripanotión reductasa. Ocasiona trastornos digestivos y nerviosos y pérdida de peso. Contraindicado en el primer trimestre del embarazo. Nitazoxanida, derivado de la nitrotiazolil-salicilamida. En protozoos interfiere la piruvato-ferredoxina oxidorreductasa; en helmintos inhibe la polimerización de la tubulina. Activo sobre protozoos (B. coli, B. hominis,Cryptosporidium spp., C. cayetanensis. C. belli, E. histolytica, Giardia spp. y T. vaginalis), nematodos (A. duodenale, A. lumbricoides, E. vermicularis y T. trichiura) y cestodos (Taenia spp., H. nana y F. hepatica). Generalmente bien tolerada, da trastornos gastrointestinales leves y cefaleas. Oxamniquina, tetrahidroquinoleína. Alquila el DNA y otras macro- moléculas esenciales. Espectro: S. mansoni. Ocasiona molestias digestivas, cefaleas y somnolencia. Contraindicada en el embarazo. Paromomicina, aminoglucósido. Inhibe la síntesis proteica. Activa en protozoos (B. coli, Cryptosporidium spp., D. fragilis, E. histolytica, G. intestinalis y Leishmania spp.) y helmintos (Taenia spp. y Hymeno- lepis spp.). Tolerancia oral excelente. Por vía parenteral da dolor en el lugar de la inyección y raramente aumento de las transaminasas, ototoxicidad y nefrotoxicidad. Pentamidina, diamidina aromática. Se une al RNAt e inhibe la sín- tesis proteica del DNA y los fosfolípidos. Espectro: Acanthamoeba spp., Babesia spp., B. mandrillaris, Leishmania spp. y T. brucei gambiense. Muy tóxica por vía parenteral, da molestias digestivas, sabor metálico, taquicardia, sensación vertiginosa, insuficiencia renal, pancreatitis aguda, hipoglucemia e incluso diabetes mellitus. Contraindicada en el primer trimestre del embarazo. Piperaquina, bisquinolina. Actúa presumiblemente como la clo- roquina. Espectro: Plasmodium spp. incluso en resistentes a la cloroquina. Se usa asociada a la dihidroartemisina (artenimol). Produce especialmente trastornos gastrointestinales. Pirantel, pamoato. Tetrahidropirimidina. Produce parálisis espás- tica del parásito. Espectro: Ancylostoma spp., A. lumbricoides, E. vermicularis, N. americanus y Trichostrongylus spp. Causa tras- tornos digestivos y cefalea. Pirimetamina, diaminopirimidinas. Inhibe la dihidrofolato reductasa. Activa en T. gondii, C. belli y Plasmodium spp. (esquizonticida hemáti- co). Produce trastornos digestivos y depresión medular, especialmente leucopenia. Contraindicada en el primer trimestre del embarazo. Prazicuantel, pirazinoquinolina. Incrementa la permeabilidad de los iones calcio y paraliza al parásito. Es activo en trematodos (C. sinensis, F. buski, Opisthorchis spp., P. westermani y Schistosoma spp.) y cestodos (Diphyllobothrium spp., E. granulosus, Hymenolepis spp. y Taenia spp.). Produce vértigos, cefaleas, debilidad, dolor en las extremidades y abdominal. Primaquina, 8-aminoquinolina. Mecanismo de acción no aclarado. Produce elementos oxidantes que interfieren en el transporte de electrones y daña el DNA. Espectro: P. vivax y P. ovale (esquizonti- cida tisular y gametocitocida). Da molestias digestivas, hemólisis en el déficit de G-6-PD, hemoglobinuria, metahemoglobinemia en el déficit de metahemoglobina-reductasa y leucopenia. Contra- indicada en el embarazo. Proguanil, biguanida. Inhibe la dihidrofolato reductasa. Activa en P. falciparum, P. ovale y P. vivax (esquizonticida tisular, esquizon- ticida hemático débil y esporonticida). Se asocia a la atovacuona. Produce trastornos digestivos, úlceras bucales, descamación pal- moplantar y alopecia. Contraindicado en la insuficiencia renal grave. Quinacrina y mepacrina, derivados acridínicos. Mecanismo de acción no aclarado. Espectro: G. intestinalis, entre otros parási- tos. Ocasionan trastornos digestivos, cutáneos e intolerancia al alcohol. Quinina y quinidina, alcaloides de la cincona. Actúan, posiblemente, de forma similar a como lo hace la cloroquina. Activas en Plas- modium spp. (esquizonticidas hemáticos y gametocitocidas de P. malariae, P. vivax y P. ovale) y Babesia spp. Se asocian a pirime- tamina-sulfadoxina, tetraciclina o clindamicina. Producen mareos, cefalea, náuseas, abdominalgia, y alteración de la visión y la audi- ción (circonismo). La infusión parenteral se asocia a hipoglucemia y toxicidad cardiológica. Sulfadoxina, sulfamida. Inhibe la dihidropteroato-sintetasa. Espec- tro: Plasmodium spp. (esquizonticida hemático, especialmente en P. falciparum) y C. belli. Se asocia a la pirimetamina. Suramina, naftilamina sulfatada. Mecanismo de acción no demos- trado, inhibe la dihidrofolato-reductasa, la timidina-cinasa y las enzimas glucolíticas. Activa sobre Trypanosoma brucei rhodesiense y T. b. gambiense. Efectos adversos frecuentes, vómitos, manifes- taciones cutáneas, neuropatía periférica y fotofobia. Raramente afección renal, anemia hemolítica, neutropenia, atrofia óptica y shock. Contraindicada en el embarazo. Tafenoquina, 8-aminoquinolia. Espectro: Plasmodium spp. Inhibe la polimerización del grupo hemo. Prevención de recaídas en el paludismo por P. vivax (esquizonticida hepático e hipnozoitocida). Larga semivida de eliminación. Ocasiona malestar gastrointestinal leve, dolores de cabeza y mialgia. Hemólisis en el déficit de G-6-PD. Contraindicada en el embarazo. Triclabendazol, benzimidazol. Se une a la tubulina y altera los meca- nismos de transporte intracelular y la síntesis proteica. Espectro: Fasciola spp. y Paragonimus spp. Su tolerancia es buena. Yodoquinol, hidroxiquinoleína halogenada. Mecanismo de acción desconocido. Acción intraluminal. Activo en B. coli, Blastocystis spp., D. fragilis y E. histolytica. Frecuentes efectos secundarios, neuropatía periférica y atrofia óptica. BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL Boitel E, Desoubeaux G. Antiparasitic treatments in pregnant women: Update and recommendations. Med Mal Infect 2018;50(1):3-15. Custodio H. Protozoan Parasites. Pediatr Rev 2016;37(2):59-69. Griffin D, Despommier D, Gwadz R, Hotez P, Knirsch C. Enfermedades Parasitarias, 6.ª ed. Nueva York: Parasites Without Borders, Inc.; 2007. Idris OA, Wintola OA, Afolayan AJ. Helminthiases; prevalence, transmis- sion, host-parasite interactions, resistance to common synthetic drugs and treatment. Heliyon 2019;5(1):e01161. Miller JM, Binnicker MJ, Campbell S, Carroll KC, Chapin KC, Gilligan PH, et al. A guide to utilization of the microbiology laboratory for diagnosis of infectious diseases: 2018 update by the Infectious Diseases Society of America and the American Society for Microbiology. Clin Infect Dis 2018;67(6):e1-e94. S E C C IÓ N X V II Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org Push Button0:
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