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Unidad III. Tema 3: Parámetros para comprender el comportamiento en las organizaciones desde la psicosociología del nivel individual. Introducción En esta propuesta para la comprensión del comportamiento humano tomamos como referencia a Fredy Kofman, un contador que incursiona en las temáticas del desarrollo individual de las personas que conducen organizaciones, desde una perspectiva holística del ser humano. El autor desarrolla esta perspectiva que integra los aspectos biológicos, psicológicos, sociales y culturales al reflexionar acerca de cómo es el proceso de conformación del comportamiento, focalizándose, finalmente, en la relevancia que tiene en los individuos el proceso de tomas de decisiones. Comportamiento responsable Para comprender los fundamentos del comportamiento humano partiremos de la primera explicación de la psicología, la cual postulaba que existe una relación determinista y directa entre el estímulo externo y reacción que genera el comportamiento en las personas. Desde esta perspectiva las personas y por lo tanto sus conductas están moldeadas por factores externos; situación en la cual no existe el libre albedrío individual ni la responsabilidad por los comportamientos o actos de los individuos. El esquema que lo representa es el siguiente: A medida que el conocimiento acerca del comportamiento fue evolucionando se crearon otras maneras de describirlo; así nuestro paradigma actual acerca del comportamiento humano propone que un acontecimiento exterior no es un estímulo que evoca una reacción condicionada sino un dato que provee información. Situación por la cual, esta información no nos obliga a hacer nada puesto que el individuo a partir de la información que recibe, decide, apelando al libre albedrío, y las respuestas ante estímulos externos elegir un comportamiento. El comportamiento es la respuesta de la información externa, mas nuestros objetivos y nuestros valores. El esquema es el siguiente: Los seres humanos somos los únicos animales capaces de tener conciencia, lo cual nos brinda la capacidad de elegir. La conciencia y la capacidad de elección son la base de los resultados de nuestros comportamientos, son la esencia de la responsabilidad, la dignidad, la libertad y humanidad incondicional del ser humano. En vistas de que todos los seres humanos, a pesar de las circunstancias, somos capaces de prestar atención, darnos cuenta y elegir la respuesta de nuestros comportamientos, los cuales están enmarcados en nuestros objetivos y valores. El ser humano existe como ser consciente y ser consciente es la capacidad del individuo de darse cuenta de la situación externa e interna y en el proceso de darse cuenta considera su situación respecto a sus objetivos y valores y a partir de esa evaluación que realiza elige una respuesta y se comporta de acuerdo a su elección. El comportamiento, en conjunción con factores externos incontrolables, influye en los resultados que se convierten en parte de la situación en la que se encuentra inmersa la persona. Pero al mismo tiempo, el comportamiento es incondicionado porque depende de la voluntad de la persona ya que mediante las decisiones y las acciones las personas utilizan sus habilidades y recursos de la mejor manera posible con el fin de perseguir sus objetivos en congruencias con sus valores. Así, la comparación entre objetivos y resultados funda el juicio sobre la efectividad de la persona: a mayor semejanza mayor efectividad; es igual a éxito condicional -fuera de control de la persona-. La comparación entre valores y comportamiento funda el juicio sobre la integridad de la persona: a mayor semejanza mayor integridad, aquí el éxito trascendente - depende del comportamiento de la persona- y aunque no logremos lo que queríamos se experimenta tranquilidad de haber hecho todo lo que podíamos con dignidad. El comportamiento individual puede ser reactivo, creativo o proactivo. El comportamiento reactivo refiere a la reacción inmediata ante el estímulo, donde los niveles de consciencia a cerca de las posibilidades presentes o futuras son bajos o nulos, en ejemplo inmediato individual referido a una salida de esparcimiento al campo en donde por desgracia me pica un mosquito entonces me rasco o un ejemplo organizacional si no reviso periódicamente los circuitos eléctricos en la oficina a partir de un desperfecto se prende fuego y entonces llamo a los bomberos para que apaguen el fuego. El comportamiento creativo refiere a un nivel de conciencia mayor ya que el individuo prevé que situación puede llegar a generarse y como en el ejemplo anterior si voy al campo llevo repelente de mosquitos y en la situación de la oficina realizo controles periódicos de la instalación eléctrica. El comportamiento proactivo refiere al más elevado nivel de conciencia considerando que trato de crear situaciones en donde no esté en peligro como en el ejemplo anterior voy a otro lugar silvestre en el que no haya mosquitos y en el caso de la oficina instalo un interruptor de corriente que evite cualquier incendio. Como vemos estos tres tipos de comportamientos refieren al grado de reflexión individual acerca de las situaciones presentes y futuras y las maneras más adecuadas de resolverlas. Además, podemos identificar el doble objetivo que todo comportamiento tiene: En primer lugar, se trata de obtener algún resultado = éxito, al preguntarse por el éxito obliga a comparar los resultados de la acción con los objetivos perseguidos, el éxito es mediato en tanto no depende del actor. En segundo lugar, la acción tiene un propósito auto afirmativo de la identidad de la persona = paz interior, preguntarse por ésta compara la acción con los valores de la persona, la paz interior es inmediata e incondicional teniendo en cuenta que cumple con los compromisos existenciales del individuo. La persona que somete su comportamiento a sus valores se auto restringe en el uso de los medios, pero la persona que subordina el comportamiento al éxito no tiene reglas de juego y la vida se deshace en un vacío existencial. La libertad de cómo elegir responder ante una situación equivale a responsabilidad y nos abre la puerta hacia la dimensión ética de la existencia humana. Las personas no podemos dominar los resultados porque dependen de factores incontrolables, tampoco podemos dominar las situaciones porque la realidad no está determinada por una decisión personal, pero uno siempre es capaz de elegir en forma incondicional su comportamiento en todas las situaciones que nos toca vivir. La dignidad humana no depende de la efectividad, sino de la coherencia entre los comportamientos y los valores y el libre albedrío obligan al individuo a dar cuenta de su respuesta a las circunstancias. Ante situaciones conflictivas, uno debe ser consciente de que si uno no es parte del problema no puede ser parte de la solución porque el infortunio de erradicarse de la explicación del problema es que uno pierde todo poder de influir positivamente en la situación, además cada vez que uno sufre tiene algo que ver con el asunto. Por lo cual podemos afirmar que ser responsable y protagonista de nuestra propia vida es más efectivo que desligarse de los problemas y verse como víctima. Sin embargo, es común que las personas se describan como víctimas de las circunstancias y no como protagonista de sus propias vidas. Será que creemos que la seguridad y la felicidad se consiguen mediante la aprobación del otro; que el bienestar y el éxito se derivan de la inocencia y de complacer a los demás. O será porque desde niños aprendemos a igualar la responsabilidad = culpabilidad; y ser culpable es algo malo. La irresponsabilidad generalizada y la sensación de ser víctimas son consecuencias de creencias y supuestos inconscientes que solamente pueden ser cambiados mediante una terapia queposibilite la expansión de la conciencia. El modelo ampliado del comportamiento Gráfico: El comportamiento responsable. Fuente: Elaboración propia a partir el modelo de comportamiento de Fredy Kofman. Desde esta perspectiva, la definición tradicional de libertad es la de tener la posibilidad de hacer lo que uno quiere cuando quiere, pero la existencia humana tiene restricciones y que uno posee una escala de valores a través de la cual evaluamos el grado de libertad relativa en función de la posibilidad de hacer lo que uno desea, más allá de las restricciones que enfrente. La libertad incondicional es la capacidad para responder a la situación haciendo uso del libre albedrío y nadie es más o menos libre, la libertad es una condición absolutamente básica de la existencia humana dado que siempre respondemos a las situaciones de la manera en que elegimos comportarnos. La persona siempre es libre de elegir, pero a veces elige ser inconsciente de esa libertad y actuar como si no fuera libre, es el caso de la víctima y en su modelo mental se ve determinada siempre por las circunstancias externas. Así no es más libre quien posee más recursos sino quien puede controlar su destino sin verse sujeto a la agresión de otros. En el ámbito de las organizaciones el derecho de propiedad es la base de la armonía entre orden y libertad. Podemos decir, entonces, que la miseria y el sufrimiento humano pueden atribuirse a la violación de la libertad y del respeto por la autonomía del otro, sin embargo, cuando se sufre por causas de relaciones humanas se encuentra en medio de una de estas cuatro situaciones: 1. Uno intenta forzar al otro para que haga algo que uno quiere, pero el otro no quiere hacer; 2. El otro intenta forzarlo a uno para que haga algo que el otro quiere, pero uno no quiere hacer; 3. Ambos quieren forzarse mutuamente a hacer algo que el otro no quiere; 4. Uno intenta forzarse a sí mismo a hacer algo que encuentra doloroso o indeseable. Actitudes y valores relacionados con el trabajo En el tema I definimos la actitud como la disposición del ánimo que se manifiesta en el comportamiento de un modo determinado. Si consideramos que el trabajo es una parte importante en la vida de los individuos es natural que éstos tengan actitudes marcadas, complejas y diversas respecto al trabajo y la situación laboral. Las actitudes ante el trabajo y los comportamientos individuales que los sustentan se encuentran por un sistema de valores y creencias, propios de cada persona que se fueron configurando según los aprendizajes socio afectivos a los que estuvieron expuestos y adquirieron. Las actitudes de una persona tienen una relación muy estable con su comportamiento cuando este se dirige hacia el mismo objetivo e implica la misma acción. Sin embargo, los factores que conducen a la adopción de una actitud muchas veces difieren de aquellas que las mantienen, es posible que diferentes factores ayuden a mantener una actitud. Dentro de los sistemas de creencias relacionados con el trabajo podemos mencionar dos predisposiciones personales, que en sus manifestaciones comportamentales se manifiestan como opuestos, que podemos identificar con la motivación al logro, por un lado, y con el autoritarismo por el otro. Actitud de motivación al logro Fue identificada como una necesidad y se la relaciona con el deseo de lograr algo difícil, dominar, manipular u organizar objetos físicos, humanos o ideas, haciéndolo de la manera más rápida y eficaz posible. Las personas con actitud de necesidad al logro se caracterizan por generar comportamientos relacionados a: • Controlar los medios de producción generando más de lo que consumen. • Plantear objetivos moderadamente difíciles. • Maximizar las probabilidades de satisfacción. • Necesitar retroalimentación concreta y regular sobre los resultados. • Responsabilizarse ante los problemas. • Mostrar gran iniciativa y comportamiento inquisitivo en el trabajo. • Investigar el ambiente en busca de oportunidades. • Considerar el desarrollo y el crecimiento como señales de éxito. • Mejorar continuamente. Por lo que podemos inferir que están orientados a generar un ambiente de trabajo novedoso, colaborativo, cuestionador de las normas ya que el logro personal siempre se encuentra determinado por una situación específica que es interrogada en su modo habitual y cuenta con personas que acompañan la concreción del cambio que es percibido como logro. Autoritarismo Se caracteriza por personas conservadoras en cuanto a sus actitudes sociales y políticas, condescendientes con la autoridad y susceptibles a sentirse ofendidas ante quienes se apartan del orden moral establecido. En el ámbito laboral son jefes y trabajadores que tienden a recurrir más al palo que a la zanahoria para motivar el comportamiento. Estas personas prefieren las organizaciones regimentadas, estructuradas; como así también prefieren el orden, la estabilidad y el control. Al mismo tiempo, podemos afirmar que el sistema de creencias acerca del trabajo refiere a cinco tipos diferentes: La ética del trabajo se encuentra basado en que el trabajo es bueno en sí mismo, que dignifica y que el éxito es el resultado del esfuerzo personal. El sistema organizacional de creencias refiere a la idea de que el trabajo adquiere significado si afecta a la organización y contribuye a la situación laboral personal. Creencias marxistas basados en la opinión de que el trabajo es fundamental para la realización humana, pero que su organización produce explotación y enajenación del trabajador. El sistema humanista de creencias se encuentra basado en que el crecimiento y el desarrollo del individuo en el trabajo son más importantes que los resultados económicos. La ética del tiempo libre considera al trabajo como un medio de realización personal dado que le proporciona los medios para abocarse a actividades recreativas. Las personas con estas preferencias consideran que ellas son el resultado de sus propios esfuerzos. La iniciativa en el contexto de las organizaciones Iniciativa personal es una actitud que se evidencia en comportamientos diligentes, dinámicos que reflejan una concepción activa del rendimiento laboral en las organizaciones actuales. Tales comportamientos se evidencian en: • Una conducta laboral auto iniciada o de objetivos auto impuestos. • Un comportamiento proactivo orientada al largo plazo. • Actitudes de persistencia y capacidad de superar barreras para la consecución de objetivos. • Comportamientos pro organización En tal sentido, la iniciativa es importante en todas las organizaciones, los diferentes tipos de trabajos y en todos los niveles, salvo que se encuentre conducida por jefes autoritarios que caractericen a los individuos con iniciativa como rebeldes. El modelo habitual que muestran los trabajadores con iniciativa personal se encuentra compuesto por la tendencia a favorecer situaciones laborales que refieren a: • Orientación o guía: estos comportamientos desempeñan como guías motivadoras con percepciones de control y posibilidad de logro, de control de situaciones por la valoración de autoeficacia, aspiraciones de control y responsabilidad y el manejo de los errores. • Apoyo en distintas condiciones del ambiente laboral: facilitan las conductas de iniciativa personal propiciando situaciones en donde la diversidad del trabajo, la complejidad de la tarea y otros estresores son afrontados con apoyo para la iniciativa personal. • Conocimientos, destrezas y habilidades: describen los recursos personales que permiten la realización del trabajo, propiciando experiencias enriquecedoras. • Factores de personalidad: comprende la motivación al logro, orientación a la acción, necesidad de cognición, proactividad y conservadurismo psicológico. La adaptabilidad organizacional esconsiderada como la versión pasiva de la iniciativa que refiere a comportamientos adecuados, acomodados a la estructura actual de la organización. Las conductas extra rol son comportamientos discrecionales, no exigibles por los requerimientos del puesto que promueve el funcionamiento efectivo de la organización. El espíritu emprendedor • El espíritu emprendedor es más que crear una empresa, está acompañado por actitudes para la asunción de riesgos y la tenacidad para implementar ideas innovadoras. • Los emprendedores se caracterizan por ser innovadores, asumir riesgos y ser proactivos. Los intraemprendedores. • Describen aquellas personas que presentan un comportamiento emprendedor dentro de la organización. Son quienes combinan sus ideas y utilizan los recursos existentes en la organización para lograr nuevas líneas de negocios tales como saint off, joint venture y/o renovaciones organizacionales. • El proceso intraemprendedor comienza con una nueva idea o visón y finaliza con la implementación de un nuevo producto. • El éxito de un intraemprendedor depende de la comprensión del ambiente que le rodea, la capacidad de establecer políticas que le permita construir conciliaciones y de desarrollar sus habilidades sociales para motivar al trabajo en equipo. • Las organizaciones deberían estimular a este tipo de individuos creándoles escenarios posibles en donde desempeñen sus tareas, antes de que se retiren e inicien su propia empresa. El contrato psicológico Al abordar la problemática a cerca del contrato psicológico no podemos dejar de mencionar a Edgar Schein quien tuvo un profundo y duradero impacto en lo que se relaciona con los procesos de cambio, mejora y desarrollo organizacional, ya que ha sentado los pilares fundamentales de la profesión del Desarrollo Organizacional. Para Edgar Schein tanto el modelo racional - económico, como el modelo social ni el modelo de autorrealización son suficientes para explicar los motivos por los cuales las personas están (o no lo están) suficientemente motivadas. La mirada desde adentro de cada una de las personas no responde necesariamente a uno de estos modelos durante todo el tiempo, en todas las organizaciones, bajo todas las situaciones. Puede ser que el modelo racional económico sea útil en un determinado momento de la empresa cuando no puede sobrecargarse de costos fijos y que el modelo social sea aplicable cuando se necesita trabajar en equipo donde distintas unidades departamentales deben colaborar y trabajar coordinadamente para lanzar un nuevo producto o servicio. Y es probable que tengamos que tener en cuenta el modelo de auto-realización para aquellas personas que ya han satisfecho todas sus necesidades de orden económico y quieren trasladar experiencias y beneficios para otras generaciones (como en el caso del hombre generativo). Teniendo en cuenta todas estas complejas relaciones, en situaciones complejas, en organizaciones complejas y dentro de contextos complejos, entre otros, Edgar Schein sugiere un nuevo modelo al que denomina el modelo complejo. Uno de los conceptos que sustenta este modelo complejo de Edgar Schein se relaciona con el contrato psicológico. Según el autor en toda organización está presente lo que el mismo denomina como el contrato psicológico, factor fundamental que determina el nivel de motivación de los individuos. El contrato psicológico está compuesto de una serie de expectativas que el participante organizacional tiene en su relación con la empresa y que no están escritas ni normadas formalmente. Schein sugiere que este contrato psicológico tiene tres aperturas; además del contrato psicológico a la luz del individuo, está el contrato psicológico a la luz del supervisor y de la organización. Por lo general las empresas esperan lealtad de parte de sus empleados lo que implica ser reservados y discretos sobre aspectos vitales de la empresa que impactan sobre los resultados económicos de la misma, entre otros. Para que el empleado sea productivo tiene que existir una correspondencia directa en los contratos psicológicos de los distintos actores, ya que si no existe correspondencia entre los distintos contratos psicológicos no ha de existir la necesaria fuerza motivadora. Además, hay que tener en cuenta que el contrato psicológico cambia permanentemente, y que el mismo debe ser entonces continuamente renegociado, especialmente teniendo en cuenta la carrera del personal dentro de la empresa. El concepto de contrato psicológico contiene las realidades que escapan a la descripción de la relación de empleo que consta en el contrato jurídico. El mismo está compuesto por creencias, supuestos e ideas propias del individuo que está ingresando o permaneciendo en una organización a las cuales concibe en términos y condiciones de un acuerdo de intercambio recíproco entre él y la organización. Esta serie de creencias se basan en la percepción que el individuo se forjó, en forma de expectativas o promesas implícitas, que se le ofrecen al trabajar para que este sea parte de una organización lo cual propicia la formación de creencias de que existen obligaciones recíprocas, no explicitadas, entre él y la organización. El contrato psicológico se puede representar a través de un esquema mental donde los componentes que lo determinan pueden ser relacionales o transaccionales, según la particularidad de sus componentes. El contrato psicológico relacional tiene componentes tales como implicaciones emocionales que están unidas a intercambios económicos, sistema de relaciones que conciernen a la persona en su totalidad afectando los ámbitos laboral, familiar y social-, tiempos indefinidos acerca de la relación laboral, además de estar caracterizado por una condición dinámica y flexible de naturaleza cambiante. Como una de las características del contrato psicológico relacional es que los términos de los mismos sean generalmente implícitos, esta situación favorece que los terceros a la relación tengan dificultad para captar todos los elementos implícitos o tácitos que lo componen. En cambio, el contrato psicológico transaccional está compuesto por condiciones económicas claramente especificadas, con implicancias emocionales y personales limitadas, incluso en el tiempo, flexibilidad reducida puesto que los términos del contrato son explícitos y no tienen ambigüedades. Las consecuencias de la ruptura del contrato se manifiestan en los comportamientos individuales de los empleados que efectúan algunos de los siguientes comportamientos organizacionales que se relacionan con el bajo compromiso del trabajador con la organización, la intención de abandonar la organización, alta negligencia en el desempeño laboral, baja satisfacción laboral y bajas conductas de ciudadanía organizacional. El grado de cumplimiento o incumplimiento del contrato psicológico impacta directamente en la satisfacción laboral y, por ende, el clima de trabajo. Los procesos de socialización y resocialización El término socialización organizacional es utilizado para comprender el proceso mediante el cual una persona pasa de ser ajena a la organización a convertirse en un trabajador integrado en la misma. Este proceso de iniciación laboral merece una consideración fundamental para el efectivo desempeño del rol laboral y el ajuste del individuo a la organización. La falta de un proceso de acompañamiento efectivo en este período de inserción favorece la aparición de sensaciones de abandono en los nuevos empleados; manifestando comportamientos y actitudes tales como susceptibilidad a la persuasión, ansiedad, estrés, etc. Este proceso se considera fundamental porque a través de él las personas aprenden los valores, habilidades, expectativas y conductas que son relevantes para la organización y son las que debe asumir el individuo para poder sentirse un miembroactivo, que conoce los códigos sociales requeridos para poder interactuar efectivamente con los demás miembros de la organización. En este proceso de socialización, la organización influye sobre el proceso de individualización, esto se manifiesta en el comportamiento del ingresante quien se esfuerza por realizar aportes al ambiente laboral y contribuir a la definición del rol asignado. Podemos decir que en el contexto socioeconómico actual la socialización laboral dejo de ser una experiencia única, dado que las personas pasaron de tener una experiencia laboral única a desempeñarse en varias organizaciones en el transcurso de su vida laboral, proceso que se denomina resocialización. Etapas del proceso de resocialización son las siguientes • Etapa 1: Socialización anticipada: período en donde se adquirió antes de su ingreso los valores, conductas y actitudes que son relevantes en su comportamiento en la organización. La efectividad de esta etapa depende de una visión realista de las demandas laborales organizacionales y del empleado que culmina con el contrato psicológico. • Etapa 2: Encuentro con la realidad: en donde se enfrenta con las demandas del puesto, del rol y de las relaciones interpersonales. La persona recién incorporada se enfrenta con su nuevo ambiente suscitándole estrés por lo cual la organización facilita la socialización mediante el entrenamiento y orientación en el lugar de trabajo. • Etapa 3: Adquisición y cambio: a través de la cual se llega a ser miembro activo de la organización y el empleado logra un elevado control de las demandas de la tarea, del rol y de las relaciones interpersonales debiéndose ajustar al clima y cultura organizacional y del grupo de trabajo. Así mismo, los retos y dificultades que deben afrontar los nuevos empleados se relacionan con adecuar la propia formación a las nuevas tareas, ajustar los propios deseos, actitudes y personalidad a la cultura de la organización tratando de evitar el conflicto, propiciar adecuadas relaciones con el supervisor y los compañeros, adquirir la plasticidad suficiente para adaptarse al rol asignado solicitando suficientes especificaciones y por último deben propiciar la integración satisfactoria con los factores externos a la organización- tales como familia, intereses personales, etc.. Podemos identificar algunos procesos psicosociales que se producen durante el transcurso de la socialización entre el nuevo empleado y la organización ya que ambos deben aprender a ajustarse mutuamente en un proceso continuo de adaptaciones flexibles y dinámicas. Así la conducta humana y su funcionamiento psicosocial se explica en términos de causas tríadicas recíprocas entre conducta, factores cognitivos y personales y acontecimientos ambientales interactúan influenciándose de manera bidireccional unas con otros. Ante los procesos de socialización podremos obtener tres tipos de comportamientos diferentes como respuestas, ellos son: • Respuesta conservadora que se evidencia cuando el ingresante acepta el rol tal y como se le presenta. En esta situación el comportamiento del ingresante manifiesta una actitud en extremo conformista, pero a la vez, una manera más fácil y cómoda de asumir el rol asignado ya que no se cuestiona los conocimientos, las estrategias ni las misiones asociadas al rol. • Respuesta de innovación del contenido que se evidencia cuando el ingresante se propone realizar mejoras en los conocimientos y habilidades intrínsecos para un mejor desempeño del rol. En esta situación el comportamiento del ingresante manifiesta una actitud no conformista, proponiendo innovaciones y asumiendo el riesgo de las propuestas que presenta. • Respuesta innovadora del rol donde el sujeto cuestiona y procura cambiar radicalmente los conocimientos y procedimientos asociados al rol y su misión; situación que si no es comprendida por la supervisión pueden ser relacionadas a comportamientos relacionados con la rebeldía.
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