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Paisajes de agua

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Paisajes de agua 
Introducción 
 
Cada paisaje podría ser interpretado a partir de un elemento dominante que le da 
sentido: la ciudad o el campo, la llanura o la montaña Así, podríamos definir el paisaje 
del agua de diferentes maneras: como el paisaje en cuya estructura y funcionamiento el 
agua tiene gran importancia, o como el paisaje en el que el agua es un factor limitante 
tanto en sentido ecológico, como para su gestión, o como paisaje en cuyo origen y 
dinámica el agua es uno de sus elementos principales, etc. Todas estas definiciones 
atestiguan la doble complejidad del paisaje del agua como objeto de estudio. 
 
 
“El paisaje es la expresión de las actuaciones de la sociedad humana sobre la 
naturaleza, a la vez con y contra ésta, un objeto y modelo específico de la geografía, 
inseparable de las grandes categorías -lo natural y lo cultural, lo espacial y lo 
temporal, lo “objetivo” y lo “subjetivo”, lo material y lo inmaterial-, convirtiéndose 
hoy día en una aproximación al estudio del medio ambiente mediante diferentes 
interpretaciones: geográfica, ecológica, sociológica, visual, “sensible”, etc., que no se 
oponen, sino que se complementan” (Bertrand y Bertrand, 2006). 
 
 
Influencia del agua en el paisaje 
 
La cuestión del “paisaje del agua” es implícitamente una cuestión del “agua en el 
paisaje”. ¿Qué papel tiene el agua en el paisaje? ¿Es sólo un componente, entre muchos 
otros, o es un elemento dominante? La respuesta a esta pregunta es a la vez ambigua y 
subjetiva. Ambigua, porque, aun siendo escasa e invisible, el agua es siempre un 
elemento estructurante que condiciona tanto las formas paisajísticas como las diferentes 
prácticas de las personas. 
Subjetiva, porque el agua puede ser percibida de diferentes maneras, según el sujeto y 
según el punto de vista, la escala y el momento de observación. De hecho, el agua 
debería considerarse no solamente como un elemento material del paisaje, sino también 
como una cuestión socio-cultural dentro del concepto de paisaje. El agua es, a la vez, un 
elemento que estructura a los paisajes, un vector de diversas materias, un recurso para 
los sistemas bióticos y sociales, un fundamento de nuestro imaginario paisajístico 
común y un condicionante de supervivencia de las sociedades y territorios actuales y de 
su medio de vida. Además, el agua es la base de diferentes prácticas relacionadas con 
los riesgos naturales, con la preservación de paisajes banales o remarcables, con el 
desarrollo de actividades recreativas, el desarrollo urbano, etc. 
 
 
 
 
 
 
El agua en los jardines 
En toda la historia encontramos ejemplos de la presencia de agua en el jardín. Desde 
los jardines orientales, donde tanto el agua en reposo como en movimiento, juegan un 
papel trascendente. Las cascadas, los puentes y los lagos tienen su propia poesía y 
significación en el conjunto. 
 
 
 
 
 
 
 
 
En los jardines islámicos la presencia de agua adquiere protagonismo en sus fuentes, 
hilos o ríos de agua o en magníficos estanques. 
 
 
 
 
 
 
 
En los jardines franceses el eje organizativo de la perspectiva es el elemento principal, 
el agua sirve para enfatizar ese eje, para crear los espacios de recreo cortesanos con sus 
fuentes y para reflejar las fachadas de los palacios en sus espejos de agua. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
En los jardines y patios renacentistas y barrocos, el agua junto a elementos 
escultóricos, son los protagonistas del jardín. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
En los jardines ingleses y los de Europa Central, de gran escala, los grandes espejos 
de agua como lagos y lagunas permiten reflejos del paisaje, que agregan mayor 
percepción espacial. 
 
 
 
En los jardines ingleses rústicos y silvestres la presencia de agua se ve en espejos de 
agua en áreas de descanso. 
 
 
 
En los jardines feng shui el agua trae buena salud, paz mental y buena suerte. En estos 
jardines el sonido del agua relaja la mente y los ojos, pero sobre todo el agua 
conceptualmente está relacionada con la vida. En esta concepción las cascadas y fuentes 
son primordiales. 
 
 
En el paisajismo actual el agua además de estas cualidades decorativas o poéticas que 
agregan espiritualidad a los jardines, aporta otras características netamente 
funcionales, como dar frescor a los espacios o permitir su uso como piscinas o 
generadores de vida animal en el jardín. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 Formas de incluir el agua en el jardín 
En virtud de las cualidades que más nos interesen disfrutar voy a describir distintas 
formas y disposiciones para incluir en el jardín. Aquí van algunos ejemplos: 
Bebederos: 
Se conforman con una base o pie. Logra que las 
aves y mariposas se acerquen y aporten su 
colorido y sonidos al jardín. 
 
 
 
 
Cascadas: 
Simulan las cascadas naturales. Pueden armarse 
con piedras, ladrillos, etc. 
Pueden armarse sobre la pared ocupando poco 
espacio. Aportan frescura a los espacios, sonidos 
y movimiento. Los brillos y texturas son otro 
aporte. 
 
 
 
Caídas de agua, fuentes modernas: 
Buscan provocar el placer del sonido y dar frescura a espacios rústicos y con escaso 
verde o patios. 
 
 
 
 
Recorrido de agua: 
Es una especie de arroyo que termina en un estanque. Son 
un elemento organizador del espacio en grandes jardines. 
Tienen un sonido muy natural, son un elemento de relax. 
 
 
 
 
 
 
Fuentes: 
Son piletas de formas diversas 
que permiten la caída de agua 
de una a otra, generando juegos 
de movimientos continuos. 
Son elementos decorativos muy 
importantes en el diseño del 
paisaje. Son infinitas las 
combinaciones posibles y los 
materiales. Pueden combinarse 
con lagunas o con hilos de 
agua. 
 
Pueden asociarse también a esculturas. Según el tipo de boquillas pueden lograrse 
efectos variados. El diseño de la boquilla determina la forma y el estilo del chorro, 
mientras que su altura y ancho dependen de la potencia de la bomba. 
 
 
 
 
 
Estanque: 
Los estanques pueden ser 
artificiales construidos por el 
hombre o naturales. El estanque 
propiamente dicho es aquel que 
se integra al jardín a nivel del 
suelo. 
Pueden ser formales 
caracterizados por formas 
geométricas puras o informales 
con bordes irregulares 
confundiéndose con el paisaje. 
Un estanque natural trata de 
recrear un ecosistema acuático, 
marginal y palustre con sus 
comunidades vegetales y animales. 
 
Jardín acuático: 
El jardín acuático permite la vida de las plantas acuáticas en el jardín. Para esto 
podemos valernos de cualquier recipiente con capacidad para retener el agua. 
Se construye fácilmente 
introduciendo plantas acuáticas, 
pero no posee movimiento de 
agua ni sonidos. 
 
 
 
 
 
Piletas: 
La pileta no sólo es un elemento de uso, sino que en el jardín posee un sentido 
decorativo y de diseño que puede ser explotado. 
Sus reflejos, sus brillos, el movimiento del agua al filtrarse, la vegetación que puede 
crecer alrededor, etc. suman al paisaje. 
 
Especialmente cuando el diseño del paisaje es un valor, la piscina puede ser el elemento 
de mayor importancia del mismo cubriendo roles funcionales y estéticos a la vez. 
 
Construcción de estanques y fuentes 
Estanque 
 
1. Para construir el estanque se realiza la excavación al tamaño y formas deseadas y se 
cubre el fondo con arena. Podremos cavar con un gradiente de profundidades que vaya 
desde la playa hasta 1,50 m. Es conveniente que no existan pendientes muy 
pronunciadas para que el plástico que usaremos para impermeabilizar no tenga que 
soportar una tensión excesiva. Lo más económico y durable a la vez es el film de 
polietileno, que dará una superficie impermeable y en consecuencia estanca al ambiente 
acuático. 
 
2. Luego se coloca el film sujetándolo bien por los bordes con piedras o ladrillos. Al irlo 
llenando de agua el plástico se irá adaptando a la forma del estanque.3. Una vez lleno se recortan los bordes dejándolos de una anchura de unos 15 cm. 
Finalmente, se sujetan y se ocultan con piedras. 
Fuente 
Lo primero que se debe hacer es limpiar la zona donde estará la cascada hasta llegar a 
donde estará emplazado el estanque. Controle que no haya raíces pasando por donde 
estará la cascada y el estanque. Ayúdese con piedras para marcar los laterales. 
 
Posteriormente, apisone los laterales de la cascada para que la tierra quede compacta. 
En la parte superior del estanque coloque una maceta de plástico con un orificio en la 
parte inferior el cual tendrá el conector a la manguera que se utilizará para transportar el 
agua desde el estanque. 
 
Si en su localidad lo encuentra, existen unos recipientes especiales para esta parte de las 
cascadas. Mucha gente utiliza aquí un pequeño filtro vortex para aprovechar el espacio 
y realizar una filtración biológica. 
 
A continuación, realice con una cinta la marcación del surco por donde quiere que vaya 
el agua. Recuerde: no abuse de muchas vueltas, tenga en cuenta la velocidad del agua. 
Este surco es mejor que sea profundo y ancho. Luego de marcarlo, realice el zanjeo 
donde realizó la marca. No tenga miedo, si no funciona se puede rellenar y arreglar 
donde sea necesario. También, puede darle 2 diferentes caídas a la cascada. Esto se hace 
simplemente haciendo un pozo pequeño en alguna parte del camino de la caída del 
agua. 
 
Ahora deje por un momento la cascada y comience a realizar el pozo del estanque con 
sus diferentes niveles, profundidades, etc. Tal cual lo tenga planeado. 
En la parte donde se comunica la cascada y el estanque, es conveniente que sea plana 
para así luego con piedras planas se podrá dar el toque final de la caída del agua hacia el 
estanque. 
 
Una vez que tengamos realizado el pozo del estanque y el camino del agua, nos 
aseguraremos de que la tierra esté compacta, apisónela lo más posible. Para esto, existen 
unos accesorios que son una especie de pala pero pesadas con base de cemento. Sacará 
músculos haciendo esto. 
 
Lo que sigue es lo común a hacer el estanque: poner la lona especial y asegurarla. Deje 
varios centímetros sobrantes de cada lado de la cascada. Estos se taparán con las piedras 
al igual que el surco. Se recomendamos que no coloque solo la lona sobre el surco, la 
razón de ponerla sobre toda la cascada es para evitar que se socave en la temporada de 
lluvia. De esta manera, toda la cascada queda protegida. Los surcos márquelos bien, 
apoye correctamente la lona y ayúdese de piedras. 
 
Cuando ya tengamos toda la lona puesta y estirada, lo único que nos hace falta es 
probarla. Para esto, llene el estanque y encienda la bomba que llevará el agua hasta la 
cima de la cascada. 
 
Luego que tenga terminada la cascada, sin importar si el terreno tiene o no declive, en 
los laterales coloque si o si piedras y la mayor cantidad posible de plantas. De esta 
forma, las raíces de las plantas se arraigan en la tierra evitando que se desmorone. Las 
piedras sirven como apoyo y decoración, deben estar apoyadas con fuerza en la tierra. Si 
no desea tener plantas, coloque césped, el resultado es el mismo. 
 
Para evitar el fuerte golpe del agua sobre el estanque es recomendable colocar en el 
estanque donde caerá el agua una roca grande, para que ahí rompa el agua para no crear 
una fuerte correntada. 
 
Si tendrá una cascada grande, utilice varios desniveles para disminuir la velocidad del 
agua. No utilice muchas curvas dado que éstas acrecientan la velocidad. También, para 
disminuir dicha velocidad, puede colocar algunas piedras más grandes en los surcos, 
pero cuidado, donde coloque esas piedras el surco debe ser más ancho.

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