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Asignatura: Comprensión y producción de textos Contenidistas: Profesoras Sara Crespo y Leticia Brondo CLASE 1 4.1. El modelo de comprensión lectora Si hacemos un repaso de las anteriores unidades, nos encontramos en la unidad I con la definición de texto y analizamos sus propiedades en profundidad; en la unidad II, el estudio del lenguaje y la comunicación; luego, revisamos y vimos algunas herramientas normativas para poder producir e interpretar textos adecuada y eficazmente. Con esta base, podemos empezar a trabajar la comprensión de textos debido a que existen diferentes niveles de lectura que pueden ser aprovechados para el estudio profundo de diferentes asignaturas. La siguiente es una guía para tener en cuenta a la hora de la lectura, un modelo posible. Se trata de una serie de estrategias que le facilitarán la reconstrucción del sentido del texto. Recordá que leer es interpretar las pistas que en el texto deja su autor y que permiten la creación de una imagen mental del contenido. La comprensión de textos implica diferentes procesos de lectura y reelaboración de la información: 1. La lectura global 2. La lectura exploratoria 3. La lectura analítica 4 La representación de la información - A continuación se explican en detalle: 1. La lectura global Si recordamos los pasos que propone el Modelo de Comprensión Lectora, nos encontramos primero ante la necesidad de hacer una lectura global, es decir, una primera pero no única lectura atenta. La comprensión adecuada del texto requiere de varias “relecturas” completas y parciales. Por este motivo, en el primer acercamiento que un lector realiza al texto debe: a) Leer el título y los subtítulos. b) Observar todos los elementos tipográficos y a partir de ellos activar sus conocimientos previos. c) Establecer relaciones entre el texto y su contexto. d) Reconocer objetos textuales, es decir, “objetos del mundo” naturales o culturales (lugares físicos, personajes de la vida cotidiana, sucesos sociales, procesos, construcciones teóricas de pensamiento, etc.), que aparecen en el texto como objeto de análisis. 2. La lectura exploratoria En este segundo momento, el lector ya ha decodificado los signos lingüísticos y no lingüísticos del texto y puede identificar ahora: a) Los datos del contexto de producción Un texto no es solamente un conjunto de palabras. Quien las produce, las selecciona, combina y organiza de acuerdo a su intencionalidad. El lector, por su parte, participa en la construcción del sentido, aportando desde sus conocimientos, informaciones implícitas, integrando lo dicho y lo no dicho por el autor. El contexto de producción está constituido entonces por las particularidades de la situación comunicativa en las que se produce un texto. Entre los factores de esa situación se pueden señalar: 1. ¿Quién lo escribió? No es un dato menor porque identificar al autor del texto nos permite conocer también el rol social desde el que escribe el texto y su sistema de creencias y valores. El nombre de los autores generalmente está indicado alpie del texto o debajo del título del artículo. En el caso de los editoriales de los diarios (artículos de opinión, en los que el diario expresa su punto de vista sobre un tema de actualidad), la responsabilidad se atribuye a los editores. Porque… ¿tenemos que abordar de la misma manera una nota de opinión firmada por un autor individual que un editorial? 2. ¿Dónde lo escribió? Podemos diferenciar dos informaciones dentro del “lugar” en el que se escribe un texto: a) Soporte textual en el que aparece un texto, que puede ser: un diario, una revista, un libro, un panfleto, un blog, un boletín oficial, etc. b) Lugar geográfico donde se origina: Mendoza, Córdoba, España, México. Porque… ¿se debe leer igual un artículo sobre las políticas económicas de Argentina en el macrismo en el diario Clarín (Argentina) que en el diario El País (España)? 3. ¿Cuándo? La fecha de producción nos señala un dato importante, ya que nos abre la perspectiva histórica tanto del productor del texto como del contexto en el que este se inscribe. Porque… ¿es lo mismo hablar de beneficios o perjuicios del uso de la tecnología en los adolescentes hoy que leer un artículo publicado hace 20 años? 4. ¿Para quién? El texto siempre está dirigido a alguien, un lector potencial, que tiene para el escritor un perfil cultural determinado, es decir, le atribuye determinados conocimientos que le permita entender de qué trata el texto. Los conocimientos previos y las valoraciones personales que sobre un tema el lector tenga, inciden en la comprensión de un texto. Los destinatarios pueden ser entonces muy variados: la sociedad en general (especialmente cuando la publicación se encuentra en un medio de difusión masivo como son revistas y diarios), especialistas, profesores, médicos, abogados, etc., (cuando las publicaciones no están pensadas para todo público, como son las revistas especializadas, las conferencias de congresos, etc.) Porque… ¿un autor escribe de la misma forma cuando se dirige a un público especializado que cuando aquello que escribe está destinado a personas que no necesariamente saben sobre el tema? 5. ¿Para qué? Es lo que se denomina intencionalidad. Todo texto persigue un fin práctico y este dependerá siempre de la tipología que el autor haya elegido para expresar sus ideas. No es lo mismo escribir un texto de tipología textual argumentativa que expositiva o instructiva. Las intencionalidades del texto puede ser, por ende, muy diversas: informar, dar a conocer, convencer, persuadir, dar indicaciones paso a paso, contar una historia, relatar hechos biográficos, etc. Porque… ¿un texto con la intención de convencer al lector propondrá las mismas estrategias que un texto que solamente quiere informar sobre un tema? b) Establecer el discurso social al que pertenece. El discurso es el producto de una práctica social, el uso particular de una lengua que generan las distintas actividades humana. Algunos de los discursos sociales son: el literario, el histórico, el académico, el periodístico, el escolar, etc. Algunos datos que nos permiten reconocer los discursos sociales son: a) Su temática común. b) El vocabulario y estilo particular: formal, informal, ameno, literario, pedagógico. c) Sus intencionalidades básicas: informar, dar a conocer, convencer, entretener, etc. d) Los tipos específicos de emisores y receptores: escritor- lector literario, periodistas- público masivo, especialistas en el tema- lector curioso, estudiante... e) El género discursivo: cuento, texto de estudio, noticia... f) Modo de circulación: editoriales (literario, escolar), medios masivos (periodístico). c) Analizar el título El texto comienza generalmente con un título, que nos ayuda a preparar nuestras estructuras de conocimientos previos sobre la temática a tratar. Además, abre y activa nuestros conocimientos. Como ya señalábamos en la segunda unidad, un título, si es preciso, es una apretadísima síntesis del contenido del texto (título síntesis); sin embargo, otras veces, su función principal es captar la atención del lector –atrapar, enganchar– (título gancho). Ejemplo: Título: “Las momias del siglo XXI” Tipo de título: GANCHO Tema: Las operaciones estéticas Ejemplo: Título: “El aumento de operaciones estéticas en el siglo XXI” Tipo de título: SÍNTESIS Tema: Las operaciones estéticas d) Postular el tema A partir de la lectura del título y luego de la lectura global, en la lectura exploratoria, el lector debe postular el tema del texto. Esto consiste en rastrear la idea que se ubica en la cima de la estructura jerárquica: ¿de qué trata el texto? La selección de la idea central debe ser realizada a partir de la evidencia lingüística que me proporciona el texto y sostenida a un constante proceso de verificación. En las relecturas del texto, el lector va configurando el sentido del texto y verificando o no el tema que postuló luego de la primera lectura. El tema se va desplegando en el texto mediante el léxico (campo semántico o términos que giran alrededor del tema principal). Una vez asignado el tema, comienza a configurarse el tópico y, consecuentemente, la representación mental del contenido del texto. Para postular el tema, debe hacerse de forma muy general y partir de una construcción sustantiva, es decir, un sustantivo (que suele ser abstracto) y algún modificador si fuera necesario. Además, el tema no debe contener la opinión del autor (en caso de que el texto sea argumentativo). Ejemplo: Texto sobre la sociedad Inca en una etapa anterior a la Conquista. Uso adecuado: “La sociedad durante el Imperio Inca”. Sociedad como sustantivo central y el resto de las palabras como modificadores que ayudan a reforzar la idea y restringir el sentido del texto (sin núcleos verbales, sin la opinión del autor). Uso desaconsejado: “Cómo los incas vivían antes de la Conquista antes de que los españoles llegaran a América y reemplazaran, muchas veces a partir de la violencia, sus estructuras sociales”. Errores en la postulación: - Demasiado extensa la idea: el tema debe ser expresado de manera más general. - No está dispuesta con un sustantivo central acompañado de sus modificadores, sino como una oración compleja (contiene tres núcleos verbales: vivían, llegaran, reemplazaran). - Contiene la opinión del autor (“reemplazaran, muchas veces a partir de la violencia…”). 2. La lectura analítica En primer lugar, en esta fase se valida, o rectifica, mediante un trabajo de profundización analítica, la conjetura sobre la primera aproximación acerca de la temática textual realizada durante la lectura exploratoria. Esto supone una profundización en la comprensión del texto. En segundo lugar, este abordaje constituye una compleja fase en la cual el lector profundiza el análisis del contenido textual, a fin de lograr –por aproximaciones sucesivas– interpretar su sentido. Así, a través de un conjunto de operaciones fuertemente inferenciales, se alcanza la representación mental del sentido textual, que se va armando a medida que el lector avanza en el proceso comprensivo-interpretativo. 3. La representación de la información Si realmente hemos interpretado un texto, hemos de poder representarlo. Esta representación puede adoptar diferentes formas: un resumen, una síntesis, un mapa conceptual, un diagrama, un cuadro, una línea de tiempo, etc. Ahora bien, cuando se elige un modo de representación, se debe tener en cuenta que cada una de estas representaciones es adecuada a un tipo de organización de la información. El plan organizativo de cada texto impone un modo de elaboración de la representación textual. Por ejemplo, un sinóptico es muy adecuado para representar una clasificación; pero para un secuenciamiento cronológico, es mejor volcar la información en una línea de tiempo. También es factible en ocasiones realizar representaciones parciales del texto, a medida que vamos comprendiendo las relaciones estructurantes del contenido. Esquematizar la información siempre ayuda a entender mejor el texto y nos facilita el proceso de jerarquización del contenido. Algunas herramientas para la representación de la información: a) Cuadro comparativo: Es el instrumento de estudio adecuado para establecer semejanzas y diferencias entre dos o más elementos, conceptos, situaciones, individuos, etc. También reciben el nombre de cuadros de doble entrada. Se construyen sobre dos ejes: uno vertical (o columna) y otro horizontal (o fila). Sobre las columnas se coloca lo que se comparará y sobre las filas, los aspectos que se van a comparar. Veámoslo en el siguiente ejemplo: Frutas Aspectos Limón Naranja Familia Cítrico Cítrico Gusto Ácido dulce Para elaborar un cuadro, es necesario realizar una lectura profunda y así determinar qué aspectos son comparables y dibujar una grilla que tenga tantas filas como aspectos hayamos encontrado y tantas columnas como elementos estemos comparando. Identificar los aspectos que comparan es tal vez lo más complejo en el armado de un cuadro comparativo. Hacer este tipo de cuadro cuando estudiamos nos permite, además de establecer relaciones entre elementos o conceptos en apariencia diferentes, identificar sus rasgos fundamentales. b) Redes conceptuales: Las redes conceptuales son muy útiles para visualizar rápidamente los conceptos más importantes de un texto y la manera en que se conectan. Las redes son esquemas que expresan conceptos e ideas, y dan a conocer las relaciones y jerarquías que entre ellos se establecen. Para confeccionar una red tenemos que tener en cuenta: - Determinar los temas y los subtemas de cada párrafo, identificando las palabras claves. - Armar una red colocando las palabras claves en recuadros o círculos ubicados de arriba hacia abajo según su importancia (de lo general a lo específico). - Buscar las palabras o frases cortas a modo de enlace para expresar las relaciones entre los conceptos. Luego relacionarlos uniéndolos con flechas. c) Cuadro sinóptico: Es una técnica ideal para los textos que incluyen en su contenido clasificaciones y subclasificaciones. Para realizar un cuadro sinóptico utilizamos la clasificación jerárquica, que consiste en dividir un grupo en clases (ver cuadro aparte) y luego seguir dividiendo sucesivamente cada una de esas clases en más subclases. Las clases son grupos de elementos que comparten una o más características. Para elaborar un cuadro sinóptico debemos tener en cuenta los siguientes pasos: - En la primera parte colocarán el tema; de allí sacarán tantas llaves como párrafos tenga el texto. - En la segunda parte, pondrán los subtemas, es decir, los subtítulos de cada párrafo. - En la tercera, la información sobre los subtemas, es decir, un resumen de lo que subrayaron. d) Línea del tiempo: La línea de tiempo permite ordenar una secuencia de eventos o de hitos sobre un tema, de tal forma que se visualice con claridad la relación temporal entre ellos. Para elaborar una línea del tiempo sobre un tema particular, se deben identificar los eventos y las fechas (iniciales y finales) en que estos ocurrieron; ubicar los eventos en orden cronológico; seleccionar los hitos más relevantes del tema estudiado para poder establecer los intervalos de tiempo más adecuados; agrupar los eventos similares; determinar la escala de visualización que se va a usar y por último, organizar los eventos en forma de diagrama. e) Resumen: Este texto es útil para los textos (primordialmente explicativos, pero también puede resultar en los argumentativos), en donde será necesario comprender y aprender su contenido los más fielmente posible al autor –para poder exponerlo en un examen, aprenderlo para elaborar un texto de investigación o para desarrollar una ponencia–. f) Síntesis: La síntesis es ideal para textos argumentativos porque su superestructura (el modo de organización) consiste en colocar la opinión del autor, en primer lugar, y a continuación, los argumentos. Será de vital importancia para la lectura crítica, puesto que es una nueva producción, en donde aparece la mirada del lector.
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