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CLASE 2 Los trabajos de investigación: La monografía ¿Qué es un trabajo de investigación? Para planificar algunos de nuestros escritos solo necesitamos rebuscar en nuestra memoria y reflexionar sobre nuestras experiencias. Pero en los trabajos que realizamos en esta etapa y, más tarde, en nuestra vida profesional, si nos dedicamos a la investigación, necesitamos información que no poseemos. Para escribir monografías, tesis, informes, ensayos o libros, debemos consultar fuentes de información sobre algún tema específico, seleccionar lo que nos parece pertinente, unirlo a nuestras propias experiencias, ideas e hipótesis, y presentar el resultado en un texto claro, convincente, autorizado, y agradable de leer. La función de este texto es informar, y, a veces, argumentar para persuadir a los lectores de algo. El proceso íntegro, desde la búsqueda de fuentes de información hasta la redacción definitiva del escrito, constituye lo que llamamos trabajo de investigación. ¿Qué es una monografía? La monografía es un trabajo de investigación que tiene la función de informar de forma argumentativa sobre una temática en particular. En general se trata de textos extensos, en los que se ofrece mucha investigación que seguramente aportará algo nuevo al exponer su conclusión. El proceso de composición consta de estas dos dimensiones básicas (conocimiento y discurso –textualización–). Entre una y otra dimensión hay una relación continua en ambas direcciones, tanto del conocimiento del contenido hacia el conocimiento del discurso, como en la dirección contraria. Hay, sí, tres etapas que enumeradas, parecen describir un proceso lineal: 1. pensar, buscar información, tomar notas 2. hacer un borrador 3. revisar el borrador. Componer un texto es un proceso complejo, recurrente, cuya meta más alta es transformar el conocimiento, es decir, enriquecer el módulo cognoscitivo que toda persona va constituyendo a lo largo de su vida. Pasos para elaborar una monografía 1. Pensar, buscar información, tomar notas: ¿Cómo elegir y delimitar el tema? Al primer paso de la planificación lo llamamos toma de conciencia: es un proceso que puede esquematizarse por medio de las siguientes preguntas: a. ¿Qué es lo que voy a escribir? b. ¿CuáI es su tema (¿lo he entendido bien?, ¿qué conocimientos tengo sobre ese tema?)? c. ¿A quiénes está dirigido mi escrito (comunidad discursiva)? d. ¿Cuánta información debo dar? e. ¿Cómo debo distribuir la información? f. ¿Qué registro debo usar? Estas son preguntas muy generales que debemos hacernos y contestarnos antes de empezar a redactar. Los temas elegidos, en ocasiones, son derivados de la materia abordada y de contenidos desarrollados, y, si tiene suerte, el estudiante puede proponer sus propios temas. Las exigencias suelen relacionarse con las siguientes: - 1) que los trabajos demuestren que su autor o autora sabe algo del tema elegido - 2) que me demuestren que su autor o autora sabe cómo comunicar su conocimiento (o, al menos, que ha hecho todo lo posible por comunicarlo con dignidad y eficiencia). Dadas las instrucciones y señalado el marco comunicativo (quién va a leer el trabajo, cómo se va a evaluar), los estudiantes tienen que pensar en muchas otras cosas. Antes de empezar a leer bibliografía, debemos escribir el tema de la manera más específica posible. Por ejemplo, si vamos a estudiar el alcoholismo y las drogas, en lugar de redactar "el tratamiento del alcoholismo con drogas", deberíamos escribir "el alcoholismo considerado como una enfermedad y la necesidad de tratarlo por medio de drogas semejantes a las usadas para la depresión, es decir, drogas que afecten a los neurotransmisores del cerebro y modifiquen el comportamiento del paciente". Debajo del tema, así especificado, debemos anotar una lista, aunque sea brevísima, de preguntas propias sobre el tema. Todo lo que vamos a hacer, hasta el día de entregar el escrito o de verlo publicado, es contestar a esas preguntas y a otras que vayamos a medida que avancemos en el trabajo. Esas preguntas son importantísimas, nos guiarán a lo largo del trabajo, y las retomaremos en las conclusiones. Si no tenemos esas preguntas antes de empezar, es porque no tenemos, en realidad, tema. “Quiero estudiar el alcoholismo”, por ejemplo, debe entenderse como “Tengo ciertas Preguntas interesantes y quizá originales sobre el alcoholismo y me quiero arriesgar a contestarlas”. Tenemos Ia seguridad, además (quizá ingenua pero válida) de que vemos a ese objeto como no lo ven los demás. Si alcanzamos tal incertidumbre respecto de nuestro tema de trabajo y el deseo nos guía, es hora de poner manos a la obra. 2. ¿Cómo buscar bibliografía y tomar notas? Las etapas que siguen son las que ocupan, generalmente, más tiempo: buscar bibliografía, leer, tomar notas, ir esbozando el tema, fijarlo, ponerle límites, escribir una guía. Una parte importante de la bibliografía, sin embargo, se irá formando a medida que lea, pues un libro lleva a otro, y nuevas ideas a nuevas ideas. Así irá surgiendo la bibliografía que utilizará finalmente en la monografía. Para que un trabajo sea bueno, tiene que ser el resultado de una investigación exhaustiva, en la que se han tenido en cuenta todos los datos pertinentes y, cuando corresponda, datos desconocidos hasta ese momento; esta investigación debe haber sido hecha con una metodología adecuada, y expuesta con una lógica sin fallos, con buen español, respetando todas las convenciones (ver unidad III), de cita de fuentes bibliográficas, gramática, presentación. Una vez que se decida qué leer, se hace una bibliografía completa y cuidadosa. Se siguen las convenciones de cita bibliográfica que indique el profesor. Es útil poner el nombre completo del autor, también el de pila, para facilitar la búsqueda futura de otros trabajos del mismo autor. Si la bibliografía es muy nutrida, hay programas especiales para ponerla en orden alfabético. Tomar notas requiere tanta atención y capacidad creativa como escribir un trabajo. Al tomar notas, estamos haciendo varias cosas simultáneamente, dos de ellas muy importantes: un resumen de lo que leemos y una asociación entre lo que leemos y nuestro conocimientos anteriores. Esta asociación, no siempre consciente, es lo que nos hace prestar más atención a unas cosas que a otras. 3. Organización de la información Tras haber analizado aspectos previos como la situación y la intención, hemos revisado un conjunto de fuentes y, luego de la comprensión de estas, tenemos mucha información distinta sobre el tema. Lo que corresponde, ahora, es empezar con la resolución del problema: la redacción de un nuevo texto que satisfaga la necesidad comunicativa. Antes de redactar, necesitamos determinar con claridad las ideas que vamos a emplear (tanto propias como ajenas) y cómo las ordenaremos en el texto. Para llevar a cabo esta organización de manera efectiva, necesitamos realizar dos pasos: delimitar el tema y elaborar un esquema de contenido. Delimitación del tema Conviene delimitar bien la materia que vamos a tratar. Si el trabajo es útil y disponemos de los medios y del entusiasmo para hacerlo, no importa que no abarque todo lo que quisiéramos abarcar (quien mucho abarca poco aprieta, ya lo sabemos). Por ejemplo, el tema «el racismo» así planteado, es muy general, ya que, si tomamos esta propuesta, tendríamos un abanico de posibilidades temáticas para desarrollar, como el racismo en el mundo, el racismo en la era cristiana, el racismo de los nazis, cómo se originó el racismo, el racismo en Argentina, el racismo como principal factor de la violencia simbólica, un caso de bullying asociado con el racismo, etc. Como vemos, el tema es muy amplio y, si lo abordamos sin delimitarlo, nuestro texto tendría que explicar todos los aspectos del racismo, lo cual nos llevaría mucho tiempo y varias páginas, y una mayor investigación. Prácticamente, tendríamos que elaborar unlibro sobre el racismo, pero, en este momento, ese no es nuestro objetivo. Por tal motivo, la delimitación es sumamente importante. Es la primera fase para redactar textos académicos. Veamos cómo se puede delimitar el tema del racismo en el siguiente diagrama: Delimitación de tema + General + Específico El diagrama nos facilita la explicación. Delimitar el tema también es un proceso, puesto que, para llegar al cuarto nivel de especificidad, hemos pensado, reflexionado, seleccionado y delimitado. Si tomamos este tema delimitado, está claro que nos dedicaremos a analizar y redactar sobre las causas y las consecuencias del racismo solo en Argentina (marco espacial) y en la actualidad (marco temporal). Entonces, este tema es más específico en comparación con los anteriores. Elaboración de un esquema Cuando el tema se ha delimitado pertinentemente y se ha llevado a cabo el proceso de selección de la información relevante a partir de las fuentes, es importante realizar un esquema previo a la redacción final del texto. Esta no es una práctica muy difundida, pero su realización puede ser determinante para redactar un texto que se caracterice por la claridad de sus ideas. Muchas veces, la poca claridad de un texto está relacionada no con la falta de 1. El racismo 2. El racismo en Argentina 3. El racismo en la Arg. actual 4. Causas y consecuencias del racismo en Arg. actual información, sino con la falta de orden. Este orden se logrará con mayor facilidad a partir de la elaboración de un esquema en el que se grafiquen las ideas principales, las secundarias y los detalles del texto. De igual modo, nos permitirá optimizar el tiempo que nos toma redactar el texto. Un buen esquema es aquel que nos permite realizar un buen texto con facilidad. En ese sentido, se recomienda que un esquema cuente con una serie de características importantes: - coherencia (debe reflejar un pensamiento ordenado); - jerarquía de ideas (debe distinguir el diferente grado de importancia de las ideas principales, las secundarias y los detalles –ideas terciarias o de desarrollo–); - exhaustividad (usar frases que reflejen con claridad la idea sobre la cual se escribirá en el texto). 4. Redacción del texto Una vez delimitado el tema y realizado el esquema en sus tres niveles (ideas principales, secundarias y terciarias), se procederá a la redacción del texto completo. Para ello, tendremos en cuenta que la introducción debe contextualizar y presentar el tema, que el desarrollo debe explicar las ideas principales con profundidad, y que el cierre debe sintetizar el desarrollo y ofrecer conclusiones. A continuación te presentamos un esquema con las partes de la monografía con una descripción de lo que debe ir en cada una de ellas. 5. Revisión y reescritura Esta etapa de la redacción tiene un fin particular: comprobar que las ideas hayan sido expuestas de manera clara, coherente y conservando la unidad del escrito. Frecuentemente, no asignamos tiempo ni esfuerzo para la revisión del texto. Tal vez esto suceda porque no la consideramos como una fase dentro del proceso de redacción. No obstante, cumple un rol fundamental en la construcción de un escrito, pues con ello es posible presentar un texto mejor elaborado y se evita la presencia de algunos errores en este. En primer lugar, para una buena producción, es relevante fijarse en el contenido del texto. Este requiere la observación de ciertos aspectos, como unidad, coherencia, claridad y solidez. Además, se requiere que el escritor pueda recordar constantemente la intención de la redacción. En segundo lugar, detenerse a observar aspectos formales en el texto permitirá que este sea más claro y coherente. En esta parte del proceso, necesitamos considerar la estructura de las oraciones. Estas deben ser expresadas de manera clara y no compleja. Es recomendable no emplear oraciones demasiado extensas, pues pueden obstaculizar la comprensión de las ideas. Para este punto, sería conveniente volver a la unidad III de normativa
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