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FISIOLOGÍA HUMANA-561

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venas yugulares se encuentran colapsadas. En las extremi-
dades superiores, la presión venosa aumenta progresiva-
mente desde 0.8-1 kPa (6-7.5 mm Hg) en la vena subclavia
a nivel de la primera costilla hasta 4.7 kPa (35 mm Hg) a
nivel de los dedos de la mano, ya que al alejarnos de la
aurícula derecha la Ph aumenta progresivamente. El efec-
to del aumento de la Ph puede observarse fácilmente sobre
las venas superficiales de los brazos. Cuando éstos cuelgan
a lo largo del cuerpo, la Ph se suma a la Pd, por lo que las
venas están distendidas, pero a medida que el brazo se ele-
va hasta la altura de la aurícula derecha, las venas se con-
traen y desaparecen. Al levantar el brazo por encima de la
cabeza, aparecen unas estrías en el lugar donde antes apa-
recían las venas; ello es debido a que en las venas existe
una presión subatmosférica y son colapsadas por la pre-
sión atmosférica. Durante la respiración, la presión intra-
torácica oscila entre –0.33 kPa (–2.4 mm Hg) durante la
espiración y –0.8 kPa (–6 mm Hg) durante la inspiración.
Dado que la presión en la vena cava superior es de –0.6 a
–0.8 kPa (–4.5 a -6 mm Hg), las venas intratorácicas y del
cuello están abiertas durante la inspiración, lo que facilita
el retorno venoso, y colapsadas durante la espiración.
A nivel infradiafragmático, la Ph aumenta progresiva-
mente, alcanzando 12 kPa (90 mm Hg) en las venas del
tobillo. Estos altos valores de la Ph producen una marcada
distensión venosa, que se ve limitada por el aumento de
volumen, que incrementa la rigidez de la pared venosa, y
por la contracción muscular, que ejerce una función de
bomba ayudada por la disposición de las válvulas venosas.
Cuando el individuo pasa de la posición acostada a la
erecta, los vasos sanguíneos situados por debajo del cora-
zón se distienden por la fuerza gravitatoria, lo que no sólo
produce una acumulación de sangre venosa (300-800 mL)
en las extremidades inferiores, sino que disminuyen el
retorno venoso, el volumen minuto y la presión arterial.
Estos cambios estimulan los barorreceptores y se produce
un aumento del tono simpático y la activación del sistema
renina-angiotensina-aldosterona. Como consecuencia, se
produce una vasoconstricción arteriovenosa, que incre-
menta la presión arterial y el retorno venoso, y aumentan
la contractilidad, la frecuencia y el volumen minuto cardí-
acos, normalizándose con rapidez la situación hemodiná-
mica. En algunos pacientes, estas respuestas son
inadecuadas, y al ponerse en pie se produce una reducción
de la presión arterial y del flujo cerebral, que pueden pro-
ducir visión borrosa, mareos, vértigo e incluso pérdida de
conocimiento. Este cuadro, denominado hipotensión pos-
tural u ortostática, puede deberse a que la acumulación de
sangre venosa en los miembros inferiores sobrepasa la
capacidad de la bomba muscular para revertirla, a lesiones
de las vías y centros que regulan los mecanismos neuro-
humorales compensadores o tener un origen iatrogénico,
como consecuencia de la administración de fármacos que
alteran los mecanismos hemodinámicos compensadores.
Así, los fármacos bloqueantes de los ganglios simpáticos o
de los receptores �-adrenérgicos pueden producir hipoten-
sión postural, sobre todo al comienzo del tratamiento. El
riesgo de hipotensión postural se acentúa en pacientes con
varices muy marcadas, al hacer ejercicio y en ambientes
cálidos.
RETORNO VENOSO
Tres son los factores que facilitan el retorno venoso
hacia el corazón (Fig. 39.4).
La función de bomba cardíaca. Cuando disminuye
la presión de la aurícula derecha se produce un incremen-
to del retorno venoso. Esto es lo que sucede en dos
momentos del ciclo cardíaco: al comienzo de la fase de
eyección rápida ventricular, cuando el plano valvular se
desplaza hacia el ápex cardíaco, y durante la fase de llena-
do rápido ventricular. Ambos momentos corresponden,
respectivamente, a los valles x e y del pulso venoso (Fig.
39.2). Por el contrario, el retorno venoso disminuye al
final de la fase de llenado auricular, justo antes de la aper-
tura de la válvula tricúspide, y durante la fase de contrac-
ción auricular. 
Los movimientos respiratorios (bomba respirato-
ria). Durante la inspiración, aumenta el volumen del tórax
y la presión intratorácica disminuye hasta –0.8 kPa (–6
mm Hg), lo que mantiene las venas intratorácicas (cavas)
abiertas y ejerce un efecto de succión que acelera la entra-
da de sangre en el tórax hacia la aurícula derecha. Asimis-
mo, el descenso del diafragma durante la inspiración
aumenta la presión intraabdominal, lo que también facilita
el flujo venoso hacia la aurícula derecha. Este aumento del
retorno venoso aumenta la presión telediastólica del ven-
trículo derecho, lo que siguiendo la ley de Starling aumen-
ta su volumen latido. Al mismo tiempo, la expansión de los
pulmones aumenta la capacidad de los vasos pulmonares,
532 F I S I O L O G Í A D E L S I S T E M A C A R D I O VA S C U L A R
retorno
venoso
volumen
y presión
diastólica
final
ventricular
presión
venosa
tono SNS
Movimientos
respiratorios
(inspiración)
Bomba
cardíaca
Bomba
muscular
Vasoconstricción
venosa
Figura 39.4. Factores que determinan el retorno venoso.

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