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FISIOLOGÍA HUMANA-716

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Los dientes son estructuras mineralizadas que permi-
ten la masticación. Están constituidos por esmalte, denti-
na, cemento y pulpa, y se encuentran inmersos en el
interior de los alvéolos, estando separados del hueso alve-
olar por el ligamento periodontal, que constituye la articu-
lación alveolodentaria o parodonto. La dentición humana
adulta consta de 32 piezas y es heterodonta respecto a la
morfología dentaria, es decir, los dientes tienen distinta
forma. Se clasifican en: incisivos (4 superiores y 4 inferio-
res, sirven para cortar); caninos: (2 superiores y 2 infe-
riores, sirven para desgarrar); premolares (4 superiores y 4
inferiores; sirven para triturar); molares (6 superiores y 
6 inferiores, sirven para triturar con mayor eficacia que los
premolares).
Los dientes se disponen dentro del hueso alveolar for-
mando una curva abierta hacia atrás o arcada dentaria.
Cuando ambas arcadas entran en contacto se produce 
la oclusión dentaria, que se define como la posición en la
cual existen dos o más contactos entre dientes antagonis-
tas. Los molares constituyen la llave de la oclusión y los
caninos actúan de guía en los movimientos de lateralidad.
Una buena oclusión es la clave para llevar a cabo una
correcta masticación y por tanto una trituración mecánica
eficaz de los alimentos.
La masticación es posible gracias a las características
funcionales de la articulación temporomandibular: es la
única diartrosis de la cabeza, la única articulación móvil.
Está constituida por dos superficies articulares: en la man-
díbula el cóndilo mandibular y en el hueso temporal la
eminencia articular del temporal y la cavidad glenoidea.
La articulación funciona como dos articulaciones diferen-
tes, combinando movimientos de bisagra y de desplaza-
miento. Los músculos masticatorios son los encargados de
la movilidad mandibular y pueden dividirse en: elevadores
de la mandíbula o de cierre (masetero, temporal, pterigoi-
deo interno); depresores de la mandíbula o de apertura
(pterigoideo externo, milohioideo, genihioideo, vientre
anterior del digástrico); de protrusión (contracción simul-
tánea de ambos pterigoideos externos, ayudados por los
pterigoideos internos y fascículo anterior del temporal); de
retrusión (fascículo posterior del temporal, milohioideo y
vientre anterior del digástrico); de lateralidad o diducción
(retrusores del lado hacia el cual se desvía la mandíbula y
los protrusores del lado contrario).
La fuerza de la musculatura masticatoria es directa-
mente proporcional al número de dientes en oclusión fun-
cional y va disminuyendo según el número de dientes
perdidos. Se ha calculado que la máxima fuerza mastica-
toria es de 100-150 kp/cm2, mientras que en un sujeto des-
dentado no llega a 30-50 kp/cm2. Además, con la pérdida
dentaria se pierde eficacia en la masticación.
La masticación activa los mecanorreceptores que se
encuentran en el ligamento periodontal y permite la trans-
misión de impulsos a través del trigémino hasta los núcle-
os salivales del tronco del encéfalo. La respuesta será una
activación del flujo salival. Asimismo, si la dureza del ali-
mento es mayor, se incrementará no sólo la fuerza de mas-
ticación, sino también la cantidad de saliva. El proceso de
masticación es crucial para la absorción de determinados
alimentos, como carne y vegetales.
Tras el paso del alimento por la boca y después de
producirse la masticación e insalivación, el bolo alimenti-
cio está preparado para ser deglutido. 
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