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FISIOLOGÍA HUMANA-751

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en la periferia de los espacios portales y están formados
por 3 ó 4 células cuboides (< 10 �m de altura). En estos
espacios y acompañados por una arteriola, se encuentran
los conductos biliares interlobulillares (15-100 �m). Sus
paredes están formadas por células más altas (10-14 �m),
cuboides. La confluencia de varios de estos conductos
interlobulillares da lugar a otros de mayor calibre (> 100
�m) (conductos septales), recubiertos por epitelio cilíndri-
co (> 14 �m). La unión de varios de estos conductos va
originando conductos de calibre progresivamente mayor,
hasta llegar a la formación de los denominados, primero,
conductos segmentarios (400-800 �m) y, más adelan-
te, conductos hepáticos. El hígado posee dos conductos
hepáticos y cada uno de ellos recoge la bilis procedente de
un lóbulo hepático. Todos estos conductos poseen paredes
formadas por tejido conjuntivo que están tapizadas por un
epitelio cilíndrico que reposa sobre la membrana basal.
Los conductos hepáticos confluyen en el conducto hepáti-
co común, al cual le sigue el conducto colédoco. Estos
conductos están revestidos también por un epitelio cilín-
drico que asienta sobre una pared relativamente gruesa for-
mada por tejido conjuntivo laxo, rico en fibras elásticas, y
por fibras musculares longitudinales y oblicuas. Antes de
desembocar en el duodeno, el conducto colédoco y el con-
ducto pancreático se unen para drenar juntos en la papila
duodenal mayor. El músculo liso de la pared del colédoco
se hace más prominente a medida que se aproxima al duo-
deno. Cuando el colédoco se interna en la pared del 
duodeno, su luz se estrecha por verse reforzadas sus capas
musculares por otra nueva capa de fibras musculares 
circulares. Esta zona es la que se conoce como esfínter de
Oddi. 
En situación lateral al conducto colédoco y a manera
de un gran divertículo se sitúa la vesícula biliar, en la cual
se almacena la bilis durante los períodos interdigestivos
(Fig. 59.9). Su pared está formada por una capa muscular
plexiforme, una adventicia y una serosa. La mucosa está
plegada con depresiones profundas que pueden penetrar en
el espesor de la capa muscular (criptas de Rokitansky-
Aschoff). Sus células son cilíndricas altas, con núcleo basal
oval y citoplasma pálido.
La bilis canalicular recién formada en el lobulillo
hepático sufre diversas modificaciones a su paso por todo
este sistema de conductos, incluida la vesícula biliar. En
efecto, la bilis colangiolar aumenta su flujo, su alcalinidad
y su contenido en bicarbonato pero pierde sales biliares.
En este proceso juega un papel importante la secretina. El
estímulo de la mucosa duodenal por el pH ácido, ácidos
grasos o sales biliares provoca la liberación de secretina, la
cual se une a receptores presentes en la membrana basola-
teral de las células de los conductos biliares. Esta unión se
sigue de la formación de AMP cíclico (AMPc) con la
mediación de una proteína G y de una adenilciclasa. El
AMPc tiene varios efectos (Fig. 59.10). Por un lado, acti-
va la proteína quinasa A (PKA) y ésta abre unos canales de
cloro (CFTR, cystic fibrosis transmembrane regulator,
regulador transmembrana de la fibrosis quística) situados
en el polo apical (biliar) de la célula. Consecuencia de ello
es la salida de cloro a la luz biliar. Este canal no funciona
correctamente en la fibrosis quística. La salida del cloro se
encuentra acoplada con su intercambio por CO3H
–. Es
decir, el Cl– vuelve a entrar en las células intercambiándose
por CO3H
–, el cual sale a la bilis y la alcaliniza. La con-
centración de éste aumenta desde 19-25 mM hasta 60 mM.
Esta reentrada del Cl– la realiza el intercambiador
Cl–/CO3H
–, AE2. La segunda consecuencia de la forma-
ción de AMPc es que la acuaporina-1, presente en vesícu-
las citoplásmicas subapicales, se incorpora a la membrana
apical de las células y contribuye a formar en ésta unos
canales que permiten la salida de agua a la bilis. Todos
estos canales y el intercambiador se expresan preferente-
mente en las células de los conductos biliares de tamaño
mediano y grande. 
En la membrana apical de las células de los conductos
se sitúa también: 1) un cotransportador de sodio y glucosa
(SGLT1, Na/glucose transporter, cotransportador de Na+ y
glucosa), 2) un transportador de sales biliares dependiente
del sodio (iBAT, ISBT, Ileal sodium dependent bile salt
transporter) y 3) un canal de cloro sensible al calcio, no
relacionado con el AMPc. El primero capta glucosa y sodio
de la bilis, el segundo reabsorbe pequeñas cantidades de
sales biliares y de sodio y el último permite la salida de clo-
ro de las células, principalmente cuando falla el canal
CFTR. En la membrana basolateral de las células de los
conductos biliares también se han identificado numerosos
transportadores. Los más significativos son: 1) Na+/K+-
ATPasa, similar a la existente en los hepatocitos. Genera un
722 F I S I O L O G Í A D E L S I S T E M A D I G E S T I V O
Canalículo biliar
Canal de Hering
Conductillo biliar (colangiolo) 
Conducto interlobulillar
Conducto septal
Conductos segmentarios
Conductos lobulares
Izquierdo
Conducto hepático
común
Conducto de
Wirsung
Cístico
Colédoco
Esfínter
de Oddi
Vesícula
biliar
Figura 59.9. Vías biliares intrahepáticas y extrahepáticas.

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