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FISIOLOGÍA HUMANA-771

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mago, y es absorbido fundamentalmente en el duodeno y
también en el yeyuno. La absorción de hierro depende de su
concentración en la dieta y del pH del quimo: las sales férri-
cas (Fe3+) no son solubles a pH 7, mientras que las sales
ferrosas (Fe2+) sí lo son. Por este motivo, el hierro en forma
férrica en la parte más alta del intestino forma precipitados
que no se absorben. Algunos compuestos de la dieta, como
el ácido tánico del té y los fitatos de algunos vegetales, for-
man con el hierro complejos insolubles que no pueden ser
absorbidos. Otros factores que parecen favorecer la absor-
ción de hierro son la vitamina C, el ClH que solubiliza el
hierro, algunos azúcares y aminoácidos, y las sales biliares
que contienen ácido ascórbico. Éstas además tienen también
una moderada cantidad de apoferritina, que se une al hierro
libre y forma un compuesto llamado transferrina, que se une
a los transportadores de hierro del epitelio intestinal.
Los receptores de membrana que transportan el hierro
al interior del enterocito actúan en diferentes momentos,
de modo que tras la administración de hierro hay una pri-
mera fase de absorción rápida (unos 30 min), seguida de
otra más lenta.
El hierro se absorbe de forma activa. Dentro de los
enterocitos el hierro se almacena unido a la proteína apo-
ferritina, formando el compuesto denominado ferritina. Se
han descrito otras proteínas citoplasmáticas que se unen al
hierro, como la isotransferrina, la ferroproteína, la GIPB
(proteína de unión al hierro intestinal), la MMPB (proteí-
na de unión a metales en la mucosa). De esta manera, par-
te del hierro absorbido se almacena en el enterocito, en
tanto que otra parte se libera en el espacio intercelular, se
cree que por un mecanismo activo, y se incorpora a la san-
gre, donde se une para su transporte a una betaglobulina
hepática: la transferrina.
Parece que los propios niveles plasmáticos de hierro
regulan la cantidad de hierro que se almacena en los ente-
rocitos en forma de ferritina, y que la cantidad de ésta
regula la absorción intestinal de hierro. De esta forma, los
niveles sanguíneos bajos de hierro estimulan su absorción
y viceversa. 
ABSORCIÓN DE VITAMINAS
Al hablar de la absorción de vitaminas debemos aso-
ciarlas en dos grupos diferentes, cuyas características son
diferentes: las vitaminas hidrosolubles y las liposolubles.
Vitaminas hidrosolubles
Entre las vitaminas hidrosolubles se incluyen las vita-
minas C, B1, B2, B6, B12, la niacina, la biotina y el ácido
fólico.
Vitamina C (ácido ascórbico)
Se absorbe principalmente en el íleon por transporte
activo. Las necesidades diarias son de unos 60 mg, su
principal origen son las frutas y vegetales, y tiene una gran
importancia en nuestro organismo al participar como
coenzima en numerosos procesos oxidativos. Su deficien-
cia da lugar al escorbuto. 
Vitamina B1 (tiamina)
Se absorbe en el yeyuno por dos mecanismos depen-
diendo de su concentración en la luz intestinal: si la con-
centración es alta, la absorción se produce por difusión
pasiva, en cambio, cuando la concentración es baja, el
mecanismo de absorción es activo, mediante un transpor-
tador que consume energía. 
Se precisa al día aproximadamente 1 mg, y su fuente
de ingresos son las carnes, menudillos, granos completos
y legumbres. Su importancia radica en su participación en
el metabolismo de los hidratos de carbono y del sistema
nervioso. La carencia de vitamina B1 produce la enferme-
dad llamada beriberi.
Vitamina B2 (riboflavina)
Se absorbe por un sistema de transporte activo especí-
fico y saturable, que se localiza en el intestino delgado
proximal.
Las necesidades diarias son de unos 2 mg, y se
encuentra ampliamente distribuida en los alimentos, sobre
todo en los lácteos. En el organismo es un importante com-
ponente de las flavoproteínas, y desempeña un importante
papel en el metabolismo. Su déficit produce trastornos del
crecimiento y alteraciones nerviosas.
Vitamina B6 (piridoxina)
Se absorbe en el intestino delgado por difusión sim-
ple. Se necesitan algo más de 2 mg/día de esta vitamina, y
se encuentra en las carnes, verduras, cereales integrales y
lácteos. Tiene importancia en el metabolismo de los hidra-
tos de carbono y de los aminoácidos. Su carencia ocasiona
alteraciones del sistema nervioso y de la piel.
Vitamina B12 (cobalamina)
La vitamina B12 se absorbe en el íleon terminal. Es un
factor muy lábil que se encuentra unido a diversas proteí-
nas, fundamentalmente de la carne, de las que se separa
por efecto del calor (cocción), del contacto con los ácidos
(estómago) o de las proteasas. Las células parietales del
estómago segregan una glucoproteína denominada “factor
intrínseco”, que se une a la vitamina formando un com-
plejo que evita la destrucción de la cobalamina hasta que
es absorbida por un proceso mediado por un receptor. Des-
pués, la vitamina B12 es transportada en sangre por una
proteína llamada transcobalamina.
La importancia de la vitamina B12 en el organismo es
enorme por su participación en la génesis de los glóbulos
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