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En 1985 FAO/OMS/UNU propusieron las siguientes ecuaciones para calcular el GB (kcal/día) en función del peso (kg) para diferentes edades (en años): Edad Hombres Mujeres 0-3 (60.9 � peso) - 54 (61.0 � peso) – 51 3-10 (33.7 � peso) + 495 (33.5 � peso) + 499 10-18 (17.5 � peso) + 651 (12.2 � peso) + 746 30-60 (11.6 � peso) + 879 (14.7 � peso) + 746 >60 (13.5 � peso) + 487 (10.5 � peso) + 596 Antes de comentar el trabajo externo, es necesario considerar otro componente del trabajo interno que Rub- ner describió a principios del siglo XX con el nombre de acción dinámica específica (ADE), pero que ya Lavoisier había percibido a finales del siglo XVIII. Como es obvio, las condiciones basales implican ayuno de 10 a 12 horas; cuando se administra alimento durante la medición del GB se produce un pequeño aumento en el gasto que dura 4 a 6 horas, equivale a 6 ó 7% de la energía ingerida y, por defi- nición, es un fenómeno distinto del GB; si se administran aisladamente un hidrato de carbono, un triglicérido o una proteína, la ADE representa respectivamente 4%, 4% y 15 ó 20%, de manera que se trata fundamentalmente de una respuesta a las proteínas. Si la administración es por vía intravenosa (obviamente se usarían glucosa, ácidos grasos y aminoácidos en vez de sus polímeros), la ADE persiste, por lo que no es atribuible exclusivamente a la función digestiva, lo que hubiera parecido una explicación lógica del fenómeno. A la fecha no hay una explicación satis- factoria de la ADE, también llamada efecto calorigénico de los alimentos o termogénesis alimentaria, pero se pien- sa que podría deberse a la aceleración del metabolismo frente al exceso postprandial transitorio de sustratos. El GB es con mucho, mayor que la ADE y, aunque ambos difieren de un individuo a otro en condiciones nor- males, son relativamente constantes de día a día en un mis- mo individuo. En cambio, el trabajo externo o actividad física (AF) tiene gran variabilidad interindividual e intrain- dividual. A lo largo del día se pueden realizar numerosas actividades diferentes con una duración también diferente, por lo que es posible imaginar miles de combinaciones dis- tintas. Existen tablas con valores medios del costo de un gran número de actividades que permiten estimar el gasto por AF si se llevan bitácoras detalladas de lo que se hace y de cuánto dura cada actividad; la AF también puede medir- se por calorimetría indirecta. Hay actividades muy ligeras, de 0.5-2.0 kcal/min, como estar sentado leyendo o simple- mente de pie. Hay otras muy intensas, de 12 ó más kcal/min, que se alcanzan en el clímax del esfuerzo al derri- bar un árbol con un hacha o correr en bicicleta. Entre estos dos extremos hay una amplia gama de actividades y de intensidades. Muchas personas hoy en día realizan una AF que representa 30 ó 40% del GB, pero en las excepcional- mente activas la AF puede ser igual o mayor al GB. La extremada variabilidad inter- e intraindividual de la AF, combinada con la variabilidad interindividual del GB y de la ADE , dan como resultado que el gasto total sea también muy variable. Por lo tanto, el requerimiento ener- gético es muy variable y difícil de predecir. Si se conside- ra que la energía es el único caso en el cual la IDR tendría que ser el requerimiento mismo para evitar cambios en la composición corporal, es claro que es imposible calcular IDR de energía. Las IDR que aparecen en algunos textos se emiten para cálculos de abastecimiento de alimentos y, a diferencia de la IDR para otros componentes de la dieta, son simples promedios de los datos de requerimientos de que se dispone. METABOLISMO DE NITRÓGENO El nitrógeno no interviene como tal en la nutrición, ya que el organismo no lo absorbe siquiera y, por lo tanto, no lo metaboliza ni tiene ninguna función, pero con esta fra- se se acostumbra a hacer referencia al metabolismo de las sustancias que contienen nitrógeno, principalmente los aminoácidos. El tema es muy vasto y de él dan cuenta los tratados de bioquímica, por lo que sólo se tratarán sus aspectos ligados con la nutrición; se mantendrá el término nitrógeno, pues históricamente la investigación en este campo se ha basado en mediciones de nitrógeno. La mayor parte del nitrógeno que se ingiere corres- ponde con mucho a las proteínas (unos 10 g/día en un adulto), pero en la dieta figura también, aunque en canti- dades muy pequeñas, como parte de aminoácidos libres, ácidos nucleicos, vitaminas, creatina (carnes) y sales inor- gánicas. La glucosa es el principal combustible del organismo, por lo que la que se ingiere se agota rápidamente. Aunque la mayoría de los tejidos puede entonces utilizar ácidos grasos o cuerpos cetónicos, el tejido nervioso y las pla- quetas sólo son capaces de utilizar glucosa; dado que el organismo no cuenta con reservas significativas de gluco- sa (el glucógeno muscular no es utilizable más que por el músculo y el glucógeno hepático sintetizado en el período postprandial inmediato alcanza apenas para mantener la glucemia durante unas cuantas horas), es vital contar con algún mecanismo para obtener la glucosa que permita al tejido nervioso sobrevivir durante el ayuno (que puede durar 10 a 12 horas durante la noche o bien días o sema- nas si por alguna circunstancia no se puede comer). Este mecanismo es la gluconeogénesis (formación de glucosa nueva), y consiste en la transformación de glicerol o ami- noácidos en glucosa; como el glicerol es escaso, los aminoá- cidos son el principal sustrato gluconeogénico. Las proteínas que se ingieren se desdoblan hasta ami- noácidos libres que se absorben y pasan a la circulación. Los aminoácidos circulantes tienen tres grandes destinos (Fig. 64.2): a) la gluconeogénesis que ocurre en el hígado y en menor grado en el riñón o bien la oxidación directa para liberar energía; b) la síntesis de proteínas que ocurre en todas las células; y c) la formación de distintos deriva- dos fisiológicamente activos que ocurre en diferentes te- jidos según el derivado. 772 F I S I O L O G Í A D E L S I S T E M A D I G E S T I V O
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