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tamente a su fracción libre. El dimorfismo sexual en la secreción estaría así determinado por los distintos niveles que entre ambos sexos existen entre el estradiol proceden- te de la síntesis ovárica y aromatización periférica y cen- tral de la testosterona, y aquél exclusivamente derivado de la aromatización del andrógeno testicular. Este dimorfismo secretor parece tener múltiples e importantes repercusiones funcionales, desde el creci- miento somático hasta la inducción enzimática y biosínte- sis proteica en el hígado, o el metabolismo lipídico. Glucocorticoides Los efectos de los glucocorticoides sobre la síntesis y la secreción de GH son complejos. Por una parte, los glu- cocorticoides resultan imprescindibles para el manteni- miento de la secreción de la hormona, de forma que los pacientes con insuficiencia adrenocortical presentan un déficit de GH que puede ser corregido por el tratamiento sustitutivo con estos esteroides. Sin embargo, el exceso de glucocorticoides disminuye la secreción de GH y el cre- cimiento somático, en seres humanos o en animales de experimentación, ya que a las acciones negativas del hiper- cortisolismo sobre numerosos tejidos hay que sumar la capacidad de estos esteroides de inhibir directamente el crecimiento óseo longitudinal. De forma un tanto sorpren- dente a la vista de estos datos, la administración aguda de glucocorticoides origina una respuesta secretora de GH que persistentemente ocurre a las tres horas de aquélla, aunque la estimulación inicial va seguida de un bloqueo total de la liberación de GH. Hormonas tiroideas En niños con hipotiroidismo existe una marcada dis- minución de la velocidad de crecimiento, que se normali- za con la terapia hormonal sustitutiva. Aunque parte del déficit de crecimiento debe atribuirse a las alteraciones metabólicas derivadas de la carencia de hormonas tiroide- as, existe también una disminución de la secreción de GH tanto basal como en respuesta a diversos estímulos, inclui- da la administración de GHRH, junto con una disminución de los niveles circulantes de IGF-1, que se normalizan tras el tratamiento. Otras hormonas El papel inhibitorio de otras hormonas como la activi- na tendría lugar solamente de forma paracrina en la propia hipófisis. Con relación a la leptina, producto de expresión adi- pocítica y reflejo de la masa grasa corporal, probablemen- te estimula la secreción de GH mediante una inhibición de la liberación de somatostatina hipotalámica. Quizá esta acción refleje la necesidad de inducir un incremento del catabolismo lipídico mediado por la hormona. Señales metabólicas Dado que la GH cumple importantes papeles metabó- licos, es lógico entonces que su secreción esté relacionada con señales periféricas indicativas de cuál es el estado metabólico actual del organismo. Glucosa El efecto de la glucosa sobre la secreción de GH se conoce desde hace bastantes años. En seres humanos, un incremento agudo de la glucemia origina una disminución de la secreción de GH, tanto basal como en respuesta a una serie de estímulos, mientras que la hipoglucemia estimula la liberación de la hormona. De hecho, la hipoglucemia insulínica es ya una prueba clásica en el diagnóstico del estado secretor de GH. La acción de la glucosa tiene lugar en el hipotalámi- co, donde la variación en los niveles del azúcar es detecta- da en neuronas de las porciones ventromedial y ventrolateral de esta estructura. El mecanismo por el que la glucemia actúa en la regulación de la GH depende de la modulación de la liberación de SS hipotalámica, modifi- cando la tasa de transmisión adrenérgica y así la actividad de los receptores �2 y/o -adrenérgicos en las neuronas SS. Mientras que la hipoglucemia (brusca, relativa y con un descenso de al menos un 50%), se traduciría en un aumento de la actividad �2-adrenérgica en esas neuronas, la hiperglucemia llevaría a una estimulación de tipo - adrenérgico a ese nivel. Aminoácidos Las comidas ricas en proteínas o la administración de aminoácidos básicos, como la arginina o la ornitina, esti- mulan la secreción de GH. También en este caso, el efecto parece mediado por una inhibición de la SS hipotalámica, ya que la arginina potencia la respuesta de GH a GHRH, mientras que no modifica la liberación de GH inducida por piridostigmina. Una posibilidad es que puesto que la argi- nina es el precursor del NO, la acción del aminoácido sea en realidad expresión de su metabolización central al neu- rotransmisor. Ácidos grasos libres El cambio agudo en los niveles circulantes de ácidos grasos (FFA, free fatty acids) tiene los mismos efectos sobre la secreción de GH que las variaciones de la gluce- mia, aunque la regulación por FFA parece ser más potente que la del azúcar, ya que la elevación de FFA inhibe los picos de GH asociados al sueño, lo que no ocurre con aquélla. Incluso, las neuronas que en el hipotálamo res- ponden a las variaciones de glucemia, lo hacen también a los FFA, aunque de forma opuesta. Así, mientras que la glucosa activa a las neuronas ventromediales e inhibe las 858 F I S I O L O G Í A D E L S I S T E M A E N D O C R I N O
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