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diferentes para distintos tejidos, y diferentes para las dos yodotironinas. En hepatocitos de rata, por ejemplo, hay un sistema de transporte para T4 y rT3 dependiente de ATP, mientras que la T3 sería transportada por otro sistema, pero esto no es necesariamente así para otros tipos celulares. Recientemente se ha clonado un transportador especí- fico muy activo presente en hígado, corazón, riñón y cere- bro. El transportador, denominado MCT8, pertenece a la familia de los transportadores de ácidos monocarboxílicos. Vías de metabolización La T4 y la T3 de los tejidos pueden ser metabolizadas por diferentes vías, tal y como se ilustra en el esquema de la Figura 72.11. Se pueden formar glucurón- y sulfato- conjugados de T4 o T3, por reacción con el hidroxilo del grupo fenilo. También pueden sufrir desaminación o des- carboxilación en la cadena de la alanina de modo similar a otros aminoácidos, formándose sus derivados acéticos (Triac y Tetrac) y propiónicos (Triprop y Tetraprop), res- pectivamente. La descarboxilación, catalizada por la des- carboxilasa de aminoácidos aromáticos, da lugar a compuestos denominados tironaminas, que podrían mediar efectos no genómicos de las hormonas tiroideas. La formación de glucuroconjugados y sulfatoconjuga- dos de T3 y T4 tiene lugar principalmente en el hígado y el riñón; en el caso del hígado son excretados por la bilis al intestino, en donde son hidrolizados, volviendo a ser absorbidos como T4 y T3, o excretados como tales conju- gados por las heces. En circunstancias normales esta cir- culación enterohepática es relativamente poco importante en el ser humano, pero sus alteraciones pueden influir de forma notable en la economía tiroidea. Así, en pacientes con alteraciones de la reabsorción o del tránsito intestinal puede haber una importante pérdida de hormonas por las heces, que tiene que ser compensada por un aumento de la actividad tiroidea. La disminución de las hormonas tiroi- deas circulantes durante el tratamiento del hipertiroidismo puede acelerarse combinando los antitiroideos con colesti- ramina. Desyodación en «cascada» La vía cualitativamente y cuantitativamente más importante de metabolización de T4 y T3 es la desyodación progresiva y «en cascada» de la molécula, tal y como se ilustra en la Figura 72.12. La pérdida de un átomo de yodo en el anillo fenólico «externo» (posición 5�) de la T4 da lugar a la formación de T3; su pérdida en el anillo «inter- no» (posición 5) da lugar a la formación de rT3. En el pri- mer caso se trata de una reacción de activación, ya que una molécula con pocas probabilidades de llegar a interaccio- nar con el receptor (T4) se transforma en otra molécula (T3) con 10-20 veces más probabilidades de dar lugar a un efecto biológico. Esta reacción representa el eslabón final de la biosíntesis de la mayor parte de la T3 de que dispone el organismo, pues la cantidad que así se forma representa un 80%, o más, de la que necesita al organismo, mientras que la T3 sintetizada y secretada como tal por el tiroides representa menos del 20% del total. En el caso de que la T4 se desyode en posición 5 con formación de rT3, se impide esta activación. Se trata de una inactivación de la T4, ya que la afinidad de la rT3 por el receptor nuclear es inferior a la de la T4. Por lo tanto, si se impide la desyodación de la T4 en posición 5�, sus efec- tos hormonales casi se anulan. Esto se ilustra con los datos experimentales resumidos en la Figura 72.13. En ratas tiroidectomizadas, la síntesis de hormona de crecimiento (GH) hipofisaria es muy baja, ya que uno de los efectos directos de las hormonas tiroideas es la activación del ARNm de la GH. Si a estas ratas se les administra una dosis fisiológica de T4, se observa un rápido aumento del contenido hipofisario de GH. Sin embargo, no se trata de un efecto directo de la T4, sino de la T3 generada por des- yodación de T4 en posición 5�. Si a las ratas tiroidectomi- zadas inyectadas con T4 se les administra previamente ácido iopanoico, que es un inhibidor potente de la desyo- dación de la T4 a T3, el efecto de la dosis de T4 sobre la GH hipofisaria disminuye drásticamente. En la actualidad se acepta que la T4 pueda considerar- se como una prohormona, y no como la forma hormonal activa, al menos para aquellos efectos que derivan de su interacción con el receptor nuclear. Su eficacia es muy baja si se impide su desyodación a T3. Sin embargo, no debe extrapolarse este concepto a aquellos efectos que puedan derivar de la unión a otros receptores (de membra- na, mitocondriales, etc.) peor definidos por el momento, ya que se desconocen sus afinidades relativas por las dos yodotironinas. Las reacciones de monodesyodación de la T4 no ocu- rren al azar. Se han caracterizado tres desyodasas (5�D-I, 5�D-II y 5D, llamadas también DI, DII y DIII) capaces no sólo de catalizar la desyodación de T4, sino la de las otras yodotironinas menos yodadas. Dichas desyodasas se dife- L A G L Á N D U L A T I R O I D E S 903 Desyodación Descarboxilación COOH CH2 CH NH2 Desaminación Anillo tirosílico 5 3 O 5‘ 3‘ Anillo fenólico I I I I OH Glucuronización sulfatación T3 T3 Ruptura del puente de oxígeno Figura 72.11. Vías principales de metabolización de la tiroxina.
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