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FISIOLOGÍA HUMANA-932

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diferentes para distintos tejidos, y diferentes para las dos
yodotironinas.
En hepatocitos de rata, por ejemplo, hay un sistema de
transporte para T4 y rT3 dependiente de ATP, mientras que
la T3 sería transportada por otro sistema, pero esto no es
necesariamente así para otros tipos celulares.
Recientemente se ha clonado un transportador especí-
fico muy activo presente en hígado, corazón, riñón y cere-
bro. El transportador, denominado MCT8, pertenece a la
familia de los transportadores de ácidos monocarboxílicos.
Vías de metabolización
La T4 y la T3 de los tejidos pueden ser metabolizadas
por diferentes vías, tal y como se ilustra en el esquema de
la Figura 72.11. Se pueden formar glucurón- y sulfato-
conjugados de T4 o T3, por reacción con el hidroxilo del
grupo fenilo. También pueden sufrir desaminación o des-
carboxilación en la cadena de la alanina de modo similar a
otros aminoácidos, formándose sus derivados acéticos
(Triac y Tetrac) y propiónicos (Triprop y Tetraprop), res-
pectivamente. La descarboxilación, catalizada por la des-
carboxilasa de aminoácidos aromáticos, da lugar a
compuestos denominados tironaminas, que podrían
mediar efectos no genómicos de las hormonas tiroideas.
La formación de glucuroconjugados y sulfatoconjuga-
dos de T3 y T4 tiene lugar principalmente en el hígado y el
riñón; en el caso del hígado son excretados por la bilis al
intestino, en donde son hidrolizados, volviendo a ser
absorbidos como T4 y T3, o excretados como tales conju-
gados por las heces. En circunstancias normales esta cir-
culación enterohepática es relativamente poco importante
en el ser humano, pero sus alteraciones pueden influir de
forma notable en la economía tiroidea. Así, en pacientes
con alteraciones de la reabsorción o del tránsito intestinal
puede haber una importante pérdida de hormonas por las
heces, que tiene que ser compensada por un aumento de la
actividad tiroidea. La disminución de las hormonas tiroi-
deas circulantes durante el tratamiento del hipertiroidismo
puede acelerarse combinando los antitiroideos con colesti-
ramina.
Desyodación en «cascada»
La vía cualitativamente y cuantitativamente más
importante de metabolización de T4 y T3 es la desyodación
progresiva y «en cascada» de la molécula, tal y como se
ilustra en la Figura 72.12. La pérdida de un átomo de yodo
en el anillo fenólico «externo» (posición 5�) de la T4 da
lugar a la formación de T3; su pérdida en el anillo «inter-
no» (posición 5) da lugar a la formación de rT3. En el pri-
mer caso se trata de una reacción de activación, ya que una
molécula con pocas probabilidades de llegar a interaccio-
nar con el receptor (T4) se transforma en otra molécula
(T3) con 10-20 veces más probabilidades de dar lugar a un
efecto biológico. Esta reacción representa el eslabón final
de la biosíntesis de la mayor parte de la T3 de que dispone
el organismo, pues la cantidad que así se forma representa
un 80%, o más, de la que necesita al organismo, mientras
que la T3 sintetizada y secretada como tal por el tiroides
representa menos del 20% del total.
En el caso de que la T4 se desyode en posición 5 con
formación de rT3, se impide esta activación. Se trata de
una inactivación de la T4, ya que la afinidad de la rT3 por
el receptor nuclear es inferior a la de la T4. Por lo tanto, si
se impide la desyodación de la T4 en posición 5�, sus efec-
tos hormonales casi se anulan. Esto se ilustra con los datos
experimentales resumidos en la Figura 72.13. En ratas
tiroidectomizadas, la síntesis de hormona de crecimiento
(GH) hipofisaria es muy baja, ya que uno de los efectos
directos de las hormonas tiroideas es la activación del
ARNm de la GH. Si a estas ratas se les administra una
dosis fisiológica de T4, se observa un rápido aumento del
contenido hipofisario de GH. Sin embargo, no se trata de
un efecto directo de la T4, sino de la T3 generada por des-
yodación de T4 en posición 5�. Si a las ratas tiroidectomi-
zadas inyectadas con T4 se les administra previamente
ácido iopanoico, que es un inhibidor potente de la desyo-
dación de la T4 a T3, el efecto de la dosis de T4 sobre la GH
hipofisaria disminuye drásticamente.
En la actualidad se acepta que la T4 pueda considerar-
se como una prohormona, y no como la forma hormonal
activa, al menos para aquellos efectos que derivan de su
interacción con el receptor nuclear. Su eficacia es muy
baja si se impide su desyodación a T3. Sin embargo, no
debe extrapolarse este concepto a aquellos efectos que
puedan derivar de la unión a otros receptores (de membra-
na, mitocondriales, etc.) peor definidos por el momento,
ya que se desconocen sus afinidades relativas por las dos
yodotironinas.
Las reacciones de monodesyodación de la T4 no ocu-
rren al azar. Se han caracterizado tres desyodasas (5�D-I,
5�D-II y 5D, llamadas también DI, DII y DIII) capaces no
sólo de catalizar la desyodación de T4, sino la de las otras
yodotironinas menos yodadas. Dichas desyodasas se dife-
L A G L Á N D U L A T I R O I D E S 903
Desyodación
Descarboxilación
COOH
CH2 CH
NH2
Desaminación
Anillo
tirosílico
5
3
O
5‘
3‘
Anillo
fenólico
I I
I I
OH
Glucuronización
sulfatación
T3 T3
Ruptura del
puente de oxígeno
Figura 72.11. Vías principales de metabolización de la tiroxina.

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