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FISIOLOGÍA HUMANA-1065

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cia de pulsos. De esta manera consigue no solamente
incrementar o disminuir los niveles de ambas gonadotro-
pinas, sino que es capaz de controlar por separado la LH y
la FSH. Si se administra GnRH por vía intravenosa a razón
de un pulso de 10-20 �g cada hora, se mantienen los nive-
les de LH y FSH en un varón que tenga alterada su función
hipotalámica; sin embargo, si se incrementa la frecuencia
de administración a 5 ó más pulsos por hora, o incluso si
se administra de manera continua, ambas gonadotropinas
disminuyen al cabo de varios días. Al parecer ocurre un
fenómeno denominado de regulación negativa (down-
regulation) de receptores en las células gonadotropas hipo-
fisarias, que las hace insensibles al estímulo con GnRH.
Por el contrario, si se disminuye la frecuencia de adminis-
tración de GnRH a un pulso cada 3 ó 5 horas, aparece una
disminución neta de los niveles de LH con una subida al
menos relativa de los niveles plasmáticos de FSH.
La secreción fisiológicamente pulsátil de GnRH a
nivel hipotalámico es capaz de desencadenar en las células
gonadotropas de la hipófisis la liberación de LH y FSH.
Sin embargo, la magnitud de la respuesta es proporcional
al ambiente hormonal de esteroides sexuales y a los nive-
les de inhibina. La respuesta de LH y FSH a los pulsos de
GnRH se aumenta en presencia de activina. Estos datos
demuestran que la GnRH y la activina interaccionan para
facilitar la liberación de gonadotropinas.
El GnRH no sólo estimula la secreción de LH y FSH,
sino también su síntesis. Su mecanismo de acción sobre
las células adenohipofisarias se ejerce por medio de recep-
tores de membrana localizados en las células gonadotro-
pas. Los receptores para LHRH se encuentran también
sometidos a una regulación negativa por parte de la inhibi-
na y a un cierto efecto estimulante por parte de la activina.
Desde un punto de vista molecular, los pulsos cada 30
minutos de LHRH estimulan los tres tipos de subunidades
de las gonadotropinas (�, 	LH y 	FSH), mientras que una
frecuencia más alta estimula fundamentalmente la subuni-
dad �, y una frecuencia lenta lo hace sólo sobre la 	FSH.
La subunidad � mantiene su estímulo incluso con admi-
nistraciones continuas de GnRH, mientras que las dos
subunidades 	 necesitan una administración pulsátil.
Mecanismos de feedback
hipotálamo-hipófiso-testiculares
Los mecanismos fundamentales de regulación entre
las gonadotropinas y la GnRH y los productos de secre-
ción testicular siguen el principio de la retroalimentación
negativa. Cuando bajan los niveles de T disminuye su efec-
to inhibitorio sobre el hipotálamo, y se aumenta la secre-
ción de GnRH, que a su vez estimula las gonadotropinas.
La LH aumentada producirá una elevación de los niveles
de T. La testosterona reduce la frecuencia de pulsos de
GnRH modulando el sistema opiáceo.
La secreción de FSH adenohipofisaria está regulada
fundamentalmente por el sistema inhibina/activina, que
tiene una acción selectiva sobre la hipófisis, disminuyendo
la primera los niveles de FSH tanto basales como tras el
estímulo con GnRH, sin modificar los niveles de LH, y
ejerciendo la segunda un efecto contrario. A concentracio-
nes mayores, la inhibina reduce el contenido hipofisario de
FSH y LH e inhibe la secreción de ambas hormonas indu-
cida por GnRH.
Regulación paracrina testicular
Además de los controles ejercidos por el hipotálamo y
la hipófisis, el testículo tiene un sistema de regulación
local, mediante secreciones paracrinas entre los distintos
tipos celulares que lo forman. Es evidente que se inter-
cambian factores de crecimiento y diferenciación entre las
células de Leydig, las células peritubulares y las células de
Sertoli. Sin embargo, las únicas comunicaciones célula-
célula dentro del túbulo seminífero son las que se produ-
cen entre las células de Sertoli y las células germinales o
entre las mismas células germinales (Fig. 80.7). 
Por un lado se sabe que las funciones tubulares son
moduladas por la actividad de las células intersticiales por
medio de su secreción androgénica; pero también se ha
visto más recientemente que los componentes de los túbu-
los seminíferos son capaces de influir sobre las células de
Leydig alterando su capacidad esteroidogénica en conso-
nancia con las distintas fases de la espermatogénesis. Tan-
to las células de Sertoli como las células germinales
producen sustancias que por difusión son capaces de ejer-
cer funciones paracrinas sobre las células de Leydig (Fig.
80.7).
Existen además otros tipos celulares que también
parecen jugar un papel en la regulación testicular local.
Los macrófagos tienen a este nivel receptores para FSH y,
bajo su estímulo, podrían actuar de “emisarios” o produc-
tores de factores tipo EGF que ejercerían también un efec-
to estimulante sobre las células de Leydig, especialmente
potenciando la esteroidogénesis. 
Dentro del propio túbulo son las células de Sertoli las
que desempeñan un papel más evidente, ya que por las
carencias energéticas de las células germinales tienen que
servirles de verdadera nodriza capaz de suministrar tanto
metabolitos intermediarios para la glucólisis tipo lactato,
como otros factores necesarios para su total desarrollo,
como la transferrina, la ceruloplasmina y las somatomedi-
nas IGF-1 y 2. La célula germinal posee receptores para
estos productos derivados de la célula de Sertoli (receptor
de transferrina, de IGF-1). También la ABP juega un papel
paracrino, permitiendo el paso al túbulo de grandes canti-
dades de andrógenos.
La hormona liberadora de hormona del crecimiento
(GHRH, growth hormone-releasing hormone) también se
produce en las células germinales, y parece regular la
expresión génica en las células de Sertoli. Otros péptidos
de la superfamilia del glucagón, así como sus receptores,
se encuentran en el testículo, aunque su función es desco-
nocida: se ha relacionado el VIP con la modulación del
papel estimulador de las gonadotropinas en la esteroidogé-
1036 F I S I O L O G Í A D E L S I S T E M A E N D O C R I N O

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