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1 Oliver Lo que importa no es lo que tú eres, sino quien eres. Oliver es humano, o al menos lo era hasta que la Empresa de Investigación Glass lo secuestrara y experimentara con él. Ahora él tiene un oso compartiendo su mente, pero él no es capaz de cambiar, y está confuso. ¿Es un shifter, o un humano? Lo que es peor, él está más enfermo cada día, y nadie parece saber cómo ayudarle. Incluso no puede vincularse con su compañero porque no quiere que Sebastián salga herido si algo le ocurre. Sebastián quiere que su compañero se cure, y el único modo de hacerlo es yendo a Nueva York y secuestrando a uno de los científicos de la empresa. Con la ayuda de sus hermanos de manada, logrará hacerlo, pero tener a Oliver curado no significa que todos sus problemas se hayan terminado. Oliver tendrá que tratar con el aprendizaje para cambiar e intentar convencer a Sebastián de que él está bien y puede ser reclamado, pero una vez que logre hacer eso, otros problemas surgen. ¿Finalmente tendrán los dos amantes tiempos para estar juntos, o la presión los empujara a apartarse? Dedicado a Jessica, que quiere conocer la historia de Sebastián. 2 Capítulo 1 Oliver se esconde, otra vez. Sabía que todo el mundo solo quería ayudarle, y él estaba agradecido, pero no puede soportarlos más. A veces piensa que estaba mejor cuando él no salía de su cuarto, incluso cuando él sabía que ellos tenían buenas intenciones. Entonces nadie le molestaba, nadie le preguntaba cómo se sentía una y otra vez, nadie le preguntaba mil veces al día si necesitaba algo. Pero le había prometido a Sebastián que al menos lo intentaría, y no podía decepcionar a su compañero. Genial, su compañero. Oliver todavía no podía creer que había estado viviendo en la casa durante seis meses completos sin saber que su compañero estaba sólo a unas puertas de él. Desde luego, apenas había salido de su cuarto en todo ese tiempo, así que era comprensible, y tal vez era mejor así. Oliver estaba enfermo. Todo el mundo lo sabía, y le trataban como si estuviera a punto de caerse muerto delante de ellos. Estaba tan delgado que podría haber hecho el papel de esqueleto en una película de terror, pero todavía estaba muy vivo, aunque no supiera por cuánto tiempo. Al principio su problema había sido el oso dentro de él. Aquellos científicos le habían usado como conejillo de Indias y habían mezclado su ADN con el de un oso, en un intento de crear un shifter. Eso no había funcionado exactamente del modo en que ellos querían, aunque el oso estaba presente en el cuerpo de Oliver, justo ahí, siempre bajo la superficie, pero Oliver no podía cambiar y no creía que alguna vez pudiera. Él era un humano, su cuerpo no fue creado para cambiar, así que tal vez era una buena cosa que no pudiera, pero eso hacia la vida en una mansión llena de Shifter difícil. Al principio había tratado de entablar amistar y ser sociable, pero era difícil verles a todos ellos cambiar fácilmente mientras su oso rugía en su interior porque sin importar lo mucho que Oliver lo intentara, él estaba atrapado allí. Oliver tenía una relación conflictiva con su oso. No era como un 3 shifter nacido que vivía en armonía con su animal, no. Yogui y él, sí lehabía puesto nombre a su oso, habían comenzado con el pie equivocado, pero ellos habían logrado superarlo. Yogui había estado enfadado porque Oliver nunca lo soltaba, también debido a todos los experimentos que habían hecho con ellos, pero poco a poco se había acostumbrado a ellos. Él raras veces había tratado de tomar el mando más. Finalmente había entendido que era inútil, así que el único momento en que se hacía notar era cuando Sebastián estaba cerca. Sebastián era la única cosa que hacía a Yogui salir estos días. Era extraño como Oliver en realidad ignoraba a su oso. Él había sido una presencia en el fondo de su cabeza todo el año pasado, por lo general un gruñido, denotaba su presencia, pero había hecho que Oliver se sintiera menos solo. Ahora que Oliver estaba empeorando, era como si Yogui se desvaneciera despacio. Eso tenía sentido en realidad, ya que esto le estaba pasando a Oliver, pero a él le ponía triste. —¿Oliver? Oliver reconoció la voz de Jared detrás de su puerta cerrada. Podría haberle prometido a Sebastián que iba a intentarlo y ser más social, pero por lo general estaba demasiado débil para incluso salir de la cama por la mañana, así que tenía que esperar a que los demás fueran a él. —Entra Él todavía estaba enterrado entre las mantas, su frágil cuerpo temblando de todos modos. Esto era el resultado de la falta de alimento, pero Oliver no podía hacer nada sobre eso. Siempre que trataba de comer, terminaba vomitando todo poco después. La única cosa que lograba mantener era el caldo de pollo, y no siempre que intentaba comerlo. Esto no era tan malo al principio, en realidad él estaba bien cuando llegó allí seis meses atrás, aparte de las heridas y la cosa que le habían hecho en el laboratorio. No lo había notado al principio, pero al pensar en ello, sabía que había comenzado a enfermar hacia aproximadamente tres meses. Al principio sólo estaba cansado, entonces no sintió la necesidad de comer. Un mes atrás, más o menos, había comenzado a vomitar, y ahora Jared le alimentaba artificialmente. El tubo en su nariz era cualquier cosa menos cómodo, y él tenía que estar conectado a fluidos, pero eso le mantenía vivo por ahora. Él, aún, no había empezado a vomitar eso. —¿Cómo te sientes hoy? 4 —Mismo tipo, misma historia, doc. Jared se acercó a la cama y comenzó a tomar los signos vitales de Oliver, presente el ceño que siempre llevaba delante de Oliver. Él sabía que Jared quería hacer más por él, pero no era un genetista. Él era un doctor normal, bueno un doctor shifter, pero aun así. Era obvio para todo el mundo que el problema de Oliver venia de su ADN cambiado. Sólo que ellos no sabían cómo solucionarlo, ya que no sabían cuál era exactamente el problema. —Oí que Sebastián está yéndose con Denver a New York. —Sí, eso es lo que me dijo. —el compañero de Oliver se iba a Nueva York para, bueno, secuestrar al genetista que estaba detrás del problema de Oliver. Sí, no era ético o lo que sea, pero en este punto Oliver estaba listo para hacer cualquier cosa para curarse. Sabía que Sebastián y Denver no iban a hacer mucho daño al hombre, incluso si realmente lo merecía por lo que él hacía, tanto a la gente como a los shifters. Él solo quería respuestas y una cura. No podía ser tan difícil de conseguir, ¿verdad? —Bien, estas básicamente igual que ayer. Estas reteniendo la alimentación que te he puesto, ¿verdad? —Sí. —Nada nuevo, entonces. Oliver miró como Jared garabateaba algo sobre su cuaderno y sus labios se apretaban en una línea obstinada. Oliver sabía que Jared se pateaba a sí mismo por no hacer más, pero estaba harto de tranquilizar al hombre. Le había dicho tantas veces que esto no era culpa suya que él había perdido la cuenta, y tenía otras cosas de las que preocuparse. Como si iba a retener su desayuno hoy. O si iba a conseguir ir al cuarto de baño sin ninguna ayuda, ya que él había rechazado el catéter. Jared quiso ponérselo. ¡Mierda, él todavía era capaz de ir solo al cuarto de baño! —Entonces te veré esta noche. —Sí, claro. Te veo, doc. Oliver oyó a Jared pararse y hablar con Sebastián en su sala de estar. El león había insistido para que Oliver se mudara con él y no había aceptado un no por respuesta. Oliver sabía que no debería hacerlo. Sólo lo haría incluso más duro cuando él muriera, y no tenía duda de que iba a morir, pronto. No quería que Sebastián se afligiera por él. Ellos realmente 5 no se conocían el uno al otro, pero ahora… la convivencia, pasar tiempo juntos, esto lo hacía todo mucho más difícil. —¡Eh, bebe! ¿Cómo te sientes?—Dios, Oliver oía esa misma pregunta un millón de veces al día. Él sabíaque todo el mundo tenía buenas intenciones, ¡pero él estaba harto! —Estoy bien. ¿Cuándo te marchas? Sebastián se sentó en los pies de la cama y Oliver sintió el movimiento de su oso dentro de su cabeza, que tarareaba de felicidad. También sintió a su polla empujar en un valiente intento de elevarse, pero él sabía que eso no iba a funcionar, por mucho que el olor a vainilla de Sebastián le tentara. No era dulce, no como el que se usaba para hacer galletas. Era más oscuro y picante, mezclado con canela y eso hizo que a Oliver se le hiciera la boca agua. Solamente no podía actuar sobre ello, por mucho que lo quisiera. —En unas horas. Tomamos el avión privado de la manada. Denver parece pensar que volveremos en un día o dos, tres como máximo. — Oliver oyó la pregunta implícita de su compañero, ¿vas a mantenerte firme hasta entonces? ¿Vas a esperarme hasta que vuelva? Él lo iba a intentar, eso seguro. —No te preocupes, estaré bien. Keenan va a venir más tarde para ver una película y él se ofreció a dormir aquí si yo quería. —Un gruñido bajo se elevó desde la garganta de Sebastián—. En el sofá. Quise decir en el sofá. —Desde luego. Siento haber reaccionado así. —Oliver sabía porque había reaccionado así, por supuesto. Ellos eran compañeros, pero no estaban acoplados. Oliver rechazo acoplarse cuando él supo que tenía sólo un puñado de días antes de dejar de vivir, incluso cuando el león había insistido. Sabía qué hacía daño a Sebastián rechazándole, pero no cedería. Sebastián no estaba seguro de que hacer. Quería sostener a su compañero, tranquilizarle, pero le asustaba tocarle porque Oliver se veía lo bastante frágil para romperse. Su pelo negro colgaba lánguidamente hasta sus hombros y sus ojos negros traicionaban su agotamiento extremo. La 6 chispa en ellos todavía estaba presente, pero estaban cansados y rodeados por sombras oscuras. Él desaparecía en medio de las muchas mantas que estaban sobre la cama. —¿Necesitas algo? ¿Ya has comido? Oliver resopló. —Estoy bien. Si necesito algo, serás el primero en saberlo. —Sebastián sabía que a Oliver le molestaba su comportamiento de mama gallina, pero no podía evitarlo. Él quería que su compañero estuviera bien, y si no podía tener eso, quería que él al menos estuviera cómodo. —Bien. Así que, vine para decirte adiós. La expresión de Oliver se ablando. —¿Por qué no bienes aquí y te acurrucás un poco? ¿O tienes que hacer las maletas o algo así? Sebastián vaciló. Claro que él quería acurrucarse, pero… —Ya hice las maletas. —Oliver no lo había notado porque Sebastián lo había hecho mientras el hombre dormía. Él tan siquiera se había revuelto por el ruido. —Entonces bien. Ven aquí. —Oliver comenzó a moverse y Sebastián corría a su lado, sus manos levantadas para estar seguro de que podía cogerle si se caía. Oliver soltó un gruñido y frunció el ceño mientras aparto las manos de Sebastián lejos—. ¡Estoy bien, joder! ¡Puedo moverme solo, no es como si corriera una maratón o incluso bajara la escalera! ¡Solo me muevo a mi lado, como, diez centímetros a la derecha! Sebastián levantó sus manos en rendición. —Bien, bien, lo siento, bebé. La lucha escapó de Oliver tan rápidamente como había aparecido. — Sí, bien. —se quejó. Sebastián suspiró. Solamente no sabía suprimir su lado protector cuando estaba con Oliver, y era el primero en admitir que la raya era de una milla de ancho. Aprovechando el espacio que Oliver había liberado, Sebastián se colocó a su lado y puso un brazo alrededor de los hombros de Oliver. Este se resistió un poco, su cuerpo rígido, pero pronto se relajó con los hombros apoyados contra el pecho de Sebastián. Sí, Seb tenía mido de hacer daño a su compañero, pero se sentía tan bien tenerle en sus brazo, incluso cuando Oliver se sentía tan pequeño. —Tendrás cuidado, ¿verdad? —Por supuesto. No te preocupes, el hombre no es un luchador, y Denver estará allí. Él no me necesita, no realmente. Solo quiero estar allí, 7 ver al hombre que te ha hecho tanto daño y todavía te hace. Tengo que hacer algo, cualquier cosa, para ayudarte, y realmente no hago nada aquí aparte de sentarme sobre mi culo y volverte loco. —Sí, bien, intenta no hacerle demasiado daño. Le necesito para que encuentre una solución para mí. —Oliver rió suavemente—. Respecto a lo de no hacer nada aquí… sé que exactamente no te muestro lo agradecido que estoy por lo que haces por mí, pero lo estoy, de verdad. Solo desearía que yo no estuviera tan… tan débil. Quiero ser tu compañero, no tu carga. No había nada que Sebastián pudiera decir para hacer cambiar a Oliver de idea, así que los dos se instalaron en un silencio cómodo. Pronto Oliver comenzó a roncar suavemente, y Seb prácticamente tuvo que desencajarse del hombre, parte porque no quería marcharse, y parte porque Oliver había enganchado sus brazos alrededor de su cintura y no le dejaba ir. El hombre podía estar enfermo, pero cuando Sebastián estaba involucrado, usaba toda la fuerza que le quedaba. Esa era la prueba de que estaba preocupado por Seb, y eso aliviaba el dolor que él sentía después de que rechazara emparejarse. Había esperado que ingerir su sangre habría ayudado a Oliver, pero el obstinado hombre había rechazado incluso intentarlo. Sebastián podía entender su razonamiento, pero eso no significaba que estuviera feliz con ello. Él se movió con cuidado, tratando de no empujar a su compañero mientras le dejaba sobre el colchón y le cubría. Se tomó un momento para mirarle, por el modo en que su frente estaba ligeramente arrugada incluso en su sueño, en cómo su pecho se elevaba irregularmente, él sabía que aunque ellos no estuviera vinculados, él sufriría si algo le pasaba a este hombre. Él no moriría, no literalmente, pero su vida se terminaría de todos modos. Lamentaba no haber hablado con Oliver antes, haber esperado seis meses para darle espacio, pero la única cosa que podía hacer ahora era hallar al científico y traerle a casa para que ayudara a Oliver. Con eso en mente Sebastián, dio un último suave beso a la frente de su compañero y se dirigió abajo para encontrarse con Denver. Sabía que el hombre probablemente todavía estaría despidiéndose de su compañero, Jeremy, y de su hijo Adán, pero cuanto antes se marcharan, antes volverían. —¿Cómo está? Sebastián dio la vuelta para encontrar a Finn. Era gracias al Nix que 8 él finalmente había logrado hablar con Oliver y le ayudo a salir de su aislamiento autoimpuesto. —Él esta… tan bien como puede estar, me imagino. —¿Cuándo estarás de vuelta? —En unos días —Le cuidaré, no te preocupes. Sebastiánsonrió. Sabía que Nix se tomaría en serio cuidar a su compañero. Todo el mundo en la casa le cuidaba, pero Jamie y Finn eran incluso más atentos. Ellos tres compartían una historia difícil, ya que se habían conocido en uno de los laboratorios, pero de todos ellos Oliver era el que había sufrido más. —Lo sé. Solamente desearía… quiero hacer algo más, ¿sabes? —Tú ya estás haciendo mucho. Tú presencia le ayuda a soportar todo, y una vez que el genetista solucione su problema, le ayudarás a mejorar. Sebastián sacudió la cabeza. —¿Qué pasa si ese tipo no puede hacer nada? —Él le ayudará. Tú no puedes perder la fe en esto. Además, creo que con un poco de ayuda Oliver en realidad será capaz de cambiar. —¿Por qué? —No lo dije antes, porque, bien, tú ya tienes mucho con lo que tratar, pero… ese día cuando brillé dentro de tu cuarto, vi sus manos cambiar. Las implicaciones de lo que Finn acababa de decir golpearon en Sebastián. ¿Qué pasaba si ellos conseguían hacer que Oliver cambiara? Él podría finalmente sentirse completo, y tal vez su oso podía ayudarle a curarse. Bien, tal vez esa era una posibilidad remota, pero ahora mismo Sebastián sobrevivía con posibilidades. Si considerara sólo los hechos, no tendría la fuerza de voluntad para levantarse por las mañanas, mucho menos cuidar de su compañero.—Bien. ¿Por qué no buscas a Jared y le cuentas esto? En realidad no creo que cambie nada hasta que el genetista este aquí, pero aun así es algo que el doc. Debería saber. Finn asintió. —Consigue a ese hombre y traelo. —Su expresión feroz casi parecía fuera de lugar en él, ya que por lo general era manso, pero calentaba el corazón de Sebastián ver cuánto se preocupaban los amigos de 9 Oliver. —Lo hare. Volveremos en unos días. Cuando Finn se alejó, Sebastián trato de encontrar el estado de ánimo correcto. Tenía que olvidar como de preocupado estaba por su compañero, era hora de encontrar y capturar a ese hombre. Y una vez que él estuviera en casa, podría volver a ser el vigilante de Oliver y su amigo. Ellos no eran nada más que eso por ahora, pero esperaba que eso cambiara, y pronto. Si el genetista lograba encontrar un modo de curar a Oliver, Sebastián iba a reclamarle, costara lo que costara. —¡Eh, dormilón! Pensaba que íbamos a ver una película. —Oliver se despertó con el sonido de la voz de Keenan y sonrió. Sí, le gustaba Jamie y Finn, pero nadie le trataba como Keenan. Él era el único que actuaba como si Oliver estuviera totalmente bien, tanto como podía, al menos. —Hola Keenan. —Oliver abrió sus ojos y parpadeó un par de veces para acostumbrarse a la luz. Recordaba haberse dormido en los brazos de Sebastián, pero el hombre no estaba en ningún sitio a la vista. Oliver sabía que había tenido que marcharse, desde luego, pero eso no impedía que quisiera ver al hombre de todos modos. Le habría gustado hablar un poco más con su compañero, pero estaba siempre tan malditamente cansado todo el tiempo que, por lo general, se dormía durante la conversación. —Eh, deja de ser tan perezoso y siéntate. Traje algunas películas de terror. ¿Qué piensas de eso? ¿Listo para un viejo buen ataque de zombis?— Keenan se colocó al lado de Oliver sobre la cama después de preparar todo lo que ellos necesitaban—. Umm, patatas fritas o alimentación intravenosa… ahora eso es una elección difícil. — dijo Keenan mientras pasaba el tazón lleno de aperitivos a Oliver. Oliver no pudo evitar reírse. Tenía suficiente de compasión y de ir de puntillas alrededor del problema, y el acercamiento de Keenan era un soplo de aire fresco. —Bien, gracias por la oferta, pero creo que me quedaré con mi IV. No querría que terminaras hambriento porque me comí todas las patatas. Ellos miraron la primera parte de la película en un silencio parcial, 10 interrumpido sólo por las críticas de Keenan sobre la discutible elección de los actores principales. —Así que, ¿estáis tú y Sebastián emparejados? —No. Keenan se quedó en silencio un ratito antes de resoplar. —¿Vas a explicarte sobre eso, o quieres que te lo pida? Porque lo hare, lo sabes. O tal vez, comenzare con la tortura. —Eres un cotilla. Incluso estando postrado en la cama, se hasta el último chisme sobre quien durmió con quien y quien no habla con quien. Ni tan siquiera mi abuela era una reina del chisme tan grande como tú. —Sí, sí, soy un entrometido y un curioso, y tú puedes pedirme detalles cuando encuentre a mi compañero, pero ahora mismo tú eres el que tiene que contestar las preguntas, así que desembucha. —¿Piensas que tienes un compañero?—Oliver sentía curiosidad sobre eso. Él sabía tan bien como todos los demás lo que había pasado entre Keenan, Bryce y Finn, y él realmente quería que Keenan encontrara un compañero. El hombre era demasiado bueno para que no hubiera alguien perfecto para él en algún sitio por ahí. Keenan suspiró. —Bien, seguro que lo espero. Soy el único humano no emparejado por aquí, y no quiero comenzar a parecer más viejo que mi hermano mayor. —Él le dio un guiñó—. Además, todos los shifters que he conocido son completamente calientes, ¿quién no querría uno para sí mismo? —Entonces, está el pequeño detalle de que tú podías vivir tanto como tu hermano. —Sí, eso también. Pero, sabes, Jamie es un adulto. Estará bien incluso sin mí. Él tiene a Ward, y una tonelada de amigos. Ya no estará solo más. Es solo… a veces siento que no pertenezco aquí. Oliver nunca había adivinado que el hombre se sentía así. Él parecía tan a gusto por la casa y con los shifters. —¡Eh! ¿Qué haría yo si tú no estás aquí? ¿Quién patearía mi culo cuando no quiero salir de la cama por la mañana?—No es que Oliver en realidad saliera de la cama mucho más que para ir cuarto de baño, pero se alegraba de que Keenan estuviera allí empujándole a hacer más. Algunos días, la única cosa que él quería, era enterrarse de nuevo entre las sabanas y olvidar al resto del mundo, su 11 enfermedad y los shifters en general, pero su amigo no le dejaría, y eso era una buena cosa. —Sí, sí. No creas que no sé lo que estas tratando de hacer, colega. Oliver puso su cara más inocente, batiendo sus pestañas a su amigo y deslizando su labio inferior hacia fuera en un puchero. —¿Qué piensas que estoy haciendo? ¡Soy un chico inocente! Keenan resopló. —¡Inocente mi culo! Tratas de hacerme olvidar mi pregunta, pero vas a contestar, ¿lo sabes? Oliver suspiro. Él sabía que su amigo era obstinado como el demonio cuando quería algo, y no iba a dejar pasar esto hasta que tuviera una respuesta. —¿Cómo puedo dejar que Sebastián se acople conmigo cuándo no estoy incluso seguro de si respiraré mañana? Esto va a ser bastante difícil para él incluso si no somos compañeros. No puedo hacerle esto. Keenan levantó una mano para parar a Oliver. —Uno, tú no vas a morir, no en mi libro, nunca. Si incluso piensas en eso, vendré a buscarte, entonces patearé tu culo y te traeré de vuelta. Dos, creo que Sebastián está intentando hacer cualquier cosa que pueda por ti, y tal vez tenga razón. Tal vez vincularos los dos te ayudaría. No pienso que eso haría una gran diferencia, porque, vamos, él es tu compañero. Él va a sufrir como la mierda debido a tu situación, y creo que él también se siente un poco abandonado. —No sé, Keenan… ¿puedo decir que pensaré en ello? Veremos cómo van las cosas con el tipo que traen a casa, entonces decidiré, ¿vale? Keenan le miró como si estuviera leyendo a Oliver y sabía muy bien que Oliver solo trataba de hacer que lo dejara pasar. Oliver no tenía ninguna intención de acoplarse con Sebastián hasta entonces y a no ser que estuviera seguro de que iba a hacerlo, incluso si parecía que eso requería un milagro. Demonios, él comenzaba a sentir que mudarse aquí con Sebastián o incluso hablar con él había sido una mala idea. Él no podía soportar pensar en el león herido si algo le pasara. —Bien. —Dijo finalmente enfadado Keenan—. Solo fingiré que te creo y continuaré fastidiándote con esto. —Él volvió a la TV mientras seguía mascullando bajo, pero Oliver podía oír perfectamente lo que decía—. ¿A quién quiere engañar? Oliver se rió entre dientes y miró como el héroe de la película 12 decapitaba al zombi que trataba de comérselo, rompiéndole en pedazos. Dios, Oliver no sabía mucho del mundo paranormal, ¡pero esperaba que los zombis no existieran! —¡Eh! ¿Sabes si los zombis realmente existen? Quiero decir, tenemos shifters, así que ¿qué más hay alrededor?—Él sabía que Keenan era la mejor persona para preguntar. Curioso cómo era, seguramente sabía la respuesta. —No sé de zombis, pero he preguntado por ahí y averigüé que hay más que solo shifters. Oliver gesticulo a su amigo para que siguiera y Keenan levanto su mano, un dedo para cada especie. —Así que, tenemos shifters, y Nix, obviamente. Entonces oí hablar de los Krsniks, que es una mezcla entre vampiros y shifters, y sé de los hombres lobo, también. —Espera, ¿Cuál es la diferencia entre un lobo shifter y un hombre lobo? —Su forma animal. Los shifter tienen una forma completa animal mientras los hombres tienen un lobo humanoide. —Bien. Extraño —Síp. No sé de zombis, pero estoy seguro de que hay muchas otras cosas por ahí, de todos modos. Solo espero ver a muchosde ellos. Tal vez Keenan le faltaba algún tornillo, porque Oliver seguro que no esperaba alguna vez, ni nunca encontrarse delante de un zombi. Sebastián tomo la imagen que Denver le dio. —Este es Adrián Landreth, veintinueve años, genetista de la Empresa de Investigación Glass. Lo que averigüé es que es un pequeño genio. Imagino que es por eso que la empresa le contrato hace un año y medio. Él vive en Nueva York, pero viaja bastante, probablemente a los otros laboratorios que la empresa tiene en todo el país. Nunca va solo, así que nuestra mejor opción es atraparle aquí en Nueva York. Sebastián miró la imagen en su mano. Era obvio que alguien la había tomado a escondidas. El hombre miraba justo delante de él mientras andaba por una calle llena de gente, vestía un par de pantalones oscuros y una camisa blanca. Tenía un bolso de bandolera colocado a un lado y el sol se reflejaba sobre las gafas colocadas en l puente de su nariz. Sebastián se 13 imaginó que el hombre era lindo del tipo intelectual larguirucho. Su pelo rubio era bastante largo y lo sujetaba a un lado de su cabeza con dos simples horquillas así no caía sobre sus ojos grises, y incluso en medio de la calle parecía concentrado en algo más, probablemente su investigación. Sus ojos estaban desenfocados, y Sebastián se peguntaba como podía evitar tropezar o golpear algo si siquiera veía la ciudad que le rodeaba. —Él tiene un hermano, Gabriel Landreth, veintiséis años. El hombre es un artista, un fotógrafo. Él no ha sido declarado desaparecido, pero nadie ha sabido nada de él en…—Denver miro la página en su mano—. Alrededor de un año y medio, tal vez un poco más. —¿Crees que es una coincidencia? —Sí también note eso. No creo que sea una coincidencia, no después de averiguar que la Empresa de Investigación Glass había tratado de contratar a Adrián dos veces antes, y él siempre les rechazó. Entonces su hermano desaparece y él acepta el trabajo. —¿Crees que está haciendo esta investigación porque tiene que hacerlo? —Mi conjetura sería esa, pero no podemos estar seguros a no ser que encontremos algo más sobre su hermano, y eso no cambia nada para Oliver. A Sebastián no le gustaba eso. Si el hermano del hombre estaba siendo mantenido como rehén, eso quería decir que Adrián no hacia esto para su beneficio, sino para salvar la vida de su hermano. No le gustaba necesitar secuestrar al hombre, tal vez conseguiría que mataran a su hermano, incluso si todavía lo hacía para salvar la vida de Oliver. Él no tenía ningún derecho de decidir qué vida era más importante pero él no iba a dejar a su compañero morir, punto. —¿Cómo hacemos esto? —Bien, Adrián tiene una rutina diaria que él sigue estrictamente. Sale de su casa a las siete de la mañana y va andando a su oficina, se para en la cafetería antes de entrar, siempre entre las siete treinta y las siete cuarenta. Él sale para la hora del almuerzo y, por lo general, se sienta en el parque durante media hora antes de regresar al trabajo, el vuelve a casa tarde, entre las nueve y las diez de la noche. Creo que el mejor momento seria por la noche. Sabemos casi exactamente en qué momento llega a casa, 14 así que solo vamos a esperarle allí. Le noqueamos y le traemos al avión en la furgoneta y volvemos en un abrir y cerrar de ojos —Pensé que nosotros íbamos a estar durante unos días. —Sí, eso es lo que le dije a Jeremy, pero espero que podamos regresar esa noche. Solo no quise darle esperanzas si algo se complicaba. Si todo va como debería, nosotros estaremos en casa aproximadamente… a las tres o cuatro de la madrugada, hora de Whitedell— Eso era bueno. Sebastián podría estar allí cuando Oliver se despertara la próxima mañana. ¡Joder, era bueno poder usar el avión privado de uno de los amigos de Dominic! El vuelo fue bastante largo, pero tranquilo. Denver repaso su plan para el secuestro, y Sebastián no pudo evitar sentirse como el tipo malo en esta situación. Se habría sentido de ese modo, incluso si Adrián Landreth hubiera sido un tipo malvado, pero sabiendo que,probablemente, hacía todo lo que podía para salvar a su hermano, y que ellos podían poner en peligro su vida, hacía todo aún peor. Él solo esperaba que pudiera dejar todo atrás, una vez que Oliver mejorara, pero de algún modo lo dudaba. Esto no era quien él era, y sabía que Oliver no estaría de acuerdo con esto tampoco. Cuando aterrizaron estaba oscuro, y ellos solo tenían unas horas para llegar al apartamento de Adrian. Por suerte Denver había llamado antes y se aseguró que la furgoneta que habían pedido estaba allí, esperándoles en el hangar. Poco después ellos aparcaban la furgoneta detrás del edificio de apartamentos de Adrián. Era uno de esos viejos edificios de apartamento en los cuales el alquiler no era demasiado alto, y eso hizo que Sebastián se preguntara si la empresa tan siquiera le pagaba. Ellos no tendrían que hacerlo si retenían a su hermano, pero entonces ¿cómo vivía el hombre? Ellos se tomaron tiempo para comprobar si había cualquier tipo de seguridad o vigilancia, pero no encontraron nada. —¿No crees que es extraño? Denver estaba frunciendo el ceño, probablemente pensado lo mismo. —Definitivamente lo es, pero solo no sé qué hacer sobre esto. El lugar fue revisado por algunos amigos de una manada cercana hace unos pocos días, y ellos no encontraron nada tampoco. Ellos fueron los que siguieron a Adrián, y no descubrieron a nadie detrás de él. En cualquier caso, 15 saldremos por la parte de atrás. No debería ser un problema, incluso saliendo con Adrian. Sebastián asintió. No había mucho más que ellos pudieran hacer, y confiaba en Denver. El hombre era ex-militar, aunque Sebastián no sabía exactamente lo que el tipo había estado haciendo allí, sin embargo realmente creía que Denver sabía lo que hacía, mientras que él no tenía ninguna experiencia aparte de la vigilancia de la propiedad de la manada. Ellos no tuvieron ningún problema para entrar en la casa del hombre. Estaba escasamente amueblada y un poquito sucia, los platos en el fregadero hicieron que Sebastián quisiera lavarlos. No era un monstruo de la limpieza de ninguna manera, pero había algunas cosas que simplemente no podía soportar, y una de ellas eran los platos sucios en el fregadero. Ese era el motivo por el que algunos miembros de la manada, Keenan principalmente, desaparecían convenientemente cuando era su turno de limpiar la cocina después de comer. Simplemente esperaba a que Sebastián entrara en la cocina y entonces recordaba que tenía algo urgente que hacer. El ruido de la llave entrando en la cerradura le saco de cualquier pensamiento que no fuera el aquí y ahora. Denver le hizo señas para que se preparara mientras esperaban al otro lado de la puerta del dormitorio a que Adrián entrara y cerrara la puerta. Sebastián le oyó moverse alrededor de la casa un poco antes de finalmente dirigirse al dormitorio. Él se tensó, listo para la lucha, pero el hombre le sorprendió. Mientras entraba en el dormitorio, Denver se deslizo detrás de él y cerró su brazo alrededor del cuello de Adrián, listo para hacerle perder el conocimiento si era necesario, pero el hombre apenas reaccionó. Adrián estaba allí con el brazo de Denver rodeándole cuando preguntó. —¿Quién eres? Sebastián podía oler solo una pizca de miedo en el olor del hombre. —Haz esto fácil y ven con nosotros sin preguntar. Eso evitara ser noqueado. —No puedo ir contigo. Tengo que quedarme aquí. —Realmente no te estamos dando una opción. —Denver dijo con un gruñido. Bien, incluso Sebastián encontraba a Denver atemorizante ahora mismo, y él conocía al tipo bastante bien. —Por favor, yo… no puedo desaparecer. 16 Sebastián decidió ayudar al pobre tipo. —Mira, no queremos hacerte daño, pero necesitamos tu ayuda. Hace meses tú enlazaste el ADN de mi compañero con el de un oso, y ahora él se está muriendo. Solo ayudale arecuperarse, y te dejaremos ir. —Maldición, él habría prometido la luna al tipo si podía salvar a Oliver. La cara de Adrián mostró todo el horror que sentía. —Lo siento. Yo soy… yo no quise hacerlo, pero ellos tienen a mi hermano. ¡No puedo desaparecer de repente, ellos le matarán! Sebastián sacudió su cabeza. —Lo siento, pero necesito tu ayuda. Oliver necesita tu ayuda. Se consume despacio, y no puedo dejarle morir. ¿Estás preparado para tener eso sobre tu conciencia? El hombre pareció pensar en ello un poco, entonces su actitud cambió completamente. En vez del hombre asustado que ellos habían visto antes, delante de Sebastián estaba de pie un hombre decidido, casi frío. — Bien, iré con vosotros, pero quiero negociar. Te ayudaré si tú me ayudas Denver gruñó y dejo ir a Adrián. —¿Qué quieres? —Ayudadme a salvar a mi hermano y os ayudaré con Oliver. Sebastián intercambio miradas con Denver, y el tigre asintió. Ellos no tenían que hacer el trato. Simplemente podían noquear a Adrián y llevárselo. Sin embargo, la conciencia de Sebastián le empujo a aceptar. Él no podía dejar a un hombre en las garras de la empresa, y probablemente habría ayudado incluso si Adrián no lo hubiera pedido. —Trato. Ahora, vamos. 17 Capítulo 2 Oliver nunca se había sentido tan cansado en su vida, además el también estaba en un muy, muy ligero sueño. Él simplemente parecía que no podía encontrar una posición cómoda, ya que estaba pasándolo mal para respirar con facilidad, eso lo volvía todo más complicado. De todos modos, gracias a su sueño ligero, Oliver se despertó inmediatamente cuando sintió a alguien deslizándose en la cama a su lado en medio de la noche. Él aulló y trato de levantarse, pero sus piernas simplemente no parecían ser lo bastante fuertes para hacer el trabajo, y vio el suelo acercarse directamente hacia él hasta que un fuerte brazo le agarró alrededor y le sostuvo. —Eh, eh, bebe, soy yo. Oliver reconoció la voz, pero eso solo trajo más preguntas. ¿De algún modo se había perdido tres días de su vida? ¿Se había desmayado o entrado en coma? —¿Qué estás haciendo aquí? Él no podía ver a Sebastián en la oscuridad, pero la risa era obvia en su voz. —Logramos volver rápidamente. No quería dejarte solo más que lo necesario. —¿Esta él… está aquí? ¿En la mansión? —Oliver tenía sentimientos contradictorios sobre toda esta cosa del secuestro, pero sabía que él necesitaba al hombre. Sebastián se movió con cuidado y colocó a Oliver de vuelta a las sabanas, arropándole como a un niño. Oliver nunca lo admitiría, pero en realidad le gustaba ser cuidado, solo que no tanto como había necesitado en las pasadas semanas. Él se negaba a pensar sobre eso, mucho, pero sabía que no pasaría mucho tiempo antes de que fuera incapaz incluso de ir al cuarto de baño solo, y ¿no era ese un modo agradable de seducir a su compañero? Sí, sabía que a Sebastián no le importaría, pero aun así, no le gustaba estar tan frágil y desvalido delante de él. ¿Cómo podría el hombre respetarle después de todo esto? —Sí, está aquí. Todo fue bien y tú le veras mañana, pero por ahora 18 tienes que dormir. Oliver dejo a Sebastián moverle hasta que el gran hombre estuvo en cucharita con él, haciéndole sentir a salvo y caliente. Él siempre tenía frío estos días, y Sebastián parecía ser la única cosa capaz de mantenerle a una temperatura decente. Oliver se acurrucó y la siguiente cosa que supo fue, la luz del sol brillante iluminaba el cuarto y él podía ver las diminutas partículas del polvo bailando delante de él. Durante un momento, casi fue capaz de convencerse de que estaba bien, que su vida era perfecta, que se despertaba al lado de su compañero y que pronto iban a bajar para el desayuno, tal vez después de un sudoroso y caliente combate sexual de buenos días. Entonces el trato de moverse, y su IV tiró de su brazo, sacando un silbido de él. Odiaba la maldita cosa, pero Jared por ahora rechazaba quitarla, y Oliver se alegró de que el hombre hubiera insistido tanto. Él no podía haber aguantado más si el doctor no hubiera sido un hombre tan insistente. Sebastián inmediatamente se despertó, sus ojos miraban desconcertados alrededor en busca de lo que había dañado a Oliver, y Oliver no pudo evitar que una pequeña risa se escapara de él al ver al león con los ojos entrecerrados listo para enfrentarse al mundo por él. —Estoy bien, chico grande. Solo tire de mi IV. —Maldición, su voz era ronca esta mañana y él no estaba seguro de si en realidad tenía fuerzas para conseguir llegar al cuarto de baño, pero de ningún modo él iba a admitir eso a Sebastián— ¿Por qué no vas abajo y desayunas? Sebastián le miró, sus ojos penetrantes mientras aparentemente leía rápidamente a Oliver, como si pudiera ver todo lo que Oliver no le decía. Esto hizo que Oliver temblara y lamentara no poder servir para nada más que abrazarse bajo las sabanas. Pensando en ello, tenía que haber pasado un año y medio completo desde que Oliver tuvo su último encuentro sexual, y eso simplemente era triste. —Iré. No sé cuándo volveré exactamente, tengo que hablar con Dominic y Jared antes de traer a Adrián a que te vea. ¿Está bien? —Claro. Manda a Keenan aquí si le ves. —Él sabía que el humano supuestamente estaría dormido en su sofá, pero tal vez se fue cuando Sebastián volvió. Keenan no solía levantarse temprano por la mañana, demonios, el no solía levantarse en toda la mañana, ya que trabajaba como 19 camarero. Ellos habían hablado hasta última hora de la noche, tal vez todavía dormía, pero Oliver esperaba que su amigo pudiera estar allí cuando el genetista viniera para examinarle. No es que quisiera que su amigo le viera medio desnudo, pero quería saber lo que Keenan pensaba del hombre. Él por lo general era muy bueno evaluando a la gente. Pasó menos tiempo de lo que había pensado antes de que Oliver oyera a gente entrar en la suite, hablando en un tono bajo. Los primeros en entrar en el cuarto fueron Sebastián y Keenan. Sebastián se sentó en la cama al lado de Oliver mientras Keenan se sentó cerca de los pies de Oliver y cruzó los brazos sobre el pecho, su expresión dura, claramente diciendo que si el hombre que entraba con Dominic y Jared trataba de hacer daño a Oliver, él tendría que enfrentarse a Keenan, y no sería bonito. Eso hizo que Oliver quisiera reírse, porque Keenan no era para nada un luchador, pero él estaba decidido y preparado para hacer cualquier cosa para defender a un amigo. Oliver miro al hombre desconocido delante de él. Podía verle mirar hacia él mientras ellos se evaluaban el uno al otro, y le sorprendió el aspecto del hambre. No sabía lo que había estado esperando, pero no era al chico aparentemente dulce y totalmente nerd que estaba de pie allí. No se veía como si pudiera hacer daño a una mosca, mucho menos hacer algo como lo que le habían hecho a Oliver. Después de que todo el mundo se colocó alrededor del cuarto, Dominic comenzó a hablar. —Bien, Mr. Landreth. Este es tu paciente. —Adrián, por favor. —Adrián se giró para enfrentar a Oliver—. Realmente siento lo que te paso, lo que hice. Soy… no hago esto de buen grado. Ellos tienen a mi hermano, y le harán daño si no hago lo que quieren. Oh Dios, Oliver quería estar enfadado con el hombre, odiarle, pero ¿cómo podía después de averiguar esto? —Mira, solo quiero curarme. Estoy seguro de que tú ya has hablado con Jared, así que sabes exactamente lo que pasa conmigo, y espero que puedas solucionarlo, porque no creo que pueda continuar así mucho más tiempo. —dijo él, indicando su agotado cuerpo. —Quiero examinarte, pero creo que sé cuál es el problema, y si es lo que pienso, puedo arreglarlo sin problemas. 20 Oliver sintió el latido sordo de corazón golpear con fuerza su pecho ante la perspectiva de estar sano otra vez. Aún no podía imaginarse cómo iba a cambiar su vida si él se curaba. Tal vezsería capaz de encontrar un trabajo otra vez. Había tenido suficiente de permanecer en la cama, bastante para toda una vida, incluso para la mucho más larga que los shifters tenían. Sebastián gruñó un poco cuando Adrián pidió a todo el mundo que saliera y esperaran en la sala de estar, pero Oliver le mando callar. —Deja al hombre hacer su trabajo. Sabemos que si tú te quedas aquí, le gruñirás todo el tiempo o realmente le dañaras porque me está tocando. Sebastián de mala gana asintió y se marchó después de dar a Oliver un último beso en los labios, haciendo que Adrian realmente viera como de posesivo y reclamado era. Oliver lo encontró gracioso. Sebastián era el único que realmente podía encontrarle atractivo en su estado actual. Era el tirón entre compañeros lo que lo hacía así. Adrián comenzó a sacar cosas de la bolsa que había traído con él, poniéndolo todo sobre la cama al lado de Oliver. Oliver suspiro mientras se miraban el uno al otro. —Vamos, doc. Estoy en tus manos. —¿Qué piensas que ellos están haciendo? Tal vez Jared debería haberse quedado en el cuarto, por si acaso. —Sí, Sebastián sabía que él estaba lloriqueando, pero no podía evitarlo. Su pareja estaba solo en el cuarto con el enemigo. Dominic se rio entre dientes. —Relájate, Seb. Hablé con el hombre la mayor parte de la noche y realmente creo que no hará daño a Oliver. Él solo quiere ayudar, y se siente culpable por todo lo que ha hecho. Sebastián se enderezo en la butaca. —Bien, vamos a hablar sobre el hermano de Adrián y los laboratorios. Le prometí que nosotros rescataríamos a su hermano de cualquier parte donde esté siendo retenido, pero tenemos que encontrarle primero. Por fin tuve noticias de Kameron, el Alfa de la manada Gilham. Vamos a asaltar el laboratorio de Fort Collins. Sebastián trató de concentrarse en lo que su Alfa decía. —¿Sabemos lo que esperamos encontrar allí? 21 —Tendré un informe nuevo de Isaiah antes de que nosotros vayamos, pero por lo que Craig dijo hay al menos seis shifters allí y tal vez algunos humanos, aunque no estoy seguro de eso. Debería haber diez guardias en el perímetro y sé que cinco científicos trabajan allí a jornada completa y varios otros que se mueven por todo el país, pero si vamos de noche podemos evitarlos. Una vez que él había oído los detalles más importantes, Sebastián se distrajo. Trató de escuchar lo que estaba pasando en el dormitorio, pero en realidad no podía distinguir lo que Oliver y Adrián hablaban. Ya que Oliver sabía que Sebastián podía oírle, debía de estar manteniendo su voz baja a propósito. Por suerte para Sebastián y su león, que estaba pacientemente en el fondo de su cabeza, lloriqueando para ir con su compañero, no pasó mucho tiempo cuando la puerta se abrió y Adrián salió. Sebastián quería oír lo que el hombre tenía que decir, pero tenía cosas más importantes que hacer, como correr al lado de su compañero y comprobarle de la cabeza a los pies para ver si había sido dañado. Mientras se acercaba a la cama, Sebastián olió la sangre de Oliver en el aire y gruño. Él habría perseguido a Adrián, pero Oliver para ahora ya le conocía demasiado bien. —No estés tan gruñón, y ven aquí. Él no me ha hecho daño, solo tomó algo de sangre. Estoy bien. —La voz de Oliver era baja, y Sebastián comprendió que él no había planeado mantenerle apartado intencionadamente como había pensado antes. Por cómo se veía Oliver, él podía decir que tomaba demasiada energía hablar por ahora, lo que significaba que ellos se estaban quedando sin tiempo. Se colocó al lado de Oliver y puso su brazo alrededor de los hombros de su compañero, llevándole contra su pecho. Él sabía que Oliver siempre tenía frio, y quería que estuviera cómodo, al menos cuando él estaba en casa. Había tomado un permiso en su trabajo como arquitecto paisajista y jardinero con su amigo Ward, así que estaba en casa casi todo el tiempo, ya que Dominic también le había liberado de su deber de patrullar. Él, prácticamente, solo dejaba su cuarto cuando tenía alguna obligación de la casa, como la cocina y cuando había algo especial que hacer, como ir a Nueva York y asaltar los laboratorios. Todo el mundo fue volviendo al dormitorio y Keenan se sentó al otro 22 lado de Oliver, ganándose un gruñido de Sebastián. —Silencio, pequeño minino. Sabes que no planeo escaparme con tu compañero, sé un buen minino y quédate abajo. Sebastián debería de haberse enfadado por cómo le trató Keenan, pero el tipo trataba a todo el mundo del mismo modo. No estaba ni un poco asustado por lo que ellos podían hacerle, y era sincero sobre lo que pensaba. Era un aliento de aire fresco en la mansión. —Comencé a trabajar en la introducción de ADN de animal en el ADN humano hace unos años, pero esto, —dijo Adrián señalando a Oliver— esto no es lo que quería. Pensé que dar a nuestros soldados algunos sentidos animales mejorados les daría una ventaja contra el enemigo, como la visión nocturna. La empresa de Investigación Glass se acercó a mí dos veces. Sin embargo, siempre rehusaba sus ofertas. No me gustaba el enfoque de la empresa, y tenía razón. La tercera ver que ellos me pidieron que trabajara para ellos, me dijeron que tenían a mi hermano, y que estaría a salvo mientras trabajara para ellos. Me mostraron a los shifters y me dijeron que querían crearlos en su laboratorio en lugar de intentar contratar a los nacidos. Adrián miraba sus manos, y Sebastián podía sentir la vergüenza y preocupación que emanaba de él. Era obvio que el hombre no había querido hacer lo que le mandaron. —Me dijeron que yo trabajaría con voluntarios, pero aun así lo rechacé. Ni tan siquiera estaba seguro de que podría mejorar los sentidos ya existentes, y no quería poner las vidas de aquellas personas en peligro. Al día siguiente me mostraron un vídeo en el que estaban torturando a mi hermano. Entonces acepté. La suave voz de Keenan rompió el silencio. —Encontraremos a tu hermano, lo sabes. Adrián suspiró. —Sé que estáis dispuestos a intentarlo, y eso es más de lo que creía posible después de lo que hice, pero he estado buscando a Gabriel durante casi dos años, y no lo he encontrado. —Él se pasó la mano por el pelo y una de las horquillas se soltó y cayó al suelo, pero Adrian ni tan siquiera lo notó—. Comencé a experimentar y empalmar el ADN, y la empresa proporcionó a los voluntarios. Ahora sé que ellos no lo eran, al menos no la mayoría de ellos. Visité muchos laboratorios, pero la mayor parte de los voluntarios… no lo eran. Quise parar, pero siempre que lo 23 intentaba, ellos hacían daño a mi hermano. Los ojos del hombre estaban atormentados, y Sebastián sabía que él iba a lamentar lo que había hecho por el resto de su vida. Aunque no estaba seguro de si podría culparle. Probablemente habría hecho lo mismo por cualquiera de los hombres que estaban en el cuarto ahora mismo. —Algunas de las personas con las que experimente realmente vivieron, sin embargo, todos ellos tenían grandes problemas. El cuerpo humano no está hecho para cambiar o incluso sólo contener la parte animal de un shifter, y sus cuerpos comenzaron a reducirse, conduciéndoles a la muerte. Yo sabía que tenía que trabajar en eso, pero mientras tanto, trabajé en un cóctel de sustancias que los híbridos tenían que consumir una vez al mes para mantener el equilibrio correcto entre las dos entidades. Es por eso que Oliver está enfermo. Él ha estado fuera del laboratorio durante seis meses, lo que quiere decir que no ha tenido esa inyección, así que su cuerpo falla. —¿Crees que la única cosa que necesita es una inyección, y el estará bien? —Sebastián casi no podía creerlo. —Sí. Trabajaré con su doctor para enseñarle como producirlo, de modo que Oliver siempre lo tendrá. Una vez que lo tome, debería volver a la normalidad sin problemas. —¿Seré… seré capaz de cambiar? Adrian sonrió. —Con la inyección que te daban en el laboratorio, no habríassido capaz. Ellos omiten un componente crucial que permite al cuerpo humano cambiar en un animal. Sin embargo, lo perfeccioné, pero no se lo dije a la empresa. No creo que sea sabio darles la posibilidad de crear shifters, incluso si… incluso si eso le cuesta la vida a mi hermano. —¿Así que después de que me des esa cosa, seré capaz de cambiar a un oso? ¿Yogui será libre? Todos miraron a Oliver con sorpresa y diversión. Ni tan siquiera Sebastián sabía que le había puesto un nombre cariñoso a su oso, y era un poco gracioso, como si Sebastián hubiera llamado a su león Simba o algo así. —Sí, creo que serás capaz de cambiar. No he probado la nueva versión del suero, pero eso te ayudará. El cambio puede que no sea tan fácil o rápido como si fueras un shifter nacido, pero… Yogui será capaz de salir 24 y jugar. Oliver miró alrededor, la sonrisa iluminaba su cara. —Bien, ¿cuándo vas a dármelo? Oliver se estremeció cuando la aguja penetró en su carne. Él debería haber estado acostumbrado para ahora, con la cantidad de agujas que había tenido insertadas en su cuerpo durante el pasado año y medio, pero aun así no le gustaban. Él realmente parecía un puerco espín. —Hecho. —Adrián limpió la gota de sangre que rezumaba de la piel de Oliver y se ocupó de recogerlo todo. Oliver esperó, concentrado en ver si él se sentía diferente, pero desde luego no podía sentir ninguna diferencia. —¿Cuánto va a tardar esto en funcionar? —Enseguida. Pienso que tú podrías ser capaz de comer algo ligero, sin vomitarlo, para el final del día. Debería de tomarte menos tiempo recuperarte que si fueras todavía humano, pero aun así tomará un rato para que tú vuelvas a tu viejo yo, diría que unos meses. Adrián acababa de empezar la rutina diaria de Oliver, tomar sus signos vitales y comprobarle, cuando su teléfono móvil comenzó a sonar. Cuando el hombre vio el número, palideció, y Oliver sabía que no era nada bueno. Sólo podía ser la empresa. —¿Sí? La audición de Oliver había mejorado después de que Adrián hubiera empalmado su ADN, así que podía oír la otra parte de la conversación. —¿Dónde está usted, doctor Landreth? —Yo, umm, lo siento, un amigo tuvo una emergencia y tuve que ir con él. Deje un mensaje en el laboratorio para informar a mis compañeros de lo que ocurría. —No me importa lo que pasa. Tú dejaste tu trabajo, y si quieres ver a tu hermano otra vez, mejor que estés en el laboratorio a primera hora mañana por la mañana. —Sí… sí. Estaré allí, señor. El hombre colgó, pero Oliver podía ver que lo poco que él había 25 dicho fue suficiente para asustar a Adrian. Él había estado en la mansión sólo unos días, pero había pasado mucho tiempo con Oliver, y le gustaba. Oliver simplemente no era capaz de culpar a Adrián por lo que había hecho a él y a otras personas, no después de averiguar por qué lo había hecho. Además, se había acostumbrado al hecho de que ahora era un shifter, no le importaba. En realidad era guay ser capaz de cambiar, y había otros beneficios en serlo, como la curación acelerada y otras cosas. Pensando en ello, Oliver en realidad estaba de algún modo agradecido. Podría haber sufrido mucho durante el año y medio pasado, pero había encontrado a su compañero y muchos amigos, y una vez que estuviera mejor, sería capaz de cambiar y correr por los bosques con Sebastián. Él no podía esperar. —Yo, eh, tengo que volver a Nueva York. Le enseñaré a Jared como hacer el suero, entonces no tendrás problemas para tomarlo el próximo mes y los siguientes. —Adrian se levantó y rápidamente salió del cuarto de Oliver. Oliver quería detenerle, pero ni tan siquiera podía moverse de su cama, ¡maldición! —¡Ey! ¿Está todo bien? ¿Cómo fue? —Sebastián preguntó desde la puerta. —¡Seb! ¡Rápido, cógeme en brazos y persigue a Adrian! La expresión de Sebastián se endureció rápidamente. —¿Por qué? ¿Te hizo algo? ¿Te ha hecho daño? —¡No! Por favor, ¿Podemos ir? Sebastián no hizo más preguntas, simplemente con cuidado levanto a Oliver y corrió por la suite. Por suerte para él, Adrian le había quitado su IV y la alimentación artificial. No fue difícil encontrarle. Él caminaba a lo largo del vestíbulo, pareciendo perdido. —Adrian, la oficina de Dominic es esa puerta de ahí. —dijo Oliver, señalando la puerta mencionada. Sabía que Adrian tendría que usar el avión privado para regresar a Nueva York a tiempo; y por mucho que él no quisiera que el tipo volviera allí, ellos todavía no tenían ninguna pista de donde estaba su hermano, así que si él se quedaba, sería un hecho que Gabriel estaría muerto. Sebastián llamo a la puerta y entró en la oficina, gesticulando hacia Adrian para que le siguiera. La oficina del Alfa estaba llena de hombres, y esto le habría intimidado si Oliver no conociera a todos y cada uno de ellos. 26 Eran todos grandes y musculosos, excepto Casey, que era un poquito más pequeño y más flaco. Oliver vio a Soren, Denver, Casey, Joshua, Derick, Ward y Bryce, junto con otro grupo de miembros de la manada. Él sabía que todos hacían turnos para patrullar los bosques alrededor de la mansión, y se alegraba de que le hubieran dado a Sebastián algo de tiempo libre para que cuidara de él. —¡Oliver! —Eh, colega, ¿Cómo te sientes? Las preguntas le llegaban a Oliver de todas partes, y eso casi le hizo gritar. Estos tipos apenas le conocían, ya que él había sido casi un ermitaño durante meses, pero aun así se preocupaban por lo que le pasaba. Le habían adoptado en su familia sin preguntas. —Estoy bien, gracias. —Oliver saludo a las dos mujeres sentadas en uno de los sofás, Erin y Amanda. Él no las había visto desde que escaparon, y se había preocupado mucho por ellas. Sebastián se sentó sobre otro sofá, manteniendo a Oliver en su regazo, mientras Adrian simplemente se quedó allí de pie, claramente inseguro de si él era aceptado. —¿Conseguiste tu inyección? —preguntó Dominic. —Sí. Va a llevar un tiempo, pero estaré bien, pero no es por eso por lo que estoy aquí. Adrian tuvo una llamada telefónica. Ellos amenazan con matar a su hermano si no está de vuelta en el trabajo mañana por la mañana. En los ojos de los hombres, y mujeres de la habitación, Oliver podía ver la compasión, la curiosidad y la comprensión, pero fue en los que vio la cautela y el odio de los que él se preocupó. No todo el mundo era tan misericordioso como él, incluso si él había sido quien había sufrido por lo que Adrian había hecho. —Todavía no hemos encontrado a tu hermano, me temo, pero estamos trabajando en ello. —Dijo Dominic con un suspiro—. No me gusta mandarte de vuelta, pero no creo que tengas otra alternativa. Seguiremos buscando a Gabriel, y si lo encontramos lo liberaremos e iremos por ti. Adrian asintió. —Gracias. —Dominic, ¿Por qué le ayudas después de lo que hizo? ¡Mira a Oliver! ¡El aún no puede levantarse solo! —preguntó Joshua. Oliver se estremeció por el recordatorio. Conocía a Joshua bastante bien, y estaba 27 sorprendido por la fiereza de su voz. El hombre parecía duro, pero en realidad era agradable y atento, y se habían hecho amigos. —¿Dudas de mis decisiones como Alfa de esta manada, Josh? —Los ojos de Dominic eran fríos y su expresión dura como una piedra, y Oliver vio el modo en que Joshua palideció. Él claramente sabía que había dicho demasiado. —No, lo siento. —Tú iras a Nueva York con Adrian y te aseguraras de que llegue a casa a salvo. Soren, iras con él y te asegurarás de que sea agradable con Adrian. Tienes mi autorización para golpearle la cabeza si no lo es. —El modo en que Dominic sonreía ahora ablandó sus palabras, y Oliver suspiro aliviado. Nada malo había pasado a ninguno de sus amigos. Joshua no parecía demasiado feliz con la tarea que le habían asignado, pero Soren estaba más que entusiasmado mientras ellos se levantaban y acercaban a Adrian. El tigre blanco palmeo su hombre, —Eh, doc. ¿Listo para ir? Oliver no estabaseguro de lo que pasó después de eso, porque de repente la oficina se volvió caótica. Oyó un fuerte rugido mientras Joshua literalmente se lanzó sobre Soren, gritando algo sospechosamente parecido a mío. El tigre blanco apenas tuvo tiempo para empujar a Adrian fuera del medio antes de que Joshua chocara con él y comenzaran a caer al suelo mientras Joshua trataba de golpear a Soren. Ward y Bryce trataban de separarles mientras Dominic y Denver simplemente les miraban, y Oliver podría jurar que el león estaba riéndose con la situación. Todos los demás estaban gritando a Joshua que parara. Oliver podía ver que Soren no se defendía. Él solamente esquivaba los golpes que venían en su dirección mientras gritaba, —No lo sabía, ¡gilipollas! ¡Déjame! ¡No le quiero! Adrian había corrido a una esquina y parecía aterrorizado mientras miraba a los dos hombres pelear. Oliver hizo señas a Dominic, y una vez que consiguió la atención del león le señaló al pobre humano. Dominic asintió y Oliver sintió las manos calientes de Sebastián cubriendo sus oídos. Levanto las suyas para cubrirlos también y estaba a punto de preguntar lo que hacía cuando un fuerte rugido llenó el cuarto, haciendo que todo el mundo se congelara al instante. Oliver no podía imaginarse 28 como de fuerte había sido, para que él pudiera oírlo tan bien incluso a través de dos juegos de manos. —¡Basta! Joshua, Soren no sabía que Adrian era tu pareja, déjale. No quiere separarle de ti Oliver sintió sus ojos ensanchare mientras miraba Joshua levantarse y extender una mano a su amigo. ¡Por supuesto! Debería haber sabido lo que pasaba. Los shifters reaccionaban tan fuerte sólo delante de un compañero. —Ahora, ya que Adrian es tu compañero, creo que nosotros deberíamos mantenerle aquí. —¡No! ¡No, por favor, tengo que ir! Mi hermano… —Déjale ir. Yo no le quiero de todos modos, no después de lo que ha hecho a los shifters. —Joshua gruño, y Oliver vio el dolor que cruzo por los ojos de Adrian antes de que el hombre cerrara su expresión. Dominic consideró la situación durante un momento antes de decir. —Bien, si no quieres quedarte no te obligaré. —se giró hacia Joshua. El leopardo estaba a punto de abrir la puerta cuando la voz del Alfa le detuvo—. Tú todavía iras con Adrian a Nueva York, y quiero que tú seas el responsable de su seguridad. Eso significa que tienes que buscar a los guardaespaldas que van a seguirle sin ser vistos, y tú serás la persona con la que Adrian tiene que ponerse en contacto si alguna vez tiene problemas, ¿Entendido? —El tono de Dominic no dejaba elección a Joshua, así que el hombre asintió de mala gana y salió por la puerta, cerrando de golpe detrás de él. Bien, nadie podría decir que la vida en la manada era aburrida. ¿Qué pasaba con los compañeros apareciendo por todas partes en los pasados meses? Sólo un año antes, la mayor parte de los miembros de la manada masculinos habían estado solteros, y ahora sólo Isaiah, Jares y Soren estaban solos, más los tres nuevos shifters que Craig había rescatado de los laboratorios. Sebastián estaba dispuesto a apostar que sus compañeros aparecerían algún día pronto. Era como si la mansión fuera un faro o algo así. Dever incluso tenía un niño, y no había nada más extraño y dulce que verle abrazar a Adam o hacer cualquier otra cosa que los papas 29 hacían. Sebastián no pudo evitar preguntarse cómo lo estaría haciendo Joshua. El hombre había rechazado hablar con él, declarando que no necesitaba un compañero y seguro que no uno que experimentara en secreto con él o le mataría mientras dormía. Sebastián realmente no sabía de dónde venía Joshua, ya que el shifter leopardo nunca le había hablado a nadie de su pasado, pero no creía que el hombre estuviera rechazando emparejarse con el genetista sólo por lo que le paso a Oliver. Demonios, si Sebastián e incluso Oliver podían perdonar a Adrian, no tenía sentido que Joshua actuara así, a no ser que algo malo hubiera ocurrido en su pasado. Pero no era asunto de Sebastián. Él ya tenía de sobra en su propio plato con Oliver. Su compañero se estaba impacientando. Oliver quería levantarse y comenzar a vivir otra vez, y por mucho que Sebastián pudiera entenderle, sólo habían pasado cuatro días desde la inyección. Él sabía que Oliver era capaz de comer otra vez, y eso ya se mostraba en él, pero Sebastián todavía pensaba que era demasiado pronto para que se levantase de la cama. Él silenciosamente entro en su suite, curioso por ver lo que su compañero estaba haciendo, pero se paró en la sala de estar cuando oyó a su compañero hablando con Keenan. Sí, sabía que no debería espiar, pero ¿Quién podía resistirse? —Así que, ahora que tú vas a estar bien, ¿vas a emparejarte con él? Sebastián no podría haber movido sus pies incuso si hubiera querido. Quería saber cuál sería la respuesta de Oliver. En realidad no había pensado en reclamar al hombre, no desde que Oliver comenzó a aislarse en su cuarto todos aquellos meses, y las últimas semanas… Oliver había estado demasiado enfermo para hacer algo así, y todavía lo estaba. De todos modos esto no impidió a la polla de Sebastián levantarse ante la idea y recordarle que no había sido usada durante aproximadamente seis meses, desde que había olido a su compañero en la mansión. Entonces no sabía quién era, pero solo hubo dos opciones, ya que Jamie había vuelto con dos hombres, y el humano le había dicho que Finn era la pareja de Bryce. Eso solo había dejado a Oliver, pero el hombre había estado tan aislado y herido que Sebastián había querido darle algo de espacio, dejarle que se acostumbrara a ver a tantos shifters. El resultado final había sido que el 30 hombre literalmente había desaparecido. Pero eso había terminado para ahora, y pronto Oliver sería capaz de vivir una vida normal… y tendría una vida sexual normal. —Oh, sí, pero sé que va a ser difícil —¿Por qué? —Bien, esa no era la voz de Keenan, pero Sebastián no estaba seguro de quien era. Aunque tenía que ser uno de los nuevos shifters, porque conocía la voz de todos los demás. —Vamos, Darin, sé que eres nuevo aquí pero tienes que haber visto como los grandes gatitos actúan con sus compañeros, todo protectores y esa mierda. Ese es el modo en que ellos están programados, añade que Oliver ha estado enfermo, así que Sebastián va a ser incluso más cuidadoso. —Sí, va a tratarme como si estuviera hecho de cristal. Espera, él ya hace eso en realidad, no quiero ni pensar en que eso pueda empeorar. Sí, así que Sebastián era un poco protector. Bien, mucho, ¿pero no era eso normal después de lo que le había ocurrido a Oliver? —¿Qué podría ser más frágil que el cristal? —Ese era Keenan. Era el único que incluso pensaría en hacer esa pregunta. —Umm, ¿creo que tal vez la porcelana? —Espera, ¿por qué estaba moviéndose la voz de Oliver? Sebastián incluso no se paró a pensar, él irrumpió en la habitación, un coro de chillidos y aullidos dándole la bienvenida. La primera cosa que Sebastián notó fue que Oliver no estaba en su cama. En cambio, el hombre estaba de pie cerca de la puerta del cuarto de baño, una expresión feroz sobre su cara mientras sus ojos le mandaban el mensaje no comiences a contarme tonterías a Sebastián. Él desde luego iba a ignorar eso. —¿Qué demonios haces? ¡Deberías estar descansando en la cama! —Si descanso otro minuto voy a… Voy a…. ¡No sé lo que haré, pero no puedo soportarlo más! ¡Yo solo iba al cuarto de baños, maldición! —Vas a volverle loco. —Amablemente explico Keenan, y Sebastián le frunció el ceño—. ¿Qué? Él no está hecho de… ¿Qué era eso? ¿Porcelana? —preguntó mientras se giraba hacia Oliver, pero el compañero de Sebastián ya cerraba de golpe la puerta del cuarto de baño y grito a través de la puerta. —Ni tan siquiera pienses en entrar aquí, ¿me oyes? ¡Patearé tu culo 31 peludo! Sebastián estaba sorprendido. Oliver nunca, jamás había actuadoasí. Sí, lloriqueaba y ponía mala cara, pero no hacía nada agresivo. ¿Le habría cambiado su enfermedad tanto? ¿Siempre sería así? A Sebastián realmente no le preocupaba mientras su compañero estuviera sano, pero podía necesitar un ratito para acostumbrarse a esa boca. —Él se siente mejor, lo sabes. Dale la posibilidad de tener su vida de vuelta. —Sebastián distraídamente asintió hacia Keenan mientras finalmente miró alrededor del cuarto. La cama estaba llena de hombres pequeños. Bien, vale, Keenan, Jamie y Derick no eran pequeños, pero los gemelos, Jayden, Finn y Ani lo eran. Sebastián distraídamente se preguntó cómo demonios era posible que nueve hombres adultos, no importaba lo pequeños que fueran, pudieran entrar en una cama así, incluso si era de una de tamaño kind, pero la puerta del cuarto de baño se abrió de golpe y Oliver marcho hacia el cuarto. Bien, intentó marchar, pero tuvo que detenerse y apoyarse contra el aparador en cuanto dio un paso fuera del cuarto de baño. Sebastián se movió, queriendo ayudar a su compañero, pero por la esquina de su ojo vio a Keenan sacudir su cabeza. Él tenía que dar espacio a su compañero para que pudiera volver a ser su propio hombre otra vez, incluso si era difícil para él. Oliver tenía que recuperar su independencia. Oliver enderezó su espalda y frunció el ceño a Sebastián antes de despacio caminar de vuelta a la cama. Los hombres sobre ella se movieron, un mar de carne, abriéndose para dejar que Oliver se colocara bajo las sabanas, y Sebastián finalmente soltó el aliento que había estado conteniendo. Él se movió, con cuidado de no asustar a Aní, ya que el pequeño Nix todavía se asustaba de los hombres grandes. Aunque, estaba mejorando, y Sebastián esperaba que pronto su Alfa fuera capaz de reclamar a su compañero. —Así que, yo, eh, vine para ver como estabas, pero ya veo que estas mejor. Oliver todavía le fruncía el ceño, los brazos cruzados sobre su pecho en un gesto obstinado. Habría sido más impresionante si Oliver no se viera tan pequeño en la enorme cama, aunque el hombre era alto, pero todavía estaba tan delgado que literalmente parecía que desaparecía entre las sabanas, y eso le hacía parecerse a un niño de cinco años que se esconde en 32 la cama de sus padres. Aunque no sería nada bueno que Sebastián se riera, incluso si quería hacerlo. La expresión de Oliver se ablandó un poco. Keenan miró de Oliver a Sebastián antes de levantarse de la cama. —Bien, creo que esa es nuestra señal para desaparecer, caballeros. —hizo señas a los demás para que se movieran y salieran del cuarto y todos le siguieron, excepto Finn, Jamie y Derick. Keenan gimió cuando vio al Nix brillar fuera del cuarto con sus dos amigos y su labio inferior se deslizó hacia fuera mientras comenzó a comer mala cara—. ¡Eh, yo quiero hacer eso! Al fin, Oliver y Sebastián estuvieron solos, Keenan le dio a Sebastián un último guiño mientras pasaba y cerró la puerta. Él sabía que tenía que pedir perdón, incluso si sabía que no actuaría de manera diferente, nunca. —Lo siento. Sé que estas mejorando, pero estoy tan acostumbrado a ayudarte que no puedo evitarlo a veces. Solo tengo que acostumbrarme al hecho de que, ahora, tú eres más que capaz de hacer las cosas por ti mismo. Oliver asintió y descruzó sus brazas, acariciando la cama. —Lo sé. Siento haber sido… una perra. Sólo es duro porque me siento mejor pero mi cuerpo no está completamente listo para cooperar aún, incluso cuando quiero hacer tantas cosas. He tenido bastante de la gente cuidando de mí. —Bien, puedo entender eso, pero no creo que nunca sea capaz de dejar completamente de cuidar de ti. Eres mi compañero, en realidad tengo que cuidar de ti. —Pero… —Piensa en ello. ¿No sientes lo mismo hacia mí? ¿No quieres ayudarme y hacer mi vida más fácil? —Sí, bien. —Oliver se quejó antes de sonreírle maliciosamente, lo que le dijo a Sebastián que estaba pensando algo—. Así que, ¿sí te dijera que quiero algo ahora mismo, me lo darías? —¿Depende de lo que sea? —Un beso. Quiero un beso. —Los ojos de Oliver ardían mientras miraba a Sebastián—. Dios, lo he querido desde hace mucho tiempo, pero siempre me contenía porque no quería que sufrieras si yo… Ahora sé que estaré bien, y sé que no estoy en condiciones para algo más todavía, ¿pero al menos puedo tener un beso? ¿Por favor? ¿Cómo podía Sebastián decir no cuando Oliver le miraba así, con 33 miedo a ser rechazado, lujuria y afecto viniendo de él mientras esperaba una respuesta? Era sólo un beso, y por mucho que Sebastián quisiera coger a Oliver y joderle contra el colchón, nunca haría nada que pudiera dañar a su compañero. En vez de sentarse, Sebastián se arrodillo sobre la cama y fue de rodillas hasta que llego a Oliver. Poniendo sus manos sobre las piernas levantadas de su compañero, las abrió hasta que tuvo bastante espacio para deslizar su cuerpo entre ellas. Entonces se inclinó, manteniendo su peso sobre sus manos mientras se movía hasta que sus labios estaban tan cerca de los de Oliver que podía sentir el aliento caliente de su compañero acariciar su cara. Oliver contuvo el aliento mientras movió sus manos y agarró las muñecas de Sebastián. Ellos se quedaron así, mirándose el uno al otro, sus ojos entrecerrados, hasta que Oliver gimoteó. Riendo, Sebastián finalmente se inclinó abajo completamente y lamió los labios de su compañero, remontando la carne temblorosa mientras exigía entrar. Oliver no le hizo esperar, separando sus labios y empujando un poco hasta que sus bocas estuvieron juntas, su lengua escapó serpenteando en la boca de Sebastián. Sebastián dejo a su compañero marcar el ritmo mientras sus lenguas se enredaban y acariciaban, lamiendo y chupando, hasta que ambos jadearon en busca de aire. Oliver dejo caer su cabeza sobre la almohada y Sebastián rodo junto a él, con cuidado de no poner su peso sobre su compañero, pero manteniendo el contacto entre ellos mientras se colocaba de lado y acercaba a Oliver más, descansando su brazo en su cintura. Se estaba quedando dormido cuando la voz de su compañero le llego. —¿Cuándo podemos hacerlo otra vez? 34 Capítulo 3 Oliver no podía aguantar más. Había tratado de seducir a Sebastián, soltando indirectas aquí y allí, acariciando su piel cada vez que podía, demonios, incluso le pregunto directamente al hombre si finalmente haría el amor con él, pero Sebastián le había rechazado cada vez. Únicamente. Tiempo. Él siempre usaba la misma excusa, Oliver todavía estaba débil y tenía que mejorar antes de tan siquiera pensar en el sexo, y sí, era cierto que Oliver todavía tenía que recuperarse, pero él estaba mejorando. Él no pedía ser aporreado contra la pared, aunque podía ver las posibilidades de eso. Él encontraba un cariñoso y tranquilo sexo igual de satisfactorio, solamente no podía seguir viviendo con Sebastián sin algún tipo de toque, no ahora que estaba mejor. Había sido fácil cuando había estado enfermo, porque su polla no tenía la energía para reaccionar ante el gran león. Sin embargo ahora definitivamente la tenía, y nunca había estado tan duro durante tanto tiempo en toda su vida. Concedido él tenía solo veinticinco, pero aun así… Oliver estaba seguro de que sus pelotas estaban a punto de caerse o simplemente desaparecerían por la falta de uso. Sí, vale, en realidad había estado usándolas, masturbándose en la ducha con la imagen de un Sebastián desnudo y mojado jugando en su mente, pero eso no había funcionado. En cuanto el hombre aparecía delante de él, su lujuria volvía en venganza. —¡Eh! Estas despierto. Oliver alzó la vista hacia Sebastián y casi se tragó la lengua. ¡No solo el hombre se negaba a darle tan siquiera la hora del día, sino que hacía alarde de su cuerpo delante de Oliver ahora! Él se quedó allí, mirando hacia la cama, llevando sólo una toalla alrededor de su cintura y agua. Las pequeñas gotas de agua se deslizabanabajo a través de su pecho esculpido y sus duros como una piedra abdominales. Oliver no estaba seguro de si él quería ser esas gotas, sólo para poder tocar toda esa piel y músculo, o si quería lamerlas y seguir sus caminos abajo, abajo, bajo la toalla. 35 Él se lamio los labios, tratando de imaginarse lo que encontraría bajo la tela, como la polla del hombre se sentiría entre sus labios y como sabría. Oliver soltó un gemido cuando vio apartar la toalla y la aparición de la polla bajo ella, pero Sebastián estropeó su diversión girando y moviéndose al aparador. —Lo siento, pensé que todavía dormías. Oliver quiso intentarlo otra vez, incluso si sabía que no iba a funcionar. Aclarando su garganta, aparto las sabanas y deslizo su mano sobre el pecho hasta sus pantalones del pijama, Sebastián no podría perderse la tienda de campaña que hacia su erección, y Oliver sonrió por el grito que el león soltó cuando finalmente se giró. —Yo, uh, voy a vestirme en el baño. Oliver dejo que su labio inferior saliera exageradamente en una imitación del puchero que Keenan dominaba a la perfección cuando él quería algo —O podrías venir aquí y ayudarme a deshacerme de esta maldita erección. —puntualizo sus palabras con unos buenos tirones a su dura carne, gimiendo, el placer recorriéndole. Tener a su compañero mirándole traía una nueva excitación a esto. —No, yo… tú… tú no estás bien. Yo… tengo que irme. —Sebastián prácticamente corrió al cuarto de baño y cerro de golpe la puerta detrás de él. El rechazo hizo que la erección de Oliver se marchitara mientras el dolor se instalaba en su pecho. Tal vez el problema no era tanto su salud como el hecho de que Sebastián no le quería. Tal vez no le gustaba el cuerpo de Oliver, no después de todos estos meses sin comer. Yogui gimoteó por el pensamiento de su compañero dejándoles. Oliver sabía que todavía tenía un largo camino por delante antes de que él estuviera totalmente recuperado, y tal vez a Sebastián no le gustara el nuevo él. En los pasados meses Oliver había sido tranquilo, demasiado cansado y preocupado para realmente ser él mismo, y tal vez el león quería al hombre tranquilo del que había estado cuidando. Ahora que Oliver era de nuevo el mismo y no necesitaba la ayuda de Sebastián, tal vez el león le dejaría y encontraría a alguien que le necesitara. Claro ellos eran compañeros, estaba la teoría de que ellos eran perfectos el uno para el otro y deberían ser felices, pero ser compañeros no era una garantía para que estuvieran juntos. 36 La puerta del cuarto de baño se abrió y Oliver se apresuró a regresar bajo las sabanas. ¿Qué podía decir? Seguramente no quería afrontar al hombre después de que él prácticamente se había ofrecido y había sido rechazado. No iba a ponerse en ridículo más veces de lo necesario, y parecía que tenía la respuesta sobre si el león realmente le quería. —Yo, uh, me marcharé en unas horas. La incursión al laboratorio de Fort Collins es esta noche. El corazón de Oliver dolía ante la idea de que Sebastián pusiera su vida en peligro así, pero el hombre lo había dejado claro, esto no era asunto suyo. Ellos podían vivir juntos, pero raras veces se veían. Incluso ahora, era obvio que Sebastián había venido y se había duchado solo porque esperaba que Oliver estuviera dormido. Oliver sabía que habría buscado otro cuarto de baño si hubiera estado despierto cuando Sebastián había entrado. El hombre le evitaba, y él finalmente había entendido el mensaje. —Claro. Hasta luego. —él gruño desde su capullo de mantas sin siquiera mirar a su compañero. Le dolía no decirle a Sebastián que volviera a él, que fuera cuidadoso, pero no lo haría. Sí el hombre no le quería… Oliver encontraría otro cuarto para quedarse. Él sabía que su viejo cuarto todavía estaba vacío, así que movería sus cosas allí mientras el león estaba lejos. Sebastián suspiró y Oliver tuvo que agarrar las mantas alrededor de él para contenerse. Quería saltar sobre el hombre, ¡maldición! Quería sofocarle a besos y abrazos y mantenerle en el cuarto con él incluso cuando oyó la puerta cerrarse suavemente. Oliver esperó hasta que el sonido de los pasos de Sebastián se desvaneciera antes de levantarse. Era más fácil para él moverse ahora. Sabía que no podría correr una maratón en breve, pero los movimientos rutinarios no le daban problemas, entonces se duchó con facilidad y se vistió antes de comenzar a embalar sus cosas. Él no tenía mucho, ya que había pasado la mayor parte del tiempo desde que llego a la mansión en la cama, así que una bolsa era suficiente. Abriendo la puerta, se deslizó fuera y fue a su viejo cuarto, pero tan pronto como abrió la puerta, alguien le pillo. No es que el hecho de que él se había mudado fuera un secreto, no en esta casa, pero había esperado haber tenido tiempo al menos hasta que Sebastián se marchara antes de que 37 alguien tratara de hablar de ello. Especialmente porque era Keenan quien le vio. —¿Qué estás haciendo? —Mudándome. —Puedo ver eso, colega, pero ¿por qué te mudas? Oliver entró en el cuarto y dejo la puerta abierta detrás de él, sabiendo que Keenan le seguiría. Se encogió de hombros. —No me quiero imponer. Me he curado lo suficiente para estar solo. —Sí, pero ¿por qué querrías estar lejos de tu compañero? —¿Tal vez porque mi compañero no me quiere? —Gruñó, lamentándolo al instante. Sabía que Keenan sólo trataba de ayudarle, pero Dios, ¿era demasiado pedir tener un poco de tiempo a solas para ser capaz de pensar en ellos, o al menos no contestar preguntas? Keenan levanto sus manos. —Lo siento. No sé lo que pasó, así que ¿por qué no me iluminas? ¿Por qué piensas que Seb no te quiere? Porque déjame decirte, si sus ojos se vuelven más ardientes de lo que están cuando te mira, él podría lanzar láser con ellos. Oliver se rio por la imagen. Realmente, Keenan siempre decía las cosas más graciosas. Aunque se calmó enseguida. —No creo que le guste mi yo sano. Ya no tiene que cuidar de mí más y yo… soy diferente ahora. Tengo la energía para ser yo mismo, y no pienso que eso le guste. —Tal vez soy corto, pero ¿por qué? —Mira, él ha estado evitándome durante días. Entra en el cuarto sólo para dormir y a veces para ducharse, pero siempre se asegura de que estoy dormido antes de entrar, y él se marcha antes de que me despierte. Él obviamente no quiere verme, así que estoy haciendo las cosas más fáciles para él. Me mudo. —¿Le has preguntado por qué se comporta así o simplemente decidiste que tú sabías lo que él piensa? —Yo… bien, tienes razón, lo asumí, ¿pero qué otra explicación podría ser posible? —No lo sé, pero deberías preguntar. No dejes que algo bueno se vuelva malo solo porque no hablas, por favor. Quiero que mis amigos sean felices Oliver gimió. Odiaba cuando estaba equivocado. —Bien. Hablaré 38 con él cuando vuelva. —El temor le llenó. Incluso no se había despedido apropiadamente de Sebastián. Su compañero tenía que volver, ¿cierto? Esto no era una incursión, era una jodida fiesta. No sólo estaba presente la mayor parte de la manada, sino que Dominic había tenido que decírselo a Kameron, el Alfa de la manada Gillham, que ellos iban a estar aquí. Era por eso que había tomado tanto tiempo organizar todo esto. Si los guardias hubieran sido shifters, habrían sido capaces de oírles llegar solo por la cantidad de ruido que ellos hacían. Sebastián realmente no pensaba que tantas personas tuvieran que estar allí, pero él no era quien tomaba las decisiones. —Mierda, hay solo diez guardias allí. Realmente no necesitamos estar todos aquí. —Soren se quejó junto a él, expresando los pensamientos de Sebastián. —Bien, no solo tenemos que neutralizar a los guardias. También tenemos que ocuparnos de los shifters y los científicos. —señaló Casey. Joshua también estaba allí de pie, pero había estado malhumorado desde que volvió de Nueva York, y todo el mundo le mantenía