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CAPÍTULO 41 Regulación de la respiración El sistema nervioso ajusta la tasa de ventilación alveolar para mantener la presión del oxígeno (PO2) y la presión del dióxido de carbono (PCO2) en la sangre arterial relativamente cons- tantes bajo condiciones diversas. En este capítulo se describe el funcionamiento de este sistema regulador. Centro respiratorio (p. 505) Los centros respiratorios se componen de tres grandes grupos de neuronas . El grupo respiratorio dorsal genera potenciales de acción inspiratorios en forma de rampa cada vez más abrupta y es responsable del ritmo básico de la respiración. Esta situado en la porción distal del bulbo y recibe aferencias de los quiorreceptores periféricos y de otros receptores a través de los nervios vago y glosofaríngeo. . El centro neumotáxico, ubicado dorsalmente en la parte superior de la protuberancia, ayuda a regular la frecuencia y el patrón de la respiración. Transmite señales inhibidoras al grupo respiratorio dorsal, gobernando así la fase de lle- nado del ciclo respiratorio. Al limitar la inspiración, tiene un efecto secundario de incremento de la frecuencia respiratoria. . El grupo respiratorio ventral, localizado en la parte ventro- lateral del bulbo, puede producir espiración o inspiración, dependiendo de las neuronas que se estimulen. Se mantiene inactivo durante la respiración tranquila normal, pero con- tribuye a estimular los músculos espiratorios abdominales cuando se requiere una respiración más intensa. El reflejo de Hering-Breuer impide la hiperinsuflación pulmonar. Este reflejo es desencadenado por receptores ner- viosos situados en las paredes de los bronquios y bronquíolos. Cuando los pulmones se inflan en exceso, estos receptores envían señales a través de los nervios vagos al grupo respira- torio dorsal, que «desconecta» la rampa inspiratoria y detiene la inspiración. Esto se conoce como reflejo de insuflación de Hering-Breuer. Control químico de la respiración (p. 507) El objetivo final de la respiración es mantener concentra- ciones adecuadas de oxígeno, dióxido de carbono e hidro- geniones en los tejidos. El exceso de dióxido de carbono o de hidrogeniones estimula sobre todo el propio centro respira- torio y acentúa la fuerza de las señales inspiratorias y 320 © 2012. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos 320.pdf
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