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FISIOLOGÍA MÉDICA-369

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físico (calor, frío, luz), la transducción determina un cambio
en la permeabilidad iónica de la membrana del receptor y, en
consecuencia, un cambio en la diferencia de potencial a través
de esa membrana. La máxima amplitud del potencial del
receptor, de unos 100 mV, se alcanza cuando la permeabilidad
de la membrana al sodio alcanza el máximo.
La fibra sensitiva vinculada a cada receptor presenta
«fenómenos liminares». Solo cuando el potencial del recep-
tor excede un valor determinado (umbral), se inicia un poten-
cial de acción que se autopropaga por la fibra. El potencial del
receptor es un potencial graduado, es decir, experimenta
decrementos (disminución) en el tiempo y en el espacio.
El potencial de receptor es proporcional a la intensidad
del estímulo. A medida que aumenta la intensidad de un
estímulo, la frecuencia de los potenciales de acción subsiguien-
tes suele elevarse. La amplitud del potencial del receptor
puede cambiar sustancialmente con una modificación relati-
vamente pequeña de la intensidad, para luego aumentar de
forma mínima con un estímulo de intensidad superior.
Los receptores sensitivos se adaptan de manera parcial
o total a los estímulos con el paso del tiempo. Esta
adaptación tiene lugar a través de dos mecanismos. En primer
término, el estímulo puede modificar las propiedades
fisicoquímicas del receptor; así, cuando se deforma inicial-
mente un corpúsculo de Pacini (y aumenta la permeabilidad
de membrana), el líquido redistribuye la presión aplicada por
sus laminillas concéntricas. Esta redistribución se refleja en un
descenso de la permeabilidad de membrana y el potencial de
receptor disminuye o se adapta. En segundo término, la propia
fibra sensitiva puede experimentar una acomodación. Este
proceso, aunque no se conoce muy bien, podría depender de
una «inactivación» gradual de los canales de sodio con el paso
del tiempo.
Los receptores se clasifican como de adaptación lenta o
rápida. Los receptores de adaptación lenta siguen transmi-
tiendo las señales, con una frecuencia que apenas varía mien-
tras se mantenga el estímulo. Por este motivo, se denominan
«receptores tónicos» y pueden vehicular la fuerza del estímulo
durante largos períodos. Algunos ejemplos son los husos
musculares, los aparatos tendinosos de Golgi, los receptores
para el dolor, los barorreceptores y los quimiorreceptores. Los
receptores de adaptación rápida se activan solo cuando cam-
bia la intensidad del estímulo, por lo que se denominan
«receptores de velocidad» o «detectores de movimiento». El
corpúsculo de Pacini es el ejemplo mejor conocido de esta
última categoría de receptores, junto con los receptores de los
conductos semicirculares y los receptores articulares
(propiorreceptores).
354 UNIDAD IX
El sistema nervioso: A. Principios generales y fisiología de la sensibilidad
	354.pdf

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