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MANEJO DEL MONTE FRUTAL

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MANEJO DEL MONTE FRUTAL
Laboreo del suelo: El laboreo del suelo es la actividad con que se identifica a cualquier tipo de agricultura, sin embargo a partir de mediados del sglo XX se ha ido supliendo su necesidad con el auxilio de la industria química (plásticos y herbicidas).
	El laboreo del suelo o manejo del suelo en montes frutales tiene ciertas particularidades que es necesario tener en cuenta:
1) El suelo está permanentemente ocupado por las raíces del cultivo, por lo que toda labor entraña el peligro de lesionarlas.
2) Existe una compactación del suelo por el paso de máquinas pesadas, especialmente en tratamientos fitosanitarios y cosecha.
3) La restitución de materia orgánica al suelo es menor en fruticultura que en la mayoría de los cultivos herbáceos.
4) La mayoría de las especies exploran un gran espesor de suelo, lo que hace necesaria una más activa penetración de agua, nutrientes móviles y oxígeno.
 	Los principales fines u objetivos del manejo del suelo en montes frutales son los siguientes:
1) Controlar malezas: La presencia de malezas, además de provocar una competencia por agua, oxígeno y nutrientes, especialmente nitrógeno, provocan una depresión del crecimiento por efectos alelopáticos, que en algunas especies como el duraznero es muy marcada.
2) Incorporar materia orgánica y abonos químicos.
3) Disminuir los riesgos de erosión hídrica y eólica.
4) Favorecer la penetración de agua en el suelo.
5) Incrementar el volumen ocupado por la atmósfera del suelo, aumentando la porosidad, facilitando así una mayor actividad respiratoria de las raíces.
6) Incrementar la flora y fauna benéfica del suelo y su actividad.
7) Favorecer la solubilización de los compuestos orgánicos y minerales a través de los procesos de óxidoreducción.
8) Favorecer la captación y radiación de calor para disminuir el riesgo de heladas.
Existen varias formas de mantener el suelo entre los frutales, que combinadas en el espacio y en el tiempo, nos brindan una gran cantidad de alternativas que con el criterio técnico y la experimentación a campo es factible seleccionar la mejor.
Formas de mantener el suelo entre los frutales:
				Con laboreo mecánico
SUELO DESNUDO 
				Con herbicidas
				Con praderas permanentes
SUELO CUBIERTO		Con abonos
				Con cubiertas inertes (mulch)
Suelo desnudo labrado: Ha sido el manejo tradicional más extensamente usado en frutales, antes se lo realizaba con arado de rejas y después evolucionó a la rastra de discos. 
 	Las labores deben realizarse con la humedad adecuada, si se realizan cuando está demasiado húmedo, se forman terrones grandes y duros y al "cortarse" el suelo se favorece la formación del piso de arado y si está demasiado seco el suelo se pulveriza favoreciendo la erosión eólica. 
 	Las labores deben realizarse lo más superficiales posibles (menos de 10 cm), solo se justifica profundizar más (12 a 15 cm) cuando es necesario incorporar un abono verde.
Ventajas: 
1. Elimina la competencia y otros efectos perjudiciales de las malezas.
2. Permite enterrar abonos orgánicos y químicos.
3. El suelo desnudo absorbe más radiación calórica durante el día y la libera mejor durante la noche, subiendo algunos grados la temperatura del aire durante la helada.
4. Favorece la preparación del suelo para riegos de superficie.
Inconvenientes: 
1. La superficie del suelo queda expuesta a la erosión eólica e hídrica.
2. Se destruyen las raíces de la capa superficial del suelo, que tiene las mejores condiciones de oxigenación y materia orgánica.
3. Disminuye la permeabilidad del suelo por la formación del piso de arado.
4. Se destruye la estructura del suelo y su estabilidad.
5. Se degrada más rápidamente la materia orgánica por una mayor oxidación; esto puede ser conveniente cuando hay aporte de materia orgánica, para contribuir a la mineralización de la misma.
Suelo desnudo por medio de herbicidas: Consiste en la aplicación periódica de herbicidas para mantener las malezas bajo control. 
 Los herbicidas más utilizados en frutales son los siguientes:
Glifosato: Herbicida sistémico no selectivo de postemergencia. Se puede aplicar en cualquier frutal, con la precaución de no mojar el follaje de los árboles. 
 Se debe aplicar cuando existan malezas perennes como cebollín, gramilla y sorgo de alepo. Es conveniente que las malezas estén en activo crecimiento y se aplica en dosis de 0,6 a 1%; el agregado de urea al 5 por mil mejora la efectividad.
Paraquat: También es un herbicida no selectivo de postemergencia pero que solo afecta la parte aérea por lo que no mata malezas perennes. 
 Por su menor costo, se lo usa cuando no existen este tipo de malezas. La dosis normal es del 1% y es conveniente la adición de mojantes.
Terbacil: Herbicida preemergente de acción residual, es conveniente aplicarlo sobre suelo limpio, no es necesario incorporarlo y tiene un poder residual de 7 a 9 meses. Se usan de 3 a 4 kg/ha 
 No controla malezas perennes, por lo que es necesario realizar manchoneos con glifosato. Puede ser usado en durazneros y en Citrus menores de 4 años.
Bromacil: Similar al anterior, pero más selectivo. Se puede aplicar solamente en Citrus mayores de 4 años en dosis de 6 a 8 kg/ha, tiene una residualidad de 8 a 12 meses y elimina todo tipo de malezas. 
 Las dosis de estos dos últimos herbicidas, depende en algo del tipo de suelo, es mayor para suelos arcillosos o con mucha materia orgánica y menor en suelos arenosos. Se pueden aplicar mezclados con Diurón, lo que reduce el costo.
Ventajas del uso de herbicidas:
1. Elimina las malezas: Aquí es necesario destacar que los herbicidas residuales, al eliminar las malezas antes de que estén presentes, éstas no pueden perjudicar en lo más mínimo al cultivo.
2. No se rompen raíces de los árboles, las que pueden explorar desde el primer centímetro de suelo.
3. El suelo desnudo es favorable durante las heladas.
Desventajas:
1. Costo: Si bien el costo inicial de la aplicación de herbicidas es alto, puede verse compensado por la cantidad de labores que ahorra y por el aumento en producción y calidad de fruta.
2. Erosión: El suelo desnudo está expuesto a la erosión, aunque no tanto como el suelo labrado. En algunos tipos de suelos, se puede formar una costra impermeable en la superficie.
3. La materia orgánica y la flora y fauna del suelo se reducen.
Suelo cubierto con pradera permanente: Consiste en el segado permanente de la maleza o pastura implantada, generalmente gramínea, en el NOA ha dado buenos resultados la grama Rhodes. La herramienta utilizada es la desmalezadora rotativa o desbrozadora. Puede hacerse una labranza cada tres o cuatro años.
Ventajas:
1. Los problemas de erosión están totalmente controlados. 
2. Hay buen aporte de materia orgánica de las hojas y raíces de la pradera, lo que determina una mayor actividad de la flora y fauna y una mejor estabilidad de la estructura. 
3. Mejora el color de la fruta en manzano, debido a que produce una mayor amplitud térmica entre el día y la noche.
Desventajas:
1. Competencia y otros efectos perjudiciales de la pradera: La competencia se da fundamentalmente por agua y por nitrógeno, esto no sería tan grave si existe la posibilidad de aplicarlos, pero está también la competencia por el aire del suelo y los efectos alelopáticos, factores que se hacen limitantes para algunos frutales como Citrus y duraznero. 
2. Aumenta los problemas de heladas.
Suelo cubierto con abonos verdes: Aquí el suelo permanece cubierto durante una época del año, que puede ser otoñoinvierno o primaveraverano, realizándose una labranza para incorporar el abono verde al suelo. 
 Los principales objetivos del abono verde son mejorar algunas características físicas químicas y biológicas del suelo, como son la estabilidad estructural, nivel de nitrógeno y la microflora y fauna del suelo. Las especies que se utilizan son gramíneas y leguminosas, las primeras, como la cebada y el centeno, tienden a mejorar la estructura y la materia orgánica y las leguminosas como la vicia yel caupi enriquecen el suelo en nitrógeno.
Suelo cubierto con "mulch" (Cubierta inerte): Consiste en cubrir el suelo con paja, viruta u otros restos orgánicos traídos desde fuera del monte frutal. También pueden usarse materiales inorgánicos como piedra o polietileno negro. 
 Un sistema llamado Sold mulch, consiste en cortar la maleza de la entrefila para cubrir el suelo debajo de la copa de los árboles.
Ventajas:
1. Conservación de la humedad: Es el sistema más eficiente para captar y conservar la humedad del suelo, ya que las cubiertas inertes vegetales actúan como una válvula que deja entrar toda el agua de lluvia o riego, mejor que en un suelo desnudo por que impiden el planchado y disminuyen la evaporación. 
2. Aporte de materia orgánica, en el caso de cubiertas orgánicas. 3 Aumento de la temperatura de suelo, y por ende de la actividad radicular en el caso de la cubierta de plástico negro. 
3. Buen control de malezas.
Desventajas:
1. Aumenta el peligro de asfixia radicular en suelos con mal drenaje. 
2. Agrava los problemas de helada al frenar la radiación del suelo.
3. Son ineficaces para el control de algunas malezas y pueden aumentar los peligros de incendios y proliferación de roedores.
Fertilización: La correcta fertilización se debe decidir teniendo en cuenta los análisis de suelo y foliar, la observación de síntomas de carencia o exceso, la extracción de elementos que realiza el frutal durante el año y la experimentación a campo.
 Los análisis de suelo deben comprender las propiedades físicas y químicas y ser representativos de los horizontes. En caso de que no se hicieren descripción de calicatas, se pueden tomar muestras de 0 a 25 cm, de 25 a 40 cm y eventualmente de 40 a 55 cm.
 Los análisis foliares pueden servir para determinar el elemento nutritivo que está causando problemas (toxicidad o deficiencia) o para estimar las necesidades de fertilización. 
 Para los distintos frutales se han establecido valores de referencia o estándares vinculando la composición foliar con la respuesta de la planta a ensayos de fertilización y cultivos en solución.
 Las muestras se deben tomar de árboles en producción a mitad del verano (fines de enero y febrero), que es cuando las hojas tienen estabilizado en un máximo la proporción de nutrientes. Cada muestra debe corresponder a un solo cultivar y portainjerto, se deben tomar 5 plantas representativas por cada 2 has como máximo. En caso de haber plantas con síntomas se muestrearán por separado.
 En frutales de carozo y pepita, las hojas se toman de la parte media de los brotes terminales del año de vigor medio, en vid se usa solamente el pecíolo, en nogal se saca un folíolo medio de una hoja intermedia de un brote fructífero. 
 En Citrus existen dos alternativas, una propuesta por Chapman que fija los valores de referencia para el muestreo con hojas de ramas fructíferas y otra de Smith, para hojas de 4 a 7 meses en ramas terminales no fructíferas.
 El nitrógeno es el elemento más usado en la fertilización, no solo por ser uno de los más importantes para el crecimiento de las plantas, sino también porque la mayoría de los suelos presentan deficiencias del mismo. 
 Los abonos complejos (NPK), deben usarse en suelos con clara necesidad de fósforo y potasio, como ocurre en suelos arenosos muy lavados de las zonas cítricas de Entre Ríos y Corrientes, donde es común utilizar fertilizantes con N, P, K y Mg.
Epoca: Las mayores necesidades de Nitrógeno por parte de los frutales está en la brotación inicial, floración y cuaje, de allí que las aplicaciones más importantes se realizaban a fines de invierno, pero últimamente se ha demostrado para frutales de pepita y carozo, que la fertilización principal debe hacerse en el otoño, después de la cosecha, para que el nitrógeno se encuentre asimilado y disponible en los tejidos de reserva, especialmente floema y raíz, al comenzar la actividad de primavera. 
 La fertilización de fines de invierno, comienzos de primavera, recién va a actuar para la brotación después del cuaje. 
 Cuando las plantas están muy vigorosas es conveniente aplicar todo el nitrógeno a fines de verano para mejorar la floración y no provocar excesivo crecimiento de brotes. Si las plantas están débiles es conveniente reforzar la aplicación de primavera.
 En Citrus, la principal fertilización debe hacerse 15 días a un mes antes de la brotación, según la velocidad con que el fertilizante se hace disponible. 
 Puede hacerse una segunda aplicación, no más allá de la primera quincena de enero, debido a que más tarde puede activar demasiado la planta y hacerla más sensible a heladas de otoñoinvierno.
Dosis: El N es muy móvil y está sujeto a pérdidas por lixiviación y evaporación como amoníaco, también las malezas pueden consumir tanto como el frutal. Las dosis son sumamente variables, dependen del suelo, clima, edad y vigor de los árboles, producción del año anterior y producción esperada, especie, cultivar, portainjerto, manejo del suelo, etc. 
 En montes adultos están entre 100 y 200 Kg. de N por Ha. En los primeros años de crecimiento de las plantas, la dosis debe repartirse en 4 ó 5 aplicaciones durante el período vegetativo totalizando unos 80 gr. de N por planta y por año de edad, hasta
los 10 años.
Métodos: En general los fertilizantes deben aplicarse donde se encuentran la mayor cantidad de raíces activas en absorción, esto es, en la parte externa de la proyección de la copa, también se debe tener en cuenta que hay que aplicarlos siempre en el lugar de riego, cuando éste es localizado. 
 Los fertilizantes nitrogenados pueden esparcirse en la superficie del suelo y serán incorporados por la lluvia o riego debido a la movilidad que presentan, pero es conveniente enterrarlos para evitar los problemas de evaporación. 
 A los otros elementos es necesario incorporarlos y esto puede hacerse con hoyos alrededor de la planta o abriendo zanjas de 15 a 20 cm de profundidad, debajo del vuelo de la copa.
Rieqo: Al implantar el monte frutal y durante el primer año de crecimiento, se riega por un surco que coincide con la línea de plantación, esto es factible por que el desarrollo radicular de la planta es pequeño y de esta manera se ahorra agua ya que solo se riega una superficie mínima. 
 En especies sensibles a hongos del cuello puede ser conveniente llevar el surco hacia un costado de la línea de plantación y que el mismo rodee la planta a modo de oreja.
 A medida que la planta crece, debemos ir alejando el riego del pié para cubrir el crecimiento radicular ocurrido, para ello se hacen dos surcos uno a cada lado, separados 50 a 60 cm de la línea de plantación.
 Como la planta sigue aumentando su expansión radicular a medida que crece y se considera que las raíces exploran o se alejan en la superficie de la proyección de la copa se puede regar de acuerdo a alguna de las siguientes alternativas:
a) Seguimos haciendo surcos separados 50 a 60 cm entre sí, cubriendo la proyección de la copa.
 
b) Se hacen dos bordos y se riega por manto.
 Cuando la planta es adulta, podemos utilizar cualquiera de los métodos anteriores, es decir:
a) Surcar todo el camellón con surcos a 50 ó 70 cm, si se riegan todos los surcos, equivale a un riego por manto, pero ahorramos agua y mano de obra por tiempo de mojado. 
b) Haciendo bordos, ya sea al centro del camellón o en la línea de plantas y regar por manto, se deben hacer trabas para lograr una distribución más uniforme del agua, especialmente si las pendientes son algo pronunciadas, de esta manera también se evita que el agua corra rápidamente por los surcos que quedan al lado del bordo.
 Como ocurre con la fertilización, los riegos durante los primeros años de crecimiento deben ser muy frecuentes, de 7 a 15 días, aunque pueden ser livianos. Por el contrario, en plantas adultas los riegos pueden ser menos frecuentes pero de mayor profundidad.

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