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LABORATORIO DE ANATOMIA Y FISIOLOGIA HUMANA

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LABORATORIO DE ANATOMIA Y FISIOLOGÍA HUMANA 
SISTEMA NERVIOSO AUTÓNOMO 
Buitrago, María (A00358257), Calvache, Juan (A00358867), Castro, Juan (A00358697), Gómez, Lina (A00358740), 
Robles, Victoria (A00360277), Vallejo, Andrea (A00358911) 
Universidad Icesi, Facultad de Ciencias Naturales, Programa de Química Farmacéutica. 
1 
 
RESUMEN 
El sistema nervioso autónomo es el encargado de controlar las acciones involuntarias del organismo, tales como los latidos 
cardiacos, la presión arterial, el ensanchamiento de los vasos sanguíneos, entre otros. Para evaluar las respuestas que genera 
este sistema, se presentaron voluntarios para realizar las siguientes actividades: vaciado de vejiga después de consumir 
cierta cantidad de líquido, aumento del radio de la pupila cuando se presenta un cambio en la intensidad de la luz, cambio 
en temperatura corporal, pulso cardiaco, presión arterial y presencia de sudoración después de una sesión de ejercicio intenso 
y cambio en la presión arterial, pulso cardiaco y actividad intestinal posterior a la ingesta de alimentos. El objetivo es 
identificar las estructuras involucradas en las respuestas y entender el papel fundamental del sistema nervioso autónomo en 
las actividades diarias. 
Palabras claves: estímulo, respuesta, sistema nervioso autónomo, involuntaria. 
INTRODUCCIÓN 
La presión arterial, la frecuencia cardiaca, sudoración, control de temperatura corporal, de esto y mucho más se encarga el 
sistema nervioso autónomo, antes considerado por Langley en 1903 como un sistema puramente motor, debido a su ausencia 
de cuerpos sensoriales de células nerviosas en los ganglios autonómicos (citado por Blessing & Gibbins, 2008). Aunque 
una vez fue considerado así, las investigaciones encontraron la presencia de neuronas aferentes primarias que hacían parte 
del SNA, pero que no tenían ninguna relación con el sistema nervioso central (SNC) de manera directa, por lo que considerar 
el SNA como un sistema meramente eferente resultó difícil de considerar (Furness 2007). 
Con todas estas investigaciones se pudo determinar que el SNA es un conjunto de neuronas aferentes y eferentes que 
conectan efectores viscerales con el SNC (Höcht, Bertera, Opezzo, & Taira, s. f.). Este sistema inerva varias estructuras 
como la musculatura lisa de los órganos internos, el corazón y de las glándulas endocrinas y exocrinas. Junto al sistema 
nervioso somático forman parte del sistema nervioso periférico, el primero encuentra a cargo de un control voluntario 
mientras que el segundo gestiona los movimientos voluntarios (Leira, 2012). 
Es importante resaltar que el SNA opera a través de arcos reflejos, al igual que el sistema nervioso somático. El proceso 
clave de este sistema empieza cuando el flujo continuo de impulsos nerviosos se transmite hasta los centros integradores 
del SNC, esto mediado por unas neuronas sensitivas autónomas, ubicadas en órganos viscerales y vasos sanguíneos. 
Posteriormente, se propagan los impulsos desde las neuronas motoras autónomas hasta los efectores para controlar su 
actividad. La división entérica también es pertinente mencionarla ya que es una red especializada que forma una estructura 
nerviosa independiente dentro de la pared del tubo digestivo (Tortora & Derrickson, 2006). 
Hay dos vías efectoras por las cuales el SNA modula el funcionamiento de los órganos, la primera es el sistema nervioso 
simpático (SNS) y sistema nervioso parasimpático (SNPS). Cabe decir que los somas de las fibras eferentes están en 
ganglios, el lugar donde se mandan las órdenes del SNC, y hay ganglios simpáticos que se localizan cerca de la medula 
espinal, al igual que ganglios parasimpáticos localizados la periferia del órgano blanco o incluso dentro (Preston & Harvey, 
2012). Ahora para hablar de la neurotransmisión, se resalta que todas las neuronas preganglionares del SNA liberan 
acetilcolina en la sinapsis química, y las neuronas motoras autónomas secretan acetilcolina o noradrenalina, a diferencia de 
las neuronas somáticas que todas liberan acetilcolina (Tortora & Derrickson, 2006). 
Con el objetivo de analizar cómo actúa el sistema nervioso autónomo en nuestras actividades diarias, al igual que sus efectos 
de activación, se plantearon una serie de actividades cuyos resultados se consideran claves para un mayor entendimiento 
del sistema nervioso autónomo. 
MÉTODOS 
 
 
 
 
Para el desarrollo experimental se emplearon diferentes materiales para llevar a cabo las siguientes respuestas 
1. Respuestas autónomas en la vejiga 
Para esto se utilizó un vaso que tuviera medidas exactas para que los voluntarios tomaran la misma cantidad de agua que en 
este caso fue de 700 mL, luego midieron los tiempos en los cuales se presentara la primera sensación de orinar y la micción. 
2. Respuestas autónomas en la visión 
Para esto se utilizó la linterna del celular como una fuente de luz con diferentes intensidades y la ayuda de un voluntario 
para determinar el radio de la pupila cuando esta es expuesta a diferentes intensidades de luz, además de ver el radio de la 
pupila cuando este se desenfoca y enfoca. 
3. Respuestas autónomas al ejercicio 
Se utilizó un termómetro para medir la temperatura corporal, así como un tensiómetro para calcular la presión arterial cuando 
se hizo ejercicio. 
4. Respuestas autónomas a la relajación 
En un estudiante se tomaron las medidas de la presión arterial y la auscultación muscular antes y después de ingesta una 
comida. Para escuchar la actividad del tracto intestinal se utilizó un voluntario el cual colocó su oído en el abdomen del 
estudiante para medir cualitativamente la respuesta del sistema. También se utilizó un tensiómetro para medir la presión 
arterial. 
RESULTADOS 
Se realizaron 3 tipos de experimentos que miden las respuestas autónomas en distintos sistemas y situaciones. 
Inicialmente, para las respuestas autónomas en la vejiga, se utilizaron dos voluntarios los cuales ingirieron una misma 
cantidad de agua y reportaron la hora a la que se ingirió el agua, que se dio la sensación inicial de orinar y la hora en la cual 
se realizó la micción. Los resultados se muestran en la tabla 1. 
Tabla 1. Hora en la cual se realizaron las respuestas autónomas en la vejiga 
Parámetro Respuesta 1 Respuesta 2 
Cantidad de agua ingerida 700 mL 700 mL 
Hora de la ingesta del agua 6:20 PM 4:24 PM 
Hora de la sensación inicial de orinar 7:30 PM 6:39 PM 
Hora a la cual se realizó la micción 8:00 PM 6:55 PM 
Diferencia en tiempo entre la ingesta 
de agua y la sensación inicial de orinar 
70 minutos 135 minutos 
Diferencia en tiempo entre la 
sensación inicial de orinar y la micción 
30 minutos 16 minutos 
 
Posteriormente, para las respuestas autónomas en la visión se realizaron 2 experimentos. En el primero se utilizó una linterna 
para obtener una iluminación variada, cambiando el ángulo y posición de dicha linterna, para así observar la respuesta de la 
pupila ante diferentes intensidades lumínicas. Los datos de este experimento se anotaron en la Tabla 2. 
Tabla 2. Respuesta pupilar a la intensidad de la iluminación 
Intensidad iluminación Radio pupila 
Baja Grande 
Intermedia Mediana 
Alta Pequeña 
 
 
 
 
 
Para el siguiente experimento se realizó una prueba para observar la dinámica ocular. Esta consistió en observar el dedo los 
dedos índices, uno lejano y el otro cercano al ojo, esto con el propósito de lograr un punto de enfoque diferente en la pupila. 
Los datos de este procedimiento fueron registrados en la tabla 3. 
Tabla 3. Respuesta ocular a la distancia de enfoque 
Distancia de objeto Radio pupila 
Cercano Se encoge 
Lejano Se agranda 
 
Seguido a esto se analizaron las respuestas autónomas al ejercicio. Para ello, una voluntaria fue sometida a un minuto de 
ejercicio intenso (correr a velocidad rápida) y se tomó su presión arterial, pulso, temperatura y presencia de sudoración antes 
de la actividad, al finalizarlay después de un tiempo transcurrido tras el ejercicio. La actividad tuvo una duración total de 
23 minutos 46 segundos y los datos obtenidos se registran en la siguiente tabla. 
Tabla 4. Respuesta corporal frente a la actividad física 
Tiempo toma dato Frecuencia cardiaca Presión arterial Temperatura 
superficial (°C) 
Secreción de sudor 
(no, bajo, alto) 
Antes del inicio (-
5min) 
66 87/67 35.7 no 
Llegada (0 min) 113 93/59 36.1 no 
2 min 92 107/58 35.9 no 
5 min 81 88/57 36.2 no 
10 min 85 87/54 36.0 no 
 
Por último, la última actividad para las respuestas autónomas a la relajación, consiste en medir la presión y la frecuencia 
cardiaca, junto con un ejercicio de auscultación para medir el efecto de la ingesta de una comida sobre este sistema, 
impulsado por diferentes áreas del sistema nervioso autónomo, visibles en la Tabla 5. 
Tabla 5. Recopilación de datos antes y después de la ingesta un alimento 
Tiempo toma dato 
Frecuencia 
cardiaca 
Presión arterial 
Actividad intestinal (auscultación, intensidad 
de sonidos 
Antes de inicio (-5 min) 
78 123/74 Un poco de actividad por el movimiento previo 
a la llegada al experimento 
Llegada (0 min) 68 115/72 Poca actividad 
5 min 77 105/69 Mas actividad intestinal, variación de ruidos 
10 min 75 115/71 Actividad intestinal, variación de ruidos 
20 72 125/72 Menos actividad intestinal 
 
DISCUSIÓN 
En las respuestas autónomas en la vejiga está presente el sistema somático y autónomo. Cuando la orina llega a la vejiga se 
produce un estiramiento en las paredes del musculo que recubre la vejiga llamado musculo detrusor el cual es inervado por 
propioceptores los cuales ingresan a la médula y ascienden hasta el sistema nervioso central. Posteriormente se genera un 
potencial de acción a través del nervio hipogástrico a la vejiga donde se libera el neurotransmisor noradrenalina el cual 
estimula los receptores beta adrenérgicos del sistema nervioso simpático que inerva el músculo detrusor provocando la 
relajación y facilitando el llenado de la vesícula, como es explicado por Leñero et al., 2007. Este llenado de la vejiga no es 
consiente por lo que este proceso no puede ser evitado o retrasado. 
 
 
 
 
A este proceso de llenado de la vejiga le sigue el proceso de vaciado. Teniendo en cuenta lo anterior, cada ingesta de líquido 
por más mínima que sea supondría una micción casi instantánea si se presentara una fuga de orina de la vejiga a través de 
la uretra. Sin embargo, esta fuga no se presenta en organismos sanos, ya que en condiciones normales el músculo detrusor 
se encuentra relajado y el esfínter interno uretral se encuentra contraído de manera involuntaria. Esto se da gracias a la 
inervación de dichos músculos a través del nervio hipogástrico con la noradrenalina como neurotransmisor. De esta forma, 
en aquellos casos donde la vejiga no se encuentra completamente llena y no se hace necesaria la micción, la información 
recibida por las fibras sensitivas del sistema nervioso central provoca la activación refleja del núcleo simpático. Para el caso 
de la vejiga, la relajación se da mediante el mismo proceso descrito en el párrafo anterior. Mientras que, para el caso del 
músculo liso uretral, los impulsos nerviosos enviados a través del nervio hipogástrico son transportados hasta este músculo, 
donde es liberado la noradrenalina, la cual estimula los receptores alfa 1 - adrenérgicos del esfínter interno, provocando su 
contracción. Así, el conjunto de los estados relajado de la vejiga y contraído del músculo interno de la uretra por la acción 
del SNS es lo que no permite la fuga de orina hacia la uretra (Leñero et al., 2007). 
Romano, 2001, explica el proceso de vaciado de la vejiga, cuando esta alcanza un volumen determinado (150-200 mL) y se 
puede iniciar el proceso de micción que se transmite a través de propioceptores del sistema nervioso somático al sistema 
nervioso central, generando la percepción de la sensación de orinar. En la Tabla 1 se puede ver el tiempo entre la ingesta 
de agua y la sensación inicial de orinar, cuando se desea vaciar la vejiga de manera voluntaria, el sistema nervioso central 
envía un potencial de acción a través del nervio pélvico al sistema parasimpático para la contracción del musculo detrusor 
a través de la acetilcolina. El sistema nervioso central también inhibe la actividad del nervio pudendo y relajando el musculo 
esfínter externo del ano. Asimismo, los impulsos protuberanciales inhiben la actividad simpática en la vejiga y la uretra. 
Ocasionando un aumento en la presión vesical debido a la contracción del músculo detrusor, mientras que la presión uretral 
disminuye debido a la relajación del musculo esfínter externo del ano, lo que permite el vaciado. Por lo que se podía decir 
que el sistema simpático se encuentra relacionado con el llenado de la vejiga y el parasimpático con la evacuación de la 
orina. 
Sin embargo, este proceso de micción puede controlarse voluntariamente de manera que se evite y se posponga hasta el 
momento oportuno. Esto es posible gracias a que el esfínter estriado de la uretra se encuentra formado por una banda circular 
de músculo esquelético (Fowler et al., 2008), el cual es el efector del sistema nervioso somático encargado de los 
movimientos voluntarios en el organismo. Así, en el proceso de contención, los impulsos son transmitidos a través de los 
nervios pudendos ubicados en la medula espinal hasta los receptores colinérgicos del músculo estriado del esfínter uretral, 
donde mediante una sinapsis tipo química se inerva el músculo y se da la propagación del potencial de acción a través de 
este, lo cual provoca la contracción del esfínter externo y se controla voluntariamente el vaciado de la vejiga (Holstege & 
Collewijn, 2009). Esta contención voluntaria refleja los resultados obtenidos en la Tabla 1, donde la micción no se realizó 
una vez se percibió la sensación inicial de orinar, sino que fue evitada durante un período de tiempo hasta que los voluntarios 
consideraron conveniente llevar a cabo el proceso. 
Es importante señalar que el circuito neural que controla la micción es altamente complejo, por lo que requiere de la 
maduración del sistema nervioso para poder llevarse a cabo. De esta forma, los niños hasta los 3 o 5 años no pueden controlar 
el reflejo de la micción, pues su sistema nervioso no se ha desarrollado completamente y carecen de dicho control inhibitorio 
(Holstege & Collewijn, 2009). 
En cuanto a las respuestas autónomas en la visión, inicialmente se estudió la respuesta pupilar a la intensidad de la 
iluminación. De esta forma, después de realizar el experimento se pudieron observar los resultados obtenidos, donde estos 
fueron inversamente proporcionales, es decir, a medida que aumentaba la intensidad de la luz, la pupila iba disminuyendo 
de tamaño. Esta acción que realiza la pupila se da por una respuesta involuntaria a la exposición lumínica o varios factores, 
pero para este caso, la pupila lo hace con el propósito de permitir o restringir el ingreso de la luz cuando se encuentra en 
lugares oscuros o muy iluminados respectivamente ("Pupila", n.d.). La acción de la pupila al dilatarse es llamada midriasis 
y es controlada por la parte simpática del SNA y cuando se contrae es llamado miosis y es inervada por fibras parasimpáticas 
(Wiechers, E 2003). 
Con respecto a lo anterior, es importante mencionar las estructuras que son implicadas en la respuesta; por un lado, tenemos 
la división simpática la cual neuronas desde el hipotálamo posterior se extienden hasta el centro cilioespinal para hacer 
sinapsis, para luego subir hasta el ganglio cervical y dirigirse a los ojos, donde las fibras simpáticas entran en el ojo a través 
de los nervios ciliares largos y realizan la dilatación de este (Pardo, 2009). Por otro lado, en la división parasimpática en los 
 
 
 
 
ojos, sus fibras se originan desde los núcleos de Edinger-Westphal, paraunirse con fascículos del complejo nuclear del III 
par, pasando después por una parte del ganglio ciliar, ya que es el origen de axones que entran en la parte posterior del globo 
como los nervios ciliares posteriores cortos donde se extienden para inervar el esfínter pupilar para la contracción pupilar 
(Martin y Corbet 2001). 
Ahora, en cuanto a la respuesta en el ojo ante el cambio en el enfoque, al realizar el experimento se pudo observar que 
cuando se enfoca el dedo cercano, la imagen es percibida de un tamaño más grande y los detalles presentes en esta son más 
notorios, pero los de la periferia se hacían borrosos; mientras que cuando se enfoca el dedo lejano la imagen se ve de un 
tamaño menor y los detalles antes percibidos se hacen menos relevantes y menos distinguibles a la vista. De igual forma, 
como resultado de un enfoque cercano la pupila experimentó una contracción lo que se evidenció en la disminución del 
radio; en tanto un enfoque lejano tuvo como resultado la dilatación de la pupila, reflejado en el incremento del radio (ver 
Tabla 3). 
La modificación del radio de la pupila observado en la Tabla 3 responde al proceso de acomodación, el cual hace referencia 
a un cambio en la potencia dióptrica del ojo, que permite modificar su punto de enfoque con respecto a los objetos alejados 
y próximos, con la finalidad de formar y mantener imágenes claras en la retina (Fisch, 2015). El enfoque de objetos cercanos 
se lleva a cabo mediante 3 pasos (engrosamiento del cristalino, contracción de la pupila y convergencia ocular) los 
preganglionares cuales requieren de la intervención del sistema autónomo parasimpático. En cuanto al primer proceso, las 
fibras preganglionares del núcleo de Edinger – Westphal se proyectan mediante el nervio oculomotor hasta el ganglio ciliar, 
desde el cual pequeños nervios ciliares inervan al músculo ciliar. La inervación de dicho músculo causa su contracción, lo 
que permite que la zónula se relaje y se abombe el cristalino, incrementando así su poder refractivo. En cuanto al segundo 
proceso, el estímulo es transmitido a través de los mismos nervios periféricos y ganglios proximales que en el proceso 
anterior, con la diferencia que el órgano diana es el esfínter pupilar, donde su inervación genera la contracción de la pupila, 
disminuyendo así su radio. En cuanto al último proceso, las fibras eferentes del subnúcleo recto medial del complejo 
oculomotor inerva los músculos rectos mediales bilaterales para causar la convergencia ocular (Barral & Croibier, 2009). 
En ausencia de estos estímulos, el ojo vuelve a su estado relajado en el cual está preparado para enfocar objetos lejanos. De 
esta forma, el músculo ciliar se relaja al igual que la zónula y el cristalino disminuye su curvatura. Además, se produce la 
relajación (dilatación) de la pupila y por ende se incrementa su radio. Por último, se disminuye la convergencia ocular. Es 
importante señalar que esto se lograr gracias a la inervación por parte del sistema autónomo simpático (Barral & Croibier, 
2009). 
Lo anterior pone en evidencia el rol fundamental que desempeña el sistema nervioso autónomo en la respuesta al cambio 
de enfoque, donde la rama parasimpática regula el enfoque de objetos cercanos y la rama simpática regula el enfoque de 
objetos lejanos. 
En la actividad 3, es importante resaltar que la persona presenta una baja presión arterial antes de realizar el ejercicio. Una 
vez ha corrido de forma rápida y constante durante 1 minuto, se evidencia un aumento tanto en la presión arterial como en 
el pulso; del mismo modo, la temperatura corporal varía en el período post-ejercicio. Después de 10 minutos de haber 
finalizado la actividad, la voluntaria recupera sus niveles iniciales de presión y su temperatura corporal logra estabilizarse. 
Esto se hace notorio en los resultados de la Tabla 4. 
Las respuestas que presenta el organismo son cambios que se producen para poder llevar a cabo un trabajo físico y se 
generan como resultado de la activación de los receptores adrenérgicos. Durante el ejercicio e incluso antes de iniciarlo, el 
cuerpo se prepara para actuar, “apagando” las funciones de reposo y activando las funciones de acción. Esto se da mediante 
la liberación de adrenalina y noradrenalina, primero a través del sistema nervioso y luego desde la glándula suprarrenal; 
además, se liberan otros mediadores químicos como el cortisol, la testosterona, la hormona de crecimiento, entre otras, que 
regulan las funciones de los órganos y coordinan las respuestas frente a la actividad física (Navarro, 2002). 
A nivel cardiaco, aumentan tanto la fuerza con la que se contrae el corazón como la frecuencia cardiaca. El aumento de la 
fuerza de contracción se traduce en un aumento de la cantidad de sangre que se bombea con cada latido y esto, unido al 
aumento de la frecuencia cardiaca, sirve para acrecentar el volumen de sangre que circula por el organismo en un minuto, 
que puede pasar de unos 5 litros en reposo hasta los 30 litros en esfuerzos máximos. Con esto, el músculo cardiaco requiere 
una mayor cantidad de oxígeno y un mayor flujo de sangre a través de las arterias coronarias (Gomez et al, 1993). 
 
 
 
 
Ahora bien, al realizar actividad física, el organismo genera un calor que es almacenado de forma que incrementa la 
temperatura de calor. Esto corresponde al calor metabólico originado por los músculos en actividad y transportado por la 
sangre hasta la superficie para ser liberado en forma de convección, sudoración, radiación o conducción. La temperatura es 
detectada por termorreceptores que llevan la información hasta el hipotálamo para desencadenar respuestas o mecanismos 
que permitan regularla y mantenerla en los niveles adecuados (Vales, 2018). 
En una última instancia, al llevar a cabo la medición de la presión, frecuencia cardiaca y movimiento gastrointestinal después 
de ingerir un alimento, se pueden analizar varias cosas. Primeramente, acorde a la Tabla 5, a medida que la persona se relaja, 
antes de ingerir alimentos, tanto la frecuencia cardiaca como la presión arterial disminuyen y se identifica poco movimiento 
del tracto gastrointestinal. Una vez se consume un alimento, tanto la frecuencia cardiaca como la cantidad de sonidos 
gastrointestinales aumentan, pero la presión disminuye un poco, y después se estabiliza, donde la frecuencia disminuye, la 
presión arterial aumenta y los sonidos disminuyen. Aun así, hay que tener en cuenta que esto depende del alimento que se 
consuma, ya que hay comidas, como las grasas, que son más difíciles de digerir y requieren más energía por lo cual es 
posible que la frecuencia y la presión aumenten, al igual que los sonidos. 
Aquí, el sistema que predomina las acciones es el sistema nervioso autónomo en la división parasimpática. Esto implica que 
la digestión hace parte del sistema “rest and digest”. Cuando una persona ingiere un alimento, el sistema parasimpático 
envía a través de las motoneuronas alfa, información para que el musculo liso se contraiga y se lleve a cabo la peristalsis 
para que el alimento se pueda mover a través del tracto gastrointestinal, (Svorc et al, 2001), al igual que la secreción de 
componentes necesarios, como enzimas, para digerir el alimento aún mas A través de estímulos excitatorios, modulados por 
la acetilcolina, el nervio vago envía señales para que diferentes procesos se den durante la digestión de un alimento (Breit 
et al, 2018). Entonces, la peristalsis es el principal responsable de los sonidos que se escuchan a través del estetoscopio 
cuando este se pone en el abdomen, y se espera que incremente cuando se ingiere un alimento. 
Por otro lado, para llevar a cabo todo el proceso de digestión y que el cuerpo absorba los nutrientes necesarios, el sistema 
cardiovascular se va a ver implicado también, como es visible en la Tabla 5, que, ante una ingesta de un alimento, la presión 
y la frecuencia cardiaca se ven alterados.Cuando se come, el cuerpo dirige la sangre adicional al estómago y al intestino 
delgado. Al mismo tiempo, los vasos sanguíneos que están lejos del sistema digestivo se estrechan y el corazón late más 
fuerte y más rápido, para proveer oxígeno y absorber nutrientes del musculo liso en el tracto gastrointestinal (Diamant, 
1989). El ritmo cardiaco aumenta para que, aunque el cuerpo este concentrado en digerir alimentos, el resto de los órganos 
y las extremidades reciban la misma cantidad de sangre. 
Finalmente, es de gran importancia discutir el efecto de sustancias adictivas como la nicotina, y su efecto en el cuerpo 
humano. Una persona al fumar un cigarrillo está estimulando el sistema nervioso para dar una respuesta tanto excitatoria 
como inhibitoria, que últimamente resulta en la generación de una adicción. En términos fisiológicos, la nicotina imita las 
acciones de la acetilcolina al unirse a los receptores colinérgicos como el receptor nicotínico (Yakel, 2013). La unión entre 
este neurotransmisor y su receptor es muy fuerte e inhibe a la neurona para ser inhibida por otro neurotransmisor, generando 
una estimulación constante que genera placer. Con respecto al placer, la estimulación por la nicotina genera la liberación de 
dopamina por un largo tiempo, que genera mucho placer. Los niveles caen por la acción del GABA, un neurotransmisor 
inhibitorio y es en esta recaída que la persona comienza a presentar tendencias y comportamientos de adicción (Zickler, 
2003). 
CONCLUSIONES 
A partir del desarrollo experimental se puede concluir que para que se dé el vaciado de vejiga debe haber una relación entre 
los distintos niveles del sistema nervioso, como lo son el somático, simpático y parasimpático. Además, se pudo observar 
que el vaciado voluntario de la vejiga se da de manera controlada mediante la inervación del músculo esquelético por parte 
del sistema somático. 
En cuanto a los procesos relacionados con la visión, específicamente las respuestas presentadas en los ojos ante el cambio 
de la intensidad de la luz y el cambio del enfoque, es pertinente resaltar la importancia que desempeñan las rama simpática 
y parasimpática del sistema nervioso autónomo en los procesos de dilatación y contracción de la pupila respectivamente, de 
manera que se garantice la formación de imágenes claras. 
 
 
 
 
También es de igual importancia, mencionar que los estímulos externos no solo se encierran en una clasificación de 
consumo, sino que existen una variedad de estímulos que pueden iniciar una respuesta por parte del sistema nervioso 
autónomo. Una de estas seria la respuesta pupilar a la exposición lumínica, realizando una dinámica pupilar dependiendo 
de la intensidad de la luz en la que el individuo esté presente, con lo que una de las divisiones del sistema iniciará su 
respuesta para adaptarse al medio. Finalmente, es importante resaltar la respuesta del cuerpo ante estímulos externos, como 
la ingesta de comida o el consumo de una sustancia adictiva como la nicotina. Aunque ambas presentan vías nerviosas y 
estímulos similares, el efecto de la nicotina será mucho más nociva que la ingesta del alimento por el placer tan amplificado 
que genera el cuerpo. 
LITERATURA CITADA 
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