Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
1 AÑO 2 - N° 3 | ISSN 2796- 759X 3 Índice: 1. Presentación. Dr. Pablo Esper Di Cesare. Presidente ACPFBA. 2. Información General: 3° Seminario Internacional de Preparación Física y Ciencias aplicadas al Básquetbol. 3. Una cosa de locos. Prof. Martín Carretero (Argentina). 4. El sueño de mi vida - transformación del 2014 hasta hoy. Mag. Cristina Soriano García. (España). 5. Il preparatore fisico nel settore giovanile. Mag. Caterina Todeschini. (Italia). Artículo en italiano. 6. Proceso de influencia y persuasión. ¿Sabes qué son y el poder que tienen? Álvaro de Pedro (España). 7. Características físicas y antropométricas de jugadores mayores de básquet amateur de la Asociación Platense de Básquetbol (APB). Lic. Martín Alejandro Barar; Dr. Santiago Zabaloy; Mag. Julián Giráldez. (Argentina). 8. Categorización de jugadores/as en la etapa competitiva. Lic. Cristian Andrés Lambrecht (Argentina – España). 9. Comparación de protocolos de recuperación post esfuerzo en jugadores de Básquetbol u17. Mag. Rodrigo Eduardo Borda (Argentina); Diego Martínez- Álvarez (Argentina); Hernán Nicolas Bazán (Argentina); García-Casas Victor (Argentina); Antoni Planas Anzano (España); Josep María Padullés (España). 10. Building a training system for sports performance enhancement. Miguel Jorge Nobre de Sousa – Oliveira do Hospital. (Portugal). Artículo en inglés y portugués. 11. Estiramientos estáticos y su impacto en los jugadores de baloncesto. Maestrando Ricardo Jorge Mendes Oliveira. (Portugal). Artículo en español, inglés y portugués. 12. De la asimetría motora a la ambidestría deportiva, una forma diferente de pensar la construcción del jugador de deportes de equipo. Dr. Pablo Esper Di Cesare. (Argentina). 13. Alfabetismo Físico: ¿Los jóvenes de hoy, en mayor interacción con la actividad física o la destreza digital (alfabetos digitales)?. P.F. Eugenio Fierro Guerra (Chile). Artículo en español e inglés. 14. Evaluación bioquímica con creatina quinasa en baloncesto. Adriano Vretaros (Brasil). Artículo en español, portugués e inglés. 15. Sobrepeso / obesidad en el deporte. Desde la génesis del adiposito al rendimiento y sus implicancias. Lic. Macarena L. Mendonça Azinheira. (Argentina). 16. La Resolución Espacial de la Atención en los jugadores de Rugby. Jose F. Barraza; Claudia P. Alvarez; Andres Martin; Jose D. Ruffino. (Argentina). Artículo en español e inglés. ÍNDICE 127 EVALUACIÓN BIOQUÍMICA CON CREATINA QUINASA EN BALONCESTO Adriano Vretaros ¹ ¹ Postgrado en Bases Fisiológicas y Metodológicas del Entrenamiento Deportivo – Universidade Federal de São Paulo – UNIFESP – São Paulo – Brasil ¹ Preparador Físico de Alto Rendimiento E-mail: avretaros@gmail.com São Paulo - Brasil RESUMEN El preparador físico involucrado con el baloncesto debe realizar evaluaciones bioquímicas con regularidad para comprender mejor las respuestas adaptativas que experimentan los cuerpos de los jugadores durante los entrenamientos y las competiciones. Entre las numerosas variables bioquímicas que se analizarán se encuentra la creatina quinasa. La creatina quinasa es una enzima que actúa como marcador funcional indirecto del daño muscular inducido por el ejercicio. El seguimiento de la creatina quinasa nos permite comprender los efectos fisiológicos provocados por las cargas de entrenamiento y las constantes competiciones. Con ello, se consigue dotar al preparador físico de una herramienta eficaz para la toma de decisiones más asertiva en relación a las cargas de trabajo que se están imponiendo y las estrategias de recuperación que se pueden utilizar. Palabra clave: baloncesto, creatina quinasa, fisiología del ejercicio, evaluación bioquímica, cargas de entrenamiento, recuperación orgánica. RESUMO O preparador físico envolvido com o basquetebol deve realizar com certa regularidade avaliações bioquímicas para entender melhor as respostas adaptativas que o organismo dos jogadores sofrem durante os treinamentos e competições. Dentre as inúmeras variáveis bioquímicas a serem analisadas encontra-se a creatina quinase. A creatina quinase é uma enzima que serve de marcador funcional indireto do dano muscular provocado pelo exercício. O monitoramento da creatina quinase permite compreender os efeitos fisiológicos provocados pelas cargas de treinamento e constantes competições. Com isso, consegue proporcionar ao preparador físico uma ferramenta eficaz para realizar tomadas de decisão mais assertivas em relação às cargas de trabalho que estão sendo impostas e, estratégias recuperativas que poderão ser empregadas. Palavras-chave: basquetebol, creatina quinase, fisiologia do exercício, avaliação bioquímica, cargas de treinamento, recuperação orgânica. 128 ABSTRACT The physical trainer involved with basketball must regularly perform biochemical assessments to better understand the adaptive responses that the players' bodies undergo during training and competitions. Among the countless biochemical variables to be analyzed is the creatine kinase. Creatine kinase is an enzyme that serves as an indirect functional marker of exercise-induced muscle damage. Creatine kinase monitoring allows us to understand the physiological effects caused by training loads and constant competitions. With this, it is able to provide the physical trainer with an effective tool to make more assertive decision-making in relation to the workloads that are being imposed and recovery strategies that can be employed. Keywords: basketball, creatine kinase, exercise physiology, biochemical evaluation, training loads, organic recovery. 1.0 - Introducción El proceso de entrenamiento físico-deportivo depende de una ruptura del equilibrio homeostático de los deportistas mediante un aumento progresivo de las cargas para generar respuestas adaptativas favorables al rendimiento (Freitas et al, 2009). Estas respuestas fisiológicas adaptativas pueden ser positivas o negativas. La respuesta adaptativa positiva (overreaching funcional) es el resultado de un entrenamiento bien estructurado que logra dosificar racionalmente las cargas y su respectiva recuperación, dando como resultado el fenómeno de la supercompensación. Sin embargo, las adaptaciones negativas (overreaching no funcional) son consecuencia del uso de cargas incompatibles con la capacidad de tolerancia orgánica del deportista, generando así inadaptaciones (Freitas et al, 2009; Haff & Haff, 2015). En baloncesto, debe existir una preocupación real de los preparadores físicos y fisiólogos en el seguimiento rutinario del estrés psicofisiológico que las cargas de entrenamiento y competición provocan en el cuerpo de los jugadores (Freitas et al, 2009; Miloski, 2015). Para ello, la literatura científica ha informado que la manipulación sistemática de la carga externa prescrita (volumen, intensidad, frecuencia, densidad y complejidad de tareas), integrada con el control de la carga interna objetiva (variables fisiológicas) y subjetiva (indicadores funcionales perceptivos) podrían ayudar en el desarrollo de programas específicos de acondicionamiento físico (Manzi et al, 2010; Reina et al, 2019; Vretaros, 2021). Una de estas herramientas importantes para cuantificar las respuestas fisiológicas a las cargas de trabajo impuestas son los marcadores bioquímicos, que sirven como parámetro para evaluar el daño muscular causado por el ejercicio (Montgomery et al, 2008; Chatzinikolaou et al, 2014; Doma et al, 2018). La creatina quinasa (CK) es una enzima intramuscular utilizada como marcador bioquímico responsable de mantener niveles adecuados de trifosfato de adenosina (ATP) en la contracción muscular durante el esfuerzo. Así, la cuantificación de la carga de entrenamiento y su recuperación durante los microciclos semanales se puede comprender mejor a través de este sensible yconfiable indicador de estrés muscular (Freitas et al, 2009). 129 El baloncesto requiere intensas demandas fisiológicas a través de acciones motoras intermitentes que pueden resultar en daño muscular. Si las cargas de trabajo aplicadas a los jugadores de baloncesto no se controlan adecuadamente, puede haber efectos adversos negativos de un daño muscular excesivo que conducirá a una disminución en el rendimiento muscular y también comprometerá las adaptaciones crónicas (Chatzinikolaou et al, 2014; Doma et al, 2018) . Por ello, el principal objetivo de esta investigación es discutir la evaluación bioquímica utilizando CK como marcador funcional en el baloncesto. Así, este texto se dividió en dos partes complementarias. La primera parte analiza los conocimientos básicos fundamentales sobre cómo actúa CK en relación con el ejercicio físico y el entrenamiento de baloncesto. La segunda parte presenta investigaciones científicas específicas realizadas con CK en jugadores de baloncesto y su relación directa con el rendimiento. 2.0 – Entendiendo la creatina quinasa La creatina quinasa, también conocida por el acrónimo CK, es una enzima que sirve como marcador bioquímico indirecto del daño muscular (Doma et al, 2018). La enzima CK se presenta en tres formas moleculares diferentes: CK-BB o CK-1 (que se encuentra en el cerebro), CK-MB o CK-2 (que se encuentra en el miocardio) y CK-MM o CK-3 (que se encuentra en el músculo esquelético). (Foschini et al, 2007). En términos celulares, la CK tiene la función de regular las concentraciones de ADP (difosfato de adenosina) y ATP (trifosfato de adenosina). Su responsabilidad es catalizar la reacción reversible entre la fosfocreatina y el ADP (Alves, 2012). La CK se puede utilizar como un indicador del estrés impuesto al sistema musculoesquelético durante el entrenamiento. También se usa con frecuencia para monitorear las respuestas fisiológicas a las cargas de entrenamiento (Montgomery et al, 2008; Coelho et al, 2011; Chatzinikolaou et al, 2014). El daño muscular causado por contracciones musculares predominantemente excéntricas durante el ejercicio puede diagnosticarse utilizando enfoques directos y/o indirectos (Kasper et al, 2002; Foschini et al, 2008; Silva, 2009; França, 2011). De forma directa, disponemos de los siguientes instrumentos de valoración: biopsia muscular, ecografía y resonancia magnética (França, 2011). Por otro lado, en el diagnóstico indirecto de daño muscular, a través de la toma de muestra de sangre, tendríamos: creatina quinasa (CK), aspartato aminotransferasa (AST), mioglobina (Mb), lactato deshidrogenasa (LDH), troponina (sTnl) y unión a proteína xina (Kasper et al, 2002; Foshini et al, 2008; Silva & Macedo, 2011; France, 2011). Normalmente, las concentraciones séricas de CK en el cuerpo son bajas. Sin embargo, los ejercicios de alta intensidad generan una mayor cantidad de microlesiones en la musculatura solicitada, provocando que la CK se filtre al ambiente extracelular, aumentando sustancialmente sus valores (Foschini et al, 2008). .Según Cunha et al (2006), la CK es un marcador bioquímico sensible para que podamos identificar un estrés muscular elevado y/o una intolerancia al esfuerzo de las cargas impuestas. Se sabe que el régimen de contracción excéntrica provoca más microtraumatismos 130 musculares que el régimen concéntrico (Coelho et al, 2011; Alves, 2012; Chatzinikolaou et al, 2014; Doma et al, 2018). La explicación fisiológica de las acciones excéntricas que causan mayor daño muscular es que reclutan una menor cantidad de unidades motoras, induciendo un estrés mecánico significativo en las fibras, produciendo mayor tensión por área transversal activada. Sumado a esto, hay un alargamiento del tejido conectivo, provocando una tensión pasiva en el citoesqueleto (Foschini et al, 2007). El baloncesto es un deporte acíclico en el que las acciones motoras que realizan los jugadores requieren tareas intermitentes, que acaban generando una combinación de regímenes de contracción muscular concéntricos, excéntricos e isométricos (Chatzinikolaou et al, 2014; Kostopoulos et al, 2017; Doma et al, 2018; Vretaros, 2021). Entre las acciones musculares predominantemente excéntricas que ocurren en los partidos de baloncesto, podemos mencionar desaceleraciones bruscas, cambios de dirección, aterrizajes en salto, shuffles laterales, entre otras tareas (Montgomery et al, 2008; Chatzinikolaou et al, 2014; Doma et al, 2018). Este daño muscular o microlesiones generadas por el ejercicio son pequeñas alteraciones en la estructura muscular. El sarcómero, al ser sometido a una carga en régimen excéntrico, sufre roturas en el disco Z (Alves, 2012). Por lo tanto, las isoformas de fibras musculares más afectadas por el régimen de ejercicio excéntrico, que causan daño muscular, son fibras glucolíticas (rápidas) en lugar de oxidativas (lentas) (Koh, 2008). Es posible comprender la magnitud del daño muscular en función de los valores de concentración de CK en sangre. Cuanto mayor sea el valor de CK, es probable que se produzca más daño muscular. Asimismo, cuanto mayor es la inflamación muscular y mayor es el incremento de proteínas intramusculares en sangre (Foschini et al, 2008; Chatzinikolaou et al, 2014). Estos valores de CK están más influenciados por la intensidad del esfuerzo que por la duración de las actividades realizadas por el jugador, y su concentración sérica está relacionada con la individualidad biológica (Santos Cunha et al, 2006; Coelho et al, 2011; Silva & Maceddo, 2011; Alves, 2012; Chatzinikolaou et al, 2014). Según Gentle et al (2014) los niveles de CK sufren diferencias en valores según el estado de entrenamiento, la edad y el sexo del deportista. Complementando esta información, Alves (2012) reporta los factores biológicos y ambientales que determinan variaciones en la concentración de CK: género, etnia, masa muscular, adaptaciones al entrenamiento, temperatura, genética, edad, capacidad de respuesta biológica y ritmo circadiano del atleta. Los valores elevados de CK plasmática después de una intensa sesión de entrenamiento o juegos pueden durar hasta 72 horas o más, aproximadamente (Coelho et al, 2011; Chatzinikolaou et al, 2014). De hecho, la CK es responsable de la aparición del dolor muscular posesfuerzo tardío (DOMS), que permanece en la musculatura mientras sus niveles son altos (Foschini et al, 2007; Montgomery et al, 2008; Coelho et al, 2011; Chatzinikolaou et al, 2014; Gentle et al, 2014). DOMS es una sensación de malestar o dolor muscular que se produce unas horas después del ejercicio. Al parecer, estos dolores aparecen alrededor de las ocho horas después de la actividad, alcanzando valores máximos en las primeras 24 horas. Y, 131 después de 72 horas, hay una disminución gradual de la sensación de dolor (Tricoli, 2001; Foschini et al, 2007). El DOMS se considera un indicador subjetivo, que depende de la percepción individual del jugador y de la resistencia a él (Foschini et al, 2007). Cuando se manifiesta DOMS, los sitios anatómicos de mayor sensación de dolor se encuentran en las uniones músculo-tendinosas, porque es el eslabón más débil de la estructura muscular (Tricoli, 2001). Es necesario enfatizar que la reparación del tejido dañado por el proceso inflamatorio es directamente responsable de DOMS (Foschini et al, 2007). Además, los valores elevados de CK provocan una disminución temporal de la función muscular, lo que puede interferir negativamente con las acciones motoras, como los sprints de velocidad, los saltos verticales, la agilidad y la fuerza máxima. Esto se debe al estrés mecánico impuesto a las fibras musculares que provocan cambios en la homeostasis del calcio (Coelho et al, 2011; Chatzinikolaou et al, 2014; Doma et al, 2018). Según Alves (2012), las microlesionesmusculares dañan el mecanismo de excitación y contracción de las fibras musculares. La dimensión del daño muscular depende de la tensión y el estiramiento de la sobrecarga mecánica impuesta. Vinculado a este hecho, los microtraumatismos musculares se asocian a una respuesta inflamatoria transitoria, con presencia de edema, infiltración de leucocitos en la miofibrilla, así como aumento de citocinas y oxígeno reactivo (Silva & Macedo, 2011; Chatzinikolaou et al, 2014). Silva y Macedo (2011) describen que es necesario un equilibrio entre las acciones proinflamatorias y antiinflamatorias para que se produzca la remodelación completa del tejido muscular dañado. En términos numéricos, estos valores de CK pueden oscilar entre 300 y 500 microlitros en atletas bien entrenados (Coelho et al, 2011). Sin embargo, hay informes en la literatura de valores más altos de CK encontrados en atletas de élite (Alves, 2012). Cuanto más condicionado físicamente esté el jugador, menores serán los efectos de la CK en los músculos requeridos durante el ejercicio (Foschini et al, 2008; Montgomery et al, 2008; Alves, 2012). El tejido muscular expuesto al daño muscular causado por el ejercicio tiene la capacidad de repararse a sí mismo mediante la activación de células satélite miogénicas. Con el uso de cargas repetidas en régimen excéntrico, la adaptación muscular acaba ocurriendo como efecto protector (Alves, 2012). Este fenómeno fisiológico resultante del entrenamiento sistematizado se denomina "efecto protector de la carga repetida" (Foschini et al, 2007). Esta remodelación del tejido muscular se logra a través de células satélite ubicadas entre la membrana plasmática de las miofibrillas y la lámina basal. Hay tres fases principales para reparar el daño tisular: 1)- fase de degeneración e inflamación, 2)- fase de regeneración y 3)- fase de remodelación. Debido a una sincronización secuencial de estas fases, es posible una recuperación completa de la función contráctil (Laumonier & Menetrey, 2016). La cinética de actividad de CK en el cuerpo del jugador también puede cambiar el tiempo de recuperación de las cargas de entrenamiento (Coelho et al, 2011). En este 132 sentido, Kostopoulos et al (2017) informan que la capacidad y la duración de la recuperación después de un juego dependen del daño muscular producido por el ejercicio, por la sensibilidad y rigidez muscular. Además, los mismos autores advierten que un tiempo de recuperación limitado puede interferir con la calidad del entrenamiento en la próxima sesión, o incluso en el próximo juego. Debemos recordar que hay jugadores más receptivos y otros menos receptivos en relación a la concentración orgánica de CK. Esta variación interindividual e intraindividual puede generar efectos fisiológicos nulos, bajos o altos (Alves, 2012; Kostopoulos et al, 2017). Por tanto, el control de este indicador biológico tiene su importancia real en la prescripción de programas de preparación física dirigidos a los jugadores de baloncesto. 3.0 - Investigación sobre CK en baloncesto El uso de CK como marcador bioquímico funcional para evaluar el comportamiento de rendimiento físico de los jugadores de baloncesto está bien documentado en la literatura científica. En este estudio, presentaremos ocho investigaciones relevantes que involucran la dinámica de CK y el rendimiento del baloncesto. Se informa en investigaciones que el ejercicio de alta intensidad induce daño muscular. En este sentido, Doma et al (2018) analizaron el impacto fisiológico de una sesión de entrenamiento de alta intensidad de 85 minutos en jugadoras profesionales de baloncesto. Las jugadoras fueron analizadas en tres momentos específicos: antes del entrenamiento (PE), 24 horas después del final de la sesión (D24) y siete días después de la sesión (D7). Se investigaron los valores de CK, salto vertical, DOMS, una prueba de cambio de dirección (COD) y la prueba de suicidio. En los resultados, a las 24 horas, hubo un descenso en el salto vertical y en la prueba de suicidio, mientras que la prueba de cambio de dirección (COD) no se vio afectada. Después de siete días, no hubo diferencias en las tres variables (salto vertical, prueba de suicidio y COD). Sin embargo, CK y DOMS mostraron elevaciones en la medición después de 24 horas. Figura 01. Impacto del ejercicio que induce daño muscular en el rendimiento de las jugadoras de baloncesto (Adaptado de Doma et al, 2018) 133 Sería interesante poder identificar el aumento de los niveles de CK después de un juego para conocer el efecto fisiológico real de la competencia en el cuerpo de los atletas. Al respecto, se encontraron seis estudios que abordan este tema en el baloncesto (Foschini et al, 2008; Montgomery et al, 2008; Wang et al, 2012; Chatzinikolaou et al, 2014; Kostopoulos et al, 2017; Tokatlidou et al, 2020 ). La primera investigación que aborda esta cuestión evaluó el percentil de elevación de los niveles de CK en jugadores de baloncesto profesionales inmediatamente después de un juego. Se encontró un aumento del 18,7% en CK después del juego, lo que indica una adaptación metabólica muscular aguda después del juego (Foschini et al, 2008). En el segundo estudio, se investigaron los efectos de tres días de juegos consecutivos en la actividad de CK de los jugadores de baloncesto comparando tres intervenciones de recuperación (crioterapia, prendas de compresión y control). La recolección de sangre para el análisis de CK ocurrió en tres situaciones: en la mañana del día del juego, 10 minutos después del juego y 8 horas después del final del juego. El mayor incremento obtenido en los niveles de CK fue equivalente a 2,28 veces el valor inicial en el grupo control. Por el contrario, los valores más bajos de concentración de CK se encontraron en la estrategia recuperativa con crioterapia (1,90 veces el valor inicial). Además, en los resultados, cuanto más condicionados físicamente en términos neuromusculares estaban los jugadores, más modestos eran los valores de elevación de CK (Montgomery et al, 2008). El tercer estudio se realizó con basquetbolistas profesionales chinos, donde se pudo constatar que las sesiones de entrenamiento de alta intensidad de dos horas de duración provocaron un aumento significativo de los valores de CK, pasando de 107 microlitros a 330 microlitros (aumento del 308%) ( Wang et al, 2012). En la cuarta investigación, Chatzinikolaou et al (2014) investigaron a jugadores de baloncesto profesionales a través de un microciclo de inducción de daño muscular inicial e. luego la celebración de un juego oficial. Se evaluaron los niveles de CK, DOMS, así como el rendimiento en el salto vertical, la fuerza máxima de los miembros superiores y la agilidad. El comportamiento de la CK mostró un aumento (50% -97%) dentro de las 24-96 horas posteriores a la recuperación, y la concentración plasmática máxima se produjo dentro de las 48 horas. En las variables de rendimiento, hubo un descenso en la altura del salto vertical (primeras 48 horas), en la fuerza máxima de los miembros superiores (inmediatamente después del juego), reducción en la velocidad de desplazamiento (primeras 24 horas) y en agilidad (primeras 48 horas). DOMS aumentó en 24 horas de recuperación. El quinto estudio analizó el comportamiento de la CK en jugadores profesionales de baloncesto griegos después de un juego de play-off oficial, en dos períodos distintos: después de 15 horas y después de 39 horas. Los valores de elevación de CK variaron del 15% al 300% (Kostopoulos et al, 2017). En la investigación más reciente, los jugadores de baloncesto de élite (nivel internacional) versus los jugadores de baloncesto profesionales (nivel nacional) se compararon en el comportamiento longitudinal de CK durante la temporada. En tres momentos de la temporada serecolectaron muestras para evaluar CK: al inicio, a la mitad y al final de la temporada. Los valores de CK de ambos grupos (élite y profesional) 134 oscilaron entre 200 y 500 microlitros. En el grupo de jugadores de élite (nivel internacional) este valor subió un 53,5% a mitad de temporada y, al final de temporada, volvió a bajar. En cambio, en el grupo de jugadores profesionales (nivel nacional), CK subió a mitad de temporada y se mantuvo con valores altos similares en la medición del final de temporada. Los autores del estudio concluyen que los jugadores de élite (nivel internacional) fueron capaces de bajar sus niveles de CK al final de la temporada, ya que tenían mejor acondicionamiento físico y una capacidad superior de recuperación orgánica (Tokatlidou et al, 2020). En la tabla 01 se presenta un resumen de los artículos mencionados anteriormente con los valores de elevación de CK en cada estudio. Al comparar los resultados de la investigación, está claro que existen discrepancias significativas entre los valores de CK. Sin embargo, estas diferencias en los valores de elevación de CK (entre 15% y 308%) pueden explicarse por el hecho de que los autores utilizan diferentes unidades de medida en sus investigaciones, a saber: nmol\L (Foschini et al, 2008), pg\ml (Montgomery et al, 2008), U\L (Chatzinikolaou et al, 2014; Kostopoulos et al, 2017; Tokatlidou et al, 2020) y IU (Wang et al, 2012). Sumado a esto, se observa que los protocolos de intervención en los estudios tienen características diferentes. Tabla 01. Resumen de los niveles de elevación de CK en jugadores de baloncesto ESTUDIO MUESTRA INTERVENCIÓN RESULTADO Foschini et al (2008) n=10 jugadores de baloncesto profesionales Después de un juego simulado ↑ 18.7% Montgomery et al (2008) n=29 jugadores de baloncesto U-20 Después de 3 días de juegos consecutivos (período de 10 minutos y 8 horas) ↑ 2.28x Wang et al (2012) n=10 jóvenes jugadores de baloncesto Después de un entrenamiento de alta intensidad ↑ 308% Chatzinikolao u et al (2014) n=16 jugadores de baloncesto profesionales Microciclo de inducción de daño muscular y luego un juego oficial (período entre 24-96 horas) ↑ 50%-97% Kostopoulos et al (2017) n=18 jugadores de baloncesto profesionales Después del juego oficial (período entre 15 y 39 horas) ↑ 15%-300% Tokatlidou et al (2020) n=45 jugadores de baloncesto de élite (nivel internacional y nivel nacional) Comienzo, mitad y final de temporada ↑ 53.5% en la mitad de la temporada 135 IO ADO et al o ↑ 18.7% ery de ↑ al s de ↑ 308% kolao ión ↑ 50% 97% opoulos cial ↑ 15% 300% dou et inal ↑ 53.5% en la Otro tema relevante es que el comportamiento de CK está relacionado con la nutrición de los jugadores.En este aspecto, una investigación estudió a los jugadores profesionales de baloncesto griegos y su nutrición el día del juego, correlacionándose con los valores de CK resultantes del esfuerzo en el juego. En la interpretación de los autores, la dieta de los jugadores el día del juego está directamente relacionada con la energía gastada y las necesidades de masa corporal de los deportistas. La fibra dietética y la colina (componente del complejo B) ingeridas por los jugadores en la dieta mostraron una correlación con niveles más bajos de CK después del juego. Entonces, según los autores, la dieta de los jugadores antes y después de los juegos puede manejarse con ingredientes que favorezcan una recuperación más rápida del daño muscular causado por las acciones musculares en el régimen excéntrico (Kostopoulos et al, 2017). Aún discutiendo el tema de la nutrición, parece que la ingesta de carbohidratos junto con proteínas atenúa los efectos de la concentración de CK después de un protocolo que involucra un juego simulado. En este estudio, Gentle et al (2014) compararon la ingesta de dos tipos de solución: carbohidratos (1g.kg-¹ por peso corporal) y proteínas (1g.kg-¹ por peso corporal) versus una solución que solo contiene carbohidratos (2g.kg-¹ por peso corporal). Las soluciones se ingirieron 90 minutos antes de un juego simulado con una duración total de 87 minutos. En los resultados, se encontró que la solución con la mezcla de carbohidratos y proteínas logró reducir significativamente la elevación de los valores de CK, en comparación con la solución de carbohidrato solo. Sin embargo, en esta misma investigación, los autores resaltan que los jugadores de baloncesto que no estaban familiarizados con la cantidad de proteína ingerida presentaban síntomas gástricos de náuseas (Gentle et al, 2014). Existen recursos adicionales para la recuperación orgánica de jugadores en entrenamientos intensos y partidos que generan daño muscular, tales como: antiinflamatorios, crioterapia, estiramientos, masajes, prendas de compresión, etc. (Montgomery et al, 2008; Kostopoulos et al, 2017). Finalmente, podemos afirmar que las adaptaciones fisiológicas provocadas por el entrenamiento y los juegos provocan alteraciones en la integridad estructural de la célula y en los tejidos conectivos (Janeira, 1994). Por tanto, el seguimiento sistemático de indicadores funcionales y bioquímicos como la CK se convierte en una tarea fundamental. El control de los niveles de CK después de las sesiones de entrenamiento o los juegos proporciona información útil sobre el estrés muscular causado por el ejercicio en el cuerpo de los jugadores de baloncesto. En opinión de Alves (2012), este refinado control permitirá un adecuado ajuste de las cargas de entrenamiento, evitando así cargas excesivas que podrían inducir la aparición de sobreentrenamiento, o incluso un mayor riesgo de lesiones. Así, el uso de CK como indicador bioquímico funcional de la intensidad de las cargas y su respectiva recuperación puede ser una práctica rutinaria para el preparador físico involucrado en el baloncesto. 3.0 – Conclusión Las adaptaciones fisiológicas impuestas por el entrenamiento físico sistemático y las competiciones pueden generar daño muscular. Es posible obtener información útil 136 sobre la carga de entrenamiento y el estrés provocado por los juegos a través de la monitorización de CK. El control CK le permite ajustar las cargas de entrenamiento y proporcionar una recuperación más adecuada para los jugadores de baloncesto. La CK es un indicador bioquímico indirecto importante para comprender la intensidad de las cargas y su recuperación, evitando así el sobreentrenamiento y un mayor riesgo de lesiones. Por tanto, la monitorización de la cinética de CK en los entrenamientos y juegos puede ser utilizada por el preparador físico y el fisiólogo del equipo de baloncesto, para una comprensión más profunda de las respuestas fisiológicas de las cargas a las que se sometieron los jugadores. 5.0 – Referencias bibliográficas Alves, AL (2012). Comportamento da enzima creatina quinase sanguínea em jogadores de futebol de elite durante o campeonato brasileiro. Dissertação de Mestrado em Ciências do Esporte - Universidade Federal de Minas Gerais. Minas Gerais. Chatzinikolaou, A., Draganidis, D., Avloniti, A., Karipidis, A., Jamurtas, A. Z., Skevaki, C. L., ... & Fatouros, I. (2014). The microcycle of inflammation and performance changes after a basketball match. Journal of Sports Sciences, 32 (09), 870-882. Coelho, D. B., Morandi, R. F., Melo, M. A. A. D., & Silami-Garcia, E. (2011). Cinética da creatina quinase em jogadores de futebol profissional em uma temporada competitiva. Revista Brasileira de Cineantropometria & Desempenho Humano, 13 (03); 189-194. Cunha, G. D. S., Ribeiro, J. L., & Oliveira, A. R. D. (2006). Sobretreinamento: teorias, diagnóstico e marcadores. Revista Brasileira de Medicina do Esporte, 12 (05); 297-302. Doma, K., Leicht, A., Sinclair,W., Schumann, M., Damas, F., Burt, D., & Woods, C. (2018). Impact of exercise-induced muscle damage on performance test outcomes in elite female basketball players. The Journal of Strength & Conditioning Research, 32 (06); 1731-1738. Foschini, D., Prestes, J., & Charro, M. A. (2007). Relação entre exercício físico, dano muscular e dor muscular de início tardio. Revista Brasileira de Cineantropometria e Desempenho Humano, 09 (01); 101-106. Foschini, D., Prestes, J., Leite, R. D., Leite, G. D. S., Donatto, F. F., Urtado, C. B., & Ramallo, B. T. (2008). Respostas hormonais, imunológicas e enzimáticas agudas a uma partida de basquetebol. Revista Brasileira de Cineantropometria e Desempenho Humano, 10 (04); 341-346. França, RA (2011). Variáveis que influenciam o dano muscular: artigo de revisão. EFDeportes - Revista Digital - Buenos Aires, año16, n.160. Freitas, D. S. D., Miranda, R., & Bara Filho, M. (2009). Marcadores psicológico, fisiológico e bioquímico para determinação dos efeitos da carga de treino e do overtraining. Revista Brasileira de Cineantropometria e Desempenho Humano, 11 (04); 457-65. Gentle, H. L., Love, T. D., Howe, A. S., & Black, K. E. (2014). A randomised trial of pre- exercise meal composition on performance and muscle damage in well-trained basketball players. Journal of the International Society of Sports Nutrition, 11 (01), 01-08. Haff, G.G. & Haff, E.E. (2015). Periodização e integração do treinamento. IN: Hoffmann, 137 J.R. (Editor). NSCA – Guia de Condicionamento Físico. Manole; São Paulo. Janeira, M. A. A. D. S. (1994). Funcionalidade e estrutura de exigências em basquetebol: um estudo univariado e multivariado em atletas seniores de alto nível. Tese de Doutorado - Universidade do Porto; Portugal. Kasper, C. E., Talbot, L. A., & Gaines, J. M. (2002). Skeletal muscle damage and recovery. AACN Advanced Critical Care, 13 (02); 237-247. Koh, TJ (2008). Physiology and mechanisms of skeletal muscle damage. IN: Tiidus, PM (Editor). Skeletal Muscle Damage and Repair. Human Kinetics; USA. Kostopoulos, N., Apostolidis, N., Mexis, D., Mikellidi, A., & Nomikos, T. (2017). Dietary intake and the markers of muscle damage in elite basketball players after a basketball match. Journal of Physical Education and Sport, 17 (01), 394-401. Laumonier, T., & Menetrey, J. (2016). Muscle injuries and strategies for improving their repair. Journal of Experimental Orthopaedics, 03 (01); 01-09. Manzi, V., D'ottavio, S., Impellizzeri, F. M., Chaouachi, A., Chamari, K., & Castagna, C. (2010). Profile of weekly training load in elite male professional basketball players. The Journal of Strength and Conditioning Research, 24 (05); 1399-1406. Miloski, B. (2015). O efeito da estratégia de periodização baseada na intensificação e tapering nas respostas hormonais, comportamentais, perceptuais e de desempenho em jovens jogadores de basquetebol. Tese de Doutorado em Biodinâmica do Movimento Humano - Escola de Educação Física e Esporte da Universidade de São Paulo (EEFUSP); São Paulo. Montgomery, P. G., Pyne, D. B., Cox, A. J., Hopkins, W. G., Minahan, C. L., & Hunt, P. H. (2008). Muscle damage, inflammation, and recovery interventions during a 3-day basketball tournament. European Journal of Sport Science, 08 (05); 241-250. Reina, M., Mancha-Triguero, D., García-Santos, D., García-Rubio, J., & Ibáñez, S. J. (2019). Comparación de tres métodos de cuantificación de la carga de entrenamiento en baloncesto. RICYDE. Revista Internacional de Ciencias del Deporte, 15 (58); 368-382 Santos Cunha, G., Ribeiro, J. L., & de Oliveira, A. R. (2006). Sobretreinamento: teorias, diagnóstico e marcadores. Revista Brasileira de Medicina do Esporte,12 (05); 297-302. Silva, F. O. C. D., & Macedo, D. V. (2011). Exercício físico, processo inflamatório e adaptação: uma visão geral. Revista Brasileira de Cineantropometria & Desempenho Humano, 13 (04); 320-328. Tokatlidou, C., Xirouchaki, C. E., Armenis, E., & Apostolidis, N. (2020). Hematologic, biochemical, and physiologic characteristics of elite and professional basketball players. Journal of Physical Education & Sport, 20 (06); 3384-3390. Tricoli, V (2001). Mecanismos envolvidos na etiologia da dor muscular tardia. Revista Brasileira de Ciências e Movimento, 09 (02); 39-44. Vretaros, A. (2021). Basquete: Treinamento da Força Funcional. 2a. Edição. eBook; São Paulo. Wang, L., Zhang, J., Wang, J., He, W., & Huang, H. (2012). Effects of high-intensity training and resumed training on macroelement and microelement of elite basketball athletes. Biological Trace Element Research, 149 (02); 148-154.
Compartir