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Evaluacion Bioquimica con Creatina Quina

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AÑO 2 - N° 3 | ISSN 2796- 759X
3
Índice: 
 
1. Presentación. Dr. Pablo Esper Di Cesare. Presidente ACPFBA. 
2. Información General: 3° Seminario Internacional de Preparación Física y Ciencias 
aplicadas al Básquetbol. 
3. Una cosa de locos. Prof. Martín Carretero (Argentina). 
4. El sueño de mi vida - transformación del 2014 hasta hoy. Mag. Cristina Soriano 
García. (España). 
5. Il preparatore fisico nel settore giovanile. Mag. Caterina Todeschini. (Italia). 
Artículo en italiano. 
6. Proceso de influencia y persuasión. ¿Sabes qué son y el poder que tienen? Álvaro 
de Pedro (España). 
7.
 Características físicas y antropométricas de jugadores mayores de básquet 
amateur de la Asociación Platense de Básquetbol (APB). Lic. Martín Alejandro 
Barar; Dr. Santiago Zabaloy; Mag. Julián Giráldez. (Argentina). 
8. Categorización de jugadores/as en la etapa competitiva. Lic. Cristian Andrés 
Lambrecht (Argentina – España). 
9.
 Comparación de protocolos de recuperación post esfuerzo en jugadores de 
Básquetbol u17. Mag. Rodrigo Eduardo Borda (Argentina); Diego Martínez-
Álvarez (Argentina); Hernán Nicolas Bazán (Argentina); García-Casas Victor 
(Argentina); Antoni Planas Anzano (España); Josep María Padullés (España). 
10.
 Building a training system for sports performance enhancement. Miguel Jorge 
Nobre de Sousa – Oliveira do Hospital. (Portugal). Artículo en inglés y portugués. 
11.
 Estiramientos estáticos y su impacto en los jugadores de baloncesto. Maestrando 
Ricardo Jorge Mendes Oliveira. (Portugal). Artículo en español, inglés y portugués. 
12. De la asimetría motora a la ambidestría deportiva, una forma diferente de pensar 
la construcción del jugador de deportes de equipo. Dr. Pablo Esper Di Cesare. 
(Argentina). 
13. Alfabetismo Físico: ¿Los jóvenes de hoy, en mayor interacción con la actividad 
física o la destreza digital (alfabetos digitales)?. P.F. Eugenio Fierro Guerra 
(Chile). Artículo en español e inglés. 
14. Evaluación bioquímica con creatina quinasa en baloncesto. Adriano Vretaros 
(Brasil). Artículo en español, portugués e inglés. 
15. Sobrepeso / obesidad en el deporte. Desde la génesis del adiposito al rendimiento 
y sus implicancias. Lic. Macarena L. Mendonça Azinheira. (Argentina). 
16. La Resolución Espacial de la Atención en los jugadores de Rugby. Jose F. 
Barraza; Claudia P. Alvarez; Andres Martin; Jose D. Ruffino. (Argentina). Artículo 
en español e inglés. 
 
 
ÍNDICE
127
 
EVALUACIÓN BIOQUÍMICA CON CREATINA QUINASA EN 
BALONCESTO 
 
Adriano Vretaros ¹ 
¹ Postgrado en Bases Fisiológicas y 
Metodológicas del Entrenamiento Deportivo – 
Universidade Federal de São Paulo 
– UNIFESP – São Paulo – Brasil 
¹ Preparador Físico de Alto Rendimiento 
E-mail: avretaros@gmail.com 
São Paulo - Brasil 
 
 
RESUMEN 
El preparador físico involucrado con el baloncesto debe realizar evaluaciones 
bioquímicas con regularidad para comprender mejor las respuestas adaptativas que 
experimentan los cuerpos de los jugadores durante los entrenamientos y las 
competiciones. Entre las numerosas variables bioquímicas que se analizarán se encuentra 
la creatina quinasa. La creatina quinasa es una enzima que actúa como marcador funcional 
indirecto del daño muscular inducido por el ejercicio. El seguimiento de la creatina 
quinasa nos permite comprender los efectos fisiológicos provocados por las cargas de 
entrenamiento y las constantes competiciones. Con ello, se consigue dotar al preparador 
físico de una herramienta eficaz para la toma de decisiones más asertiva en relación a las 
cargas de trabajo que se están imponiendo y las estrategias de recuperación que se pueden 
utilizar. 
Palabra clave: baloncesto, creatina quinasa, fisiología del ejercicio, evaluación 
bioquímica, cargas de entrenamiento, recuperación orgánica. 
 
RESUMO 
O preparador físico envolvido com o basquetebol deve realizar com certa 
regularidade avaliações bioquímicas para entender melhor as respostas adaptativas que 
o organismo dos jogadores sofrem durante os treinamentos e competições. Dentre as 
inúmeras variáveis bioquímicas a serem analisadas encontra-se a creatina quinase. A 
creatina quinase é uma enzima que serve de marcador funcional indireto do dano 
muscular provocado pelo exercício. O monitoramento da creatina quinase permite 
compreender os efeitos fisiológicos provocados pelas cargas de treinamento e constantes 
competições. Com isso, consegue proporcionar ao preparador físico uma ferramenta 
eficaz para realizar tomadas de decisão mais assertivas em relação às cargas de trabalho 
que estão sendo impostas e, estratégias recuperativas que poderão ser empregadas. 
Palavras-chave: basquetebol, creatina quinase, fisiologia do exercício, avaliação 
bioquímica, cargas de treinamento, recuperação orgânica. 
 
 
128
 
ABSTRACT 
The physical trainer involved with basketball must regularly perform biochemical 
assessments to better understand the adaptive responses that the players' bodies undergo 
during training and competitions. Among the countless biochemical variables to be 
analyzed is the creatine kinase. Creatine kinase is an enzyme that serves as an indirect 
functional marker of exercise-induced muscle damage. Creatine kinase monitoring allows 
us to understand the physiological effects caused by training loads and constant 
competitions. With this, it is able to provide the physical trainer with an effective tool to 
make more assertive decision-making in relation to the workloads that are being imposed 
and recovery strategies that can be employed. 
Keywords: basketball, creatine kinase, exercise physiology, biochemical evaluation, 
training loads, organic recovery. 
 
 1.0 - Introducción 
 El proceso de entrenamiento físico-deportivo depende de una ruptura del 
equilibrio homeostático de los deportistas mediante un aumento progresivo de las cargas 
para generar respuestas adaptativas favorables al rendimiento (Freitas et al, 2009). 
 Estas respuestas fisiológicas adaptativas pueden ser positivas o negativas. La 
respuesta adaptativa positiva (overreaching funcional) es el resultado de un 
entrenamiento bien estructurado que logra dosificar racionalmente las cargas y su 
respectiva recuperación, dando como resultado el fenómeno de la supercompensación. 
Sin embargo, las adaptaciones negativas (overreaching no funcional) son consecuencia 
del uso de cargas incompatibles con la capacidad de tolerancia orgánica del deportista, 
generando así inadaptaciones (Freitas et al, 2009; Haff & Haff, 2015). 
 En baloncesto, debe existir una preocupación real de los preparadores físicos y 
fisiólogos en el seguimiento rutinario del estrés psicofisiológico que las cargas de 
entrenamiento y competición provocan en el cuerpo de los jugadores (Freitas et al, 2009; 
Miloski, 2015). 
 Para ello, la literatura científica ha informado que la manipulación sistemática de 
la carga externa prescrita (volumen, intensidad, frecuencia, densidad y complejidad de 
tareas), integrada con el control de la carga interna objetiva (variables fisiológicas) y 
subjetiva (indicadores funcionales perceptivos) podrían ayudar en el desarrollo de 
programas específicos de acondicionamiento físico (Manzi et al, 2010; Reina et al, 2019; 
Vretaros, 2021). 
 Una de estas herramientas importantes para cuantificar las respuestas fisiológicas 
a las cargas de trabajo impuestas son los marcadores bioquímicos, que sirven como 
parámetro para evaluar el daño muscular causado por el ejercicio (Montgomery et al, 
2008; Chatzinikolaou et al, 2014; Doma et al, 2018). 
 La creatina quinasa (CK) es una enzima intramuscular utilizada como marcador 
bioquímico responsable de mantener niveles adecuados de trifosfato de adenosina (ATP) 
en la contracción muscular durante el esfuerzo. Así, la cuantificación de la carga de 
entrenamiento y su recuperación durante los microciclos semanales se puede comprender 
mejor a través de este sensible yconfiable indicador de estrés muscular (Freitas et al, 
2009). 
129
 
 El baloncesto requiere intensas demandas fisiológicas a través de acciones 
motoras intermitentes que pueden resultar en daño muscular. Si las cargas de trabajo 
aplicadas a los jugadores de baloncesto no se controlan adecuadamente, puede haber 
efectos adversos negativos de un daño muscular excesivo que conducirá a una 
disminución en el rendimiento muscular y también comprometerá las adaptaciones 
crónicas (Chatzinikolaou et al, 2014; Doma et al, 2018) . 
 Por ello, el principal objetivo de esta investigación es discutir la evaluación 
bioquímica utilizando CK como marcador funcional en el baloncesto. Así, este texto se 
dividió en dos partes complementarias. La primera parte analiza los conocimientos 
básicos fundamentales sobre cómo actúa CK en relación con el ejercicio físico y el 
entrenamiento de baloncesto. La segunda parte presenta investigaciones científicas 
específicas realizadas con CK en jugadores de baloncesto y su relación directa con el 
rendimiento. 
 
 2.0 – Entendiendo la creatina quinasa 
 La creatina quinasa, también conocida por el acrónimo CK, es una enzima que 
sirve como marcador bioquímico indirecto del daño muscular (Doma et al, 2018). La 
enzima CK se presenta en tres formas moleculares diferentes: CK-BB o CK-1 (que se 
encuentra en el cerebro), CK-MB o CK-2 (que se encuentra en el miocardio) y CK-MM 
o CK-3 (que se encuentra en el músculo esquelético). (Foschini et al, 2007). 
 En términos celulares, la CK tiene la función de regular las concentraciones de 
ADP (difosfato de adenosina) y ATP (trifosfato de adenosina). Su responsabilidad es 
catalizar la reacción reversible entre la fosfocreatina y el ADP (Alves, 2012). 
 La CK se puede utilizar como un indicador del estrés impuesto al sistema 
musculoesquelético durante el entrenamiento. También se usa con frecuencia para 
monitorear las respuestas fisiológicas a las cargas de entrenamiento (Montgomery et al, 
2008; Coelho et al, 2011; Chatzinikolaou et al, 2014). 
 El daño muscular causado por contracciones musculares predominantemente 
excéntricas durante el ejercicio puede diagnosticarse utilizando enfoques directos y/o 
indirectos (Kasper et al, 2002; Foschini et al, 2008; Silva, 2009; França, 2011). 
 De forma directa, disponemos de los siguientes instrumentos de valoración: 
biopsia muscular, ecografía y resonancia magnética (França, 2011). Por otro lado, en el 
diagnóstico indirecto de daño muscular, a través de la toma de muestra de sangre, 
tendríamos: creatina quinasa (CK), aspartato aminotransferasa (AST), mioglobina (Mb), 
lactato deshidrogenasa (LDH), troponina (sTnl) y unión a proteína xina (Kasper et al, 
2002; Foshini et al, 2008; Silva & Macedo, 2011; France, 2011). 
 Normalmente, las concentraciones séricas de CK en el cuerpo son bajas. Sin 
embargo, los ejercicios de alta intensidad generan una mayor cantidad de microlesiones 
en la musculatura solicitada, provocando que la CK se filtre al ambiente extracelular, 
aumentando sustancialmente sus valores (Foschini et al, 2008). 
 .Según Cunha et al (2006), la CK es un marcador bioquímico sensible para que 
podamos identificar un estrés muscular elevado y/o una intolerancia al esfuerzo de las 
cargas impuestas. 
 Se sabe que el régimen de contracción excéntrica provoca más microtraumatismos 
130
 
musculares que el régimen concéntrico (Coelho et al, 2011; Alves, 2012; Chatzinikolaou 
et al, 2014; Doma et al, 2018). La explicación fisiológica de las acciones excéntricas que 
causan mayor daño muscular es que reclutan una menor cantidad de unidades motoras, 
induciendo un estrés mecánico significativo en las fibras, produciendo mayor tensión por 
área transversal activada. Sumado a esto, hay un alargamiento del tejido conectivo, 
provocando una tensión pasiva en el citoesqueleto (Foschini et al, 2007). 
 El baloncesto es un deporte acíclico en el que las acciones motoras que realizan 
los jugadores requieren tareas intermitentes, que acaban generando una combinación de 
regímenes de contracción muscular concéntricos, excéntricos e isométricos 
(Chatzinikolaou et al, 2014; Kostopoulos et al, 2017; Doma et al, 2018; Vretaros, 2021). 
Entre las acciones musculares predominantemente excéntricas que ocurren en los partidos 
de baloncesto, podemos mencionar desaceleraciones bruscas, cambios de dirección, 
aterrizajes en salto, shuffles laterales, entre otras tareas (Montgomery et al, 2008; 
Chatzinikolaou et al, 2014; Doma et al, 2018). 
 Este daño muscular o microlesiones generadas por el ejercicio son pequeñas 
alteraciones en la estructura muscular. El sarcómero, al ser sometido a una carga en 
régimen excéntrico, sufre roturas en el disco Z (Alves, 2012). Por lo tanto, las isoformas 
de fibras musculares más afectadas por el régimen de ejercicio excéntrico, que causan 
daño muscular, son fibras glucolíticas (rápidas) en lugar de oxidativas (lentas) (Koh, 
2008). 
 Es posible comprender la magnitud del daño muscular en función de los valores 
de concentración de CK en sangre. Cuanto mayor sea el valor de CK, es probable que se 
produzca más daño muscular. Asimismo, cuanto mayor es la inflamación muscular y 
mayor es el incremento de proteínas intramusculares en sangre (Foschini et al, 2008; 
Chatzinikolaou et al, 2014). 
 Estos valores de CK están más influenciados por la intensidad del esfuerzo que 
por la duración de las actividades realizadas por el jugador, y su concentración sérica está 
relacionada con la individualidad biológica (Santos Cunha et al, 2006; Coelho et al, 2011; 
Silva & Maceddo, 2011; Alves, 2012; Chatzinikolaou et al, 2014). 
 Según Gentle et al (2014) los niveles de CK sufren diferencias en valores según 
el estado de entrenamiento, la edad y el sexo del deportista. Complementando esta 
información, Alves (2012) reporta los factores biológicos y ambientales que determinan 
variaciones en la concentración de CK: género, etnia, masa muscular, adaptaciones al 
entrenamiento, temperatura, genética, edad, capacidad de respuesta biológica y ritmo 
circadiano del atleta. 
 Los valores elevados de CK plasmática después de una intensa sesión de 
entrenamiento o juegos pueden durar hasta 72 horas o más, aproximadamente (Coelho et 
al, 2011; Chatzinikolaou et al, 2014). 
 De hecho, la CK es responsable de la aparición del dolor muscular posesfuerzo 
tardío (DOMS), que permanece en la musculatura mientras sus niveles son altos (Foschini 
et al, 2007; Montgomery et al, 2008; Coelho et al, 2011; Chatzinikolaou et al, 2014; 
Gentle et al, 2014). DOMS es una sensación de malestar o dolor muscular que se produce 
unas horas después del ejercicio. Al parecer, estos dolores aparecen alrededor de las ocho 
horas después de la actividad, alcanzando valores máximos en las primeras 24 horas. Y, 
131
 
después de 72 horas, hay una disminución gradual de la sensación de dolor (Tricoli, 2001; 
Foschini et al, 2007). 
 El DOMS se considera un indicador subjetivo, que depende de la percepción 
individual del jugador y de la resistencia a él (Foschini et al, 2007). Cuando se manifiesta 
DOMS, los sitios anatómicos de mayor sensación de dolor se encuentran en las uniones 
músculo-tendinosas, porque es el eslabón más débil de la estructura muscular (Tricoli, 
2001). 
 Es necesario enfatizar que la reparación del tejido dañado por el proceso 
inflamatorio es directamente responsable de DOMS (Foschini et al, 2007). 
 Además, los valores elevados de CK provocan una disminución temporal de la 
función muscular, lo que puede interferir negativamente con las acciones motoras, como 
los sprints de velocidad, los saltos verticales, la agilidad y la fuerza máxima. Esto se debe 
al estrés mecánico impuesto a las fibras musculares que provocan cambios en la 
homeostasis del calcio (Coelho et al, 2011; Chatzinikolaou et al, 2014; Doma et al, 2018). 
 Según Alves (2012), las microlesionesmusculares dañan el mecanismo de 
excitación y contracción de las fibras musculares. La dimensión del daño muscular 
depende de la tensión y el estiramiento de la sobrecarga mecánica impuesta. 
 Vinculado a este hecho, los microtraumatismos musculares se asocian a una 
respuesta inflamatoria transitoria, con presencia de edema, infiltración de leucocitos en 
la miofibrilla, así como aumento de citocinas y oxígeno reactivo (Silva & Macedo, 2011; 
Chatzinikolaou et al, 2014). 
 Silva y Macedo (2011) describen que es necesario un equilibrio entre las acciones 
proinflamatorias y antiinflamatorias para que se produzca la remodelación completa del 
tejido muscular dañado. 
 En términos numéricos, estos valores de CK pueden oscilar entre 300 y 500 
microlitros en atletas bien entrenados (Coelho et al, 2011). Sin embargo, hay informes en 
la literatura de valores más altos de CK encontrados en atletas de élite (Alves, 2012). 
 Cuanto más condicionado físicamente esté el jugador, menores serán los efectos 
de la CK en los músculos requeridos durante el ejercicio (Foschini et al, 2008; 
Montgomery et al, 2008; Alves, 2012). 
 El tejido muscular expuesto al daño muscular causado por el ejercicio tiene la 
capacidad de repararse a sí mismo mediante la activación de células satélite miogénicas. 
Con el uso de cargas repetidas en régimen excéntrico, la adaptación muscular acaba 
ocurriendo como efecto protector (Alves, 2012). Este fenómeno fisiológico resultante del 
entrenamiento sistematizado se denomina "efecto protector de la carga repetida" 
(Foschini et al, 2007). 
 Esta remodelación del tejido muscular se logra a través de células satélite ubicadas 
entre la membrana plasmática de las miofibrillas y la lámina basal. Hay tres fases 
principales para reparar el daño tisular: 1)- fase de degeneración e inflamación, 2)- fase 
de regeneración y 3)- fase de remodelación. Debido a una sincronización secuencial de 
estas fases, es posible una recuperación completa de la función contráctil (Laumonier & 
Menetrey, 2016). 
 La cinética de actividad de CK en el cuerpo del jugador también puede cambiar el 
tiempo de recuperación de las cargas de entrenamiento (Coelho et al, 2011). En este 
132
 
sentido, Kostopoulos et al (2017) informan que la capacidad y la duración de la 
recuperación después de un juego dependen del daño muscular producido por el ejercicio, 
por la sensibilidad y rigidez muscular. Además, los mismos autores advierten que un 
tiempo de recuperación limitado puede interferir con la calidad del entrenamiento en la 
próxima sesión, o incluso en el próximo juego. 
 Debemos recordar que hay jugadores más receptivos y otros menos receptivos en 
relación a la concentración orgánica de CK. Esta variación interindividual e 
intraindividual puede generar efectos fisiológicos nulos, bajos o altos (Alves, 2012; 
Kostopoulos et al, 2017). 
 Por tanto, el control de este indicador biológico tiene su importancia real en la 
prescripción de programas de preparación física dirigidos a los jugadores de baloncesto. 
 
 3.0 - Investigación sobre CK en baloncesto 
 El uso de CK como marcador bioquímico funcional para evaluar el 
comportamiento de rendimiento físico de los jugadores de baloncesto está bien 
documentado en la literatura científica. En este estudio, presentaremos ocho 
investigaciones relevantes que involucran la dinámica de CK y el rendimiento del 
baloncesto. 
 Se informa en investigaciones que el ejercicio de alta intensidad induce daño 
muscular. En este sentido, Doma et al (2018) analizaron el impacto fisiológico de una 
sesión de entrenamiento de alta intensidad de 85 minutos en jugadoras profesionales de 
baloncesto. Las jugadoras fueron analizadas en tres momentos específicos: antes del 
entrenamiento (PE), 24 horas después del final de la sesión (D24) y siete días después de 
la sesión (D7). Se investigaron los valores de CK, salto vertical, DOMS, una prueba de 
cambio de dirección (COD) y la prueba de suicidio. En los resultados, a las 24 horas, 
hubo un descenso en el salto vertical y en la prueba de suicidio, mientras que la prueba 
de cambio de dirección (COD) no se vio afectada. Después de siete días, no hubo 
diferencias en las tres variables (salto vertical, prueba de suicidio y COD). Sin embargo, 
CK y DOMS mostraron elevaciones en la medición después de 24 horas. 
 
Figura 01. Impacto del ejercicio que induce daño muscular en el rendimiento de las 
jugadoras de baloncesto (Adaptado de Doma et al, 2018) 
 
133
 
 Sería interesante poder identificar el aumento de los niveles de CK después de un 
juego para conocer el efecto fisiológico real de la competencia en el cuerpo de los atletas. 
Al respecto, se encontraron seis estudios que abordan este tema en el baloncesto (Foschini 
et al, 2008; Montgomery et al, 2008; Wang et al, 2012; Chatzinikolaou et al, 2014; 
Kostopoulos et al, 2017; Tokatlidou et al, 2020 ). 
 La primera investigación que aborda esta cuestión evaluó el percentil de elevación 
de los niveles de CK en jugadores de baloncesto profesionales inmediatamente después 
de un juego. Se encontró un aumento del 18,7% en CK después del juego, lo que indica 
una adaptación metabólica muscular aguda después del juego (Foschini et al, 2008). 
 En el segundo estudio, se investigaron los efectos de tres días de juegos 
consecutivos en la actividad de CK de los jugadores de baloncesto comparando tres 
intervenciones de recuperación (crioterapia, prendas de compresión y control). La 
recolección de sangre para el análisis de CK ocurrió en tres situaciones: en la mañana del 
día del juego, 10 minutos después del juego y 8 horas después del final del juego. El 
mayor incremento obtenido en los niveles de CK fue equivalente a 2,28 veces el valor 
inicial en el grupo control. Por el contrario, los valores más bajos de concentración de CK 
se encontraron en la estrategia recuperativa con crioterapia (1,90 veces el valor inicial). 
Además, en los resultados, cuanto más condicionados físicamente en términos 
neuromusculares estaban los jugadores, más modestos eran los valores de elevación de 
CK (Montgomery et al, 2008). 
 El tercer estudio se realizó con basquetbolistas profesionales chinos, donde se 
pudo constatar que las sesiones de entrenamiento de alta intensidad de dos horas de 
duración provocaron un aumento significativo de los valores de CK, pasando de 107 
microlitros a 330 microlitros (aumento del 308%) ( Wang et al, 2012). 
 En la cuarta investigación, Chatzinikolaou et al (2014) investigaron a jugadores 
de baloncesto profesionales a través de un microciclo de inducción de daño muscular 
inicial e. luego la celebración de un juego oficial. Se evaluaron los niveles de CK, DOMS, 
así como el rendimiento en el salto vertical, la fuerza máxima de los miembros superiores 
y la agilidad. El comportamiento de la CK mostró un aumento (50% -97%) dentro de las 
24-96 horas posteriores a la recuperación, y la concentración plasmática máxima se 
produjo dentro de las 48 horas. En las variables de rendimiento, hubo un descenso en la 
altura del salto vertical (primeras 48 horas), en la fuerza máxima de los miembros 
superiores (inmediatamente después del juego), reducción en la velocidad de 
desplazamiento (primeras 24 horas) y en agilidad (primeras 48 horas). DOMS aumentó 
en 24 horas de recuperación. 
 El quinto estudio analizó el comportamiento de la CK en jugadores profesionales 
de baloncesto griegos después de un juego de play-off oficial, en dos períodos distintos: 
después de 15 horas y después de 39 horas. Los valores de elevación de CK variaron del 
15% al 300% (Kostopoulos et al, 2017). 
 En la investigación más reciente, los jugadores de baloncesto de élite (nivel 
internacional) versus los jugadores de baloncesto profesionales (nivel nacional) se 
compararon en el comportamiento longitudinal de CK durante la temporada. En tres 
momentos de la temporada serecolectaron muestras para evaluar CK: al inicio, a la mitad 
y al final de la temporada. Los valores de CK de ambos grupos (élite y profesional) 
134
 
oscilaron entre 200 y 500 microlitros. En el grupo de jugadores de élite (nivel 
internacional) este valor subió un 53,5% a mitad de temporada y, al final de temporada, 
volvió a bajar. En cambio, en el grupo de jugadores profesionales (nivel nacional), CK 
subió a mitad de temporada y se mantuvo con valores altos similares en la medición del 
final de temporada. Los autores del estudio concluyen que los jugadores de élite (nivel 
internacional) fueron capaces de bajar sus niveles de CK al final de la temporada, ya que 
tenían mejor acondicionamiento físico y una capacidad superior de recuperación orgánica 
(Tokatlidou et al, 2020). 
 En la tabla 01 se presenta un resumen de los artículos mencionados anteriormente 
con los valores de elevación de CK en cada estudio. Al comparar los resultados de la 
investigación, está claro que existen discrepancias significativas entre los valores de CK. 
Sin embargo, estas diferencias en los valores de elevación de CK (entre 15% y 308%) 
pueden explicarse por el hecho de que los autores utilizan diferentes unidades de medida 
en sus investigaciones, a saber: nmol\L (Foschini et al, 2008), pg\ml (Montgomery et al, 
2008), U\L (Chatzinikolaou et al, 2014; Kostopoulos et al, 2017; Tokatlidou et al, 2020) 
y IU (Wang et al, 2012). Sumado a esto, se observa que los protocolos de intervención en 
los estudios tienen características diferentes. 
 
Tabla 01. Resumen de los niveles de elevación de CK en jugadores de baloncesto 
ESTUDIO MUESTRA INTERVENCIÓN RESULTADO 
Foschini et al 
(2008) 
n=10 jugadores de 
baloncesto profesionales 
Después de un juego 
simulado 
↑ 18.7% 
Montgomery 
et al (2008) 
n=29 jugadores de 
baloncesto U-20 
Después de 3 días de 
juegos consecutivos 
(período de 10 minutos y 
8 horas) 
↑ 2.28x 
Wang et al 
(2012) 
n=10 jóvenes jugadores de 
baloncesto 
Después de un 
entrenamiento de alta 
intensidad 
↑ 308% 
Chatzinikolao
u et al (2014) 
n=16 jugadores de 
baloncesto profesionales 
Microciclo de inducción 
de daño muscular y luego 
un juego oficial (período 
entre 24-96 horas) 
↑ 50%-97% 
Kostopoulos 
et al 
(2017) 
n=18 jugadores de 
baloncesto profesionales 
Después del juego oficial 
(período entre 15 y 39 
horas) 
↑ 15%-300% 
Tokatlidou et 
al (2020) 
n=45 jugadores de 
baloncesto de élite (nivel 
internacional y nivel 
nacional) 
Comienzo, mitad y final 
de temporada 
↑ 53.5% en la 
mitad de la 
temporada 
 
135
 
IO ADO 
 et al o ↑ 18.7% 
ery de ↑ 
 al s de ↑ 308% 
kolao ión ↑ 50% 97% 
opoulos cial ↑ 15% 300% 
dou et inal ↑ 53.5% en la 
 
 Otro tema relevante es que el comportamiento de CK está relacionado con la 
nutrición de los jugadores.En este aspecto, una investigación estudió a los jugadores 
profesionales de baloncesto griegos y su nutrición el día del juego, correlacionándose con 
los valores de CK resultantes del esfuerzo en el juego. En la interpretación de los autores, 
la dieta de los jugadores el día del juego está directamente relacionada con la energía 
gastada y las necesidades de masa corporal de los deportistas. La fibra dietética y la colina 
(componente del complejo B) ingeridas por los jugadores en la dieta mostraron una 
correlación con niveles más bajos de CK después del juego. Entonces, según los autores, 
la dieta de los jugadores antes y después de los juegos puede manejarse con ingredientes 
que favorezcan una recuperación más rápida del daño muscular causado por las acciones 
musculares en el régimen excéntrico (Kostopoulos et al, 2017). 
 Aún discutiendo el tema de la nutrición, parece que la ingesta de carbohidratos 
junto con proteínas atenúa los efectos de la concentración de CK después de un protocolo 
que involucra un juego simulado. En este estudio, Gentle et al (2014) compararon la 
ingesta de dos tipos de solución: carbohidratos (1g.kg-¹ por peso corporal) y proteínas 
(1g.kg-¹ por peso corporal) versus una solución que solo contiene carbohidratos (2g.kg-¹ 
por peso corporal). Las soluciones se ingirieron 90 minutos antes de un juego simulado 
con una duración total de 87 minutos. En los resultados, se encontró que la solución con 
la mezcla de carbohidratos y proteínas logró reducir significativamente la elevación de 
los valores de CK, en comparación con la solución de carbohidrato solo. 
 Sin embargo, en esta misma investigación, los autores resaltan que los jugadores 
de baloncesto que no estaban familiarizados con la cantidad de proteína ingerida 
presentaban síntomas gástricos de náuseas (Gentle et al, 2014). 
 Existen recursos adicionales para la recuperación orgánica de jugadores en 
entrenamientos intensos y partidos que generan daño muscular, tales como: 
antiinflamatorios, crioterapia, estiramientos, masajes, prendas de compresión, etc. 
(Montgomery et al, 2008; Kostopoulos et al, 2017). 
 Finalmente, podemos afirmar que las adaptaciones fisiológicas provocadas por el 
entrenamiento y los juegos provocan alteraciones en la integridad estructural de la célula 
y en los tejidos conectivos (Janeira, 1994). Por tanto, el seguimiento sistemático de 
indicadores funcionales y bioquímicos como la CK se convierte en una tarea fundamental. 
El control de los niveles de CK después de las sesiones de entrenamiento o los juegos 
proporciona información útil sobre el estrés muscular causado por el ejercicio en el cuerpo 
de los jugadores de baloncesto. 
 En opinión de Alves (2012), este refinado control permitirá un adecuado ajuste de 
las cargas de entrenamiento, evitando así cargas excesivas que podrían inducir la 
aparición de sobreentrenamiento, o incluso un mayor riesgo de lesiones. Así, el uso de 
CK como indicador bioquímico funcional de la intensidad de las cargas y su respectiva 
recuperación puede ser una práctica rutinaria para el preparador físico involucrado en el 
baloncesto. 
 
 3.0 – Conclusión 
 Las adaptaciones fisiológicas impuestas por el entrenamiento físico sistemático y 
las competiciones pueden generar daño muscular. Es posible obtener información útil 
136
 
sobre la carga de entrenamiento y el estrés provocado por los juegos a través de la 
monitorización de CK. 
 El control CK le permite ajustar las cargas de entrenamiento y proporcionar una 
recuperación más adecuada para los jugadores de baloncesto. La CK es un indicador 
bioquímico indirecto importante para comprender la intensidad de las cargas y su 
recuperación, evitando así el sobreentrenamiento y un mayor riesgo de lesiones. 
 Por tanto, la monitorización de la cinética de CK en los entrenamientos y juegos 
puede ser utilizada por el preparador físico y el fisiólogo del equipo de baloncesto, para 
una comprensión más profunda de las respuestas fisiológicas de las cargas a las que se 
sometieron los jugadores. 
 
 5.0 – Referencias bibliográficas 
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