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FINAL Orientación Vocacional

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ORIENTACIÓN VOCACIONAL
FUNDAMENTACIÓN DE LA MATERIA
La denominación ORIENTACIÓN VOCACIONAL se inscribe en la línea en que otras cátedras y en diferentes contextos denominan, entre otras: 
- Orientación Vocacional Ocupacional, 
- Orientación de la Carrera, 
- Orientación para la Carrera Profesional, 
- Orientación Vocacional Ocupacional Continua. 
Debido a la confusión que diferentes denominaciones producen, se opta por una denominación más inclusiva designando a esta praxis interdisciplinaria como ORIENTACIÓN. 
En nuestro país no hay una teoría sistemática de la Orientación Vocacional, pero sí hay diversos e importantes aportes más o menos sistematizados, provenientes de diferentes áreas. 
Es necesario contar con la pluralidad de puntos de vista y perspectivas que permita ubicarse ante las problemáticas vocacionales a fin de saber en qué nivel operar y con qué objetivos. 
La idea misma de la Orientación, que ha ido modificándose y complejizándose a lo largo de su desarrollo la ubica en un lugar de alta complejidad y ligada a múltiples campos.
SE CONSIDERA A LA ORIENTACIÓN EN UN SENTIDO AMPLIO E INTEGRADOR, que se da a lo largo de toda la vida del individuo y se recorta en diferentes momentos del ciclo vital: pubertad, adolescencia, juventud, adultez, vejez. 
El aprender a elegir vocacionalmente es una experiencia de vida que lleva implícito un PROYECTO DE VIDA; quien tiene proyecto tiene futuro y, en consecuencia, menos posibilidades de entrar en crisis personales y/o sociales. 
Se define a la ORIENTACIÓN como el conjunto de estrategias y tácticas que emplea el psicólogo especializado para que el orientado (o “sujeto de la orientación”), individual o colectivamente pueda elaborar un proyecto (educativo, laboral, personal y/o social) a lo largo de la vida, mediante una actitud comprensiva, reflexiva y comprometida. 
 
UNIDAD I – ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA ORIENTACIÓN
Contexto europeo - Estados Unidos. Contexto latinoamericano - Argentina. Etapas: precientífica / científica / empírica / investigativa.
Gavilán importa directamente del texto de Álvarez González una periodización acerca de la historia de la Orientación Vocacional-Ocupacional. Podríamos hacer, en primera instancia, una distinción entre la historia de esta disciplina en Europa y Estados Unidos, y la historia de la misma en América Latina, específicamente en Argentina (introduciendo una serie de referencias para pensar la situación de la disciplina en la ciudad de La Plata). 
A propósito de la historia en Europa y Estados Unidos, Gavilán y Álvarez González distinguen dos grandes etapas: ETAPA INFORMAL O PRECIENTÍFICA /// ETAPA FORMAL O CIENTÍFICA.
1. ETAPA INFORMAL O PRECIENTÍFICA
Puede considerarse desde los orígenes o comienzos de la humanidad. Durante el largo período que transcurre desde la antigüedad al final del siglo XIX (y principios del XX) predominaron una serie de formulaciones de tipo mágico, antropológico, religioso y filosófico generadoras de diferentes concepciones del ser humano, así como de la sociedad y de la organización social. 
Se van denominando determinadas formas de consejo y de ayuda para la elección marcadamente intuitivas y muy supeditadas a las instituciones sociopolíticas y ámbitos culturales de acuerdo con los momentos históricos. De ahí la consideración de la Orientación como actividad informal.
Este período engloba todos aquellos esbozos o esfuerzos que, si bien no califican de propiamente “orientadores” (en tanto carecían de un sustento científico y no eran promovidos por una intención manifiestamente orientadora), contribuyeron a sentar las condiciones para la emergencia de la Orientación Vocacional como disciplina científica institucionalizada.
Beck distingue en este largo período dos subperíodos:
I. EL IDEOLÓGICO: comprende desde la antigüedad hasta el Renacimiento.
- Desde los orígenes, el ser humano requirió del “consejero” al momento de tomar decisiones/resolver problemas, como aquel que podía atender a lo que entenderíamos en términos de “elección vocacional”. 
- En la Época Antigua (la Antigua Grecia), ese papel de consejero era desempeñado por el hechicero o el anciano.
- En la Época Clásica, la Antigua Roma, será el “pater familia” el que asumirá este lugar, “aconsejando” al hijo con la intención de asegurar la prolongación del patrimonio. La elección del hombre se ve condicionada por la familia y el Estado.
- En las sociedades regidas por Castas, el destino del individuo ya estaba decidido de antemano por su lugar en la sociedad.
- En la Edad Media, las familias se encargarán de desempeñar este papel, ahora con la intención de “prolongar la herencia y la tradición”. 
- En el período de Carlomagno estarían regidos por el talento y la instrucción.
- Finalmente, entre la época de Carlomagno y el Renacimiento estarían regidos por la clase social.
II. EL EMPIRISTA: comprendido entre el renacimiento hasta el siglo XIX, en el que se sientan las bases filosóficas y científicas de la Orientación y se producen cambios importantes en la concepción del hombre. La EDUCACIÓN pasa a ser el principal determinante de la elección vocacional. La Orientación se ve muy condicionada por las características del individuo y su educación. 
Este proceso estuvo fuertemente condicionado por los problemas socioeconómicos, los cuales, históricamente, mediatizan permanentemente las decisiones del individuo.
- Con el Renacimiento, el problema de la “elección vocacional” pasa a entramarse con la cuestión de la educación y la salud del individuo, reconociéndose médicos, filósofos y educadores que se abocan al abordaje de estos asuntos. Entre ellos, se destaca Juan Huarte de San Juan, médico y filósofo considerado pionero de la Orientación Profesional, así como el precursor del “Enfoque de rasgos y factores”, en tanto postulaba que todo ser humano nace con ciertas capacidades que resultan más o menos acordes para el ejercicio de una cierta ocupación. El autor le confiere preeminencia a la “herencia”, en tanto asume que se “nace” con estas capacidades, si bien no desmerece el papel que desempeña la educación y el ambiente en el “moldeamiento” de las mismas. El Renacimiento es considerado un hito de suma importancia por el reconocimiento del valor del hombre y su realización personal y social.
- A partir del siglo XVII (pre-industrialización), se pesquisa la importancia y relación entre educación y trabajo al manifestarse una preocupación por las técnicas y por la mano de obra especializada; toma gran importancia la educación. Se comienza a plantear el problema del aprendizaje de las potencialidades, no quedando meramente sujetas a la herencia, aunque todavía tiene un gran peso la tradición.
- Durante el siglo XVIII la Revolución Francesa suprime los privilegios y el corporativismo, toma como máxima “la igualdad de oportunidades”. Con los principios de la Revolución Francesa (“libertad, igualdad, fraternidad”) se asumirá la importancia de la libre elección de una ocupación para la plena realización individual. El acceso a un trabajo público se hará desde la educación, teniendo en cuenta las virtudes y el talento del individuo: la libre elección de una profesión contribuye a la realización personal y profesional del individuo. Se dio un gran impulso a la educación y a las libertades individuales y se produjo un importante cambio en la sociedad que dejaba de lado los privilegios de la tradición.
- Con la Revolución Industrial se comienzan a invocar disciplinas como la Psicología, la Sociología y la Medicina para dar respuesta a las problemáticas sociolaborales que planteaba la industrialización y la creciente urbanización (supresión de puestos de trabajo, explotación, inmigración, grandes poblaciones en extrema pobreza), dando cuerpo a esfuerzos que no calificaban de verdaderamente orientadores, pero que sin embargo aportaron a la conformación de este campo disciplinar. La filosofía de la época se fundaba en el culto al hombre y a la razón, por lo que fue un momento muy propicio para la Orientación. 
En el siglo XIXson muy importantes los aportes provenientes del campo de la Medicina y de la Psicología Experimental, que tuvieron una gran influencia en el posterior desarrollo científico e instrumental de la Orientación (Psicoanálisis y Psicometría).
2. ETAPA FORMAL O CIENTÍFICA
Va desde fines del siglo XIX/principios del XX hasta la actualidad. 
A su interior se distinguen tres grandes períodos:
I. DESDE FINES DEL SIGLO XIX HASTA LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL (1914):
Identificar el momento de la aparición de la Orientación no es tan importante como el comprobar que sus orígenes no han tenido comienzos nítidos, porque aparecen una serie de condicionantes de tipo social, económico, científico e ideológico que interactúan y hacen que la Orientación entre en otros campos de actuación y se cree una cierta confusión a la hora de delimitar el concepto y sus funciones. 
Nos encontramos con que, tanto en este período como en el siguiente, la Orientación surge no tanto como una disciplina teórica sino más bien como una práctica aplicada. Este período se caracteriza por estar basada en la práctica y por una preocupación humana, social y educativa, de sesgo filantrópico. 
Si bien la Orientación surge como disciplina de manera simultánea en Estados Unidos y Europa, adquiere en cada contexto ciertas particularidades, partiendo de la denominación misma con la que se conocerá. 
El término PROFESIONAL refiere a aspectos más relacionados con la tarea profesional y su ejercicio; el término VOCACIONAL pone un mayor énfasis en los momentos previos a la elección. Ambos conceptos en la actualidad se utilizan de forma indiscriminada, produciéndose una verdadera superposición. 
En EUROPA se la conocerá como “Orientación Profesional” y consagrará sus esfuerzos en la transición “escuela-trabajo”, preocupándose mayormente por los procesos de transición laboral y por la integración de los jóvenes al mundo socio-profesional-laboral. 
Hubo varios hechos paralelos de carácter científico que dieron impulsos a los inicios de la Orientación Profesional; nos encontramos con la puesta en marcha de servicios de orientación por parte de organizaciones estatales de distintos países (Francia, España, Alemania, Bélgica) que tendrán como destinatarios a jóvenes desempleados. 
En ESTADOS UNIDOS se hablará de “Orientación Vocacional” y se abocará a asegurar la adaptación de los individuos a las cambiantes condiciones socio-económicas (en especial, la necesidad de ubicar a cada trabajador en su puesto de trabajo idóneo). Se trataba de afrontar toda una REFORMA SOCIAL que comportaba grandes cambios de tipo social y económico provocados por la industrialización (avances tecnológicos, reconversión, higiene y seguridad en el trabajo, inmigración, etc.). 
Todo ello, creó el contexto propicio para la aparición de la Orientación Profesional como actividad de ayuda con atención especial a los jóvenes desempleados que tenían dificultades en su integración profesional y en su adaptación. La Orientación surge como una preocupación social y educativa desde el momento en que los individuos reclaman una ayuda que les permita afrontar sus necesidades. 
Si bien se trata de una disciplina que surge por fuera del ámbito educativo, no demorará en incluirse al mismo, en tanto se consideraba que sólo desde la educación se lograría la plena realización del individuo. 
En Estados Unidos tendrá lugar un “movimiento de reforma social” que buscará consolidar un capitalismo con clases sociales armonizadas, para lo cual se crearán “instituciones de ayuda pública estatalmente reguladas”. El origen de la Orientación Profesional se ve influido por varios condicionantes (la demanda de reformas sociales, los medios de producción, la división del trabajo, la estructura social de aquel momento) que generaron situaciones como la injusticia y carencias de tipo social, marginación, inmigración, trabajo prematuro los niños, etc. Ante esta situación de incertidumbre y conflicto surgen la educación y en especial la Orientación Profesional para dar respuesta a la problemática social creada y con un carácter filantrópico y humanitario. Los orientadores fueron personas comprometidas con las reformas sociales. La Orientación surgió como una profesión de ayuda y reforma social con un carácter de reivindicación social.
La educación también jugó un papel importante en el proceso de adaptar el sistema educativo al productivo a través de la formación profesional y en la escolarización de aquellos jóvenes que buscaban trabajo porque no tenían una alternativa educativa. Existe una cierta relación entre el nacimiento de la orientación y el movimiento de la formación profesional. Esta situación propició la creación de centros oficinas, o servicios de orientación que trataban de paliar los efectos de la industrialización, contribuir a una mejora social y tratar de adecuar las aspiraciones del individuo al sistema productivo. 
Podemos situar, a modo de referente ineludible, a Parsons, quien en 1909 acuña el término “Orientación Vocacional”, constituyéndose como el principal referente del “Modelo racional y directivo”, y del “Enfoque de rasgos y factores”. Parsons le dio gran importancia al análisis y diagnóstico de las potencialidades del individuo ante la elección vocacional. Consideraba la Orientación Profesional como un hecho puntual que tenía lugar cuando se tenía que efectuar una elección profesional [a partir de los enfoques de Desarrollo Vocacional se desestima esta concepción y se sustituye por un proceso a lo largo de la vida del individuo]. 
Parsons estaba preocupado por las desigualdades sociales y ligado al movimiento progresista de la educación. Señala que el problema está en que la escuela no proporciona la ayuda que los jóvenes necesitan. Pretendía paliar los efectos de la industrialización. Estaba convencido que la única forma de combatir esta situación era a través de un estado de mutualismo, consistente en un trabajo cooperativo, con una verdadera democracia y con una auténtica hermandad y solidaridad, en este sentido, la educación podría ser un elemento primordial donde se podría integrar los conceptos vocacionales.
Presenta tres supuestos sobre los que se basa su modelo de la Orientación Profesional: (a) Autoconocimiento (de aptitudes, habilidades, intereses, expectativas, limitaciones, etc.); (b) Conocimiento del mundo profesional y ocupacional; (c) Relación entre ambas. 
Con Parsons se iniciaba el movimiento de la Orientación Profesional por una iniciativa privada, aunque más tarde recibiría la ayuda estatal externa al ámbito de la escuela; siempre trabajó bajo el convencimiento de que sólo desde la educación sería posible afrontar la orientación en toda su amplitud. No fue bien interpretado debido a su afinidad con las técnicas psicométricas y a sus limitaciones teóricas.
Si el pionero fue Parsons, el padre de la Orientación Profesional fue Davies (1914), quien introdujo la Orientación Profesional en el currículum de los alumnos de secundaria. Desarrolló un nuevo programa de Orientación Profesional centrado en el cultivo de la personalidad y del carácter y en la información profesional. Buscaba que el sujeto adquiriese una mejor comprensión de su personalidad y carácter, que le permitiera ser consciente de sus valores y así desarrollar la dimensión social en una futura profesión.
Davies y Kelley realizarán aportes significativos para lo que se conoce como “Orientación Educativa”, en tanto tenían una concepción de la Orientación ligada al proceso educativo y al desarrollo integral del individuo. Incorporarán intervenciones orientadoras en la educación, principalmente en el nivel medio (orientación “académica” para estudiantes de la secundaria), lo que se constituirá como un precedente de lo que Super en la década del ’50 concebirá en términos de “Orientación para la carrera”.
En síntesis, en este período irán surgiendo en todo el mundo una serie de modelos que ofrecían ayuda a los jóvenes (preferentemente a los desescolarizados y de clases sociales bajas) que trataban de integrarse almundo del trabajo a través de una orientación profesional (que proporcionaba el aprendizaje y asesoramiento necesarios). Estos modelos fueron muy bien aceptados tanto en la sociedad americana como en la europea, porque fomentaron una buena sintonización con las necesidades que la sociedad tenía en esos momentos que no eran otras que las de una reforma social. La orientación profesional no sólo fue bien vista por los impulsores de la reforma social sino también por parte de los medios de producción al ver en ella un medio de distribución y aprovechamiento de la mano de obra.
Similitudes respecto a los orígenes de la orientación profesional en Estados Unidos y Europa: 
- La orientación aparece casi simultáneamente. 
- La orientación se asimila a la orientación vocacional/profesional. 
- Los comienzos no surgen en el ámbito educativo. 
- Los precursores eran personas preocupadas por la problemática humana y social la orientación. 
- Tuvo una doble dimensión: individual y social.
Diferencias respecto a los orígenes de la orientación profesional en Estados Unidos y Europa: 
- En EEUU se la conceptualiza como Orientación Vocacional, en Europa como Orientación Profesional.
- En EEUU sus orígenes aparecen asociados a una reivindicación social y de preocupación por el individuo, en Europa aparece por el carácter científico, sociopolítico y cultural.
- En EEUU el modelo es psicométrico, en Europa el modelo es psicotécnico.
- En EEUU el modelo procede de la iniciativa privada, en Europa proviene de lo administrativo-institucional.
- En EEUU la orientación dentro de la escuela es como consecuencia del cambio acelerado, en Europa se centra más en la transición escuela-trabajo y en el replanteo del proceso educativo. 
II. PERÍODO EMPÍRICO DE ENTREGUERRAS (1914-1950):
Este período está signado por las grandes contradicciones que llevaron implícitas las dos Guerras Mundiales y los acontecimientos socioeconómicos (como la Gran Depresión del ‘29). En este período, se van desplegando distintos ámbitos de aplicación de la Orientación:
A) ORIENTACIÓN COMO SELECCIÓN PROFESIONAL: fundada en el movimiento psicométrico (Estados Unidos) y psicotécnico (Europa), y el enfoque parsoniano de rasgos y factores. La orientación como disciplina dirigida a la intervención también participó de los avances de la psicología aplicada en el campo de la medición y el diagnóstico del individuo. Necesitaba de una metodología objetiva y científica que le facilitara un conocimiento del individuo para poder orientarlo hacia la profesión que mejor se adecua a sus características. Se apuntaba a la medición de las aptitudes de los individuos y la selección de los más “aptos” para una determinada profesión. Ese respaldo lo encontró en los TESTS como instrumento de diagnóstico. Su utilización en el proceso de la orientación tuvo un doble atractivo: por una parte, la utilización de un método objetivo de verificación de la observación y, por otra, la utilización de la medida con apoyo estadístico. En Estados unidos la “selección” se puso al servicio de la incorporación de hombres al ejército, a partir de la toma colectiva del Army Test. En la eclosión del movimiento psicométrico la orientación desestimó otros aspectos más psicodinámicos (como la personalidad, motivación, intereses e incluso la relación personal en el proceso orientador). La Orientación Profesional se alejó de su función de ayuda, asesoramiento y reforma social, quedando a merced del ajuste, la selección y la adecuación de los individuos a sus ocupaciones. La utilización de los test tuvo un carácter de fortalecimiento objetivo de la intervención orientadora, pero su uso se convirtió en una adicción a los mismos y, lo que es peor, abandonó el asesoramiento y la relación afectiva.
B) ORIENTACIÓN COMO “AYUDA INDIVIDUALIZADA” O “COUNSELING”: a partir de 1930, en plena depresión, comienza a cuestionarse el movimiento psicométrico, al enfoque racional y directivo y al enfoque económico-social en que se apoyaba. Se inicia una fuerte preocupación no tanto por los factores diferenciales, sino por la evolución que iba experimentando el individuo y, en consecuencia, por sus problemas personales, pasa a considerar los aspectos vitales (estructura de la personalidad, conflictos inconscientes, vínculos, padecer) y el desarrollo del sujeto, configurándose un “Enfoque no directivo” inspirado principalmente en Rogers. Tiene sus fundamentos en el movimiento de higiene mental, el cual considera que la enfermedad mental es un fenómeno eminentemente social; al ubicar que el problema no está solamente en el individuo sino en el contexto surge la necesidad de prestar la atención en la dimensión afectiva, tratando de descubrir los conflictos personales lo más temprano posible a través del asesoramiento y la ayuda individualizada. El psicoanálisis aporta luz sobre aspectos referidos a la atención a los problemas afectivos y emocionales del sujeto, a la relación como principal instrumento terapéutico, a nuevas técnicas y modelos de evaluación y diagnóstico individual y otros, que abrieron nuevas perspectivas al proceso orientador (el estudio de casos, la asociación libre, la interpretación, la transferencia, etc., permitían un conocimiento de individuo más integral y psicodinámico y menos fragmentado de lo que lo hacía el enfoque psicométrico). Se pasa de una perspectiva que le otorgaba preeminencia a lo económico-social, a ser una perspectiva de ayuda personal. Al hombre productivo se antepone el hombre con sus problemas, poniendo el énfasis en lo personal-psicológico. Se pasa de considerar un diagnóstico basado en tests a dar un gran protagonismo a la entrevista clínica y a las relaciones personales. El centro del proceso orientador será el sujeto. Esta concepción amplia el ámbito de las funciones de la orientación y se empieza a tener en cuenta las necesidades de la persona que explica sus problemas y solicita ayuda. La Orientación considerada como guidance pasa a implementarse como counseling: el asesoramiento como proceso psicológico de ayuda personal para la comprensión de la información de estudios y profesional en relación con la posibilidad de sujeto. Con la popularidad del “Enfoque No Directivo” surge un período de mucha confusión en el que no queda del todo claro cuáles eran las incumbencias y limitaciones del orientador.
C) ORIENTACIÓN COMO PROCESO EDUCATIVO: los orígenes de la Orientación fueron extraescolares, aunque todos los iniciadores y pioneros de la orientación estaban convencidos de que sólo desde la educación la orientación podría desarrollarse plenamente y llegar a todos los alumnos haciendo una tarea más bien de tipo preventivo. Davies y Kelley introducen la Orientación Profesional en el currículum escolar y Dewey contribuyó a esa integración de la Orientación en el ámbito educativo. En ese proceso de inserción en el marco educativo, su influencia dará lugar a la Escuela Nueva (Estados Unidos) y la Escuela Activa (Europa). Surgen dos modelos a la hora de afrontar la intervención orientadora en el marco escolar: 
- Orientación como distribución y ajuste de los alumnos: se pretendía distribuir a los alumnos en las diferentes materias, grupos, especialidades y así lograr el máximo ajuste teniendo en cuenta las características personales del sujeto. El fin último era lograr una buena distribución de la población en el mercado de trabajo (cada uno en su puesto). El profesorado no se implicó y la orientación, aun estando integrada en el ámbito educativo, se convirtió en algo marginal y puntual para aquellos momentos en que el alumno había de efectuar una opción de estudios. Este modelo sigue asociado a las diferencias individuales y a la psicología aplicada (no todos los sujetos podían seguir los mismos estudios en función de sus características personales; los motivos de la inadaptación escolar se encontraban en el propio sujeto y, por consiguiente, podían ser tratados y solventados). Se focaliza en trabajos, técnicas y hábitos de estudio y desarrollo del pensamiento crítico.
- Orientacióncomo una función total de la educación: rechaza las funciones del planteamiento anterior y considera a la educación como una orientación para la vida, orientación sería sinónimo de educación, no se concibe el que se pueda orientar si no es a través del propio currículum escolar. Remite a la concepción de Brewer y Mathewson, quienes conciben al orientador al modo de un verdadero educador, que debe abocarse a preparar al sujeto para la vida adulta. La orientación se convierte en la actividad educativa que intenta desarrollar los aspectos madurativos, educativos y vocacionales del sujeto a lo largo de la vida de éste, teniendo al profesor como el verdadero orientador. Una de sus principales consecuencias fue poner de moda el explotar las materias de enseñanza con fines orientadores.
Tanto Europa como Estados Unidos siguieron similares recorridos. Durante este período fueron dos los enfoques teóricos que representaban sendas concepciones de la Orientación Profesional: el “ENFOQUE RACIONAL Y DIRECTIVO”, y el “ENFOQUE NO DIRECTIVO”. Durante los años 40 ambos enfoques fueron irreconciliables (desde el rol del orientador, pues expresan una diferente concepción del hombre). Será Super quién asuma la tarea de integrar diversos enfoques, en un enfoque que él denominó posteriormente “Enfoque socio-fenomenológico” y con el que se inicia el “Desarrollo Vocacional”.
III. PERÍODO INVESTIGATIVO (desde finales de la Segunda Guerra Mundial hasta 1980):
El orientador dejará de considerarse como un técnico en psicometría, en diagnóstico, etc. para pasar a considerarse un profesional, una persona formada para ayudar al sujeto a afrontar su proceso, donde la realidad personal, educativa, y vocacional estarán presentes. Si hasta este momento se había producido un cierto paralelismo en el proceso de la orientación entre Europa y América, a partir de la década del ‘50 se produce en Norteamérica un fuerte avance del counseling no directivo de Rogers.
Se destacan principalmente los aportes de Super, quien en 1951 concibe a la Orientación como el proceso de ayuda a una persona para que logre una descripción adecuada e integrada de sí mismo y de su papel en el trabajo, con satisfacción para sí y en beneficio de la sociedad. 
Super puntualiza como objetivo de la Orientación la intervención en el desarrollo de la “CARRERA”, entendiendo por esta la sucesión o secuencia de posiciones que va asumiendo el sujeto a lo largo del devenir subjetivo (desde la adolescencia hasta la jubilación) remuneradas o no, de carácter ocupacional, pero también familiar, cívica o de tiempo libre. En este trayecto, el sujeto va profundizando actividades que le dan placer, modifica y desecha aquellas que le provocan displacer.
Si antes la elección vocacional se consideraba como aquel fenómeno que ocurre en un momento determinado de la vida del individuo, ahora la elección vocacional es considerada como un proceso evolutivo y de desarrollo largo de la vida de sujeto y que se enmarca justamente en los enfoques evolutivos y de desarrollo. Con la aparición de las teorías del desarrollo se aminora el predominio del “Enfoque no directivo” y se vuelve a la concepción original de la orientación profesional, consolidando el concepto de orientación profesional como proceso de ayuda durante toda la vida del sujeto. 
Se pasa de interpretar la Elección Vocacional como un hecho puntual y estático, como una decisión aislada, a una concepción de desarrollo de las conductas vocacionales a lo largo de la vida del individuo al modo de un proceso evolutivo, a la manera de múltiples decisiones que se concretizan a lo largo del devenir subjetivo, poniéndose el acento en la diacronía.
En la década del ’60 puede verse cómo la crisis social desencadenó la demanda de la orientación tanto en el ámbito educativo como social. Esta década supuso la definitiva expansión de la orientación en Estados Unidos y en Europa. No se trataba tanto de mejorar la calidad de la educación a través de programas de formación de alumnos superdotados, sino de iniciar programas pragmáticos para luchar contra la desigualdad. Este relanzamiento de la Orientación Profesional se concretó con un aumento de los servicios de orientación, del número profesionales dedicados a esta tarea y de los planes de formación de estos profesionales. Esta expansión no tuvo los resultados esperados debido al desfase producido entre la teoría predominantemente “no directiva” y la necesidad de una resolución práctica de las necesidades planteadas, desde el momento en que no se tuvo en cuenta la dimensión social. De todas formas, se produce un avance y la orientación profesional comienza a clarificar sus funciones, desprendiéndose de sus planteamientos excesivamente psicologistas.
En la década del ‘70 la Orientación Profesional alcanza gran reconocimiento social. Se institucionaliza en un gran número de países. Lo más relevante del período es la aparición del movimiento de “Educación para la Carrera” en Estados Unidos. Este movimiento, preocupado por el desarrollo vocacional, interviene en la integración de conceptos vocacionales en el currículum educativo, con el fin de preparar al joven para su incorporación a la vida adulta. La educación para la carrera no sólo tiene como objetivo la integración de la orientación en el currículum, va a suponer un cambio educativo a nivel conceptual y organizativo, donde se ha de implicar la sociedad. Comienza a tomar protagonismo el “Enfoque educativo” de la Orientación sobre el modelo de counseling individual. Se apunta hacia una Orientación más abierta, más preventiva (ligada cada vez más a los presupuestos educativos y los enfoques de desarrollo vocacional). Comienza a extenderse la Orientación a grupos especiales y a minorías culturales y nacionales. Se inicia el modelo de intervención por medio de programas adecuados a cada situación institucional y regional.
En 1974, Super incluye la Orientación Vocacional en la “Orientación para la carrera”, que buscará potenciar el desarrollo de los individuos durante el ciclo vital y de aquellos aspectos que, incluso no siendo estrictamente vocacionales, contribuyen a la realización personal y profesional del sujeto. No trata tanto de ayudar en una “elección ocupacional” sino de servir de “guía para el desarrollo de la carrera” (en el sentido de “carrera” especificado más arriba).
Incorporando las técnicas de Orientación Vocacional a la “Orientación por la carrera”, se busca ayudar al orientado a ser más autogestivo, directivo y creativo en sus planes profesionales, apuntando a incrementar el “auto-conocimiento” (el conocimiento que el sujeto tiene de sus habilidades, potencialidades, debilidades, preferencias) así como el “conocimiento de la ocupación” (el rango de las operaciones ocupacionales disponibles, el modo de acceder a ellas). Se va concibiendo la Orientación Profesional como un proceso que tiene como objetivo la adquisición por parte del sujeto de una serie de competencias para auto-orientarse. Pone énfasis en la acción educativa dirigida al ámbito de la elección profesional para posibilitar a los sujetos el tratamiento cognitivo de la información y llevarles, a lo largo de todo un proceso, a efectuar elecciones autónomas, conscientes y motivadas. Es un proceso de elaboración de representaciones de sí mismo y del entorno socio profesional para así hacer su propio proyecto de vida.
La perspectiva de Super pone el acento en la naturaleza psicológica de la elección vocacional. Así, cobra relevancia el Enfoque no directivo de Rogers, jerarquizándose la noción de desarrollo y una concepción dinámica de la Orientación (frente a la concepción estática y puntual de Parsons). 
Nos encontramos también con la emergencia de Teorías Multiculturales (1970) y de “Destrezas Transferibles” (1980).
En la década del 80, sin desestimar el counseling individual, se consolida la orientación con un planteamiento educativo y con un Enfoque de Desarrollo Vocacional. Se pone el énfasis en el desarrollo personal, educativo y vocacional de los orientados. Se ampliay complejiza el ámbito de Orientación Vocacional; se tiene en cuenta el contexto y se considera al sistema educativo como uno de los ejes principales de la prevención. Las instituciones que se ocupan de la orientación consideran que la Orientación Profesional Vocacional debe incluir a todos los alumnos dentro del sistema educativo; se van incorporando programas de orientación atendiendo a la diversidad. La Orientación Profesional se va haciendo más evolutiva, integral y comprensiva.
Se vislumbra una nueva concepción de la Orientación Profesional más integral y comprensiva, con un planteamiento educativo de carácter preventivo y de desarrollo, que intenta descubrir y potenciar dicho desarrollo en el individuo durante su ciclo vital en todos aquellos aspectos que, aun no siendo puramente vocacionales, contribuyen a su realización personal, educativa y profesional.
LA HISTORIA DE LA ORIENTACIÓN EN AMÉRICA LATINA EN GENERAL, Y EN ARGENTINA EN PARTICULAR: 
La industrialización y las dos Guerras Mundiales tuvieron una gran influencia al dar la oportunidad de compensar las carencias que sufrían por igual Estados Unidos y Europa, y al favorecer la apertura de espacios para la exportación. A partir de este cambio se comienza a pensar la capacitación de recursos humanos para el mundo laboral. El país precursor en el tema de la industrialización fue Brasil, allí se dio mucha importancia a la Orientación Profesional. 
Más allá de que se ha tendido a importar paradigmas y marcos teóricos de los centros geopolíticos de saber-poder (Europa y Estados Unidos), también se han producido desarrollos específicos de la mano de Mira y López en Brasil, quien creó el más completo centro de selección y orientación profesional de Latinoamérica, y de Bohoslavsky en Argentina, quien propició una articulación entre la Orientación y el psicoanálisis kleiniano.
La creación de las Carrera de Psicología en distintas Universidades de Latinoamérica tuvo gran influencia en la Orientación Profesional y sus nuevas intervenciones.
Las primeras etapas de la Orientación Profesional latinoamericana estuvieron relacionadas con el trabajo y apuntaban a un modelo de selección profesional.
Si bien la historia de la Orientación en nuestro contexto estuvo, en principio, más ligado a la historia europea, lo que llevó a que inicialmente se denominara “Orientación Profesional”, luego pasarán a tener mayor centralidad los desarrollos norteamericanos, pasando a concebirse en términos de “Orientación Vocacional” y adquiriendo protagonismo el Enfoque directivo de rasgos y factores. 
Hacia mediados de la década del cincuenta, el interés se orientará hacia el Enfoque no directivo, ligado a la clínica psicoanalítica. Finalmente, será Bohoslavsky quien introduzca la denominación “Orientación Vocacional-Ocupacional”, vigente hasta nuestros días.
En Argentina, desde finales de los ´30 y debido a los efectos de la Segunda Guerra Mundial, se produjo un incipiente proceso de industrialización, originariamente dirigido a la sustitución de importaciones. La industria argentina desarrolló y realizó cambios estructurales. Tal proceso se acelera con la primera experiencia peronista, cuyos planes quinquenales (1947/53) estuvieron destinados a fomentar la productividad industrial, “equilibrar” las clases sociales y superar la crisis de distribución. 
En dicho marco, la Orientación Profesional llegó a alcanzar rango institucional al ser incorporada en la Constitución Nacional tras su reforma en 1949, cuando se incluye un artículo que contempla la creación de departamentos de Orientación Profesional en cada universidad, destinados a encauzar las “naturales aptitudes” de los estudiantes de colegios y escuelas medias y especiales a determinadas actividades profesionales de modo tal de impulsar el progreso nacional. Así, la Orientación Profesional y la psicotecnia ocuparán un lugar privilegiado en la formación de psicólogos.
La historia de la Orientación Profesional en la Argentina siempre estuvo relacionada con la orientación europea y más aun con la norteamericana. Al tiempo, en las carreras de Psicología, las cátedras sobre el tema comenzaron a llamarse Orientación Vocacional y Orientación Vocacional Ocupacional.
Pensar la historia de la Orientación Profesional en nuestro país es remontarnos a las relaciones del trabajo y a las complejas consecuencias de esta interacción.
Dos profesionales, de ámbitos laborales diferentes y distintas ideologías, llevaron a cabo interesantes proyectos en relación con la Orientación Profesional y el mundo del trabajo: el Dr. Palacios, argentino, y Jesinghaus, alemán, discípulo de Wundt. Surgieron dos posiciones antagónicas: la inspiración socialista de Palacios vs la preocupación por la racionalización del Estado y de las fuentes de trabajo de Jesinghaus. Pero ambos, aun con diferencias ideológicas muy marcadas, coincidieron con en la creación de un Instituto de Orientación Profesional. 
Palacios, en la década del ´20, fue decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UNLP, incorporó el método experimental al estudio de los trabajadores y de sus condiciones de vida y labor, además creó un laboratorio de psico-fisiología destinado a evaluar las aptitudes e inclinaciones de los sujetos, así como las aptitudes requeridas por las distintas ocupaciones, oficios y profesiones, de modo de determinar la más adecuada/indicada para un sujeto determinado. Participó en conjunto con el Dr. Calcagno. Allí se realizaron numerosos trabajos para dar respuesta a los problemas que presentaban los trabajadores en diferentes campos de actividad. 
- Junto con Jesinghaus crearán el instituto Nacional de Orientación Profesional en 1923, encargado de evaluar a los jóvenes próximos a egresar y realizar un diagnóstico en base a su idoneidad corporal, vocación, situación económica y mercado laboral.
- A este hito fundacional siguió la creación de “oficinas de psicotecnia” en organismos estatales provinciales.
- En 1949 se crean la Dirección de Orientación Profesional de la provincia de Buenos Aires. La tarea de pre-orientación vocacional se inició en La Plata en el ´49 y se fue ampliando luego al interior de la provincia.
- En 1950 se crea en Tucumán la Licenciatura en Psicotecnia y Orientación Profesional, que se transformará en 1954 en la Licenciatura en Psicología, luego del Primer Congreso Argentino de Psicología celebrado en esa provincia. La flamante Licenciatura en Psicología incluía a la Orientación Profesional como parte de la currícula y como incumbencia profesional psi, dando origen a diferentes modalidades de intervención en Orientación con un modelo predominantemente educativo e institucional, pero que también mantenía cierta relación con el mundo del trabajo.
- A partir de 1954, en distintas universidades del país, se creó la carrera de Psicología en San Luis, Rosario, Buenos Aires, La Plata, Mar del Plata, Córdoba (por orden cronológico). 
- En 1956, la Dirección inaugurada en el ’49 pasará a llamarse Dirección de Psicología y Asistencia Social-Escolar, con una Asesoría de Orientación Profesional. Gavilán se detiene específicamente en la actividad de esta institución por la importancia de la misma en el ámbito inter/nacional. Tenía como objetivo fijar los lineamientos, metodologías y técnicas de la Orientación Profesional, a través de un Consejo Vocacional formado por un maestro (aportaba información sobre los recursos intelectuales, el trabajo escolar, las reacciones emocionales, las relaciones personales, y los planes vocacionales del niño y de sus padres), un asistente educacional (tenía en cuenta una guía de observación, pruebas de inteligencia, aptitudes, intereses, rasgos de personalidad y estimulaba y apoyaba el trabajo del maestro), un asistente social ( visitaba los hogares de los alumnos a orientar, esto permitía informar sobre aspectos culturales, económicos y familiares), un médico (tenía a su cargo la revisión clínica) y psicólogos.
- Con la creación de la carrera de Psicología en la UNLP, la Orientación adquirirá unamarcada impronta psicoanalítica. Surgen las primeras experiencias de dispositivos grupales con adolescentes, incluyendo aspectos inconscientes en la elección vocacional y técnicas proyectivas en el proceso de orientación.
- En la década del ’70, se crea la primera experiencia de Gabinete Psicopedagógico en escuelas medias de la provincia. Un equipo de trabajo integrado por psicólogos con diferentes especializaciones, un asistente social y un especialista en información profesional. 
- En 1974 se suspende debido a una decisión política que indicaba que los esfuerzos debían orientarse hacia la escolaridad primaria. 
- A partir del proceso militar de 1976 se produce un total desmantelamiento de esta Dirección y comienza una época de total achicamiento institucional. El rol de la Orientación dentro del sistema educativo se vuelve asistencialista. Se se prohíben las experiencias comunitarias y de extensión, y se cierra la carrera de Psicología en la UNLP.
- Desde la década del ’80 se introducen los gabinetes psicopedagógicos en las escuelas medias.
- A partir de 1984, con el advenimiento del gobierno constitucional, la dirección de Psicología inicia un nuevo período: se modifica el encuadre institucional de trabajo y se investiga y se evalúa la tarea realizada por los equipos psicopedagógicos en cuanto a la prevención del fracaso escolar. La Dirección se integra, coordina y participa en programas interinstitucionales. 
- En 1987 se produce un corte de gestión y nuevamente la Dirección de Psicología es cercenada en su funcionamiento y rol integrador. 
En los inicios de la Carrera de Psicología se la llamó Orientación Profesional y también Selección Profesional, tiempo después, la influencia de los Estados Unidos colaboró para que se la llamara Orientación Vocacional, pero más tarde con la influencia de Bohoslavsky se la llamo ORIENTACIÓN VOCACIONAL OCUPACIONAL. 
[ÁLVAREZ GONZÁLEZ]
Álvarez González puntúa algunos aspectos relevantes de las diferentes concepciones y definiciones de la Orientación Profesional:
- LA ORIENTACIÓN PROFESIONAL COMO HECHO PUNTUAL que tiene lugar en aquellos momentos en que el individuo ha de tener una elección de estudios y vocacional (pretende describir las características personales del sujeto y adecuarlas a las diferentes demandas de trabajo).
- LA ORIENTACIÓN PROFESIONAL COMO UN PROCESO A LO LARGO DE LA VIDA DEL INDIVIDUO, que contribuye a su desarrollo personal y vocacional. Este proceso tiene un carácter unitario, implica a la persona en su globalidad (madurez personal, educativa y vocacional). Este carácter procesual no desestima una intensificación de la intervención en aquellos momentos críticos en que el individuo ha de enfrentarse a una toma de decisiones trascendentes.
- CARÁCTER TÉCNICO Y PROFESIONAL DE LA INTERVENCIÓN. Requiere de profesionales preparados con sólida formación científica además de actitudes de ayuda. La función del orientador no es la de suplantar al resto de agentes de la orientación; su actuación debe dirigirse a facilitar las condiciones y a diseñar y ejecutar planes de actuación que contribuyan a que el individuo vaya clarificando su proyecto de vida. 
- CARÁCTER EXPERIENCIAL DE LA INTERVENCIÓN ORIENTADORA. La Orientación Profesional se concibe como una ayuda integrada en el proceso educativo, en un plan de estudios abierto que facilite la posibilidad de tener experiencias laborales a través de convenios con empresas o bien mediante actividades extraescolares. Va a requerir de programas educativos flexibles e integrados en el ámbito comunitario; exigirá una estrecha colaboración y permeabilidad entre el mundo educativo y el laboral, y entre la escuela y la sociedad.
- EL INDIVIDUO COMO ELEMENTO ACTIVO DE SU PROPIO PROCESO ORIENTADOR. El protagonismo debe recaer en el sujeto orientado como persona capaz de autoorientarse. Se trata de ayudar al sujeto a que planifique sus propias actividades y tareas a través de procesos y estrategias de aprendizaje que le hagan ser autónomo en todas sus manifestaciones y capaz de planificar su propio desarrollo vocacional. Se trata de enseñar a afrontar cualquier tipo de situación y de saber estar preparado para enfrentarse a cualquier cambio de tipo socioeconómico y tecnológico que se produzca.
- LA ORIENTACIÓN PROFESIONAL COMO DESARROLLO DE LA CARRERA. Abarca los ámbitos pre y post vocacionales, e incluye los diferentes roles que el individuo va asumiendo desde su etapa de estudiante hasta su retiro de la vida activa. El concepto de CARRERA engloba todos aquellos aspectos de una persona a través de toda su vida con atención especial a los períodos de transición donde el individuo ha de afrontar algún tipo de toma de decisiones trascendente. 
- LA ORIENTACIÓN PROFESIONAL COMO VÍNCULO ENTRE LA ACTIVIDAD EDUCATIVA Y LA VIDA ACTIVA. La Orientación es una actividad educativa y procesual que ha de contribuir al desarrollo de las actitudes, aptitudes y competencias del individuo que le preparen para la vida y para el trabajo. No puede ni debe desligarse de la formación exigible en el mundo del trabajo.
- ORIENTACIÓN PROFESIONAL COMO UN FACTOR/DIMENSIÓN RELEVANTE DE LA PREPARACIÓN PARA LA VIDA (educación permanente). Ha de tomar en consideración otras dimensiones que vayan más allá de considerar la educación y la orientación como preparación para el trabajo, en favor de una orientación para saber desenvolverse en la vida adulta.
“PRINCIPIOS” DE LA ORIENTACIÓN PROFESIONAL
Los principios de PREVENCIÓN, DESARROLLO e INTERVENCIÓN SOCIAL implican que la acción orientadora ha de anticiparse a las situaciones conflictivas y no centrarse en una demanda concreta, a la vez que ha de afrontar la prevención y el desarrollo no sólo en el ámbito escolar sino también en el comunitario. 
Cuando antes sólo se consideraba necesaria la orientación profesional en aquellos momentos críticos en que el individuo había de llevar a cabo una elección vocacional, ahora se comienza a ver la necesidad de una orientación como proceso a lo largo de la vida del sujeto, donde esos principios serían los pivotes sobre los que ha de girar la intervención orientadora.
1. PRINCIPIO DE PREVENCIÓN
Se ha identificado con el Modelo Preventivo de Salud Mental y sus tres niveles de prevención (primaria/secundaria/terciaria), pero en orientación, aunque interese centrarse en la prevención secundaria y terciaria, conviene poner el énfasis en la prevención primaria, puesto que se actúa sobre el contexto que producen las situaciones problemáticas y se dota al individuo de competencias para afrontar sus propios conflictos.
Toma el carácter proactivo, basado en la población, centrado prioritariamente en poblaciones de riesgo, con intervenciones directas o indirectas; intenta modificar las condiciones patógenas; mejora la solidez emocional; y garantiza indirectamente un mayor grado de seguridad para la población.
La aplicación del principio de Prevención en la orientación profesional tiene una mayor razón de ser en los momentos críticos. 
Las estrategias de intervención prioritarias procurarán que el sujeto conozca cuáles son sus capacidades y cómo puede desarrollarlas (autoconocimiento); le ayudarán a conocer qué es lo que le ofrece la sociedad para así poder afrontar su propio proceso de toma de decisiones y su proyecto de vida adulta. 
El principio de prevención no debe afrontarse únicamente desde el ámbito escolar, sino que es absolutamente necesario traspasar los umbrales de la escuela e implicar al resto de agentes educativos y de orientación que rodean al sujeto.
2. PRINCIPIO DE DESARROLLO
El individuo en su interacción con el medio va estructurando su propia personalidad, sus capacidades, habilidades y destrezas. Se trata de crear un contexto motivador que estimule esos cambios; ahí pueden jugar un papel muy importante la educación y la orientación como agentes facilitadores de ese desarrollo. 
La orientación acompañará al sujeto, identificando las diferentes conductas que éste manifiesta y tratando de sugerir las tareas que mejor se adecúen a esedesarrollo. El sujeto ha de adquirir las competencias necesarias para afrontar cada uno de los momentos de su desarrollo. 
Ese proceso de desarrollo puede ser analizado desde dos enfoques o planteamientos:
- Desde el enfoque madurativo, que considera el desarrollo como una serie de etapas. Éstas se manifiestan en ciertas conductas sobre las que el orientador puede incidir a través de tareas.
- Desde el enfoque cognitivo, que interpreta el proceso de desarrollo como una interacción continua del sujeto con el medio. Este proceso es activo y necesita de la motivación en la construcción y progreso armónico de la realidad.
Ambos enfoques han de ser tenidos en cuenta en los planteamientos de la intervención orientadora, concretamente en la orientación para el desarrollo. Esta concepción evolutiva ha permitido la conjunción del principio de prevención y del de desarrollo. 
La orientación se centra en los alumnos para dotarles de aquellas competencias que les permitan afrontar su proceso de realización personal. El protagonista es el sujeto con sus potencialidades y el medio que facilita dicho desarrollo es el ámbito educativo a través de programas planificados de intervención orientadora.
Cuando se habla de principio de desarrollo no sólo se está pensando en el desarrollo personal sino también en el educativo y vocacional.
La concepción de la Orientación Profesional como proceso de desarrollo a lo largo de toda la vida del individuo es una consecuencia de este principio. Cabe destacar a Super, quien concibe la orientación profesional como un proceso de desarrollo.
3. PRINCIPIO DE INTERVENCIÓN SOCIAL
La intervención orientadora no debe tener sólo en cuenta al individuo, sino también el contexto social donde se desenvuelve. No se trata sólo de que el alumno se adapte al medio, sino de provocar o modificar algunos aspectos del contexto que obstaculizan esa realización personal. El orientador ha de ser un verdadero agente de cambio social.
A la hora de afrontar este principio aparecen dos posturas claramente definidas en los orientadores: 
a) la actividad del alumno es la base para impulsar el cambio y el desarrollo personal (base psicológica, centrada en el sujeto); 
b) se han de tener en cuenta a todos y cada uno de los elementos que hacen al individuo (estos son los enfoques sistémicos-ecológicos, enfoque sociológico). 
La orientación ha de modificar sus presupuestos psicológicos para introducir los sociológicos si quiere considerar al individuo en su globalidad y en su contexto. La intervención orientadora ha de ir dirigida hacia el contexto educativo y ambiental si se quiere ayudar al sujeto en su realización personal. 
El orientador, junto con el individuo, ha de identificar aquellos aspectos del contexto social que estimulen u obstaculicen el logro de ese desarrollo. En muchos casos, la transformación de algunos aspectos del ambiente es la única posibilidad para lograr los objetivos propuestos.
No se puede concebir una intervención sin contar con el contexto social.
- El sujeto ha de poner a prueba sus posibilidades valores, intereses, estilos de vida, etc., lo cual sólo es posible si se hace en contacto con la propia realidad. 
- Estos modelos de orientación no se pueden centrar exclusivamente en la escuela.
- Deben iniciarse acciones de apertura hacia todo aquello que conecte al orientado con nuevas situaciones de la vida real y del mundo productivo (empleo juvenil, becas y ayudas, etc.). 
- Hay que ser consciente de los factores ambientales que pueden influir negativamente en la toma de decisiones personales y que es importante controlar.
- En muchas ocasiones se producen discrepancias entre los objetivos y valores del sujeto y las propuestas por la institución educativa y la sociedad. Esta situación precisa de una constante interacción individuo-sociedad, que no se puede dilucidar tratando de ajustar al individuo a la sociedad. 
El movimiento de educación para la carrera pone el acento en el principio de intervención social como uno de los aspectos que van a facilitar esa aproximación del mundo formativo al laboral ya desde las primeras edades. La intervención orientadora debe desbordar el ámbito escolar si se quiere que sea eficaz.
FUNCIONES DE LA INTERVENCIÓN ORIENTADORA
El modelo clásico (1974), pero totalmente vigente, de Morrill, Oetting y Hurst es el que mejor representa, en forma tridimensional y gráfica, las funciones y dimensiones de la intervención orientadora:
DESTINATARIOS (¿A quién?): puede ser el individuo y/o los diferentes agentes junto a los que se mueve: grupos primarios (familia, pareja, amigos); grupos asociativos (clase, compañeros, clubs); instituciones y/o comunidades (centro, barrio, ciudad). No se concibe un programa de Orientación Profesional si no se tienen en cuenta los diferentes agentes que pueden estar influyendo sobre las decisiones y realizaciones personales y vocacionales del individuo. 
PROPÓSITO O FINALIDAD (¿Por qué?): se ha de pasar de la reacción a la proacción: intervención antes de que se produzca el problema, estimulando el desarrollo y la realización personal. Se habrían de desarrollar programas dirigidos a todos los destinatarios, que afronten la transición de la escuela al mundo del trabajo, que ayuden al alumno a desarrollar su propio proceso de toma de decisiones, etc. 
MÉTODO (¿Cómo?): dependerá del modo organizativo adoptado por la orientación. Pueden oscilar desde la intervención directa del orientador en exclusividad (sin apenas contar con el resto de agentes) hasta una posición dinamizadora, coordinando la tarea orientadora y dando protagonismo a todos los implicados en la intervención (profesores, padres, amigos, etcétera) mediante la consulta y el entrenamiento. 
Se facilita una mayor implicación del equipo docente; adoptar el servicio o intervención directos como único modo de intervenir no permite operativizar las diferentes funciones y objetivos de la orientación y, a su vez, no facilita la implicación del resto de los agentes.
Si los métodos de intervención directa, de consulta e información, se complementan con variados medios tecnológicos e incluso con documentación autoaplicable, se conseguirá mejorar y hacer más eficaz la intervención orientadora. Estos medios, lejos de amenazar el papel del orientador, le permiten centrarse y potenciar otras funciones como las de consulta, de relación personal, de intervención social y preventiva, etcétera. 
No se trata de desarrollar el mismo número de funciones para cada una de las tres categorías, sino de poner el énfasis en aquellas funciones prioritarias en base al tipo de programa diseñado, a quién va dirigido y qué metas pretende conseguir.
- Función de organización y planificación (planificar los programas de orientación profesional; organizar y planificar las diferentes actividades de la intervención).
- Función de diagnóstico (ayudar a un auto-conocimiento del sujeto para así afrontar su toma de decisiones; ayudar al sujeto a estimular y mejorar sus posibilidades; colaborar con el tutor en el conocimiento del alumno);
- Función de información y formación (transmitir a los sujetos el interés y la motivación por informarse; proporcionar la información, formación, tanto al empleado como al empleador; planificar los itinerarios de inserción; aproximar al sujeto al mundo de trabajo);
- Función de ayuda para la toma de decisiones (ayudar al sujeto a desarrollar estrategias y procedimientos para afrontar el proceso de toma de decisiones; organizar y sistematizar el concepto de sí mismo y del mundo laboral y así poder planificar las estrategias para conseguir sus objetivos);
- Función de consejo (ayudar al sujeto a planificar sus objetivos vocacionales; a afrontar cualquier problemática vocacional; prestar atención a los problemas personales y de relación del empleado);
- Función de consulta (en relación con el centro: contribuir con él a diagnosticar las necesidades a nivel de orientación profesional; fomentar la formación de los profesores del centro en aspectos vocacionales. En relación conlos profesores: implicarlos en la acción orientadora; proporcionales los recursos que necesitan. En relación con los padres: colaborar con ellos en el conocimiento de sus hijos; facilitar la información y formación necesaria para que puedan ayudar a su hijo en su proceso de toma decisiones);
- Función de evaluación e investigación (afrontar la evaluación de la propia acción orientadora a nivel global y específico; Investigar sobre la propia intervención orientadora).
[DI DOMÉNICO & VILLANOVA – ORIENTACIÓN VOCACIONAL: ORIGEN, EVOLUCIÓN Y ESTADO ACTUAL]
En América Latina existirían dos orientaciones básicas de la Orientación Vocacional:
1. la centrada en la estrategia clínica (basado en el psicoanálisis casi exclusivamente), cuyo exponente es Bohoslavsky (1970);
2. otra más moderna y global, con un enfoque más integrativo, representada en la propuesta de Mansilla (1973); en el que combina elementos clínicos, comportamentales, psicometría y estrategias de adaptación del counseling a la atmosfera social sudamericana.
Klappenbach señala el contexto histórico de este surgimiento, contexto de posguerra, en donde en Argentina se adopta el modelo de sustitución de importaciones para el desarrollo industrial, lo que da origen al aumento de la población obrera. Para el aumento de la productividad industrial y el equilibrio entre las clases sociales, se impone la necesidad de reconvertir y modernizar un tipo de mano de obra poco apto para los requerimientos industriales. Así, en la Constitución Nacional de 1949 se incluye la Orientación Profesional, presentada como una función social que el Estado ha de amparar con vistas a que los jóvenes “canalicen sus naturales aptitudes en actividades profesionales”, y de paso impulsen el desarrollo social.
La Orientación Vocacional argentina se halla en la base de la fundación de carreras de psicólogo en los ‘50 por aquellas razones socioeconómicas.
Las más de las veces con respaldo gubernamental, la Orientación Vocacional fue vislumbrada en el país y en Latinoamérica como el eslabón de enlace entre el sistema educativo y el mundo del trabajo.
En este contexto, la Orientación Vocacional tuvo que ampliar los marcos de referencia incluyendo aportes teóricos de la psicología evolutiva, la psicología clínica, la de la personalidad y la de la motivación: quién elige, cómo y por qué resultaban datos tan relevantes como aquellos aportados por las pruebas de inteligencia, aptitudes o de intereses. 
Las líneas de despliegue actual de la disciplina están signadas por factores económicos, culturales, profesionales, educativos y políticos. La expansión industrial y “posindustrial” promueve el desenvolvimiento de esta práctica fomentadora de la elección individual. Las comunidades preindustriales, con su escasa división de la mano de obra y su tradición de roles prescriptos suelen permitirse la ausencia del servicio. Los regímenes democráticos conforman el humus donde la Orientación Vocacional germina y se expande. También es concebible una movilidad social que obedece a factores estructurales y a valoraciones y creencias, como las que presentan a los actores sociales “construyendo su propio destino”. 
Las agencias mundiales de desarrollo social y económico suelen efectuar recomendaciones acerca de la utilidad pública de la Orientación. Estas entidades aconsejan la unión de responsabilidades entre las autoridades laborales y las educacionales, proponen un currículum básico para la profesión de orientador, prefieren la extensión del servicio a toda la población y no solo a sujetos con conflictiva decisional, y sugieren a los gobiernos la dotación de infraestructuras amplias para el afianzamiento del servicio.
[KLAPPENBACH – HISTORIA DE LA ORIENTACIÓN PROFESIONAL EN ARGENTINA]
El surgimiento de la Orientación Profesional en la Argentina estuvo ligado a dos procesos:
- los avances producidos en psicología y la psicotecnia en relación con el conocimiento de las aptitudes y características de la personalidad que tornaban posible la reciproca adecuación del trabajo al hombre;
- las condiciones económicas y sociales que habían transformado el escenario político en el país, desde finales de la década del ‘30. 
Luego de la Segunda Guerra Mundial, se produjo en el país un proceso industrial dirigido a la sustitución de importaciones, proceso que encontraría condiciones favorables para su desarrollo con los planes quinquenales del gobierno peronista en 1947 y 1953. El plan quinquenal planteaba la necesidad de prever y codificar en un solo cuerpo el conjunto de medidas que afectaban la exportación y la importación, reglamentando la tipificación, el envase y la certificación de la calidad de los productos exportables y estableciendo un régimen aduanero ajustado a las realidades de ese momento.
En este contexto, la Orientación Profesional alcanzo rango constitucional tras la reforma de 1949, cuando fuera incorporada al artículo 37, el cual reconocía los derechos del trabajador, la familia, de la ancianidad, de la educación y la cultura. El segundo plan quinquenal fijaba el objetivo de “encausar el aprendizaje y la orientación profesional”, en el campo de la educación y el trabajo.
La Orientación Profesional Colectiva era considerada de interés público, y al mismo tiempo creaba condiciones para el desarrollo de una orientación profesional individual, la cual encontraría mejores condiciones a partir de la década del ’60. 
Este era el marco político institucional, pero la Orientación Profesional fue posible por los avances producidos en el campo de la psicología aplicada y de la psicotecnia. Estas últimas comenzaban a perfilarse como herramientas indispensables de conocimiento e intervención.
En los años 20, la psicotecnia y la Orientación Profesional se habían implantado en el país principalmente en el campo del trabajo; a mediados de siglo se habían desplazado principalmente hacia los problemas del campo educativo, aun cuando siempre conservara una relación fundamental con el campo del trabajo. En Argentina la aplicación de la psicotecnia y la Orientación Profesional originó intervenciones, y la creación de espacios curriculares y de nuevas carreras; como, por ejemplo, la carrera de Psicotécnico y Orientador Profesional en la Universidad de Tucumán en 1950.
El instituto de Psicotecnia y Orientación Profesional de la UNT, dirigido por Aybar, tenía por objetivo el desarrollo del “factor humano” y el “estudio del trabajo obrero”. Aybar consideraba que los problemas de mayor producción podían traducirse a términos psicológicos. Afirmaba que debían respetarse la “diversidad de aptitudes”; y como finalidad del proceso de la orientación profesional: encontrar la mejor ocupación para la realización personal. De tal manera, en Tucumán, la orientación profesional estaba sustentada en un doble registro: uno de tipo económico, centrado en la racionalidad de la ciencia del trabajo; el otro, antropológico-filosófico, fundamentado en la búsqueda de la realización personal. 
En 1954 se desarrolló la Primera Semana Psicotécnica del Norte argentino, en Tucumán. En las circulares que la anunciaban señalaban la jerarquía del hombre, centro vital de la actividad económica y punto de referencia de los demás elementos que configuran la industria. En las temáticas a desarrollar se incluían cuatro grandes grupos: formación profesional, relaciones industriales, sanidad e higiene, seguridad; legislación industrial.
Hacia 1950 en Tucumán se organiza la Licenciatura de Psicotecnia y Orientación Profesional, cuyo plan de estudios se organizaba por grupos de materias, no por años. El grupo de materias “psicológicas” incluía: Psicología Experimental, Psicología Evolutiva; Psicología Social, Psicotecnia y Orientación Profesional. 
Luego del Primer Congreso argentino de Psicología en 1954 (Tucumán), esta carrera se transforma en la carrera de Psicología.
Horas, representante de la Psicotecnia y la Orientación Profesional en San Luis, concebía a la Orientación Profesional como un punto de encuentro entre las aspiraciones ycondiciones individuales (personalidad y aptitud) por una parte, y las necesidades sociales, por la otra. La Orientación Profesional “aspira a que se elijan los oficios y profesiones de modo congruente con la propia personalidad, las aptitudes y el ámbito social”. Horas afirmaba que la Elección Profesional dependía directamente del tipo de estructuración social y de las posibilidades de medios técnicos de una sociedad. Se toma el planteo de que en la elección vocacional del adolescente incidían factores económicos y también morales, ya que dicha elección constituía una cosmovisión para el joven. 
Una característica diferencia a la Orientación Profesional en Cuyo de la tucumana: en San Luis, la Orientación Profesional aparecía menos relacionada con el ámbito del trabajo y más con el de la educación. 
Sin embargo, hay una característica que aproxima ambas posturas: las actividades de Orientación Profesional, aquellas que preveía la Dirección de Psicología Educacional y Orientación Profesional, planteaba el problema de la formación del personal técnico especializado (creación de la carrera de especialización en Psicología en San Luis, de la mano de Horas, eclipsada luego por la creación de la carrera de Psicología en Tucumán luego del primer congreso).
La Orientación Profesional desarrollada en Argentina al promediar el siglo correspondía a la “Orientación Profesional Colectiva”, que procuraba que “la población trabajadora de un país se distribuya convenientemente en los diversos casilleros, de acuerdo con las conveniencias o requerimientos del plan económico-social vigente para obtener el progreso nacional”. Mientras que la orientación individual aspiraba “a conseguir que cada sujeto se dedique al trabajo que mejor le cuadre”, con “un mínimo de esfuerzo y un máximo rendimiento” (Mira y López, 1948).
La Orientación Profesional Individual era un proceso de índole psico-social; la Orientación Profesional Colectiva comprometía directamente a las políticas públicas, en el campo de la educación, mercado de trabajo, del desarrollo socio-económico en general, y de la formación de recursos y de las políticas demográficas en particular.
La modalidad de Orientación Profesional más desarrollada en el país sería básicamente la colectiva, a partir del papel fuertemente rector que le cupo al Estado, al menos hasta finales de los años 50. Esta se constituyó en el marco de las decisiones del Estado.
No hay incompatibilidad entre las dos modalidades, pero sí se diferencian en cuanto a las técnicas y medios de llevarlas a cabo, así como también el tipo de institución que llevaría adelante el proceso. En el caso de la Orientación Colectiva debe llevarse a cabo exclusivamente en un centro oficial, que cuente con los datos estadísticos que se requieren para hacerla y, además, que los revise periódicamente y los reajustes de acuerdo a los acontecimientos.
A mitad de siglo, en Argentina se desarrollaron un conjunto de técnicas, teorías e intervenciones prácticas que serían canalizadas por un estado con intenciones prácticas. En los ’60 cuando el Estado comienza a perder hegemonía, también lo haría aquella modalidad de orientación, que comenzaría a ser reemplazada por una perspectiva clínica, centrada principalmente en las demandas del individuo.
UNIDAD II – LA ORIENTACIÓN Y LAS TEORÍAS DE REFERENCIA
Delimitación del concepto. Teorías psicológicas. Teorías no psicológicas. Teorías generales o integrales.
Consideramos la ORIENTACIÓN desde una mirada abarcativa en la que convergen aspectos que inciden en la elección, el contexto donde sujeto está inmerso y sus múltiples atravesamientos. De allí la complejidad. 
En la Etapa Científica de la Orientación Vocacional se fueron estableciendo las bases teóricas sobre la elección vocacional y su influencia en la intervención orientadora. Álvarez Gonzáles afirmará que detrás de cualquier tipo de intervención orientadora subyace una teoría formal, informal o bien implícita. Cada una de estas teorías o enfoques presenta una concepción filosófica de la realidad, de conocimiento, de la persona y de los valores, así como los componentes teóricos de dicha intervención. 
Álvarez Gonzáles señala que diferentes autores concuerdan en que las teorías o enfoques proporcionan una ayuda al servir como marco de referencia que facilita la comprensión y explicación. 
Algunos autores prefieren hablar de teorías y otros de enfoques, argumentando que es más apropiado utilizar el término enfoque cuando se hace referencia al conjunto de fundamentaciones teóricas que se dan en la Psicología Vocacional, en tanto muchas de estas opciones de elección vocacional no reúnen todos los requisitos para ser una teoría. 
Son variados los factores que intervienen al momento de decidir, por ello resulta difícil establecer el predominio de una teoría por sobre otra. 
John Crites realiza una clasificación de las diferentes teorías sobre la Orientación Vocacional, reconociendo teorías psicológicas, no psicológicas e integrales:
1. TEORÍAS NO PSICOLÓGICAS:
Explican el problema de la elección vocacional por medio de factores externos al individuo: factores fortuitos, azarozos, casuales o accidentales; las leyes de oferta y demanda de ciertas ocupaciones; o la sociedad, cultura y costumbres donde el individuo se desarrolla (factores ambientales). 
Se considera a la elección vocacional como influida por factores externos/ajenos al individuo, no tomándose en cuenta las motivaciones, personalidad e intereses de los sujetos. A su interior reconocemos:
A) TEORÍA DEL ACCIDENTE O AZAR: 
La elección surge como una consecuencia de factores fortuitos y o accidentales exteriores a él. Se asume que la elección resulta de la injerencia de factores azarosos que no están sujetos a una planificación premeditada (como ver una película o acudir a una exposición), y que operan como reforzadores positivos o negativos al momento de la elección vocacional-ocupacional, no obedeciendo la misma a un trabajo de reflexión del sujeto, de modo voluntario o consciente (el sujeto no se propondría deliberadamente ingresar a una situación educativa o laboral). Esta teoría está representada por Bandura. 
Gavilán sostiene que si bien no debe otorgarse preeminencia a este factor azaroso por sobre los demás (o reducir toda la orientación vocacional-ocupacional al mismo), tampoco se lo puede desmerecer, en tanto efectivamente desempeña un papel. Sin embargo, el proceso orientador debería encargarse de reducir la injerencia de estos factores azarosos, tratando de controlarlos. 
B) TEORÍAS ECONÓMICAS: 
Parte de la consideración de la distribución de los trabajadores en distintas ocupaciones de la economía y del interés por explicar por qué difieren en el número de individuos que las eligieron e ingresaron en ellas.
Asumen que el individuo tiene una completa libertad en la elección eligiendo la ocupación (opción de estudios o profesión) por motivaciones económicas, elige lo que piensa que le traerá mayores ventajas, incluyendo dentro de estas ventajas el mejor ingreso, salario, o el prestigio social que esta les conferiría. 
Algunos autores reconocen otros factores que influyen en la elección vocacional además de las variables de la oferta y la demanda, como la información del individuo acerca de las ocupaciones y el costo de la capacitación y el entrenamiento.
En la actualidad se hace visible el predominio del factor económico en la elección vocacional de los jóvenes, por ejemplo, el caso de jóvenes próximos a egresar de la secundaria donde manifiestan su interés por continuar diferentes ocupaciones que saben de que tendrán buena salida laboral.
C) TEORÍAS CULTURALES Y SOCIOLÓGICAS: 
Atribuyen escasa importancia al individuo como agente o variable en el proceso de elección, los diversos aspectos del sistema social son los principales factores en la toma de decisión. 
El factor que adquiere más importancia al momento de elección educativa y ocupacional de una persona es la influencia de la sociedad y cultura en la que se halla inmerso. Dentro de la culturase encuentran subculturas que se oponen a la elección vocacional. La más importante según este enfoque es la clase social a la que pertenece el individuo. Desempeñan un papel central dos ámbitos de socialización privilegiados: la familia y la escuela. El sujeto, así, elegiría en función de los objetivos y metas que ha aprendido a valorar, y en concordancia con su género, su clase social y su etnia. 
2. TEORÍAS PSICOLÓGICAS:
Consideran al individuo como variable fundamental en el proceso de elección. La elección estaría determinada principalmente por las características y funcionamiento del individuo y sólo indirectamente por el medio en que vive. Destacan los aspectos “internos” de los sujetos (motivaciones, personalidad, conflictos, vínculos, etc.) como determinantes de las elecciones vocacionales-ocupacionales. 
Existen dentro de estas teorías dos enfoques: 
I. establece la elección vocacional como un acto puntual en un momento determinado.
II. considera la elección como un proceso que tiene lugar a lo largo de las etapas y desarrollo del individuo.
A su interior, se reconocen:
A) TEORÍA DE RASGOS Y FACTORES: 
El precursor de esta teoría es Parsons, quien asume que los sujetos poseen ciertas características y aptitudes medibles y cuantificables que es preciso establecer para garantizar una adecuada elección, en tanto se asume que las distintas ocupaciones/profesiones exigen determinados rasgos. Parsons considera al RASGO como una característica estable del individuo que actúa prediciendo sus conductas. Dichos rasgos son susceptibles de ser medidos y cuantificados.
Esta teoría está basada en la psicología de las diferencias y el análisis de las ocupaciones, y tiene como supuesto básico adecuar los rasgos personales a los requisitos que exige una profesión. 
Entiende asimismo que los sujetos que se desempeñan en una misma ocupación compartirían ciertas características y aptitudes (lo que permite la comparación de aptitudes con compañeros), como también se asume que la satisfacción que se encuentra en la ocupación depende del grado de correspondencia existente entre las características exigidas por la ocupación y aquellas que posee el sujeto (a mayor concordancia, mayor satisfacción, lo que permite pensar esto en términos de “grados de satisfacción”). 
Parsons planteó que los factores intervinientes en una elección ocupacional de una persona son: 
- clara comprensión y conocimiento de “sí mismo”;
- conocimiento de los requisitos y condiciones del medio académico y laboral;
- un verdadero razonamiento de las relaciones entre esos dos puntos.
El sujeto compara sus capacidades con las ocupaciones y elige aquella que mejor se adecua.
Williamson jerarquizó la importancia del diagnóstico como elemento fundamental del asesoramiento, distinguiendo ciertas categorías diagnósticas:
- sujetos incapaces de tomar una decisión;
- sujetos que evidencian dudas e inseguridades respecto a la toma de decisión;
- sujetos que se revelan como imprudentes en lo que hace a la toma de decisiones;
- sujetos que evidencian un cierto desacuerdo entre sus capacidades y los requisitos del mundo laboral.
B) TEORÍAS PSICODINÁMICAS: 
Son aquellas teorías que apelan al psicoanálisis incorporando la dimensión inconsciente. Desde esta perspectiva, se conciben al trabajo y al estudio como vías para procurar una descarga sublimada de los deseos reprimidos. Asimismo, se le confiere importancia al concepto de identificación, al momento de conceptualizar la identidad vocacional como resultado del proceso por el cual se asimilan características de otro, modificándose el Yo en base al modelo provisto por este. 
Los intereses vocacionales, entonces, resultarían de la identificación con estos otros significativos (padres, hermanos, amigos, referentes, etc.) que asimismo devienen destinatarios de fantasías inconscientes, deseos y temores. Será preciso promover una elección vocacional-ocupacional intentando despejar los datos objetivos (sobre el sí mismo, sobre los otros, sobre el mundo) de las distorsiones que introduce la vida psíquica fantasmática. 
Cada teoría de este grupo va a proponer que el factor más significativo en la elección vocacional es una variable motivacional o de proceso. Se diferencia en relación con la “Teoría de rasgos y factores” en tanto éstas refieren a características observables del individuo y no a estados o condiciones inferidos que impulsan un determinado comportamiento. Reconocemos tres grandes aportes:
- Teorías psicoanalíticas: Bohoslavsky, quien acuña el concepto de “Orientación Vocacional-Ocupacional, se distancia del “modelo actuarial” y asume una “modalidad clínica” que jerarquiza el valor de la entrevista clínica y las baterías de test en el establecimiento de un “diagnóstico de orientabilidad” que permitiría intervenir de manera adecuada en la singularidad deseante e identificatoria del sujeto en cuestión. El objetivo es lograr una identidad vocacional y ocupacional integradas, lo que requiere del establecimiento de un encuadre, el despliegue de la transferencia y la contratransferencia, la utilización de la interpretación y el señalamiento, y la realización de diagnósticos y pronósticos.
- Teorías basadas en la satisfacción de las necesidades: considera como aspecto fundamental los deseos y necesidades que estimulan al individuo a preferir determinadas ocupaciones frente a otras. Se interesa sobre la relación entre los factores familiares, intelectuales, personales y sociales y su influencia en la elección vocacional. Uno de sus referentes es Roe, quien se encarga de estudiar la correlación existente entre las dinámicas familiares (el modo en que los padres han acudido o no a satisfacer las necesidades y demandas pulsionales del niño en las primeras experiencias infantiles) y las elecciones vocacionales.
- Teorías basadas en el concepto de sí-mismo: afirma que el sí mismo es funcional además de estructural y qué motiva al individuo a la acción y organiza las percepciones de sí y del ambiente. 
Super expresó que la elección de una ocupación en uno de los momentos de la vida en que un joven es exhortado a expresar de manera explícita su concepto de sí. A lo largo de la vida el individuo desempeña una variedad de roles que le proporciona la oportunidad de descubrir qué es y qué quiere hacer.
Su principal referente es Rogers (precursor del “enfoque no directivo”) quien postula que el concepto de sí mismo se va desarrollando a lo largo del desarrollo, durante toda la vida del individuo pasando, por diferentes fases:
(a) exploración: el sujeto nace con ciertas inclinaciones o potencialidades innatas que resultan “moldeadas” por el ambiente, dando lugar a una serie de conductas;
(b) auto-diferenciación: el sujeto se diferencia de los objetos y de las otras personas;
(c) identificación: el sujeto se identifica con aquellos otros que le proveen satisfacción a sus necesidades y demandas pulsionales;
(d) desempeño de roles: el sujeto va desempeñando roles (extraídos de esas identificaciones, podríamos pensar) que contribuyen a la configuración de la imagen del sí mismo;
(e) evaluación de los resultados: confrontación con la realidad, de la que resulta una comprobación constante del concepto de sí-mismo.
C) TEORÍAS DE LA TOMA DE DECISIONES:
Utiliza modelos de decisión para conceptualizar el proceso de elección. 
Su mayor referente es Fredickson (1982), quien concibe a la toma de decisiones respecto de un hecho educativo y/o laboral como un proceso secuencial y racional, que supone el procesamiento de información, la revisión, la confrontación, el análisis y la previsión. Toda información relevante sobre las distintas alternativas ha de ser tomada en consideración por quien va a tomar la decisión, en tanto la decisión final resulta de la suma de valores positivos que el sujeto ha encontrado en su recorrido.
Habrían dos características que poseen las decisiones: hay un individuo que debe tomar una decisión + hay dos o más cursos de acción de las cuales debe elegir uno basándose en la información que tiene de

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