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de Lellis, M_ Mozobancyk, S El proceso de salud-enfermedad desde la perspectiva de la complejidad

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MARTIN DE LELLIS – SCHELICA MOZOBANCYK
EL PROCESO SALUD/ENFERMEDAD 
Y SUS EMERGENTES DESDE UNA PERSPECTIVA 
COMPLEJA 
MARTIN DE LELLIS
SCHELICA MOZOBANCYK
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EL PROCESO SALUD/ENFERMEDAD Y SUS EMERGENTES DESDE UNA PERSPECTIVA COMPLEJA 
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MARTIN DE LELLIS – SCHELICA MOZOBANCYK
Colección Psicología • Eudeba
EL PROCESO SALUD/ENFERMEDAD 
Y SUS EMERGENTES DESDE UNA PERSPECTIVA 
COMPLEJA 
MARTIN DE LELLIS
SCHELICA MOZOBANCYK
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EL PROCESO SALUD/ENFERMEDAD Y SUS EMERGENTES DESDE UNA PERSPECTIVA COMPLEJA 
Eudeba
Universidad de Buenos Aires
1º edición: marzo de 2013
© 2013 Eudeba / Colección Psicología • Eudeba
Editorial Universitaria de Buenos Aires
Sociedad de Economía Mixta
Av. Rivadavia 1571/73 (1033) Ciudad de Buenos Aires
Tel: 4383-8025 / Fax: 4383-2202
www.eudeba.com.ar
Diseño de interior y cubierta: Alessandrini & Salzman
Impreso en la Argentina
Hecho el depósito que establece la ley 11.723
No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su almacenamiento 
en un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier 
medio, electrónico, mecánico, fotocopia u otros métodos, sin el permiso previo 
del editor.
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MARTIN DE LELLIS – SCHELICA MOZOBANCYK
Índice
Del paradigma reduccionista/
mecanicista al paradigma de la complejidad 11
El paradigma de la complejidad 17
El paradigma de la complejidad 
y la salud pública 31
Bibliografía 89
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EL PROCESO SALUD/ENFERMEDAD Y SUS EMERGENTES DESDE UNA PERSPECTIVA COMPLEJA 
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MARTIN DE LELLIS – SCHELICA MOZOBANCYK
Introducción
En todas las ficciones, cada vez que un hombre se enfrenta 
con diversas alternativas, opta por una y elimina las otras; 
en la del casi inextricable Ts’ui Pên, opta –simultáneamen-
te– por todas. Crea, así, diversos porvenires, diversos tiem-
pos, que también proliferan y se bifurcan. 
Borges, J. L.: “El jardín de senderos que se bifurcan”.
En el presente trabajo nos proponemos explorar las impli-
cancias que tiene para la salud pública, el observar los procesos y 
emergentes propios de este campo desde los principios del para-
digma de la complejidad.
Desde una perspectiva epistemológica el pensamiento com-
plejo ya se ha constituido en un verdadero paradigma para la 
mayoría de las disciplinas y áreas del conocimiento. En el cam-
po sanitario, sin embargo, todavía la formación profesional, las 
concepciones y prácticas no logran desprenderse de las severas 
limitaciones que impone un paradigma reduccionista/mecani-
cista, condicionando, gravemente, la eficacia –y aun el sentido 
ético– de las acciones en salud.
Por ello, en estas páginas, proponemos un recorrido inevita-
blemente breve e incompleto, pero comprehensivo y articulado, 
que nos permita acceder a una primera visión, aunque más no 
sea somera, del enorme potencial que implica el anudamiento 
entre el paradigma de la complejidad y el pensar y hacer en salud 
pública.
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EL PROCESO SALUD/ENFERMEDAD Y SUS EMERGENTES DESDE UNA PERSPECTIVA COMPLEJA 
Al aplicarse a las problemáticas sanitarias emergentes, las 
ciencias de la salud en general y, la psicología en particular, se 
ven enfrentadas a cuestiones que se plantean en muy distintas 
áreas o niveles de análisis: el impacto de la globalización econó-
mica, la degradación de los ecosistemas a causa de presiones eco-
nómicas y demográficas, las nuevas enfermedades transmisibles 
emergentes y re-emergentes, los problemas de anomia y desinte-
gración, que plantean una cada vez más creciente inequidad en 
el acceso a bienes y servicios entre los diversos grupos que con-
forman a las actuales sociedades, los efectos del debilitamiento 
de las redes de apoyo sobre la salud de individuos, grupos y co-
munidades, los comportamientos de riesgo a que es empujada la 
población en un contexto de presiones sociales que multiplican 
los valores del capitalismo global y estimulan intensamente el 
consumo a través de los medios de comunicación masiva.
Es ya un hecho reconocido que el paradigma reduccionis-
ta, establecido a partir del pensamiento cartesiano, ha exhibido 
claramente sus limitaciones para dar cuenta de la complejidad 
de dicho escenario, que actualmente atraviesa todo el campo de 
las problemáticas de la salud pública. Las concepciones lineales 
originan respuestas fragmentarias, que desatienden la trama de 
relaciones que configura la realidad e impiden la construcción de 
un conocimiento más integrado de la misma. Se hace ya impres-
cindible introducir una mirada que reúna los fragmentos disper-
sos por la hiper-especialización y proponga un enfoque que abor-
de los objetos y sus contextos articuladamente. 
Hoy, las certidumbres arraigadas se despedazan por su pro-
pia ineficacia para asir la realidad y resolver las cada vez más 
complejas demandas que presenta el escenario de la salud públi-
ca. Como respuesta a la necesidad de un enfoque que dé cuenta 
de las actuales problemáticas sanitarias emergentes, se configu-
ra un riquísimo conjunto de conceptualizaciones que se enmar-
can en lo que hoy se denomina el paradigma de la complejidad. 
Configurado por hallazgos científicos surgidos en distintas áreas 
del saber y una epistemología renovadora, este paradigma se ha 
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MARTIN DE LELLIS – SCHELICA MOZOBANCYK
constituido en una propuesta transformadora que ha revolucio-
nado todo el campo filosófico y científico. 
La comunicación de la articulación que proponemos no es 
sencilla, debido a que, por la propia complejidad y múltiple inter-
imbricación de todos los conceptos abordados, el campo se nos 
presenta como una verdadera red conceptual compleja (como no 
podía ser de otro modo). 
Optamos por organizar el trabajo del siguiente modo: en la 
primera parte, se comparará el paradigma reduccionista/mecani-
cista con el paradigma de la complejidad, presentando al segundo 
como una respuesta superadora de las limitaciones que, a lo largo 
del siglo XX, fue evidenciando el primero, para dar cuenta de fe-
nómenos que se fueron presentando sucesiva y consistentemen-
te, en distintos campos del saber científico. En segundo término, 
describimos los rasgos centrales que caracterizan el paradigma de 
sistemas complejos. En la tercera parte del trabajo vinculamos el 
paradigma de la complejidad con procesos y emergentes actua-
les del campo de la salud pública. Así, vamos tomando, sucesiva-
mente, cada una de las características que consideramos centrales 
del paradigma de los sistemas complejos (la visión de proceso, la 
noción de niveles de análisis de los emergentes, la causalidad cir-
cular compleja, la problemática de la auto-organización y la ma-
nifestación de la diversidad) y, luego de examinarla un poco más 
detenidamente, aplicamos el constructo para analizar distintos 
procesos y fenómenos del campo de la salud colectiva. 
El presente trabajo, cuyo objetivo tiene un fin didáctico e 
introductorio, no tiene ninguna pretensión de exhaustividad, 
simplemente persigue el propósito de dejar en evidencia las im-
plicancias (en cuanto a potenciación de capacidad explicativa, 
multiplicación de posibilidades de intervención y eficacia en el 
accionar) que tendría dejar a un lado las constricciones del pen-
samiento reduccionista/mecanicista, para abordar las problemá-
ticas de salud colectiva desde una mirada expansiva y expandida, 
como lo es el paradigma de la complejidad.
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EL PROCESO SALUD/ENFERMEDAD Y SUS EMERGENTES DESDE UNA PERSPECTIVA COMPLEJA 
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MARTIN DE LELLIS – SCHELICA MOZOBANCYK
Del Paradigma Reduccionista/
Mecanicista al Paradigma de la 
Complejidad
El Paradigma Cartesiano
 
La ya clásica noción de paradigma de Kuhn (1971), entiende 
a éstos como una serie de supuestos aceptados y compartidos por 
la comunidad científica, en un determinado momento histórico, 
que definen un modo particular de aprehender la “realidad” y en-
tonces, orientan el desarrollo de la ciencia en ese período.
El modo de conocimiento científico es una producción del 
pensamiento humano y, como tal, está sujeta a sus limitaciones y 
a determinantessocio-históricos.
Resulta claro que, si bien los paradigmas son encarnados por 
algún científico en particular que los representa (por ejemplo, 
Descartes), resultan, en verdad, emergentes de todo un contexto 
y proceso de desarrollo histórico, cultural y social. 
El pensamiento científico, con las características con que hoy 
lo conocemos, nace en el siglo XVII, en los primeros siglos de la 
modernidad. El contexto socio-económico de su nacimiento es el 
surgimiento del capitalismo, con sus valores e ideales concomi-
tantes. Esta particular formación económico-social y el desarro-
llo del pensamiento científico, podría decirse que co-evoluciona-
ron, en el sentido de que se impulsaron mutuamente. 
El nuevo contexto de producción y comercialización que ge-
neró el descubrimiento de América primero, y la revolución in-
dustrial después, planteó demandas específicas a la ciencia y su 
aplicación, la tecnología. A su vez, los avances de éstas últimas 
impulsaron y orientaron el proceso de desarrollo económico-
social capitalista. El avance científico-tecnológico, expresión em-
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EL PROCESO SALUD/ENFERMEDAD Y SUS EMERGENTES DESDE UNA PERSPECTIVA COMPLEJA 
blemática del ideario moderno, fue entramándose en una lógica 
de intereses (económicos, políticos) que han sido solidarios a lo 
largo de la historia.
Si el nacimiento del pensamiento científico es un producto de 
la modernidad, la ruptura con este pensamiento, el nuevo para-
digma de la complejidad, emerge en el contexto de la posmoder-
nidad y del proceso de globalización económica y cultural. 
En los primeros siglos de la Edad Moderna nacieron las dos 
primeras propuestas epistemológicas que encarnaron dos aspec-
tos opuestos (pero complementarios) de la racionalidad científi-
ca: el empirismo, representado por Bacon y Locke y el racionalis-
mo fundado por el filósofo francés René Descartes (1596-1650). 
Mientras que el empirismo sostenía que la experiencia sensible 
de la realidad es la única fuente válida de conocimiento, el ra-
cionalismo entendía que el conocimiento válido sólo es posible a 
partir de las evidencias que nos aporta la razón.
A través de su método, la duda radical, que consistía en du-
dar sistemáticamente de todo, Descartes llegó a la conclusión 
que de lo único que no podía dudar era de su propio pensar. Su 
afirmación “Pienso, luego existo” lo identifica con el ser pensante 
y excluye de su ser, irremediablemente, la corporeidad. El méto-
do cartesiano separó radicalmente el ámbito de la mente del de la 
materia, introduciendo una escisión dualista de las sustancias en 
extensas y pensantes, y estableciendo una disyunción neta entre 
el sujeto pensante y la cosa pensada, dando origen, así, a las pos-
turas objetivistas en ciencia.
La naturaleza, que quedará identificada con el objeto, será 
observada, medida, controlada y explotada por el sujeto pen-
sante, de acuerdo a ideales de progreso perpetuo propios de la 
modernidad.
Para Descartes toda experiencia del mundo y todo objeto 
animado o inanimado, puede descomponerse en los elementos 
simples que lo componen. El método científico que proponía, en 
consecuencia, consistía en descomponer los problemas en pro-
blemas más simples y resolver cada uno en forma independiente, 
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MARTIN DE LELLIS – SCHELICA MOZOBANCYK
asumiendo que la solución del todo es equivalente a la solución 
de la suma de las soluciones de sus partes, método conocido 
como reduccionismo.
Este proceder sentará las bases para el nacimiento de los 
campos disciplinares, cada uno de los cuales estudia, en forma 
independiente, un sector parcializado de la realidad, al que toma 
por objeto de estudio. 
Los aportes de la mecánica de Newton (1643-1727), teoría 
considerada punto culminante de la revolución científica del 
siglo XVII (y aún de toda la historia de la ciencia), terminaron 
de configurar el paradigma reduccionista-mecanicista. Sus pos-
tulados introdujeron la visión del mundo como un mecanismo 
de relojería perfecto, gobernado por leyes matemáticas exactas, 
universales e inmutables. La estabilidad de los fenómenos per-
miten su previsibilidad y predicción, explicándose los mismos 
mediante una relación simple causa-efecto, esquema conocido 
como determinismo. 
El Nuevo Paradigma Emergente
Hacia el siglo XX, la ciencia comienza a preocuparse por el 
estudio de fenómenos que no podían ser descritos por el modelo 
mecanicista, socavando los cimientos del paradigma en vigencia, 
al evidenciar que muchos fenómenos no pueden explicarse por 
modelos lineales, precisos y simples.
A nivel del macrocosmos, Einstein inaugura la física moderna 
con su trabajo de 1916 “Teoría de la relatividad general”, momen-
to a partir del cual revoluciona el mundo científico, al demostrar 
que la masa no es una propiedad intrínseca de la materia, sino 
que ésta varía en función de otras variables, que la energía puede 
transformarse en masa –y viceversa–, y que el espacio y el tiem-
po no son entidades absolutas sino relativas. 
También es revolucionaria su perspectiva sobre los fenóme-
nos electromagnéticos, que jugó un papel clave en el desarrollo 
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EL PROCESO SALUD/ENFERMEDAD Y SUS EMERGENTES DESDE UNA PERSPECTIVA COMPLEJA 
de la teoría cuántica que acabó con la idea clásica de los objetos 
“sólidos”. 
De hecho, a pesar de que el conocimiento científico iba iden-
tificando porciones cada vez más pequeñas del mundo mate-
rial, parecía que nunca llegaba a aislar las estructuras últimas, 
los “ladrillos” básicos que componen todas las cosas. Primero 
se descubrió la célula, luego los biólogos se encontraron con la 
existencia de los organillos celulares, las moléculas, los átomos 
y luego con sus partículas elementales: los protones y neutrones. 
Hoy los científicos han descubierto los “quarks” elementos más 
pequeños que los electrones, de alta complejidad microfísica.1 De 
modo que, el concepto actual de partícula no conlleva, de ningún 
modo, la idea de sustancia elemental simple, sino que conduce a 
una frontera de lo inconcebible (esto, sin mencionar, el tema de 
las anti-partículas, la anti-materia y la últimamente muy comen-
tada teoría de las cuerdas). 
La mecánica cuántica,2 formulada por W. Heisenberg, man-
tiene que no hay partículas sólidas que formen los elementos del 
universo. Las partículas subatómicas no parecen tener estas ca-
racterísticas; no son cosas, son entidades que a veces se compor-
tan como ondas y a veces como partículas, dependiendo de cómo 
se las observe, y no existen en sitios específicos, sino que mues-
tran tendencias a existir. Esto significa que los objetos materiales 
que nos son familiares en la vida cotidiana son, a nivel subatómi-
co, modelos de probabilidad en forma de ondas (Hawking, 1988; 
Capra, 1998).
Según la teoría cuántica las características de los fenómenos 
atómicos depende de la perspectiva que adopte el observador 
respecto a los mismos: un electrón no tiene propiedades obje-
1. Los quarks fueron descubiertos por el físico Murray Gell-Mann, quien 
ha descrito, por lo menos, seis variedades de ellos. Su trabajo sobre dichas 
partículas le mereció el premio Nobel en 1969.
2. Parte de la física que estudia las leyes de la evolución de los sistemas 
microscópicos, fundada en la teoría de los “cuantos”.
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MARTIN DE LELLIS – SCHELICA MOZOBANCYK
tivas y el hecho de que se comporte como una onda o como una 
partícula es una función de la interacción entre el electrón y el 
observador. 
La teoría cuántica fue la primera ciencia que se vio forzada 
a dejar de lado la descripción determinista del mundo. A partir 
de la formulación del “principio de incertidumbre”, Heisenberg 
demostró, en 1926, que hay un margen de incertidumbre irreduc-
tible en la predicción de la posición y velocidad de las partículas. 
Este límite es una propiedad fundamental e ineludible del mundo 
físico. Mostró, por otra parte, que cualquier intervención del ob-
servador, esto es, cualquier procedimiento de medición, perturba 
las partículas a ser medidas, haciendoinexacta la medición. 
La biología, por su parte, enfocó su atención en una serie de 
fenómenos, cuya comprensión no podía alcanzarse por medio 
del análisis, porque funcionan como totalidades complejas que, 
además, no es posible aislar de su entorno. Hasta el día de hoy 
los biólogos no han logrado dar respuesta a preguntas que nece-
sariamente involucran la noción de funciones integradoras de los 
organismos. Preguntas del tipo ¿cómo se mantiene la estructura 
de un organismo a pesar de que sus partes se regeneran perma-
nentemente?, ¿cómo se pasa en la embriogénesis de una célula 
huevo indiferenciada a la producción de un organismo completo, 
con su nivel de diferenciación extremo?, o ¿cómo se producen 
las actividades integradoras del sistema nervioso central?, sólo 
pueden obtener respuesta apelando a procesos de interacción 
y coordinación complejos que involucran a todo el sistema y su 
ambiente de desarrollo (Capra, op. cit.).
Hoy se sabe, por ejemplo, que el genoma no es, como se creyó 
en un comienzo, una disposición lineal de genes independientes 
que dan por resultado un rasgo particular, sino una red altamen-
te compleja de múltiples efectos recíprocos, cuyas actividades 
necesitan ser estudiadas desde una perspectiva sistémica, debido 
a que un solo gen puede afectar a un gran número de rasgos y, 
por otra parte, muchos genes diferentes a menudo se combinan 
para producir un solo rasgo. 
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EL PROCESO SALUD/ENFERMEDAD Y SUS EMERGENTES DESDE UNA PERSPECTIVA COMPLEJA 
Estos son sólo un puñado de ejemplos de cómo se fue gestan-
do una revolución considerable en el proceso de desarrollo de la 
ciencia occidental. Hoy por hoy, cada vez con mayor claridad un 
número creciente de científicos percibe que el paradigma carte-
siano está cayendo y un nuevo paradigma –que se ha denomina-
do “paradigma de la complejidad”– está tomando forma.
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MARTIN DE LELLIS – SCHELICA MOZOBANCYK
El Paradigma de la Complejidad
Antecedentes 
Por oposición a un paradigma reduccionista-mecanicista, 
que asume el mundo como inmutable, totalmente predecible y 
linealmente explicable, surge otro paradigma que se nutre de 
ideas tales como complejidad, auto-organización, emergencia de 
la novedad e incertidumbre.
Tres aportes teóricos vinculados entre sí merecen ser destaca-
dos como antecedentes del paradigma de la complejidad: la teoría 
sistémica, la teoría de la información y la teoría cibernética.
La Teoría General de los Sistemas fue elaborada por el bió-
logo austríaco von Bertalanffy (1901-1972) durante la década del 
’30, aunque publicada bastante tiempo después. Desde entonces, 
la visión sistémica se ha ido imponiendo como un nuevo paradig-
ma científico. 
Esta teoría cambió el eje de interpretación de los fenómenos 
de “las partes” al “todo”, lo que resultó especialmente relevan-
te para los sistemas vivos (biológicos, ecológicos) y sociales. De 
acuerdo a esta visión, los sistemas son totalidades integradas 
cuyas propiedades no pueden ser reducidas a las de sus partes 
individuales, dado que las propiedades del sistema emergen de 
su forma de organización y no de las características de sus com-
ponentes en sí. 
El énfasis de estudio de la teoría sistémica está en las rela-
ciones que se establecen entre las partes del sistema y no en las 
propiedades de los elementos que lo componen. Por ejemplo, el 
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EL PROCESO SALUD/ENFERMEDAD Y SUS EMERGENTES DESDE UNA PERSPECTIVA COMPLEJA 
estudio de una especie no tiene sentido fuera del ecosistema en 
donde la misma habita y de las funciones que cumple dentro del 
mismo. Un órgano de un cuerpo viviente no puede ser compren-
dido al margen del papel que desempeña dentro de dicho orga-
nismo, en relación a los demás órganos y sistemas.
Los sistemas vivos se caracterizan por ser abiertos, es decir, 
por intercambiar información, materia y energía con su medio. 
El funcionamiento de un sistema abierto depende del modo en 
que se relaciona con su ambiente. Estos sistemas tienen capaci-
dad de auto-regularse, función que cumplen gracias al principio 
de retro-alimentación (a la que nos referiremos en seguida), la 
que proporciona al sistema información acerca de sus proce-
sos internos y de su ambiente, lo que le permite adaptarse a los 
cambios ocurridos en él, según sea necesario; esto es, le permite 
lograr una cierta estabilidad, un equilibrio dinámico llamado ho-
meostasis.
Por su parte, C. Shannon (1916-2001), ingeniero en tele-
comunicaciones de la Bell Telephone y discípulo de Wiener (a 
quien nos referiremos seguidamente), estaba preocupado por 
optimizar el rendimiento de las telecomunicaciones y aumentar 
la velocidad de transmisión de los mensajes. Con estos objetivos 
en mente elaboró, hacia los años ’50, una Teoría de la Comunica-
ción basada en desarrollos matemáticos, que se enfoca en los as-
pectos de transmisión de la misma, definiendo sus componentes 
de emisor, mensaje, código, canal y receptor. 
La Teoría Cibernética, por su parte, introdujo los conceptos 
de comunicación en el contexto de los problemas del control de 
los sistemas.
N. Wiener (1894-1964) y J. Von Neumann (1903-1957) fue-
ron dos matemáticos cuyos aportes, desde distintas perspectivas, 
dieron forma a la Teoría Cibernética. Sus investigaciones sobre 
sistemas de control automático en las armas recibieron un for-
midable impulso en el contexto de la carrera bélica en la que 
participaba Estados Unidos para la época de la segunda guerra 
mundial.
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MARTIN DE LELLIS – SCHELICA MOZOBANCYK
Wiener diseñó un sistema de control automático para un 
arma de defensa aérea que tenía la capacidad de re-direccionarse 
automáticamente según los movimientos de su blanco, a partir 
de captar y procesar información sobre la posición del mismo. 
Para lograr este diseño, empleó un mecanismo que denominó 
feed-back o retro-alimentación, que hace referencia al retorno de 
la información a su punto de origen, a través del desarrollo de un 
proceso o actividad. Es una modalidad de circulación de la infor-
mación en la cual el mensaje regresa a su propio emisor, modi-
ficándolo; es decir, una parte del sistema envía un mensaje que 
provoca una modificación en otra parte del mismo, la cual, a su 
vez, reacciona enviando una respuesta que modifica a la primera 
y así sucesivamente. Diferenció una retro-alimentación negati-
va, que permite a los sistemas mantener su equilibrio dinámico, 
de la reatro-alimentación positiva que tiene el efecto de alejar, 
progresivamente, a los sistemas de su estado de equilibrio. Los 
mecanismos de retro-alimentación introducen la noción de cau-
salidad circular en ciencias (superando el modelo lineal).
La retro-alimentación, como se dijo, es el mecanismo esen-
cial de la homeostasis, o auto-regulación, que permite a los siste-
mas vivos mantenerse en un estado de equilibrio dinámico (cuasi 
estacionario).
Wiener también se preocupó, entonces, por la problemática 
del control en los seres vivos, lo que lo llevó al estudio de la auto-
regulación, vinculada a los sistemas de control interno o auto-
control. Un sistema, para auto-regularse, requiere la circulación 
de información. Introdujo el término cibernética en 1948 a partir 
de una palabra griega que significa timonel, y la definió como el 
estudio del control y de la comunicación en el animal y la máqui-
na, es decir, como el estudio de la auto-regulación, ya sea en los 
sistemas naturales o en los sistemas artificiales.
 Von Neumann, por su parte, autor de la célebre teoría mate-
mática de los juegos, elabora aspectos matemáticos de una ciber-
nética que dará un fuerte impulso al desarrollo de la informática.
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EL PROCESO SALUD/ENFERMEDAD Y SUS EMERGENTES DESDE UNA PERSPECTIVA COMPLEJA 
La era de los sistemas, con los revolucionarios puntos de 
vista que se acaba de exponer, inaugura un nuevo paradigma en 
la historia de la ciencia. Desde estos nuevos marcos teóricos y 
epistemológicos, el reduccionismo, el mecanicismo y la causali-
dad simple se ven desafiados –y superados–por un pensamiento 
sistémico y expansivo.
Caracterización
 
El término complejo proviene del latín complexus, que signi-
fica enlazar. Según el Diccionario de la Real Academia Española, 
el vocablo alude a aquello que se compone de elementos diversos. 
También algo complicado, enmarañado o difícil; lo que está com-
puesto por un gran número de piezas.
De allí que la complejidad pueda entenderse como una trama 
de constituyentes heterogéneos recíprocamente relacionados. E. 
Morin, filósofo francés contemporáneo, formulador de una epis-
temología de la complejidad, la define como un tejido de eventos, 
acciones, interacciones, retro-acciones, determinaciones, azares, 
que constituyen nuestro mundo fenoménico.
Hoy por hoy, la teoría de los sistemas complejos es un verda-
dero paradigma, un inmenso parasol que cobija todos los cam-
pos disciplinarios. Sus proposiciones teóricas han sido utiliza-
das para estudiar fenómenos y problemas tan disímiles como la 
organización neuro-cognitiva, los fenómenos meteorológicos, la 
construcción de hormigueros, los trastornos mentales, la regula-
ción del código genético, la circulación del tránsito, las fluctua-
ciones de la bolsa de comercio, la dinámica de poblaciones, la 
problemática ambiental, el riesgo de contraer HIV, la adminis-
tración de empresas, la gestión de servicios de salud, los sistemas 
sociales, los sistemas urbanos, diversas reacciones químicas, y 
un muy largo etcétera. 
No obstante, el paradigma de la complejidad es hoy, todavía, 
un conjunto fragmentado de teorías, principios científicos y epis-
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MARTIN DE LELLIS – SCHELICA MOZOBANCYK
temológicos que conforman un campo heterogéneo, en proceso 
de construcción y desarrollo. 
Munné (1994), psicólogo social español contemporáneo y 
epistemólogo de la complejidad que ha llevado sus postulados al 
campo de los fenómenos psicosociales afirma que, en la actuali-
dad, los modos de aproximación al fenómeno de la complejidad 
pueden clasificarse en tres vertientes que implican tres perspec-
tivas diferentes:
a) La visión especulativa, propia de la nueva filosofía de la 
ciencia, que trata la complejidad como un concepto a priori, 
al que se llega básicamente a través de la reflexión sobre los 
datos de la realidad. La aportación de Morin responde, en 
gran medida, a ella. Esta línea aborda, principalmente, los 
aspectos epistemológicos de la complejidad. 
b) La aproximación empírica, resultante de las más reciente 
investigaciones científicas, principalmente aquellas que se 
han realizado a partir de la teoría y los fenómenos caóticos. 
Dentro de esta línea, la complejidad es un concepto al que se 
arriba a partir del estudio de los fenómenos empíricos y de la 
teorización sobre los mismos. 
c) Una tercera aproximación participa de ambos aspectos. El 
destacado químico belga Ilya Prigogine (1917-2003) es uno 
de sus máximos exponentes. Sus aportes, a los que nos refe-
riremos más adelante, fueron una de las mayores contribu-
ciones al nacimiento del paradigma de la complejidad. El fí-
sico, meteorólogo y epistemólogo contemporáneo argentino 
Rolando García, quien trabajó largamente con Jean Piaget, 
y a quien también nos referiremos más adelante, puede, asi-
mismo, enrolarse en esta vertiente.
 
Tomando la propuesta de clasificación elaborada por Munné, 
expondremos a continuación algunas de las contribuciones más 
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EL PROCESO SALUD/ENFERMEDAD Y SUS EMERGENTES DESDE UNA PERSPECTIVA COMPLEJA 
significativas que han ido dando forma al vasto campo del pen-
samiento complejo, ordenándolas de acuerdo a dicha propuesta.
a) La aproximación epistemológica
 
Morin (1984) opone el paradigma de la complejidad al para-
digma de la simplificación, reduccionista-mecanicista, expuesto 
anteriormente, los que compara a partir de una serie de rasgos 
diferenciales, a saber:
En el paradigma de la simplificación se buscan los principios 
universales, no habiendo más ciencia que de lo general y rele-
gándose los fenómenos de lo local y lo singular como categorías 
contingentes o residuales, dado que este paradigma no es capaz 
de concebir la conjunción de lo uno y lo múltiple. Las leyes se 
conciben como atemporales, desconociéndose el carácter irre-
versible del fluir del tiempo, la noción de proceso y el devenir 
histórico. El método de conocimiento se caracteriza por la reduc-
ción del conjunto al conocimiento de sus partes simples y por el 
aislamiento de los objetos de su entorno. Los fenómenos se pien-
san desde una causalidad lineal y determinista, en un universo 
que aparece como ordenado y previsible, que puede ser explica-
do mediante los principios de la lógica tradicional que privilegia, 
también, la cuantificación. Los fenómenos que gozan de autono-
mía organizativa no tienen cabida en este esquema simplificante 
de pensamiento.
En cuanto al lugar del sujeto cognoscente en el conocimiento 
científico, hay una disyunción absoluta entre el objeto y el obser-
vador que lo concibe. El principio de disyunción y reducción ha 
aislado radicalmente entre sí a los grandes campos del conoci-
miento científico: la física, la biología, las ciencias del hombre. La 
reducción de lo complejo a lo simple fragmenta el tejido comple-
jo de la realidad, dando lugar a campos de conocimiento especia-
lizados. Cada una de las disciplinas científicas, por su parte, se ha 
abocado al estudio de las partes últimas de su campo de estudio 
(sustancias simples en química, células en biología, pulsiones o 
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MARTIN DE LELLIS – SCHELICA MOZOBANCYK
sensaciones en psicología, etc.), constituyéndose un pensamien-
to que “desgarra la realidad, destruye los conjuntos y las totalida-
des y aísla los objetos de sus contextos” (Morin, op. cit.).
El nuevo paradigma emergente supera estas limitaciones de 
pensamiento Morin (op. cit.): 
• Postula la validez, aunque la insuficiencia, del principio de 
universalidad, siendo necesario integrar su principio com-
plementario e inseparable: lo local y lo singular. 
• Asume como inevitable el abordaje de la problemática de la 
organización y, en los seres biológicos y las entidades ántro-
posociales, de la auto-organización.
• Reconoce la irreversibilidad del tiempo en la física (termo-
dinámica), en la biología (ontogénesis, filogénesis, evolu-
ción) y en toda problemática social, siendo imprescindible 
hacer intervenir la historia y la noción de proceso en toda 
descripción y explicación.
• Vincula siempre el conocimiento de los elementos o partes a 
los conjuntos o sistemas a los que éstos pertenecen, existien-
do un principio de distinción –pero no de disyunción– entre 
el objeto y su entorno.
• Asume que es posible asociar dos términos que sean, a la 
vez, complementarios y antagonistas (por ej. orden/desor-
den, unidad/diversidad) por el principio que denomina “dia-
lógico”.
• Entiende la causalidad como compleja; esto implica conce-
bir una causalidad circular múltiple (inter-retroacciones, in-
terferencias, sinergias, etc.) que vincula distintos elementos 
y niveles del sistema.
24
EL PROCESO SALUD/ENFERMEDAD Y SUS EMERGENTES DESDE UNA PERSPECTIVA COMPLEJA 
• Reconoce los límites de la demostración lógica en el cam-
po de los sistemas complejos. Este nuevo paradigma tiene 
conciencia del carácter multidimensional de toda la realidad, 
aunque epistemológicamente hablando, es difícil concebir la 
complejidad de lo real. Dice Morin (1984): “lo real es mons-
truoso”, y esto denota que el universo es mucho más rico que 
lo que las estructuras de nuestro cerebro y capacidad cogni-
tiva puedan concebir. 
• La complejidad extrema y la interdependencia de todos 
los aspectos de la realidad llevó a la ciencia a preguntarse: 
si todos los fenómenos están interconectados, para explicar 
cualquiera de ellos necesitaremos conocer todos los demás 
(lo que obviamente, resulta imposible), entonces ¿cómo po-
demos esperar comprender algo jamás? 
• Se hace evidente que, dada la trama inextricable de la rea-
lidad (que, por otra parte, se nos presenta como una conti-nuidad fenoménica) aislar cualquier patrón, dibujando una 
frontera aleatoria a su alrededor y denominarlo “objeto” 
resulta totalmente arbitrario. No importa cuántas conexio-
nes tomemos en consideración para describir un fenómeno, 
siempre estaremos obligados a excluir otras, de modo que 
siempre estamos operando con un recorte de la realidad. La 
noción de incertidumbre está ligada, intrínsecamente, a la 
teoría del sistema abierto, debido a que el meta sistema de 
un sistema abierto no puede más que ser, él mismo, abierto y 
tiene, a su vez, necesidad de un meta-sistema también abier-
to. Por ello, Morin llama a la epistemología de los sistemas 
complejos epistemología abierta, la que está inexorablemen-
te vinculada con la noción de incertidumbre. 
Si dentro del viejo paradigma existía la creencia en la com-
pletud o certidumbre del conocimiento científico, en el nuevo 
paradigma sólo puede pensarse en un conocimiento científico 
25
MARTIN DE LELLIS – SCHELICA MOZOBANCYK
aproximado, debido a que asume que el saber total es un impo-
sible. De allí que, contrariamente a lo que pudiera suponerse en 
principio, quienes adhieren al paradigma de la complejidad no 
pretenden tener visiones completas de los fenómenos: dado que 
la realidad es inabarcable, cualquier modelo teórico es, inevita-
blemente, una simplificación. El nuevo paradigma sí pretende, 
en cambio, proponer visiones más integradas de los fenómenos.
• Afirma la necesidad de conservar la especificidad de las 
disciplinas, si bien no se concibe a estas como entidades ce-
rradas que pueden dar cuenta, unívocamente, del abanico de 
fenómenos que constituyen su campo de estudio. Se postula, 
en cambio, el imperativo de construir marcos teóricos y visio-
nes que tiendan a lo trans-disciplinario.
 
En un texto posterior Morin (1994) señala dos principios 
más, que resultan útiles para pensar la complejidad.
Plantea la recursividad organizacional como un proceso en 
el cual los productos y los efectos son, al mismo tiempo, causas 
y productores de aquello que los produce. Utiliza el ejemplo del 
ser humano, que puede entenderse, a la vez, como producto y 
productor del orden social. La idea recursiva es, entonces, una 
idea que rompe con la idea lineal de causa/efecto, de productor/
producto, porque todo lo que es producido revierte sobre aquello 
que lo ha producido en un ciclo en sí mismo auto-constitutivo, 
auto-organizador y auto-productor.
Por último, postula el principio hologramático, según el 
cual, es posible enriquecer el conocimiento de las partes por el 
todo y el todo por el conocimiento de las partes, en un mismo 
movimiento productor de conocimientos; cita, en este punto, la 
famosa frase de Pascal: “No puedo concebir al todo sin concebir 
a las partes, y no puedo concebir a las partes sin concebir al todo” 
(citado en Morin, op. cit.).
26
EL PROCESO SALUD/ENFERMEDAD Y SUS EMERGENTES DESDE UNA PERSPECTIVA COMPLEJA 
Una consideración especial merece el lugar del científico o 
sujeto cognoscente dentro del paradigma de la complejidad. En 
el paradigma cartesiano, las observaciones y descripciones del 
científico son consideradas objetivas; es decir, independientes 
del observador que las realiza, pues, como quedó establecido, en 
este paradigma la realidad es desarticulada en un sujeto pensan-
te y una cosa pensada (res cogitans/res extensa).
 Dentro del paradigma de la complejidad, en cambio, se hace 
inevitable introducir el investigador humano –situado cultural, 
sociológica, política e históricamente– como agente productor 
en todo conocimiento. El observador debe ser incluido explícita-
mente en la descripción de los fenómenos, puesto que la descrip-
ción de un fenómeno es una comunicación que solo podemos ha-
cer como seres situados en el mundo (esto es, desde una posición 
particular dentro de él), nunca desde el exterior. De este modo, la 
definición del objeto de estudio está inextricablemente vinculada 
a la posición teórica, valorativa e ideológica del científico que la 
produce.
El mundo y el sujeto son inseparables porque el mundo no 
puede manifestarse como tal si no para un sujeto que lo piensa 
(lo configura, lo define) y, entonces, la complejidad que el sujeto 
descubre en el objeto no es sino la propia complejidad epistémica 
con que concibe el mundo. 
Dentro de la teoría sistémica, la problemática del sujeto ob-
servador fue introducida bajo el concepto de cibernética de se-
gundo orden,3 que define la relación entre el observador y lo ob-
servado como circularmente sistémica. En este sentido, el propio 
acto de la observación opera modificando la realidad observada, 
en la misma línea ya comentada, que había abierto Heisenberg.
Esta visión protagónica que otorga el paradigma de la com-
plejidad al sujeto conceptualizador tiene, también, implicancias 
3. Formulado por el cibernetista, físico y matemático austríaco Heinz von 
Foerster (1911-2002), quien trabajó en la Universidad de Illinois y fue uno 
de los fundadores del constructivismo radical.
27
MARTIN DE LELLIS – SCHELICA MOZOBANCYK
éticas. Si en la ciencia clásica, en función de ser el conocimiento 
objetivo, no le cabía al científico ninguna responsabilidad por la 
producción del mismo, en el nuevo paradigma, en cambio, el in-
vestigador es identificado como constructor del fenómeno cien-
tífico, y, por tanto, es éticamente responsable su construcción. Y 
esta afirmación se hace extensiva a toda acción social. Tal como 
lo afirma Prigogine: “dado que es nuestra propia acción la que 
construye el futuro, a las puertas del nuevo paradigma, tenemos 
una oportunidad: ejercitar una acción constructiva del mundo, 
de un modo responsable y valioso”.
b) La aproximación empírica
 
Esta aproximación estudia una muy diversa gama de fenó-
menos, correspondientes a muy distintos campos disciplinarios, 
cuyo denominador común es que su abordaje se basa en la des-
cripción matemática, la construcción de modelos matemáticos y 
una importante utilización de herramientas informáticas.
Desde esta perspectiva, una definición ampliamente acep-
tada, sostiene que son complejos aquellos sistemas que poseen 
el siguiente grupo de características (Boccara, 2004, citado por 
Altshuler, 2005):
a) Están formados por un número grande de agentes interac-
tuantes (estos agentes pueden ser actores de cualquier orden: 
átomos, peces, personas, organizaciones, naciones, etc.);
b) exhiben emergencia (o sea, un comportamiento colectivo, 
auto-organizado, difícil de predecir sobre la base del conoci-
miento del comportamiento de cada agente); 
c) el comportamiento emergente no resulta de la existencia 
de un “controlador central” (esto es, no hay ninguna instancia 
de nivel superior o del mismo nivel que asuma el rol organiza-
28
EL PROCESO SALUD/ENFERMEDAD Y SUS EMERGENTES DESDE UNA PERSPECTIVA COMPLEJA 
dor, sino que el comportamiento emergente es producto de la 
auto-organización espontánea de los agentes participantes).
La aparición de propiedades emergentes difíciles de prede-
cir, es quizás la característica más importante de los sistemas 
complejos.
De esta vertiente provienen conceptos que ya son “clásicos” 
en la ciencia de la complejidad, tales como “sistemas disipativos”, 
“no linealidad”, “caos”, “atractores extraños”, “autómata celu-
lar”, “auto-organización”, “emergencia”, etc., que fueron creados 
mayoritariamente en el seno de la matemática y de la física.
El reclamo que se hace desde esta perspectiva es que la trans-
ferencia de estos conceptos –que, en su disciplina de origen tie-
nen un significado preciso– a otros contextos, implica una dis-
torsión e, incluso, una utilización completamente errónea de los 
mismos. Un ejemplo paradigmático de esta situación puede ser 
el concepto de “caos” que, en la teoría de la complejidad tiene 
una definición y un alcance muy preciso y que, cuando es extra-
polado a otros campos, suele utilizárselo como sinónimo de des-
orden o aun de azar que es, justamente, un significado opuesto al 
que tieneen la teoría de los sistemas complejos.
En el clima polémico creado en torno a este debate, es inte-
resante señalar la perspectiva de Munné (1994) quien observa 
que hay dos graves peligros, por parte de las ciencias sociales, en 
la asunción de la ciencia de la complejidad. El primero es per-
cibirla como un paso hacia la matematización del conocimiento 
científico. Esto fundamentalmente, por la aparición creciente de 
nuevos modelos matemáticos que permiten la formalización de 
los fenómenos. El segundo es verla como un factor de des-ideo-
logización. Dado el enfoque totalmente empírico y operativo con 
que la complejidad es tratada en la ciencia actual podría pensarse 
que se está ante un fenómeno provisto de neutralidad axiológica. 
Recuerda que, en tanto esta ciencia es un producto del conoci-
29
MARTIN DE LELLIS – SCHELICA MOZOBANCYK
miento humano, está sujeta a los mismos determinantes valora-
tivos que cualquier otra formulación teórica.
c) La aproximación mixta
Rolando García (2006) entiende que un sistema complejo es 
“un trozo de la realidad que incluye aspectos físicos, biológicos, 
sociales, económicos y políticos”.
Este “trozo” de realidad no puede concebirse como un dato 
perceptivo, sino como una construcción teórica, un modelo que 
se realiza a partir de un conjunto de datos empíricos que no son 
el resultado de registros perceptivos (datos sensoriales) sino del 
registro de observables (datos con cierto grado de elaboración, 
interpretados desde determinada perspectiva teórica). 
El proceso investigativo consiste, entonces, en la propuesta 
de sucesivas modelizaciones hasta llegar a un modelo aceptable, 
entendiendo por tal aquel que permite formular explicaciones 
causales de los fenómenos que son objeto de estudio. 
García (op. cit.) destaca dos características sobresalientes de 
los sistemas complejos: 1) estar integrados por elementos hete-
rogéneos en permanente interacción y 2) ser abiertos, es decir, 
estar sometidos, como totalidad, a interacciones con el medio 
circundante, las cuales pueden consistir en intercambios de ma-
teria y energía, en flujos de recursos o de información o en la 
acción de ciertas políticas.
30
EL PROCESO SALUD/ENFERMEDAD Y SUS EMERGENTES DESDE UNA PERSPECTIVA COMPLEJA 
31
MARTIN DE LELLIS – SCHELICA MOZOBANCYK
El Paradigma de la Complejidad 
y la Salud Pública
 
Saforcada (1999) diferencia dos paradigmas de concepciones 
y prácticas en salud. Al primero de ellos lo denomina paradigma 
individual-restrictivo (o clínico) y es tributario del pensamiento 
biomédico. Al segundo lo denomina paradigma social-expan-
sivo (o sanitarista), y es tributario de la medicina social; tiene 
afinidad con el pensamiento ecológico y hace suyos los principios 
postulados por el paradigma de la complejidad. 
El mencionado autor propone una serie de dimensiones o ca-
tegorías a partir de las cuales se pueden analizar las concepciones 
y prácticas en salud y, en consecuencia, determinar qué paradig-
ma subyace a las mismas. De un modo muy sintético, digamos 
que el paradigma individual restrictivo se caracteriza por tener 
una visión simplificada de los problemas de salud, tendiente a 
la búsqueda de las causas simples que determinan los mismos, a 
partir de un reduccionismo biológico. Toma al ser humano des-
contextualizado de sus marcos socio-ecológicos y opera desde 
posiciones valorativas hegemónicas y principistas. El paradigma 
social expansivo se caracteriza por tener una visión ampliada o 
compleja de los problemas de salud, tendiente a la búsqueda de 
las tramas causales que los determinan, e integrando, en la solu-
ción de los mismos, los aportes de distintos campos disciplina-
rios. Asume como posición valorativa el respeto por la diversidad 
cultural y el derecho a la auto-determinación de las comunida-
des, operando, a partir de allí con criterios pragmáticos.
En el campo de la salud, el paradigma reduccionista/meca-
nicista se encarnó en el llamado modelo biomédico o individual 
32
EL PROCESO SALUD/ENFERMEDAD Y SUS EMERGENTES DESDE UNA PERSPECTIVA COMPLEJA 
restrictivo (Saforcada, op. cit.), que responde al paradigma car-
tesiano, y que es el imperante todavía en nuestros días. Desde el 
modelo biomédico, el cuerpo humano es considerado como una 
máquina, que puede estudiarse en función de sus partes aisladas 
entre sí, y repararse, cuando se daña, reemplazando sus “piezas” 
averiadas, dado que la enfermedad se entiende como el funciona-
miento defectuoso de los mecanismos biológicos.
De allí proviene la idea de una enfermedad causada por un 
solo factor. A una concepción simplificante del problema, corres-
ponde, entonces, una solución simple del mismo. Esto es, asume 
el modelo de causalidad cartesiano, lineal y simple: una causa, 
un efecto.
El mismo esquema de pensamiento reduccionista llevó a la 
tendencia a las especializaciones médicas, esto es, a descompo-
ner el cuerpo humano en partes cada vez más pequeñas, o en sis-
temas (circulatorio, reproductor, digestivo, nervioso, etc.), cada 
uno de los cuales es estudiado, en forma independiente, por un 
especialista en la materia. Al concentrarse en fragmentos cada 
vez más pequeños del cuerpo humano, la medicina perdió de vis-
ta al paciente, en su integridad holística (biológica, psicológica, 
psicosocial y social), dando por resultado, una ineficacia cada vez 
mayor para producir el efecto de curación, mayores costos de tra-
tamiento y mayor sufrimiento de los pacientes y sus familias.
Con esta misma perspectiva, se ha separado la psiquis del 
cuerpo biológico, siendo el estudio de la primera asumido por la 
psicología y el del segundo por la medicina, desarrollándose és-
tos como compartimentos estancos (Saforcada y de Lellis, 2006). 
De igual manera, se ha separado al sujeto bio-psíquico del medio 
social al que pertenece y en el cual interactúa (campo, este últi-
mo, estudiado por la sociología).
El paradigma de la complejidad se constituye en un marco 
conceptual, operativo y axiológico que nos permite pensar accio-
nes superadoras de aquellas derivadas del corsé rígido y limitan-
te que impuso hace ya más de tres siglos el paradigma cartesiano 
33
MARTIN DE LELLIS – SCHELICA MOZOBANCYK
pero que sigue surtiendo sus firmes efectos en el campo de la sa-
lud colectiva hasta hoy día.
Abordamos, a continuación, cinco conceptos centrales que 
hacen al paradigma de la complejidad, vinculándolos a proble-
máticas del campo de la salud pública.
Si bien, a los fines de facilitar su análisis, estos conceptos 
se desarrollan en forma independiente, todos ellos constituyen 
aspectos o facetas de la realidad compleja y deben considerarse 
simultáneamente al momento de caracterizarla.
La noción de proceso 
 
Ya a fines de los años ’30, von Bertalanffy señalaba que el 
pensamiento sistémico es siempre un pensamiento procesual, 
dado que, en la en la visión sistémica, cada estructura es enten-
dida como la manifestación de procesos pasados que condujeron 
a su emergencia.
Del mismo modo, en el paradigma de la complejidad, la no-
ción de proceso señala una concatenación de eventos que se dan 
a lo largo del tiempo y que introducen la categoría de historicidad 
en el análisis. La historicidad implica destacar el papel del pasa-
do en el desarrollo de procesos de carácter irreversible; como lo 
definió Prigogine, implica considerar la intervención de “la flecha 
del tiempo”. La historia pasada condiciona, a la vez que posibi-
lita, la evolución futura de un sistema; se conforma así un nexo 
entre historia y estructura que es característico de todos los sis-
temas biológicos y sociales. En los sistemas complejos, la estruc-
tura del organismo es el historial de sus cambios estructurales 
anteriores y, por lo tanto, de interacciones pasadas con el medio.
Dicho de otro modo, en la teoría de sistemas complejos, el 
concepto de historicidad alude a la sucesión de bifurcaciones que 
conducen a la emergencia de una determinada estructura. Los 
puntos de bifurcación son aquellosen que aparece, repentina-
mente, un desvío desde el cual el sistema se encamina en una 
nueva dirección. A partir de estos puntos de bifurcación tienen 
34
EL PROCESO SALUD/ENFERMEDAD Y SUS EMERGENTES DESDE UNA PERSPECTIVA COMPLEJA 
lugar nuevos fenómenos de estructuración y emergen nuevas or-
ganizaciones. 
Esta modalidad de evolución de los sistemas complejos está 
vinculada estrechamente a las nociones de auto-organización, 
orden y caos, a las que nos referiremos más adelante.
Digamos por ahora que la dirección que puede tomar un sis-
tema en un punto de bifurcación y, por ende, la nueva estructura 
que emerja en este proceso no pueden ser predichas determinís-
ticamente, dado que en los momentos de re-estructuración reina 
la espontaneidad y autonomía del sistema y, con ella, la incerti-
dumbre y la indeterminación. Dicho de otro modo, los sistemas 
complejos presentan una evolución no-lineal, con discontinuida-
des estructurales, que procede por sucesivas reorganizaciones. 
Decía Prigogine (2004): “…en esencia, el universo se nos 
aparece como uno realizado y muchos posibles”. Debido a este 
carácter procesual, no predecible determinísticamente, de los 
acontecimientos históricos, concebía el futuro como en perpetua 
construcción.
En relación al papel del ambiente, debe destacarse que todo 
sistema abierto (y todos los sistemas naturales y sociales lo son) 
evolucionan en continua interacción con el medio externo.
La comprensión de un sistema no puede lograrse estudiando 
sólo el sistema mismo, sino que debe buscarse en su relación con 
el ambiente, dado que esa relación es constitutiva del sistema. No 
debería pensarse que el sistema simplemente está inserto en un 
ambiente, sino que ese ambiente ha contribuido a configurar las 
características del sistema.
Esta idea ya había sido planteada por Darwin, quien sostenía 
que las características anatómicas y funcionales que presentaban 
los organismos eran co-variantes con los ambientes en que ha-
bitaban y que, si una determinada característica surgía y perdu-
raba en una especie, era porque aquella resultaba adaptativa o 
funcional en el ambiente particular donde ésta habitaba.
El estudio del funcionamiento de un sistema complejo re-
quiere, entonces, un análisis de la historia de los procesos que 
35
MARTIN DE LELLIS – SCHELICA MOZOBANCYK
condujeron al tipo de organización (estructura) que presenta 
en un momento dado, el que incluye la historia de los intercam-
bios con su ambiente. Este estudio implica una combinación de 
análisis sincrónicos y diacrónicos: los primeros para determinar 
las propiedades estructurales del sistema en un período dado de 
tiempo, y los segundos para indentificar los procesos que con-
dujeron a esa forma particular de organización (García, op. cit.)
Al realizar estos análisis es imprescindible definir las esca-
las temporales apropiadas para cada nivel de análisis que se está 
considerando (se hará referencia a ellos en el próximo aparta-
do), debido a que los procesos que ocurren en distintos niveles 
de análisis deben ser estudiados en distintas escalas temporales.
El mencionado autor diferencia procesos de primer nivel, 
que define como esencialmente locales (aunque tengan un alto 
grado de generalidad en cuanto a su repetición en zonas extensas 
o en lugares diversos); procesos de segundo nivel (regionales o 
nacionales), y procesos de tercer nivel (nacionales e internacio-
nales). Estos tres niveles tienen dinámicas diferentes y actores 
diferentes. Están, sin embargo, claramente inter-relacionados, 
ya que el análisis de los procesos del tercer nivel provee una ex-
plicación de los procesos del segundo nivel y el análisis de este 
último provee una explicación de los procesos del primer nivel.
La noción de proceso en el campo de la salud pública
Proceso salud/enfermedad
La noción de proceso puede y debe recuperarse, una y otra 
vez, en varios distintos planos, en el campo de la salud pública. 
En un plano fenoménico, por ejemplo, puede observarse que 
las personas manifiestan distintos grados de salud y de enferme-
dad (en polos que oscilan entre el ideal utópico de absoluta salud 
hasta una situación de máxima enfermedad). Este proceso, a ni-
vel de cada individuo, está determinado por su propia estructura 
psicofísica (que incluye aspectos genéticos, aspectos psicológi-
36
EL PROCESO SALUD/ENFERMEDAD Y SUS EMERGENTES DESDE UNA PERSPECTIVA COMPLEJA 
cos estructurales, recursos de afrontamiento, habilidades para 
la vida, etc.) en interacción con un medio (físico y social) que le 
presenta distintos desafíos adaptativos y oportunidades de desa-
rrollo que son resueltos de distinto modo en el curso de un proce-
so evolutivo. Se conoce esta dinámica con el nombre de proceso 
salud/enfermedad.
A un nivel de análisis individual, la concepción del proceso 
salud/enfermedad toma cuerpo en el concepto de historia natu-
ral de la enfermedad, de Leavell y Clark, el que se refiere al curso 
natural esperable que sigue una determinada enfermedad si no 
hay ninguna intervención para desviarlo, curso que incluye un 
momento pre-patogénico y otro patogénico.
La noción de proceso en relación a los determinantes de la 
salud puede estudiarse, asimismo, sobre otros niveles de análisis, 
en cada uno de los cuales, los procesos de evolución se analizarán 
en referencia a los elementos y fenómenos específicos de dicho 
nivel: familiar, institucional, comunitario o local, regional, na-
cional, supra-nacional. 
Cada uno de estos sistemas, sigue sus propios procesos de 
desarrollo histórico y, en función del tipo de organización alcan-
zado a través de los mismos, afrontará las demandas y oportu-
nidades de su contexto (social, económico, político) generando 
respuestas que implicarán mayor o menor grado de salud para 
los conjuntos sociales implicados.
Digamos, entonces, que los llamados problemas de salud 
emergentes, en el ámbito de la salud pública, son emergentes, 
precisamente, de un proceso histórico que anuda diferentes pro-
cesos sociales, económicos, políticos, culturales que dan por re-
sultado distintos niveles de salud en cada grupo social, en cada 
momento histórico definido.
Los emergentes actuales del proceso salud/enfermedad es-
tán fuertemente determinados por procesos históricos de nivel 
macro que vivió Occidente en los últimos siglos (a los que más 
recientemente se sumaron países de oriente). Estos procesos han 
impactado decididamente en los niveles de salud de las poblacio-
37
MARTIN DE LELLIS – SCHELICA MOZOBANCYK
nes, y sin consideración de los mismos se hace imposible com-
prender la situación sanitaria actual. Pueden ser ubicados como 
de tercer nivel, según la clasificación de García, anteriormente 
expuesta, y afectan tanto a los procesos de segundo nivel, como 
a los de primer nivel. Nos referimos a los procesos de industria-
lización y urbanización que estuvieron en el origen de la llamada 
transición epidemiológica, punto de bifurcación en la historia 
sanitaria mundial.
Transición epidemiológica
A lo largo del último siglo y medio, tuvo lugar un proceso 
conocido como transición epidemiológica, que se refiere a un 
cambio en el perfil de los problemas de salud prevalentes en la 
población, desde un patrón caracterizado por la predominan-
cia de las enfermedades infecciosas (transmisibles), hacia otro 
caracterizado por la prevalencia de las enfermedades crónicas y 
degenerativas (no transmisibles), transición que está vinculada 
a una serie de procesos históricos que implicaron el pasaje en la 
sociedades de un tipo tradicional a un perfil industrial.
La transición epidemiológica es concomitante a una transi-
ción demográfica, a una transición de riesgos ambientales y a una 
modificación de los estilos de vida de la población.
 El desarrollo industrial, ya desde su nacimiento en Inglaterra 
a mediados del siglo XVIII, y apoyado en una invención tecnoló-
gica permanente, siguió un proceso que se fue acelerando cada 
vez más, retro-alimentándose positivamentecon sus propios 
productos: la máquina a vapor, la producción de electricidad, la 
revolución verde y, en la última etapa, la revolución informática 
y de las telecomunicaciones. Desde sus inicios, la revolución in-
dustrial configuró los rasgos que alterarían irreversiblemente el 
futuro del planeta, pues retro-alimentó otros procesos como la 
urbanización, la polarización económica, y una serie de cambios 
socio-demográficos.
38
EL PROCESO SALUD/ENFERMEDAD Y SUS EMERGENTES DESDE UNA PERSPECTIVA COMPLEJA 
Las nacientes ciudades industriales modernas crecieron a un 
ritmo desorbitado, mucho más de lo que sus autoridades podían 
controlar: inmigrantes llegaron en masa de los campos, atraídos 
por las nuevas fuentes de trabajo, y gente de todas regiones atraí-
das por el nuevo estilo de vida que allí se proponía. Las ciudades 
se convirtieron así, en ámbitos caóticos, ruidosos, superpoblados, 
contaminados y sucios, sin planificación y sin servicios urbanos 
(de agua potable, cloacas o recolección de residuos), con fábricas 
en donde las condiciones de trabajo eran infrahumanas, con na-
cientes barrios obreros donde amplios sectores de la población 
vivían hacinados en pésimas condiciones higiénicas. Emergie-
ron, inevitablemente allí, violentas epidemias de todo tipo de en-
fermedades infecciosas, que fueron la causa de la muerte de una 
enorme cantidad de personas en la época. Buenos Aires, hacia 
mediados del siglo XIX, no fue la excepción a esta regla.
Con posteriores avances en el saneamiento urbano, el pro-
gresivo tendido de la red de agua potable y, posteriormente de 
desagües cloacales, con sistemas de recolección de residuos y las 
primeras leyes de higiene urbana, a lo que se sumaron mejoras 
en la situación nutricional de las poblaciones, ciertos avances de 
la medicina y mejora en las condiciones de vivienda y trabajo, 
con lo cual las condiciones de vida en las ciudades modernas co-
mienzan a mejorar al tiempo que las epidemias y la mortalidad 
empiezan a descender. 
La industrialización comienza a acercar, también, los benefi-
cios del confort propios de la vida moderna a grandes sectores de 
la población. Claro que, avanzando el proceso de industrializa-
ción y urbanización llega también el auge de la economía de mer-
cado, con su lógica centrada exclusivamente en el crecimiento 
económico y el aumento de la tasa de ganancias, con su distribu-
ción inequitativa de la riqueza y en donde la calidad de vida y la 
salud de la población no son valores prioritarios para el modelo. 
Con el ascenso del sistema capitalista, entonces, sólo una parte 
de la población urbana mundial vio mejorar sus condiciones de 
vida mientras que, en otras ciudades, o en los sectores peri-urba-
39
MARTIN DE LELLIS – SCHELICA MOZOBANCYK
nos de la mayoría de las ciudades ricas, las condiciones de vida, 
siguieron siendo, hasta la actualidad, similares a las imperantes 
en el siglo XIX.
La última etapa de este proceso histórico, que es el momento 
actual, está caracterizado por la globalización de la economía de 
mercado, con sus efectos a escala mundial. Hoy la globalización 
toma muchas formas (Gallopin, 1997): impactos en la biósfera, 
impactos culturales de las tecnologías de comunicación, expan-
sión mundial del comercio, incremento de nuevas tensiones geo-
políticas. La velocidad y magnitud del cambio socio-ecológico es 
enorme. Gobernado por esta poderosa constelación de fuerzas, el 
sistema mundial está ante la incertidumbre de un punto de bifur-
cación, con un rango de futuros posibles que se pueden desplegar 
en el siglo XXI (y los desenlaces aparecen como impredecibles). 
Analizaremos más focalizadamente, a continuación, tres 
procesos de cambio imbricados con el proceso de transición epi-
demiológica los que, a su vez, están entramados en los procesos 
de industrialización y urbanización, ellos son: a) cambios en los 
patrones demográficos; b) transición de riesgos ambientales y c) 
cambios en los estilos de vida.
a) Cambios en los patrones demográficos
Las sociedades tradicionales se caracterizan por una alta tasa 
de natalidad (familias numerosas), a la vez que por una alta tasa 
de mortalidad infantil. Esta última está vinculada a las malas 
condiciones de vida en las que, generalmente, subsisten estas 
poblaciones (carencias nutricionales, viviendas deficitarias, au-
sencia de saneamiento ambiental, escasa higiene de los alimen-
tos) que funcionan como caldo de cultivo para la proliferación 
de las enfermedades transmisibles, donde las principales causas 
de muerte están asociadas con la desnutrición, las enfermedades 
parasitarias e infecciosas. Estas sociedades tienen un mayor por-
centaje de población joven y un reducido porcentaje de población 
40
EL PROCESO SALUD/ENFERMEDAD Y SUS EMERGENTES DESDE UNA PERSPECTIVA COMPLEJA 
anciana, lo que se explica por su baja expectativa de vida (relati-
va, en buena medida, a la alta mortalidad infantil). 
En las sociedades industrializadas desarrolladas las mejoras 
en las condiciones de vida (mejora en el aporte alimentario, en la 
calidad de las viviendas y en el saneamiento ambiental) llevaron 
a una disminución de la mortalidad infantil, con el consiguiente 
aumento de la expectativa de vida; por ende, estas sociedades 
tienen un porcentaje de población anciana mucho mayor que las 
anteriores y un menor porcentaje de población joven. Los nue-
vos valores modernos de progreso económico, ascenso social y 
desarrollo personal, la entrada de la mujer en el mercado de tra-
bajo, y el acceso a métodos anticonceptivos eficaces, condujeron, 
asimismo, a una disminución de la natalidad (menor número de 
hijos por familia).
b) Transición de riesgos ambientales
Según la OPS (2000), en las sociedades tradicionales predo-
minan una serie de riesgos ambientales, vinculados a la pobreza 
y la falta de desarrollo, como los siguientes: falta de acceso al 
agua potable, saneamiento básico insuficiente en el hogar y en la 
comunidad (por ej., ausencia de letrinas y desagües cloacales), 
contaminación de los alimentos por microorganismos patógenos 
(por ej., elaboración de alimentos sin normas higiénicas, mala 
conservación de los mismos por falta de heladeras, etc.), conta-
minación del aire interior de las viviendas por uso de combusti-
bles de biomasa (carbón, leña, estiércol) para cocina y calefac-
ción, sistemas deficientes de eliminación de residuos sólidos (por 
ej., ausencia de servicio de recolección de basura domiciliaria, 
acumulación de residuos en basurales), presencia de vectores de 
enfermedades (especialmente insectos y roedores), entre otros.
Este tipo de riesgos ambientales están asociados a las enfer-
medades infecciosas derivadas de la falta de higiene ambiental 
muy vinculadas, también, a la mala nutrición, el hacinamiento 
y la pobreza, en general. Las patologías típicas son las diarreas 
41
MARTIN DE LELLIS – SCHELICA MOZOBANCYK
(sobre todo infantiles), infecciones respiratorias agudas (sobre 
todo infantiles), tuberculosis, parasitosis y otras enfermedades 
transmisibles las que, en conjunto, causan la mayor parte de las 
muertes.
Las sociedades industrializadas, por oposición, presentan 
una serie de riesgos ambientales vinculados con el proceso de 
industrialización y desarrollo tecnológico, llamados peligros de 
la modernidad, entre los que se cuentan: la contaminación de 
los cursos de agua por la evacuación de excretas humanas, los 
desechos industriales y el uso de agroquímicos modernos; conta-
minación del aire urbano por las emisiones de los vehículos, las 
centrales energéticas y las industrias; acumulación de residuos 
sólidos y peligrosos (basura domiciliaria, residuos hospitalarios 
patógenos, dese chos industriales y radiactivos); riesgos químicos 
y por radiación debidos a la introducción de nuevas tecnologías 
industriales y agrícolas (químicos industriales, energía nuclear, 
equipos de rayos X, teléfonos celulares, contaminación alimen-
taria con pesticidas, alimentos transgénicos, etc.). Debemos 
agregara este listado propuesto por OPS (op. cit.), otros riesgos 
urbanos como por ejemplo, la violencia urbana y los riesgos de 
accidentes de tránsito.
Tal como sostiene la OMS (2002) hoy “el número de ries-
gos potenciales para la salud es casi infinito…, y está claro que 
estos son riesgos no naturales, es decir, han sido creados por el 
hombre”. Sólo a modo de ejemplo, podemos mencionar que en 
los últimos cien años se han sintetizado aproximadamente diez 
millones de compuestos químicos nuevos, que pueden ser poten-
cialmente tóxicos en algún grado.
Los peligros ambientales modernos están asociados con las 
enfermedades crónicas y degenerativas (no transmisibles) y las 
lesiones por causas externas, las que están muy relacionadas, 
también, con los estilos de vida modernos. En las sociedades de-
sarrolladas las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, la obe-
sidad y los accidentes de tránsito son las de mayor prevalencia y 
son las responsables de la mayor parte de las muertes. 
42
EL PROCESO SALUD/ENFERMEDAD Y SUS EMERGENTES DESDE UNA PERSPECTIVA COMPLEJA 
c) Cambios en los estilos de vida
En las sociedades tradicionales las actividades de la vida co-
tidiana están orientadas a cubrir la satisfacción de necesidades 
básicas como alimentación, agua, vivienda y vestido. Las condi-
ciones de trabajo suelen ser precarias (ya sea en el campo o en 
fábricas con ambientes insalubres) y las actividades recreativas 
están vinculadas con la vida familiar y comunal.
En las sociedades industriales modernas, la vida se ha vuelto 
sedentaria, la dieta más industrializada (menos natural) y, fre-
cuentemente, excesiva en grasas saturadas, calorías, sal y azú-
car; aumentó el consumo de sustancias tóxicas (como el alcohol, 
tabaco y drogas ilegales); se ha dado un cambio en las prácti-
cas sexuales; han aumentado considerablemente las fuentes de 
stress en la vida cotidiana, a la vez que se han roto los lazos de 
vida comunal y ha disminuido el capital social; ha aumentado 
el tiempo de ocio y las actividades recreativas pasivas; se ha im-
puesto el estilo de vida consumista (por una discusión acerca de 
la definición del término estilos de vida, ver el capítulo 3). Todos 
estos cambios son concomitantes a nuevos valores sociales. Los 
estilos de vida modernos, que traen consigo nuevos riesgos para 
la salud física, psíquica y social están produciendo un incremen-
to en las enfermedades crónicas y degenerativas (como enferme-
dades cardiovasculares, cáncer y obesidad).
Cabe señalar, en relación a estos procesos, que hoy ya no 
existen los riesgos ambientales y estilos de vida tradicionales ne-
tamente diferenciados de los modernos, sino que existen perfiles 
mixtos. Debido a que la globalización ha llevado los procesos de 
producción, productos industriales, medios de comunicación, 
tecnologías de información y estilos de vida originarios de los 
países avanzados, hasta los lugares más remotos del planeta, 
incluidos los más pobres, los países pobres tienen hoy lo peor 
de dos mundos, puesto que coexisten los problemas ambienta-
les y sanitarios vinculados a la pobreza, junto con aquellos otros 
surgidos de la industrialización. Según la OMS (2002): “hoy en 
43
MARTIN DE LELLIS – SCHELICA MOZOBANCYK
día, más personas que en ninguna otra época están expuestas a 
productos y hábitos de vida importados o imitados de otros paí-
ses que, a largo plazo, entrañan graves riesgos para su salud”. 
En realidad, los denominados riesgos occidentales ya no exis-
ten como tales. Sólo hay riesgos mundiales y riesgos a los que se 
enfrentan los países en desarrollo. Algunos han llamado a este 
perfil epidemiológico perfil de transición, y otros, menos eufe-
místicamente, acumulación de riesgos (Díaz, 2007).
Esta extensa cita ilustra con suficiente claridad los problemas 
anteriormente aludidos: “Cada vez más, el tabaco, el alcohol y 
algunos alimentos elaborados son comercializados a escala mun-
dial por empresas multinacionales, cuyos principales objetivos 
de expansión son los países de ingresos bajos y medianos. Los 
cambios en la elaboración y producción de alimentos y en las 
políticas agrícolas y comerciales han influido en la alimentación 
diaria de cientos de millones de personas. Al mismo tiempo, los 
cambios en los hábitos de vida y de trabajo han llevado a una 
disminución de la actividad física y el trabajo físico. La televisión 
y la computadora son dos razones evidentes de que la población 
pase muchas más horas al día sentada y relativamente inactiva 
que la generación anterior. El consumo de tabaco, alcohol y ali-
mentos elaborados o ‘rápidos’ encaja con facilidad en este tipo de 
vida… Esos cambios en los hábitos de consumo y de vida, junto 
con el envejecimiento de la población mundial, van asociados a 
un aumento de la importancia de enfermedades como el cáncer, 
las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares, la enfermedad 
mental y la diabetes y otras afecciones vinculadas a la obesidad. 
Ya corrientes en los países industrializados, ahora tienen inquie-
tantes repercusiones para muchos países de ingresos bajos y me-
dianos que, al mismo tiempo, siguen enfrentados a los problemas 
tradicionales de la pobreza, como la desnutrición y las enferme-
dades infecciosas” (OMS, 2002).
La “Carta de Bangkok para la Promoción de la Salud en un 
Mundo Globalizado” (OMS, 2005), ha reconocido a las nuevas 
formas de consumo y comunicación y al márketing globalizado, 
44
EL PROCESO SALUD/ENFERMEDAD Y SUS EMERGENTES DESDE UNA PERSPECTIVA COMPLEJA 
como influencias críticas sobre la salud en el contexto actual de 
globalización. 
Para Sunkel (1981) la globalización implica una homogeniza-
ción a escala mundial de los patrones de producción, comercia-
lización, consumo y utilización de los medios de comunicación 
originarios, principalmente de los Estados Unidos. Es importan-
te comprender que la globalización no es solamente económica, 
sino que implica profundos cambios culturales: es la exportación 
de un modo de percibir y comportarse en el mundo.
El aspecto central de esta globalización cultural es lo que se 
denomina imposición del estilo de vida consumista, que fomenta 
el consumo indiscriminado de bienes materiales y el reemplazo 
constante de los que ya se tienen por los últimos modelos lle-
gados al mercado. La cultura del consumismo es introducida en 
todas las sociedades del mundo a partir, básicamente, de la pu-
blicidad por medios de comunicación masivos, la que se apoya en 
cuidadosas estrategias de marketing. La publicidad se ha conver-
tido así en uno de los grandes instrumentos del control social del 
mundo capitalista.
El estilo consumista tiene, por su parte, profundos impactos 
en la salud de las personas, en la estructuración de los valores 
sociales y en la preservación o pérdida del capital social. Ya en 
el año 1961, Packard (1961) advertía que “la vida de las personas 
queda enlazada de tal manera a los actos de consumo, que los 
lleva a definir sus sentimientos de valor en la vida en función 
de dichos actos” y no en función de valores social y psicológi-
camente más positivos. Los modelos de consumo propuestos 
por el mercado pueden ejercer una tremenda presión sobre el 
consumidor para que adquiera cada vez más bienes y servicios, 
con vistas a mantener la salud de la economía. La promoción del 
estilo consumista contribuye así a generar una sociedad social y 
psicológicamente enferma y empobrecida, y este es un proble-
ma de capital importancia que debemos afrontar actualmente los 
psicólogos sanitaristas.
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MARTIN DE LELLIS – SCHELICA MOZOBANCYK
Proceso de planificación en salud
El concepto de planificación estratégica en salud es solidario 
de la noción de proceso; tanto del proceso previo que desembocó 
en la situación objeto de la planificación, como del proceso en 
que está inmersa la planificación misma.
En lo que hace a la aplicación del paradigma de la compleji-
dad a la formulación de planes y programas sanitarios, una pri-
mera directriz que se puedeextraer es la necesidad de entender 
a la planificación como situada; esto es, comprender el contexto 
complejo del cual emerge la realidad sobre la que se desea inter-
venir, tal como lo postuló Matus (1984). Comprender la situa-
ción implica comprender no sólo la estructura actual de la mis-
ma, sino el proceso histórico que le dio origen, puesto que ambos 
aspectos dan cuenta de las posibilidades y límites de comporta-
miento del sistema, lo que permitirá, entonces, implementar lo 
que Matus denominó “soluciones viables” a los problemas. Asi-
mismo, el postulado de integrar al observador en la descripción 
de los fenómenos, implica atender a las múltiples perspectivas 
sobre la realidad (diferencias de definiciones del problema, de 
valores, de necesidades, de expectativas y de modos de solución 
del mismo) de los actores que participan en una situación de po-
der compartido.
Una idea clave del paradigma de la complejidad que alumbra 
al pensamiento estratégico es la de planificación como proceso 
no-lineal. En este sentido, el proceso de planificación está sujeto 
a la ocurrencia de fenómenos no previstos –y tal vez no maneja-
bles–, y a distintos márgenes de incertidumbre.
La acción, entonces, si bien es una acción racional, es tam-
bién una apuesta (Morin, 1994), porque la noción de apuesta 
conlleva la conciencia del riesgo y de la incertidumbre. Es decir, 
en planificación estratégica se trabaja con márgenes de certeza 
o de error, y se pueden tomar riesgos calculados. La estrategia, 
luego, no es otra cosa que tener en mente la meta, mientras se 
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EL PROCESO SALUD/ENFERMEDAD Y SUS EMERGENTES DESDE UNA PERSPECTIVA COMPLEJA 
rediseña permanentemente la táctica en función del devenir del 
proceso.
En este marco, la estrategia permite imaginar un cierto nú-
mero de escenarios futuros posibles, a la vez que descartar otros 
como no posibles. Dado que el futuro es abierto y no predecible, 
la técnica de construcción y análisis de escenarios puede ser de 
utilidad, pues ofrece un marco para examinar las fuerzas que mo-
delan la situación, las incertidumbres que nos rodean y las impli-
cancias para el mañana de las acciones que se ejecuten hoy. Nos 
ayuda a comprometernos y ser actores partícipes en la construc-
ción del futuro, porque tal como decía Prigogine, no podemos 
predecir el futuro, pero podemos prepararlo.
Morin plantea, en relación a la acción desde el paradigma de 
la complejidad, la noción de ecología de la acción, para referir-
se al hecho que, en el momento en que un individuo emprende 
una acción, cualquiera fuere, ésta comienza a escapar a sus in-
tenciones. Esa acción entra en un universo de interacciones y es, 
finalmente, el ambiente el que toma posesión, en un sentido que 
puede volverse contrario a la intención inicial. Esto nos obliga a 
seguir la acción y a tratar de corregirla, si ello fuera posible. Para 
Morin, la palabra “estrategia” se opone a la palabra “programa”, 
ya que el programa es algo que se cumple, mientras que la estra-
tegia se va rediseñando sobre el rumbo de los acontecimientos e 
involucra también, en su éxito, las dotes personales del estratega. 
Niveles de análisis
 
Los sistemas vivos (biológicos, sociales) se organizan en dis-
tintos niveles jerárquicos de complejidad. Tal organización es 
producto de procesos auto-organizadores que le dieron origen, 
como fue descrito en el punto anterior. Estos niveles podrían 
recortarse, por ejemplo, en el caso del mundo biológico, del si-
guiente modo: célula, tejido, órgano, organismo. Los organis-
mos, a su vez, forman parte de sistemas más amplios: poblacio-
nes, comunidades que a su vez, se organizan en ecosistemas. El 
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MARTIN DE LELLIS – SCHELICA MOZOBANCYK
conjunto de ecosistemas constituye la biósfera (esfera viva sobre 
la faz de la Tierra en la que interactúan todos los ecosistemas del 
planeta). Ver Gráfico Nro. 1. 
El análisis podría continuar, en un plano físico, desde nues-
tro planeta, como parte del sistema solar, el que, a su vez, integra 
una galaxia que, asimismo, es parte de un sistema de galaxias, 
etc. Por otra parte, si descendemos a nivel del microcosmos, par-
tiendo de la misma célula antes mencionada, encontraremos que 
está formada por diversos organitos celulares, compuestos por 
moléculas, las que, a su vez, están formadas por átomo, para lle-
gar hasta el nivel subatómico que es, a su vez, un universo de alta 
complejidad.
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EL PROCESO SALUD/ENFERMEDAD Y SUS EMERGENTES DESDE UNA PERSPECTIVA COMPLEJA 
En el plano de los sistemas humanos, podríamos definir los 
siguientes niveles de análisis, por ejemplo: individuo, familia, 
instituciones y grupos de pertenencia, comunidad de base terri-
torial, agregados sociales, sociedad global. Ver Gráfico Nro. 2.
En el nivel más alto de complejidad que nos interesa, ubica-
mos a los sistemas humanos, ubicación esta, que no implica una 
posición valorativa ni tampoco teleológica, sino descriptiva, en 
el sentido de que los sistemas humanos agregan un grado más 
de complejidad a otros sistemas vivos. Estos sistemas han sido 
llamados sistemas complejos auto-concientes o reflexivos, para 
destacar su capacidad de observarse a sí mismos, y su propia evo-
lución y comportamiento, lo que les permite abrir repertorios de 
respuestas de un nivel no conocido entre otros seres vivos. Los 
sistemas humanos tienen como propiedad específica el intercam-
bio a través de la comunicación simbólica, lo que les permite de-
sarrollar una enorme gama de prácticas innovadoras, capaces de 
generar cambios de magnitud sin precedentes en todos los otros 
sistemas, en procura de sus propias metas.
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MARTIN DE LELLIS – SCHELICA MOZOBANCYK
En el plano de los sistemas humanos la noción de persona 
humana no cobra sentido más que dentro de una ecología hu-
mana (Newbrough, Kelly, Rappaport, Bronfenbrenner) a la que 
pertenece y en la que se desenvuelve: sistema familiar, institu-
cional, comunitario, socio-cultural y, por tanto, sólo puede ser 
abordada dentro de estos contextos que dan marco y sentido a su 
comportamiento.
Bronfenbrenner (1987) fue un psicólogo pionero en el es-
tudio del desarrollo humano desde una perspectiva contextual-
sistémica, al afirmar que el grado de desarrollo que puede alcan-
zar una persona –particularmente se enfocó en los niños– está 
condicionado por las características de los ecosistemas humanos 
en que evoluciona. Estos ecosistemas tienen, como todos, una 
estructuración jerárquica (que este autor metaforizaba como un 
set de muñecas rusas) las que encajan unas dentro de otras. Por 
otra parte, otorgó especial importancia a las interacciones que se 
dan entre sistemas. El autor definió cuatro niveles de sistemas: 
micro-sistema (el nivel de las relaciones próximas, en el entorno 
inmediato), meso-sistema (el sistema formado por las interac-
ciones de los micro-sistemas), exo-sistema (sistemas en los que 
la persona no participa directamente, pero que afectan los entor-
nos en que ella sí participa) y, por último, el macro-sistema (los 
sistemas institucionales, sociales y culturales o sub-culturales 
que enmarcan los otros sistemas mencionados). 
Digamos, entonces, que todos los niveles de análisis antes 
descritos pueden considerarse sistemas, los que están conforma-
dos por elementos que interactúan entre sí (sub-sistemas), los 
cuales pueden, a su vez, ser definidos y analizados como sistemas 
en un nivel inferior de estudio. Dicho de otro modo, cualquier 
sistema puede ser entendido tanto como contexto (ambiente), 
sistema, o como sub-sistema, dependiendo de cuál sea el nivel de 
análisis que se tome como referencia.
Dado que todo sistema complejo (biológico, social) es abierto 
hacia su ambiente (esto es, realiza intercambios con el mismo), 
este ambiente, a su vez, puede funcionar como un sistema dentro 
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EL PROCESO SALUD/ENFERMEDAD Y SUS EMERGENTES DESDE UNA PERSPECTIVA COMPLEJA 
de otro todavía más amplio, abierto también a su ambiente, y 
así sucesivamente, debido a que, como señalamos,

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