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352 CAPÍTULO 15 El sistema linfático ción y maduración de los linfocitos. El timo contribuye al desarrollo de los linfocitos T en el feto y en bebés, hasta algunos meses después del nacimiento. Un número importante de linfocitos que se producen en el timo son degenerados y se destruyen, pero los que logran madurar, entran en la sangre para viajar hacia otros tejidos linfáti- cos donde éstos y sus descendientes confi eren protección contra sustancias extrañas y microorganismos nocivos. Las placas de Peyer (también conocidas como folícu- los linfáticos agregados) se encuentran localizadas en la pared del intestino delgado y se asemejan a las amígdalas. Las placas de Peyer contienen macrófagos que destruyen las bacterias. Las bacterias siempre están presentes en grandes cantidades en el intestino, y los macrófagos evitan que éstas infecten y penetren las paredes del intestino. ANTÍGENOS Y ANTICUERPOS Los antígenos son proteínas extrañas que tienen acceso a nuestro cuerpo a través de heridas y raspaduras o a través del sistema respiratorio, del sistema digestivo o circula- torio y de los sistemas urinario y reproductor. Estas pro- teínas hacen que el sistema inmunológico se active para producir proteínas de alto peso molecular que funcionan destruyendo agentes invasores extraños, y se llaman anti- cuerpos o inmunoglobulinas. Las proteínas extrañas o antígenos pueden formar parte de membranas celulares o fl agelos de protozoos, bacterias, de cubiertas proteicas virales, o de la superfi cie de esporas fúngicas. Los linfocitos B y las células plasmá- ticas reconocen estos antígenos y producen anticuerpos que son específi cos. La unión antígeno-anticuerpo hace que las células extrañas se aglutinen y se precipiten en el sistema circulatorio o en los tejidos. A continuación, las células fagocíticas (células blancas de la sangre), como neutrófi los y macrófagos, llegan a fagocitarlas para elimi- narlas del organismo. Por esta razón se dice que poseemos un sistema de defensa interna para protegernos de micro- bios extraños. Los anticuerpos se forman en respuesta a una enorme cantidad de antígenos. Los anticuerpos tie- nen una estructura básica que consta de cuatro cadenas de aminoácidos unidos por enlaces disulfuro. Dos de estas cadenas son idénticas, con alrededor de 400 aminoácidos, y se denominan cadenas pesadas. Las otras dos cadenas tienen la mitad de tamaño, son idénticas entre sí y se llaman cadenas ligeras. Cuando se unen las cadenas, la molécula de anticuerpo se compone de dos mitades idén- ticas, cada una compuesta por una cadena pesada y una ligera. Los anticuerpos tienen forma de Y; mientras que los vértices de la Y corresponden a los sitios de unión a antígenos, el tallo de la Y permanece siempre constante. El sitio de unión a antígenos varía, lo que permite que nues- tros anticuerpos sean compatibles con la enorme cantidad de antígenos que entran al cuerpo (Figura 15-9). Existen cinco tipos de anticuerpos que forman parte de las gamma globulinas de las proteínas plasmáticas. La inmu- noglobulina G (IgG) se encuentra en los líquidos tisulares y el plasma, ataca virus, bacterias y toxinas. También participa en la activación del complemento, que está compuesto por una serie de enzimas que atacan a los antígenos extraños. La inmunoglobulina A (IgA) se encuentra en secreciones de glándulas exocrinas como puede ser el fl uido nasal, lágri- mas, jugo gástrico e intestinal, la bilis, la leche materna y la orina. La inmunoglobulina M (IgM) se desarrolla en el plasma sanguíneo como respuesta a las bacterias o antígenos pre- sentes en los alimentos, mientras que la inmunoglobulina D (IgD) se encuentra en la superfi cie de los linfocitos B y es importante para la activación de estas células. Finalmente, la inmunoglobulina E (IgE), que también se encuentra en secreciones de las glándulas exocrinas, se asocia a reaccio- nes alérgicas y ataca antígenos causantes de las mismas. Los anticuerpos más abundantes son IgG, IgA e IgM. Cuando los linfocitos B entran en contacto con antíge- nos y producen anticuerpos, se llama inmunidad activa. La INMUNIDAD La inmunidad es la capacidad del cuerpo para resistir la infección por microorganismos o agentes patógenos que causan enfermedades y prevenir los daños causados por sustancias extrañas o sustancias químicas nocivas. La respuesta inmune humoral y la respuesta inmune celular son el resultado de la activación del tejido linfoide en el cuerpo. La mayor parte del tejido linfoide se encuentra en los nódulos linfáticos; sin embargo, como se ha mencio- nado anteriormente, también se encuentra en el bazo, las amígdalas, en las placas de Peyer del intestino delgado y, en menor medida, en la médula ósea roja. El tejido lin- foide se compone principalmente de linfocitos, que se pueden clasifi car en dos grandes grupos de células: los linfocitos B y los linfocitos T. Los linfocitos B son células que producen anticuer- pos, y que dan lugar a la inmunidad humoral. Este tipo de inmunidad es particularmente efi caz contra infeccio- nes bacterianas y virales. Las células B producen los anti- cuerpos que entran en circulación y atacan a los agentes invasores. Los linfocitos B que se localizan en tejidos específi cos, se convierten en células especializadas lla- madas células plasmáticas. Los linfocitos T son responsables de la inmunidad celular. Estas células provienen de la glándula del timo. La competencia inmunológica conferida por los linfo- citos T se desarrolla después del nacimiento. Este tipo de inmunidad es particularmente efectiva contra hon- gos, parásitos intracelulares (que se alojan dentro de la célula), infecciones virales intracelulares, células cance- rosas, y actúa contra implantes de tejidos extraños. Observa una animación de la linfa en tu CD-ROM de StudyWARE™. Observa una animación de la linfa en tu Conexión con StudyWARE™ 15_ch15_RIZZO.indd 35215_ch15_RIZZO.indd 352 24/5/11 16:35:1324/5/11 16:35:13 http://booksmedicos.org CAPÍTULO 15 El sistema linfático Inmunidad Antígenos y anticuerpos Botón2:
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