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Examen final de Historia del Pensamiento I
Alumno Nicolás E. Acosta
Consigna 1
1 Leer atentamente el siguiente pasaje de la Constitución de los atenienses de Aristóteles:
"...porque es el propio pueblo el que se ha hecho dueño de todas las cosas y administra todo mediante decretos y los tribunales, en los cuales es el pueblo el que tiene el poder, e incluso los juicios del Consejo han pasado al pueblo" (41, 2).
Teniendo en cuenta el material estudiado durante la cursada, dar respuesta a los siguientes puntos:
2 Comentar con claridad el contenido del pasaje seleccionado.
3 Aclarar el contexto en que esta fuente fue escrita.
4 Indicar los antecedentes históricos de la situación socio-política representada en el pasaje seleccionado.
 
Consigna 2
1 Leer atentamente el siguiente pasaje de las Confesiones de Agustín:
“Ni siquiera gemía orando para que me socorrieras, sino que mi espíritu se hallaba ocupado en investigar e inquieto en discutir, teniendo al mismo Ambrosio por hombre feliz según el mundo, viéndole tan honrado de tan altas potestades. Sólo su celibato me parecía duro de soportar. Pero yo no podía sospechar, por no haberlo experimentado nunca, las esperanzas que abrigaba, ni las luchas que tenía que sostener contra las tentaciones de su propia excelencia, ni los consuelos de que gozaba en las adversidades, ni los sabrosos deleites que gustaba con la boca interior de su corazón cuando rumiaba tu pan [eucarístico]; ni él, a su vez, conocía mis inquietudes, ni la profundidad de mi peligro, por no poderle yo preguntar lo que quería y como quería, y de cuyos oídos y boca me apartaba la multitud de hombres de negocios, a cuyas flaquezas él servía.
Cuando éstos le dejaban libre, que era muy poco tiempo, se dedicaba o a reparar las fuerzas del cuerpo con el alimento necesario o las de su espíritu con la lectura. Cuando leía, lo hacía pasando la vista por encima de las páginas, penetrando su alma en el sentido sin decir palabra ni mover la lengua.
Muchas veces, estando yo presente —pues a nadie se le prohibía entrar ni había costumbre de avisarle quién venía—, le vi leer calladamente, y nunca de otro modo; y estando largo rato sentado en silencio —porque ¿quién se atrevía a molestar a un hombre tan atento?—, optaba por marcharme, conjeturando que aquel poco tiempo que se le concedía para reparar su espíritu, libre del tumulto de los negocios ajenos, no quería se lo ocupasen en otra cosa, leyendo mentalmente, quizá por si alguno de los oyentes, suspenso y atento a la lectura, hallara algún pasaje oscuro en el autor que leía y exigiese se lo explicara o le obligase a disertar sobre cuestiones difíciles, gastando el tiempo en tales cosas, con lo que no pudiera leer tantos volúmenes como deseaba, aunque más bien creo que lo hiciera así por conservar la voz, que con facilidad se le enronquecía.
En todo caso, cualquiera que fuese la intención con que aquel varón lo hacía, ciertamente era buena.
Lo cierto es que a mí no se me daba tiempo para interrogar a tan santo oráculo tuyo, que era en su pecho, sobre las cosas que yo deseaba, sino cuando sólo podía darme una respuesta breve, y mis inquietudes requerían mucho tiempo y dedicación en aquel con quien las había de conferir, cosa que nunca hallaba. Yo le escuchaba, es verdad, predicando al pueblo rectamente la palabra de la verdad todos los domingos, confirmándome más y más en que podían ser sueltos los nudos todos de las maliciosas calumnias que aquellos engañadores nuestros levantaban contra los libros sagrados.
Así que, cuando averigüé que los hijos espirituales, a quienes has regenerado en el seno de la madre Católica con tu gracia, no entendían aquellas palabras: Hiciste al hombre a tu imagen, de tal suerte que creyesen o pensasen que estabas dotado de forma de cuerpo humano —aunque no acertara yo entonces a imaginar, pero ni aun siquiera a sospechar de lejos, el ser de una sustancia espiritual—, me alegré de ello, avergonzándome de haber ladrado tantos años no contra la fe católica, sino contra los engendros de mi inteligencia carnal, siendo impío y temerario por haber dicho reprendiendo lo que debía haber aprendido preguntando. Porque ciertamente tú —¡oh altísimo y próximo, secretísimo y presentísimo, en quien no hay miembros mayores ni menores, sino que estás todo en todas partes, sin que te reduzcas a ningún lugar!— no tienes ciertamente tal figura corporal, no obstante que hayas hecho al hombre a tu imagen y desde la cabeza a los pies ocupe éste un lugar” (Libro VI, 3).
Teniendo en cuenta el material estudiado durante la cursada, dar respuesta a los siguientes puntos:
2 Aclarar el contexto en que esta fuente fue escrita.
3 Comentar con claridad el contenido del pasaje seleccionado.
4 Indicar las posibles relaciones entre este contenido y los que han sido estudiados durante la cursada en relación al pensamiento griego
1:
2-El pasaje en cuestión hace alusión al funcionamiento del sistema político de la polis ateniense, otorgando una descripción sucinta pero muy admirable de la forma política y de gobierno adoptada por la ciudad de Atenas siglos atrás y que había vuelto a su vigencia tras el gobierno despótico de los llamados Treinta Tiranos : la democracia. Aristóteles explica con relativa facilidad (por la brevedad del pasaje) y precisión (por la forma en que lo narra) cómo es la sociedad ateniense (con sus sabidas excepciones, como los esclavos y ciudadanos extranjeros o metecos) la que determina a través de su decisión, voto o función los porvenires de la ciudad, cómo es el ciudadano el que tiene la palabra final sobre los distintos asuntos, tanto políticos, económicos y culturales de Atenas, al punto de decidir si un soberano, en base al juicio sobre sus acciones cometidas a lo largo de su gestión, merece seguir o no ejerciendo el poder , incluso mediante el derrocamiento.
3-Como se dijo anteriormente, este pasaje, correspondiente a la Constitución de los Atenienses , fue escrito, como la integridad de la obra, en el marco de la restauración de la polis democrática, tras la debacle total de la ciudad de Atenas que se había desencadenado tras la derrota en la guerra del Peloponeso ante el ejército espartano y la llegada al poder de los Treinta Tiranos. 
Si bien Aristóteles no fue contemporáneo al año en que dicha tiranía fue establecida (404 a.C.), ya que nació alrededor del año 384 a.C., sí pudo haber aprendido de la misma a través de su maestro Platón (que la vivió siendo una persona joven), y entonces sentir el período en el que escribió esta fuente como una reivindicación de la democracia en su mejor o mayor esplendor, y un deseo de su perdurabilidad en el tiempo. Pese a la decadencia experimentada desde el siglo anterior, la ciudad no dejó de ser un importante lugar de acogida de importantes pensadores: Platón fundaría la Academia de Atenas, Epicuro haría lo mismo con el así llamado Jardín de Atenas, y comenzarían a adquirir notoriedad los pórticos.
4- Atenas había sido la primera de las polis griegas en comenzar a adoptar un sistema y forma de política que avanzara de la aristocracia a la democracia, que abandonara la burocracia palacial y tuviera una mayor representación del pueblo en su quehacer político, económico, social y cultural; hecho que se materializó alrededor de la transición de la Edad Arcaica a la Clásica. Esto se daría a partir del triunfo griego en las guerras médicas, que enfrentó a los persas y la liga de poleis. Después de la batalla de Salamina, los griegos superaron la amenaza persa y tendrían un período de estabilidad y lejos de amenazas externas, y Atenas especialmente, viviría una época de gran apogeo donde se produciría su embellecimiento en lo intelectual y cultural, donde se efectuarían las más excepcionales expresiones artísticas y deportivas de la Grecia Antigua como el auge del teatro y las Olimpíadas, siendo la construcción de la Acrópolis ateniense un emblema de este período dorado. 
Esto había molestado a las demás polis, principalmente Esparta, que miraban con recelo como la mayor parte de los recursosde la liga eran destinados al mantenimiento del esplendor de Atenas, lo que desató la Guerra del Peloponeso en la cual los espartanos triunfaron y empujaron a los atenienses a una debacle que comenzaría por la llegada de los Treinta Tiranos, que serían reconocidos por su crueldad y brutalidad a la hora de disuadir a la ciudadanía de oponerse a sus decisiones, y que se destacaban por empatizar con el sistema y formas políticas de los espartanos. Fueron derrocados tras un año, en el que se vio restaurada la democracia.
2:
2-La fuente fue escrita a fines del siglo IV, pocos años después que el cristianismo, en el año 380, fuera declarado la religión oficial del Imperio Romano, y varias décadas posteriores a la promulgación del edicto de Milán o de Tolerancia por cortesía del emperador Constantino I. El cristianismo pasaría de ser considerada como una religión sectaria y practicada en el silencio por sus profesantes, a ser la religión preponderante en la Edad Media, que se considera tiene su puntapié inicial a través de la tolerancia otorgada por Constantino a la religión cristiana junto a los cultos paganos o politeístas vigentes en Roma, ya que el crecimiento a posteriori del cristianismo llegaría a tal punto que en todos los ámbitos de la vida durante las épocas medievales, sería dicha religión la que tendría una preponderancia absoluta sobre tales ámbitos. Previo a la oficialización del cristianismo como religión oficial del Imperio, sus practicantes y divulgadores habían sufrido cruentas persecuciones, siendo la más célebre la de Diocleciano, Maximiano y Galerio. Estos recibieron el mote de mártires, siendo quizá San Jorge (decapitado) y San Sebastián (golpeado a muerte) los casos más reconocidos.
3- La cita, perteneciente a las Confesiones de Agustín, describe como dicho santo aún dudaba de su entrega a Dios y conversión al cristianismo (vale recordar que Agustín fue criado y educado en los valores paganos o del politeísmo romano), y cómo el obispo Ambrosio, a través de sus experiencias y vivencias para con su religión, lo fueron llevando por el camino del descubrimiento de los valores cristianos, centrados en la humildad más que en el refinamiento y ostentación material, más propios del paganismo y el politeísmo . (un buen ejemplo de ello es la mención de Agustín a su dificultad para tolerar el celibato de Ambrosio, o cuando hace mención a la hostia y a su insipidez, la cual el obispo aún encuentra orgulloso de ingerir) Agustín lamenta haber sido muy dubitativo de su conversión y exalta a Dios como el ser omnipresente y todopoderoso que el cristianismo nos presenta.
4-Como Agustín en esta obra (a la que la cita corresponde), nos comenta y confiesa acerca de su acercamiento y encuentro con Dios, creo que es bueno vincular este pasaje a Aristóteles que es el primero en hablarnos de un ente supremo y causa eficiente de todas las potencias y cambios que el universo explora, si bien nos hablaba del mismo como un actualizador de formas (no pudo haberse creado el mundo de la nada) y no como un ser creador (que es el principio más reconocido del cristianismo: un Dios todopoderoso y Creador del cielo y de la tierra) . Esto tiene que ver porque antes de la oficialización del cristianismo, la religión preponderante en Roma era el paganismo y por tanto se rendía pleitesía a los dioses romanos que no eran otros sino los dioses del Olimpo griego, pero adecuados a la cultura y tradición romanas, según la cual el creador del universo había sido otro tipo de deidades y no el Dios del Cristianismo. También lo vinculo al estoicismo dado que ambas corrientes (una filosófica, la otra religiosa) nos hablan de la conveniencia de todo lo que nos ocurra en la vida, que son funcionales a un plan (universal en el estoicismo, divino en el cristianismo), lo que puede traducirse como una prevalencia de la idea de encomendarse a la fe más que a la razón y al depósito de toda nuestra confianza en el ser superior o supremo, algo que Agustín demuestra en los últimos párrafos del pasaje con sus plegarias y alabanzas a Dios.

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