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anatomia y fisiologia del cuerpo-24

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Capítulo 1 Tejidos y sistema tegumentario 9
— Basal o estrato germinativo: es la capa germinativa de la 
epidermis y está formado por una capa de células cilíndri-
cas que presenta frecuentemente figuras de mitosis. Entre 
las células de la capa basal pueden observarse otros dos 
tipos de células: los melanocitos, células productoras de 
melanina y las células de Langerhans, que son macrófagos 
epidérmicos.
— Escamosa o estrato espinoso: recibe este nombre porque sus 
células muestran delgadas prolongaciones citoplásmáticas 
que le dan el aspecto de espigas y que relacionan las pro-
longaciones de unas células con las de las otras. Contiene 
células en período de crecimiento que inician la síntesis 
de queratina.
— Granular o estrato granuloso: presenta gránulos intercelu-
lares que son parte del proceso de queratinización. Los 
gránulos son de queratohialina, intensamente basófilos, 
precursores de la queratina blanca. En esta capa es donde 
se mueren las células epidérmicas.
— Estrato lúcido: no es facil de apreciar, sólo aparece en los 
lugares donde la epidermis es muy gruesa, como en las 
palmas y plantas. Cuando aparece lo hace como una línea 
clara y brillante, por encima del estrato granuloso. Está 
formado por varias capas de células que muestran núcleos 
imprecisos. En su citoplasma existe eleidina, sutancia que 
proviene de la queratohialina.
— Cornificada o estrato córneo: formada por restos celulares apla-
nados, fusiformes, compuestos principalmente por querati-
na. Las células más superficiales se descaman con facilidad.
La unión dermoepidérmica es irregular y ondulada debido 
a la extensión hacia arriba de proyecciones dérmicas en forma 
de dedos de guante, que constituyen las llamadas papilas dérmi-
cas, y a prolongaciones epidérmicas descendentes situadas entre 
las papilas, que configuran las crestas epidérmicas. Sin embargo, 
la epidermis y la dermis están perfectamente separadas por una 
estructura situada inmediatamente por debajo de la capa basal. Se 
trata de la membrana basal, constituida por una serie de elementos 
perfectamente organizados, claramente identificables mediante 
las técnicas ultraestructurales.
La epidermis se regenera mediante una población de células 
madre con gran actividad mitótica situada en la capa basal. Los 
queratinocitos basales son células cilíndricas o cuboideas dispuestas 
en una sola hilera que asientan sobre una membrana basal PAS + 
(tinción con ácido peryódico de Schiff ). Sólo un 17% de las células 
basales tienen capacidad de división, constituyendo la población ac-
tiva, y se localizan fundamentalmente en los extremos de las crestas, 
siendo menos numerosas sobre las papilas dérmicas. En el proceso 
de maduración estas células se hacen más grandes y eosinófilas, ad-
quieren más citoplasma, aumentan sus filamentos intracitoplásmi-
cos, se aplanan y se orientan paralelamente a la superficie.
En los estratos epidérmicos más superficiales, los queratino-
citos maduran hasta adquirir gránulos basófilos en el citoplasma, 
los gránulos de queratohialina, característicos del estrato granu-
loso o capa granular.
La capa córnea está constituida por múltiples estratos de célu-
las poliédricas que pierden los detalles citoplásmicos, se aplanan, 
se empaquetan y se agrupan adquiriendo un patrón en cestilla. 
Las células de la capa córnea son las más diferenciadas en el sis-
tema de queratinización celular, pierden su núcleo y sus organelas 
citoplásmicas para quedar casi exclusivamente compuestas por 
filamentos de queratina de elevado peso molecular, que se agru-
pan en haces característicos denominados tonofilamentos. Este 
proceso de queratinización celular o renovación epidérmica tiene 
lugar en dos meses aproximadamente. Las células tardan 20 a 42 
días en pasar de la capa basal a la capa granulosa, y 14 días más en 
convertirse en capa de queratina hasta descamarse.
3.1.2. Dermis
La dermis es la estructura de soporte de la piel. Es un tejido fibro-
elástico constituido por fibras colágenas, fibras elásticas y sustan-
cia fundamental. En su espesor se encuentran los anejos cutáneos, 
vasos y nervios. Constituye la mayor masa de la piel y le aporta 
plegabilidad, elasticidad y resistencia a la tracción.
La dermis interactúa con la epidermis para mantener las pro-
piedades de ambos tejidos. Ambas regiones cooperan durante 
el desarrollo en la morfogénesis de la unión dermoepidérmica y 
los anexos epidérmicos (dientes, uñas, estructuras pilosebáceas y 
glándulas sudoríparas) e interactúan en la reparación y remodela-
ción de la piel cuando cicatrizan las heridas.
Se distinguen dos capas en la dermis:
— Dermis adventicial, que comprende la porción subepidér-
mica (dermis papilar) la que rodea los anejos (dermis pe-
rianexial).
— Dermis reticular, llamada así por la disposición entrelazada 
(reticular) de las fibras colágenas. Es más gruesa y se en-
cuentra en una situación más profunda.
La dermis adventicial está compuesta por finas fibras de co-
lágeno tipo I con algunas fibras de tipo III y una delicada red de 
fibras elásticas, abundantes capilares, sustancia fundamental y fi-
broblastos. La dermis reticular está formada por gruesos haces de 
fibras de colágeno de tipo I dispuestos apretadamente, paralelos a 
la superficie, y gruesas fibras elásticas.
El componente celular de la dermis es escaso y está constitui-
do fundamentalmente por fibroblastos, que son los responsables 
de la síntesis de los elementos fibrosos de la dermis, como coláge-
no, elastina y sustancia fundamental. También existen, aunque en 
pequeño número, histiocitos, linfocitos, mastocitos y alguna que 
otra célula de Langerhans.
El colágeno es una proteína sintetizada, entre otras células, 
por el fibroblasto. Existen 13 tipos diferentes de colágeno, y en la 
dermis se encuentran especialmente del tipo I (85-90%), tipo III 
(8-11%) y tipo V (2-4%).
La red de fibras elásticas es esencial para las propiedades re-
tráctiles de la piel.
La sustancia fundamental o amorfa de la dermis rellena los 
espacios entre fibras y células.
Vasos y nervios (Fig. 1.1)
La circulación vascular de la piel tiene una distribución pecu-
liar para satisfacer distintas necesidades funcionales: nutrición, 
aumento del flujo sanguíneo para facilitar la pérdida de calor o 
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