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anatomia y fisiologia del cuerpo-65

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Anatomía y fisiología del cuerpo humano50
La adaptación es una propiedad de la mayoría de los recep-
tores. Consiste en el cese de la actividad del receptor ante la per-
sistencia del estímulo. Por ejemplo, al sentarse, las personas notan 
la presión y las cualidades (duro o blando, suave o áspero...) del 
asiento sobre la piel que está en contacto con éste: los receptores 
de tacto-presión han informado de todo. Es de experiencia co-
mún que, al cabo de cierto tiempo de estar sentada, la persona 
no nota nada hasta que se mueve de nuevo: los receptores habían 
dejado de informar, es decir, se habían adaptado. Este fenóme-
no ocurre rápidamente en unos receptores (adaptación rápida)
mientras que otros lo hacen lentamente (adaptación lenta). Por 
supuesto, los hay que no se adaptan en absoluto.
El campo receptivo es la superficie de piel inervada por un 
solo receptor, o el área que, estimulada, produce la activación de 
un receptor: cada fibra sensorial periférica termina dividiéndose 
en varias ramitas, cada una de las cuales termina, a su vez, en un 
receptor sensorial. Éstos se distribuyen más o menos regularmen-
te por la piel, de tal manera que los estímulos que caen dentro de 
una determinada superficie activan a un solo receptor: esa superfi-
cie es el campo receptivo periférico del receptor correspondiente. 
Algunas veces, los campos receptivos periféricos de dos receptores 
próximos se superponen. Eso ocurre cuando la zona de piel está 
ricamente inervada porque es necesario para una gran discrimi-
nación. Por ejemplo, la piel de la punta de los dedos: los campos 
receptivos de esas zonas suelen ser pequeños, tanto más cuanto 
más discriminativos (por el tacto se puede discriminar la forma, 
tamaño y textura de los objetos, así como la proximidad entre dos 
objetos y la distancia entre los mismos). Por el contrario, los cam-
pos receptivos son grandes en la piel de regiones que no necesitan 
discriminar objetos por el tacto (p. ej., la piel de la espalda, en la 
que dos objetos próximos se percibirán como uno solo, tenien-
do que aumentar considerablemente la distancia entre ellos si se 
quieren percibir como separados).
El sistema de la sensibilidad somática consta de tres partes: la 
sensibilidad superficial, la sensibilidad profunda o propiocep-
tiva y la sensibilidad visceral.
La sensibilidad superficial es la encargada de captar varia-
ciones en la energía del medio para producir las sensaciones de 
presión, toque y desplazamiento (clásicamente conocidas como 
«sentido del tacto»), dolor y temperatura (frío y calor); la pro-
funda o propioceptiva informa del estado instantáneo de los 
músculos esqueléticos, articulaciones y ligamentos, así como de 
la posición de la cabeza en el espacio y de la postura corporal 
(equilibrio); la visceral informa de los procesos de destrucción ti-
sular que producen dolor en el interior del cuerpo. Esta última, 
estructural y fisiológicamente, es igual a la sensibilidad superficial 
para el dolor.
6.2.2. Sensibilidad superficial
Los receptores para la sensibilidad superficial se encuentran a dis-
tintas profundidades de la piel (dermis y epidermis) y se clasifican 
en:
1. Mecanorreceptores. Responden a las cualidades táctiles de:
a) Presión (células y discos de Merkel —en la piel desnuda 
de las palmas de las manos y las plantas de los pies— y 
los discos de Merkel y corpúsculos de Ruffini —en la 
piel velluda— cuya respuesta en potenciales de acción 
es proporcional a la presión aplicada sobre la piel). Son 
receptores de adaptación lenta;
b) Toque (corpúsculos de Meissner y receptores de los fo-
lículos pilosos —en la piel velluda— cuya respuesta es 
proporcional a la velocidad de cambio del estímulo). 
Son, también, de adaptación lenta; y
Figura 3.22. Distribución y morfología de los receptores sen-
soriales de la piel (exteroceptores).
 1. Terminaciones libres;
 2. Corpúsculo de Krause;
 3. Corpúsculo de Meissner;
 5. Corpúsculo de Paccini;
 6. Terminaciones sobre el pelo.
EPIDERMIS
DERMIS
1
2
3
4
5
6
Potencial
de receptor
Potencial
de acción
Nodo de
Ranvier
MielinaTerminación
sensorial
U
E3
E2
E1
Figura 3.23. Potenciales de receptor. Aplicando estímulos
(E) sucesivamente más intensos (E1, E2, E3) se obtienen des-
polarizaciones cada vez mayores (potenciales de receptor)
que, cuando alcancen el umbral (U), producen uno o varios
potenciales de acción.
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