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Capítulo 6 Líquidos corporales y sistema renal 163 incrementa la cantidad de Na+ en el líquido extracelular, no mo- difica la concentración plasmática de este ion, ya que la reabsor- ción de Na+ va acompañada de la reabsorción de agua. Por tanto, la aldosterona no juega un papel importante en el control de la regulación de la concentración plasmática de Na+. La aldosterona también regula la concentración plasmática de K+ (4.5 mEq/L) al controlar su secreción en las células principales del túbulo colec- tor cortical. Los cambios en la concentración de K+ se asocian a alteraciones en las células cardíacas y nerviosas. El sistema nervioso simpático: favorece la reabsorción de Na+ indirectamente a través de cambios en la hemodinámica renal y también mediante la estimulación de la producción de angio- tensina II. Asimismo, el sistema nervioso simpático estimula di- rectamente la reabsorción de sodio especialmente en el túbulo proximal. Los péptidos natriuréticos auricular y el cerebral: estos péptidos se producen en respuesta a cambios del volumen circulante en las células auriculares, el primero; y en los miocitos ventriculares, el segundo. A diferencia de los factores mencionados anteriormente, éstos disminuyen la reabsorción de Na+ en el túbulo colector ya que inhiben las bombas Na+,K+-ATPasa en la membrana basola- teral y cierran los canales de Na+ de la membrana apical, con la consiguiente reducción en la reabsorción de Na+. Por tanto son factores natriuréticos. RECUERDA El organismo mantiene la osmolaridad y el volumen del lí- quido extracelular constantes con oscilaciones no superio- res al 2-3 %. La osmolaridad del líquido extracelular depende de la cantidad agua que contiene y, sus cambios van a ser detectados por los osmorreceptores situados en el hipotalá- mo. La estimulación o la inhibición de los mismos determina cambios en la secreción de la ADH, y en consecuencia en la formación de una orina concentrada o diluida. Asimis- mo, un aumento de la osmolaridad plasmática estimula el mecanismo de la sed. La regulación del volumen depende del contenido de sodio del líquido extracelular y su regu- lación implica la activación de mecanismos y factores que actúan sobre la excreción renal de sodio como el mecanis- mo de diuresis-natriuresis de presión y factores humorales. Ente los factores humorales hay factores antinatriuréticos, que reducen su excreción: la angiotensina II, la aldosterona y el sistema nervioso simpático y factores natriuréticos que aumentan su excreción: los péptidos natriuréticos auricular y cerebral. 2.3.3. La regulación del equilibrio ácido-base Si tenemos en cuenta que ácido es toda sustancia que se disocia liberando iones hidrógeno (H+) cuando se disuelve en agua, y base la sustancia que libera grupos hidroxilo (OH–) o capta H+cuando se encuentra en las mismas condiciones, podemos considerar que la regulación del equilibrio ácido-base es, en realidad, la regula- ción de la concentración de los H+. El equilibrio ácido-base se alcanzará cuando la cantidad de H+ ganados por el organismo, bien a través del metabolismo en- dógeno o de la dieta, sea igual a la cantidad de H+eliminados por el mismo. La concentración de H+ del líquido extracelular varía en el rango de: 36-42 nmol/L. La concentración de H+en el plas- ma es muy baja, por lo que se expresa normalmente por medio del pH, que es igual al logaritmo negativo de la concentración de H+. pH = -log [H+ ] = log 1/[H+] En condiciones normales el pH de la sangre oscila entre 7.35- 7.45. Cuando una persona tiene exceso de iones hidrógeno, su pH es menor de 7.35, y se dice que tiene acidosis, por el contrario, si el pH es superior a 7.45, se trata de una alcalosis. El pH de los líquidos corporales varía entre márgenes muy estrechos ya que prácticamente todas las reacciones enzimáticas, de las que depende el funcionamiento normal del organismo, son sensibles al pH. De hecho, la vida no es posible a pH de los líqui- dos corporales fuera del rango 6.8-7.8. Todos los días se producen en el organismo una gran cantidad de ácidos como consecuencia del metabolismo celular. Los ácidos generados en el organismo pueden clasificarse en: • Ácidos volátiles • Ácidos no volátiles. Ácido volátil. Las células del organismo producen diariamente en los procesos metabólicos oxidativos entre 15 y 20 moles de CO 2 . El CO 2 es un gas que se elimina sin problemas del orga- nismo a través de los pulmones. Sin embargo, disuelto en los lí- quidos, se comporta como un ácido, el ácido carbónico, que es un ácido débil, el más abundante en el líquido extracelular. CO 2 + H 2 O H 2 CO 3 HCO 3 - + H+ Esta reacción ocurre en todas las células del organismo, pero en algunas como en los eritrocitos y en las células del túbulo renal ocurre de forma más rápida, gracias a la presencia de la enzima anhidrasa carbónica. Ácidos no volátiles. Los ácidos que no derivan de la hidrata- ción del CO 2 se denominan ácidos no volátiles. El organismo produce ácidos orgánicos e inorgánicos fundamentalmente por el metabolismo hepático de los distintos principios inmediatos (los glúcidos, los lípidos y las proteínas): ácido láctico, ácido ace- toacético, beta hidroxibutírico, ácido sulfúrico y ácido fosfórico. Estos ácidos, a diferencia del ácido carbónico, se eliminan por vía renal. Nuestro organismo no suele formar sustancias alcalinas, tan sólo se producen situaciones de alcalosis por pérdida de ácidos como ocurre con el vómito, o por la ingestión de alimentos al- calinos. La producción continua de ácidos volátiles y no volátiles pue- de alterar el equilibrio del medio interno. Sin embargo, la con- centración de H+ en los líquidos corporales se mantiene dentro de unos límites normales gracias a la acción de tres mecanismos. Estos mecanismos son: • Los sistemas amortiguadores. • El sistema respiratorio. • El riñón. https://booksmedicos.org booksmedicos.org Push Button0:
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