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anatomia y fisiologia del cuerpo-178

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Capítulo 6 Líquidos corporales y sistema renal 163
incrementa la cantidad de Na+ en el líquido extracelular, no mo-
difica la concentración plasmática de este ion, ya que la reabsor-
ción de Na+ va acompañada de la reabsorción de agua. Por tanto, 
la aldosterona no juega un papel importante en el control de la 
regulación de la concentración plasmática de Na+. La aldosterona 
también regula la concentración plasmática de K+ (4.5 mEq/L) al 
controlar su secreción en las células principales del túbulo colec-
tor cortical. Los cambios en la concentración de K+ se asocian a 
alteraciones en las células cardíacas y nerviosas. 
El sistema nervioso simpático: favorece la reabsorción de Na+
indirectamente a través de cambios en la hemodinámica renal 
y también mediante la estimulación de la producción de angio-
tensina II. Asimismo, el sistema nervioso simpático estimula di-
rectamente la reabsorción de sodio especialmente en el túbulo 
proximal.
Los péptidos natriuréticos auricular y el cerebral: estos péptidos 
se producen en respuesta a cambios del volumen circulante en las 
células auriculares, el primero; y en los miocitos ventriculares, el 
segundo. A diferencia de los factores mencionados anteriormente, 
éstos disminuyen la reabsorción de Na+ en el túbulo colector ya 
que inhiben las bombas Na+,K+-ATPasa en la membrana basola-
teral y cierran los canales de Na+ de la membrana apical, con la 
consiguiente reducción en la reabsorción de Na+. Por tanto son 
factores natriuréticos. 
RECUERDA
El organismo mantiene la osmolaridad y el volumen del lí-
quido extracelular constantes con oscilaciones no superio-
res al 2-3 %. La osmolaridad del líquido extracelular depende 
de la cantidad agua que contiene y, sus cambios van a ser 
detectados por los osmorreceptores situados en el hipotalá-
mo. La estimulación o la inhibición de los mismos determina 
cambios en la secreción de la ADH, y en consecuencia en 
la formación de una orina concentrada o diluida. Asimis-
mo, un aumento de la osmolaridad plasmática estimula el 
mecanismo de la sed. La regulación del volumen depende 
del contenido de sodio del líquido extracelular y su regu-
lación implica la activación de mecanismos y factores que 
actúan sobre la excreción renal de sodio como el mecanis-
mo de diuresis-natriuresis de presión y factores humorales. 
Ente los factores humorales hay factores antinatriuréticos, 
que reducen su excreción: la angiotensina II, la aldosterona 
y el sistema nervioso simpático y factores natriuréticos que 
aumentan su excreción: los péptidos natriuréticos auricular 
y cerebral.
2.3.3. La regulación del equilibrio ácido-base
Si tenemos en cuenta que ácido es toda sustancia que se disocia 
liberando iones hidrógeno (H+) cuando se disuelve en agua, y base
la sustancia que libera grupos hidroxilo (OH–) o capta H+cuando
se encuentra en las mismas condiciones, podemos considerar que 
la regulación del equilibrio ácido-base es, en realidad, la regula-
ción de la concentración de los H+.
El equilibrio ácido-base se alcanzará cuando la cantidad de 
H+ ganados por el organismo, bien a través del metabolismo en-
dógeno o de la dieta, sea igual a la cantidad de H+eliminados por 
el mismo. La concentración de H+ del líquido extracelular varía 
en el rango de: 36-42 nmol/L. La concentración de H+en el plas-
ma es muy baja, por lo que se expresa normalmente por medio 
del pH, que es igual al logaritmo negativo de la concentración 
de H+.
pH = -log [H+ ] = log 1/[H+]
En condiciones normales el pH de la sangre oscila entre 7.35-
7.45. Cuando una persona tiene exceso de iones hidrógeno, su pH 
es menor de 7.35, y se dice que tiene acidosis, por el contrario, si 
el pH es superior a 7.45, se trata de una alcalosis.
El pH de los líquidos corporales varía entre márgenes muy 
estrechos ya que prácticamente todas las reacciones enzimáticas, 
de las que depende el funcionamiento normal del organismo, son 
sensibles al pH. De hecho, la vida no es posible a pH de los líqui-
dos corporales fuera del rango 6.8-7.8.
Todos los días se producen en el organismo una gran cantidad 
de ácidos como consecuencia del metabolismo celular. Los ácidos 
generados en el organismo pueden clasificarse en: 
• Ácidos volátiles
• Ácidos no volátiles.
Ácido volátil. Las células del organismo producen diariamente 
en los procesos metabólicos oxidativos entre 15 y 20 moles de 
CO
2
. El CO
2
 es un gas que se elimina sin problemas del orga-
nismo a través de los pulmones. Sin embargo, disuelto en los lí-
quidos, se comporta como un ácido, el ácido carbónico, que es un 
ácido débil, el más abundante en el líquido extracelular.
CO
2
+ H
2
O H
2
 CO
3
 HCO
3
- + H+
Esta reacción ocurre en todas las células del organismo, pero 
en algunas como en los eritrocitos y en las células del túbulo renal 
ocurre de forma más rápida, gracias a la presencia de la enzima 
anhidrasa carbónica. 
Ácidos no volátiles. Los ácidos que no derivan de la hidrata-
ción del CO
2 
se denominan ácidos no volátiles. El organismo 
produce ácidos orgánicos e inorgánicos fundamentalmente por 
el metabolismo hepático de los distintos principios inmediatos 
(los glúcidos, los lípidos y las proteínas): ácido láctico, ácido ace-
toacético, beta hidroxibutírico, ácido sulfúrico y ácido fosfórico. 
Estos ácidos, a diferencia del ácido carbónico, se eliminan por 
vía renal.
Nuestro organismo no suele formar sustancias alcalinas, tan 
sólo se producen situaciones de alcalosis por pérdida de ácidos 
como ocurre con el vómito, o por la ingestión de alimentos al-
calinos.
La producción continua de ácidos volátiles y no volátiles pue-
de alterar el equilibrio del medio interno. Sin embargo, la con-
centración de H+ en los líquidos corporales se mantiene dentro 
de unos límites normales gracias a la acción de tres mecanismos. 
Estos mecanismos son:
• Los sistemas amortiguadores. 
• El sistema respiratorio.
• El riñón.
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