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Capítulo 7 Sistema respiratorio 193 área respiratoria ventral. Contiene neuronas marcapasos, es decir que generan una actividad espontánea, formando parte de una red neural de interacciones complejas. El ritmo y la intensidad de descarga de estas neuronas serán, por tanto, los responsables de la frecuencia y de la intensidad de la ventilación. El ritmo respiratorio básico generado aquí, se modifica con- tinuamente en función de las múltiples aferencias que traen in- formación sobre la situación respiratoria en cada momento (Fig. 7.23). 3.6.2. Áreas apnéustica y pneumotáxica Las neuronas inspiratorias bulbares reciben multitud de aferen- cias sinápticas desde neuronas de varias áreas de la protuberancia o puente. Estas aferencias modulan la actividad de las neuronas inspiratorias bulbares y parece que ayudan a terminar la inspira- ción, inhibiéndolas. Estas neuronas están fundamentalmente en la llamada área apnéustica, que está situada en la parte baja de la protuberancia. El área apnéustica a su vez recibe aferencias de otra zona situada en la parte alta del puente, que recibe el nom- bre de área pneumotáxica. Esta área se conoce también con el nombre de grupo respiratorio pontino y parece que su misión es hacer más suave el paso de la inspiración a la espiración. 3.6.3. Control por la corteza cerebral Existe un control consciente de la respiración llevado a cabo por la corteza cerebral, que se ejerce a través de neuronas que hacen sinapsis con las áreas respiratorias bulbares, modificando el ritmo respiratorio, o bien actuando directamente sobre las motoneuro- nas respiratorias. Este control tiene importancia para llevar a cabo una serie de actividades que implican a los músculos respiratorios, como son la fonación, el canto, la deglución o la tos voluntaria. 3.6.4. Quimiorreceptores centrales Están constituidos por una serie de neuronas situadas en la super- ficie ventral del bulbo raquídeo, sensibles a las variaciones del pH que se produce en el líquido que las rodea, como consecuencia de las variaciones de la pCO 2 en la sangre arterial. Estas neuronas se encuentran muy próximas al líquido cefalorraquídeo. Así, un aumento de la pCO 2 en la sangre arterial causa rápidamente un aumento de la pCO 2 en el líquido cefalorraquídeo y en el líquido intersticial cerebral, ya que el CO 2 atraviesa sin dificultad las ba- rreras hematoencefálica y hematocefalorraquídea. Una vez ahí el CO 2 reacciona con el H 2 O, según la siguiente reacción: CO 2 + H 2 O [ H 2 CO3 [ HCO 3 – + H+ Esto produce un aumento de la concentración de H+ o lo que es lo mismo, un descenso del pH, el cual estimula los qui- miorreceptores. Este efecto se produce con gran intensidad en el líquido cefalorraquídeo, ya que contiene menos proteínas que el plasma, por lo que la amortiguación ácido-base se produce menos, y los cambios de pH son más acusados, por lo menos a corto plazo, ya que a largo plazo se produce amortiguación, al parecer por realizarse transporte activo de HCO 3 – al líquido cefalorraquídeo. La estimulación de los quimiorreceptores produce, a través de sinapsis, una activación de las áreas bulbares relacionadas Área quimiosensible bulbar Nervio glosofaríngeo Nervio frénico Cuerpos carotídeos Cuerpos aórticos Músculos intercostales Diafragma Corteza cerebral Nervio vago Receptores pulmonares Motoneuronas médula dorsal Figura 7.23. Control de la respiración. Área respiratoria bulbar https://booksmedicos.org booksmedicos.org Push Button0:
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