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ATLAS DE ANATOMIA PATOLOGICA (22)

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CAPÍTULO 1 Vasos sanguíneos 3
FIGURA 1-4 Aterosclerosis, vista macroscópica
Ésta es una aorta adulta tan normal como es
posible encontrar en los países desarrollados. La
íntima es muy lisa y tan sólo son visibles, de
forma ocasional, pequeñas estrías lipídicas de
color amarillo pálido (flecha). Estas estrías grasas
pueden aparecer de forma inicial en los niños. (La
ligera tinción rojiza de esta pieza de autopsia está
ocasionada por la hemoglobina liberada por los
hematíes tras la muerte.) Con un estilo de vida
sano, y si no hay factores de riesgo adicionales,
es improbable que se produzca la progresión de
estas lesiones grasas. Las estrías lipídicas pueden
ser precursoras de la formación de ateromas. Los
principales factores de riesgo que hacen
progresar la formación de ateromas son el
aumento del colesterol LDL y la disminución del
colesterol HDL en el suero, la hipertrigliceridemia,
la diabetes mellitus, la hipertensión y el tabaco.
FIGURA 1-5 Aterosclerosis, vista macroscópica
Esta arteria coronaria abierta longitudinalmente
pone de manifiesto placas ateromatosas
amarillentas en la mayor parte de la íntima. Hay
hemorragia focal en la placa, siendo ésta una
complicación de la arteriosclerosis que puede
estenosar la luz de forma aguda. Los ateromas
avanzados pueden complicarse por erosión,
ulceración, rotura, hemorragia, dilatación
aneurismática, calcificación y trombosis. La
estenosis arterial puede producir isquemia tisular.
La pérdida marcada o prolongada del aporte
sanguíneo puede llevar al infarto. En el corazón
esto puede provocar síndromes coronarios
agudos. La disfunción endotelial, que altera la
vasorreactividad o hace que la superficie sea
trombógena o anormalmente adhesiva para las
células inflamatorias, puede iniciar la formación
de trombos, aterosclerosis y lesiones vasculares
hipertensivas. 
FIGURA 1-6 Aterosclerosis, vista macroscópica
Éste es un caso de arteriosclerosis aórtica grave
que afecta a casi la totalidad de la íntima, con
ulceración de las placas ateromatosas y formación
de trombos murales. A este grado pronunciado de
aterosclerosis puede llegarse tras muchos años de
aterogénesis o cuando existen factores de riesgo
significativos que estimulan la aterosclerosis,
tales como envejecimiento, hiperlipidemia,
diabetes mellitus, tabaco, hipertensión y
obesidad. El tratamiento o la eliminación de estos
factores de riesgo mediante la adopción de estilos
de vida sanos, con el aumento del ejercicio y la
reducción de la ingesta calórica, pueden detener
la progresión de la aterosclerosis; los ateromas
incluso pueden experimentar regresión con el
tiempo, disminuyendo las probabilidades de que
surjan complicaciones.