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CAPÍTULO 4 Hematopatología 91 FIGURA 4-64 Traumatismo esplénico, vista macroscópica La rotura esplénica se asocia con más frecuencia a traumatismos abdominales cerrados. Aquí se observan dos grandes laceraciones capsulares en un paciente que sufrió un accidente de automóvil. Obsérvese la formación de un hematoma secundario a la rotura esplénica. La hemorragia puede extenderse a la cavidad peritoneal, con la producción de hemoperitoneo. Los procesos que causan esplenomegalia y hacen al bazo propenso a la rotura, incluso tras traumatismos leves, incluyen mononucleosis infecciosa, malaria, fiebre tifoidea y neoplasias linfoides. FIGURA 4-65 Traumatismo esplénico, tomografía computarizada Esta TC abdominal con contraste pone de manifiesto un hematoma (� ) externo al bazo roto por un traumatismo abdominal cerrado. El lavado peritoneal realizado a este paciente proporcionó líquido hemorrágico, que es una pista diagnóstica. Puesto que la cápsula esplénica no puede repararse, tras una lesión con rotura capsular debe procederse a la extirpación quirúrgica del bazo. FIGURA 4-66 Amiloidosis esplénica, vista macroscópica Este bazo aumentado de tamaño presenta el aspecto macroscópico y el tacto de la cera. Se trata de amiloidosis esplénica, que puede presentar el aspecto difuso «lardáceo» que aquí se muestra o el patrón nodular en «granos de mijo», en el que la amiloide se deposita principalmente en la pulpa blanca. Se comprobó que esta amiloide era del tipo inmunológico AL (amiloidosis primaria), ya que el paciente tenía mieloma múltiple. El tipo AA de amiloide, que se asocia a procesos sistémicos reactivos (amiloidosis secundaria), puede producir hallazgos similares.