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CAPÍTULO 6 Cabeza y cuello 149 FIGURA 6-31 Glándula salival normal, vista microscópica Las glándulas salivales mayores y menores se componen de glándulas tubuloalveolares que producen secreciones serosas y mucosas que ayudan en la masticación y la deglución. Los conductos de las glándulas salivales mayores drenan a la cavidad oral. Las glándulas salivales mayores incluyen la submandibular y la parótida. La amilasa de las glándulas salivales lleva a cabo la digestión inicial de los carbohidratos. Aquí se muestra el aspecto histológico de la glándula submandibular normal, con acinos serosos (�) y mucinosos (�), así como conductos (�). FIGURA 6-32 Sialadenitis, vista microscópica La obstrucción de los conductos de las glándulas salivales por litiasis o secreciones espesas predispone a la estasis y la infección. Aquí se muestra una parotiditis aguda, con neutrófilos que infiltran la glándula parótida y formación de un absceso alrededor de un conducto en la zona superior derecha. Los ancianos tienen más tendencia a desarrollar este problema. Staphylococcus aureus es el agente infeccioso que se aísla con más frecuencia. La inflamación bilateral de las glándulas salivales también puede deberse a la infección por el virus de la parotiditis, pero los infiltrados inflamatorios se componen principalmente de macrófagos y linfocitos. La sialadenitis es a menudo parcheada y se resuelve con cicatrización mínima. FIGURA 6-33 Sialadenitis, vista microscópica La obstrucción crónica de un conducto de las glándulas salivales puede producir infiltrados de células inflamatorias crónicas, junto con fibrosis y atrofia de los acinos. La sialadenitis crónica que se ve aquí se debe a obstrucción ductal. Un aspecto similar puede producirse con el síndrome de Sjögren, enfermedad autoinmune que afecta a las glándulas salivales (con xerostomía) y lagrimales (con xeroftalmia). Puede haber infiltrados linfoides extensos e incluso formación de folículos linfoides con centros germinales reactivos. El síndrome de Sjögren a menudo se acompaña de serología positiva para autoanticuerpos contra las ribonucleoproteínas SS-A y SS-B y hay riesgo aumentado de desarrollar un linfoma no hodgkiniano.