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estiran a medida que se lo llena de aire y, cuando se permite éste salga por el orificio, el globo vuelve a su tamaño inicial. .En términos físicos, la elasticidad es la propiedad de los materia- de resistir a la deformación, es decir, de recuperar su estado - · "al cuando deja de actuar la fuerza. La mayor parte de los - dos biológicos no son totalmente elásticos, pues muestran relación tensión/longitud no lineal. Esto se debe a la hete- rogeneidad de las estructuras que forman los tejidos biológicos. fl corazón, como ya se ha señalado (v. Tejido cardíaco, antes), además de fibras musculares con sus características mecánicas, mnbién posee fibras de elastina y de colágeno. Las fibras de elas- rina tienen un comportamiento similar al de cualquier material d:istico, mientras que las fibras de colágeno son prácticamente inextensibles, de forma que sirven de freno mecánico de seguri- dad, limitando que el corazón alcance un volumen exagerado. Cuando el globo se va llenando progresivamente con una mayor cantidad de aire, se va adaptando. Dentro de los límites "ológicos, el ventrículo también se adapta a un volumen de sangre progresivamente mayor. A esta propiedad, no exclusiva del corazón, se la denomina distensibilidad o adaptabilidad (compliance). Se define la distensibilidad como la capacidad de una estructura tridimensional (corazón o pulmón) para cam- biar su volumen por el desplazamiento de sus paredes cuan- do se aplica una presión. Por consiguiente, la distensibilidad cardíaca es una propiedad que permite al corazón cambiar el volumen ventricular durante la diástole cuando se produce una variación de presión entre las aurículas y los ventrículos. La figura 2-13 representa esta propiedad. En las ordenadas se representan valores de presión, y en las abscisas, valores de vo- lumen. Como se vio anteriormente, estos parámetros son los mismos que en la ley de Frank-Starling, pero con la diferencia de que se valoran durante la diástole. Si en la función volumen/ presión se fijan los valores norma- les de volumen al final de la diástole y de la sístole, la relación se aproxima a una función lineal. Sin embargo, cuanto mayor tiO :e E 5 e •O ·¡¡; ~: .· c.. Ventrículo menos distensible ~ Ventrículo con distensibilidad normal Volumen (mL} . . VDF 200 Figura 2-13. Relación entre el volumen ventricular y la presión para dos ventrículos. la forma curva de la relación a partir de un determinado valor implica que a partir de cierto cambio de volumen se produce una gran variación de la presión. En función de la expresión matemática para la dis- tensibilidad, significa que el corazón se vuelve más rígido. VDF: volumen diastólico final; VSF: volumen sistólico final. Fisiología cardíaca • es el volumen, sobre todo a partir del VDF, el ventrículo se dis- tiende peor. En otras palabras, la distensibilidad disminuye a medida que aumenta su volumen. La distensibilidad se puede medir por la derivada del volumen (dV) respecto a la derivada de la presión (dP) en un punto concreto. Por lo tanto, a me- dida que el ventrículo se llena, la relación dV/dP disminuye. A la relación inversa se la denomina rigidez o elastancia, por lo que, a medida que el ventrículo se llena, se hace más rígido. RESPUESTA Y ADAPTACIÓN DEL CORAZÓN AL EJERCICIO Y AL ENTRENAMIENTO Como cualquier órgano, el corazón puede responder ante el estrés que le supone el ejercicio y adaptarse como fenóme- no de compensación biológica ante un estrés continuo como el entrenamiento. De forma elemental, se consideran dos tipos de ejercicio: dinámico y estático. El primero consiste en mo- ver una considerable cantidad de músculos, pero desarrollan- do poca fuerza. El ejemplo más claro es la carrera. El ejercicio estático, como su nombre indica, implica que el cuerpo no se desplaza; se desarrolla con poca musculatura activa, pero con gran desarrollo de fuerza. El ejemplo más claro es la realización de cualquier ejercicio de musculación. Este apartado se centrará en la respuesta y la adaptación cardíacas durante esfuerzos diná- micos de intensidad creciente. El incremento de la demanda de energía durante un ejercicio de intensidad progresiva determi- na, obviamente, un incremento del gasto cardíaco. Igualmente lógico es que, a mayor demanda energética, mayor sea la canti- dad de sangre bombeada en la unidad de tiempo, es decir, que exista una relación de proporcionalidad (Fig. 2-14) . Tanto la respuesta como la adaptación son procesos que afectan a todas las características señaladas en este capítulo y que se mencionan a continuación. Actividad eléctrica del corazón (v. Electrocardiograma, an- tes). Parece obvio que, cuando el corazón sea sometido al estrés que supone el ejercicio, el sistema especializado del corazón aumentará la velocidad con la que genera y transmite el im- e 35 E 30 2o o ·~ 25 u.f! ~5i 20 -e., ro Ql 15 U V) il 10 ro (.!l Gasto cardíaco/intensidad r 35 .... ~ : . • ... e:.(/) · /13om~ Ent~=~·-2~ ¡,~ ,.·. ·~ ..• . 20 iil.·Rl···· ~· Sedentario g. .;:_.···. ·~' 15 e:: • " . 10 .. ~ •. a.. Figura 2- 14. Respuesta del gasto cardíaco a un ejercicio de intensidad progresiva, indicada en porcentajes. En comparación con una persona se- dentaria, la persona entrenada expulsa mayor cantidad de sangre en la unidad de tiempo, para una misma intensidad relativa. las diferencias se hacen más notables a partir dél 750fo de la intensidad.
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