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Perfil de personalidad y coronariopatias II

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Perfil de personalidad y 
coronariopatias II: 
la personalidad tipo D 
Dra. Mirta Laham 
 
Actualmente podemos encontrar, en algunos investigadores, la tendencia a 
reconocer un nuevo tipo de personalidad: la personalidad tipo D, o 
personalidad de distrés. Básicamente el tipo D se caracteriza por afectividad 
negativa e Inhibición social. 
 
Estos rasgos pueden asociarse con una mayor ocurrencia de enfermedades 
coronarias. En particular si se relaciona al tipo D con la función ventricular 
izquierda. 
 
Existe hasta el presente abundante literatura sobre la influencia de los 
afectos negativos como la depresión, la ansiedad y el enojo, en el 
incremento del riesgo de eventos cardíacos en pacientes coronarios. Sin 
embargo una amplia variedad de emociones negativas han estado 
asociadas con CHD mostrando que la situación es más compleja que la 
delineada en la hipótesis del complejo ira-hostilidad como factor de riesgo 
para el desarrollo de la enfermedad cardiovascular, y la depresión para la 
progresión de dicha patología. 
 
Denollet y Brutsaert (1997/98), en un estudio sobre predictores psicológicos 
en pacientes cardíacos, encontraron que la presencia de una combinación 
de afectos negativos e inhibición social puede predecir eventos cardíacos, 
independientemente de los factores de riesgo tradicionales. Estos 
investigadores han identificado un nuevo tipo de personalidad —la 
personalidad de distrés— que predice los eventos cardíacos y explicaría por 
qué estados afectivos como la depresión, la ira y la ansiedad, son 
predictores de este tipo de sucesos. 
 
Para Denollet y Brutsaert el tipo D, o tipo de personalidad con distrés, da 
cuenta de la relación que existe entre eventos cardíacos y depresión, 
ansiedad y restos de ira. Y en particular, han postulado que en la 
combinación de afectividad negativa e inhibición social (de efecto negativo) 
permanece un modo de regresión múltiple, aún después que las variables de 
estado del humor desaparecen. 
 
Sin embargo, todavía no está claramente justificada esta hipótesis, ni se han 
abandonado las investigaciones sobre depresión, ansiedad e ira, en favor de 
este nuevo tipo de personalidad.Incluso, no se ha justificado 
suficientemente, aún, que la combinación de afectos negativos e inhibición 
social definan un tipo de personalidad. 
 
Tampoco, está claro, tampoco, que todas las emociones negativas afecten a 
todos los pacientes, y que lo hagan de la misma manera, o en el mismo 
grado. 
 
Sólo puede concluirse que los enfermos coronarios, bajo distrés, y 
socialmente inhibidos, presentarían mayor riesgo de sufrir eventos cardíacos 
respecto de otros enfermos coronarios. 
 
RASGOS DE LA PERSONALIDAD TIPO D 
 
Este tipo de personalidad se caracteriza por la supresión crónica de 
emociones negativas. El tipo D ha podido ser asociado con la depresión, la 
alienación social y la mortalidad, entre los 2 y 5 años posteriores al evento, 
en hombres de edad mediana sobrevivientes de infarto de miocardio.El tipo 
D puede ser un factor predictor independiente de las CHD en la medida que: 
 
1. La inhibición de la expresión emocional puede desarrollar y desencadenar 
la enfermedad: por ejemplo, la ira asociada con la hipertensión, la ocurrencia 
de CHD y la mortalidad (ver cap. "Tipo A y hostilidad"). 
2. Los sujetos tipo D son propensos a la depresión y alienación social: éstos 
son dos factores psicosociales que podrían aumentar la mortalidad en CHD. 
 
Sin embargo, ni la alienación social, ni la depresión sumaron 
significativamente a la capacidad predictiva proporcionada por el tipo D. Por 
lo tanto, Denollet (1996) definió la personalidad de distrés por el interjuego 
de 2 características estables y amplias de personalidad ya señaladas: las 
emociones negativas y la tendencia a inhibir la propia expresión. 
 
La presencia de una sola de estas tendencias no tiene efecto. Es la 
interacción de ambas las que presentan el riesgo de desarrollar y 
desencadenar eventos adversos. 
 
Se considera afectividad negativa a un estilo de enfrentamientos (coping) 
que señala diferencias individuales en distrés psicológico, queja somática y 
autoconcepto. 
 
La afectividad negativa puede superponerse, conceptualmente, con 
neuroticismo —dimensión de la personalidad que se define por la presencia 
de emociones negativas crónicas en combinación con rasgos cognitivos y 
conductuales: preocupación e inseguridad—. Incluye rasgos de ansiedad y 
sentimientos subjetivos de tensión, ira y tristeza. 
 
Sujetos con afectividad negativa significativa pueden estar crónicamente 
incapacitados para enfrentar los diversos acontecimientos de la vida. Su 
influencia puede percibirse en grandes áreas de estrés, en la salud y en la 
psicopatología. 
 
En su relación con la enfermedad coronaria la afectividad negativa presenta 
un efecto potencial moderado en la medida en que: 
 
1. Este estilo de enfrentamiento no se relaciona con la enfermedad actual a 
pesar de poder ser asociada con trastornos somáticos. 
2. Aún no tiene suficiente confirmación la relación entre afectividad negativa 
y tipo A de comportamiento. 
3. No se ha estudiado suficientemente el impacto de bajos niveles de 
afectividad negativa en autoreportes de salud y conductas propensas a la 
ocurrencia de eventos coronarios. 
 
La baja afectividad negativa podría distribuirse en dos grupos de 
comportamiento, uno de los cuales estaría caracterizado por un estilo de 
enfrentamiento represivo. 
 
Por su parte, la inhibición social refleja la tendencia a inhibir la expresión de 
emociones y conductas en las interacciones sociales. Los sujetos inhibidos 
se sienten inseguros entre los demás y a menudo presentan: pérdida de 
asertividad, adopción de estrategias de retirada y menor capacidad para la 
conversación. 
 
Pero lo que importa en la interacción de estos rasgos en el tipo D refiere a la 
mayoría de las situaciones en que se presentan conductas que inhiben la 
expresión de emociones negativas. 
 
TIPO D Y ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES 
 
La personalidad de distrés puede provocar la enfermedad en forma directa a 
través de mecanismos patofisiológicos. 
 
El espasmo coronario y la activación de las plaquetas de la sangre tienen un 
rol importante en la progresión de la enfermedad cardiovascular, en 
particular en la trombosis arterial. Ambos eventos —espasmo coronario y 
activación plaquetaria— se potenciarían en un sujeto expuesto a estrés 
mental. 
 
También la isquemia silente de miocardio puede desarrollarse bajo estrés 
mental y pacientes con isquemia bajo estrés pueden presentar un aumento 
de ésta durante su actividad sedentaria en la vida diaria. Relacionada con el 
espasmo coronario la isquemia puede potencialmente iniciar arritmias 
fatales. 
 
Los pacientes coronarios bajo depresión presentan una variabilidad en la 
frecuencia cardíaca más baja que lo normal, que predispondría a la 
fibrilación ventricular.Para Denollet la personalidad tipo D está relacionada 
con la mortalidad en pacientes cardíacos. 
 
Esto le permite asociar al estrés psicosocial a estados patofisiológicos. 
 
El tipo D también puede promover la enfermedad en forma indirecta en tanto 
incide en conductas relacionadas con la salud, como corrección de factores 
de riesgo, o una pobre adherencia a los tratamientos. 
 
La tendencia de los pacientes tipo D a inhibir conductas en la interacción 
social permite sugerir que disminuirían la calidad del soporte social, lo que 
potenciaría el rol del estrés psicológico en la progresión de las 
enfermedades cardiovasculares. La inhibición social perjudica la 
comunicación con los médicos, lo que puede dificultar el tratamiento efectivo 
de la enfermedad. 
 
Los pacientes coronarios pueden ser confrontados con desórdenes 
emocionales específicos que merecen tratamientos apropiados. Para 
Denollet Y Brutsaert la evidencia sugiere que: 
 
1. Los pacientes hospitalizados que no presentan depresión, pueden 
desarrollarla —posteriormente a la hospitalización— al año del evento 
cardíaco. 
2. El cuadroclínico de presión alta es dinámico y de naturaleza polimorfa. 
 
Dado el elevado nivel de estrés psicosocial crónico, los pacientes coronarios 
con personalidad tipo D pueden ser propensos a: isquemia de miocardio, 
arritmias ventriculares y eventos cardíacos fatales. 
 
El diagnóstico clínico de desorden afectivo, la medición autoadministrable de 
emociones negativas y el test de personalidad, pueden ser predictores 
independientes de eventos cardíacos adversos. Pero esta forma de 
predicción ha sido abandonada en favor de un esquema más eficiente de 
predicción que incorpora los factores biomédicos y los psicológicos. 
 
Futuras investigaciones deberían dirigirse a analizar los diferentes 
mecanismos puestos en juego en la combinación entre personalidad y 
muerte cardíaca en pacientes coronarios. 
 
BIBLIOGRAFIA: 
 
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