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Endometriosis Dolor pélvico agudo y crónico Enfermedad Pélvica Inflamatoria Aguda González Gutiérrez, L. A., & Panduro Barón, J. G. (2017). Ginecología (4.a ed., Vol. 1). Solución Impresa. Hoffman, B. (2017). Williams. Ginecología (3.a ed., Vol. 1). Editorial McGraw-Hill. Bibliografía: Karolina Isabel Contreras Zavala, LME 7358. 7°E. Ginecología 17 de Septiembre 2021. Dismenorrea Definición: El dolor cíclico con la menstruación es un fenómeno muy frecuente. Este dolor se describe como tipo cólico y a menudo se acompaña de lumbalgia, náusea y vómito, cefalea o diarrea. El término dismenorrea primaria describe al dolor menstrual cíclico sin ninguna patología concomitante evidente, mientras que la dismenorrea secundaria con frecuencia es una complicación de la endometriosis, leiomiomas, enfermedad pélvica inflamatoria, adenomiosis, pólipos endometriales y obstrucción al flujo menstrual. Diagnostico: En las mujeres con cólicos menstruales, pero sin otros síntomas o signos acompañantes, no se necesita al inicio la valoración adicional, después de descartar la posibilidad de embarazo, y se puede emprender el tratamiento empírico. Sin embargo, en las mujeres con riesgo de padecer enfermedad pélvica inflamatoria está indicado tomar muestras para cultivo de Chlamydia trachomatis y Neisseria gonorrhoeae. Además, si la valoración pélvica es incompleta por el hábito corporal, la ecografía transvaginal puede proporcionar información para excluir problemas pélvicos estructurales. Tratamiento: Antiinflamatorios no esteroideos: NSAID. Anticoncepción hormonal: métodos anticonceptivos con hormonas combinadas mejoran la dismenorrea al reducir la producción de prostaglandinas. Agonistas de hormona liberadora de gonadotropinas y andrógenos. La acción reductora de estrógenos de estos fármacos provoca atrofia endometrial y menor producción de prostaglandinas. Aunque se ha demostrado que los agonistas de hormona liberadora de gonadotropinas y andrógenos como el danazol son eficaces en el tratamiento de la dismenorrea, sus efectos secundarios impiden su uso sistemático y prolongado. Medicina complementaria y alternativa. También se han estudiado los cambios en la alimentación, la medicina herbolaria y la terapia física en el tratamiento de la dismenorrea. Se ha demostrado que las vitaminas E y B1 (tiamina) por vía oral, el magnesio, aceite de pescado, la alimentación con pocas grasas y la hierba tokishakuyaku-san (TSS) mejoran la dismenorrea, pero la evidencia proviene de estudios pequeños y sin asignación al azar. Pocas veces las mujeres con dismenorrea no mejoran con medidas conservadoras y en tal situación puede estar indicada la cirugía. La histerectomía es eficaz para tratar la dismenorrea, pero quizá sea un recurso no deseado en mujeres que quieren procrear en lo futuro; en estos casos cabe recurrir a la neurectomía presacra o la LUNA. Definición: La endometriosis representa una frecuente enfermedad ginecológica benigna que se caracteriza por la presencia de glándulas endometriales y estroma fuera de su ubicación normal. Se observa principalmente en el peritoneo pélvico, aunque también se puede encontrar en los ovarios, el tabique rectovaginal, los uréteres y rara vez en la vejiga, el pericardio y la pleura, La endometriosis es una enfermedad dependiente de hormonas y, como tal, predomina en mujeres en edad fértil. Manifestaciones: Asintomático en algunas mujeres con endometriosis, pero por lo general manifiestan dolor pélvico crónico y esterilidad. Cambios menstruales tempranos pudieran vincularse con el padecimiento. El dolor en forma de dismenorrea secundaria, dolor pélvico generalizado y dispareunia; es de los síntomas más comunes. El dolor pélvico cíclico y la infertilidad son los síntomas clásicos de la endometriosis. La dismenorrea secundaria comienza generalmente de 36 a 48 horas antes del inicio de la menstruación; y se puede presentar como dolor sordo o dolor pélvico severo, de manera unilateral o bilateral. Además puede irradiarse a la espalda baja, las piernas y la ingle. Se acompaña de incapacidad para cumplir con las actividades de la vida diaria Se presenta sangrado uterino anormal en 15 a 20% de las pacientes con endometriosis y usualmente es en la forma de manchado premenstrual o menorragia. La dispareunia traduce una afectación de los ligamentos uterosacros, muchas veces por endometriosis profunda. Con menor frecuencia, pero de igual manera problemáticos, son los síntomas relacionados con el aparato gastrointestinal y urinario, como el dolor abdominal cíclico, diarrea o estreñimiento intermitente, poliuria, disuria, hematuria, entre otras Se estima que aproximadamente un 20% de las mujeres con endometriosis presentan de manera conjunta, síndrome del intestino irritable, migrañas y cistitis. Otra de las manifestaciones, aunque menos frecuente, es el neumotórax espontáneo recurrente o también llamado catamenial, que se presenta típicamente durante la menstruación cuando hay implantes endometriales en pleura. La mayoría del tiempo se toma entre 5 a 10 años desde el inicio de los síntomas hasta el momento del diagnóstico confirmado de endometriosis; con una media establecida en 7,5 años. Diagnostico: La ecografía pélvica es el método de primera línea para la búsqueda de una endometriosis pélvica ante la sospecha, se debe efectuar por vía supra púbica y endovaginal. Permite identificar endometriomas ováricos y se puede utilizar además antes de decidir un método quirúrgico. La resonancia magnética abdomino-pélvica se utiliza como método de exploración subsiguiente que permite explorar quistes ováricos endometriósicos y la endometriosis profunda. La ecoendoscopía rectal es una técnica para observar implantes endometriósicos rectosigmoideos, con una sensibilidad de alrededor del 90% y una especificidad de hasta el 100%. El gold standard: laparoscopía diagnóstica, practicando un enfoque sistemático, en búsqueda de adherencias y evaluando la movilidad pélvica; con inspección clara de ovarios, trompas, ligamentos uterosacros, fondo de saco de Douglas, pliegue uterovesical, rectosigmoideo y apéndice. La endometriosis de tipo superficial suele aparecer típicamente como quemaduras o vesículas de color rojomarrón, o fuego, con una cierta distorsión anatómica. En los casos más severos, hay más nódulos y placas y la distorsión anatómica es cada vez más evidente. - Para establecer el diagnóstico histológico es necesario comprobar la presencia de glándulas y estroma endometriales fuera de la cavidad uterina. En la fase inicial habrá que practicar una hematimetría completa, medición de gonadotropina coriónica humana en el suero o en la orina, análisis y cultivos de orina, cultivos de material vaginal y extensiones de material cervical obtenido por aplicador, para descartar infecciones o complicaciones gravídicas. El marcador que se ha estudiado con mayor detalle es el antígeno cancerígeno 125 (CA125). Dicha molécula (identificada como determinante antigénico sobre una glucoproteína) se ha detectado en algunos tejidos de adultos, tales como el epitelio de las trompas de Falopio, el endometrio, el endocérvix, la pleura y el peritoneo. El antígeno cancerígeno 19-9 (CA19- 9) es otra glucoproteína anti- génica que también ha demostrado correlacionarse de manera positiva con la enfermedad. Tratamiento: el tratamiento de la endometriosis dependen de los síntomas específicos de cada mujer, la gravedad de los síntomas, la ubicación de las lesiones, los objetivos del tratamiento y el deseo de conservar la fertilidad. Analgésicos: aliviar los cólicos menstruales dolorosos, los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE) ibuprofeno (Advil, Motrin IB, otros) o naproxeno sódico (Aleve). Anticonceptivos hormonales. Agonistas y antagonistas de la hormona liberadora de gonadotropina (Gn-RH). Terapia con progestina: las terapias con progestina, que incluyen dispositivos intrauterinos con levonorgestrel (Mirena, Skyla), implantes anticonceptivos (Nexplanon), inyecciones anticonceptivas (Depo-Provera) opastillas de progestina (Camila), pueden interrumpir los períodos menstruales y el crecimiento de los implantes endometriales, lo cual puede aliviar los signos y síntomas de la endometriosis. Inhibidores de la aromatasa. Los inhibidores de la aromatasa: reducen los niveles de estrógeno del cuerpo. Cirugía de conservación: laparoscopía. Cirugía para extirpar el útero (histerectomía) y los ovarios (ooforectomía). Tratamiento de fertilidad. Definición: Es una infección de los órganos del aparato reproductor. Esta condición recibe también el nombre de salpingitis aguda. Si bien puede abarcar todos los órganos, el más importante, con o sin formación de abscesos, es la trompa de Falopio. Manifestaciones: Los síntomas comprenden dolor en la porción inferior del abdomen, dolor pélvico, secreción vaginal amarillenta, menorragia, fiebre, escalofríos, anorexia, náusea, vómito, diarrea, dismenorrea y dispareunia. En algunas pacientes también se acompaña de síntomas de infección urinaria. En las mujeres con sospecha de PID aguda se debe realizar un estudio endocervical en busca de N. gonorrhoeae y C. trachomatis. Durante la exploración pélvica bimanual, las mujeres con enfermedad pélvica inflamatoria aguda manifiestan dolor a la palpación de los órganos pélvicos. la inflamación de la cápsula hepática, que puede acompañar a la PID, puede causar dolor en el cuadrante superior derecho del abdomen, trastorno que se conoce como síndrome de Fitz-Hugh-Curtis. Es importante considerar que si durante la exploración abdominal están afectados todos los cuadrantes del abdomen, debe sospecharse de un absceso tuboovárico roto. Criterios para el diagnóstico de la EPI Aguda : Su diagnóstico debe ser PID si se acompaña de dolor a la palpación del útero, de los anexos o con la movilización del cuello uterino. Uno o más de los datos siguientes aumentan la especificidad diagnóstica: 1) temperatura bucal >38.3°C; 2) secreción vaginal o cervicouterina mucopurulenta; 3) abundantes leucocitos en el examen microscópico de las secreciones cervicouterinas, 4) velocidad de sedimentación globular (ESR, erythrocyte sedimentation rate) o proteína C reactiva (CRP, C-reactive protein) elevada y 5) presencia de N. gonorrhoeae o C. trachomatis en el cuello uterino. Por tanto, el diagnóstico de PID casi siempre se basa en los hallazgos clínicos. Enfermedad Pélvica Inflamatoria Crónica: Este es el diagnóstico que se establece cuando una paciente ha sufrido de PID aguda y padece dolor pélvico. La precisión de este diagnóstico clínico es mucho menor que la del de la PID aguda. Un criterio para establecerlo es la presencia de hidrosalpinge. Sin embargo, este trastorno se determina por medios histopatológicos (inflamación crónica), por lo que la utilidad clínica del diagnóstico es limitada. Diagnostico: Biometría hemática completa (CBC, complete blood count) como análisis inicial para descartar que un hemoperitoneo sea la causa de los síntomas y para confirmar la presencia de leucocitosis. En pacientes con náusea intensa y vómito o con síndrome de Fitz-Hugh-Curtis, los valores de las enzimas hepáticas pueden ser normales o un poco elevados, En las mujeres con sospecha de PID es necesario realizar pruebas para N. gonorrhoeae y C. trachomatis. También debe incorporarse la detección de otras enfermedades de transmisión sexual. Laparoscopia El diagnóstico se confirma al observar hiperemia de la serosa tubárica, edema en las paredes de las trompas y un exudado purulento proveniente de las fimbrias (condición conocida como piosalpinge) que se acumula en el fondo de saco. Criterios para pronosticar enfermedad pélvica inflamatoria aguda en el periodo preoperatorio y evaluaron su validez según los resultados de la laparoscopia. Estos criterios incluyen: 1) estado civil; 2) presencia de tumoraciones anexiales, 3) edad menor de 25 años, 4) temperatura >38°C; 5) N. gonorrhoeae en el cuello uterino; 6) secreción vaginal puru- lenta, y 7) velocidad de sedimentación globular ≥15 mm/h. Ecografía: En mujeres con dolor y sensibilidad abdominales intensos, la apreciación de los órganos reproductores superiores a través del examen bimanual es limitada. En estos casos la ecografía es la principal herramienta de imagen para la evaluación de estas pacientes. Los hallazgos característicos incluyen: 1) trompas ovoides y distendidas llenas de líquido anecoico o ecógeno; 2) engrosamiento de las paredes tubáricas; 3) tabiques incompletos, y 4) apariencia de “rueda dentada” cuando se obtiene una imagen transversal de las trompas de Falopio. La ecografía también puede usarse para identificar un absceso tuboovárico (TOA, tuboovarian abscess) o descartar otra alteración como causa del dolor. Biopsia endometrial En las mujeres con sospecha de PID aguda, algunos recomiendan realizar una biopsia endometrial para diagnosticar endometritis. La presencia de leucocitos polimorfonucleares en la superficie endometrial se correlacionan con endometritis aguda, mientras que en la crónica aparecen células plasmáticas en el estroma. Tratamiento: