Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
ESTRUCTURA SOCIAL CONTEMPORANEA Las clases sociales en los países industrializados Rafael Feito Alonso Madrid, SigloXXI, 1995. INDICE 1. Introducción al concepto de estructura social ...... 1 2. Introducción al estudio de las clases .............. 34 3. El enfoque funcionalista de la estratificación social 51 4. Enfoques clásicos sobre las clases ................. 71 5. Enfoques actuales sobre las clases ................. 88 6. Valoración del análisis de clases .................. 149 7. El estudio de las clases sociales en España ........ 160 8. Algunos problemas actuales en el estudio de las clases 184 9. Clases y movilidad social .......................... 255 ** Indice pormenorizado .............................. 270 INDICE PORMENORIZADO 1. INTRODUCCIÓN AL CONCEPTO DE ESTRUCTURA SOCIAL ..... 1 1.1. Definiciones de estructura social ............... 1 1.2. El concepto de estructura social: el debate estructura acción .................... 8 1.3. Las aportaciones de Bourdieu, Giddens y la teoría de la elección racional ............ 19 1.4. Una solución al dilema estructura/acción: el estudio de caso de Willis ................... 27 2. INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DE LAS CLASES ............ 34 2.1. Teorías gradacionales y teorías relacionales de las clases ..................... 34 2.2. Evolución reciente del concepto de clase ....... 36 2.3. Las clases sociales en los noventa ............. 46 3. EL ENFOQUE FUNCIONALISTA DE LA ESTRATIFICACION SOCIAL ......................... 51 3.1. Planteamientos generales ....................... 51 3.2. Características de las distintas clases ........ 61 3.3. La medición de la estratificación .............. 68 4. ENFOQUES CLASICOS SOBRE LAS CLASES ............... 71 4.1. Marx ........................................... 71 4.2. Weber .......................................... 80 5. ENFOQUES ACTUALES SOBRE LAS CLASES ............... 88 5.1. Principales enfoques neomarxistas .............. 88 5.1.1. Poulantzas ................................... 88 5.1.2. Wright: de las posiciones contradictorias a las explotaciones múltiples ....................... 96 5.2. Principales enfoques neoweberianos ............. 116 5.2.1. Dahrendorf ................................... 116 5.2.2. Parkin ....................................... 124 5.2.3. Giddens ...................................... 135 5.2.4. Goldthorpe ................................... 142 6. VALORACION DEL ANALISIS DE CLASES ................ 149 6.1. La desaparición del concepto de status ......... 149 6.2. Diferencias y semejanzas en los análisis de Marx y Weber ..................................... 150 6.3. Convergencias y divergencias en los análisis neomarxistas y neoweberianos ................... 151 6.3. Esping-Andersen: ¿un paradigma emergente? ...... 155 7. EL ESTUDIO DE LAS CLASES SOCIALES EN ESPAÑA ...... 160 7.1. Enfoque estructural-funcionalista .............. 161 7.2. Enfoque marxista ............................... 165 7.3. Estudios de la época de la transición .......... 171 7.4. Estudio internacional sobre clases (informe español)179 7.5. Un intento de superar las deficiencias del análisis de clases: las aportaciones recientes de J.J. González 181 8. ALGUNAS CUESTIONES ACTUALES ...................... 184 8.1. Las clases medias .............................. 184 8.1.1. La pequeña burguesía tradicional ............. 175 8.1.2. La nueva clase media ......................... 183 8.2. La infraclase .................................. 195 8.3. Segmentación de los mercados de trabajo ........ 206 8.4. La posición de clase de las mujeres ............ 214 8.5. Estructura social e ideología .................. 223 8.6. Clases sociales y poder político ............... 226 8.7. Clase y comportamiento electoral ............... 232 8.8. La distribución de la riqueza entre las distintas clases ............................ 237 9. CLASES Y MOVILIDAD SOCIAL ......................... 255 9.1. Principales estudios sobre movilidad social .... 255 9.2. Consecuencias de la movilidad social .......... 267 1 1. INTRODUCCCIÓN AL CONCEPTO DE ESTRUCTURA SOCIAL 1.1. DEFINICIONES DE ESTRUCTURA SOCIAL A pesar de la importancia trascendental que para la sociología tiene el término estructura social, es prácticamente imposible encontrar una definición acabada del mismo. Más bien parece ser una especie de eslogan invocado periódicamente que permite diferenciar un trabajo sociológico de otro de corte psicológico. Ya advertía Giddens que es tal la importancia del término que se da por supuesta su definición, a pesar de que finalmente tal definición no exista. Se trata de una perplejidad similar a la que sentía San Agustín cuando se enfrentaba a la definición del tiempo y del espacio: sabe perfectamente qué es el tiempo y qué es el espacio, pero le resulta imposible llegar a definirlo cabalmente. El concepto de estructura social tiene una larga historia. En su acepción original la palabra estructura hace referencia a la construcción de edificios, pero en el siglo XVI se emplea para denotar las relaciones entre las partes que constituyen un todo. Era una palabra utilizada normalmente en los estudios anatómicos que por entonces comenzaban a florecer. El paso del término de la anatomía a la sociología, aunque se produjo varios siglos después, fue una consecuencia lógica del empleo de las analogías orgánicas por parte de los pensadores políticos. En su Leviathan Hobbes no llega a utilizar este término, pero su concepción del estado como un organismo artificial en el que se distinguen con toda precisión la función de cada institución hubiera justificado la utilización del término. Spencer estableció una analogía entre el funcionamiento de los organismos vivos y el de la sociedad. De este modo, lo que resulta válido para los fenómenos biológicos, también lo es para los fenómenos sociológicos. La historia, tanto la de la vida orgánica como la de la vida social o supraorgánica, es un proceso de desarrollo y dicho proceso supone un crecimiento en cantidad y complejidad. Del mismo modo que las primeras formas de vida orgánica fueron unicelulares y de estructura simple, el género humano vivió, en sus comienzos en unos cuantos grupos u hordas simples y aislados. Tanto las formas tardías de vida orgánica como las de vida social presentan una diferenciación y multiplicidad, en su estructura y en 2 sus funciones. Spencer 1 plantea que las estructuras sirven para desempeñar funciones esenciales de la sociedad. La primera y más urgente necesidad de una sociedad consiste en afrontar el entorno, especialmente las actividades ofensivas y defensivas. La segunda gran necesidad es la de organizar las actividades internas para el sustento (actividades económicas). La tercera, a la que denomina sustento general, tiene que ver con el intercambio entre las partes diferenciadas del organismo. Y, finalmente, como consecuencia de la mutua dependencia entre las partes de la sociedad, aparece un sistema regulador para facilitar la cooperación entre las distintas partes. Si predominan las actividades de defensa y ataque estamos ante una estructura social militar, si preponderan las actividades de sustento nos encontramos ante una estructura social industrial. Smelser 2 advertía que resulta difícil concebir cualquier área de investigación científica en la que tarde o temprano no se invoque la noción de estructura. Se trata de un término que encontramos en todas las ciencias. Términos como estructura atómica, estructura molecular, estructura anatómica, etc., están en la mentede todos. La razón por la que el concepto de estructura resulta tan atrayente se debe a que la noción de estructura describe (a) regularidades en cualquier parte de la realidad que investiga y (b) relaciones sistemáticas entre las cosas que estudia. Se trata de una idea que recoge Boudon 3 : Quien dice estructura quiere decir sistema, coherencia, totalidad, dependencia de las partes con respecto al todo, sistema de relaciones, totalidad no reducible a la suma de sus partes, etc. El término estructura social se usa casi siempre en un sentido muy vago y amplio, aplicable a algunos o a todos los rasgos que 1 H. Spencer, Principles of Sociology, Nueva York, Macmillan, 1969. 2 N.J. Smelser, "Social Structure", Handbook of Sociology, Londres, Sage, 1988. 3 R. Boudon, ¿Para qué sirve la noción de estructura?, Madrid, Aguilar, 1973, p. 14. 3 intervienen en la constitución de alguna sociedad. En la práctica, muchas veces, su significado no se aleja en exceso de la expresión "la sociedad en su conjunto". He aquí algunos ejemplos: La estructura social es el tejido de las fuerzas sociales en interacción, de las cuales surgen los distintos modos de observar y pensar... 4 [El estudio de la] estructura social atiende a las formas principales de la organización social, a saber, los tipos de grupos, asociaciones e instituciones, y el complejo de los mismos que constituye las sociedades... Una exposición completa de la estructura social supondría un estudio de todo el campo de las estructuras comparadas. 5 Es posible identificar una serie de rasgos comunes a todas las pretendidas definiciones de estructura social. Generalmente el término estructura social se refiere a las características de las colectividades, los grupos y las sociedades, rasgos no imputables a los individuos y que ejercen un efecto constrictivo sobre las creencias y acciones de estos. Las variables estructurales son definidas como propias de los agregados o de los sistemas sociales. A veces se denominan condiciones socio-históricas. Algunos ejemplos típicos de variables estructurales en la sociología contemporánea son: los modelos de comunicación, la distribución de la población en función del sexo y de la edad, la división del trabajo, los niveles y grados de desigualdad. A veces también se incluye la distribución social del poder. Para Murdock 6 la noción de estructura social designa la coherencia de las instituciones sociales: las instituciones no son conglomerados arbitrarios o aleatorios; en este sentido, están dotadas de una estructura. 4 K. Mannheim, Ideology and Utopia, citado por S.F. Nadel, Teoría de la estructura social, Madrid, Guadarrama, 1966, p. 29. 5 Ginsberg, Reason and Unreason in Society, citado en Nadel, op. cit, p. 29. 6 cfr. Boudon y Bourricaud, Dictionnaire critique de la sociologie, París, PUF, 1982, p. 17 4 Otras veces la noción de estructura se opone a la de coyuntura. El concepto de estructura designa los elementos estables de un sistema en oposición a los elementos variables. El término estructura social se refiere a las relaciones más permanentes y organizadas de la sociedad. Así se ha definido como el complejo de los principales grupos e instituciones que constituyen las sociedades. Toda sociedad requiere un mínimo de elementos para existir. Estas exigencias mínimas, de acuerdo con Bottomore 7 , son las siguientes: (a) un sistema de comunicación; (b) un sistema económico que gire en torno al consumo, la producción y la distribución de las mercancías; (c) organismos y ordenamientos (incluyendo la familia y la educación) para la socialización de las nuevas generaciones; (d) un sistema de autoridad y de distribución del poder y (e) un sistema de ritos que mantenga e incremente la cohesión social y otorgue reconocimiento social a acontencimientos personales como el nacimiento, el matrimonio o la muerte. Salvador Giner 8 define la estructura social como el conjunto relativamente estable de las interrelaciones entre las diversas partes de una sociedad, más la distribución de estas partes según un orden dinámico. Estas interrelaciones poseen un grado considerable de permanencia que muy frecuentemente trasciende la duración de la vida de los individuos. Si estudiamos, por ejemplo, el status de la nobleza en una sociedad feudal podremos delinear sus privilegios a través del tiempo y del espacio en virtud de su estabilidad mínima como estamento dominante. La nobleza ocupa un cierto lugar (posición social) lo suficientemente estable para que estudiemos lo que podemos denominar estructura social feudal. En otras ocasiones el término estructura se utiliza para distinguir lo fundamental de lo secundario, lo esencial de lo no esencial. Para Mannheim 9 , la estructura social es el tejido de las 7 T.B. Bottomore, Introducción a la sociología, Barcelona, Península, 1978. 8 Sociología, Barcelona, Ediciones de Bolsillo, 1976, p. 66 9 cfr., Boudon y Bourricaud, op. cit., p. 18. 5 fuerzas sociales en interacción de donde surgen los diversos modos de observación y de pensamiento. La noción de estructura social designaría implícitamente el conjunto de elementos de un sistema social que domina y determina a los otros. Para Mannheim se trata de elementos materiales (vagamente agrupados en la expresión fuerzas sociales) que permiten explicar los elementos ideales. Es un uso que recuerda a la distinción entre estructura y superestructura. La influencia de la tradición marxista explica que frecuentemente se utilice la noción de estructura social como sinónimo de sistema de estratificación. Esta definición también se recoge en el Penguin Dictionary of Sociology de Abercrombie et al.. 10 Los sociólogos utilizan este concepto para explicar algo en términos causales. Este enfoque presenta la dificultad de que las estructuras sociales no son directamente observables. Esto ha hecho que muchas veces el concepto de estructura se haya contemplado como algo reificado. En este mismo sentido, se puede citar el planteamiento metodológico de Wright en Clase, crisis y estado 11 al considerar que las estructuras sociales imponen limitaciones dentro de las cuales puede variar otra estructura o proceso, fijando además las probabilidades de las estructuras o procesos específicos posibles dentro de esos límites. Un buen ejemplo de tal limitación es la relación entre la estructura económica y las formas de estado en la sociedad feudal. Dada la naturaleza de las relaciones económicas en el feudalismo clásico (el control de los medios inmediatos de producción por el campesinado, la apropiación del plusproducto mediante la coerción, la limitada cuantía del excedente disponible), la democracia representativa mediante el sufragio universal era estructuralmente imposible como forma de estado, es decir, quedaba fuera de los límites estructurales fijados por las estructuras económicas. Dentro de esos límites, sin embargo, podían darse una variedad de formas de estado, oscilando desde sistemas señoriales de dominio político altamente descentralizados a estados absolutistas relativamente centralizados. 10 Harmondsworth, Penguin, 1984. 11 Madrid, Siglo XXI, 1983. 6 Abercrombie et. al. 12 señalan que la estructura social se ha definido como cualquier pauta de conducta social. Sin embargo, esta definición incluiría tanto las conductas triviales como las significativas. Una definición más acertada es la que considera que la estructura social se refiere a las relaciones ordenadas, duraderas y pautadas entre los elementos de una sociedad. En el Diccionario de Sociología 13 de Shoeck se recoge la definición de estructura socialcomo la constelación especial de los grupos sociales más importantes (castas, estamentos, clases) dentro de toda una sociedad, juntamente con las correspondientes formas específicas de los acuerdos sociales entre estas. En este mismo diccionario se mantiene que la estructura de una sociedad industrial de hoy es pluridimensional: viene determinada por la estructura de la población, la clasificación profesional, las actividades económicas, las organizaciones, así como por campos de comportamiento institucionalizados, como la familia, la escuela, la empresa, las asociaciones, las iglesias, con sus sistemas típicos de roles, y, además, por los grupos dirigentes y por los tipos de asentamiento. En el Diccionario de Sociología 14 de Henry Pratt Fairchild se plantea que, en abstracto, podemos distinguir dos clase de estructura social: (a) la división de los grupos sociales en subgrupos y, finalmente, en miembros individuales o personas que, con frecuencia, difieren unas de otras por su función o status; y (b) la división de un tipo de cultura, es decir, del cuerpo total de la cultura de una sociedad o grupo de la misma en sus elementos constituyentes tales como usos sociales, costumbres, complejos culturales, institucionales y creencias. Desde la perspectiva de un área de conocimiento como es la estructura social contemporánea resultan especialmente 12 op. cit. 13 Barcelona, Herder, 1977. 14 México, FCE, 1987. 7 significativas las consideraciones de Ossowski 15 sobre el concepto de estructura social. De acuerdo con él, es factible concebir la estructura social en el sentido literal, espacial, de la palabra. Esto ocurre cuando nos referimos al sistema espacial de los individuos o los grupos humanos en atención a las relaciones sociales que existen entre ellos. Al aludir al sistema espacial de los individuos y los grupos, se refiere a la magnitud, la localización y la configuración de las poblaciones, a la densidad de la población en las diversas partes del territorio, a las líneas de comunicación, etc. En relación con la estructura de clases, la estructura social es un concepto más extenso, puesto que los grupos que consideramos componentes de la estructura social no han de ser necesariamente clases sociales. Pueden ser, pongamos por caso, categorías de edades (niños, jóvenes, adultos, ancianos: de ahí el "envejecimiento"), que analizamos a tenor de los cambios de relaciones institucionales que en su seno se verifican y al reparto de sus funciones, o bien en relación con las diferencias que se manifiestan en ellas en cuanto a los derechos y obligaciones se refiere. 16 Puede tratarse también de otros grupos como es el caso de los étnicos. De acuerdo con esta postura, concebimos la estructura social como un sistema de relaciones interhumanas, de distancias y jerarquías, tanto en sus formas organizadas, como inorganizadas, mientras que habremos de considerar la estructura de clases en tanto que un cierto -y muy trascendental- aspecto de la estructura social. 17 En este mismo sentido Daniel Lacalle 18 hacía referencia a las distintas maneras en que se puede estudiar la estructura social: 15 S. Ossowski, Estructura de clases y conciencia social, Barcelona, Península, 1969. 16 op. cit., pp. 17-18. 17 op. cit., p. 18. 18 Clases sociales y capitalismo, Madrid, Endymion, 1990. 8 estructura social por edades y sexo, estructura por tipos de asentamiento, estructura sectorial, estructura de ingresos y estructura de clases. 1.2. EL CONCEPTO DE ESTRUCTURA SOCIAL ¿Cuántos sociólogos -se preguntaba Giddens 19 empiezan los cursos introductorios de sociología tratando de mostrar que el agente individual no es el autor de sus acciones? El suicidio 20 de Durkheim goza de gran popularidad como libro introductorio debido a que explica esto muy bien. Incluso un individuo implicado en un acto solitario de autodestrucción es víctima de las constricciones de la sociedad en la que vive. En este sentido, Boudon 21 se preguntaba si no sería la sociología la ciencia de los determinismos sociales. Basándose en este estado de cosas Daniel Bell 22 llega a sugerir que la sociología suele definirse como la ciencia de los efectos de las clases sociales o de los sistemas de estratificación social. Hablar de la estructura social es hablar de la razón de ser de la sociología. Desde la aparición de la sociología el debate sobre si los agentes sociales son libres a la hora de actuar o si están constreñidos, y hasta qué grado, por condicionantes estructurales (la religión, la familia, la educación, la clase social, etc.) ha estado siempre sobre el tapete. La definición de Durkheim de la sociología como el estudio de los hechos sociales y su caracterización de estos como elementos externos que se imponen a los individuos es un claro ejemplo del predominio de la estructura sobre la acción social. 19 "R.K. Merton on Structural Analysis", en J. Clark et. al., R.K. Merton. Consensus and Controversy, Londres, Falmer Press, 1990. 20 Madrid, Akal, 1985. 21 La lógica de lo social. Introducción al análisis sociológico, Madrid, Rialp, 1981. 22 Citado en Boudon, op. cit. 9 Entre los sociólogos clásicos, quien más contribuyó a la idea de la sociología como ciencia de los determinismos sociales (o sociologismo) fue Durkheim. Durkheim convierte al homo sociologicus en un sujeto pasivo, una especie de autómata cuyo comportamiento sería el efecto casi exclusivo de causas sociales. Su descripción de los hechos sociales como modos de pensar, actuar y sentir externos a los individuos y dotados de poder coercitivo, y su uso de variables de nivel macro como la división del trabajo, parecen enfatizar la importancia de las propiedades objetivas de la organización social y el carácter dependiente y subordinado de la conciencia individual. A diferencia de lo que ocurre en Weber, quien -como veremos- se centra en los estados subjetivos de las personas, en el caso de Durkheim el foco de interés se refiere a realidades externas a las personas. Durkheim recurre a dos criterios para determinar el carácter social de la acción humana: la exterioridad de las maneras de obrar, pensar y sentir y la coacción que estas maneras ejercen sobre el comportamiento de las personas. Para comprender esto cabalmente debemos remitirnos a la teoría de las dos conciencias: la colectiva y la individual. La colectiva está constituida por las maneras de obrar, pensar y sentir que integran la herencia común de una sociedad dada, lo que en el estructural-funcionalismo de Parsons y otros se dió en llamar orientación normativa de la acción. Estas maneras se transmiten de generación en generación por medio de la educación. Por contra, la conciencia individual está formada por el ámbito privado de cada persona. En este sentido, resulta absolutamente magistral la tesis central de su obra El suicidio. El suicidio es un acto que ofrece todas las características de un hecho social: es un fenómeno que se da en todas las sociedades, pero que varía en cada una de ellas. Además, la tasa de suidicios es distinta dentro de un país entre cada uno de los grupos que lo componen: los católicos se suicidan menos que los protestantes, los judíos menos que los católicos, las personas casadas menos que las solteras, las casadas con hijos menos que las casadas sin hijos, etc. Es decir, la tasa de suicidios es mayor entre aquellas personas menos integradas en conjuntos sociales. 10 Durkheim está profundamente inspirado por la tradición positivista. Una de sus afirmaciones famosas es aquella que mantiene que debemos estudiar los hechos sociales como si fueran cosas, es decir,objetos de observación. A diferencia de Weber, Durkheim no oponía la sociología a la historia, sino a la psicología. Como contraste, la sociología de Weber, nacida al calor del debate sobre las diferencias entre las ciencias naturales y las ciencias humanas, se inclina hacia un mayor peso de la acción sobre las estructuras. Weber define la sociología como la ciencia que pretende entender, interpretándola, la acción social para de esta manera explicarla causalmente en su desarrollo y efectos. Por "acción" debe entenderse una conducta humana (bien consista en un hacer externo o interno, ya en un omitir o permitir) siempre que el sujeto o los sujetos de la acción enlacen a ella un sentido subjetivo. La "acción social", por tanto, es una acción en donde el sentido mentado por su sujeto o sujetos está referido a la conducta de otros, oriéntandose por ésta en su desarrollo. 23 Para Weber la acción es social siempre que los individuos enlacen a ella un sentido subjetivo. Se trata de una acción en donde el sentido mentado por el sujeto está referido a la conducta de otros. Esto significa que las personas deben tener en cuenta el comportamiento de los demás, así como la presencia o la existencia de los mismos. El segundo criterio de la acción social es el de la significación. El sujeto indicaría por medio de su acción que ha comprendido las expectativas de los otros. Weber vivió una época en la que en Alemania preponderaba una corriente intelectual muy poderosa que establecía una oposición radical entre las ciencias de la naturaleza y las ciencias del hombre. Las ciencias naturales estudian un orden necesario, regido por el determinismo, la regularidad, la previsibilidad. Por contra, las ciencias humanas han de estudiar el comportamiento humano, comportamiento regido por la indeterminación, la irregularidad y la ausencia de previsibilidad. En este sentido, la historia era considerada como el estudio de aquellos acontecimientos únicos y singulares, no sujetos a leyes, que jamás volverían a repetirse. Sin 23 Economía y sociedad, México, FCE, 1979, p. 5. 11 llegar a negar la diferencia entre ciencias del hombre y ciencias naturales, Weber trató de salvaguardar el carácter científico de las primeras. Mostró la posibilidad de la explicación causal en los comportamientos humanos y además puso de manifiesto la ventaja de estas ciencias frente a las de la naturaleza. Estas últimas carecen de la posibilidad de comprender desde dentro los fenómenos estudiados. Lo que parece fuera de toda duda es que para la sociología, la acción humana no es arbitraria, sino que obedece a un cierto determinismo. La sociología precisa establecer el principio del determinismo. En caso contrario, se reduciría a la historia de lo particular y lo singular. Siguiendo a Carr podemos definir el determinismo como la "convicción de que todo cuanto ocurre tiene una o varias causas, y no podía haber ocurrido de otro modo más que si algo, en la causa o las causas, hubiese sido asimismo distinto". 24 El vocablo determinismo goza de una mala acogida intelectual porque se asocia a la noción de fatalismo. El fatalismo mantiene la tesis de que la ocurrencia de los acontecimientos está predestinada, cosa que ocurre en las filosofías de la historia de inspiración teológica. Aquí la secuenciación histórica depende de la intervención de una entidad de carácter suprahistórico (generalmente dios). Sin embargo, para el determimismo esta secuenciación depende de las condiciones imperantes y se rechaza la intervención de cualquier pretendida entidad al margen del propio proceso histórico. Una segunda fuente de desprestigio de la tesis determinista proviene de su asociación con la inevitabilidad histórica. Se trata de la creencia teleológica en alguna meta final capaz de regir el curso de la historia. Finalmente, la última versión que desprestigia al determinismo es la que reduce a una sola causa la explicación de la compleja diversidad de los acontecimientos históricos. De este modo se ha podido hablar de determinismo geográfico, racial, biológico, 24 E.H. Carr, ¿Qué es la historia?, Barcelona, Seix Barral, 1967, p. 125. 12 económico, sociológico, etc. Al marxismo se la ha solido atribuir por parte de algunos de sus críticos este defecto. Marx y Engels fueron conscientes de estas críticas: El que los discípulos hagan a veces más hincapié del debido en el aspecto económico es cosa de la que, en parte, tenemos la culpa Marx y yo mismo. Frente a los adversarios teníamos que subrayar este principio cardinal que se negaba, y no siempre disponíamos de tiempo, espacio y ocasión para dar la debida importancia a los demás factores que intervienen en el juego de las acciones y las reacciones. 25 De acuerdo con Pereyra 26 se puede considerar que el principio de determinación establece que: a) los acontecimientos históricos ocurren siempre en forma definida o determinada, b) el desarrollo del proceso no es arbitrario sino legal, y c) las formas a través de las cuales los acontecimientos adquieren sus características específicas dependen de condiciones preexistentes. El determinismo histórico no niega el papel de la intencionalidad, la decisión y la voluntad en los hechos sociales: simplemente rechaza el supuesto metafísico de una abstracta e indeterminada voluntad pura. Para Giddens 27 y Bourdieu 28 el debate sobre estructura y acción social ha de comprenderse en el contexto de la división tradicional en la teoría social entre el objetivismo y el subjetivismo. En el primero el objeto social, la sociedad, tiene un grado de prioridad sobre el agente individual y las instituciones sociales son 25 F. Engels, carta a J. Bloch, 21 de setiembre de 1890. En K. Marx y F. Engels, Obras escogidas, vol. 2, Madrid, Akal, 1975, p. 522. 26 C. Pereyra, "El determinismo histórico". En teoría, 3, 1979. 27 A. Giddens, Social Theory and Modern Sociology, Cambridge, Polity Press, 1987. 28 El sentido práctico, Madrid, Taurus, 1991. 13 contempladas como el núcleo del análisis social. El subjetivismo es justamente lo opuesto. El agente humano es tratado como el eje central del análisis social. Cada una de estas perspectivas tiene su atractivo. Por un lado, aquellos que pertenecen a las tradiciones objetivistas tienen razón al subrayar que la sociedad o las instituciones sociales tienen propiedades estructurales que van más allá de las actividades de los miembros individuales que componen la sociedad. Los subjetivistas destacan el hecho de que los seres humananos son seres capaces de comprender las condiciones en que ejecutan la acción. Los objetivistas -muy influidos por el positivismo- han predicado la unidad del método científico: un monismo metodológico que hace extensibles los postulados y metodología de la ciencia natural al estudio de las sociedades. Los subjetivistas son hostiles a las doctrinas del positivismo y argumentan que, debido al carácter significativo de las acciones humanas, la explicación de estas últimas requiere un enfoque especial y da lugar a diferentes formas de conocimiento. Tal y como señalaba Rubinstein 29 se puede afirmar, con algunas reservas, que el objetivismo es la expresión del positivismo en las ciencias sociales. Como recordaba De Pablo, según Durkheim, la estructura social hace referencia a relaciones entre hechos sociales que son fenómenos sui generis. Pero, ¿de qué relaciones se trata? Son, como él mismo aclara, relaciones de "variación concomitante". Así, por ejemplo, variaciones en el grado de diferenciación de una colectividad estarían supuestamente relacionadas con variaciones concomitantes en su grado de cohesión y regulación internas. 3029 D. Rubinstein, Marx and Wittgenstein. Social Praxis and Social Explanation, Londres, RKP, 1981. 30 A. De Pablo, "Causalidad, estructura y acción social: consideraciones en torno a la sociología de la educación", en M.F. Enguita (ed.), Marxismo y sociología de la educación, Madrid, Akal, 1986, p. 174. 14 Uno de los principios fundamentales del positivismo es la idea de que el conocimiento científico debe basarse en los datos brutos. Los datos simples pueden ser descritos con independencia de cualquier perspectiva teórica. En este sentido el ejemplo que aducía Hempel 31 es suficientemente clarificador. Para explicar por qué motivos se ha reventado durante la noche el radiador de mi automóvil hay que empezar por describir las condiciones antecedentes: el coche estaba en la calle, la temperatura bajó por debajo de los cero grados, etc. Conociendo las leyes de la física podemos explicar por qué reventó el radiador. Con estos elementos (antecedentes más conocimientos de física) podríamos haber previsto los acontecimientos. Cualquier cuestión, sea física, orgánica o social, puede explicarse a partir de estos parámetros. Se trata de un modelo de ciencia intrínsecamente vinculado a la predicción. Las explicaciones objetivistas suelen ser de corte behaviorista. Es decir, se trata de explicaciones que desdeñan el problema de la conciencia de los seres humanos. Así, algunos de los defensores del objetivismo afirman que se debe partir del dato de que las personas no tienen mente, hasta el punto de considerar los diferentes términos referidos a la mente, la voluntad, el sentimiento, etc. como el flogisto de la ciencia social. Para Durkheim todo lo relativo a la intención es demasiado subjetivo como para permitir un tratamiento científico. Un enfoque alternativo reconoce que las personas tienen una vida mental, pero argumenta que las propiedades mentales pueden operacionalizarse en afirmaciones relativas a lo que hacen los sujetos. Una respuesta más sutil es la que afirma que las personas tienen vida mental, pero esta debe incorporarse a alguna forma de la acción. Las explicaciones de la acción son similares a las explicaciones de los eventos físicos. Los objetivistas son partidarios de desarrollar el conocimiento de la sociedad independientemente de las ideas de los 31 C. Hempel, "The function of general laws in history", Journal of Philosophy, 39, pp. 335-48, 1942. Citado por Rubinstein, op. cit. 15 actores sociales. Pareto 32 proporciona un ejemplo al separar las ideas científicas de la sociedad de las ideas en la sociedad. De este modo disntingue entre "residuos" -causas efectivas de la conducta- y "derivaciones" -explicaciones ideológicas de los actores-. Durkheim define la sociología como una búsqueda de explicaciones en términos de causas más profundas que no son percibidas por el inconsciente ("Todas las preconcepciones deben erradicarse"). Esto enseña al sociólogo a huir de las ideas profanas. Un concepto básico del positivismo es que el conocimiento científico debe asentarse sobre observaciones no sujetas a interpretación. Para algunos filósofos, siguiendo a Hume, o más recientemente a Russell, Mach y Ayer, el fundamento último del conocimiento son las impresiones sensoriales, es la observación. Sin embargo, reducir la interpretación de la realidad a datos observables exteriormente con independencia de la intencionalidad de los sujetos conduce al serio problema de no poder diferenciar, en multitud de ocasiones, unos hechos de otros. Así, por ejemplo, no puede diferenciarse una acción de un movimiento. Un movimiento reflejo del brazo no sería sustantivamente distinto de un movimiento deliberado. Si no se incorporan las ideas sociales se deja de captar un importante segmento de la vida social. A menudo los objetivistas han reducido la investigación a los análisis estadísticos con la intención de esquivar el problema de la comprensión. Es decir, las encuestas y demás datos estadísticos suministrarían datos objetivos sobre lo que piensan (o más bien manifiestan) los sujetos. Sin embargo, las encuestas no son observaciones neutras. En primer lugar, se plantea el problema de lo que entiendan por las preguntas los sujetos entrevistados, En segundo lugar, no se pueden separar las encuestas del contexto en que tienen lugar. Es conocido el ejemplo de las respuestas de cortesía sobre el uso de preservativos en el caso de campesinos hindúes. 32 V. Pareto, The Mind and Society. A Treatise on Causal Sociology, Nueva York, Dower, 1963. 16 Si hay algo que nos interesa destacar aquí es cómo se conceptúa la estructura social desde el objetivismo. En el enfoque objetivista, la estructura social es considerada como una serie de rasgos objetivos de la organización social que existen aparte de la conciencia subjetiva de los actores. De este modo, las teorías estructurales explican la incidencia de acciones como el suicidio y el homicidio, o estados subjetivos como la alienación y la anomia, en términos de los aspectos objetivos de la organización social. Es decir, la intencionalidad o cualquier otro rasgo subjetivo es secundario, cuando no irrelevante, para explicar los acontecimientos sociales. La concepción subjetivista emergió en Alemania a finales del siglo XIX. La corriente intelectual dominante en aquel entonces era el idealismo neokantiano. Es en este marco donde tiene lugar el debate entre ciencias naturales frente a ciencias culturales. Así, por ejemplo, Dilthey se opuso a quienes consideraba positivistas (como Comte) por pretender el empleo de métodos propios de las ciencias naturales en el estudio de las ciencias sociales. Las ciencias físicas estudian hechos, mientras que las culturales estudian significados. En las ciencias físicas el pensamiento se convierte en explicación, mientras que en las culturales, se convierte en comprensión. La explicación establece leyes causales e investiga a su objeto desde fuera. Por contra, la comprensión une o enlaza significado con significado o trata de comprender a su objeto por medio de la intuición. La conducta humana no puede abordarse del mismo modo que los datos brutos. Debe ser interpretada, en lugar de ser simplemente observada. Weber afirmaba que debemos ir más allá de la mera demostración de las uniformidades y relaciones funcionales. Debemos conseguir algo inalcanzable para la ciencias naturales, a saber, la comprensión subjetiva de la acción de los individuos. El subjetivismo se plantea básicamente dos objetivos: a) la comprensión motivacional de la acción y b) la explicación del sentido común de los actores. En el ámbito del subjetivismo incluimos tradiciones teóricas como la fenomenología, el interaccionismo simbólico y la etnometodología. Se pueden agrupar 17 en función de lo que rechazan: las encuestas, la cuantificación y la reificación de la realidad social. El punto de partida de estas escuelas es la creencia de que la característica distintiva de la conducta humana es la presencia de la mente, el significado o la conciencia. Esto es más cierto aun en la sociología fenomenológica, la cual iguala el estudio de la sociedad con el estudio de la conciencia. Para Dilthey 33 , la comprensión del otro requiere una recreación de su experiencia mental, lo cual resulta difícil, sino imposible. El campo de la psiquiatría plantea la posibilidad de que el tener cierto tipo de experiencias excluye de modo lógico la posibilidad de comprenderlas, como ocurre en el caso de la locura. Schutz 34 , cuyo trabajo es celebrado porque parece resolver el problema de las otras mentes, rechaza el concepto de empatía. Habla de la "reciprocidad de perspectivas" a través de la cual nos proyectamos de modo imaginarioen el lugar de otro y por lo tanto comprendemos. Esta perspectiva está sujeta a las mismas críticas que la empatía. El argumento de la analogía afirma que dado que no podemos tener acceso directo a la experiencia mental de otros, las demás personas me proporcionan la idea de que su vida mental es similar a la mía. Un problema obvio de este énfasis en la comprensión de la acción intencional es que buena parte de la temática sociológica no se refiere a la acción. Las cuestiones científicas sociales a menudo se refieren a grupos y sociedades, y este nivel explicatorio es, al menos en algunos respectos, lógicamente distinto de las acciones intencionales de los miembros constituyentes. Marx ponía el ejemplo del funcionamiento de la economía capitalista, economía en la que se dan cita a un mismo tiempo la racionalidad del empresario junto con la irracionalidad del sistema. 33 W. Dilthey, Pattern and Meaning in History, citado por Rubinstein, op. cit. 34 A. Schutz, Common Sense and Scientific Interpretations of Human Action, citado por Rubinstein, op. cit. 18 Las explicaciones estrictamente intencionales no valen. Por ejemplo, puede ser útil saber que una persona vota a Pérez por considerarle honesto. Una encuesta puede revelar que el 60% del electorado que vota a Pérez lo hace porque le considera honesto al igual que lo hace el 60% de los votantes de Gómez. En este caso el sociólogo debe buscar una explicación de las intenciones subjetivas en algo más básico: quizás algo que considere la influencia de la clase social. Una de las soluciones más sugerentes al problema de la sociedad como realidad objetiva desde un punto de vista interaccionista es la propuesta por Berger y Luckman 35 . Estos autores explican el proceso de institucionalización a partir de la tendencia humana a restringir al máximo las opciones, a evitar el desgaste psíquico que supone el tener que recurrir a nuevos planteamientos frente a cada nueva situación. La institucionalización es una consecuencia de la tendencia a la habituación. La habituación hace innecesario volver a definir cada situación de nuevo, paso por paso. Además, la institucionalización supone un mecanismo de control por medio del cual cada individuo tiene la posibilidad de saber cómo reaccionará el otro. Uno de los fenómenos más curiosos que puede producirse es el hecho de que el hombre es capaz de institucionalizar un mundo frente al que posteriormente, en el decurso de las generaciones, sentirse extraño. El siguiente esquema 36 explica, de un modo muy sintético las antinomias fundamentales que enfrentan al objetivismo y al subjetivismo. Objetivo Materialismo Explicación Observación Hechos Causa Conducta Subjetivo Idealismo Comprensión Interpretación Ideas Significado Acción 35 P. Berger y T. Luckman, La construcción social de la realidad, Buenos Aires, Amorrortu, 1979. 36 Rubinstein, op. cit., pp. 24-25. 19 Existencia (modo de producción) Subestructura Organización social Estructura Sistema objetivo Conciencia (ideología) Superestructura Psicología social Cultura Sistemas de significado. 1.3. LAS APORTACIONES DE BOURDIEU, GIDDENS Y LA TEORÍA DE LA ELECCION RACIONAL. Entre los intentos más recientes para solucionar el problema del peso de las estructuras sobre las acciones sociales podríamos citar los aportados por Bourdieu, Giddens y la teoría de la elección racional (y su derivación en el marxismo analítico). Bourdieu 37 advierte sobre el carácter ruinoso de la división entre objetivismo y subjetivismo. El hecho mismo de que esta división renazca sin cesar bajo formas apenas renovadas, bastaría para atestiguar que los modos de conocimiento que distingue le son igualmente indispensables a una ciencia del mundo social que no puede reducirse ni a una fenomenología social ni a una física social. 38 El objetivismo tiene por finalidad establecer regularidades en forma de estructuras, leyes, etc. al margen de lo que puedan pensar los individuos y al margen de su voluntad. Introduce una fuerte división entre el conocimiento teórico y el conocimiento práctico y rechaza como prenociones o ideologías las representaciones explícitas de este último. Recusa así el proyecto de identificar la ciencia del mundo social con una descripción científica de la experiencia precientífica de ese mundo o, más precisamente, el proyecto de reducir la ciencia social, como hacen Schutz y la fenomenología, a "construcciones de segundo grado, o sea, construcciones de las construcciones producidas por los actores en la escena social. 39 37 P. Bourdieu, El sentido práctico, Madrid, Taurus, 1991. 38 Op. cit. p. 47. 39 A. Schutz, Collected papers. I. The Problem of Social Reality, citado por Bourdieu, op. cit.,p. 59. 20 El objetivismo contempla lo social a modo de un espéctaculo de manera que el observador toma un punto de vista sobre la acción. Bourdieu propone superar la antinomia objetivismo-subjetivismo subordinando la práctica científica a un conocimiento del "sujeto de conocimiento", un conocimiento tanto objetivista como subjetivista. La ciencia social no debe romper sólo, como lo quiere el objetivismo, con la experiencia indígena y la representación indígena de esa experiencia; le es necesario, además, mediante una segunda ruptura, poner en cuestión los presupuestos inherentes a la posición del observador "objetivo" que, dedicado a interpretar prácticas, tiende a trasladar al objeto los principios de su relación con el objeto, como lo prueba, por ejemplo, el privilegio que concede a las funciones de comunicación y de comunicación y que le inclina a reducir las interacciones a puros intercambios simbólicos. 40 No se trata de sustituir el conocimiento teórico por el práctico, sino de fundamentarlo. Para Bourdieu, las estructuras sociales se convierten en un elemento que, por de pronto, excluyen, como imposibles, determinadas acciones. Si se observa regularmente una correlación muy estrecha entre las probabilidades objetivas científicamente construidas (por ejemplo, las oportunidades de acceso a tal o cual bien) y las esperanzas subjetivas (las "motivaciones" y las "necesidades"), no es porque los agentes ajusten conscientemente sus aspiraciones a una evaluación exacta de sus probabilidades de éxito, a la manera de un jugador que regulara su juego en función de una información perfecta de sus probabilidades de victoria. En realidad, dado que las disposiciones duraderamente inculcadas por las posibilidades o imposibilidades, libertades y necesidades, facilidades y prohibiciones que están inscritas en las condiciones objetivas (y que la ciencia aprehende a través de regularidades estadísticas como probabilidades objetivamente ligadas a un grupo o clase) engendran disposiciones objetivamente compatibles con esas condiciones y, en cierto modo, preadaptadas a sus exigencias, las prácticas más improbables se encuentran excluidas sin examen alguno, a título de lo impensable, por esa especie de sumisión inmediata al orden que 40 op. cit., p. 50. 21 inclina a hacer de la necesidad virtud, es decir, a rehusar lo rehusado y querer lo inevitable. 41 La solución que Bourdieu plantea al dilema estructura-acción se centra en el complejo concepto de habitus. La propia definición de este término revela su complejidad y su multidimensionalidad. Así un habitus es un sistema de disposiciones duraderas y transferibles, estructuras estructuradas predispuestas para funcionar como estructuras estructurantes, es decir, como principios generadores y organizadores de prácticas y representaciones que pueden estar objetivamenteadaptadas a su fin sin suponer la búsqueda consciente de fines y el dominio expreso de las operaciones necesarias para alcanzarlos, objetivamente "reguladas" y "regulares" sin ser el producto de la obediencia a reglas, y, a la vez que todo esto, colectivamente orquestadas sin ser producto de la acción organizadora de un director de orquesta. 42 El habitus es una capacidad de actuar en libertad pero siempre dentro de los límites impuestos por la estructura social. Nada es más engañoso que la ilusión retrospectiva que hace aparecer el conjunto de huellas de una vida, como son las obras de un artista o los acontecimientos de una biografía, como si se tratara de la realización de una esencia que las precediera: del mismo modo que la verdad de un estilo artístico no se encuentra en germen en una inspiración original, sino que se define y redefine continuamente en la dialéctica entre la intención de objetivación y la intención ya objetivada, asimismo es mediante la confrontación entre cuestiones que solo existen por y para un espíritu dotado de ciertos principios y soluciones obtenidas por la aplicación de dichos principios, pero capaces de transformarlos, como se constituye esta unidad de sentido que, posteriormente, puede parecer previa a los actos y obras anunciadores de la significación 41 Op. cit. p. 94. 42 op. cit. p. 92. 22 final, transformando retroactivamente los diferentes momentos de la serie temporal en simples bosquejos preparatorios. 43 La pertenencia a una clase se convierte en un elemento unificador de los comportamientos, de modo que se hace visible la pertenencia a la misma. La homogeneización objetiva de los habitus de grupo o de clase que resulta de la homogeneidad de las condiciones de existencia, es lo que hace que las prácticas puedan estar objetivamente concertadas sin cálculo estratégico alguno ni referencia consciente a una norma, y mutuamente ajustadas sin interacción directa alguna, y, a fortiori, sin concertación explícita -obedeciendo la forma de la interacción misma a las estructuras objetivas que han producido las disposiciones de los agentes en interacción y que les asignan todavía, a través de ellas, sus posiciones relativas en la interacción y fuera de ella. 44 Giddens propone la teoría de la estructuración. La estructura, en primer lugar, no debe identificarse única y exclusivamente con la coacción. La estructura es al mismo tiempo un elemento de constricción y de facilitación de la acción. En segundo lugar, no debe identificarse la distinción entre acción y estructura con la diferenciación entre micro y macrosociología. En tercer lugar, la acción no ha de definirse en términos de intención, la acción se refiere a la capacidad que tienen los individuos para hacer cosas. Giddens se enfrenta a quienes contemplan a los agentes sociales como elementos cuyas acciones están dirigidas por las estructuras. Así se opone a Weber cuando este último se refiere a la burocracia como una jaula de hierro. Weber no tiene en consideración el modo en que las relaciones de autoridad pueden ser esquivadas. De la misma manera es crítico frente a los plantemientos de Braverman, el cual en su análisis sobre el taylorismo concibe un trabajador atrapado en la cuadrícula de la división del trabajo. Giddens insiste en que la acción humana está intrínsecamente relacionada con la actividad subjetiva en la sociedad, tratando de este modo de superar el dualismo entre voluntarismo y determinismo. 43 op. cit., p. 96. 44 op. cit. p. 101. 23 En segundo lugar, trata de mediar en la dicotomía existente entre el sujeto y el objeto asignando un papel principal a la capacidad cognitiva de los actores a la hora de producir y reproducir su sociedad. En tercer y último lugar, rechaza cualquier teoría que pretenda analizar por separado la estática y la dinámica social. Su teoría no minimiza el peso constrictivo de la estructura. El término constricción tiene tres sentidos: constricción material, constricción ligada a las sanciones y constricción estructural. La primera es una constricción derivada del carácter del mundo material y de las cualidades físicas del cuerpo. La segunda deriva de las respuestas punitivas por parte de unos agentes hacia otros. La tercera deriva de la contextualidad de la acción, del carácter de las propiedades estructurales frente a los actores. Los principales puntos que definen la estructuración son los siguientes: 1- Todos los seres humanos son seres capaces de conocer, es decir, todos los actores sociales poseen un conocimiento elevado de las condiciones y consecuencias de lo que hacen en su vida cotidiana.(...). Los actores son capaces de dar explicaciones a su conducta.(...). 2- La cognoscibilidad de los agentes humanos está vinculada por un lado al inconsciente y por otro a los efectos no queridos de las acciones.(...). 3- El estudio de la vida cotidiana forma parte integral del análisis de la reproducción de las prácticas institucionalizadas.(...) 4- La rutina, vinculada psicológicamente a la minimización de las fuentes inconscientes de la ansiedad, es la forma predominante de la actividad social cotidiana. (...) 5- El estudio del contexto, o de las contextualidades de la interacción, es inherente a la investigación de la reproducción social.(...) 6- Las identidades sociales, y la relaciones a ellas asociadas, son los "hacedores" de la estructura espacio-temporal.(...) 7- No se puede otorgar un significado unitario a la "constricción" en el análisis social. Las constricciones asociadas a las propiedades estructurales de los sistemas sociales son solo un tipo de entre otras características de la vida humana social. 8- Entre las propiedades estructurales de los sistemas sociales, los principios estructurales son particularmente importantes, dado que especifican tipos globales de la sociedad.(...) 9- El estudio del poder no puede contemplarse como una consideración de segundo orden en las ciencias sociales. El poder no puede abordarse a continuación de los conceptos básicos de la ciencia social. (...) El poder es el medio de conseguir que se hagan 24 las cosas y, como tal, está directamente implicado en la acción humana. (...) 10- No hay ningún mecanismo de la organización social o de la reproducción social identificado por los analistas sociales que los actores profanos no puedan llegar a conocer y a incorporar en lo que hacen. (...) 45 A partir de aquí Giddens considera paradigmática la investigación etnográfica de corte estructural. De acuerdo con él la investigación de Willis sobre alumnos antiescuela en un contexto de clase trabajadora 46 es ejemplar en este sentido. La tercera aportación a este debate es la de la elección racional, teoría que parte del individualismo metodológico. El individualismo metodólogico considera que los fenómenos sociales se explican a partir de las propiedades de los individuos implicados en los fenómenos sociales. Cualquier explicación que implique conceptos sociales a nivel macro debería reducirse a explicaciones a nivel micro. La derivación del individualismo metodólogico hacia la teoría de los juegos y su incorporación en el denominado marxismo analítico ha supuesto un sólido intento de elaborar una teoría marxista de la acción sin excluir -a diferencia de lo que ocurre en el caso de Thompson- el peso de la estructura. Como señalan Wright et al. 47 se puede comprender qué es el individualismo metodológico si lo comparamos con otras explicaciones de las relaciones entre estructura y acción, como son el atomismo y el holismo radical. 45 A. Giddens, The Constitution of Society, Cambridge, Polity Press, 1984, pp. 281-284. 46 P.Willis, Aprendiendo a trabajar. Cómo los chicos de clase obrera consiguen trabajos de clase obrera, Madrid, Akal, 1988. 47 E.O. Wright, A. Levine y E. Sober, Reconstructing Marxism. Essays on Explanation and the Theory of History, Londres, Verso, 1992. 25 El atomismo es una postura metodólogica que niega la eficacia causal de las estructuras. Podemos poner el ejemplo del paso del feudalismo al capitalismo. El atomista consideraría que esta transición podría explicarse por medio de las acciones de los individuos. El atomista argumentaría que todo aquello que parece explicatorio acerca de las relaciones irreductibles entre los individuos es explicatorio debido exclusivamente a los estados psicológicos correspondientes a estos individuos; lo que importa a la hora de explicar, por ejemplo, las relaciones de poder entre los individuos no es una relación irreductible entre estos individuos, sino que lo hay que considerar son sus creencias y deseos, considerados de un modo atomístico. Si yo creo que tú me castigarás si hago X y tú crees que tengo esta creencia, cada uno actuará de un modo peculiar. La aparente "relación" de poder entre los individuos, continuando con el argumento, en realidad no es más que un conjunto de creencias recíprocas y son estas creencias, y no cualquier "relación objetiva", lo que explica las acciones. 48 El individualismo metodológico comparte con el atomismo esta idea de que las explicaciones sociales son, en última instancia, reducibles a las explicaciones a nivel individual. Wright et al. citan a Elster cuando considera que el individualismo metodológico es la doctrina que mantiene que todos los fenómenos sociales -su estructura y su cambio- en principio son explicables a partir de los individuos -sus propiedades, sus objetivos, sus creencias y sus acciones. Partir desde las instituciones sociales y de los modelos agregados de conducta hasta llegar a los individuos es los mismo que ir desde las células a las moléculas. 49 Sin embargo, el individualismo metodológico sí acepta la importancia de las relaciones entre las partes. Es decir, no rechaza la idea holística de que el todo es más que la suma de las partes. Esto puede explicarse mediante una simulación lógica. Consideremos un sistema con dos partes, X e Y. Si el todo, Z, es igual a la suma de las partes, podríamos expresarlo del siguiente modo: Z = b1X + b2Y 48 Op. cit., p. 110. 49 Making Sense of Marx, p. 5. Citado en Wright et al. p. 111. 26 Es decir, Z está totalmente determinado por el sumatorio de los efectos de b1 de la sección X y de b2 de la sección Y. Si hubiera interacciones entre X e Y tendríamos el siguiente modelo: Z = b1X + b2Y + b3XY De este modo, el todo es algo más que la suma de las partes. Volvamos a describir las partes del siguiente modo: X * = X(1 + b3Y/2b1) Y * = Y(1 + b3X/2b2) En estas nuevas descripciones de las partes, las interacciones de las partes en el seno del todo se representan como propiedades relacionales de las propias partes. Z = b1X * + b2Y * El holismo radical, al contrario que el atomismo, niega la eficacia causal de las acciones de los individuos. El marxismo, con la importancia concedida a la totalidad, ha contribuido en buena medida a la expansión del holismo. Wright et al. citan tres corrientes holistas radicales: las teleologías holísticas, el marxismo estructuralista y los argumentos basados en la acción de colectivos. La teleología concibe la historia como el desarrollo de un núcleo esencial, orientada hacia el cumplimiento de un objetivo. El estructuralismo marxista -cuyo máximo exponente es Althusser- considera que los agentes sociales son meros soportes de estructura, que se limitan a representar el papel cuyo guión escribe la estructura. Finalmente, los argumentos basados en la acción de colectivos hacen uso de afirmaciones del siguiente tenor: "la burguesía no quiere pactar". Muchas veces estas expresiones son una simple facilidad de lenguaje, queriendo en realidad hacer afirmaciones relativas a los actos de partidos políticos, sindicatos, etc. Pero, en otras ocasiones, se trata de expresar la creencia en una conciencia colectiva y en una acción colectiva, en donde las clases o la humanidad piensan de tal o cual modo. Los individualistas metodológicos consideran que para explicar un fenómeno debemos aclarar los micro-mecanismos que lo producen. Este enfoque propugna la irreductibilidad de lo micro a lo macro: lo macro se explica a partir de lo micro. La importancia del análisis micro para comprender el análisis macro puede captarse a partir de la explicación que Elster suministra de cómo se forman las clases sociales. Elster defiende que la clave para comprender la formación de clases recae sobre los mecanismos que facilitan o 27 dificultan el desarrollo de la conciencia de clase en los individuos. Para explicarlo recurre a la teoría de los juegos. En concreto se trata de reflexionar sobre el llamado problema del prisionero, el problema de cómo comprender los motivos que impulsan a los individuos a participar o a abstenerse de tomar parte en acciones colectivas. Si el trabajador es un egoísta racional preferirá que los demás trabajadores actúen colectivamente y él se abstenga de tomar parte en los esfuerzos colectivos pero participe de los beneficios derivados de la acción colectiva (por eso a este dilema también se le llama el dilema del gorrón). Es decir, en caso de huelga, lo mejor para el trabajador individual es que los demás la hagan (con las consecuencias que ello conlleva para los participantes: significación frente a los jefes, deducción salarial, etc) y beneficiarse de los logros conseguidos por tal huelga. La propuesta de Elster es comprender la solidaridad de clase como una transformación de las preferencias características del problema del gorrón en un juego de garantías. (...) En un juego de garantías la gente no desea ser altruista unilateral -sacrificarse aunque los demás no lo hagan-. No quieren ser tontos. Pero, prefieren la cooperación al gorroneo. Elster denomina a esta preferencia "altruismo condicional". 50 1.4.UNA SOLUCIÓN EMPÍRICA AL DILEMA ESTRUCTURA/ACCION: EL ESTUDIO DE CASO DE WILLIS. Como vimos, Giddens considera como paradigmática la obra de Willis Aprendiendo a trabajar. En ella se afronta el problema de cómo explicar que chicos procedentes de la clase obrera se integren alegremente en, es decir deseen, trabajos de clase obrera. Explicar esta aparente contradicción es lo que pretende Willis. Para ello se sirve de la etnografía. El enfoque etnográfico -sustentado epistemológicamente en la fenomenología, el interaccionismo simbólico y la etnometodología- es una reacción contra el cuantitativismo positivista del estructural-funcionalismo. El positivismo contempla la realidad social desde fuera. A lo sumo, se limita a cuantificarla, a matematizarla. Para la etnografía el mundo social debe estudiarse 50 E.O. Wright et al., op, cit., p. 123. 28 en un estadio "natural", inalterado en la medida de lo posible por la presencia del investigador. La fidelidad investigadora recae sobre los fenómenos que se estudian y no -como ocurre en el positivismo- sobre ningún conjunto de principios metodológicos. Siguiendo a Husserl se arranca de la "actitud natural", de las ideas, de los convencimientos e incluso de los prejuicios ambientales. La escuela deja de ser concebida como una caja negra -black box- de la que se puede saber lo que ocurre en su interior sin necesidad de adentrarse en ella. El interaccionismo simbólico proviene de la obra de Herbert Blumer y sus colegas, de lo que se denominó la Escuela de Chicago. Los interaccionistas simbólicos consideran que el serhumano es básicamente distinto del resto de los animales. Mientras que los animales actúan en respuesta a otros objetos y acontecimientos a partir del instinto o del condicionamiento previo, los seres humanos adoptan una actitud o comportamiento sobre los objetos a partir de los significados que estos objetos tiene para ellos. Los significados surgen a través de la interacción social con los demás. Los significados son comprendidos como productos sociales. La conducta humana no es causada de un modo determinado predefinido por fuerzas internas (instintos, etc). La conducta es causada por una interpretación reflexiva y derivada de la cultura de los estímulos internos o externos presentes. La racionalidad que subyace a las investigaciones etnográficas es la hipótesis naturalista-ecológica y la hipótesis cualitativo-fenomenológica. Muchos científicos consideran que la conducta humana depende de modo decisivo de los escenarios en que tiene lugar. Se obtienen resultados muy distintos cuando la investigación tiene lugar en situaciones de laboratorio. El científico social no puede entender la conducta humana sin comprender el marco dentro del cual los sujetos interpretan sus pensamientos, sentimientos y acciones. El empirista tradicional se considera a sí mismo la primera fuente de conocimiento, y confía más en sus propios sentidos y en su propia lógica que en la de los sujetos. El observador participante, por otro lado, considera las intepretaciones de sus sujetos como lo más importante. Adoptando el papel de los sujetos, recrea en su propia imaginación y experiencia los pensamientos y 29 sentimientos que se encuentran en la mente de aquellas personas a las que estudia. El principio subyacente a la investigación etnográfica es que lo que la gente dice y hace está inconscientemente configurado por las situaciones sociales. La etnografía estructural arrancaría de la famosa idea expuesta por Marx en El 18 Brumario de Luis Bonaparte 51 según la cual los hombres hacen su propia historia pero no la hacen en condiciones libremente elegidas. Se trataría de responder al debate de qué modelo de hombre, el activo o el pasivo, conviene a la investigación social. De acuerdo con Willis 52 habría tres modos de conexión objeto/sujeto. El primero sería la determinación estructural e histórica de la subjetividad y la cultura; es decir, no podemos elegir nacer en una u otra región, ser ricos, ser varones,... La segunda conexión se refiere a que los agentes sociales, dado que son formados de determinadas maneras se comportan de un modo apropiado, o sea, votan, se casan... La tercera, y esta sería la conexión novedosa, es que estos agentes ejercen un uso activo y colectivo de los recursos naturales, simbólicos e ideológicos recibidos. Con ello consiguen modificar las condiciones estructurales y materiales no elegidas libremente. Willis analiza la transición de un grupo de alumnos marcadamente anti-escuela desde el sistema educativo al sistema productivo. Lo que quiere explicar es por qué estos chavales desean realizar trabajos de clase obrera. Para ello elabora una terminología que capte lo que ocurre en la realidad. Los términos que utiliza son los de penetración y limitación. Por penetración entiende los impulsos dentro de una forma cultural hacia la captación de las condiciones de existencia de sus miembros y su posición dentro del todo social, de un modo no individualista. 51 K. Marx, El 18 Brumario de Luis Bonaparte. Madrid, Akal, 1975. 52 P. Willis, "Producción cultural y teorías de la reproducción", Educación y sociead, 5, 1986. 30 Se trata de la captación de las contradicciones sociales: explotación, alienación, división social, etc. Por limitación entiende aquellos obstáculos, desviaciones y efectos ideológicos que confunden e impiden el desarrollo total y la expresión de estos impulsos. Lo que hace la limitación es restar peligrosidad a las penetraciones, impidiendo o dificultando la transformación social. A partir de estos elementos es posible explicar la entrada libremente aceptada en determinados trabajos en condiciones que no son libremente elegidas (lo que supone retomar la idea de Marx de que los hombres hacen la historia libremente en condiciones que no son libremente elegidas). Hay un momento en la cultura obrera en que la entrega de la fuerza de trabajo representa al mismo tiempo la libertad, la elección y la trascendencia. Si los chicos de la clase obrera en su camino al trabajo no creyeran en la lógica de sus propias acciones, ninguna persona ni acontecimiento exterior podrían convencerles. Las principales penetraciones son las que se refieren a la educación y el empleo. La cultura contraescolar manifiesta un fuerte escepticismo con respecto al valor de las credenciales educativas, y, especialmente, con respecto al sacrificio que supone su obtención; en definitiva un sacrificio no solo de tiempo muerto, sino de una cualidad de la acción: implica aceptar la subordinación. La gratificación inmediata, no es solo inmediata, es un estilo de vida. Por otro lado, no está del todo claro que el sacrificio en la escuela conduzca a mejores empleos. En segundo lugar, la cultura establece una especie de valoración de la calidad del trabajo disponible. La mayor parte del trabajo industrial es un trabajo carente de sentido, alienante, repetitivo, requiere muy poca habilidad y muy poco aprendizaje. Si básicamente todos los trabajos son iguales, si de ellos es prácticamente imposible obtener satisfacción intrínseca alguna, por qué molestarse en soportar tantos años de escuela. Hay una indiferencia casi total con respecto a la clase particular de trabajo a realizar, siempre y cuando cumpla unos requisitos culturales mínimos. La lógica interna del capitalismo consiste en que todas las formas concretas de trabajo están estandarizadas y que todas ellas contienen el potencial para la explotación del trabajo 31 abstracto. Es la expansión del sector servicios y del sector público lo que se convierte en el fundamento de la pretensión de que existe una mayor amplitud de oportunidades para los jóvenes. Sin embargo, contra esta afirmación se puede argumentar que el modelo capitalista industrial es dominante en todos los sectores de empleo. El minuto standard se está convirtiendo en la unidad básica para todos los sistemas de control de tiempo en todos los sectores de empleo, independientemente de la forma de trabajo de que se trate. El surgimiento del capitalismo desde el feudalismo estuvo asociado con el cambio en las nociones del tiempo. La lógica natural de las estaciones cíclicas, las posiciones del sol en el cielo, la hora de comer o la tarea que había que efectuar fueron reemplazados por la lógica del reloj como la base del tiempo. En el capitalismo el tiempo es lineal en lugar de circular. Se tiene que ahorrar y usar. La cultura contraescolar es una derrota limitada de este sentido del tiempo. Por instinto, la cultura contraescolar tiende a limitar la entrega de la fuerza de trabajo (llegar al final del trimestre sin haber escrito una sola palabra,...). El comportamiento en la escuela de estos chicos refuerza la solidaridad de grupo, rechazando radicalmente la competitividad que la escuela alienta. La cultura contraescolar contrapone la lógica individualista a la grupalista. Para el individuo de la clase obrera la movilidad en esta sociedad puede significar algo. Sin embargo, para la clase y el grupo en su conjunto, la movilidad no significa nada. La única movilidad verdadera sería la destrucción de la sociedad de clases. Las principales limitaciones de la cultura contraescolar son las que se refieren al desdén por la actividad intelectual y su marcado sexismo. El rechazo de la escuela es tambiénel rechazo de la actividad mental en general. El individualismo no es derrotado por lo que pueda ser en sí, sino por su participación en la máscara escolar donde el trabajo mental se asocia a la autoridad injustificada y con títulos cuyas promesas son ilusorias. Por lo tanto el individualismo es penetrado a costa de rechazar la actividad intelectual (dirección, concepción), lo que facilita la dominación de clase. 32 La otra gran división que desorienta la penetración cultural es la que se da entre hombres y mujeres. Anteriormente hacíamos referencia al hecho de que los trabajos aceptables por los alumnos anti-escuela han de caer dentro de un cierto universo cultural. Estos chicos rechazan cualquier tipo de trabajo que tenga connotaciones femeninas, o donde no se ejerza la masculinidad en forma de fortaleza física. Esto implica el rechazo absoluto del trabajo de oficina (al que despectivamente llaman pen-pushing -empujar un lápiz-) y todo lo que se asimile a ella. El hecho de que no todos aspiren a las recompensas y satisfacciones del trabajo mental es algo que necesita explicación. El que el capitalismo necesite esta división no explica por qué se satisface esa necesidad. Un miembro de la cultura contraescolar solo puede creer en la feminidad del trabajo de oficina mientras que las esposas, las novias y las madres sean contempladas como personas limitadas, inferiores o incapaces para ciertas cosas. Hasta ahora no se ha prestado atención al impacto de fuerzas externas: al estado o a las ideologías. El sexismo, la división, el racismo tiene lugar más intensamente en la sociedad civil que en el estado. Por supuesto, esto no impide la exportación hacia arriba de factores ideológicos que son utilizados por el estado, ni impide que el estado ayude a reproducirlos. Los dos impactos verticales descendentes de la ideología en la cultura contraescolar son los de la confirmación y la dislocación. Confirman aquellos aspectos útiles para la reproducción social y dislocan aquellos que retienen un grado de penetración crítica. La ideología oficial refuerza el sexismo. El servicio de orientación profesional coincide con la cultura contraescolar a la hora de distribuir empleos en función del género. Sin embargo, los intentos de la escuela por hacer ver que existe una amplia diversidad de trabajos de manera que la gente puede elegir el que mejor satisfaga su vocación son dislocados por la cultura contraescolar. Para los "colegas" (los miembros de la cultura contraescolar en el estudio de Willis) todos los trabajos son básicamente iguales. No es culpa de nadie en concreto que el trabajo 33 sea aburrido y cansino. En consecuencia, la aceptación del trabajo manual no es ningún acto absurdo por parte de los "colegas". La perspectiva culturalista presente en esta obra es pesimista y optimista a la vez. Es pesimista al hacer ver que la creatividad de la cultura conduce a la aceptación de trabajos subordinados, pero es optimista al mostrar que los resultados no son inevitables, no están inscritos de antemano en ninguna estructura. Las teorías estructuralistas de la reproducción presentan la ideología dominante como impenetrable. Los agentes sociales, defiende Willis, no son soportes pasivos de la ideología, sino que son apropiadores activos que reproducen las estructuras existentes a través de la lucha, de la contestación y de una penetración parcial de aquellas estructuras. Las libertades capitalistas son potencialmente libertades reales y el capitalismo hace una apuesta: las libertades pueden ser usadas para la auto-condena. La clase dominante nunca podrá asegurar férreamente que esas libertades no conduzcan al derrocamiento del orden social. El amplio crecimiento de los gastos estatales en bienestar social y en educación, por ejemplo, no responde necesariamente a los intereses del capitalismo. En gran medida ha sido forzado a ello debido a la presión ejercida por grupos competidores, los cuales utilizan sus libertades reales para lograr su propio progreso. 2. INTRODUCCION AL ESTUDIO DE LAS CLASES 2.1. TEORIAS GRADACIONALES Y TEORIAS RELACIONALES DE LAS CLASES Tal y como explicaba Erik Olin Wright53, quien a su vez se apoya en Ossowski, el concepto de clase puede ser comprendido en términos gradacionales o en términos relacionales. Cuando se analiza la clase en términos gradacionales la división de la sociedad en grupos sociales tiene lugar en función del grado en que poseen la característica que constituye el criterio de división, el cual puede ser el nivel de renta, el status, las credenciales educativas, etc. Cuando se habla de clases en términos relacionales las clases sociales constituyen un sistema de dependencia mutua o unilateral, dependencia basada en relaciones causales. 53 E.O. Wright, Class Structure and Income Inequality, Nueva York, Academic Press, 1978. 34 El elemento distintivo del enfoque gradacional es el hecho de que las clases siempre son caracterizadas como entes que están por debajo o por encima de otras clases. Los nombres otorgados a las diferentes clases reflejan esta imagen cuantitativa, espacial: clase alta, media alta, media media, etc. Dentro de la sociología hay fundamentalmente dos versiones de las concepciones gradacionales: una define las gradaciones de clase en términos de renta y la otra lo hace en términos de status social. La primera supone la definición más popular de clase social: la gente pobre constituye la clase baja, la gente con nivel de renta intermedio la clase media, etc. La distribución de la renta coincide con la distribución de las clases sociales. La diferenciación en función del status consiste en jerarquizar a los miembros de una sociedad a partir de la evaluación que los demás hacen con respecto al resto de los individuos. Normalmente esta jerarquización se basa en la ocupación. De este modo, las posiciones más altas en la jerarquía social estarían ocupadas por las profesiones de corte intelectual y las más bajas por las de corte manual. Tal y como señalara Parsons "las clases deberían definirse como un agregado de unidades tales, individuales o colectivas, que en su propia estimación y en la de los demás en la sociedad ocupan posiciones de un status aproximadamente igual"54. En contraste, las concepciones relacionales definen las clases por su relación social estructurada con otras clases. Las clases no se definen simplemente por su relación con otras, sino por su relación social con otras. Las diferencias recaen en elementos de tipo cualitativo. Los nombres otorgados a las clases reflejan las definiciones subyacentes: clase obrera, clase de servicio, clase profesional-directiva, etc. Las clases no son etiquetadas a lo largo de un continuum desde lo más bajo a lo más alto. En su lugar, los nombres son del tipo de clase capitalista, clase obrera, señores, siervos, clase dominante, clase subordinada. Dentro del enfoque relacional, por ejemplo, la clase obrera es definida por su posición cualitativa en el seno de una relación social que define de modo simultáneo a la clase capitalista. De este modo, en la teoría weberiana, los trabajadores son percibidos como vendedores de fuerza de trabajo y los capitalistas como compradores de la misma. La cuestión no radica en que los obreros posean menos que los capitalistas, sino que más bien se trata de que ocupan una posición dentro de una relación social que define tanto al capitalista como al trabajador: la relación social de intercambio en el mercado de trabajo. Nótese la 54 T. Parsons, "Equality and Inequality in Modern Society or Social Stratification Revisited", citado por E.O. Wright, op. cit., p. 6. 35 importancia trascendental del aspecto cualitativo frente al cuantitativo en el anterior
Compartir