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1 Migración, raza e identidad: migración árabe y su impacto en la sociedad cubana Leslie C. Sotomayor Pennsylvania State University Abstracto La existente investigación en la historia de Cuba, se enfoca principalmente en las experiencias de los afrocubanos (antiguos esclavos africanos) traídos al país como consecuencia del Comercio de Esclavos en el Atlántico; y su impacto en la sociedad cubana. Por lo tanto, en términos de migración, existen muy pequeñas investigaciones en la historia de la migración árabe en Cuba; la cual ocurrió durante el período de 1860 a 1940. Este estudio se enfoca en la migración árabe dentro de Cuba, usando documentos históricos y las artes visuales en los contemporáneos artistas cubanos-árabes para analizar su impacto en aspectos socio-económicos, políticos y culturales de la sociedad cubana. Este es un esfuerzo para examinar los efectos de esta migración en las relaciones raciales, su asimilación y formación de identidad dentro de Cuba. Palabras Clave: Cuba, Arte, Migracion, Cultura, Arabe Introducción Investigaciones actuales en la historia de Cuba se han enfocado en las experiencias de los afrocubanos (antiguos esclavos africanos) traídos hacia el país como consecuencia del Comercio atlántico de esclavos y su impacto en la sociedad cubana. Por tanto, en términos de migración, existen pequeñísimas investigaciones en la historia de la migración árabe dentro de Cuba; las cuales ocurrieron entre las décadas de 1860 y 1940. Esta ponencia se enfoca en la migración árabe dentro de Cuba. Utilizando documentos históricos y las artes visuales de artistas cubanos- árabes contemporáneos: debatiré el impacto en el aspecto socioeconómico, político, y cultural de la sociedad cubana. Lissy Sarraf, la artista cubana-árabe, a través de su trabajo, los archivos de la historia y de las anécdotas de sus ancestros del Líbano, así como la documentación. Esto es un 2 intento para examinar los efectos de esta migración en las relaciones de raza, asimilación, y las clases y formación de identidad dentro de Cuba.1 Antecedentes de la migración árabe hacia Cuba: décadas entre 1860 y 1940. A principios de la década de 1860, los árabes comenzaron a emigrar hacia Cuba desde el Líbano, Siria, Palestina, y Egipto; y por los 1900, más de dos mil árabes emigraron a Cuba. Durante el período de 1920 a 1931 el gobierno indicó en reportes del censo más de nueve mil emigrantes árabes de la región del Mediterráneo en Cuba (Menendez-Paredes, 2007). Según Menéndez Paredes, estas migraciones fueron causadas por el decline económico de ese período como consecuencia de la caída del imperio otomano (Menendez-Paredes, 2007). Es importante notar que antes de 1910 la identidad nacional para los emigrantes que entraban a Cuba era clasificada como sirios o turcos en el punto de entrada en Cuba, pero esto cambió a libaneses, sirios y palestinos después de 1910 (Menendez-Paredes, 2007). En 1892, Q. Gallostra servía como Cónsul general otomano en Cuba, y fue el primero en documentar tanto a los emigrantes árabes y turcos que entraron a Cuba durante ese período, con lo cual desarrolló después una necesidad de documentación continua de los emigrantes árabes que entraban (Menendez- Paredes, 2007). Según Alfonso Farnos y Sonia Catasus, la migración árabe ocurrió en tres etapas, la primera ola que ocurrió durante el período 1860-1930; la segunda ola continuó desde 1930-1958 la cual marcó un período de balance de la migración neta y coincidió con la crisis neocolonial cubana (asuntos politcal Cubanos): mientras que la tercera ola ocurrió seguido de los cambios hechos por la Revolución de 1959 (Menendez-Paredes, 2007). Desde el período de 1923-1925 una gran oleada de emigrantes árabes entraron a Cuba, especialmente debido a las endurecidas leyes de Inmigración de Norteamérica. Durante la segunda etapa de la migración en la década de 1940, los números fueron bajos pero crecieron principalmente hacia el principio de la década, porque de la agricultura y de las actividades comerciales de los chiites del sur del Líbano, quienes migraron a Cuba por razones económicas, se sintieron menos privilegiados dentro del independiente Líbano (Menendez- 1 Este documento es el resultado de la investigación de campo realizada por el autor en La Habana en el verano de 2012. 3 Paredes, 2007). La mayor entrada por puerto de los emigrantes fue por Santiago de Cuba, Cienfuegos y La Habana. En 1906, las leyes de inmigración del país remodelaron los puertos que existían para estimar los emigrantes recibidos hacia las zonas donde las labores agrícolas eran necesitadas. Durante el período de las décadas de 1940 y 1950, una tercera ola de emigrantes árabes ocurrió con una mayoría que venían del Oriente Medio. Por tanto, tres tipos de olas de migraciones ocurrieron durante el período entre las décadas de 1860 y 1940, marcando una oleada de emigrantes árabes que vinieron a Cuba. Categorías de los emigrantes árabes Euridice Charon clasificó a los emigrantes que entraron a Cuba durante el periodo de 1902-1936 como árabes, turcos, sirios y egipcios así finalizó una cuantitativa categorización demográfica clasificando la migración del Oriente Medio hacia Cuba (Charon, 1992). No fue hasta el reporte sin publicar del censo de 1931, con el cual se reveló el período del tiempo, cuando los orígenes reales de los emigrantes estuvieron registrados como del Líbano, Palestina, Siria y Arabia (Menendez-Paredes, 2007). Sin embargo, esta clasificación de los orígenes de los emigrantes se convierte problemático cuando inicialmente la mayoría de los emigrantes árabes en Cuba fueron vistos como sirios. Esto fue debido a la geografía de la región antes de ser dividida en estados separados que hoy en día se indican como Líbano, Siria, y los territorios de Egipto y Turquía como consecuencia de la colonización europea. Por lo tanto, ésos nacimientos antes de este tiempo fueron en una región gobernada por Siria. Una complicación adicional del tema es el viaje y la clasificación de los documentos archivados que fueron declarados como del Líbano, Siria, Turquía Asiática, Nazaret, y Asía menor (Menéndez Paredes, 2007: 58). La única excepción fue con los egipcios, donde no había una frontera de identificación para infringir sobre la identidad nacional. Estas clasificaciones son complejas porque hubo varios denominadores problemáticos en orden de determinar las identidades de los emigrantes árabes. Por ejemplo, su ciudadanía, su residencia o identidades étnicas podrían ser todo o una parte usada como medio de identificación. Es más, estas clasificaciones corresponden con la región geográfica del imperio otomano que existió hasta 1918 Amin Maalouf (2004) explica cómo estas identificaciones pueden ser muy complejas. Por 4 ejemplo, el estatus de un emigrante podía ser registrado como: Estado: Turquía; Lenguaje: árabe; Provincia: Siria; País: Monte Líbano (Menendez-Paredes, 2007). Ellos tuvieron una clasificación adicional a través del registro de los apellidos, y de las traducciones de la lengua árabe al español que trajeron errores potenciales en el proceso de traducción. Migración y artes visuales. La definición de emigrante ha existido como un tema complejo y polémico debido a las causas del constante cambio de la migración y de las nuevas experiencias y categorías de los emigrados alrededor del mundo. Por ejemplo, desde la década de 1960, las Naciones Unidas ha definido al emigrante como “alguien viviendo fuera de su país por una año o más.”(Koser, 2007). Por el contrario, Koser rechaza esta definición, argumentando que ese término de emigrante abarca una variedad larga de personas en una multitud de situaciones, haciendo dificultoso encontrar la cantidad de datos que informena uno sobre emigrantes, y que pueda determinar el tiempo de estancia en el extranjero (Koser, 2007). Es más, él hace la pregunta ¿Cuándo el emigrante deja de ser un emigrante? Él argumenta que ese estatus de emigrante termina cuando la persona involucrada decide regresar al hogar o acoge la ciudadanía de otro país. Sin embargo, es evidente que ambas definiciones han avanzado por Koser, y las Naciones Unidas aparecen parroquialmente limitando las identidades variadas que los emigrantes pueden poseer. Por ejemplo, está claro que esa única localización es ofertar un criterio inadecuado como una amplia definición del emigrante, mientras la definición de Koser, basada en la ciudadanía, falla para coger hacia la descripción de impacto sicológico duradero que existe en ese emigrante que regresa a su país original, así como ese que se hace ciudadano en otro país. En muchos maneras, esos migrantes que vuelven a sus países muchas veces son percibidos como traidores, extranjeros o extraños, por lo cual no están incluidos más en la sociedad, pero esos quien se vuelven ciudadanos de otro países continúan sufriendo los efectos sicológicos del anhelo de volver a su país natal igual como discriminación racial y cultural contra los emigrantes en el nuevo país. Por lo tanto, solamente la ciudadanía no puede ser usada como la definición plena del término emigrante—el impacto sicológico debe ser considerado en el debate. Además, las generaciones que vienen después de la familia emigrada en el nuevo país son igualmente 5 afectadas por las conexiones de su ancestral patria, añadiéndole la complicada búsqueda para una definición individual del término. Por lo tanto, la definición de emigrante aparece para abarcar un espectro más amplio que un simple lugar, y la ciudadanía, como la expuesta por Koser y las Naciones Unidas. Además, la globalización ha creado nuevos tipos de emigrantes debido a la creación de comunidades transnacionales o diásporas. Según Koser, la diáspora es históricamente un término general con un significado forzado a sustituir e inhabilitar el regreso de uno a la patria emparejado por tener un anhelo (Koser, 2007). Él yuxtapone esta definición con el concepto de Gabriel Sheffer de “teniendo fuertes ataduras a la patria, intercambiando la vía sentimental y material en un rencor de vivir en otro país anfitrión,” (Koser, 2007). La definición de Sheffer crea una idea más total de las teorías modernas alrededor de la diáspora. Otra capa agregada a estos conceptos de las diásporas es la de la frontera sicológica. Michael Humphrey sugiere esto, por ejemplo, definiendo una identidad árabe que involucra mucho más que un solo hábitat físico de espacio o tierra, pero es más una conversación sicológica entre el pasado y el presente (Humphrey, 2004). Él discute el porqué de las razones potenciales, por ejemplo; los descendientes del Líbano en Australia sienten una conexión y sentido de exilio a su patria, sin haber estado nunca ahí o teniendo necesariamente el deseo de ir (Humphrey, 2004). La fuerte adherencia a las costumbres familiares, las tradiciones y la esencia del herencia cultural ha estado sellado hacia los sitios sicológicos y nostálgicos de la psiquis del individuo ocupando un largo componente de su existencia. Es esta la conexión emocional, a través de la familia y la historia que nos mueve para tener una conexión con las antiguas tierras de nuestros ancestros, todo de esa existencia y su impacto de la migración. Según varios eruditos incluyendo O’Reilly Herrera, Gloria Anzaldua y bell hooks estos espacios sicológicos se expanden a través de múltiples experiencias analizadas a través de compilaciones de anécdotas, testimonies, y las artes visuales y los artistas, de los individuos en los márgenes de las fronteras físicas o sicológicas, o las dos. Todas estas categorías son borrosas y solapadas, las etiquetas del emigrante pueden cambiar en cualquier momento debido a cualquiera de estas razones. Por lo tanto la complejidad de estos términos y categorías son definiciones en capas de las experiencias individuo y la globalización de estas pautas migratorias. También, es evidente que esa no es la única definición universal del término emigrante debido a las complejidades de las condiciones involucradas. La noción, concepto y 6 causas de la migración y la producción del emigrante continúa para evolucionar como lo impuesto por la preocupación social, económica y política de los países y de la comunidad internacional. Este trabajo define al emigrante como “alguien que vive fuera de su país legal o ilegalmente, practicando una cultura y lenguaje minoritario, y afiliado a una comunidad o grupo étnico diferente y minoritario.” La formación de comunidades étnicas minoritarias en el país anfitrión resulta en la creación de una diáspora aparte de la emigración el país de origen o la patria promueve la introducción de nuevas prácticas culturales, música y bailes, cocina, vestimentas y distintas formas de arte en el nuevo país. La comunidad migratoria usa este enclave junto a su sociedad anfitriona como una oportunidad para establecer su propia herencia cultural y su identidad, las cuales también la proveen de una formación cultural capital en su nuevo país. Ellos desean continuar atados a su país de origen y esta remembranza se manifiesta de diferentes maneras, incluyendo el uso del arte. En su libro, Art on My Mind, bell hooks, discute la importancia del arte en la cultura y la sociedad, así como el peso que carga no solo como vehículo de expresión sino también como medio de ofrecer un foco de reflexión y espacio para el dialogo y el activismo (hooks, 1995). Ella enfatiza el punto de que la importancia del arte reside no solo en el acto del arte creativo sino además en la discusión, experimentación y acceso al arte; es una realidad que el arte es necesaria para nuestro bienestar. Ella habla sobre como el arte es mostrado en espacios segregados, no en espacios públicos inclusivos. Esto, según ella, ha sido evidente, por ejemplo, en la cultura Afroamericana, donde el arte africano o el afroamericano no ha sido incorporado en la corriente principal de la sociedad pero es designado su propio enclave junto a un espacio segregado. Además, ella nota que en la historia en EE.UU, el arte africano fue mostrado en las comunidades de segregación negra, pero esto, ella argumenta que no es suficiente para hacer una intervención o un colectivo revolucionado de experiencia artística. Según ella, como seres humanos que somos, reconocemos lo familiar en la vida; y si el arte-las artes visuales no es lo familiar, nos deja insatisfechos. Ella se enfrenta en ese orden para identificarse con el arte, un cambio tiene que suceder que transforme la forma en que vemos y observamos el arte. 7 Bourriaud, explica el proceso de formación de identidad en el contexto del modernismo a través del arte. Él declara que ese concepto fundamental del arte de vanguardia del siglo veinte tiene algo en común de la “pasión por la radicalidad”, siendo la eliminación de todo en el orden de regresar al “primer principio o los principios,” (Bourriaud, 2007). El concepto fundamental de ese arte moderno “elabora una metafísica de la raíz o el deseo de regresar al origen, y comenzar nuevamente y crear un nuevo lenguaje libre de este detrito” es precisamente el punto de comienzo en orden de establecer la conexión del hoy, en el globalizado siglo veintiuno (Bourriaud, 2007). El radical es así incluido en la eliminación, substracción y creación como una pizarra limpia en esta forma más simple; mientras que un radicante, es un sistema de raíces. Esta diferencia es crítica para Borriaud por lo que él se enfrenta a: Y todavía el inmigrante, el exiliado, el turista, y el trotamundos urbano son las figuras dominantes de la cultura contemporánea. Para permaneceren el vocabulario del reino vegetal, se podría decir que el individuo de estos primeros años del siglo XXI se parece a aquellas plantas que no dependen de una sola raíz para su crecimiento, sino avanza en todas las direcciones cualquier superficie presentándose por la conexión de varios ganchos hacia ellos, como la hiedra hace (Bourriaud, 2007). En combinación con la definición de Bourriaud del radicante y también sobre todo la del emigrante, la definición del arte, para así tener que abarcar una ancha estructura sicológica para incluirle no solamente las experiencias de los artistas, sino también de su sicología pasada y presente. En otras palabras, el trabajo de un artista en los tiempos presentes, puede también estar creado en una nueva dimensión de cultura, pasado o presente, porque de estos espacios sicológicos, él/ella puede habitar como un intermediario (a) entre mundos y culturas. Estos guiones o hibridad es una forma de mapeo y expansión más allá de lo que Bourriaud (2009) explica con la geografía y la sicogeografía. Su definición de un radicante como un funcionamiento dentro de la estructuras de las raíces, ajustándose y adaptándose a varias superficies geográficas como un significado de conexión con este ambiente y las fuerzas de desgarramiento en las que se encuentra, confirma la naturaleza de los artistas trabajando dentro de este terreno. Entonces, esto según Bourriaud, implica, “una negociación de identidad” y las “otras” como traducciones son entregadas y recibidas dentro de los espacios geográficos y sicológicos. Es dentro de estos espacios que nace el artista diásporo y son ellos los que establecen los lazos de su herencia de su familia cultural y ascendencia con su trabajo para 8 registrar, recopilar y agregar temas de la memoria y el deseo de conectar con lo que fue y los restos de lo que es. Impacto de la migración árabe y el arte en Cuba El crecimiento de la migración de las comunidades árabes ocurrió en Monte, La Habana donde establecieron centros comunitarios, negocios, tiendas; y se establecieron como comerciantes, joyeros, doctores, y lo hicieron como miembros activos de la sociedad cubana. Esto también creó oportunidades futuras para la segunda generación de árabes-cubanos, permitiéndoles seguridad en el estatus profesional, especialmente en las ciencias, medicina, leyes y política; desde la primera generación de emigrantes fueron comerciantes, lo que les permitió una mejor educación para sus hijos (Menendez-Paredes, 2007). Los mayores campos de estudio de la segunda generación de emigrantes árabes cubanos en la Universidad de la Habana incluyen las leyes, medicina, farmacia y periodismo. La migración árabe hacia Cuba también introdujo nuevos productos en el país lo que trajo como resultado transformaciones en el estilo de vida, gustos y modas de los cubanos. Los emigrantes comenzaron a importar hacia Cuba productos de inspiración árabe incluyendo textiles, fotografías, revistas, música, artes y cocina con la cual vinieron a ser una parte integral de la comunidad y cultura árabe-cubana pero además de toda la sociedad cubana. Con lo expuesto previamente, esta infusión ofrece validez a los ancestros y a la formación de comunidades de minorías étnicas y da como resultado el comienzo a los ancestros emigrados como una forma de nostalgia y de conexión con su país natal. Las comunidades de emigrantes árabes pronto comenzaron a formar grupos basados en la herencia cultural, con La Unión Oriental (1904) y La Sociedad Suriana, fueron los dos primeros grupos en existir en Santiago de Cuba. Durante el período de 1928-1930, otros grupos de árabes también se establecieron en La Habana incluyendo La Unión Libanes Siria de Bejucal, la Sociedad Palestina-Árabe de Cuba y la Sociedad Libanesa de la Habana. Estas sociedades organizaron eventos, publicaron revistas y colaboraron a través de los años, pero cada uno de ellos mantuvo muy específicamente su identidad étnica dentro de la comunidad. Por consiguiente, ahí fue donde se publicaron docenas de revistas y literaturas por estos grupos. Donde más del 70% de las comunidades árabes emigradas eran cristianas y un poco más del 20% 9 continuaban siendo musulmanas. En 1979, la unificación de todas las asociaciones árabes en Cuba fue lograda por la formación de La Unión Árabe. De las entrevistas que he realizado, y con el respeto a las preguntas de raza, la mayoría de los entrevistados, han percibido a los emigrantes árabes como blancos. Además, ellos fueron respetados como grupo, con lo cual tuvieron acceso a una mayor facilidad educacional y de recursos, y el grupo sostuvo altas posiciones en los temas políticos de Cuba. Durante la investigación en el terreno, la autora observó desde su investigación realizada en 2012, la cantidad de la capital cultural de árabes emigrantes se mantenían en la capital como doctores, abogados y hombres de negocios; con lo cual se establecieron en el nivel medio de la clase social y eventualmente hacia un privilegiado estatus social dentro de la sociedad. Los emigrantes árabes comerciaban de acuerdo a la mercancía como la seda, ropa, perfumes, textiles bordados de importación, vajillas de plata; y sirvieron como sastres proveedores de equipos, carpinteros, y dueños de ferreterías y jugueterías (Menendez-Paredes, 2007). Esta jerarquía socioeconómica dentro de la sociedad cubana enfatizó la diferencia histórica en la percepción acordada a los árabes-cubanos como los opuestos a los afrocubanos traídos al país como esclavos. Esta distinción es importante en la interpretación de la disertación de las relaciones de raza y étnicas en Cuba. El impacto cultural de los descendientes de los emigrantes árabes en la sociedad cubana es evidente en varias áreas incluyendo el arte, la poesía, la música y la actuación. Entre las prominentes figuras, se incluyen iconos culturales tales como Fayad Jámis, escultor, pintor y poeta; Nola Sahig, cantante; Kemal Kairuz, pianista; Raúl Camayd y Baz Tabrane (Taicuba Trio), compositores; así como actores de la televisión donde se incluye a Luis Felipe Bagos, Paula Ali, Félix and Omar Ali, Yamil Jaled e Ibrahim Apud. Estos personajes son célebres en la cultura y sociedad cubana, ellos ofrecen el significado al término Cuband, o en la inserción de las naciones que componen la cultura cubana a través de diversos géneros de las formas de arte, incluyendo las artes visuales (Herrera, 2001). Las artes visuales cubanas han sido influenciadas por severas fuerzas externas, las cuales han ayudado a modelar a ambos los procesos y la producción de arte en el país. Estas fuerzas han incluido movimientos de vanguardia europea, surrealismo y socio-realismo. Las influencias adicionales tienen incluida la herencia cultural de los emigrantes afrocubanos, cubanos exiliados y de los imperialistas. Las artes visuales comprenden pintura, escultura, fotografía, multimedia, 10 dibujo, instalaciones, y el montaje de collage de estas representaciones artísticas. Las formas de las artes visuales cubanas-árabes han tenido históricamente una invisibilidad dentro de la sociedad cubana, aunque esta situación ha sido cambiada en los tiempos más recientes. El impacto cultural cubano-árabe se ve a través de la observancia religiosa, del arte individual y colectivo, y en el sector educativo donde las reformas demandan la introducción de la influencia islámica y árabe en la cultura cubana. Artistas contemporáneos cubanos dibujaron en sus conceptos pluralistas de identidad a un puente e ilustraron las dimensiones transformativas del arte y la historia. En particular, ambas, el arte y la historia deben ser construidas desde las anécdotas experimentadas; lo cual incluye la interpretación del artista en su experiencia personal como parcial y perenne (hooks, 1995). Dentro de un contexto global, los artistas contemporáneostrabajan con una complejidad de espacios como las estructuras en capas representadas en el proceso de traducción. Por ejemplo, los espacios consisten de interacciones entre los dominios mentales y físicos. Algunos artistas han explorado espacios como los organizados por la identidad, hibridad, religión, y sicología compuesta por la autoetnografía (Smith-Shank and Keifer-Boyd, 2007). Cuando los artistas usan sus historias personales en sus trabajos, su testimonio es revelado. La intención del artista es por la observación de reconocer las experiencias personales del artista como una narración. A pesar de los sinnúmeros de obstáculos a los que se enfrentan los artistas cubanos en La Habana, ellos tienen exhibiciones exitosamente organizadas, conferencias, conjuntos de bailes, y eventos culturales en la comunidad y en el sector nacional (Gonzalez, 2003). Los artistas cubanos, Jorge Elías Gil y Francisco Fernández; y la artista cubana-árabe, Lissy Sarraf representan una parte de la sociedad cubana que es marginalizada. Los artistas cubanos y cubanos-árabes comparten un denominador común: ellos tienen una única conexión con Cuba: Cuband (Herrera, 2004). El mundo postmodernista ha involucrado una cultura de cambios constantes y de transformación, más allá de lo físico; esto también abarca espacios sicológicos de intercambio (Humphrey, 2004). Además, la cultura visual de la migración de estos artistas produce una constancia fluida y una menor definición lineal. Esta cultura es cercanamente parecida a un radicante, con un significado de un origen no singular porque el artista está simultáneamente cambiando y negociando Bourriaud, 2009). Por lo tanto, esta identidad fluida esta entrelazada con el concepto que esa “geografía es siempre también sicogeografía”: una conexión que se expande detrás de las fronteras geográficas (Bourriaud, 2009). 11 Lissy Sarraf: artista visual cubana-árabe. Lissy Sarraf, una descendiente libanesa, y miembro de La Unión Árabe, trabaja con varios medios, principalmente en la pintura y caligrafía. Su trabajo artístico de inspiración árabe es uno de las pocas representaciones en la cultura cubana, mas ella marca su vida a través de su trabajo artístico sin la inspiración árabe. Por lo tanto, uno puede concluir que inclusive esa ideología dentro de la cultura cubana es limitada y segregada. Sarraf es una instructora en el prestigioso Instituto Superior de Arte (ISA) en La Habana, y mantiene una maestría en Educación. Su tesis se titula: “Educando a través del Arte. Lo Árabe e Islámico en la Cultura Cubana”, este trabajo está hecho en capas con sus historias personales, arte de estudio, y la sugerencia de reformar el plan de estudios en la educación superior. El trabajo de Sarraf, ambos, el académico y el artístico es considerado un testimonio a través de la autoetnigrafía, esto no es cuantitativo o científico, esto no es lineal (hooks, 1995). Esto es una expresión de creatividad, algo vivido y sentido, mezclado con anécdotas orales de los miembros de la familia, como una forma de biomitografía (Lorde, 1998). El trabajo de Sarraf abarca imágenes que son altamente intrincadas en dibujos y diseños usando caligrafía árabe como su estructura. La complejidad de sus pinturas y dibujos atraen al espectador a un estado de reflexión. Su color de paletas en general es saturado con ricos tonos de rojos, azul y dorado, resonando las paletas de color que a menudo se encontraban en las culturas del Oriente Medio. Los textiles y lo geométrico ella lo usa durante su trabajo, que es similar a los mosaicos islámicos y estampados presentes en el arte islámico. El espíritu narrativo de su trabajo está intrínseco a la cultura islámica como una anécdota narrada (Burckhardt, 2009). Su trabajo fluido, suave y de líneas interminables, sobre un sentido de movimiento, mientras ella se entrelaza con imágenes y escritura árabe a lo largo del espacio, creando un empuje y gancho de luz y oscuridad. La serie de Sarraf, AL Kalimat está compuesta por siete pinturas, una de estas pinturas, discutidas abajo, es la Sin título (ver imagen número uno), es una pintura de aceite sobre lienzo con dimensiones de 60 x 80 cm. Su trabajo es espeso en caligrafía árabe y guiones o frases tomadas del Corán, en lo que ambos eluden los valores religiosos o una manera de vivir. En la pintura Sin título de la serie AL Kalimat, el roce horizontal del azul claro se traza con un espacio 12 de blanco que ofrece un fondo a la larga forma de caligrafía que logra una forma de barco, portando formas pequeñas de caligrafías que se ven soteniendo el remo del barco, y moviéndose a través del mar. La tonalidad del color azul elude agua y fluidez, como si el barco estuviese transportándose en un puente del océano. El Beduino, un restaurante de inspiración árabe donde el propietario es Odalys Ruiz, e incluye comida, decoración, música y bailes de inspiración árabe. La Unión Árabe tiene en si una librería, además brinda semanalmente los sábados conferencias cubanas-árabes, clases de inspiración árabe y eventos como: el simposio Fayad Jamis, y el evento de Literatura Bianual. La Casa Árabe, donde Rigoberto Menéndez es el director; está bajo un proyecto de renovación y alberga una librería de archivos, exhibiciones de arte, un aula con espacio suficiente para conferencias y eventos. Conclusión En conclusión, es evidente desde la investigación que la migración árabe desde las décadas de 1860-1940, tiene un gran impacto en la sociedad cubana en los términos de cultura, artes visuales, política, y economía: transformando la vida de los cubanos. Además, ha sido incluido al mosaico cultural de la sociedad cubana. La sociedad cubana reconoce todas las culturas, por eso es fuertemente sugerido que Lissy Sarraf y tales artistas deberían ser apoyados en sus esfuerzos para añadir nuevas dimensiones artísticas de la cultura cubana. Conclusiones Las siguientes conclusiones fueron realizadas desde la investigación en el terreno del autor en La Habana, del análisis de las artes visuales y de artículos de revistas: 1. No existe en la actualidad una definición universal del emigrante. 2. Los emigrantes establecen comunidades minoritarias en las sociedades anfitrionas para sus propósitos de preservación de su cultura y su gente. 3. Los emigrantes usan varios métodos para preservar sus culturas incluyendo música, poesía, danza, idioma y artes visuales. 13 4. Los cubanos-árabes han impactado en la sociedad cubana en el área social, cultural, política, económica, en las artes visuales y relaciones de raza. 5. Los artistas visuales cubanos-árabes introdujeron una nueva dimensión de las artes visuales dentro de la sociedad cubana. Recomendaciones Las fronteras sicológicas y lazos emocionales hacia la cultura y la patria son una parte significativa del emigrante y el proceso de migración. Por lo tanto, la inclusión de estas perspectivas que varían y su impacto en el país anfitrión es necesaria para el desarrollo de una diversidad cultural. 1. La definición de emigrante necesita ser racionalizada para incluir todas las categorías de los emigrantes alrededor del globo de hoy en día. 2. Las culturas de los emigrantes necesitan ser reconocidas e incluidas en la cultura anfitriona para permitirles sentirse partes de su nueva sociedad. 3. El gobierno cubano necesita fomentar a los artistas visuales árabes-cubanos en sus esfuerzos para unirse a la diversidad cultural de Cuba. Implicaciones para futuros estudios Se hace necesaria una futura investigación de la migración árabe y su impacto en la sociedad y cultura cubana, específicamente con las intersecciones de clases, raza y género en las artes visuales. 1. La mujer y las artes visuales dentro de la comunidad cubana-árabe. 2. La migración árabe haciaSantiago de Cuba y la racialidad de esta población en comparación con los árabes que se asentaron en La Habana. 3. La huella árabe-islámica dentro de la sociedad cubana y las artes visuales. 14 Referencias Anzaldua, Gloria. 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