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- piratorios (diafragma + intercostales) se multiplica apro- :ñmadamente por 5-7. La consecuencia de la mayor fuerza desarrollada por los úsculos respiratorios es un mayor trabajo, necesario para cer las resistencias mecánicas (sistema tórax-pulmón y respiratorias). Obviamente, el mayor trabajo respira- ·o requiere un mayor flujo sanguíneo a los músculos de respiración y podría constituir un factor limitante de la z:alización del ejercicio. Se originaría una «competición» el flujo sanguíneo entre la musculatura respiratoria y la movimiento. El gasto energético que supone este porcentaje de flujo de del consumo de oxígeno por la musculatura res- aria. Entre 60 y 11 O L/ min, el consumo de oxígeno - 2) de la musculatura respiratoria se mantiene relativa- re constante, alrededor de 1,5 a 2 mL de V02/Limin. embrago, para ventilaciones superiores a 110 Llmin, el _de la musculatura respiratoria aumenta de forma des- rcionada, de manera que con ligeros incrementos de U min se alcanzan 3,0 mL de V02/Limin. Esto signifi- , e con ventilaciones elevadas, el vo2 de la musculatura - toria puede alcanzar la sorprendente cifra del10% del _rotal, si bien se ha estimado que incluso podría alean- hasta el 16%. Incluso el gasto energético puede ser aún - r, si del vo2 total se descuenta el correspondiente a la atura de los miembros inferiores, que es muy elevado del vo2 total). emás de este aumento del gasto energético, al igual musculatura del movimiento, los músculos de la res- -' n pueden fatigarse, contribuyendo al abandono del • ·o. La sensación de fatiga respiratoria y su relación fatiga del organismo en su conjunto es un aspecto Íllll':lrl.n::tnte en la cuantificación de la mecánica respiratoria ••ll:;;[;ne el ejercicio. • aspecto fundamental es que el ajuste de la ventilación con arreglo a la demanda energética de la mus- • =z:riCI. que interviene en el movimiento, de forma que se una interacción entre ambas. Así, la relación entre a ;.:oJLIOL<UJJL<..a respiratoria y la del movimiento es determinan- la aportación de oxígeno y la eliminación de dióxido no, y su coordinación tiene ineludiblemente que ser ~2112d.a a las necesidades tanto de los músculos respirato- mo de los que intervienen en el movimiento. La inte- • entre los músculos de la locomoción y los músculos -.¡¡M:nc>ri<)S se relaciona con: a) la condición física (mayor • llll:!'lna,ción en atletas que en sedentarios); b) intensidad (a intensidad, mayor acoplamiento) , y e) tipo de ejerci- yor en los ejercicios rítmicos). cuestión relevante es conocer si el ajuste es ilimita- decir, ¿se puede producir en algún momento una al- de la coordinación locomoción/respiración? Es una práctica de toda aquella persona que ha practicado • ri:lfad física de forma intensa que, cuando la intensidad elevada, nota una << descompensación» absoluta o entre la respiración y la locomoción. Se desconoce Mecánica respiratoria • Para una mayor información, las figuras correspondientes a la integrada). cómo se produce y qué factores pueden ocasionar la descom- pensación relativa de los parámetros respiratorios respecto a los del movimiento. Lo que sí es evidente es que se produce una alteración de la forma de respirar, que se experimenta como <<urgencia respiratoria». Esta necesidad de aire se rela- ciona directamente con la fatiga. ¿Cómo contribuye la fatiga de la musculatura respirato- ria a detener el ejercicio? Aunque ello es discutido, la fatiga de la musculatura respiratoria no tiene efectos significativos sobre la respuesta ventilatoria. Sin embargo, puede ser su- ficiente para modificar el modelo respiratorio, alterando el reclutamiento normal de las unidades motoras (Ia-Ila-Ilb), aunque es muy discutido el reclutamiento de unidades Ilb, porque su proporción es muy pequeña. La percepción que el individuo experimenta en situación de fatiga respiratoria ha sido valorada en seres humanos por diversos métodos sub- jetivos (escalas de percepción: Borg y analógica visual). En función de los valores obtenidos en las escalas y del control de determinadas variables respiratorias (p. ej., concentración de metabolitos), el individuo percibe: • Los movimientos respiratorios, .en cuanto a amplitud y frecuencia. • La << urgencia de respirar». • La sensación de hiperventilación asociada a la fatiga y, por lo tanto, como factor limitante del ejercicio. • Adaptación del aparato respiratorio al entrenamiento Como se ha indicado antes, la adaptación del aparato respiratorio puede ser dividida en: a) cambios producidos en la estructura del tejido y b) cambios ocasionados en el tórax (parrilla costal + musculatura respiratoria). A consecuencia del entrenamiento, la relación ventila- ción/intensidad se desplazaría hacia la derecha, de manera que, a la misma intensidad, el aparato respiratorio moviliz~ un volumen de aire menor. Esto significaría que el apara- to respiratorio se ha vuelto más eficiente. No obstante, este procedimiento indirecto no determina dónde se ha produci- do la modificación: en la estructura del pulmón, en el tórax o en ambos. La mayor parte de los estudios se han centrado en los fenómenos que se pueden producir en la musculatura respiratoria, que determinarían una mecánica ventilatoria más eficaz durante el ejercicio (v. Control ventilatorio du- rante el ejercicio, cap. 8). En efecto, como cabría esperar, los músculos respirato- rios no son una excepción al efecto del entrenamiento, de manera que modifican tanto sus características morfológicas (densidad capilar, enzimas, etc.) como funcionales (veloci- dad de acortamiento) , como se ha demostrado tanto en ani- males de experimentación como en seres humanos.
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