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• SISTEMA RESPIRATORIO Finalmente, en este capítulo se estudiará qué sucede con el intercambio de gases cuando se produce un incremento de la demanda de energía, como sucede en el ejercicio. Aparen- temente, y a priori, cabe pensar que los parámetros determi- nantes del intercambio gaseoso, V A y Q, se ajusten a las ne- cesidades de forma proporcional y cuantitativamente igual, con el objeto de mantener una adecuada relación V A/Q. En otras palabras, si el numerador se multiplica por un factor de 5, por ejemplo, el denominador debe quedar igualmente multiplicado por idéntico número. De otra forma, se incurri- ría en un desequilibrio, que de sostenerse haría incompatible la realización del ejercicio. ¿Cómo se produce el aumento de transporte de los gases durante el ejercicio? A priori, cabría pensar que la hemoglobina transporta más cantidad de oxíge- no durante el ejercicio, permitiendo a los tejidos aumentar su consumo. Sin embargo, ya en reposo la hemoglobina eritro- citaria se encuentra completamente saturada. Ello determina inexcusablemente que el organismo sólo disponga de una al- ternativa, disminuir el contenido de oxígeno que devuelve a la atmósfera. Así, si ingresa la misma cantidad y desciende el oxígeno eliminado, ello significará que ha incrementado el consumo. Al mismo tiempo, la mayor producción de dióxido de carbono necesariamente establece un ajuste de su trans- porte. En efecto, así sucede en un intervalo de intensidad: el transporte de dióxido de carbono se encuentra nivelado con el del oxígeno. Únicamente cuando se alcanza una determi- nada intensidad, el pulmón <<acelera» la eliminación de este gas en un intento de compensar el estado ácido-básico en que se encuentra el organismo. DINÁMICA DE LA CIRCULACIÓN PULMONAR • Hemodinámica: gasto pulmonar y presiones intravasculares La distribución de la circulación pulmonar es exactamente igual que la de cualquier otro territorio del organismo y, por lo tanto, es la siguiente: arterias-arteriolas-capilares-vénulas y venas. Los valores de presión tan bajos con respecto a los de la circulación sistémica (cap. 1) determinan que las arteriolas pulmonares sean más pequeñas y con un grosor de la pared menor. Los capilares se constituyen en una red alrededor del alvéolo, lo que posibilita reducir la resistencia al flujo y que se efectúe el intercambio en condiciones óptimas. Como se expuso en la fisiología cardiovascular (cap. 1) , la necesidad de que los flujos sistémico y pulmonar sean iguales precisa que la resistencia sea menor; aproximada- mente, la resistencia pulmonar es la décima parte de la sisté- mica. Sin embargo, como se verá a continuación, este valor es relativo, pues la relación entre la presión y el flujo no es lineal: RP = MIQ, (siendo Rp la resistencia pulmonar; t:.,P, la diferencia de presión entre el comienzo y el final del sistema, y Qy, el flujo de salida por la arteria pulmonar). Con vo- lúmenes normales, la resistencia vascular prácticamente no varía; a partir de cierto valor de volumen corriente, aumenta considerablemente. Las arteriolas y arterias musculares son las responsables de la resistencia al flujo , y su grado de con- tracción depende del tono de la musculatura lisa, que aumentar con la acidosis, la hipoxia, la hipercapnia y las monas vasoactivas (v. a continuación) . • Distribución del gasto pulmonar La acción de la gravedad y la propia anatomía del árbol cular influyen de forma muy importante en la distribución flujo pulmonar. Se ha comprobado cómo la presión · cular en las zonas basales del pulmón, es decir, las próximas diafragma, es más elevada que la correspondiente a los esto es, las zonas situadas a la altura de las clavículas. En ción bípeda, se han descrito las siguientes tres zonas (Fig. Zona 1 (apical). La presión alveolar es superior tanto a presión de las arteriolas como a la presión en las vénulas. consecuencia es que los vasos se encuentran "'Lu"·'v'""'·'"'-' ... cerrados». Es decir, el flujo de sangre está muy próximo a Zona 11 (central). Por debajo de la zona apical, la presión la arteria pulmonar es superior a la presión alveolar y ésta su vez, a la presión venosa. En esta zona, por lo tanto, el depende de la diferencia de presiones entre arteria y y es independiente de la presión venosa. El resultado es el flujo de sangre es mayor en la zona I. Zona 111 (basal). La presión tanto en las arteriolas como las vénulas es superior a la presión alveolar. El resultado que el flujo de sangre en esta zona es el más elevado, do a que los vasos se encuentran distendidos por la hidrostática. / INTERCAMBIO GASEOSO EN EL PULMÓN • Difusión El proceso por el que se produce el intercambio de gases a través de la barrera alveolocapilar se realiza por fusión pasiva a favor de un gradiente de presión. A pesar Zona 1 Flujo de sangre- Figura 7-1 . Efectos de la gravedad sobre la distribución del flujo neo. La gravedad determina que el flujo en los vértices (zona 1) sea orá•ctic• mente nulo y vaya aumentando según se desciende hacia los vértices 11 y 111). Los valores de presión en el alvéolo (PA), sangre arterial (P.) y venosa (P) en las tres zonas permiten explicar las variaciones de flujo.
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