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• lÍQUIDOS CORPORALES Y FUNCIÓN RENAL brio «continúa» en el organismo completo a través de potentes mecanismos que le permiten efectuar las correcciones oportu- nas de forma altamente eficaz a pesar de condiciones externas adversas. El balance hidroelectrolítico se establece en función de un principio de sentido común: ingresos = pérdidas. • La membrana plasmática en la homeostasis Las células se encuentran continuamente sometidas a va- riaciones de su entorno más próximo, el líquido intersticial, que a su vez depende del plasma. Estas variaciones pueden ser cuantitativas y/o cualitativas. En cualquiera de los casos, antes de que los sistemas correctores entren en funciona- miento, las propias células, gracias a las propiedades de las membranas plasmáticas, son capaces de preservar la compo- sición y la cantidad de líquido. Básicamente se producen dos situaciones: deshidratación o hiperhidratación. Estados de hiperhidratación El volumen de líquido puede aumentar de tres formas -isos- mótica, hiperosmótica e hiposmótica-, según que el líquido añadido tenga una concentración osmolar igual, mayor o menor a la del plasma. En la hiperhidratación isosmótica hay un incre- mento del volumen del compartimento extracelular, sin cam- bios en la · osmolaridad tanto del espacio intersticial como del intracelular. En la hiperhidratación hiperosmótica se produce inicialmente una retención de agua seguida de una acumulación de ClNa con relación al agua. El incremento de la osmolaridad del plasma desencadena un desplazamiento del agua desde el compartimento intracelular al intersticial. Finalmente, el com- partimento extracelular se expande y el intracelular se contrae y la osmolaridad de ambos aumenta. Por último, en la hiperhidra- tación hiposmótica, al comienw el incremento de agua en plas- ma provoca un descenso de la osmolaridad, un desplazamiento de agua en el espacio intersticial y un descenso de la osmolaridad del líquido intersticial. El descenso de esta última causa que el agua se desplace desde el compartimento extracelular al intrace- lular. Finalmente, los volúmenes de los compartimentos aumen- tan y la osmolaridad de ambos disminuye. Estados de deshidratación De la misma manera que en los estados de sobrehidrata- ción, el descenso de líquido puede ser isosmótico, hiperos- mótico o hiposmótico. En la deshidratación isosmótica se produce pérdida de líquido del plasma, que se impide por el paso de líquido desde el compartimento intersticial. Como no hay cambios de osmolaridad, no se producirán despla- zamientos de fluido desde el compartimento intracelular o hacia éste. Por lo tanto, en un estadio final se producirá um reducción del volumen extracelular sin cambios de la osm~ laridad. En la deshidratación hiperosmótica, la pérdida dr líquido del plasma es hiperosmótica, causando un despla- zamiento de líquido desde el intersticio hacia el plasma. aumento de la osmolaridad del líquido intersticial provoa. que el fluido se desplace desde el compartimento intracelu- lar al extracelular. El resultado final es un incremento de osmolaridad de ambos compartimentos con descenso de volúmenes respectivos. En la deshidratación hiposmótica, pérdida de ClNa provoca una disminución de agua, segui de una retención de agua pero con una pérdida continua ClNa. El efecto neto de pérdida de ClNa respecto al agua determina un descenso de la osmolaridad del líquido extra- celular y el consiguiente desplazamiento de fluido desde espacio extracelular al intracelular. La situación final es UID disminución del volumen del líquido extracelular, un incre- mento del volumen intracelular y un descenso de la osmola- ridad de ambos compartimentos. La tabla 9-3 muestra los cambios finales de volumen osmolaridad de los compartimentos, cuando se produce cambio en el compartimento extracelular. • Tejidos y órganos en la homeostasis Si las situaciones descritas antes se perpetuaran en tiempo, llegaría un momento que la vida celular se ve • seriamente afectada. Aunque la «producción» de agua origen celular es considerable a través del metabolismo oxi- dativo de las biomoléculas, es absolutamente insuficiente. Esto implica ineludiblemente la necesidad de suministrar el organismo la cantidad de agua de origen no celular. u figura 9-3 muestra, a modo de balanza, el-equilibrio hídri entre el aporte y la eliminación. Efectuando un análisis muy simple, puede deducirse importancia del riñón en el mantenimiento cuantitativo _ cualitativo de los líquidos corporales. No es casualidad q el riñón sea el órgano diana de hormonas que intervien en el control de la homeostasis, como la antidiurética y aldosterona. Por otra parte, la piel cumple una función de- ~lfi mentos cuando se produ,,c~ , Extracelular lntra~lular Extracelular Hiperhidratación lsosmótica Sin cambios Aumenta Sin cambios Sin cambios Hiperosmótica Disminuye Aumenta Aumenta Aumenta Hiposmótica Aumenta Aumenta Disminuye Disminuye Deshidratación lsosmótica Sin cambios Disminuye Sin cambios Sin cambios Hiperosmótica Disminuye Disminuye Aumenta Aumenta Hiposmótica Aumenta Disminuye Disminuye Disminuye
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