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Cuidados	para	una	planta	carnivora	venus	atrapamoscas
Descargar	el	PDF	Descargar	el	PDF	La	venus	atrapamoscas	es	una	planta	inusual	nativa	de	los	Estados	Unidos,	que	crece	en	un	hábitat	donde	la	mayoría	de	las	demás	plantas	perecerían	rápidamente.	Estas	intrigantes	plantas	carnívoras,	cuyas	hojas	se	“cierran”	para	atrapar	a	los	insectos,	ha	adquirido	gran	popularidad.	Ya	sea	que	la	tengas	en	un
alféizar	o	en	el	patio	trasero,	con	un	poco	de	investigación,	así	como	amor	y	cuidado,	podrás	cultivar	tu	propia	versión	de	estas	hermosas	y	extrañas	plantas.	1	Investiga	un	poco	sobre	las	venus	atrapamoscas	antes	de	comprar	una.	Estas	plantas	carnívoras	constan	de	dos	partes:	un	tallo	o	“cuerpo”	que	les	permite	realizar	la	fotosíntesis	como
cualquier	otra	planta,	y	la	lámina	u	hoja	en	forma	de	cuchilla	con	la	que	atrapan	a	sus	presas.	La	hoja	con	forma	de	cuchilla	viene	a	ser	la	“cabeza”	con	la	que	todos	identifican	a	esta	planta,	pues	luce	como	una	concha	de	almeja	verde	con	algunos	“dientes”	largos.	En	realidad,	dichos	“dientes”	son	unos	vellos	que	le	indican	a	la	planta	que	hay	un
insecto	sabroso	en	los	alrededores.[1]	2	Adquiere	la	venus	atrapamoscas	en	un	distribuidor	certificado.	Estas	plantas	se	alimentan	de	proteínas	y	son	tan	comunes	que	podrías	encontrarlas	en	los	supermercados	o	los	viveros,	pero	si	deseas	tener	una	de	mayor	edad	o	que	sea	más	resistente	a	las	enfermedades,	acude	donde	un	vivero	de	confianza.
También	existen	sitios	web	en	línea	especializados	en	plantas	carnívoras.	Si	bien	no	podrás	escoger	una	planta	específica	que	quieras,	podrán	enviarte	una	venus	atrapamoscas	además	de	brindarte	toda	la	información	acerca	de	su	cuidado.	3	Nunca	coseches	una	venus	atrapamoscas	de	un	entorno	natural.	
Existe	una	especie	en	peligro	de	extinción	y	que	está	protegida	por	la	ley.	Por	consiguiente,	si	extraes	una	de	ellas,	podrías	recibir	una	multa	o	incluso	una	condena	en	la	cárcel.	Anuncio	1	Consigue	una	maceta	profunda	para	que	las	raíces	puedan	fijarse.	Las	venus	atrapamoscas	tienen	raíces	relativamente	largas,	por	lo	que	es	mejor	plantarlas	en
macetas	lo	suficientemente	profundas.	Por	lo	general,	una	maceta	que	tengan	entre	10	y	13	cm	(4	y	5	pulgadas)	de	profundidad	debe	ser	suficiente.	
Opta	por	una	maceta	aislada.	
Las	raíces	de	la	venus	atrapamoscas	son	sensibles	a	los	cambios	de	temperatura,	de	modo	que	lo	mejor	es	usar	una	maceta	aislada.	Si	bien	las	macetas	de	plástico	pueden	ser	de	utilidad,	definitivamente	considera	la	posibilidad	de	buscar	una	que	sea	aislada	en	el	vivero	de	tu	localidad.	Elige	una	maceta	que	filtre	y	absorba	las	sales	y	nutrientes	que
puedan	dañar	a	la	venus	atrapamoscas.	Una	maceta	de	terracota	sin	recubrimiento	esmaltado	es	un	recipiente	poroso	que	permite	que	las	raíces	reciban	oxígeno	a	través	del	suelo	y	actúa	como	un	filtro	de	sedimento	para	el	agua.	No	obstante,	las	venus	atrapamoscas	no	son	tan	exigentes	en	lo	concerniente	a	las	macetas.	Puedes	utilizar	una	maceta
de	terracota	profunda	con	un	agujero	en	la	base,	o	una	cubeta	con	varios	agujeros	en	la	parte	inferior	para	permitir	el	drenado.	2	Adecúa	las	propiedades	del	suelo	según	las	necesidades	naturales	de	tu	planta.	Mezcla	partes	iguales	de	musgo	de	turba	y	perlita.	Nunca	utilices	arena	de	playa,	pues	contiene	sales	nutritivas.	
Por	su	parte,	la	perlita	es	una	forma	de	obsidiana	hidratada	que	se	asemeja	a	trozos	pequeños	de	arena	blanca	y	además	ayuda	a	que	las	plantas	en	maceta	retengan	la	humedad.[2]	Al	ser	nativas	de	los	pantanos	y	ciénagas	de	Carolina	del	Norte	y	Carolina	del	Sur,	las	venus	atrapamoscas	prefieren	los	suelos	muy	húmedos	y	con	bajo	contenido	de
ácido.	El	pH	ideal	para	una	venus	atrapamoscas	es	en	el	rango	ácido	de	4,9	a	5,3	(la	mayoría	de	las	típicas	plantas	y	verduras	prefieren	un	rango	neutral	de	5,8	a	7,2).	Otra	combinación	que	emplean	algunos	cultivadores	de	venus	atrapamoscas	consta	de	cinco	partes	de	musgo	de	turba,	tres	partes	de	arena	de	sílice	y	dos	partes	de	perlita.	La	arena	de
sílice	promueve	la	aireación	y	se	sabe	que	ayuda	a	las	plantas	a	desarrollar	una	resistencia	a	las	temperaturas	más	cálidas	y	a	las	plagas,	mientras	que	la	arena	de	sílice	(o	cuarzo)	y	la	perlita	no	liberan	una	cantidad	excesiva	de	nutrientes	y	minerales	en	el	suelo,	lo	cual	es	bueno	para	las	plantas	carnívoras.	No	utilices	tierra	convencional	o	una
orgánica	para	maceta,	pues	matará	a	la	planta	al	quemar	sus	raíces.	También	evita	fertilizar	a	la	venus	atrapamoscas,	pues	también	quemarás	sus	raíces	y	la	matarás.	No	utilices	ningún	tipo	de	suelo	enriquecido,	pues	contiene	fertilizante	y	una	alta	concentración	de	compost	orgánico.	3	Permite	que	el	aire	fresco	entre	y	salga	continuamente.
Probablemente	consideres	mantener	a	la	venus	atrapamoscas	en	el	interior	del	terrario	con	la	finalidad	de	aumentar	la	humedad	relativa	del	aire,	pero	mantén	un	abierto	un	conducto	de	ventilación	para	permitir	que	emplee	sus	habilidades	y	atraiga	a	los	insectos	hacia	la	cena.	Los	insectos	saludables,	vivos	y	libres	de	enfermedades	serán	el	mejor
alimento	para	tu	planta.	Anuncio	1	Coloca	a	la	venus	atrapamoscas	en	un	lugar	donde	reciba	una	gran	cantidad	de	luz	solar	directa.	Durante	el	periodo	de	crecimiento,	es	necesario	que	reciba	unas	doce	horas	de	luz	con	la	finalidad	de	que	pueda	realizar	la	fotosíntesis	apropiadamente	y	producir	flores.	Ten	en	cuenta	que	al	menos	cuatro	de	esas	doce
horas	deben	ser	de	luz	solar	directa.	Ten	en	cuenta	que	mientras	más	luz	solar	directa	reciba	la	planta,	más	saludable	estará.[3]	La	mayoría	de	los	cultivares	de	venus	atrapamoscas	mostrarán	una	pigmentación	rojiza	cuando	están	saludables	y	felices	con	el	lugar	en	el	que	se	encuentran.	2	Elige	una	sección	bien	iluminada	de	tu	casa	que	esté	alejada
de	las	corrientes	de	aire.	Además	de	una	gran	cantidad	de	luz,	la	venus	atrapamoscas	también	necesitará	mucha	humedad	y	protección	de	las	brizas	o	corrientes	de	aire.	Por	lo	tanto,	generalmente	es	recomendable	que	la	mantengas	en	un	entorno	cerrado	donde	haya	luz	solar,	pero	sin	presencia	de	corrientes	de	aire.	Determina	las	zonas	con
presencia	de	luz	solar	durante	la	mañana	y	la	tarde.	Si	piensas	mantener	a	la	venus	atrapamoscas	en	un	entorno	cerrado,	deberás	colocarla	en	una	ventana	que	dé	hacia	el	este,	oeste	o	sur.	Recuerda	que	esta	planta	debe	recibir	luz	solar	directa	por	al	menos	cuatro	horas	diarias.	También	puedes	cultivar	la	planta	en	un	terrario	abierto	con	luz
fluorescente	cerca.	Mientras	más	cerca	de	la	planta	esté	la	luz,	más	saludable	estará.	3	Considera	la	posibilidad	de	cultivar	la	planta	en	exteriores.	También	puedes	cultivarla	en	un	jardín	cenagal).	Solo	asegúrate	de	ponerla	en	un	lugar	donde	reciba	luz	solar	directa	y	cuyo	suelo	no	sea	rico	en	nutrientes.	
También	puedes	protegerla	de	los	vientos	fuertes	al	colocarla	cerca	de	otras	estructuras	o	de	plantas	resistentes	a	las	corrientes	de	aire.	
Anuncio	1	Determina	el	periodo	de	crecimiento	de	tu	planta.	Durante	las	estaciones	de	primavera	y	verano,	o	durante	el	tiempo	en	que	le	hagas	creer	a	tu	planta	que	es	primavera,	esta	necesitará	una	gran	cantidad	de	agua	y	luz	solar.	El	periodo	de	crecimiento	es	aquel	en	el	que	la	planta	se	encuentra	en	actividad	total,	es	decir,	cuando	atrapa	a	su
presa,	realiza	fotosíntesis	y	produce	flores.	2	Utiliza	únicamente	agua	pura	para	regar	las	plantas.	También	puedes	utilizar	agua	destilada,	desionizada	y	de	lluvia.	La	mejor	alternativa	es	regarlas	con	agua	filtrada	por	osmosis	inversa,	pues	la	mayoría	de	las	demás	fuentes,	como	el	agua	potable,	ya	se	les	ha	añadido	minerales	para	darles	sabor.	3	Evita
utilizar	agua	de	grifo	en	la	medida	de	lo	posible.	Existen	tres	razones	principales	por	la	que	esta	agua	es	mala	para	las	venus	atrapamoscas.	El	agua	de	grifo	contiene	cloro,	sodio	y	azufre	(entre	otros	componentes)	que	a	la	larga	se	acumulan	en	el	suelo	de	la	planta	y	provocan	enfermedades	que	pueden	llevarla	a	la	muerte.[4]	La	mayoría	de	las
fuentes	de	agua	tienen	un	nivel	de	pH	de	entre7,9	y	8,3.	El	cloro	acaba	con	la	mayoría	de	los	organismos	vivos,	incluso	con	los	beneficiosos.	4	Prueba	el	agua	de	grifo	cuando	sea	necesario.	
Puedes	utilizar	agua	de	grifo	si	la	analizas	con	un	medidor	de	TDS	(siglas	en	inglés	para	sólidos	totales	disueltos).	Para	que	el	agua	sea	segura	para	la	planta,	debes	obtener	una	lectura	de	menos	de	50	partes	por	millón	(ppm).	5	Bríndale	a	la	planta	el	agua	que	necesita.	Durante	la	temporada	de	crecimiento,	el	suelo	donde	se	encuentra	la	planta
nunca	debe	estar	completamente	seco.	Procura	mantenerlo	húmedo	al	tacto	(más	no	empapado).	Existen	tres	métodos	para	regar	la	planta,	cada	uno	de	ellos	con	sus	propios	beneficios:	Método	de	la	bandeja:	este	es	uno	de	los	mejores	métodos	de	riego	para	una	planta	que	crece	activamente	y	se	encuentra	bajo	la	luz	solar	directa.	La	planta	debe
estar	en	una	maceta	con	agüeros	de	drenaje	en	la	base,	la	cual	a	su	vez	debe	estar	ubicada	sobre	una	bandeja	llena	de	agua.	El	suelo	absorberá	el	agua	como	una	mecha,	lo	que	le	dará	a	la	planta	toda	la	que	necesita	y	aumentará	la	humedad	alrededor	de	la	maceta.	No	obstante,	ten	en	cuenta	que	si	la	maceta	no	es	muy	profunda	(aproximadamente
13	cm	o	5	pulgadas),	este	método	podría	ser	perjudicial	para	la	planta	debido	a	que	sus	raíces	podrían	llenarse	de	agua,	lo	que	producirá	el	desarrollo	de	hongos	o	bacterias.	Método	tradicional:	este	es	el	método	utilizado	para	regar	la	mayoría	de	las	plantas	y	consiste	en	verter	o	rociar	el	agua	en	el	suelo	circundante	para	dejar	que	se	absorba	hasta
llegar	a	la	base	de	la	maceta.	El	suelo	de	la	planta	siempre	debe	estar	húmedo	aunque	no	empapado.	Esto	significa	que	deberás	regar	la	planta	de	dos	a	cinco	veces	al	mes	durante	el	periodo	de	crecimiento.	Método	de	la	doble	maceta:	este	es	el	método	más	efectivo	para	hacerte	cargo	de	las	venus	atrapamoscas.	La	segunda	maceta	dentro	de	la	cual
se	encuentra	la	maceta	de	terracota	más	pequeña	aísla	a	la	planta	de	los	cambios	de	temperatura	drásticos,	aumenta	la	humedad	en	el	aire	y	retiene	la	humedad.	Simplemente	vierte	el	agua	en	la	segunda	maceta,	en	el	diámetro	exterior	de	la	maceta	del	medio.	La	maceta	de	terracota	porosa	que	se	encuentra	en	el	medio	debe	permitir	que	la
humedad	ingrese	hacia	el	centro,	así	como	filtrar	las	sales	nutrientes	adicionales.	6	Asegúrate	de	que	tu	planta	reciba	suficiente	luz	solar.	Como	se	señaló	anteriormente,	las	venus	atrapamoscas	necesitan	recibir	luz	solar	al	menos	por	cuatro	horas	durante	el	periodo	de	crecimiento.	Además	de	comer	insectos,	necesitan	de	la	fotosíntesis	para	crecer	y
mantenerse	saludables.	Coloca	la	planta	en	un	lugar	donde	reciba	luz	solar	durante	al	menos	12	horas.	Anuncio	1	Determina	el	periodo	de	inactividad	de	tu	planta.	Durante	el	invierno,	la	planta	pasa	por	una	fase	de	inactividad,	en	la	que	deja	de	producir	flores	o	crecer.	Muchas	venus	atrapamoscas	mueren	durante	este	periodo	debido	a	que	las
personas	siguen	cuidando	de	ellas	como	lo	harían	durante	el	periodo	de	crecimiento	habitual.	2	Reduce	la	cantidad	de	agua	que	le	das.	Durante	este	periodo,	evita	utilizar	el	método	de	la	bandeja	para	regarla,	sino	más	bien	riégala	manualmente.	Si	bien	las	venus	atrapamoscas	necesitan	una	gran	cantidad	de	agua	durante	su	crecimiento,	es	necesario
reducir	considerablemente	dicha	cantidad	durante	el	periodo	de	inactividad.	La	mayoría	de	estas	plantas	recibir	agua	cada	10	a	14	días.	El	suelo	debe	estar	mucho	más	seco	(aunque	nunca	por	completo).	El	suelo	ubicado	directamente	alrededor	de	la	base	y	las	raíces	de	la	planta	debe	estar	ligeramente	húmedo,	mientras	que	el	resto	debe	estar	seco.
Riégala	como	lo	harías	normalmente	y	asegúrate	de	cubrirla	por	completo.[5]	Cuando	riegues	la	planta,	hazlo	por	la	mañana	de	modo	que	tenga	todo	el	día	para	secarse	antes	de	que	lleguen	las	temperaturas	más	frías	de	la	noche.	No	riegues	demasiado	la	planta,	sino	únicamente	hasta	que	el	suelo	empiece	a	sentirse	húmedo	alrededor	de	la	base.	Si
echas	demasiada	agua,	podrían	desarrollarse	bacterias	y	hongos.	3	Mantén	la	planta	expuesta	a	la	luz	solar.	Si	bien	el	periodo	de	inactividad	da	la	idea	de	que	la	planta	no	hace	absolutamente	nada,	las	venus	atrapamoscas	en	realidad	siguen	realizando	la	fotosíntesis.	Por	consiguiente,	es	necesario	que	sigan	expuestas	a	la	luz	solar.	
Si	es	posible,	lleva	a	la	planta	al	interior	y	colócala	bajo	una	luz	artificial	potente	durante	el	periodo	de	inactividad.	4	Si	cultivas	a	la	venus	atrapamoscas	en	el	exterior,	protégela	de	las	temperaturas	heladas.	Las	medidas	que	tomes	dependerán	del	clima	en	el	que	vivas	y	de	si	cultivas	a	tu	planta	en	interiores	o	exteriores.	
En	este	último	caso,	tienes	dos	alternativas[6]	:	Si	cultivas	a	tu	planta	en	exteriores	y	vives	en	un	clima	relativamente	cálido	(donde	la	temperatura	normalmente	no	baja	de	-1	°C	o	30	°F),	entonces	puedes	dejarla	afuera	durante	todo	el	año	sin	mayor	protección.	Por	el	contrario,	si	la	cultivas	en	el	exterior	y	el	clima	es	más	frío	llegando	hasta	el	punto
de	producirse	heladas	ocasionalmente,	entonces	deberás	plantar	a	la	venus	atrapamoscas	en	un	suelo	ideal	para	el	invierno	(macetas	que	absorban	la	temperatura	del	aire	alrededor).	Plántala	en	un	jardín	cenagal	o	en	un	suelo	adecuado	para	este	tipo	de	planta	(consulta	la	primera	sección	de	este	artículo).	También	debes	cubrirla	con	mantillo	u
hojas	con	la	finalidad	de	mantenerla	segura	del	clima.	5	Si	vives	en	un	clima	demasiado	frío,	lleva	la	planta	hacia	el	interior.	Si	vives	en	un	lugar	que	tiene	heladas	continuas,	deberás	llevar	a	la	venus	atrapamoscas	hacia	el	interior	durante	el	invierno.	Ponla	en	la	ventana	de	una	habitación	sin	calefacción,	como	el	garaje	o	el	pórtico.	De	esta	manera,	la
mantendrás	con	vida	pero	inactiva.	Si	es	posible,	colócala	en	un	alféizar	que	esté	orientado	hacia	el	sur,	pues	esto	le	permitirá	que	siga	realizando	la	fotosíntesis.	Anuncio	1	Ten	en	cuenta	que	no	es	necesario	darle	insectos	a	la	venus	atrapamoscas.	Puedes	alimentarla	para	darle	los	nutrientes	necesarios,	añadir	una	cantidad	muy	pequeña	de
fertilizante	rico	en	nutrientes	en	el	suelo	o	incluso	rociarla	ocasionalmente	con	fertilizante	en	aerosol.[7]	Si	la	planta	se	encuentra	en	el	exterior,	atrapará	insectos,	saltamontes	(y,	a	veces,	otros	animales	pequeños	como	las	ranas),	los	cuales	le	proporcionarán	nutrientes	para	que	se	mantenga	saludable.	Ten	en	cuenta	que,	a	veces,	las	venus
atrapamoscas	no	cierran	sus	hojas	a	menos	que	lo	que	hayan	capturado	esté	en	movimiento.	
Esto	significa	que	debes	alimentarla	con	presas	vivas	como	moscas	y	gusanos.	Un	consejo	útil	en	estos	casos	es	poner	a	la	presa	viva	en	la	congeladora	durante	unos	minutos	con	la	finalidad	de	que	se	ralentice.	Solo	debes	alimentarla	con	uno	o	dos	insectos	como	máximo	a	la	vez	y	únicamente	cuando	esté	saludable	y	fuerte.[8]	Si	decides	darle	un
insecto	muerto	a	tu	planta,	debes	colocarlo	en	la	trampa	y	frotarla	con	suavidad	cada	20	o	30	minutos	hasta	que	se	cierre	por	completo.	La	frotación	hace	que	la	trampa	piense	que	hay	algo	moviéndose.	No	obstante,	no	siempre	es	necesario	hacerlo,	pues	las	plantas	también	utilizan	receptores	químicos	para	cerrarse	al	sentir	la	presencia	de
nutrientes	en	el	interior	de	la	trampa.	No	le	des	alimentos	exóticos	como	pedazos	de	hamburguesa	o	pastel.	Esto	solo	aumentará	las	probabilidades	de	matarla,	en	especial	si	le	das	carne,	pues	la	planta	tendrá	una	reacción	negativa	a	la	grasa.	Las	grasas	y	la	carne	descompuesta	fomentarán	el	desarrollo	de	bacterias	que	también	pueden	dañar	a	la
venus	atrapamoscas.	2	Poda	la	planta.	
Esto	hará	que	la	venus	atrapamoscas	se	mantenga	saludable,	pues	las	hojas	muertes	pueden	impedir	que	la	luz	solar	llegue	a	las	hojas	jóvenes	que	necesitan	de	ella	para	crecer.	Las	hojas	se	volverán	marrones	a	medida	que	mueren,	por	lo	que	será	necesario	que	te	deshagas	de	ellas.	Puedes	cortarlas	cuando	adopten	este	color	utilizando	unas	tijeras
pequeñas.	Solo	asegúrate	de	no	cortar	aquellas	que	están	parcialmente	verdes,	pues	todavía	pueden	realizar	la	fotosíntesis.[9]	A	medida	que	las	hojas	se	tornan	marrones,	comenzarána	debilitarse	y	desprenderse	de	la	planta.	La	mayor	parte	del	tiempo,	simplemente	podrás	arrancarlas,	pero	deberás	usar	unas	tijeras	de	costura	para	retirar	las	más
resistentes.	También	debes	tener	en	cuenta	que	las	hojas	de	las	venus	atrapamoscas	tienden	a	morir	en	grupos.	3	Vuelve	a	colocar	la	planta	en	la	maceta.	Si	notas	que	la	planta	ocupa	casi	todo	el	espacio	de	la	maceta,	que	se	ha	dividido	en	dos	(o	más)	plantas	o	que	se	ha	secado	con	demasiada	rapidez,	entonces	es	momento	de	cambiarla	de	maceta.
Esto	es	casi	lo	mismo	que	colocarla	en	su	recipiente	original.	Asegúrate	de	utilizar	la	composición	de	suelo	correcta	(consulta	la	primera	sección	de	este	artículo).[10]	4	Evita	tocar	las	trampas	de	la	venus	atrapamoscas.	Activar	las	trampas	cuando	no	hay	nada	en	su	interior	es	un	desperdicio	de	energía	para	la	planta.	La	planta	tarda	entre	dos	y	tres
semanas	para	volver	a	abrir	sus	trampas	y	estar	nuevamente	lista	para	atrapar	a	su	comida	potencial.	Si	bien	es	adecuado	frotar	la	parte	exterior	de	la	trampa	después	de	haber	colocado	un	insecto	en	su	interior,	limita	el	tiempo	en	que	la	toques.	Nunca	pongas	nada	en	su	interior	que	no	sea	algún	insecto.[11]	Anuncio	Coescrito	por:	Especialista	en
sistemas	alimentarios	Este	artículo	fue	coescrito	por	Andrew	Carberry,	MPH.	Andrew	Carberry	ha	estado	trabajando	en	sistemas	alimentarios	desde	2008.	Tiene	una	maestría	en	Nutrición	de	Salud	Pública	y,	Planificación	y	Administración	de	Salud	Pública	de	la	Universidad	de	Tennessee-Knoxville.	Este	artículo	ha	sido	visto	212	311	veces.
Categorías:	Siembra	y	cultivos	Esta	página	ha	recibido	212	311	visitas.	
Imagen	–	Wikimedia/Lythlady	La	Dionaea	muscipula,	más	conocida	como	Venus	atrapamoscas,	es	muy	habitual	encontrarla	en	viveros,	centros	de	jardinería,	y	demás	centros	especializados.	Es	una	planta	que	llama	mucho	la	atención	por	sus	numerosas	trampas,	en	forma	de	boca,	y	por	la	rapidez	con	que	las	cierran	tras	un	ligero	toque.	Esta	es	una	de
las	características	que	más	llama	la	atención	a	adultos	y	niños,	y	es	por	eso	por	lo	que	es	tan	popular	en,	yo	diría,	cualquier	parte	del	mundo,	pero	en	especial	en	las	regiones	cálidas.	Origen	y	características	de	la	Venus	atrapamoscas	Imagen	–	Wikimedia/David	J.	Stang	Vive	en	terrenos	pantanosos	de	América	del	Norte,	concretamente	del	estado	de
Carolina.	Está	formada	por	un	rizoma	del	cual	salen	las	hojas	en	forma	de	roseta,	que	crecen	a	nivel	del	suelo.	Cada	trampa	consta	de	numerosos	dientes,	y	de	tres	»pelos»	en	la	superficie,	los	cuales	se	activan	si	un	insecto	los	toca,	cerrándose	la	trampa.	Su	dieta	está	compuesta	principalmente	por	insectos	pequeños,	tales	como	hormigas,	moscas,
abejas,	mosquitos…	No	suele	superar	los	3	centímetros	de	altura,	puesto	que	sus	hojas	reconvertidas	en	»bocas»	crecen	de	manera	horizontal,	y	no	en	vertical.	Pero	si	hablamos	de	su	diámetro,	este	sí	que	puede	llegar	a	ser	de	unos	10	centímetros.	Pero	debido	a	ello,	no	solo	es	perfecta	para	cultivar	en	macetas	pequeñas,	si	no	que	también	es	muy
interesante	utilizarla	para	crear	bonitas	composiciones	de	plantas	carnívoras.	En	primavera	del	centro	de	la	planta	brota	uno	o	varios	tallos	florales	de	unos	20	centímetros	de	alto	en	cuyo	extremo	aparecerá	una	bonita	flor	blanca	de	alrededor	de	1	centímetro	de	diámetro.	Se	han	hecho	muchos	tipos	de	cultivares	de	Dionaea	muscipula:	unos	con	las
trampas	rojas,	otras	con	trampas	grandes,	etcétera.	¿Cuáles	son	los	cuidados	que	hay	que	darle?	
La	Dionaea	muscipula	es	una	carnívora	que,	bien	cuidada,	puede	vivir	perfectamente	varios	años.	Pero,	¿qué	cuidados	son	esos?	
Si	acabas	de	adquirir	una	o	te	la	han	regalado,	y	no	tienes	muy	claro	qué	has	de	hacer	para	mantenerla	en	buenas	condiciones,	te	recomendamos	seguir	los	consejos	que	te	vamos	a	ofrecer	a	continuación:	Ubicación	Exterior:	lo	mejor	es	que	se	cultive	fuera	de	casa,	en	semisombra.	Le	puede	dar	el	sol	directo	un	tiempo,	pero	solo	cuando	se	haya
acostumbrado	al	clima	de	la	zona	y	a	tus	cuidados.	Viniendo	del	vivero	no	debes	de	exponerla	directamente	al	astro	rey,	ya	que	se	quemaría.	Interior:	la	habitación	en	la	que	vayas	a	poner	tu	dionea	debe	de	tener	mucha	claridad,	procedente	de	la	luz	del	sol.	
En	el	caso	de	que	no	tengas	ninguna	así,	te	aconsejamos	adquirir	una	lámpara	para	plantas	(como	esta	que	venden	aquí).	Riego	Riégala	siempre	con	agua	destilada,	de	lluvia	o	de	osmosis.	En	verano	convendrá	regarla,	como	norma	general,	días	alternos,	pero	como	digo,	la	frecuencia	del	riego	variará	según	numerosos	factores	(clima,	precipitaciones,
ubicación…).	Es	recomendable,	si	no	estamos	seguros,	coger	la	maceta:	si	pesa	poco,	entonces	regaremos	abundantemente.	Se	puede	colocar	(de	hecho,	es	aconsejable	durante	la	temporada	veraniega)	en	una	bandeja	o	en	un	plato.	Maceta	y	sustrato	Imagen	–	Wikimedia/che	La	Venus	atrapamoscas	es	una	planta	que	se	ha	de	cultivar	en	macetas	de
plástico	que	tengan	agujeros	en	su	base.	Asimismo,	esta	se	ha	de	rellenar	con	turba	rubia	mezclada	con	perlita	a	partes	iguales.	Abonado	No	hay	que	abonar	a	las	plantas	carnívoras.	Estas	se	alimentan	de	los	insectos	que	cazan.	Si	se	abonasen,	sus	raíces	sufrirían	importantes	daños	y	no	sobrevivirían.	Trasplante	Al	ser	una	planta	pequeña,	necesitará
uno	o	máximo	dos	cambios	de	maceta	a	lo	largo	de	toda	su	vida.	Has	de	realizarlo	cuando	veas	que	se	le	salen	raíces	por	los	agujeros	de	drenaje,	o	cuando	haya	producido	tantas	hojas	que	no	pueda	continuar	creciendo.	La	época	adecuada	será	la	primavera,	aunque	también	se	puede	a	comienzos	de	verano.	Multiplicación	Se	multiplica	por	semillas	en
primavera	o	en	verano.	Para	ello,	tienes	que	sembrarlas	en	macetas	de	plástico	con	turba	rubia	o	musgo	esphagnum,	y	regar	con	agua	destilada	o	de	lluvia.	Pon	el	semillero	en	semisombra,	y	mantén	el	sustrato	húmedo.	De	este	modo,	germinarán	en	unos	10	días.	Plagas	y	enfermedades	No	tiene,	por	lo	general.	Quizás	alguna	cochinilla	si	el	verano
está	siendo	muy	cálido	y	seco,	pero	se	quita	rápido	con	un	pincel	pequeño	o	con	la	mano	mismo.	
Hibernación	Es	una	planta	que	necesita	hibernar.	Cuando	la	temperatura	baje	de	10º	veremos	como	la	parte	aérea	(las	hojas)	empieza	a	ponerse	fea.	Es	lo	normal.	Espaciaremos	los	riegos	(se	pueden	reducir	a	unos	tres	riegos	mensuales,	como	norma	general,	hasta	que	vuelvan	a	subir	las	temperaturas	y	pasaremos	a	regar	según	las	necesidades	de	la
planta).	Se	puede	dejar	hibernar	fuera	si	la	temperatura	no	baja	de	los	cuatro	grados	bajo	cero.	Si	vivimos	en	un	clima	tropical,	entonces	no	nos	quedará	más	remedio	que	sacar	la	Venus	atrapamoscas	de	la	maceta,	quitarle	con	cuidado	todo	el	sustrato,	echarle	un	poco	de	fungicida,	envolverlas	con	una	servilleta	húmeda,	y	meterlas	dentro	de	un
tupper,	en	la	nevera,	unos	dos	meses.	Pasado	este	tiempo,	la	plantaremos	en	una	maceta	con	sustrato	nuevo,	compuesto	por	turba	rubia	y	perlita	al	cincuenta	por	ciento,	o	sphagnum.	Rusticidad	Es	una	planta	que	soporta	el	frío,	y	a	la	que	no	le	perjudican	las	heladas	débiles.	
Su	rango	de	temperaturas	adecuado	es	de	entre	los	30-35ºC	de	máxima	y	los	-2ºC	de	mínima,	pero	puede	aguantar	hasta	los	-4ºC	si	está	un	poco	resguardada.	Sin	embargo,	no	vivirá	en	climas	tropicales,	porque	no	hibernaría	a	menos	que	se	tuviese	en	la	nevera	unos	meses	como	hemos	explicado	arriba.	Con	estos	sencillos	cuidados,	podremos
disfrutar	durante	mucho	tiempo	de	nuestra	carnívora.	¿Dónde	comprar?	Imagen	–	Flickr/rpphotos	Consíguela	pinchando	aquí.

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