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fisco por un grupo hemo y una cadena polipeptídica. Las enas polipeptídicas se pliegan unas sobre otras de una a específica, lo que confiere a la molécula un aspecto ular, de gran importancia funcional. Cada cadena forma ximadamente ocho hélices, situándose el grupo hemo su átomo de hierro en uno de los «huecos>>. El hierro encuentra unido a cuatro átomos de nitrógeno del gru- hemo mediante cuatro de las seis valencias, mientras las dos restantes se unen con dos aminoácidos (histidina) la cadena polipeptídica. Cuando el oxígeno se combina la hemoglobina lo hace en uno de los enlaces del átomo hierro con el aminoácido de la cadena polipeptídica. La -' n hierro-oxígeno es muy lábil, lo que permite un hecho ndental para la vida: la reversibilidad. El metabolismo de la hemoglobina comprende dos aspec- el anabolismo o síntesis y el catabolismo o degradación. síntesis se realiza en las células madre de los órganos eri- yéticos y continúa muy escasamente en los reticulocitos =mlantes (v. Eritropoyesis, a continuación). Esto significa la hemoglobina no se sintetiza en los eritrocitos maduros te el resto del tiempo que están presentes en la circu- - ' n. La degradación de los eritrocitos <<Viejos>> sucede en órganos del sistema reticuloendotelial, principalmente el y, en mucha menor medida, el hígado. En función de estructura de la hemoglobina, se comprenderá fácilmente su degradación comprenderá a la de sus componentes. figura 10-1 ilustra el catabolismo de la hemoglobina. fJ conocimiento relativo al metabolismo del hierro ha ex- - entado un gran avance desde hace aproximadamente 15 El ion ferroso [Fe2• ] en plasma es el resultado, por un lado, ingesta y, por otro, de la degradación de todas las moléculas llevan hierro, por ejemplo, la hemoglobina. Así, la degrada- de la hemoglobina desempeña un papel importante en el ~~[ Grupol hemo ) l l 1 Transformación en inoácidos a plasma J Almacenamiento en el hígado (en forma de ferritina) Eliminación por heces en forma de urobilinógeno fecal bilirrubina no conjugada -..,. 10-1. Esquema simplificado de los principales componentes de eritrocitos cuando se destruyen en el sistema reticuloendotelial, prin- - mente en el bazo. Sangre • Figura 10-2. Mecanismo teórico de retroalimentación para el control de la concentración de llierro en plasma. Recientemente se ha demostrado la existencia de una hormona (hepcidina), liberada por el hígado, que facilita la homeostasis del hierro. control del hierro sérico. La entrada de hierro a las células depen- de fundamentalmente de una hormona: la hepcidina, segregada en su mayor proporción por el hígado. Cuando se produce un incremento de [Fe2•], el hígado aumenta la síntesis y secreción de hepcidina. La figura 10-2 muestra el mecanismo de acción por retroalimentación de la hepcidina. La cantidad de hierro eliminado por las heces es de unos 0,6 g/ día, siendo más elevada en la mujer durante el período menstrual (alrededor de 2 g/ día). Por otro lado, la producción de bilirrubina diaria es de aproximadamente 250-300 mg, de los cuales el 80% proviene del grupo hemo de la hemoglo- bina, y el resto, de otras proteínas que contienen también grupos hemos. La bilirrubina formada en las células del bazo recibe el nombre de bilirrubina no conJugada o indirecta, que se une a la albúmina en el plasma y cuya concentración es de 0,5 a 1 mg/100 mL. En el hígado, la bilirrubina indirecta se conjuga con el ácido glucurónico. Una vez formada, la bi- lirrubina directa pasa al intestino a través de la bilis, donde las bacterias intestinales la transforman en una serie de com- puestos que genéricamente se denominan urobilinógeno, el cual es eliminado en su mayor parte por las heces, mientras que una pequeña fracción es reabsorbida, pasando al riñón y siendo posteriormente eliminada por orina. :: Eritropoyesis Con el fin de mantener constante la <<masa roja circulan- te>>, la formación continua de glóbulos rojos es absolutamente necesaria, dada su vida media y su consiguiente muerte por se- nescencia. Ello exige un mecanismo de control enormemente sensible a las fluctuaciones. El mecanismo desencadenante de la eritropoyesis es el descenso de la cantidad de oxígeno (hipoxia) tisular. Parece lógico pensar en la existencia de un <<sensor tisulan> específico altamente sensible a los cambios de la presión parcial de oxígeno (PpOJ. El hecho de que el te- jido renal sea el más irrigado proporcionalmente y que libere una hormona, la eritropoyetina, hace pensar en él como <<sen- son>. Por consiguiente, la relación entre hipoxia y eritropoye- tina permite desencadenar la síntesis de glóbulos rojos. No obstante, se desconoce el mecanismo íntimo, aunque se han propuesto modelos de retroalimentación para explicarlo. La figura 10-3 muestra el mecanismo teórico de funcionamien- to, con todos los interrogantes que hasta la fecha subsisten.
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